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Incomunicados: evita que tus vínculos queden “off line”

Mueres por contarle a tus amigas acerca de tu nuevo compañero de trabajo pero el auditorio está distraído: una de ellas está usando Snapchat, otra fotografiando su plato de comida para Instagram y la que suele ser más receptiva, hablando por WhatsApp. La escena se replica en millones de espacios donde el encuentro, paradójicamente, da lugar al desencuentro. Parejas que ven escabullirse el diálogo cara a cara porque priorizan el mismo en las redes sociales. Hijos ausentes… Padres esquivos… Funciones de teatro interrumpidas por el timbre de un celular…

¿La culpa es de la tecnología? En absoluto. Está en cada uno de nosotros capitalizarla para ganar tiempo de calidad en las cosas que más nos agraden. Años atrás, invertíamos horas interminables en pagar las facturas de nuestros servicios, por ejemplo. Comprar online era una utopía. Y pensar en encontrar una pareja en un sitio de citas parecía ciencia ficción. Lo presencial ha cedido espacio a lo virtual y hemos ganado infinidad de pequeñas batallas cotidianas. Con los avances también han llegado algunos retrocesos. Uno de ellos es la llamada “nomofobia” (cuyo origen es “no mobile phobia”), es decir el miedo incontrolable a salir de casa sin el móvil, quedarnos sin batería o señal. Otro daño colateral, que afecta a nuestro entorno es el llamado “phubbing” (término derivado de phone – teléfono – y snubbing – desaire). De acuerdo al movimiento stopphubbing.com, Nueva York es la ciudad del mundo que lidera este tipo de desplantes. Un reciente estudio de la Universidad de Kent en Gran Bretaña, reveló que el 53, 1 % de las mujeres relevadas “desairan” en situaciones sociales al menos dos veces por día, mientras que apenas el 28 % de los hombres reconoce hacerlo.

¿Te has sentido menospreciado por un entorno hiperconectado? ¿Has faltado el respeto – aún sin hacerlo intencionalmente – a alguien por estar pendiente del teléfono y sus urgencias? Prueba a hacerte estas preguntas.

· ¿El celular te hace desatender la conversación? Apágalo. Es una falta de consideración hacia el interlocutor estar pendiente de la pantalla. Esa conducta indica que consideras más importante lo que esperas recibir que lo que él o ella tengan para decirte. Si tienes algún asunto urgente, coméntalo antes de tu reunión o encuentro para que la persona que está contigo no se sienta agredida.

· ¿Crees poder hacer varias cosas a la vez? Es probable que así sea, pero eso no garantiza que las hagas bien. Conductas como conducir y atender el teléfono son sencillamente una locura, además de estar penadas por la ley. ¿Qué tal si empiezas a aplicar la atención plena, es decir a hacer una sola cosa por vez?

· ¿Hablas por teléfono mientras lo haces con alguien en persona? Si le preguntas a cualquier empleado de comercio acerca de conductas maleducadas, seguramente refieran a quienes hacen la compra mientras están en diálogo a través de su móvil. Ponte en el lugar de quien te está brindando un servicio; ha de ser muy frustrante estar poniendo energía en alguien que registra tan poco.

· ¿Percibes que tus vínculos han perdido calidad? Las relaciones de pareja pueden deteriorarse gravemente de la mano de la obsesión por estar “comunicado”. Un estudio de la Universidad de Baylor en Estados Unidos determinó que un 46, 3 % de los encuestados se sintió “desairado” por su pareja y su uso del móvil. Una de cada cinco personas aseguró que el factor “phubbing” desencadenó conflictos en su vínculo sentimental.

· ¿Sientes que si no estás conectado, te pierdes algo? Puedes ser víctima de FoMo (fear of missing out = miedo a perderse algo) Es la sensación angustiosa – potenciada por las redes sociales – de sentir que allí afuera están pasando muchas cosas y uno se las está perdiendo. Pregúntate qué tan concentrado en tu vida y proyectos estás. Si estás más pendiente de lo que la vidriera te muestra que de tu propio negocio, es hora de que replantees tus prioridades.