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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Calentamiento Global

ONU insta a trabajar contra el calentamiento global

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha alertado este viernes a la comunidad internacional sobre la «fría y dura» realidad del cambio climático tras vivir la década con las temperaturas más elevadas desde que se tienen registros y ha advertido de que 2024 será probablemente el año más caluroso «por encima del nivel preindustrial».

«Acabamos de vivir la década más calurosa registrada: 2024 encabeza la lista y probablemente será el primer año calendario con una temperatura media global superior a los niveles preindustriales en más de 1,5 grados centígrados», ha lamentado el representante de la ONU, instando a «luchar aún más para volver a encaminarnos» en las metas climáticas a largo plazo del Acuerdo de París, aún factibles.

Guterres ha subrayado que las altas temperaturas anotadas durante el año pasado «exigirán una acción climática pionera en 2025», aunque se ha mostrado optimista al afirmar que «aún hay tiempo para evitar lo peor de la catástrofe climática». «Pero los líderes deben actuar ahora», ha apostillado.

En concreto, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha confirmado la entrada de los últimos diez años estado entre los diez más cálidos, «en una racha extraordinaria de temperaturas récord» que ha elevado la temperatura media mundial en superficie 1,55 grados por encima de la media del período entre 1850 y 1900, lo que habría hecho de 2024 «el año más cálido registrado».

«La historia del clima se está desarrollando ante nuestros ojos. No hemos tenido uno o dos años récord, sino una serie completa de diez años. Esto ha estado acompañado de fenómenos meteorológicos devastadores y extremos, aumento del nivel del mar y deshielo, todo ello impulsado por niveles récord de gases de efecto invernadero debido a las actividades humanas», ha ilustrado la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo.

Saulo coincide con el secretario al señalar que un aumento de estas características durante un año no un fracaso respecto a los objetivos de París, pero ha recalcado que «es esencial reconocer que cada fracción de grado de calentamiento importa» en tanto que «aumenta los impactos en nuestras vidas, economías y nuestro planeta».

«Los gobiernos deben presentar este año nuevos planes nacionales de acción climática para limitar el aumento de la temperatura global a largo plazo a 1,5 °C y apoyar a los más vulnerables a hacer frente a los devastadores impactos climáticos», ha apostillado Guterres a este respecto.

Nota recomendada: Falta de nubes aumenta el calentamiento global

Falta de nubes aumenta el calentamiento global

El científico del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, George Tselioudis, ha liderado un estudio que ha revelado las nubes que rodean la Tierra se ha reducido en las últimas dos décadas «en un grado pequeño, pero tangible», lo que se traduce en la entrada de más luz y un aumento del calentamiento global.

El estudio, publicado en la revista ‘Sciencie’, se ha llevado a cabo durante más de 20 años, durante los cuales, la NASA constató un desequilibrio pues hay más energía entrando en el planeta de la que sale. «Gran parte de este desequilibrio se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero» pero Tselioudis ha puntualizado que «el resto de factores siguen siendo un reto, debido a que la pérdida de hielo y la reducción de neblinas no son suficientes para justificar este déficit».

Los investigadores han detallado que las nubes tienen formas y tamaños diferentes, pero dos de las franjas de nubes más consistentes están formadas por los patrones de flujo de aire a gran escala de la Tierra. Una de ellas es la banda que está cerca del ecuador, que se extiende alrededor del planeta como un cinturón y se forma cuando los vientos alisios de los hemisferios norte y sur convergen, forzando al aire húmedo hacia arriba para enfriarse y condensarse en nubes. Otra banda se produce en las latitudes medias, donde las corrientes en chorro dan paso a grandes remolinos de clima tormentoso alrededor del planeta.

El estudio precisa que las nubes tienen distintas formas y tamaños, pero dos de las franjas de nubes más uniformes se forman a partir de los patrones de flujo de aire a gran escala de la Tierra. En este sentido, hay dos franjas: una de ellas, cerca del ecuador, se extiende alrededor del planeta como un cinturón y se forma cuando convergen los vientos alisios de los hemisferios norte y sur, lo que obliga al aire húmedo a ascender para enfriarse y condensarse en nubes.

La otra banda se origina en las latitudes medias, donde las corrientes en chorro generan grandes remolinos de clima tormentoso alrededor del planeta.

El pasado mes de agosto, el equipo de Tselioudis ya publicó un estudio en el que demostraban que, durante los 35 años que abarcaron las imágenes satelitales meteorológicas, las bandas de nubes ecuatoriales se habían estrechado, mientras que las trayectorias de las tormentas de latitudes medias se habían desplazado hacia los polos, reduciendo su cobertura.

En ese momento, el equipo de Tselioudis descubrió que la cobertura de nubes cae aproximadamente un 1,5% por década y que el 80% de los cambios generales de reflectividad en estas regiones se debían a la reducción de las nubes.

El calentamiento global agrega más cantidad de mercurio al suelo

El aumento del crecimiento de las plantas debido al cambio climático puede agregar aún más mercurio al suelo, cuya presencia sigue creciendo pese al convenio de reducción de emisiones de 2017.

Es la conclusión de un nuevo estudio publicado en Environmental Science & Technology sobre este contaminante ambiental persistente que se mueve a través del aire, el agua y el suelo, y se acumula en plantas y animales.

El suelo es el principal reservorio de mercurio, ya que almacena tres veces la cantidad que se encuentra en los océanos y 150 veces la cantidad que se encuentra en la atmósfera. Por lo general, el metal pesado se mueve naturalmente a través de estos reservorios, pero los humanos han alterado este ciclo.

El cambio climático provocado por los humanos aumenta los niveles de dióxido de carbono, lo que promueve el crecimiento de la vegetación y, muy probablemente, deposita más mercurio en el suelo cuando la vegetación se descompone.

