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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Andrés Julián Rendón

Nueva investigación al gobernador de Antioquia por detrimento de 26 mil millones de pesos

Mientras el gobernador Andrés Julián Rendón repite en medios y tarimas que su prioridad es la austeridad, que llegó a «poner la casa en orden» y que los antioqueños deben aguantarse recortes sociales en nombre del buen uso de los recursos, lo cierto es que su historial como administrador público demuestra lo contrario: un legado de contratos cuestionables, obras inconclusas, sobrecostos injustificados y una larga fila de investigaciones abiertas por los organismos de control. Hoy, como Representante a la Cámara por Antioquia y como voz crítica frente a este gobierno departamental, es mi deber denunciar con claridad que el supuesto «gerente eficiente» que hoy ocupa la Gobernación, tiene más explicaciones pendientes con la justicia que resultados efectivos para mostrar.

Empecemos por el caso más reciente: la ciclorruta del Oriente. Una obra anunciada con bombos y platillos en 2017, pero que para 2022 —cinco años después— apenas tenía un 37,2 % de avance. Hoy está completamente abandonada. ¿La consecuencia? Un proceso de responsabilidad fiscal abierto por la Contraloría General de la República bajo el número 145-22 por un posible detrimento patrimonial de más de 26.000 millones de pesos, en el que Andrés Julián Rendón fue vinculado en calidad de exalcalde de Rionegro. ¿Austeridad? ¿Eficiencia? ¿Gestión? Lo que hay es abandono, despilfarro e ineficiencia.

 

Pero la ciclorruta es solo una muestra del desastre. Durante su alcaldía también promovió la implementación de los famosos CAI Inteligentes. En papel, la idea era innovadora: dotar a Rionegro con centros de monitoreo policial con tecnología de punta. En la práctica, fue un despilfarro que superó los 13.000 millones de pesos, con CAI que nunca contaron con el aval de la Policía Nacional, sin personal, sin conexión operativa y que hoy son estructuras inservibles. La Contraloría y la Procuraduría han abierto investigaciones por posibles irregularidades en la planeación, contratación y ejecución de ese contrato. Lo que Rendón vendió como seguridad, terminó siendo cemento sin utilidad.

Y no para ahí. Una de las joyas de su cuestionada gestión en Rionegro fue la creación de la empresa SOMOS y el subsecuente sistema SITIRIO, el cual fue presentado como la solución definitiva para articular el sistema de transporte del Oriente antioqueño. Sin embargo, ocho años después y tras inversiones que superan los 36.000 millones de pesos, la empresa no ha cumplido con la construcción del supuesto tren ligero de Rionegro para el cual Andrés Julián viajó hasta Brasil para traerlo al municipio ni ha logrado poner en marcha un sistema integrado de transporte funcional.

Como si fuera poco, también se han presentado cuestionamientos sobre el manejo de contratos de infraestructura en su paso por la Alcaldía de Rionegro. Proyectos de adecuación vial y obras complementarias muestran inconsistencias en los pliegos, sobrecostos de hasta el 30 %, y fragmentación contractual para evadir licitaciones públicas. Y mientras esto ocurría, Rendón vendía la imagen de un alcalde “técnico”, mientras tejía redes de contratación que hoy están bajo revisión de los entes de control.

Entonces, ¿cómo es posible que este personaje tenga hoy el control del segundo departamento más importante del país? ¿Cómo puede hablar de recortes a la inversión social con una mano, mientras con la otra aparece involucrado en escándalos por millonarios detrimentos al erario?

La ciudadanía debe saber quién es realmente Andrés Julián Rendón: no un gerente austero, sino un administrador cuestionado, señalado por negligencia e investigado por posibles actos de corrupción. Su imagen de eficiencia se desmorona frente a los hechos, y Antioquia no puede seguir pagando los platos rotos de su pésima gestión.

Alejandro Toro

Nuevo choque entre Andrés Julián Rendón y Gustavo Petro

El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón y el presidente de la república, Gustavo Petro, sostuvieron un enfrentamiento a través de la red social X, luego de que el primer mandatario exigiera al mandatario local algunos requisitos ambientales para el proyecto de Puerto Antioquia.

“Le solicito al gobernador de Antioquia que haga que todos los requisitos para el proyecto de Puerto Antioquia de tipo ambiental y social se cumplan. Es la ley y deben cumplirla. Los municipios de Urabá deben recibir parte de las utilidades del puerto, y los permisos del uso del agua deben ser adquiridos”, escribió el primer mandatario.

