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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: BBVA Research

Empleo no asalariado reduce la tasa de desocupación en Colombia

De acuerdo con María Claudia Llanes, economista de BBVA Research, en marzo de 2025, la tasa de desempleo nacional en Colombia se ubicó en 9,6%, mientras que la cifra ajustada por estacionalidad fue de 9,1%, un nivel bajo en comparación con los promedios históricos recientes. Este resultado positivo se explica principalmente por el buen desempeño del mercado laboral, que continúa acelerando su ritmo de crecimiento.

Llanes considera que, durante marzo, el empleo total en el país creció a una tasa anual cercana al 5%, una cifra considerablemente superior al crecimiento promedio del 1,1% registrado durante el año pasado. Esta mejora sustancial ha sido impulsada, en gran medida, por el aumento del empleo no asalariado, que creció un 8% anual. Este tipo de empleo, generalmente más informal, ha sido clave en la expansión del mercado laboral en el corto plazo.

 

Desde una perspectiva sectorial, el crecimiento del empleo se concentró en actividades como el agro, mientras que se observó una contracción del empleo público. Este patrón sugiere una reconfiguración del mercado laboral hacia sectores más informales y de menor protección laboral.

Aunque la reducción del desempleo es una señal positiva, será fundamental monitorear la calidad del empleo que se está generando. La sostenibilidad del mercado laboral colombiano dependerá no solo de cuántos empleos se crean, sino también de la formalidad, estabilidad y condiciones laborales asociadas a ellos.

Nota recomendada: Banco de la República reduce la tasa de interés al 9,25%

La venta de autos se ha disparado, según el BBVA Research

En Colombia, el mercado automotriz experimentó una notable recuperación a partir de la segunda mitad de 2024, luego de un desempeño débil en 2023. Aunque en 2021 y 2022, con la reactivación económica tras la pandemia, el mercado alcanzó un nivel cercano al dinamismo pre-pandemia, este impulso se desvaneció el año siguiente. Según el informe más reciente de BBVA Research, las bajas ventas en 2023 estuvieron influenciadas por factores como la alta inflación, el elevado costo de los vehículos y sus partes, el temor al desempleo y una tasa de cambio desfavorable, que mermaron la confianza de los consumidores.

Sin embargo, en 2024, las condiciones mejoraron, permitiendo un crecimiento del 8% en las ventas, impulsadas principalmente por los vehículos utilitarios, que experimentaron un notable aumento del 26%. Los vehículos utilitarios representan más del 50% del total de las ventas, seguidos por los automóviles y las pick-ups. En particular, los autos híbridos y eléctricos han tenido un auge significativo, con un crecimiento del 65% en comparación con 2023 y un aumento del 88% en las ventas de utilitarios híbridos y eléctricos.

 

Un fenómeno interesante en el mercado es la creciente participación de las ciudades intermedias, como Bucaramanga, Cúcuta, Cartagena y Pereira, en la compra de vehículos nuevos. Según Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research, estas ciudades han mostrado un dinamismo creciente, reflejando una mayor adquisición de vehículos en comparación con las grandes ciudades del país. A nivel departamental, Cundinamarca y Antioquia lideran las ventas, ganando participación respecto a 2019.

Los expertos pronostican que el mercado de vehículos seguirá creciendo en 2025 y 2026, con estimaciones de ventas de 218.000 y 229.000 unidades, respectivamente. Este crecimiento se sustentará en un contexto de expansión económica, mejores condiciones financieras, mayor empleo y un entorno favorable para el consumo de bienes duraderos y la inversión en maquinaria.

Uno de los segmentos más destacados ha sido el de los vehículos híbridos y eléctricos. De 28.000 unidades vendidas en 2022, el segmento alcanzó 31.000 en 2023 y 52.000 en 2024, lo que representa un aumento significativo en su participación en el mercado total, pasando de un 11% en 2022 a un 26% en 2024. Este crecimiento se ha visto respaldado por incentivos tributarios y de movilidad, así como por una mayor conciencia ambiental de los consumidores. Marcas como Toyota, BYD, Volvo, KIA y Mazda lideran este segmento.

Otro sector que continúa mostrando buen desempeño es el de las motocicletas. En 2024, las ventas de motos alcanzaron un récord histórico de 833.000 unidades, impulsadas por los cambios en los hábitos de consumo, el tráfico congestionado en las ciudades y los ingresos más altos. Las motocicletas de gama baja siguen siendo una opción asequible en comparación con los automóviles, representando solo un 11% del precio de un automóvil de gama similar en 2024.

En cuanto al mercado de vehículos usados, las ventas aumentaron un 1,7% entre 2023 y 2024, con un total de 926.000 unidades comercializadas, aunque este crecimiento es moderado comparado con el auge experimentado en 2021 y 2022 debido a las restricciones de oferta de vehículos nuevos. Se prevé que las ventas de vehículos usados no alcancen los niveles elevados de esos años, ya que la oferta de vehículos nuevos ha mejorado.

