Los números no mienten. Cada vez más personas deciden separarse y esto no significa que dejen de creer en el amor, sino que quizás “ese” amor en particular ha sufrido un desgaste que no le deja chances de reconstrucción.
Los divorcios en México se han incrementado de manera notoria: la edad promedio de divorcio en los hombres es de 39 años, y en las mujeres, de 37. En Argentina, hay un divorcio cada dos nuevos matrimonios. En Colombia, las separaciones legales aumentaron más del 10 % en 2015. Y en Chile los números hablan de una nueva configuración de familia: según datos del Registro Civil, 7 de cada 10 niños nacen fuera del matrimonio.
El “hasta que la muerte los separe” parece ser hoy más un enunciado que una realidad. Lo cierto es que la mayoría de las personas tiene al menos dos parejas importantes en el transcurso de su vida.
¿Es más simple volver a apostar al amor para los hombres que para las mujeres? Aunque la creencia popular indique que a ellos les es más fácil volver a hacer nido, no siempre es así, sobre todo si tienen hijos. Ellos suelen tener miedo a “fracasar”, a que sus hijos no acepten a la nueva mujer – sobre todo si son pequeños o adolescentes.
¿Eres de los varones que deciden volver a creer en el amor? Regálate esa oportunidad en este día del padre y ten en cuenta estos conceptos:
· Tienes derecho a ser feliz: tus hijos crecerán, tú también y el único responsable por tu felicidad eres tú. Así que apuesta a ella y decídete a construir un nuevo vínculo sentimental.
· No hay garantías en ninguna relación: por ello, justamente, no temas a “fracasar”. Fracasar es no intentar. Si no funciona, al menos habrás hecho el intento de relacionarte con alguien nuevo.
· No pongas afuera lo que es adentro: no responsabilices a tu ex, a tus hijos o a tu vida de tus temores. La decisión es solo tuya. Anímate.
· Busca a alguien compatible: piensa con la cabeza, actúa con el corazón. Quizás las mariposas en el estómago ya no sean como a los 20 años pero es lindo tener una compañera de vida con quien contar, compartir y proyectar.
· Dialoga: ten una buena relación con la madre de tus hijos, con los niños, con cada una de las personas que integran tu núcleo. Una vida armónica tiene que ver con los vínculos que nos sabemos construir.
· Anímate: no hay “peros” cuando se tiene el deseo de estar de a dos. ¿Ella tiene hijos también? Avancen paso a paso, gradualmente. Hay tiempo para conocerse e incorporarse a la vida de cada quien. Es un lindo desafío.