 

De inmediato el gobernador de Antioquia respondió reclamando al jefe de Estado por su falta de compromiso con el departamento, recordándole que quien otorga ese tipo de licencia es la Anla.

“Presidente Petro, lamento que a usted todo lo bueno que pasa en nuestro departamento lo atormente. Los antioqueños estamos muy contentos con la llegada de los puertos a Urabá. ¿Por qué no le gusta que a Antioquia le vaya bien? (…) Nuestra vía al mar de Antioquia y Colombia, el acueducto de Urabá y los puertos, que nos conectan con el mundo, siguen firmes y nosotros los sacaremos adelante, aunque a usted lo atormenten”, escribió

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El proyecto avanza de manera significativa, no solo con el proceso de instalación de tres mega grúas de 1.541 toneladas que se encargarán de movilizar los contenedores, sino también con la fase final de construcción de un viaducto de 4,1 kilómetros que unirá el muelle con los patios de almacenamiento. Además, se están concluyendo los trabajos de la línea de transmisión eléctrica que alimentará toda la operación.

El presunto negocio político del gobernador con el Área Metropolitana del Oriente Antioqueño

La conformación del Área Metropolitana del Oriente Antioqueño no es solo un debate administrativo, sino una maniobra política disfrazada de planeación. La propuesta de integrar municipios como Rionegro, La Ceja, El Retiro, La Unión, El Carmen de Viboral, El Santuario, Guarne y San Vicente Ferrer bajo una única autoridad se presenta como una solución a problemas de movilidad, ordenamiento territorial y servicios públicos. Sin embargo, en la práctica parece responder a intereses particulares que buscan concentrar poder y recursos en unos pocos actores políticos y económicos, entre ellos el actual gobernador.

Ahora, esta no es una idea nueva. En 2019, cuando Andrés Julián Rendón era alcalde de Rionegro, ya había intentado imponer esta figura en alianza con la bancada uribista del Congreso y el entonces gobernador Luis Pérez. Desde entonces, el objetivo ha sido claro y persistente, convertir a Rionegro en un centro de poder regional, subordinando al resto del Oriente Antioqueño a una lógica centralista.

 

Se argumenta que esta integración optimizaría la asignación de recursos y mejoraría la planificación territorial. No obstante, a diferencia del Valle de Aburrá, donde la conurbación es evidente, los municipios del Oriente Antioqueño conservan dinámicas autónomas y realidades socioeconómicas diversas, por lo que forzar una estructura metropolitana artificial ignora estas diferencias y pone en riesgo la identidad y el desarrollo propio de cada municipio.

Además, esta figura metropolitana abriría una puerta de consecuencias a Municipios como Corconá y San Francisco quienes dependen de Rionegro para acceder a servicios básicos, desataría un conflicto para definir competencias y articular la gestión en el borde urbano-rural de los nueve municipios, tal como ocurre en el Valle de Aburrá con el AMVA y Corantioquia.

Sumado a lo anterior, el impacto fiscal de esta decisión tampoco ha sido discutido con suficiente transparencia, teniendo en cuenta que la creación del Área Metropolitana implicaría nuevas cargas tributarias, como la sobretasa ambiental, afectando a una población que no ha sido consultada de manera efectiva. A demás, la exclusión de Marinilla del proyecto demuestra la falta de consenso, incluso entre los municipios más cercanos y desarrollados.

Por otro lado, la autonomía municipal también está en juego, pues bajo dicha figura, decisiones clave sobre ordenamiento territorial, movilidad y planeación quedarían en manos de una entidad supramunicipal, reduciendo la capacidad de gestión de las administraciones locales y aunque Rionegro ha renunciado al derecho de veto, su peso demográfico y fiscal lo convertiría en la autoridad predominante, generando una relación desigual con los demás municipios.

Más allá de los argumentos técnicos, la integración metropolitana profundizaría las desigualdades territoriales en el Oriente Antioqueño, mientras Rionegro y La Ceja continuarían acaparando inversión en infraestructura y servicios, municipios como Argelia, Nariño y Granada seguirían rezagados, lidiando con la falta de desarrollo y las secuelas del conflicto armado.

La imposición de nuevos tributos metropolitanos encarecería el costo de vida en municipios con menor capacidad económica, dificultando el acceso a servicios básicos y frenando su crecimiento. A esto se suma el riesgo de subordinación de los municipios más pequeños a las decisiones de Rionegro, consolidando un modelo de gobernanza desigual que beneficiaría a unos pocos en detrimento del equilibrio regional.