En relación con la oferta del sector, la producción y las importaciones de vehículos se vieron afectadas por la crisis de 2020, pero se recuperaron desde 2021, alcanzando un pico a finales de 2022. No obstante, en 2023 experimentaron una caída y se estabilizaron en niveles bajos, repuntando nuevamente en 2024. La industria automotriz colombiana sigue dependiendo principalmente de las importaciones, especialmente desde países como China, México y Brasil, siendo China un actor clave que ha ganado participación en las importaciones desde la pandemia.

En conclusión, el mercado automotriz colombiano muestra señales de recuperación y crecimiento en varios segmentos, especialmente en vehículos utilitarios, híbridos y eléctricos, y motocicletas. Se espera que la tendencia positiva continúe en los próximos años, apoyada por un entorno económico favorable y un mercado de consumo en expansión.

El BBVA Research proyecta un crecimiento en la economía de 2,5% en 2025 y 2,9% en 2026

Según el más reciente informe Situación Colombia de BBVA Research, la economía nacional en 2025 estará fuertemente influenciada por el entorno internacional, además de enfrentar desafíos internos como la inflación, las tasas de interés y la volatilidad cambiaria. En este contexto, se proyecta un crecimiento del PIB del 2,5 % en 2025 y del 2,9 % en 2026.

“Las tensiones comerciales desde Estados Unidos han generado ajustes en las cadenas de suministro y han aumentado la incertidumbre en los mercados globales. Hasta el momento, el comercio colombiano no ha experimentado un impacto por estas disputas, pero las condiciones externas sí pueden afectar la demanda de exportaciones en algunos sectores clave”, asegura Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research.

 

Pero esta no será la única variable externa que tendrá impacto, también se debe tener en cuenta que la volatilidad en los precios de las materias primas sigue representando un factor de riesgo especialmente por su impacto en los ingresos por exportaciones. “En este contexto, las perspectivas para 2025 dependerán de la capacidad del país para enfrentar un entorno global aún incierto y fortalecer su crecimiento interno, impulsando sectores estratégicos y manteniendo la estabilidad en sus cuentas fiscales y externas”, cita el informe.

Con este panorama, la economía colombiana se encamina hacia un crecimiento del 2,5 % en 2025, con una expectativa de aceleración hasta el 2,9% en 2026. “El consumo privado, creciendo 3,2% en 2025 y 2,8% en 2026, continuará siendo el principal motor de la actividad económica, impulsado por la reducción de la inflación, la mejora del ingreso real de los hogares y condiciones crediticias más favorables. Sin embargo, su recuperación no será homogénea, con un mayor dinamismo en los bienes duraderos y semiduraderos en 2025, mientras que los servicios también ganarán tracción, respaldados por mejores resultados en sectores clave”, explicó Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia.
En 2024, el sector de servicios atravesó una desaceleración cíclica y registró una menor actividad en comparación con periodos anteriores. No obstante, los indicadores más recientes muestran una recuperación progresiva, con un repunte destacado en hoteles y restaurantes, lo que anticipa una mayor contribución del sector a la economía en 2025.

Además, tal como lo asegura Hernández, “el crecimiento del empleo y el aumento de la capacidad de compra en 2025 y 2026, no solo por el mejor ingreso sino también por la reducción de la inflación y las tasas de interés, permitirán que el gasto en servicios retome un mayor dinamismo, especialmente en actividades recreativas, transporte y esparcimiento”.

Siguiendo con el tema del consumo, según los economistas se espera un nuevo ciclo de compra y renovación en los hogares, impulsando el gasto en vestuario, electrodomésticos, tecnología y vehículos. “Este repunte también estará respaldado por tasas de interés más bajas, que facilitarán el acceso a financiamiento para la adquisición de estos bienes, estimulando una recuperación más pronunciada en este segmento del consumo. En cuanto a los bienes no duraderos, su consumo, aunque menos volátil, también mostrará una aceleración progresiva”, comentó Juana Téllez, economista jefe para Colombia de BBVA Research.

Si bien el consumo seguirá siendo el principal motor del crecimiento debido a su elevado peso en el PIB, será la inversión la que impulse la aceleración de la actividad económica en 2025 y 2026. “Este componente, que ha sido el más deprimido en los últimos años, tendrá la recuperación más notoria, consolidándose como el eje clave de la expansión económica en el mediano plazo. Para 2025, se espera que la inversión fija crezca un 5,1 %, con una aceleración hasta 6,0 % en 2026, reflejando el impulso de distintos sectores”, dijo Téllez.

