La meditación orgásmica, una forma autoayuda

¿Quieres tener una vida más plena? ¿Tienes problemas en tu casa, en el trabajo o en tus finanzas personales? ¿Sientes un vacío que nada parece poder llenar? La solución es muy sencilla, se trata de la meditación orgásmica, la última moda en EEUU.

Aunque se lleve practicando desde hace aproximadamente un decenio, ha sido la aparición de su principal ideóloga, Nicole Daedone, en una charla de Ted que recibió el nombre de “Orgasmo: la cura para el hambre de la mujer occidental” lo que ha catapultado a OneTaste a los medios de comunicación americanos. Sin embargo, la empresa, encargada de comercializar los tratamientos de stroking a aquellas que puedan permitírselo, abrió sus puertas a comienzos de siglo. Hoy en día, su sede alberga a una pequeña comunidad de fieles que han hecho que llegue a ser comparada con una secta.

Quizá la primera aparición de Daedone en un medio importante se produjo en 2009 en las páginas de The New York Times, donde se describió a sí misma como la líder del “movimiento por el sexo lento”. Sin embargo, la invención de la empresaria no tiene como objetivo una mejor vida sexual. Nada de eso. Lo que pretende es que las mujeres sean más felices a través de la manipulación del clítoris. Que el orgasmo sea mejor o peor, o que ni siquiera se llegue a alcanzar, es lo de menos. Lo importante, como cantaría Fito Páez, no es llegar. Lo importante es el camino.

La mejor receta contra el estrés

En resumidas cuentas, lo que Daedone sugiere es dedicar 15 minutos a tener un orgasmo, mediante un procedimiento en el que el clítoris de la participante es masajeado con el objetivo de activar el sistema límbico corporal y generar un chute de oxitocina en el cerebro. La meta no es el orgasmo, sino el proceso que conduce a él. Para ello se cuentan con unos llamados “compañeros de investigación” que tienen como objetivo la estimulación de los genitales femeninos y que no tienen por qué ser pareja de las mujeres que protagonizan el tratamiento. No se trata tampoco de una manera de solucionar los problemas sexuales en la pareja.

Así funciona el “stroking”

En un artículo publicado el pasado año en The New York Magazine, la periodista Aurora Wells describía en primera persona su experiencia tras ponerse en las manos (literalmente) de uno de estos strokers, que permanecen rigurosamente vestidos durante todo el proceso. Sus manos se dirigen rápidamente hacia lo que la autora describe como el “tercer ojo del OM”. Se trata de un punto en el cuadrante superior izquierdo del clítoris (desde la perspectiva de la mujer), donde se encuentra una de las mayores concentraciones nerviosas del cuerpo femenino.

Para aquellas que les pueda parecer un tanto violento que un extraño les masturbe, la organización ha creado un sistema de seguridad por el cual el stroker debe explicar a la mujer con pelos y señales el proceso que va a llevar a cabo, y posteriormente, esta ha de aceptar (o rechazar) la ayuda. Durante el masaje, la mujer puede solicitar a su stroker si quiere que mueva la mano hacia otra zona, que vaya más rápido, más lento, que siga o que pare. ¿Qué obtiene el hombre a cambio? “Una mayor confianza e intimidad en el dormitorio, mejor comunicación con sus novias y menos presión por cumplir”.

Un negocio genital

¿Son tan milagrosos los efectos del OM como los presentan? A falta de comprobarlos en primera persona, lo que está claro es que no resultan nada económicos. La certificación de profesor, ofrecida exclusivamente por OneTaste, cuesta unos 15.000 dólares, mientras que el programa de maestro supone unos 7.000 dólares y la clase, unos 195 dólares.

Las filiales han brotado rápidamente por Estados Unidos, donde cuenta con sucursales en Los Ángeles, Austin, Las Vegas, Nueva York, Filadelfia o San Diego, pero también ha llegado a Europa, donde los londinenses pueden acudir a una de estas reuniones. Sin embargo, la primera base de la organización se encontraba en la ciudad americana del amor, San Francisco, donde hoy en día viven varias decenas de personas en comunidad, reunidas alrededor de la meditación orgásmica.

Tomado de El Confidencial