El Oriente Antioqueño no necesita una integración forzada, sino una planificación territorial que respete sus particularidades y garantice un desarrollo equilibrado, es fundamental abrir un debate técnico serio, escuchar todas las voces y priorizar el bienestar de la ciudadanía sobre los intereses políticos y económicos de unos pocos. Esperamos que la Comisión de Ordenamiento Territorial de la Cámara de Representantes analice esta propuesta con rigor y evite que la supuesta integración termine siendo una imposición perjudicial para la región.

Alejandro Toro

El gobernador de Antioquia pone primero la minería que la soberanía alimentaria

Al gobernador de Antioquia pareciera molestarle la idea de que las tierras del suroeste antioqueño sean usadas para alimentar a la gente en vez de convertirse en una mina gigante. Su airada reacción en contra del establecimiento de una Zona de Protección para la Producción de Alimentos (ZPPA) en la región bajo el argumento de que se trata de la imposición de un régimen comunista parece estar más bien alineado con el interés de las grandes empresas mineras.

Andrés Julián Rendón hace quizás de manera intencionada una interpretación errónea de lo que es una ZPPA y cuál es su alcance. No es expropiación ni acciones de una junta central socialista como ha afirmado el gobernador, se trata de un mecanismo indicativo para identificar áreas del territorio que, por sus características de uso, de suelo y el ordenamiento territorial que las determina deben ser protegidas para la protección de alimentos, teniendo en cuenta que el artículo 65 de la Constitución Política determina que la protección de alimentos goza de especial protección del Estado.

 

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La ZPPA responde a las solicitudes de organizaciones campesinas de la región para la salvaguarda de sus territorios ante los riesgos que representa principalmente la actividad minera. Rendón dice que la decisión la toma un burócrata en su escritorio en Bogotá, cuando fue la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria la que sí se sentó con las organizaciones de los 23 municipios del suroeste en múltiples encuentros desarrollados en territorio entre julio y agosto del 2024 donde los actores claves denunciaron que la actividad minera pone en riesgo los recursos hídricos de la región y fueron reiterativos en afirmar que se presenta un conflicto por el uso del suelo donde las actividades campesinas se ven desplazadas por la minería.

Es Rendón el que no tiene idea de cuáles son las solicitudes que se hacen desde el suroeste por estar más pendiente de lo que tienen por decir las grandes multinacionales mineras. No sabe que las áreas sembradas en el Suroeste han crecido en un 12% durante los últimos quince años, así como también ha sido constante el crecimiento en la producción de productos agropecuarios y que es la agricultura y no la minería la actividad que más emplea personas en la subregión, siendo la fuente del 38% de los trabajos.

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Quienes critican la priorización de la producción agrícola por sobre la explotación minera a gran escala sostienen el argumento de que la minería al ser una actividad económica más lucrativa trae consigo el desarrollo de las regiones. Lo que no dicen es que las ganancias obtenidas no se distribuyen de manera equitativa.

Miremos por ejemplo al Bajo Cauca, en donde se han priorizado los intereses mineros por los campesinos y que de acuerdo al Informe de Calidad de Vida en Antioquia para 2023 es la subregión con mayor incidencia de pobreza multidimensional, afectada en un 55% por bajo logro educativo y en un 37% por rezago escolar. Se pregunta uno a dónde va a parar la riqueza minera, porque en la población del Bajo Cauca no se queda.

A Rendón le parece inverosímil pensar que los campesinos de Antioquia, como lo serán los del suroeste a medida que vaya avanzando el proceso de la ZPPA, se organicen en torno a proyectos productivos agropecuarios en donde las ganancias fruto de su trabajo se puedan quedar en la comunidad, que mediante la economía solidaria la tierra sea usada por y para los campesinos con la ganancia extra de que se garantizará para la región y el departamento la soberanía alimentaria, en vez de tener que vender sus tierras y eventualmente su trabajo a la minería.

La protección del suelo para la producción de alimentos en el suroeste antioqueño no es una imposición arbitraria ni un capricho ideológico, sino una medida necesaria para garantizar la sostenibilidad, el empleo y la seguridad alimentaria de la región. Mientras algunos defienden la minería como motor de desarrollo, la realidad demuestra que sus beneficios no se traducen en bienestar para la población. Apostar por la agricultura no solo preserva el medio ambiente y los recursos hídricos, sino que también fortalece las comunidades locales y su derecho a una economía propia y digna.

Alejandro Toro

Gobernación de Antioquia confirmó la muerte de las personas en la avioneta accidentada

El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, confirmó la muerte de los 10 ocupantes de la avioneta que se vino a tierra mientras realizaba un vuelo entre Juradó – Medellín.