Inflación, tasas y dólar: los retos internos

BBVA Research espera que la inflación cierre en 4,4% en 2025 y descienda a 3,7% en 2026. Si bien esto representa una mejora respecto a los niveles elevados de años anteriores, el proceso de caída de este indicador será lento debido a varios factores estructurales. “Entre ellos, la persistencia en la inflación de arriendos, la fortaleza del consumo de servicios y la indexación de precios de algunos bienes y servicios al salario mínimo y la inflación pasada. Además, se proyectan nuevas presiones sobre las tarifas de gas y los precios del diésel en 2025 y 2026, lo que mantendrá costos elevados en algunos sectores”, dice Hernández.

Bajo este contexto, el Banco de la República mantendrá su estrategia de reducción gradual en las tasas de interés, con una proyección de 7,75% para finales de 2025 y una posible estabilización en 7,25% en 2026. Para Alejandro Reyes, “estos recortes han permitido mejorar las condiciones de financiamiento para hogares y empresas, impulsando tanto el consumo como la inversión productiva. No obstante, la autoridad monetaria mantiene una postura cautelosa, evitando reducciones más agresivas que pudieran generar nuevas presiones inflacionarias o desviar las expectativas de inflación”.

Para los economistas, el reto está en el balance entre la necesidad de apoyar la recuperación económica y el riesgo de una inflación aún elevada en algunos rubros, lo que ha llevado al Emisor a adoptar un enfoque de ajuste gradual.

En cuanto a la tasa de cambio, esta reflejará los movimientos en el entorno externo y fiscal, así como la dinámica de los flujos de capital. Se proyecta que el tipo de cambio al cierre de 2025 se ubique en 4.350 pesos por dólar, con una leve apreciación hacia 4.230 pesos en 2026.

“Esta trayectoria estará influenciada por la evolución de las tasas de interés en economías avanzadas, la confianza de los inversionistas en la estabilidad macroeconómica del país y la evolución de las cuentas fiscales”, dice Reyes.

Si bien el peso colombiano ha mostrado resiliencia reciente en comparación con otras monedas emergentes, la volatilidad en los mercados internacionales, los cambios en los flujos de capital y la evolución de la demanda por activos en mercados emergentes seguirán representando desafíos.

¿Qué se puede esperar en 2026?

Para 2026, se espera una moderación en el crecimiento del consumo privado, principalmente debido a la desaceleración en la demanda de bienes duraderos y semiduraderos, que en 2025 habrán experimentado un repunte significativo. El gasto en estos bienes no tendrá el mismo impulso que en el año anterior, ya que gran parte de la reposición y la compra de bienes de alto valor ya se habrá materializado.

No obstante, el consumo privado se mantendrá en niveles elevados, representando un 76% del PIB, una participación superior a la reportada en la década pasada, cuando promediaba el 69%. Además, el consumo de bienes no duraderos, como alimentos, y el de servicios seguirán teniendo una buena dinámica.

Para BBVA Research, a esto se suman las mejores condiciones macroeconómicas del país, con una inflación en descenso y una política monetaria más flexible, lo que facilitará la expansión de la inversión tanto en maquinaria y equipo como en construcción y obras civiles.

¿Y el largo plazo?

A pesar de la recuperación proyectada para 2025 y 2026, el crecimiento potencial de la economía colombiana sigue siendo bajo, situándose por debajo del 3%, en contraste con el 4% de décadas pasadas. Esto se debe a factores estructurales como el agotamiento del impulso demográfico, la disminución de la natalidad y la menor expansión de la fuerza laboral, lo que hace que la inversión y la productividad sean claves para el crecimiento futuro.

Sin embargo, la inversión se ha visto afectada por altas tasas de interés, restricciones fiscales y un bajo nivel de ahorro interno, lo que dificulta el financiamiento sin depender del capital externo.
Además, las brechas en educación y la alta informalidad laboral han limitado el desarrollo del capital humano y la mejora en productividad. Aunque la cobertura educativa ha aumentado, persisten desafíos en calidad, infraestructura y pertinencia, afectando la capacidad de la fuerza laboral para adaptarse a las nuevas demandas del mercado.

Para impulsar un crecimiento sostenible, Colombia debe mejorar el financiamiento de la inversión productiva, fortalecer la educación, reducir la informalidad y optimizar el gasto público, de modo que la economía pueda basarse en el aumento de la productividad y no solo en la expansión laboral o el consumo. Sin estos cambios, el país enfrentará un crecimiento moderado en el mediano plazo.

Inflación básica seguirá presionada por la tasa de cambio: BBVA Research

En mayo la inflación mensual fue del 0,84% y la anual del 9,07%, ubicándose cerca de las expectativas de los analistas y de BBVA Research* (0,80% en la variación mensual).

A pesar de que la inflación anual descendió respecto al mes anterior, la mensual fue más de dos veces el promedio de los nueve años prepandemia (2011-2019), con lo que el alza en el nivel de precios sigue siendo destacada.

