En muchas culturas cuando se aproxima el fin de año, es decir el 31 de diciembre, es tradicional que las personas realicen rituales con el objetivo de asegurar prosperidad, amor y salud en el año próximo, sin embargo, los más osados realizan ritos para asegurar una vida sexual plena, a continuación una recopilación de ellos.
Las supersticiones o cábalas de la noche del 31 de diciembre están relacionadas con mantenerse saludable, alegre y por supuesto tener suerte el año que viene, por ello, usar prendas nuevas es de suma importancia para algunos, pues es el símbolo de la renovación y los nuevos ciclos.
Así que los días previos a esta celebración las tiendas de ropa suelen registrar un incremento sustancial en sus ventas, y aunque estas compras están dictaminadas en muchas ocasiones por las tendencias de la temporada, nada se compara con la gran demanda que deben suplir los almacenes de ropa interior cuando de prendas íntimas de color amarillo se trata.
¿La razón? Se cree que usar ropa interior amarilla el último día del año traerá buena suerte, prosperidad para la familia y dinero, lo que pocos saben es que para quienes desean asegurar una vida sexual plena la indicación es usar ropa interior de color rojo.
Estas prendas deberán portarse al revés y una vez pasen las doce campanadas que indican la llegada del nuevo año, deberán ponerse al derecho.
De la misma manera se cree que para tener suerte en el amor, en los primeros minutos del nuevo año, la primera persona a la que se debe saludar tiene que pertenecer al sexo opuesto.
Sin embargo, si lo que se está buscando es el placer carnal, más que una relación estable, el 31 de diciembre se podrá optar por alguno de estos dos baños:
El primero se realizará a partir de una preparación con pimienta blanca y colonia, mientras que para el segundo serán necesarios pétalos de rosa, miel y canela.
Para prepararlos se deberán mezclar los ingredientes con agua y se dejarán hervir, posteriormente y una vez finalizado el baño normal, se deberá verter la preparación sobre el cuerpo, mientras se mentalizan las bondades que traerán, una vez finalizado el ritual, no deberá secarse el cuerpo con una toalla normal, por el contrario deberá esperarse a que el agua se evapore.
No obstante hay que tener en cuenta que los rituales de fin de año y en general este tipo de ‘agüeros’ dependen sustancialmente de la convicción con la que se practican y que en ningún caso suelen ser milagrosos y remplazar el empeño y la dedicación en las acciones diarias.