Los cuerpos fueron ubicados sobre la 1:00 de la tarde de este viernes por los organismos de socorro que llegaron hasta la zona de la emergencia.

 

Los nombres de las personas que murieron en el accidente son los siguientes: los capitanes Santiago Montoya (piloto) y Luis Guillermo Clavijo (copiloto), así como de Raquel Palacios, Angie Sanclemente Palacios, Cristal Sofía Hernández Palacios, Greimar Castro Sanclemente y Grettel Castro San Clemente, estos cinco miembros de una misma familia. También fallecieron Danny Moreno Culma, Miguelina García y Yoarledis Valencia.

La Gobernación de Antioquia confirmó que el rescate de los cuerpos puede tardar unos días por las difíciles condiciones del terreno.

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Gobernador de Antioquia confirmó el hallazgo de la avioneta desaparecida en zona de Urrao

El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, confirmó el hallazgo de la avioneta tipo cesna HK2522 que desapareció miércoles 8 de enero, mientras cubría la ruta Juradó – Medellín, con 10 personas en su interior. La aeronave fue vista en zona rural del municipio de Urrao.

El mensaje del mandatario departamental fue reforzado por la Aeronáutica Civil, entidad que a través de su cuenta en la red social X comunicó lo siguiente:

 

Petro y el gobernador de Antioquia se enfrentan

El presidente Gustavo Petro y el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, protagonizan un enfrentamiento por cuenta de la propuesta liderada por el mandatario local, respaldada por el Centro Democrático que busca independizar las finanzas del departamento.

La idea del gobernador de Antioquia es impulsar un referendo que le daría autonomía fiscal a las regiones, permitiendo que cada departamento recaude e invierta sus propios impuestos.

 

El primer mandatario respondió desde su cuenta de X oponiéndose a esta iniciativa con el argumento de que sería egoista con las necesidades de miles de territorios en Colombia.

«Este referendo propuesto lo unico que construiría es más pobreza en la mayor parte de los departamentos de Colombia. Concentrar los recursos en una región es uno de los mayores actos de egoísmo social que se puede hacer en la historia de un país y no es sostenible. El país no lo resistiría. Se está mejor cuando los demás están mejor, no al revés», expresó.

La otra Antioquia

Es cierto que Antioquia ha tenido una tendencia política conservadora. Basta revisar las votaciones a la Presidencia por departamento en los últimos 30 años para corroborarlo. Y cuando el país parece girar por primera vez en su historia de espectro ideológico buscando posiciones más sociales y progresistas, el discurso que ha ganado popularidad en el departamento es la oposición férrea a esta tendencia de cambio en el país. De hecho, esta oposición ha ido tomando formas cada vez más extravagantes y caricaturescas. El fracaso de la vaca que promovió recientemente el gobernador de Antioquia, Andrés Julián, y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, es un claro ejemplo de ello.

Sin embargo, hay otra Antioquia que con su historia y sus valores es distante de estas visiones. Es menos visible, tiene menos cobertura mediática, y, sobre todo, ha sido silenciada de forma recurrente. No es casualidad que nuestro departamento sea el que mayor número de víctimas ha aportado en la historia del conflicto armado. Según el Registro Único de Víctimas 1,915,590 personas han sufrido victimizaciones en el departamento, el 19.78% de la población víctima que ha tenido el país. Es decir, podemos afirmar con base en estas cifras que Antioquia es el departamento más violento en la historia de Colombia.

 

Las élites Antioqueñas siempre han negado cualquier tipo de responsabilidad en la configuración de este desolador panorama. Sin embargo, está probado judicialmente que grandes figuras políticas y empresariales promovieron directamente la creación de grupos armados que usaron la violencia en los territorios para asesinar adversarios políticos, adueñarse de grandes cantidades de tierras o construir megaproyectos de infraestructura. Para cumplir con estos planes miles de jóvenes sin oportunidades y sin futuro fueron reclutados por estos grupos y obligados a participar en esta historia de barbarie.

Toda esa violencia fue cobijada bajo una narrativa de legítima defensa y estos grupos armados se formaron bajo el discurso de impedir el avance de fuerzas insurgentes. Sin embargo, la verdad que ha venido emergiendo en los últimos años bajo el relato de las víctimas demuestra que gran parte de la violencia en los territorios fue dirigida en contra de campesinos inocentes, profesores, jóvenes, mujeres, sindicalistas y en general comunidades de diferentes municipios antioqueños que vivieron los horrores como el desplazamiento, la desaparición forzada, homicidios selectivos, masacres y otras violaciones a los derechos humanos.

