Es que fue que fue
Nadie nace aprendido, dicen por ahí. Ni todos tenemos las mismas habilidades, ni se espera que las tengamos, ni más faltaba. Pero en razón del ejercicio de una profesión u oficio, es claro que existen requerimientos para cumplir con la responsabilidad a cargo y, de acuerdo con las circunstancias, hay unos niveles de calidad esperados en el desempeño, esto es apenas obvio. Se espera que el médico haga con uno lo que le toca, bien hecho; que el ingeniero calcule bien el puente, que el chef sea exacto al apagar el fuego y que el arquero siempre tape el penalty.