 

La inflación de alimentos llegó al 21,6% en la variación frente a mayo del año pasado, descendiendo frente al dato de abril. Aunque el dato mensual en esta división fue inferior a los vistos en los primeros meses del año, la inflación mensual de alimentos fue cinco veces su promedio de los nueve años prepandemia.

Las dos divisiones que más aportaron al resultado final, luego de la de alimentos, fueron la de Alojamiento & servicios públicos y restaurantes y hoteles, alcanzando variaciones anuales del 5,4% y 14,7% respectivamente.

Se espera que las presiones inflacionarias continúen vía los costos de producción de alimentos, mientras la inflación básica aún tendrá efectos rezagados de la alta tasa cambiaria de los últimos meses, además de impactos de costos de bienes importados a causa de los cuellos de botella que aún persisten.

*Análisis realizado por Laura Peña, economista de BBVA Research para Colombia

Las claves para entender el crecimiento del PIB durante el primer trimestre

Durante el primer trimestre de 2022, la economía creció 8,5% anual*, por encima de nuestra expectativa de hace dos meses (6% anual) y más en línea con las estimaciones recientes (según nuestro indicador en tiempo real BBVA Research GDP Tracker).

En términos inter-trimestrales (t/t), la economía creció 1,0%, mostrando una desaceleración respecto al cierre de 2021, cuando creció 2,5% t/t. La demanda interna creció, de nuevo, por encima del PIB.

 

El consumo de los hogares siguió teniendo el mayor aporte al PIB, creciendo por encima de este y aumentando su participación dentro de la demanda agregada. Tuvo un crecimiento de 12,2% anual y de 2,3% inter-trimestral. Su participación en el PIB pasó de 73% en marzo de 2021 a 76% en marzo de 2022.

La recuperación del mercado laboral explica parte de este comportamiento, pero este desempeño sigue sugiriendo que el ahorro de los hogares se mantiene bajo y que el aumento de la cartera de crédito de consumo sigue siendo relevante para explicar estas cifras.

La inversión creció por encima del PIB y ayudó a que la tasa de inversión siguiera su proceso de recuperación. En marzo de 2022, la tasa de inversión se ubicó en 19,7% del PIB, por encima del 18,1% del promedio de 2021, pero aún por debajo de los niveles pre-pandémicos, cuando la tasa de inversión se ubicó en alrededor del 22%.

El gasto en maquinaria sigue liderando este renglón y aumentó su participación dentro de la inversión total: desde 36% en 2019 hasta el 47% actual (de 7,8% a 9,2% del PIB, en los mismos períodos).

Este cambio en la composición de la inversión, que refleja una pérdida de participación del sector de la construcción en favor de la compra de maquinaria, puede determinar un aumento de la productividad manufacturera y de la economía, pero también significa que es necesario acelerar la ejecución de obras civiles.

Las importaciones siguen ganando relevancia dentro del PIB. Mientras que entre 2005 y 2019 significaron, en promedio, un 20% del PIB, en 2021 ya eran el 22,8% y en el primer trimestre de este año alcanzaron el 26,7% del PIB.

Por sectores, el comercio, la industria y el entretenimiento (específicamente, los juegos de azar en línea) mostraron una elevada actividad. Al contrario, la minería y la construcción son los sectores más rezagados en cuanto a los niveles vigentes antes de la pandemia.

Por grupos de sectores, las actividades secundarias y terciarias lideraron el comportamiento de la dinámica del trimestre. Al contrario, el sector primario (agro y minería) se mantuvo estancado, incluso por debajo de los niveles del primer semestre de 2021, cuando había tenido una mayor recuperación que se vio interrumpida por los problemas logísticos de abril y mayo del año pasado.

Dentro del sector primario, el mayor rezago se presenta en el sector minero, que permanece un 15% por debajo de la actividad pre-pandémica. Entre las actividades secundarias, el sector de la construcción se mantiene con brechas importantes respecto a los demás sectores, la cual se amplió incluso más en marzo, con respecto a los dos primeros meses de 2022.

El sector agropecuario también está siendo frenado por los menores inventarios de arroz, la reducción de la producción de café y la menor demanda doméstica por carne de res. Esta última ha tenido efectos negativos de los mayores precios de venta.

En BBVA Research esperamos que la economía se desacelere progresivamente desde el segundo semestre de este año, especialmente en el consumo de los hogares. Esto último será beneficioso para lograr unas mejores tasas de ahorro y niveles de apalancamiento financiero saludables para los hogares.

Se espera que las exportaciones se mantengan con buenos resultados gracias a la devaluación cambiaria, los precios de las materias primas y el buen crecimiento de la mayoría de los socios comerciales.

Se estima un crecimiento del PIB de 4,5% en 2022, aunque con un sesgo al alza por los mejores resultados del primer trimestre.

*Análisis de Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia

Dolar en Colombia: ¿Cómo entender su comportamiento de las últimas semanas?

