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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Andrés Barrios Bernal

Entre sequías e inundaciones

¡Qué paradojas! Por un lado, nos falta el agua y por el otro la tenemos hasta el cuello. Lo de Bogotá es alarmante y esta semana que culminó quedó demostrado que se necesitan medidas urgentes en cuanto al manejo de nuestras fuentes hídricas.

Durante este 2024 hemos padecido por cuenta de las sequías o los bajos niveles de los embalses que surten de agua a la ciudad, situación que ha llevado a la Administración Distrital a adoptar medidas de racionamiento. Y terminando el año pasó lo que se había advertido: inundaciones en la autopista Norte.

Las imágenes que dejó la emergencia fueron dramáticas, por decir lo menos. Niños desesperados y atrapados en rutas escolares, gente tratando de dirigirse a sus destinos bajo el frío y el paso de las horas. Lejos de una película, era la realidad, menores de edad tuvieron que dormir en sus colegios, bajo la angustia de sus padres, pues fue imposible llegar a sus hogares. Solo imaginen por un momento que uno de esos pequeños hubiera sido alguno de nuestros hijos.

En medio de este escenario, uno de los primeros en criticar fue el presidente Gustavo Petro; decidió lavarse las manos y endilgar responsabilidades. Sin embargo, es él quien de una vez por todas debe asumir y enfrentar las situaciones que se presentan como consecuencia de sus perversas decisiones que lo único que hacen es llevar al caos. La semana pasada señalé que el mandatario se la tiene montada a Bogotá y hoy lo reitero.

Petro y su radical ministra de Ambiente, Susana Muhamad, quien ahora sería su alfil a la Alcaldía de Bogotá, tienen bloqueados los Accesos Norte II, por causa de sus fanatismos ambientales, como dice mi colega, la concejal Sandra Forero. A inicios de este año la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) archivó el trámite administrativo de solicitud de licencia, paralizando la obra en mención.  

Pero ojo, este proyecto de infraestructura no solo solucionará la movilidad de más de dos millones de personas de Suba, de Usaquén y de los municipios vecinos de la sabana de Bogotá, sino que también brindaría soluciones para restituir la conexión hídrica del humedal Torca – Guaymaral evitando inundaciones como las que estamos afrontando.

Pero sumado hay una encrucijada, en la actualidad, la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, como entidad responsable del proyecto Accesos Norte II, es quien tiene autonomía y decisión sobre la autopista Norte entre las calles 191 y 245, esto a raíz de la entrega de la concesión.

Esto quiere decir que las entidades distritales que deben adelantar el mantenimiento de infraestructura en términos de iluminación, aseo y movilidad, no pueden, ya que tienen que solicitarle permiso a la ANI para poder intervenir.

La autopista que tenemos en la actualidad fue puesta al servicio en la década de los cincuenta; sin embargo, el desarrollo urbanístico del norte de Bogotá 70 años después hace que este importante acceso sea insuficiente para sostener la alta carga vehicular de aproximadamente 30.000 vehículos que transitan diariamente por este corredor vial.

El humedal Torca – Guaymaral como parte de la estructura ecológica principal juega un rol fundamental para entender la necesidad de adelantar las adecuaciones necesarias en términos de infraestructura y mancomunar esfuerzos para recuperar el corredor hídrico natural; esto debido a que en el momento de construcción de la autopista Norte, el ecosistema en mención se dividió en dos.

El Plan de Ordenamiento Zonal Lagos de Torca contempla importantes acciones en términos de recuperación de la estructura ecológica principal, según lo consignado en el Decreto 088 de 2017. Este proyecto de 1.803 hectáreas plantea la reestructuración de los drenajes pluviales naturales como lo son el Canal Torca, la recuperación del humedal Torca – Guaymaral y la adecuación y construcción de redes de alcantarillado con descarga en el río Bogotá.

Por lo anterior, el presidente Petro y su gobierno deben pensar en el bien común y dejar de lado egos políticos que una vez más están bloqueando el desarrollo de Bogotá. La capital del país necesita de un presidente que le ayude a solucionar sus problemas y no que sea una constante piedra en el zapato.  

Andrés Barrios Bernal

Petro se la montó a Bogotá

La descentralización en Colombia ha sido un reto permanente. Desde finales de la década de los ochenta se empezaron a incorporar políticas que abrieron camino a transformaciones en el marco legal y administrativo que, posteriormente, se consignaron en la Constitución Política de 1991. 

La Carta Magna llevó a un Estado Social de Derecho y Descentralizado, lo cual significó el paso a la elección popular de alcaldes y gobernadores, a la autonomía territorial, a las transferencias de recursos desde el gobierno central a los locales y regionales y al fortalecimiento de los Concejos Municipales y Asambleas Departamentales. Sin embargo, pareciera que al presidente de Colombia, Gustavo Petro, se le olvida parte de lo anterior.  

En el caso concreto de Bogotá, hay que decir que Petro se la montó. Está empecinado en bloquear los proyectos que representan avance para el Distrito Capital, sin respetar su autonomía, como lo establece la Constitución.

En el más reciente hecho, su ministra de Ambiente y alfil para lanzar a la presidencia de la República, María Susana Muhamad, frenó la ampliación de la avenida Boyacá, un proyecto que es clave para la ciudad y para descongestionar la movilidad del norte. La titular de la cartera ambiental interpuso una demanda, que fue admitida por el Consejo de Estado, contra la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, con la intención de anular una resolución de 2023 que autorizaba la licencia que permitía construir la obra.

Según el argumento del gobierno, se está poniendo en riesgo la Reserva Thomas van der Hammen y también el agua de Bogotá. Algo que el alcalde Carlos Fernando Galán inmediatamente rechazó, recordándole a Petro que, incluso, dicha obra se contempló en su Plan de Ordenamiento Territorial hace más de 10 años.