La violencia rápidamente se transformó en violencia política y fueron asesinados grandes líderes por señalamientos injustos o por denunciar la evidente complicidad de los dirigentes políticos quienes no hacían nada a pesar de conocer estos hechos. La persecución se ensañó con los movimientos y organizaciones populares que luchaban por los derechos laborales, el medio ambiente o la justicia social. Esta historia aún no ha sido aceptada por el conjunto de la sociedad antioqueña, muchos la niegan a pesar de la creciente evidencia y muchos otros la justifican.

La hostilidad que se está promoviendo desde la dirigencia antioqueña hacia el proyecto de cambio en el país se parece a la narrativa que precedió a la violencia paramilitar. Cuando emergen con más fuerza los impulsos para establecer un pensamiento hegemónico es indispensable recordar nuestra historia.

Juan Carlos Upegui

El gobernador de Antioquia podría ir a la cárcel

Podría hablar de la investigación que el gobernador de Antioquia acarrearía por culpa de la fracasada VACA por Antioquia, la cual hasta el momento no lleva ni el 0.5% de su propósito inicial y que recientemente ha estado envuelta en el escándalo de que el Clan del Golfo usó dinero de su actividad delictiva para financiarla, demostrando incluso consignaciones por 10 millones de pesos a través de las redes sociales. Sin embargo, lo dejaré para una próxima columna, porque quiero hablarles de una investigación en la cual el actual gobernador podría complicar su situación y eventualmente ir a prisión, y hasta que se repitan elecciones en Antioquia.

La revista RAYA ha destapado un escándalo mayúsculo: Andrés Julián Rendón, en la actualidad, está en la mira de la justicia. ¿El motivo? La construcción de Centros de Atención Inmediata (CAI) en Rionegro que, a pesar de haber consumido más de 6.000 millones de pesos, siguen siendo elefantes blancos desde hace más de 5 años. Esta inversión millonaria, destinada a la seguridad ciudadana, parece haberse esfumado sin dejar rastro de los beneficios prometidos.

 

Estos CAI llegaron a la opinión pública porque, luego de que Rendón falsamente los inaugurara, un joven fue asaltado y baleado, perdiendo lamentablemente la vida al frente de uno de estos CAI. Cuando las autoridades revisaron, se dieron cuenta de que no había policías y que el CAI nunca había sido entregado a la institución (la misma Policía respondió en un oficio que nunca recibió la estructura).

Más grave aún, el informe técnico de la Contraloría encontró que el lote no se encontraba saneado, incurriendo así en un hallazgo de presunta incidencia penal por configurarse el delito de celebración de contrato sin el lleno de los requisitos legales. A esta suma de irregularidades se sumó la falta de devolución de recursos al municipio por parte del contratista y un no pago de los impuestos a cargo del entonces mandatario.

La situación es tan grave que podrían enfrentar cargos por contratación sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación, y que los antioqueños volvamos a vivir el flagelo de tener un gobernador en la cárcel, como nos tocó con el exgobernador Aníbal Gaviria por también presunta corrupción en una vía departamental.

Ahora la Corte Suprema deberá adelantar este proceso, con un gobernador que ahora se ve envuelto en un nuevo escándalo por crear una vaca donde presuntamente se estaría blanqueando capitales y donde podría existir la configuración de captación ilegal de recursos, entre otros delitos.

Es hora de que las autoridades actúen con firmeza y lleven a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer estos hechos y, de ser necesario, sancionar a los responsables. La ciudadanía merece respuestas y garantías de que su seguridad y sus recursos están en manos honestas y competentes.

Esteban Restrepo

La vaca envenenada

No se necesitaba ser adivino para saberlo. El Clan del Golfo terminó por envenenar la famosa “vaca” promovida por Uribe y el Gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón. Esta banda armada hizo público sus aportes de por lo menos diez millones de pesos que habrían ingresado a la cuenta habilitada por la gobernación para esta cruzada, mezclando en las arcas públicas dinero manchado de sangre y coca con recursos limpios de ciudadanos de buena fe. Era previsible que la rabiosa colecta, cuyo propósito central era mostrarle los dientes al gobierno nacional con el pretexto de sustituir recursos de la nación con voluntarios aportes de los ciudadanos para la terminación de proyectos viales, terminara infiltrada por dineros de dudosa procedencia en un departamento con presencia histórica de estructuras criminales y economías ilegales.