En las últimas semanas se ha comenzado a gestar un fenómeno global de fortalecimiento del dólar americano*. Esto se desprende de dos fuentes principales, por un lado el discurso de varios miembros de la Reserva Federal de los Estados Unidos en torno a las posibles acciones de política y su preocupación con la inflación. Se ha virado hacia un escenario de mayor expectativa de alza en tasas en el corto plazo que lo anticipado previamente, lo que fortalece la posición relativa del dólar frente a la mayoría de monedas del mundo. Este discurso se hace previo a la reunión de política monetaria de la próxima semana. En segundo lugar, un movimiento de aversión al riesgo producto del brote de Covid19 en China y la preocupación sobre la actividad y la inflación.

Ahora bien, ambos tienen un efecto sobre los precios de materias primas a la baja, lo que ha llevado al petróleo en particular a acercarse a los 100 dólares barril, reversando parte del incremento observado desde finales de febrero. Ello en el caso de Colombia también es relevante de cara al comportamiento de la divisa.

 

Más específicamente con Colombia, la suma de una FED más agresiva en política monetaria y un contexto de menor precio del crudo presiona a una depreciación del tipo de cambio, que en el último mes y medio había sido uno de los de mejor comportamiento global, por lo que se está presentando un ajuste hacia los niveles observados en otras divisas producto de este escenario global más incierto tanto en política monetaria como en actividad.

De corte interno también pueden haber algunos factores que han colaborado a este movimiento, entre ellos la finalización del periodo estacional de pago de impuestos corporativos, el pago de dividendos de algunas empresas de gran tamaño y algunas operaciones corporativas importantes que están próximas a su finalización, todo ayuda a que se presente menor flujo de divisas hacia el país.

Adicionalmente, al estar próximos a la contienda electoral, aproximadamente un mes antes de la primera ronda, se tiende a observar algo de incertidumbre, evento que suele ocurrir en la mayoría de economías que enfrentan un proceso electoral como el nuestro. Por lo que en un contexto de presiones externas a la depreciación y menores entradas de recursos a la economía, la incertidumbre también redobla el impacto en la divisa y por ello su depreciación, un poco más marcada que la de otros países de la región.

*Análisis de Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research para Colombia

¿Economía colombiana resistirá los efectos de la guerra en Ucrania?

La economía colombiana resistirá el choque originado por el conflicto entre Ucrania y Rusia. Si bien la confrontación tendrá efectos negativos tanto en el crecimiento como en la inflación global, en el caso colombiano, los mayores precios de las materias primas impulsarán los sectores minero-petroleros, las actividades asociadas como el transporte, la producción de energía y la refinación y otras ramas no transables de la economía, en especial la construcción. Además, los mejores precios del petróleo y el recaudo por la mejor actividad económica mejorará el cierre fiscal y las cuentas externas del país.

No obstante, en el mundo los efectos del conflicto internacional se verán a través de los canales de materias primas, volatilidad financiera, confianza y cadenas de suministro. “La economía global, tras expandirse 6,1% en 2021, se prevé crezca 4,0% este año y 3,6% en 2023. La revisión a la baja del crecimiento es significativa en Europa y moderada en el resto de geografías”, afirmó Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research.

 

Sin embargo, en lo que corresponde a la economía colombiana, ésta mantendrá una buena dinámica de crecimiento en 2022, basada tanto en la demanda interna como en el mejor desempeño de la demanda externa.

“Hemos visto que el crecimiento de la economía arrancó con fuerza en 2022, empujada por el buen cierre del año pasado, el gasto de los hogares y las mejores exportaciones. Sin embargo, esperamos que la actividad empiece a desacelerarse en la segunda parte de 2022, debido a que se parte de niveles muy altos de actividad y a las decisiones de política monetaria que buscan moderar el crecimiento y hacerlo más sostenible en el largo plazo. De esta manera el PIB de Colombia crecería un 4,5% en 2022 y un 2,5% el próximo año”, afirmó Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research en Colombia.

De este modo, según el análisis de BBVA Research, la demanda interna seguirá siendo importante, con un impulso positivo desde el consumo privado y un buen dinamismo de la inversión. “En el consumo, tendrán más relevancia los servicios que el gasto en bienes, gracias a la reasignación del gasto de los hogares ante la reapertura más completa de los servicios de interacción social”, aseguró Téllez.

Inflación y tasas de interés, en sus niveles máximos

En lo que corresponde a las decisiones de política monetaria por parte del Banco de la República, BBVA Research estima que el Emisor seguirá incrementando su tasa hasta cerca de 8% a mediados de 2022, nivel que durará por varios trimestres, respaldado por la buena actividad económica, las presiones de inflación actuales y las mayores expectativas de precios a futuro.

Por su parte, Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia, aseguró que en materia de inflación se espera que tenga máximos en el primer semestre, para luego moderarse, principalmente por la caída de los precios de los alimentos, durante la segunda parte del año. Al final de 2022, la inflación se ubicará en cerca de 7%. En 2023, seguirá cayendo hasta 4,5% a diciembre de ese año.