Lo cierto es que el presidente de Colombia no ha querido entender que ya no es alcalde de Bogotá y que las obras y proyectos que él bloquea, son pensadas para brindar calidad de vida a millones de personas.

Así las cosas, el caos de la capital no va a mejorar por ahora, porque Petro también tiene paralizadas las obras de ampliación de la autopista Norte, desde la calle 191 hasta la 245, por una decisión de ANLA de archivar el trámite de licenciamiento ambiental para el proyecto que debía empezar a inicios de este año. Lo mismo ha pasado con el Metro, con la PTAR Canoas (que ya por fin ve una luz) y con las subredes de salud.

Petro tiene desidia con la ciudad y ni raja ni presta el hacha. Aquí necesitamos avanzar, por eso le pedimos que deje de lado su ego, que permita trabajar a los gobernantes locales y que se busquen soluciones rápidas y reales para llevar los proyectos de infraestructura a buen puerto, sin descuidar el impacto ambiental. Petro está siendo revanchista y no ha querido aceptar que él, Gustavo Bolívar y su partido, perdieron en Bogotá. 

Andrés Barrios Bernal

¡En defensa de los niños!

Desde hace unos meses se ha venido intensificando el plan del presidente Gustavo Petro y de su gobierno de imponer una agenda política LGBTIQ+ en Colombia. Y aunque muchos no compartamos esta visión, sabemos que la razón de fondo tiene que ver con que el mandatario no ha hecho otra cosa que decepcionar a su electorado, por lo que debe buscar el apoyo de las minorías para sentir que medianamente obtiene réditos.

Sin embargo, lo que definitivamente no se puede permitir de ninguna manera es que la izquierda quiera imponer la ideología de género en los menores de edad e instrumentalizarlos.

Recientemente, a un grupo de opositores nos tildaron de mentirosos, de alarmistas, de fanáticos y hasta de radicales por advertir sobre este perverso plan de Petro con el que además de imponer su agenda, busca permitir el cambio de género en niños, niñas y adolescentes. Algo que es cierto, salió a luz y esta semana fue destapado.

Es alarmante que el Ministerio de Justicia tenga listo un decreto para que sea factible el cambio de sexo en los documentos de identidad de los colombianos que así lo deseen, incluidos los menores de edad. De expedirse esta norma, cualquier persona podría hacer modificaciones en su identificación y elegir si se considera de género femenino, masculino, no binario, transexual o travesti.

Y no es un “invento”, la misma ministra Ángela María Buitrago, salió a decir en medios de comunicación que incluso a un niño de siete años se le debe permitir declararse no binario si así lo decide y en su documento de identidad se le debe realizar el cambio, ¡Háganme el favor!

Además, y de forma preocupante, este borrador de decreto contempla que en la implementación de este trámite «quienes ejerzan la función notarial no podrán rechazar la solicitud de corrección para una persona menor de edad, y deberán tramitarla bajo el procedimiento contemplado en el decreto». Es decir, todas las notarías están obligadas a hacerlo, les guste o no. Estén de acuerdo o no.

Como si esto fuera poco, el decreto también establece que un menor puede hacer la solicitud de modificación del componente “sexo” sin el acompañamiento de sus padres, pasando una vez más sobre el derecho que tienen ellos sobre sus hijos. Lo inverosímil es que en este país sí se requiera ser mayor de edad para votar, ingerir licor, conducir y hasta para tener patrimonio.

Lo que está pasando en Colombia es grave, a esto se suma la reciente circular expedida por parte de la Superintendencia Nacional de Salud que entrega instrucciones a las entidades prestadoras del servicio para que se realicen procedimientos de cambio de género en niños, niñas y adolescentes, olvidando que sus efectos son irreversibles.

Colombia no puede estar de manos cruzadas ante la infamia de esta agenda política que quiere calar en la inocencia de la infancia argumentando el cumplimiento de sentencias de la Corte Constitucional. Lo que esconde Petro y su gobierno es que las amoldan a su conveniencia y en búsqueda de sus propios interés de activismo, porque para ellos es claro que “hecha la ley, hecha la trampa”.

Ojo, porque la agenda política LGBTIQ+ del gobierno Petro nuevamente busca meterse con nuestros niños y Colombia no lo puede permitir. ¡Con los niños no se metan!

Andrés Barrios Bernal

Petro, ¡no intimide a la oposición!

Sentado frente al computador para escribir este artículo, revisando detalladamente y con sensatez lo sucedido en los últimos días, le digo al presidente de Colombia: no nos van a callar.

La Superintendencia  Nacional de Salud, expidió la circular externa 2024150000000011-5 de 2024, en la que se dan instrucciones para que se “(…) brinde apoyo integral en los tratamientos y procedimientos de afirmación o reafirmación de género a niños, niñas y adolescentes trans promoviendo la articulación de sus redes afectivas y de cuidado”.

En respuesta a esta alarmante circular, esta semana que pasó, padres de familia y concejales nos manifestamos frente a las oficinas de la Supersalud con el fin de rechazar el documento presentado por la entidad en cabeza del señor Luis Carlos Leal.

Sin embargo, se ha querido mostrar ante la opinión pública que el superintendente fue agredido por “una turba enfurecida”, pero quienes realmente estábamos ahí, sabemos que fue él quien, en actitud desafiante, se acercó a la multitud, escoltado hasta las narices. Además, fueron sus asesores quienes me agredieron.

Ahora bien, con relación al contenido de la circular, debo decir que, los niños y niñas no están en la capacidad de tomar decisiones de este tipo, donde, a través de procedimientos quirúrgicos y hormonales, se afectará su estado físico y de salud de por vida. De igual forma, la circular omite el papel de los padres en las decisiones trascendentales e irreversibles que puedan tomar sus hijos, de hecho, aún cuando se basan en la sentencia T-447 de 2019 de la Corte Constitucional, omiten que esta misma establece que es necesaria la “concurrencia de voluntades entre padres e hijos” y la cercanía a la mayoría de edad para el inicio de estos tratamientos.

