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Según el estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Asistida por el grupo Eugin y el Centro de Regulación Genómica, la cola del espermatozoide podría determinar la calidad del semen. Así avanzan los estudios sobre esterilidad masculina.

El Congreso anual de la Sociedad Europea de la Sociedad Española de Reproducción Asistida (ESHRE), que finalizó esta semana en Helsinki (Finlandia) ha sido el marco elegido por el grupo Eugin, referente europeo en reproducción asistida, y el Centro de Regulación Genómica (CRG), instituto internacional de investigación biomédica de excelencia, para presentar una nueva investigación relacionada con la infertilidad masculina que han realizado conjuntamente.

En concreto, el estudio titulado “La distribución de las modificaciones post-traduccionales de la tubulina identifica la región final de la cola del espermatozoide como un posible marcador de calidad espermática” describe por primera vez la presencia de alteraciones en la cola del espermatozoide humano, el llamado flagelo, que ayudarán a indicar la calidad del esperma y mejorar en el diagnóstico de infertilidad. El estudio es un nuevo ejemplo exitoso de la colaboración entre la empresa y los centros de investigación. En este caso uniendo la experiencia en el campo de la reproducción asistida por parte del grupo Eugin junto a la investigación puntera en el campo del citoesqueleto y la función de los microtúbulos en las células del grupo liderado por Isabelle Vernos en el Centro de Regulación Genómica.

Las alteraciones que se producen en la cola del espermatozoide se habían detectado previamente en otras especies animales como las moscas o los erizos de mar, pero es la primera vez que se describen en humanos. “En otras especies se ha visto que cuando existen estas alteraciones los espermatozoides tienen problemas de movilidad y su funcionamiento no es el correcto”, afirma la Dra. Isabelle Vernos, profesora de investigación ICREA, jefe de grupo en el Centro de Regulación Genómica y coautora del trabajo. “Por este motivo, los hallazgos son prometedores: la parte final de la cola del espermatozoide podría presentar un nuevo lugar donde buscar indicadores que nos den información sobre la calidad del semen”.

El trabajo ha sido posible mediante la observación molecular de la tubulina en los espermatozoides. Se trata de una sustancia proteínica presente en las células y encargada de su movilidad, que está formada por pequeños tubos estrechos y huecos. “Está claro que la cola del espermatozoide es decisiva para definir la calidad del movimiento del espermatozoide, pero conociendo sus alteraciones, podemos ir más allá y tener información del estado de salud de todo el espermatozoide”, afirma la Dra. Rita Vassena, directora científica de Grupo Eugin y coautora del trabajo.

El trabajo, iniciado en 2014 en el laboratorio de investigación básica del que Clínica Eugin dispone en el Parc Científic de Barcelona y en el grupo de investigación que lidera Isabelle Vernos en el Centro de Regulación Genómica, podría llevar a mejorar el diagnóstico en casos de infertilidad masculina, una situación presente en más de la mitad de las parejas con problemas de fertilidad. La primera autora del trabajo, la investigadora predoctoral Farners Amargant, está participando en un doctorado industrial, una iniciativa de la Generalitat de Catalunya que pretende captar talento, formar a científicos y contribuir en la competitividad y la internacionalización del tejido empresarial.

Aumenta la infertilidad masculina


Una de cada seis parejas lidia hoy con problemas de infertilidad. El 40% de los problemas de fertilidad son atribuibles al hombre, el 40% a la mujer y el 20% tienen causa mixta.

La edad es el factor que más condiciona la fertilidad en ambos sexos. El hombre produce espermatozoides prácticamente durante toda su vida pero, con el tiempo se hacen más escasos y pierden su capacidad reproductiva. Otros factores que inciden vienen determinados por el estilo de vida o por problemas de salud.

Entre los hombres, la infertilidad ha aumentado drásticamente en el último medio siglo, con una pérdida progresiva de la fertilidad masculina del 1% anual.

Un 58% de los varones españoles –según el único gran estudio general realizado en España en el 2008– tienen un semen de calidad inferior a los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).