Colombia tiene grandes retos a futuro

Tal como lo dice el informe, la economía colombiana se está recuperando bien de los choques que tuvo la pandemia sobre la actividad, sin embargo, se deben retomar otras preguntas clave: cómo mejorar el nivel de vida de los colombianos, cómo ampliar la capacidad potencial productiva del país y cómo generar un crecimiento sostenible a largo plazo.

Según el equipo de BBVA Research “debe haber conversaciones nacionales sobre estos retos que presenta la economía colombiana. En primer lugar, es necesario seguir borrando las cicatrices que dejó la pandemia, haciendo énfasis en la reducción de la pobreza. El nuevo gobierno deberá recoger las voces del país y decidir cuáles son los fundamentos de una reforma al sistema laboral y pensional que hagan más fácil la creación de empleo, el cuidado de la vejez y el financiamiento y la calidad de la seguridad social en el país”.

En segundo lugar, se debe seguir generando capital en el país a través del incremento de la inversión en capital físico y capital humano. Y, en tercer lugar, para la formación de los capitales anteriores, es necesario seguir aumentando el ahorro nacional. Con esto último, también se lograrán mejorar los balances estructurales del país (externo y fiscal).

Inflación sigue presionando al alza y se aproxima a los niveles de 2016

La inflación de marzo reflejó una variación mensual del 1% y anual del 8,53%. Así, se ubica por encima de las expectativas de los analistas de mercado de 0,90% mes a mes (según la encuesta BanRep) y la de BBVA Research del 0,84%. Esta inflación casi duplica el promedio histórico del 0,53%.

La división de alimentos continúa presentando importantes presiones, con una variación mensual del 2,84%, afectada de forma importante por la continuidad de incrementos de costos para los productores agrícolas, que se refleja en los resultados de IPP, el cual ascendió hasta el 45,46% en la variación anual en marzo para el sector agropecuario y agroindustrial.

 

La división de alojamiento también registró incrementos importantes, con una variación mensual del 0,58% donde los servicios de agua, alcantarillado y basuras y electricidad explican buena parte del incremento.

En la comparación anual, la canasta de bienes regulados redujo su ritmo de incremento, descendiendo 74 pbs respecto a febrero, mientras que los productos de las canastas Transables y no transables se aceleraron respecto al mes anterior en 34 pbs y 26 pbs respectivamente.

El día sin IVA generó aportes negativos, contrarrestando en 7 puntos básicos el resultado total de la inflación. Los efectos principales se vieron en las divisiones de prendas de vestir y calzado (-1,78%), e información y comunicación (-0,19%).

Bajo este panorama, en BBVA Research, esperamos que la inflación llegue a su nivel máximo en el primer semestre con niveles cercanos a los de 2016, para luego moderarse, principalmente por la caída de los precios de los alimentos, durante la segunda parte del año.

Al final de 2022, estimamos que la inflación se ubicará en cerca de 7%.

Conozca el sector que jalonará el empleo en Colombia este año

En febrero la tasa de desempleo nacional se ubicó en 12,9 y la urbana en 12,7. Entre febrero de 2021 y febrero de 2022 se crearon 1,5 millones de empleos a nivel nacional, lo que equivale a un aumento del empleo de 7,5% anual. A nivel urbano el crecimiento del empleo fue de 9,4%.

Estos crecimientos anuales del empleo se explican en parte por los bajos niveles relativos de empleo del primer semestre de 2021, con respecto al segundo semestre, estos bajos niveles se explicaron por las restricciones a la movilidad de inicios del año pasado, por el paro y porque apenas estaba empezando el proceso de recuperación de la economía.

 

De los 1,5 millones de empleos creados entre febrero de 2021 y febrero de 2022, 58% fueron urbanos (de las 13 principales ciudades), 66% femeninos, 75% empleados de empresas privadas y 55% de los sectores de comercio entretenimiento y alojamiento y comidas. Todos estos se encuentran entre los empleos más golpeados en 2020.

Para 2022 BBVA Research espera que el empleo crezca jalonado principalmente por los sectores de servicios con la mayor apertura de la economía.

Tasas de interés seguirán al alza según proyecciones de BBVA Research

La Junta, en decisión dividida, incrementó en 100 pb la tasa de política monetaria, al 5,0% (menor a la anticipada por analistas). Con este incremento, el Banco mantiene el ritmo de ajuste de tasas reportado en enero, siendo el mayor incremento desde 2003.

La decisión fue dividida, con 5 miembros a favor de un incremento de 100 pb y los restantes 2 abogando por un incremento de 150 pb. Sobre las diferencias con las expectativas del mercado y de analistas, el Gerente destacó que queda un camino por recorrer en el proceso de ajuste de la política monetaria y destacó que el escenario es altamente incierto y por consiguiente abogó por una política gradual.