Para nuestro ordenamiento jurídico sí se requiere de una edad mínima para conducir y votar, incluso, la Superintendencia de Transporte estableció que los menores de edad necesitan un formulario de autorización de sus padres para poder viajar vía terrestre en el país; teniendo en cuenta todo lo anterior, ¿cómo es posible que para iniciar tratamientos de cambio de género entonces es permitido desde los tres años?

En medio de todos los problemas y desafíos del sector salud en el país, Luis Carlos Leal ha decidido enfocarse y promover toda una agenda política LGBTI, que venía trabajando desde que era Concejal de Bogotá, lo que se evidencia en esta circular. ¿Vamos a dejar la salud de nuestros niños en manos de políticos que sólo buscan visibilizarse desde sus cargos públicos?

El presidente Gustavo Petro, como bien lo sabe hacer, intenta intimidarnos, llamando a que, quienes estuvimos presentes en el plantón, seamos denunciados por “llenar de odio, con mentiras, a ciudadanos y ciudadanas”. Presidente, no nos dejaremos amedrentar por usted, ni por quienes quieren hacer política a costa de la salud y el bienestar de los menores. Como concejal de Bogotá, y padre de familia, seguiré trabajando para que se respeten los derechos de los niños y sus familias.

Por esto, el próximo sábado 19 de octubre, estaré en la marcha nacional y seguiré alzando la voz por el bienestar de los niños y niñas. Al Superintendente y al presidente les digo ¡los niños no se tocan!

Andrés Barrios Bernal

¡A ahorrar agua!

Bogotá inicia nuevamente ciclos de racionamiento diarios motivados por la grave crisis en los embalses que proveen de agua a la ciudad. Es decir, los turnos para cada zona van a rotar de la misma forma como se propuso en el esquema inicial por parte de la administración distrital y cada diez días se repetirá.

Y es que la situación es dramática, así hay que decirlo. Actualmente, el embalse de Chuza, que hace parte del Sistema Chingaza, encargado de surtir el 70% del agua a Bogotá, tiene su volumen de almacenamiento en algo más de 84 millones de metros cúbicos, cuando la capacidad total es de 220 millones. Sin duda, esta situación nos obliga como ciudadanos a adoptar medidas responsables en nuestra cotidianidad, además de motivar a los demás a tomar conciencia, pues el agua no es eterna.

Nuestras fuentes hídricas son importantes y la realidad que afrontamos es muy preocupante. La sobreexplotación, la contaminación, el cambio climático, el consumo excesivo y poco responsable, son factores que inciden y que, desde luego, generan una amenaza sobre este recurso.

En este sentido, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Desde julio pasado advertí desde el Concejo de Bogotá a la administración distrital que no se podía bajar la guardia y que constituía un mal mensaje pagar pauta en redes sociales aseverando que la crisis estaba controlada. El tiempo lo demostró. Lo cierto es que no y que lo peor puede estar por venir el próximo año si seguimos con la llave abierta de forma ilimitada.

Debemos generar conciencia en la población sobre el uso responsable del agua: Reducir el consumo, reparar fugas y promover la reutilización, ya que estos son pasos esenciales. El Distrito debe insistir en medidas claras y pedagógicas que permitan lograr una real disminución del consumo en los ciudadanos, no sirve de nada aplicar medidas de racionamiento si no se logra una reducción.

También, considero que, deberíamos pensar en la idea de incorporar como estrategia la entrega de incentivos no económicos a quienes tengan una mejor cultura del ahorro de agua, tal y como logramos incorporarlo en el Plan Distrital de Desarrollo.

Para tener resultados a largo plazo, hoy Bogotá también necesita que los niños, niñas y adolescentes tengan conciencia de la gravedad de este problema, que conozcan cómo funciona el sistema hídrico de la ciudad y que puedan cambiar sus hábitos para consumir menos agua en su día a día. Es ideal un programa robusto de educación ambiental que promueva el cuidado de los recursos naturales.

Lo anterior se logra con dos simples aspectos: que conozcan de dónde viene el agua que consumen a diario y la importancia de la naturaleza; y que incorporen medidas de higiene eficiente y hábitos de consumo responsable.

Por otra parte, llama la atención que, aunque debemos invertir en infraestructura, no se está hablando de eso como prioridad. Bogotá necesita cuencas subterráneas para almacenar y tratar el agua de manera eficiente como se hace en Israel, Copenhague en Dinamarca y Los Ángeles en Estados Unidos, por citar algunos ejemplos.

Por último, y como contribución al debate, pero también a las soluciones, los escenarios en los que se hable del tema deben ser diversos y promovidos desde nuestros roles en la sociedad.

Adenda: El próximo 1 de octubre están invitados al Foro S.O.S. Por El Agua en el Cabildo Distrital. En él y bajo los aportes de expertos, abordaremos propuestas ante la crisis, se hablará sobre gestión de pérdidas de agua, gestión socio ambiental para elevar la cultura del agua, gestión del riesgo del recurso hídrico, implementación de tecnologías e innovaciones ahorradoras, entre otros aspectos.

Andrés Barrios Bernal

¿Se debe endeudar Bogotá?

Por estos días la atención sobre asuntos financieros de Bogotá se centra en el proyecto de acuerdo 622 de 2024 relativo a cupo de endeudamiento. Esta iniciativa, de la que resulté elegido ponente mediante sorteo, fue presentada por la administración distrital y, palabras más, palabras menos, lo que busca es que se autorice a la ciudad para endeudarse y así financiar proyectos de inversión contemplados en el Plan Distrital de Desarrollo.

