Asfixia, vómitos, espasmos y espuma por la boca, fueron los síntomas que las víctimas del ataque con armas químicas en Siria presentaron; mientras tanto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está en discrepancia por la anónima autoría de los hechos.
El pasado martes 4 de abril en Jan Sheijín, provincia de Idlib, al norte de Siria, aviones –que hasta el momento no han sido identificados- lanzaron un ataque aéreo de contenido químico contra la comunidad siria.
Jan Sheijún es históricamente contralada por ejércitos opositores al régimen de Bashar Al Assad y facciones islámicas. Por lo cual, todo apunta a que el ataque fue perpetrado por el Ejército de Siria, que es apoyado por fuerzas rusas.
«Quiero hablar del ataque químico, terrorífico, contra gente inocente, mujeres, niños y pequeños bebés. Sus muertes son una afrenta a la humanidad. Estas acciones del régimen de Assad no pueden ser toleradas. Condenamos estos ataques terroríficos», dijo Donald Trump tras lo sucedido.
Por otra parte, el régimen de Bashar Al Assad niega que sus fuerzas militares hayan sido las causantes de dicho ataque.
«Las acusaciones son falsas, como tantas otras que nos han hecho en los últimos seis años. Destruimos nuestro arsenal químico hace tiempo. No necesitamos realizar ese tipo de ataques, nuestro poderío militar es suficiente», aseguró Fares Shehabi, miembro del parlamento sirio.
Así las cosas, Francia, Reino Unido, Estados Unidos responsabilizan al gobierno de Al Assad de haber dado la orden para que se realizara el ataque; mientras que Rusia insiste en que no se deben sacar deliberaciones precipitadas ante los hechos.
El Consejo de Seguridad se ha visto incapaz de lanzar un comunicado que condene lo sucedido a causa de la división que existe entre los países miembros. Los muertos por el ataque son 72 personas, entre ellas 20 menores y 17 mujeres y más de 300 heridos. Aún no se sabe bien del agente tóxico de la sustancia, pero todo apunta a que fue gas sarín.