 

En cuanto a la inflación, el comunicado destacó que la inflación en febrero alcanzó el 8,01%, destacando el rubro de alimentos que alcanzó una variación anual del 23,3%. A su vez, la inflación sin alimentos ni regulados se incrementó en 4,11%, 162 pb más alta que la reflejada en diciembre de 2021.

Para el Gerente, se espera un proceso de moderación de los precios de alimentos a partir del mes de mayo. En el frente de las expectativas, el Gerente destaca que por el momento no se presenta un desanclaje de las expectativas y que siguen llevando la inflación en torno a la meta en el mediano plazo.

El Banco resaltó que los indicadores disponibles de actividad muestran un buen desempeño en lo corrido del año. Aun así, el indicador de actividad mensual (ISE) reflejó un incremento de 7,8% para enero.

El Banrep resaltó que la invasión de Rusia a Ucrania podría impactar los precios, aumentando la presión al alza de la inflación de bienes básicos como los alimentos, insumos agrícolas y productos energéticos.

El ajuste en la tasa de interés fue menor al anticipado por la media de analistas y por BBVA Research. Sin embargo, se mantiene el mensaje de ajuste y normalización gradual de la política monetaria, lo que seguramente llevará a que se continúen materializando incrementos de tasas de interés en las próximas reuniones de política.

Se resalta que la votación fue dividida y que dos miembros de la Junta abogaron por un incremento mayor de las tasas. En particular, se deja abierta la puerta a ajustes más marcados de ser necesarios en un contexto de alzas en inflación mayores a las esperadas.

En este orden de ideas, mantenemos nuestra expectativa de que el Banco de la República continuará su senda de incremento de tasas en los próximos meses con al menos 100 pb en la reunión de abril y mantenemos que el escenario más probable seguirá siendo el de llevar la tasa a niveles entre el 7,5% y 8,0% para el mes de julio.

 

¿Por qué se disparó la inflación en febrero? Descúbralo con este análisis

La inflación sin alimentos se ubicó en 1,28%, siendo la variación mensual para febrero más alta de la última década. Los datos sugieren que, a pesar de que la presión de la división de alimentos ha liderado las alzas en los últimos meses, efectos de los altos costos de insumos a nivel internacional y la indexación a nivel local están jalonando los precios generales de las divisiones restantes.

A nivel de los principales grupos, la división de alimentos y bebidas no alcohólicas fue la que más aportó al resultado en el mes. El cambio mensual de dicha canasta fue de 3,26%, descendiendo 53 pbs respecto a enero, pero manteniendo un registro considerablemente superior a la que anticipaban los analistas. En esta división, los alimentos perecederos mantuvieron el protagonismo con altas variaciones mensuales en productos como papa (16,1%), cebolla (12,9%), tomate (12,4%), plátanos (10,1%) y yuca (9,2%), aunque menores que las registradas en enero, tendencia que también mostraron las carnes (1,1%). Por otra parte, productos procesados como el arroz (4,3%)  y las pastas alimenticias (3,9%) mostraron incrementos más pronunciados que el primer mes del año. Es así que los perecederos acumulan una variación anual de 35,5%, seguidos por las carnes con 27,8% y los procesados con 13,3%.

 

Gráfico 1. Inflación de alimentos y sub-componentes (Variación anual, %) | Fuente: BBVA Research con datos de DANE.

Las alzas siguen estando explicadas por una dinámica de altos costos de agroinsumos y cuellos de botella, además de una disminución de la oferta de los productos, como es el caso de las carnes. En línea con lo anterior, la división de restaurantes y hoteles también registró un importante incremento en febrero, con una variación de 2,22% a causa de las presiones derivadas de los precios de alimentos y del incremento de costos relativos a la prestación del servicio, así como un posible efecto adicional producto de la normalización en el cobro de impuestos en el sector.

La división de alojamiento y servicios públicos fue la segunda con mayor aporte al incremento de precios de febrero, con un aumento de 0,71%. En este caso, las tarifas de energía y gas incrementaron en 2,6% y 2,2% en medio de nuevos ajustes de las tarifas que incluyen cobros por pérdidas en el caribe (en el caso de la electricidad) e indexación a la tasa representativa del mercado (en el caso del gas).  Por su parte, los arrendamientos (0,4%) muestran una aceleración gradual en su inflación anual, en línea con su ajuste a la inflación causada en 2021.

La división de educación presentó un alza importante en febrero (4,5%), como es habitual, pero fue inferior a la anticipada.  Esto se debió a que las instituciones de educación superior públicas todavía siguen impactadas por medidas de gratuidad gubernamentales y se presentó una menor indexación de lo habitual en las matrículas privadas, en un entorno de retorno gradual a la normalidad, con lo que la variación mensual estuvo por debajo casi 40 pbs respecto a la del mismo mes en la pre-pandemia. Estos impactos también se evidencian en la variación anual, que sigue mostrándose negativa (- 4,1%).