Mediante esta fuente legítima de financiamiento, por un lado, se piden 9,59 billones de pesos para temas relacionados con movilidad, hábitat, seguridad, educación, cultura y salud. Por otro lado, se solicitan 3,5 billones de pesos para la empresa TransMilenio, específicamente para la construcción de la troncal de la Calle 13 que ya tiene adjudicados los dos primeros tramos de los siete que se contemplan.

Ahora bien, tras revisar detalladamente el proyecto, escuchar a la administración distrital y sostener reuniones con los secretarios y directores de cada sector para ahondar en las soluciones que se le están planteando a la ciudad ante tantas necesidades, surgen varios cuestionamientos.

El primero de ellos está relacionado con la capacidad de ejecución que tiene actualmente el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, ya que de los 13.1 billones de pesos solicitados, 8.7 billones los manejará esa entidad. Esto representa el 66.4 por ciento del monto.

Dicho lo anterior, me permito explicarlo. El IDU, que depende del sector movilidad, está solicitando 4.1 billones de pesos para diferentes obras; entre ellas: conservación de la malla vial, cicloinfraestructura, espacio público, la vía Suba Cota, la avenida Jorge Gaitán Cortés, la avenida Las Villas, entre otros proyectos.

Por otra parte, TransMilenio, dentro del paquete o cupo de los 9,59 billones, está pidiendo 1 billón para obras de infraestructura como la Av. 68, la conexión troncal Av. 68 con carrera Séptima, gestión predial y traslado de redes de la Séptima, troncal Av. Ciudad de Cali y Troncal Calle 13 (lotes 3 al 6 etapa de mantenimiento). Sin embargo, estas obras, vía contrato interadministrativo le correspondería hacerlas al IDU por competencia. 

Además, todavía no está claro, y así lo han expresado las propias cabezas de las entidades, si 112 mil millones de pesos que también se solicitaron para el sector Movilidad serán ejecutados por el IDU o por la Unidad de Mantenimiento Vial.

Y los 3.5 billones solicitados por TransMilenio (que por primera vez se está endeudando por cupo), también los ejecutará el IDU. Estos recursos serán para las obras de la Troncal Calle 13 que va desde Las Américas hasta los límites con el río Bogotá.

En este sentido es claro que no es la inversión en seguridad el principal factor por el cual se endeudará el Distrito, pese a que es su bandera. La gran mayoría de recursos estarán destinados a proyectos de infraestructura que la ciudad necesita. Pero, ¿Puede con todo el IDU? ¿Cuántos frentes de obra activos tendrá la ciudad en los próximos años? ¿Cuál será el plan de movilidad en una Bogotá con obras y más obras? ¿La administración de Galán insistirá en reestructurar esa entidad como se quiso en el Plan de Desarrollo, pese a todas estas responsabilidades a cargo?

Considero que es importante revisar con lupa no solo las nuevas obras que se contemplan y que quedaron en el PDD Bogotá Camina Segura, sin dejar de centrarnos en las que están en curso y que de hecho presentan retrasos.

De hecho, me causa especial preocupación a la conexión troncal de la Av. 68 con carrera Séptima. ¿Del bolsillo de los ciudadanos se va a costear la obra que tenía que hacer un privado? Pues en el cupo se están solicitando $247,194,886,196 para realizarla. Sin embargo, esa construcción debía hacerla Aldea Proyectos y así se estipulaba en el Plan Parcial El Pedregal, que todos sabemos que está en veremos desde hace años, incluso la empresa entraría en proceso de reorganización.

Esto lo que quiere decir es que vamos a endeudar a la ciudad para hacer la obra, sin que haya una garantía de que ese dinero se recupere posteriormente.

Ahora bien, de no hacerse, estaría en riesgo la conexión operacional de TransMilenio en ese punto de la ciudad.

Esperemos que dentro de las exposiciones que actualmente hace el Distrito ante la Comisión de Hacienda del Concejo de Bogotá se sigan despejando estas y más dudas, en aras de que los ponentes podamos contar con la información suficiente para presentar a la ciudad y adoptar la mejor decisión en beneficio de todos.

Andrés Barrios Bernal

ETB está perjudicando la seguridad en Bogotá

Enhorabuena el Distrito confirmó que vienen cambios en la junta directiva de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, ETB. Sin embargo, tuvieron que transcurrir nueve meses de la administración de Carlos Fernando Galán y varios debates de control en el Concejo de Bogotá para que se anunciara esta decisión. Es decir, no se reaccionó por voluntad sino ante un termómetro político.

Además de los posibles riesgos financieros de la compañía y del mal servicio que a diario denuncian los ciudadanos, Bogotá se raja en el funcionamiento de las cámaras de videovigilancia de la Secretaría de Seguridad, en gran medida, por culpa de la ETB. ¿Cuál es la razón? constantemente, la empresa alude fallas masivas de conectividad, razón por la que quedamos a ciegas y desprotegidos. Por supuesto, esto genera que no haya forma de hacer seguimiento a delincuentes o de contar con material probatorio a la hora de judicializar.  

Lo más grave de este asunto es que pareciera no haber una intención seria o voluntad para tomar cartas en el asunto, ya que el número de cámaras sin funcionamiento, por fallas en conectividad, ha venido aumentando mes a mes durante este 2024. Mientras que en febrero no servían 358, en agosto ese número llegó a 935.

¿Es esto justo con Bogotá? evidentemente no, y menos si la ciudadanía se rompe el lomo trabajando para pagar sus impuestos y el Distrito contrata el mal servicio de una empresa como ETB, que ha demostrado que la calidad no es su eslogan.

La ciudad ha pagado de 2020 a la fecha más de 197 mil millones de pesos a la ETB por el servicio de conectividad (que generalmente no sirve) para el sistema de videovigilancia y tecnología interoperable del Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo, C4. Ese dinero es el equivalente a construir 36  colegios con capacidad para mil niños y más de lo que cuesta el Bronx Distrito Creativo.   

