¿Cuál es la medida del amor? ¿Podemos amar demasiado? Cuando se desdibuja la individualidad, se pierde la esencia y la pareja pasa a ser lo único, estamos en problemas. Cuando ya nada importa de la propia vida porque todo está depositado en un otro, ese vínculo no es amor y tiene características tóxicas.
Un libro que marcó una época fue “Mujeres que aman demasiado” de Robin Norwood. En este clásico de la literatura se analizan distintos rasgos como la obsesión amorosa o el sufrimiento al estar en una relación de la que no se puede salir.
Las canciones sentimentales son un fiel reflejo de lo que “amar demasiado” implica. Las letras de estos temas suelen contener frases como “no soy nada sin tu amor”; “moriría si no te tengo” o “nada tiene sentido si no estás”. Pocas sensaciones ha de haber tan lindas como el enamoramiento o la construcción de un amor. Distante de ello están los vínculos obsesivos, de maltrato, dependientes o con características poco nutritivas.
Estos son algunos indicadores de que estás en una relación de “mal amor”.
¿Te sientes identificado/a con alguna de ellas?
1. Estás obsesionado/a: no soportas la idea de no poder controlar cada uno de los movimientos de tu pareja. Miras sus redes sociales a cada instante, controlas su teléfono, lo/a celas en exceso. No concibes la idea de pensarlo/ a interactuando con otros. Obsesionarse con alguien no es amor.
2. Sufres por amor: el cine y la televisión nos inundan de imágenes de personas llorosas y angustiadas por la ausencia de una pareja, por la indiferencia de el otro, por el abandono… El buen amor es un estado que ha de conducirnos a la paz, a incrementar la confianza en nosotros y en nuestra pareja. A evolucionar. Para sufrir, la vida se encarga de ponernos sus pruebas. El amor no ha de ser un desgarro.
3. Eres codependiente: todos dependemos de todos, claro. Ahora, si crees que no podrías salir adelante en tu vida sin él o ella, si sólo vives por y para esa relación y crees que sin ella tu vida no tendría sentido, tienes un lazo tóxico y has de romper tus cadenas. Pide ayuda profesional. Las personas que dependen emocionalmente de otro suelen tener problemas graves de autoestima. Quiérete bien para querer bien.
4. Te sientes su padre o su madre: te pones en el lugar de protector/a, de quien decide todo, llevas las riendas. Te sientes responsable por cada movimiento de tu pareja. Crees hacerlo por su bien pero en realidad este rol te proporciona la falsa ilusión de ser indispensable pare el otro. Él o ella no es tu hijo. Pareja proviene del latín pars, parís, que significa igual.
5. Justificas todo: malos tratos, indiferencia, desinteres … Tiendes a encontrar una excusa o explicación para justificar las acciones del otro que te dañan. No escuchas a tus amigos y familia cuando intentan tenderte una mano. Asumes que puedes ayudarla/o a cambiar. Recuerda que nadie cambia si no quiere.
6. Te sientes mal en lugar de bien: este punto resume todos los anteriores y cualquier estadio que transites que te haga sentir mal en una relación. El buen amor es ese territorio en el que dos se animan a iniciar una construcción, con la idea de crecer y evolucionar. Si tu relación te hace sentir mal física o psicológicamente en lugar de potenciarte y llenarte de ganas de vivir y hacer, estás en lugar equivocado. Aprende a soltar.
Las personas que “aman” demasiado tienen un concepto erróneo del amor, producto de su historia personal, de su estructura psíquica, de situaciones traumáticas, etc. Pedir ayuda profesional y realizar algún tipo de terapia es ideal para romper con estos paradigmas y llegar a conocer el buen amor.