noticias, confidencial, colombia, cali, medellin, cartagena, agenda, Padres precoces no quieren que sus hijos repliquen esta experiencia

Trabajar a como dé lugar para cumplir con su nueva responsabilidad, así como no replicar las acciones de los papás que asumieron, o no, su crianza son los significados que los hombres adolescentes le dan a la paternidad.

Convertirse en padres tempranamente ubicó a los muchachos, algunos con antecedentes de consumo de sustancias psicoactivas, en trabajos informales como la construcción.

Estos padres jóvenes crecieron en un contexto de baja escolaridad, y fueron criados, en su mayoría, únicamente por su mamá, o por parejas cuya figura paterna ejerció el maltrato o el abandono frecuente.

Durante la encuesta, los jóvenes varones expresaron sentir, por primera vez, que vale la pena vivir. Otro factor común, en los casos de padres de niñas, es la preocupación por que sus hijas no experimenten lo que sus parejas están pasando. Sin embargo, otra inquietud recurrente de los jóvenes, en una segunda etapa, fue la de si en realidad el hijo era suyo.

Esos son los principales resultados de la investigación realizada por un grupo de estudiantes de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia, que se centró en analizar cómo es leída la paternidad por los adolescentes varones, pues tradicionalmente esta lectura se ha centrado en las jóvenes, por su condición única de poder dar a luz.

La investigación se centró en una docena de parejas de la localidad de San Cristóbal, una de las que en Bogotá, junto con Ciudad Bolívar y Kennedy, evidencian los fenómenos de la paternidad y la maternidad a edad temprana.

En Colombia, para 2010, el 19,5 % de las adolescentes entre 15 y 19 años había tenido un hijo o se encontraba esperando el primero. Según estadísticas vitales del DANE para la capital, el porcentaje de los nacimientos en mujeres de 10 a 19 años pasó de 18,29 % en el 2011 a 16,53 % en el 2014. No obstante, en la localidad de San Cristóbal la cifra se aproxima al 20 %.

El punto de partida de la investigación fue un programa de apoyo de la Secretaría de Integración del Distrito en esta localidad, que tiene inscritas cerca de 600 adolescentes cuyas edades oscilan entre los 12 y 19 años, que son madres gestantes o que ya tienen un hijo.

Se contactaron 30 para hacer la investigación con sus respectivas parejas, pero solo 12 aceptaron participar.

Ninguno de los jóvenes varones se encontraba estudiando; y en el caso de sus parejas, menos de la mitad de las madres primerizas lo hacía, y tras la noticia del embarazo abandonaron de inmediato el colegio.

Si bien los padres de las jóvenes las apoyaron en la situación del embarazo, en siete de los casos se mostraron en desacuerdo con que esos jóvenes fueran los padres de sus nietos, pues les atribuyen una condición de “muchachos vagos, sin estudio, sin ningún objetivo, callejeros y que no tienen cómo mantenerlas”, explica la docente Ana Helena Puerto, coordinadora de la investigación y jefe de Enfermería del Hospital Universitario Nacional de Colombia.

Según los padres de las adolescentes, sus jóvenes parejas les habían hecho un daño; por ello, no podían volver a visitarlas a la casa.

De hecho, durante la fase previa de la investigación, en la que la docente estuvo trabajando en el tema de gestación con madres jóvenes del barrio La Victoria, también de esa localidad, muchas manifestaron no ir acompañadas de sus parejas porque sus papás (los de ellas) no se lo permitían.

En cuanto a la familia de los hombres, solo cinco de ellos fueron criados por papá y mamá. En todos los casos, sin embargo, el mensaje que estos muchachos recibieron fue el de analizar cómo afrontar el hecho.