Es vergonzoso que a la ETB se le esté pagando una millonada por un servicio precario y que no funciona como debería. Si nos centramos en los principales puntos afectados, encontramos que son las estaciones de TransMilenio e inmediaciones de instituciones educativas.

Conocí el caso de un colegio en el norte de Bogotá al que un mismo delincuente ingresó a robar en dos oportunidades, pero no pudo ser llevado ante la justicia ya que al momento de solicitar los videos a las autoridades, estas respondieron que no existían debido a que esas grabaciones no pudieron captarse porque las cámaras presentaban fallas en conexión, es decir, estaban allí de adorno.

También es muy cuestionable la transparencia al interior de la ETB. Al consultarles por el número de cámaras fuera de servicio, se limitaron a responder  que la información es parte de la reserva del acuerdo de confidencialidad. Háganme el favor. Su presidente, el señor Alex Blanco, debería saber que el convenio es público, se paga con dinero de la gente y, por ende, toda la documentación tiene que estar a la luz.

Sobre esta empresa y sus manejos quedan muchas dudas, sobre todo, cuando el derecho a la seguridad de la ciudadanía se está viendo afectado por su negligencia. Sin duda, es muy importante que se realicen auditorías a los convenios con la ETB, que los entes de control estén vigilantes y que se revisen otros proveedores. Sin embargo, si definitivamente esta empresa no brinda sus servicios adecuadamente, el distrito debe decidir si seguir o no contratando con ellos.

Asimismo, se debe proteger la infraestructura ya que, según argumentan, es por vandalismo que se generan tales fallas de conectividad. En este sentido, ¿cómo está trabajando el Distrito en la desarticulación de bandas de robo de cobre? A esta altura, lo cierto es que el mal servicio de conectividad de la ETB está siendo perjudicial para Bogotá.

Andrés Barrios Bernal

Concejal Andrés Barrios denuncia que un usuario de TransMilenio fue lesionado al interior del sistema sin recibir atención

El concejal del Centro Democrático, Andrés Barrios, denunció el caso de Jhon Jairo Vargas Castro, un hombre que resultó gravemente lesionado el pasado 27 de agosto a las 4:30 de la mañana al interior del Sistema TransMilenio cuando se dirigía a su trabajo, sin que se activaran los protocolos de atención.

Según narra la víctima los hechos ocurrieron en el Portal de Las Américas en medio de una aglomeración de personas: “Me encontraba dispuesto a ingresar al bus y cuando lo hice me empujaron, perdí el equilibrio. Me fui de frente contra una de las sillas del TransMilenio y me pegué en el costado izquierdo del tórax, lo cual me produjo tres fracturas en las costillas 5, 6 y 7 y un golpe muy fuerte en el pulmón. En ese momento me quedé casi sin aire, con muy poca respiración y con la indolencia de muchos usuarios, quedé ahí tirado. El conductor hizo caso omiso a lo sucedido, tuve que esperar casi 15 minutos hasta llegar a la próxima estación”.

El concejal Barrios hizo un llamado tanto a TransMilenio como a la Secretaría de Movilidad para que expliquen por qué no se atendió el caso de manera inmediata.

“No puede ser que una persona se suba al transporte público para ir a trabajar y resulte afectada en su salud, con tres costillas fracturadas, ante la evidente negligencia y la falta de control por parte de TransMilenio en cuanto al cupo de personas que se suben en los articulados. También es importante mencionar que estas aglomeraciones se presentan a diario como consecuencia de las demoras en los trayectos y la falta de frecuencias, un tema que hemos venido denunciando desde hace tiempo atrás”, dijo el concejal.

Al respecto, TransMilenio respondió que el Ente Gestor adelanta acciones en estaciones, paraderos y portales para que el ingreso a los buses se haga en filas ordenadas con el fin de agilizar el abordaje, garantizar la seguridad y la integridad, de todos nuestros usuarios.

En un comunicado el Sistema TransMilenio dijo que en adelante trabajará para que las acciones necesarias para que este tipo de situaciones no se vuelvan a presentar.

Nota relacionada: Capturan a vigilante que disparó a un colado en TransMilenio

Que las víctimas de hurto en Bogotá no se nos vuelvan paisaje

No son un número más; las víctimas de hurto en Bogotá merecen ser atendidas, escuchadas y apoyadas. En el último cuatrienio tuvimos más de 620.000 seres humanos, como ustedes y como yo, que padecieron por este delito ante el actuar inmóvil, en muchas ocasiones, por parte de las autoridades.

Este número de personas es el equivalente a llenar 16 veces el estadio El Campín o incluso es toda la población de una ciudad como Ibagué. ¿Dramático no? Pero Claudia López y su administración, por fortuna, ya son pasado.

Sin embargo, no es un secreto que acabar con esa herencia delincuencial en nuestras calles y barrios es el caballito de batalla del actual alcalde Carlos Fernando Galán. No en vano ya llevamos 90.000 víctimas de hurto en este 2024, sin contar a todas esas personas que no denuncian porque consideran que no sirve de nada. Cuatro de cada 10 ciudadanos no lo hacen porque creen que no habrá alguna solución, así lo reveló el informe de Calidad de Vida de Bogotá Cómo Vamos correspondiente al año 2023.  

En medio de este aterrador panorama, del que hablamos como si ya fuera algo normal, pues los casos de hurto se nos enquistaron en la cotidianidad, en el Concejo de Bogotá propuse la creación de un protocolo para atender a esas víctimas olvidadas. Queremos que se les ponga nombre y apellido.

El Proyecto de Acuerdo del cual hablo, el 552 de 2024, fue aprobado esta semana en primer debate de la Comisión de Gobierno y ahora hará su curso en la Plenaria, donde insistiré en su necesidad.