Respecto a las canastas económicas, la de bienes transables reflejó una importante variación de 1,6% en el segundo mes del año, presionada por los altos niveles de la tasa de cambio y por factores como el alto costo de insumos para la elaboración de algunos bienes que agrupa, como es el caso de los productos de limpieza y mantenimiento (4,9%), los elementos de aseo (3,6%) y los artículos para higiene corporal (1,6%). Los regulados, por su parte, muestran una variación de 1,2%; bienes dentro de los cuales, aparte de los incrementos ya señalados en servicios públicos, se registraron aumentos en la parte de transporte, con alzas en los peajes de 3,2% por alzas pendientes en algunos corredores viales, seguido del transporte urbano (1,1%) que terminó de recoger las alzas reportadas a lo largo del mes previo, principalmente en Cali, Armenia, Medellín y Bogotá.

En cuanto a la canasta de no transables, estos reflejan un aumento que resulta menor al de transables y regulados, lo cual está asociado a que estos bienes mostraban variaciones mensuales en 2021 más bajas que las asociadas a las otras canastas. Adicionalmente, esta agrupa algunos bienes que muestran una alta afectación por el salario mínimo, como es el caso de algunos servicios como el doméstico, o servicios recreativos, o indexados a la inflación, como es el caso de los arriendos, y de los cuales se ve un traspaso aún paulatino de los incrementos percibidos en el indicador inflacionario y en el salario mínimo resultantes de 2021.

Es de esperarse que la inflación se mantenga presionada en los siguientes meses por los cuellos de botella que aún permanecen a nivel internacional y local, así como factores propios de la formación de precios y expectativas que faltan por materializarse.  A lo anterior se suma la alta incertidumbre por la invasión de Rusia a Ucrania, que ya ha producido un alza considerable en precios de varios bienes básicos y que amenaza con profundizar los cuellos de botella globales.  Por el lado contrario, la reciente apreciación del tipo de cambio puede moderar el traslado a precio de algunos factores, especialmente externos y se espera que con la realización del día sin IVA en marzo se vuelva a registrar alguna moderación, transitoria, en precios de bienes semidurables, especialmente. Finalmente, las recientes medidas del gobierno de reducción de aranceles para productos agrícolas, especialmente, aportarán un alivio en el mediano plazo a los costos de producción de alimentos.

En este contexto, el Banco de la República enfrenta un escenario complejo con la combinación de una inflación con fuerte tendencia al alza, tanto en la total como en la básica, con el riesgo de mayor persistencia en los choques globales y locales y su probabilidad de contagiar las expectativas de mediano plazo, y por el otro los efectos inciertos del conflicto en Europa.  En este sentido, mantenemos nuestra previsión de un incremento de tasas de 150 pb en su próxima reunión de política.

Empleo volverá a crecer con la recuperación de sectores rezagados: BBVA Research

Por:María Claudia Llanes, economista de BBVA Research para Colombia

La tasa de desempleo nacional de diciembre de 2021 se ubicó en 11,0% y la urbana en 11,6%, inferiores en 2,4 y 4,0 puntos porcentuales a las del mismo mes de 2020, respectivamente. Estas tasas permanecen por encima de las de diciembre de 2019, que fueron 9,5% la nacional y 10,5% la urbana.

 

Entre noviembre y diciembre la tasa de desempleo, con datos ajustados por la estacionalidad de cada mes, se redujo 0,2 puntos porcentuales a nivel nacional y en 1,2 puntos porcentuales a nivel urbano.

La reducción de la tasa de desempleo entre noviembre y diciembre de 2021 se vio acompañada de una fuerte salida de personas de la fuerza laboral que permitió que el número de desocupados se redujera, a pesar de la reducción del empleo en el período.

A nivel nacional el empleo se redujo en 123.000 puestos (0,6% en el mes) y a nivel urbano permaneció más estable, con una reducción de 22.000 puestos (0,2% en el mes). Con esto, en diciembre el empleo nacional se ubicó en el 94,8% de su nivel pre-pandemia (febrero de 2020) cuando en noviembre fue el 95,3% de su nivel pre pandemia. De igual forma, en diciembre el empleo urbano se ubicó en el 93,6% de su nivel pre-pandemia y en noviembre fue el 93,8%.

En diciembre de 2021 sectores como los de servicios públicos, construcción, actividades profesionales y actividades inmobiliarias se ubicaron por encima de su nivel de diciembre de 2019. Sin embargo, otros sectores, como el comercio y las actividades artísticas, siguen muy rezagados en términos de creación de empleo con respecto a la actividad.

Creemos que hacia adelante el empleo volverá a crecer, con la mayor apertura del sector de educación, con la recuperación de parte del rezago que tiene con respecto a la actividad en algunos sectores y con las políticas de apoyo al empleo del Gobierno.