Con el pasar de los días van quedando al desnudo muchas de las falacias que motivan este arrebato de regionalismo paisa. Nos habían dicho que era para la terminación de las vías 4G y el Túnel del Toyo ante los incumplimientos de compromisos del Gobierno Nacional en la financiación de dichas obras. Resulta que en el articulo 4 del decreto expedido por el Gobernador Rendón el pasado 22 de marzo, deja abierta la puerta para que los dineros recaudados puedan ser usados para otros “proyectos de infraestructura vial, orientados a mejorar la conectividad entre Antioquia y el resto del país” que no tendrían nada que ver con compromisos actuales del Ministerio de Transporte o Invias. El propio Ministro Willian Camargo aclaró que el tramo 2 del Túnel del Toyo a cargo del Invias tiene un avance del 79% de las obras y que durante el actual gobierno actual se suman aportes por 1.2 billones de pesos así: 190 mil en el 2022, 405 mil en el 2023, 304 mil en el 2024 y 309 mil en el 2025. Pero el “florero de llórente” de este debate fue la petición de 650 mil millones de pesos de sobrecostos para culminar la obra, que en todo caso el Presidente Petro aceptó finalmente costear desde la nación. El propio José Fernando Villegas, director de la Cámara Colombiana de Infraestructura reconoció en su cuenta de X “que los costos de materiales han aumentado, pues los presupuestos de esta obra se hicieron antes de la pandemia y de la guerra en Ucrania”, una manera “técnica” de justificar pagar mas por la misma obra.

 

Dudas jurídicas han puesto en entredicho a la famosa “vaca”. La Gobernación de Antioquia en el decreto del 22 de marzo invocó el articulo 355 de la Constitución Nacional, pero al revés, recordando a las entidades publicas se les prohíbe donar dineros en favor de particulares pero que “las entidades de derecho público pueden ser beneficiarias de la donación de bienes de otra entidad del Estado o de particulares”. Apeló ademas al articulo 1443 del código civil que “permite donaciones entre particulares” y al concepto 1495 del 2003 del Consejo de Estado que opina que la Constitución no prohíbe “expresamente” tales donaciones. Justificaciones legales que pretendieron responder al señalamiento del Presidente de la República que en su cuenta X cuestionando la “vaca” de Uribe y Rendón hizo alusión al articulo 316 del Código Penal que advierte que “quien desarrolle, promueva, financie, colabore o realice cualquier otro acto para captar dinero público en forma masiva y habitual sin contar con la previa autorización de la autoridad competente incurrirá en prisión de ciento veinte (120) a doscientos cuarenta (240) meses y multa de hasta cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes”. Si aceptáramos la tesis en favor de la “vaca uribista” de una diferencia jurídica entre captación de dinero y donación, en todo caso lo más aconsejable es establecer un aporte voluntario tributario que debe ser avalado o recaudado por la DIAN en las declaraciones de impuestos con una destinación especifica para las obras a financiar. Expertos tributaristas opinan que en este caso, el de las 4G de Antioquia, los aportes tributarios voluntarios deben estar ligados al pago del impuesto de ganancia ocasional.

Ese fue el camino legal que ensayó con acierto el entonces Alcalde de Bogotá Antanas Mockus. Con el decreto 040 del 2002 Mockus autorizó a la Secretaría de Hacienda para ese mismo año gravable recaudar aportes voluntarios de los particulares en calidad de donación, equivalentes a un 10% adicional del valor de los impuestos (predial, vehiculos e Industria y Comercio) que resulte a cargo de los contribuyentes. Este decreto, replicado en las administraciones siguientes de la Capital, incorpora un listado específico de proyectos de dotación, infraestructura o política social sobre los cuales el ciudadano elige el destino de su aporte voluntario. Sin embargo, la legalidad, transparencia y equidad de este ejercicio no alcanzaron para impedir el descenso progresivo de este recaudo. Posterior a esta administración, el aporte voluntario bajó en un 50% debido a que los contribuyentes se resistían a conceder un sobre pago de sus impuestos sin ver resultados positivos o si advertían fenómenos de corrupción en las obras. Los datos históricos de la Secretaría de Hacienda revelan que pasamos de un relativo éxito con 102 mil ciudadanos que lograron aportar 1.763 millones de pesos en al 2002, a apenas 48.569 personas en el 2008 y una reducción a la mitad de esa última cifra en el 2011.

Esta “vaca muerta” atravesada en el camino de la relación entre el departamento de Antioquia y la Nación ha entrado por fortuna en el congelador, mientras se restituye una relación fluida entre la Gobernación y la Presidencia de la República para terminar las obras o para priorizar de una mejor manera las inversiones públicas en esta y las demás regiones de la Colombia más allá de sus principales centros urbanos. Debe quedar como lección para los gobernantes territoriales que la demagogia, las zonas grises entre legalidad e ilegalidad y el chovinismo regional no son buenos consejeros para administrar los destinos de sus territorios y sus gentes.