Según el Sistema de Información Estadístico Delincuencial y Contravencional, SIEDCO, en los primeros siete meses de 2024 se registraron en Bogotá 76.685 casos de hurto a personas; 5.340 casos de hurto a comercio; 3.657 casos de hurto a residencias; 2.343 casos de hurto a automotores y 2.951 casos de hurto a motocicletas.

Con este proyecto que propongo buscamos establecer lineamientos para la construcción de un protocolo integral de atención a víctimas de hurto. ¿Esto qué significa? El objetivo es que a esas personas afectadas se les brinde mayor acceso a toda la oferta institucional en materia de atención psicológica y jurídica.

Queremos que bajo las directrices de la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, haya articulación con redes de apoyo y grupos de vigilancia comunitaria por localidad para el fortalecimiento de la denuncia.

Mediante ese protocolo también buscamos obtener y suministrar información sobre los contextos, identificar los patrones y lugares donde los delitos ocurren con mayor  frecuencia; todo con el fin de divulgar como una medida preventiva.

Con esta iniciativa también queremos que se recupere la confianza entre los ciudadanos y las autoridades, que como bien sabemos se ha visto desgastada en los últimos años ante la ausencia de líderes que velen por esa armonía.

Andrés Barrios Bernal

Las drogas no son “progresismo”

En los últimos tiempos nos han querido vender la historia de que las drogas no son un veneno, que no destruyen vidas, que llevan a la felicidad y otra sarta de falsedades. Hay quienes incluso se atreven a decir que representan “progresismo”, el siglo XXI, el libre albedrio y la garantía de derechos. 

Sin embargo, y ante todas estas falacias que nos han querido imponer en la sociedad, debemos reaccionar con contundencia y proteger a los niños, niñas y adolescentes, quienes son los que mayores riesgos corren. Tenemos a un gobierno nacional que es permisivo, en el que lo malo es bueno y lo bueno es malo. A través de este tipo de discursos se engaña a diario a cientos de personas, incluso por medio de la televisión pública.

Tan es así que las cifras no mienten y lo llevo al plano de Bogotá. Aquí tenemos alarmantes casos de menores de edad afectados por las drogas y el alcohol. Como consecuencia hay hogares destruidos, en búsqueda de ayuda y luchando por rescatar a esos seres queridos que han caído en estos venenos.

La ciudadanía debe saber que entre el 2020 y lo que llevamos de este 2024 se han registrado 10.686 atenciones a menores de edad en servicios de salud del distrito por trastornos relacionados con consumo de sustancias psicoactivas. Localidades como Kennedy, Puente Aranda, Bosa, y Fontibón son las que reportan mayor número de casos. 

Recientemente conocí el testimonio de una madre que lucha por sacar a sus dos hijos del abismo de la drogadicción, pues en un abrir y cerrar de ojos fueron envueltos por supuestos amigos que los sumergieron en ese mundo.

Y es que en la capital del país los jóvenes entre los 14 y los 17 años son los que reciben el mayor número de atenciones por consumo de drogas o alcohol. Ante esta realidad, que no se puede tapar o esconder, insisto en que en los entornos escolares se deben brindar garantías. El Distrito tiene la enorme responsabilidad de enfrentar a los jíbaros, de mejorar la seguridad en este tipo de espacios y de brindar jornadas de sensibilización. 

Sin embargo, siento gran preocupación al constatar la falta de voluntad y desidia que muestra una secretaría como la de Educación a la hora de incorporar programas pedagógicos. No han querido sacar adelante una Semana de Prevención al Consumo, a diferencia de otras entidades que sí tienen las ganas y reconocen la problemática que tenemos. Tampoco asisten a las mesas de trabajo que se les convoca para hablar de estos asuntos.

No se trata de un capricho, hay es que aceptar la realidad. En Bogotá hay menores de cinco años de edad que deben ser atendidos por consumo de alcohol, las subredes de salud reportan 1.483 atenciones de este tipo en los últimos cinco años. Es escandaloso.

Recientemente, desde el Distrito anunciaron el programa “Entornos Escolares Inspiradores”, pues bien, yo los invito a que prioricen los temas de consumo de drogas y alcohol que precisamente son cada vez más frecuente en esos espacios. Hay que ponerse la camiseta, ya que el gobierno que dice ser del cambio no tiene el más mínimo interés en afrontar este problema.

Andrés Barrios Bernal

Una postal para la historia

Según la Organización de las Naciones Unidas todos tenemos derecho a la ciudad, que no es otra cosa distinta al “derecho de habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para una vida digna”, según se cita directamente en la página web de este organismo multilateral.

Hago referencia a lo anterior para explicar que en Bogotá todos cabemos y así se debe garantizar. La ciudad acoge anualmente todo tipo de espectáculos que van dirigidos a diversos públicos y, sin duda, mueven la economía local. Es por esta razón que decidí impulsar, de la mano con el Distrito, específicamente con el Instituto Distrital de Turismo y su director Andrés Santamaría, un Desfile de Autos Clásicos y Antiguos.

En un principio sonó como algo extraño para algunos o tal vez innecesario, pero lo cierto es que ciudades como Bogotá, a las que queremos posicionar en el plano internacional, merecen y deben tener actividades de este tipo por el impacto positivo que generan tanto para su imagen como para su economía. Ya suficiente tenemos con ser la “capital de la polisombra”, por eso considero que es nuestro deber empezar a buscar estrategias que permitan generar identidad y llenarnos de orgullo al mostrar lo que tenemos.

El Desfile de Autos Clásicos y Antiguos será el próximo 31 de agosto y engalanará las calles capitalinas, pues más de 250 reliquias recorrerán Bogotá. Se trata de vehículos que van desde 1920 hasta 1980 y que están afiliados a CAVA (Club de aficionados a los vehículos antiguos). Será un verdadero recorrido por lo que alguna vez fuimos, lo que permitirá a familias enteras evocar una parte de esa historia que nos pertenece y que por momentos olvidamos. El punto de partida será el parqueadero El Salitre, tomará la calle 63 para posteriormente avanzar por la carrera Séptima hasta la calle 134 y bajar hasta el Centro Comercial Paseo San Rafael.