Antonio Sanguino

Andrés Julián Rendón no suspende la ‘vaca’ para financiar las vías 4G de Antioquia

A pesar de que el presidente de la república, Gustavo Petro, solicitó al gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, suspender la ‘vaca’ para financiar las vías 4G en el departamento, luego de conocerse el comunicado del Clan del Golfo asegurando que la organización ilegal había donado 10 millones de pesos, el mandatario local ejecutó algunos cambios en la colecta sin atender la sugerencia del primer mandatario.

La ‘vaca’ hasta el momento lleva un monto de 2.600 millones de pesos en donaciones y el gobernador anunció que en adelante los aportes se harán de manera digital.

 

«¡La Vaca continúa! Estos son los canales para donar: www.antioquia.gov.co, PSE y Place to Pay», anunció la Gobernación.

Asimismo, el mandatario departamental le respondió a Petro afirmando que seguirá adelante con la ‘vaca’ y le volvió a pedir a Petro que le entregue al departamento las vías 4G que no financiará.

El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, respaldó la idea del gobernador de continuar con la ‘vaca’ y djo además que el país se construye desde las regiones:

Mi recomendación a los Antioqueños es que nos mantengamos unidos, hoy más que nunca, pues los gobiernos pasan y el país continúa. El Gobernador y yo estamos unidos en este propósito», escribió Gutiérrez en su cuenta de X.

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Petro solicita al gobernador de Antioquia suspender la ‘vaca’ para las 4G

El presidente Gustavo Petro pidió al gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, suspender la recolección de dinero para terminar los proyectos de vías 4G que están en ejecución en el departamento.

El primer mandatario hizo esta solicitud a través de su cuenta de X, luego de conocer el comunicado del Clan del Golfo afirmando que hizo aportó recursos de 10 millones de pesos para la terminación de las obras.

 

Gustavo Petro propuso al gobernador de Antioquia aumentar el recaudo por valorización a las vías del departamento: «Le propongo más bien implementar con el Gobierno nacional el cobro de valorización por las obras ya efectuadas y destinar un porcentaje de esa valorización a las vías de Antioquia«.

Al gobernador de Antioquia le suena la idea Uribe de acudir a los antioqueños para salvar las obras del departamento

El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, le gustó la idea del expresidente Álvaro Uribe Vélez, de acudir al pueblo antioqueño para financiar la terminación de las grandes obras de infraestructura como el Túnel del Toyo por ejemplo.

Desde su cuenta de X , el expresidente Álvaro Uribe Vélez propuso que un millón de antioqueños contribuyan, cada uno, con un millón de pesos para superar los desafíos que enfrenta la conclusión de estas carreteras.

 

La construcción del túnel del Toyo comprende dos tramos con una extensión total de 37,67 kilómetros, que incluye 30 puentes, 18 túneles y 16,72 kilómetros de vías a cielo abierto. 

El mandatario local teme que proyectos como estos terminen por convertirse en un elefante blanco que desemboque en sobrecostos. Según el gobernador, faltan alrededor de 3 billones de pesos para la culminación de estos proyectos que son vitales para el futuro del departamento.

El gobernador de Antioquia también nombra a sus financiadores

En Antioquia nos encontramos con un extraño caso donde el gobernador y el alcalde de Medellín parecen querer copiar todas sus acciones. Como si se llamaran antes de dar cualquier declaración, cada vez que uno sale a criticar al Gobierno Nacional sale inmediatamente su contraparte a repetir el mismo discurso.

No sorprende este nivel de coordinación sabiendo que, aunque los dos se presentaron por movimientos políticos distintos, responden al mismo jefe natural. Es por esto que tampoco debe sorprender que Andrés Julián Rendón le haya copiado a Fico una de sus maniobras favoritas para pagar favores: nombrar en cargos claves a quienes aportaron a su campaña.

 

Revisando a los financiadores de la campaña a la gobernación de Rendón aparece en tres ocasiones el nombre de la señora Ana María Mejía Bernal, la cual le otorgó a la campaña tres créditos: uno por $840 millones de pesos, otros por $160 millones y el de menor monto, por $18 millones. Un total de $1.018 millones de los $3.382.689.555 pesos que reportó en Cuentas Claras el gobernador Rendón como recursos recibidos por concepto de contribuciones, donaciones y créditos que realizaron particulares a la campaña.