No se trata de un capricho. Las más importantes capitales del mundo como Roma, Madrid, Nueva York, Londres, Ciudad de México, Buenos Aires, Berlín, entre otras, tienen un espacio exclusivo para la celebración de estos desfiles que son esperados año tras año por un público cada vez mayor dada la diversidad del espectáculo. Además, se trata de un evento gratuitito que permitirá a la ciudadanía poder contar con otro tipo de actividades culturales dentro de la oferta ya existente.

Entre los beneficiados, sin duda, estarán la hotelería y el turismo, pero también la actividad automotriz debido a la afluencia que esto genera para talleres de electricidad, mecánica, pintura, tapicería, entre otros, por la demanda en alistamiento y restauración de nuevos clásicos motivados por el desfile. Esto sin contar con el impacto positivo para otros eslabones de la economía. Si año tras año logramos institucionalizar esta actividad, atraeremos turistas colombianos y por supuesto extranjeros.

Un Desfile de Autos Clásicos y Antiguos representa historia, cultura, tradición, nostalgia, remembranza, romanticismo y mucho más para el público que ve pasar a su lado recuerdos vivientes en cada vehículo que hace parte de la multicolor caravana que nos transportará a diversas épocas. Dicen que por donde pasa un clásico siempre habrá una sonrisa y quedará una postal para la historia.

Andrés Barrios Bernal

Crónica de una madre angustiada

Doña Ana es una madre cabeza de hogar con dos hijos de 6 y 8 años. Dice su familia que siempre se ha caracterizado por ser una mujer con carácter y echada para adelante. Pero esta semana pasó las verdes y las maduras porque, de un momento a otro, en el colegio público donde estudian sus niños en la localidad de Usaquén dejaron de darles su almuerzo. ¡Sin mayor aviso!

En una improvisada circular, la justificación dada por esta Institución Educativa Distrital, IED, fue que un desagüe en la cocina estaba dañado, razón por la que cada quien debía solucionar como pudiera.

La señora Ana, quien se gana un salario mínimo, resolvió fiando en una tienda cercana a su casa para poder alimentar a sus niños. Así como ella, también padecieron la situación otros padres de familia de este colegio que cuenta con cerca de dos mil estudiantes en ambas jornadas.

Es aquí donde vale la pena preguntarse, ¿y la Secretaría de Educación? ¿Cuál fue la solución brindada? Tuvo que pasar una semana para que, ante las alertas que presentamos en medios de comunicación, buscaran cómo resolver el problema. Hay que recordarle al Distrito que se trata de niños en edad de crecimiento y que ante este tipo de eventualidades su deber es actuar inmediatamente, sin dilaciones ni pretextos.

Sumado a esto, y siguiendo en los zapatos de doña Ana, en las últimas semanas también tuvo que echar mano de familiares y amigos para que cuidaran de uno de sus hijos, pues en este mismo colegio donde no dieron almuerzo, tampoco hubo clases varios días por la ausencia de una docente. Estas fallas en el calendario escolar se traducen en atrasos en el aprendizaje de cualquier menor. Y, evidentemente, el Distrito está siendo incapaz de resolver los problemas diarios que se deben sortear en cualquier institución.

Pero la angustia de doña Ana va más allá. Esta misma semana se enteró que la Secretaría de Educación recibió más de 13 mil alertas por violencia y abuso en los colegios públicos durante el primer semestre del año. Un promedio de 77 casos al día.

Este dato se suma a las 3.625 alertas sobre consumo de sustancias psicoactivas, lo cual se traduce en 20 llamados al día en promedio. Es decir, niños, niñas y adolescentes están expuestos constantemente a drogas y a alcohol en entornos escolares.

Y qué decir de los asuntos de salud mental. El Distrito registró 4.539 alertas provenientes de los colegios entre enero y junio por conducta suicida. Prácticamente 25 alertas diarias por parte de los 752 colegios públicos que hay en la ciudad.

Tiene razón doña Ana en expresar su angustia y temor, pues no sabe a qué se exponen sus hijos a diario. Sin embargo, ella dice que no tiene alternativa, y como de costumbre, se va a trabajar, se encomienda a Dios y ruega que a sus hijos no les pase nada.

Andrés Barrios Bernal

¿A quién quieren engañar?

No es a punta de “tapen, tapen” o de esconder la realidad que Bogotá va a mejorar su seguridad y a caminar segura. En la ciudad nos estamos rajando en cuanto a tecnología y a cámaras de videovigilancia para hacer frente a los hechos delincuenciales y es deber del Distrito aceptarlo.

En ciudades como Bucaramanga, el alcalde Jaime Andrés Beltrán, lanzó recientemente una ofensiva en la que aseguró que los delincuentes la tendrán bien difícil para esconderse, pues están reparando y poniendo a punto el sistema de cámaras de seguridad públicas. Me pregunto, ¿cómo es que en la capital de Colombia esto no se ha podido hacer?

La Secretaría de Seguridad tiene 5824 cámaras en toda la ciudad, pero de esas hay 1885 dañadas (según información del 19 de julio), así como lo leen: ¡dañadas! Y lo peor, no se ven mayores esfuerzos para repararlas.

Y aquí viene la perla. La Secretaría de Seguridad tiene instaladas en estaciones de TransMilenio 164 cámaras, de las cuales 104 no están operando por fallas en conectividad o vandalismo. Sin embargo, y vaya sorpresa, el secretario de Seguridad, César Restrepo aseguró a medios de comunicación que estas cifras no corresponden a la realidad.

Aquí me quiero detener, pues no se puede tratar de ocultar la realidad y mucho menos engañar a la ciudadanía. Estas cifras que revelé esta semana fueron entregadas directamente por la Secretaría de Seguridad a través de un derecho de petición que él mismo firmó el 17 de julio. En el documento se evidencia que las estaciones Av. Jiménez y Portal Américas, tienen todas las cámaras dañadas. Mientras que, en la del Ricaurte, tienen el 76% de “adorno”, solo por mencionar estas tres.

Lo más aterrador es que en esos puntos, de 2020 a la fecha, se han presentado más de 2200 hurtos bajo diferentes modalidades. En ese sentido, no le queda bien al secretario Restrepo querer salir a tapar el sol con un dedo.

En los últimos días hemos visto al alcalde Carlos Fernando Galán, junto a miembros de su gabinete, trasnochar, recorrer los barrios y acompañar operativos en las localidades, eso no se niega, es lo que esperamos, pues una de las primeras órdenes que dio a sus funcionarios tras asumir el cargo fue que estuvieran en las calles evidenciando de primera mano las realidades de ciudad. Pero hay que hablar con verdades y una de esas es que luego de ocho meses no se han esmerado en reparar y robustecer el sistema de monitoreo.

Nuestra amada Bogotá que está por cumplir 486 años de historia el próximo seis de agosto tiene que tener seguridad y ese sería un muy buen regalo por parte de esta Administración que se eligió con esa premisa.

A la ciudad la queremos y muchos la visitan, de no ser así la plataforma de viajes TripAdvisor no nos hubiera reconocido como el sexto mejor destino turístico del mundo. ¿Se imaginan si nuestra imagen fuera la de una ciudad en la que se puede caminar sin miedo?

Una vez más, aprovecho este espacio para hacer un llamado al Distrito y exigir que se tomen cartas en el asunto, tal y como se comprometieron en el Plan Distrital de Desarrollo. Por lo pronto, seguiré velando y exigiendo que se cumpla el derecho a la seguridad de la ciudadanía.

Andrés Barrios Bernal

El vergonzoso trato a la Fuerza Pública

El sesenta por ciento de la gente en Bogotá se siente insegura según datos de Invamer. Y el panorama se repite en ciudades principales del país. Sin embargo, a nuestra Fuerza Pública, esos valerosos hombres y mujeres que velan por nuestro derecho a la seguridad y por atacar el complejo escenario delincuencial y criminal en las calles, no se les brinda el trato que merecen.

Empecemos por el presidente de la República, Gustavo Petro. Llega tarde a los compromisos con la Policía y el Ejército, abandona los eventos públicos y su falta de cortesía con las Fuerzas Militares ha sido foco de atención en las últimas semanas, esto por mencionar algunos ejemplos.

Sin embargo, a este tipo de comportamientos de Petro, los colombianos, lastimosamente, nos hemos acostumbrado. Pero, uno no esperaría que ese trato indiferente se mantenga en la capital del país, bajo la administración de Carlos Fernando Galán, quien prometió que nuestros uniformados serían dignificados y que Bogotá iba a “Caminar Segura”.

Explico esto diciendo que, sumado a que no hay pie de fuerza suficiente para cumplir con la demanda de trabajo y que la MEBOG tiene más de 3.800 motos que cumplieron con su ciclo de vida útil, hay una nueva perla: ¡No hay contrato de refrigerios para la Fuerza Pública durante las protestas sociales!

Es decir, a quienes ponen el pecho por la gente, no se les da ni un tinto y los tienen pasando hambre. En lo que va corrido de 2024 no se han celebrado contratos para tal fin por parte de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia. Lo más absurdo es que hay recursos asignados por seis mil millones de pesos que no han sido usados sin que tengamos una explicación. La plata está, la voluntad no.

Es insólito que quienes garantizan la tranquilidad en la ciudad estén en estas condiciones. Ni siquiera pasó esto en la alcaldía de Claudia López, quien se caracterizó por su irrespeto constante a la Policía.

Aprovecho este espacio para recordarle a nuestras autoridades distritales que quienes salen a protegernos en las manifestaciones deben someterse a largas jornadas, a condiciones climáticas adversas y, además, en el caso de los integrantes de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (antiguo ESMAD) a cargar elementos de protección con un peso estimado de 20 kilos, pues tienen protector corporal, casco antimotín, escudo, uniforme y prenda de protección balística interna.

Nuestra Fuerza Pública tiene que estar moralizada, pero esto también se obtiene con incentivos y muestras de que los respetamos, partiendo desde las autoridades. Imagínense ustedes estar todo el día a la intemperie sin siquiera un vaso de agua. ¿Cuántos podríamos resistir?  

Quiero recordar que nuestra Fuerza Pública no solo ejerce su trabajo en situaciones de caos como el más reciente paro de taxistas o los bloqueos en la Universidad Nacional que dejaron uniformados atacados y heridos, además de buses vandalizados y alteraciones en la movilidad. Ellos también atienden a diario las movilizaciones o manifestaciones que se registran en la ciudad, que en lo que va corrido de este 2024 ya llegan a 902.

Hasta el momento, “Bogotá Camina Segura” pareciera haber sido solo un eslogan de campaña, pero pasados siete meses de esta administración, no se ve mayor intención de que eso vaya a convertirse en una realidad. No se puede perder de vista que este gobierno distrital será medido por sus logros en materia de seguridad y no se podrá tener una ciudad segura si no se honra y reconoce la labor de la Fuerza Pública.

Por último, ofrezco disculpas a nuestra Fuerza Pública por este trato inmerecido que están recibiendo por parte de la administración. Desde el Concejo de Bogotá y desde la Bancada Pro Fuerza Pública que integro, adelantaré todos los esfuerzos que se necesiten para que sus derechos sean reivindicados.

Andrés Barrios Bernal