El 30% del dinero recaudado para la campaña vino de los créditos de la señora Mejía, por lo que uno solo puede preguntarse de dónde viene tan pujante persona. Durante la alcaldía de Rendón en Rionegro, la ingeniera Ana María Mejía Bernal fungió como Secretaria de Desarrollo del municipio, e incluso actuó como Alcaldesa encargada en el 2019.

Fue tan bueno su trabajo en la Secretaría que, además de otorgarle la capacidad financiera para dar créditos por más de mil millones de pesos a su antiguo jefe, le valió una investigación de la Procuraduría por presuntas irregularidades en la contratación del sistema de transporte público de Rionegro, Sitirio.

Rendón, siempre magnánimo, ha decidido pagarle su aporte financiero y su excelente gestión nombrándola como Secretaria Privada de la Gobernación desde donde deberá, entre otras cosas, monitorear los proyectos priorizados por el gobierno departamental para identificar riesgos, generar alertas tempranas y acompañar a los organismos y dependencias en las estrategias para su continuidad. Queda la duda de cuál es la capacidad de identificación de riesgos de una funcionaria que ya tiene una investigación en curso por irregularidades en contratación.

El gerente de la campaña fue Luis Fernando Begué Trujillo, quien también otorgó un crédito a la misma por un poco más de $9 millones de pesos. Begué Trujillo no es nuevo en el sector público, su último cargo había sido la gerencia general de Renting S.A.S, empresa de economía mixta con una participación mayoritaria del Instituto para el Desarrollo de Antioquia, aunque su cargo más destacado fue la gerencia del Indeportes entre 1998 y el 2000.

Fue justamente esta entidad la recompensa dada por el Gobernador Rendón a Luis Fernando Begué por su trabajo en la campaña y su valioso aporte económico a la misma, al nombrarlo como el nuevo Gerente de Indeportes. Le dejó a su cargo una institución con un presupuesto de más de $1.500 millones de pesos, dejando claro lo mucho que valora a quienes lo financiaron.

Alejandro Toro

Balance de la primera semana del gobernador y el alcalde de Medellín

Inauguramos el nuevo ciclo político en Antioquia y Medellín, presenciando cómo el gobernador Andrés Julián Rendón y el alcalde Federico Gutiérrez toman las riendas. No obstante, lo que emerge en esta primera semana es una mezcla de políticas regresivas marcadas por un enfoque que, lejos de unir, parece empeñado en dividir e imponer la política por delante de las necesidades de la gente.

Empezando por el gobernador Rendón, su propuesta de una constante pelea con el gobierno nacional desvía el propósito del desarrollo regional y deja en vilo grandes proyectos: el Ferrocarril de Antioquia, las vías 4G, las vías terciarias, la segunda pista del Aeropuerto de Rionegro y los Metrocables para el Valle de Aburrá. Pero lo más alarmante es su idea de formar una red de cooperantes civiles. La historia nos muestra con suficiencia la inviabilidad de esta propuesta en nuestro país: la trágica experiencia de las Convivir de los noventa. ¿Hemos olvidado acaso sus vínculos con el paramilitarismo y los asesinatos selectivos? Revivir este tipo de estrategias es jugar con fuego, un fuego que atenta contra los derechos humanos y contra personas inocentes.

 

En cuanto al alcalde, su gestión parece centrada en el revanchismo y la eliminación de sus contrarios, careciendo de una visión clara para el futuro que merece Medellín. La reapertura de los parques Botero y Lleras, aunque simbólica, ignora las complejidades y desafíos que enfrentan estos sectores. Con el levantamiento de vallas no solo se pretende perseguir a los vendedores ambulantes, sino que se abre la puerta a problemas como el aumento del trabajo sexual, los hurtos a turistas y ciudadanos, y con ello, la afectación a los comerciantes del sector.

Y luego está la solicitud descarada de un concejal aliado al alcalde, exigiendo el cambio de las camionetas blindadas modelo 2019 de los concejales, argumentando que «ya eran muy antiguas», un capricho incomprensible en un contexto donde los ciudadanos piden a gritos austeridad.

Estamos ante un escenario donde los ecos del autoritarismo, la división y la pretensión de comodidades por parte de los políticos resuenan con fuerza. Es crucial no perder de vista el norte de nuestra democracia. Esta primera semana es un recordatorio sombrío de que el poder, sin un compromiso firme con los principios democráticos y la justicia social, puede convertirse en una herramienta de división y retroceso. Nos corresponde, como ciudadanos vigilantes, no solo cuestionar, sino también desafiar activamente el curso de estas políticas.

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