Los estudios anteriores sobre los niveles de mercurio en el suelo se han centrado principalmente en pequeñas escalas regionales. Pero Xuejun Wang, Maodian Liu y sus colegas de la Universidad de Pekín querían desarrollar un modelo mundial más preciso de los niveles de mercurio en el suelo que pudiera tener en cuenta los efectos de un clima en continuo calentamiento.

El equipo comenzó por recopilar casi 19.000 mediciones de mercurio en el suelo publicadas anteriormente, lo que produjo una de las bases de datos más grandes de su tipo. El conjunto de datos se introdujo en un algoritmo de aprendizaje automático para estimar la distribución global del mercurio tanto en la capa superficial como en el subsuelo. Descubrieron que la cantidad total de mercurio almacenado en las primeras 40 pulgadas (alrededor de 1 metro) de suelo es de aproximadamente 4,7 millones de toneladas. Este valor es el doble de lo que concluyeron algunas estimaciones anteriores, aunque algunos de esos estudios dieron cuenta de una profundidad menor del suelo.

El modelo del equipo identificó los niveles más altos de mercurio en áreas con alta densidad de plantas, como las latitudes bajas de los trópicos, pero también en el permafrost y las áreas con alta densidad humana. Por el contrario, las tierras desnudas, como los matorrales o los pastizales, tenían niveles relativamente bajos de mercurio en el suelo.

Para entender cómo el calentamiento climático podría afectar los niveles de mercurio en el suelo, los investigadores combinaron su modelo inicial con conjuntos de datos de factores ambientales que representan escenarios climáticos futuros. Su modelo predice que a medida que las temperaturas aumenten en todo el mundo, también se promoverá el crecimiento de la vegetación, lo que a su vez podría aumentar los niveles de mercurio en el suelo. Este efecto simbiótico superaría los esfuerzos de reducción propuestos por los esquemas de control actuales a nivel mundial, como los del Convenio de Minamata.

Aunque se necesitan más investigaciones y observaciones, los investigadores dicen que este trabajo enfatiza la necesidad de un control más estricto, a largo plazo y simultáneo de las emisiones de mercurio y dióxido de carbono.

¡¡¡Qué Calor!!!

Bogotá, Santa Marta, Neiva, Medellín, San Andrés y más de 24 municipios rompieron su récord de temperatura empezando el año. Inclusive, Jerusalén, Cundinamarca, marcó hito al alcanzar 40.4 grados, el registro más alto en el país para el mes de enero.  No es solo Colombia, ni su causa es exclusiva al fenómeno de El Niño, según NOAA, la entidad de EEUU responsable de predecir el clima, 2023 fue el año más caliente desde que se realizan mediciones. Por ende, se detectó la mayor pérdida de cobertura de hielo en el Ártico el año pasado, es incuestionable que gradualmente el mundo se viene calentando. Si bien Colombia no es el causante principal de este fenómeno, si es probable que sea una de sus víctimas. El ajuste va a ser más estructural de lo previsto.

La percepción de las frías mañanas de Bogotá, donde era necesaria la ruana, quedo atrás. Para el mediodía en la capital es más probable que la chaqueta sobre. Así como en Francia el calentamiento global está cambiando la estructura del famoso “terroir” del vino, la frontera cafetera del país se está reconvirtiendo. Sin las heladas que exterminan plagas, las existentes variedades sufren de roya y otros fenómenos. Ese contexto ideal ecuatorial de Colombia entre 1.200 y 1.800 metros, 17 y 23 C, y precipitaciones de 2.000 milímetros anuales, se reemplaza con nuevas siembras en predios a más de 2,000 metros de altura. Esta realidad no es solo del café, el calor y un nuevo régimen de lluvias están cambiando el esquema agrícola. Increíble sería que, en unas décadas, el equipo cafetero sea de Argentina en vez de Colombia.

Esta nueva temperatura, según el IDEAM, causaría que en 15% de los departamentos aumente la precipitación en más del 10% y que en 30% de ellos disminuya en más del 13%. Colombia sería el país con la mayor cantidad de catástrofes naturales de América Latina. A la Unidad de Gestión del Riesgo, tratada como un fortín político, dada su capacidad de adjudicar a dedo, se le debe fortalecer su institucionalidad. Se debe elevar requisitos contractuales donde su discrecionalidad es solo bajo emergencias.

Los desastres naturales requieren una contraparte en el territorio. De los 29 municipios de más de 250 mil habitantes, solo 15 cuentan con dependencias responsables de la gestión del riesgo, y hasta la última cuenta en 2016, solo 46% de las gobernaciones tenían instituciones responsables.

Se requiere un nuevo enfoque sobre el manejo del riesgo, especialmente con los organismos de control. Cada vez más, la volatilidad asociada al cambio climático tiene repercusiones sobre gastos y ingresos. Ahora estamos viviendo un efecto tarifario en el sector eléctrico, pero no se nos olvide que la última Niña le dio pérdidas al país de $11.2 billones de la época. Se debe entender que los seguros o coberturas financieras son un costo de estabilidad, no un detrimento patrimonial. Nadie debe especular con recursos públicos, pero se debería tener una cobertura de precios de petróleo para proteger el presupuesto de la nación, un seguro contra sequías para estabilidad en el sector energético, y pólizas de la nación contra mega daños ambientales.

Ahora los incendios tienen estos temas de moda, pronto será algo más, nos tenemos que dar cuenta que todo viene cambiando, ojalá no lo notemos muy tarde.

Las hormigas no logran adaptarse al «calentamiento global»

Las hormigas no están ajustando su comportamiento en respuesta al calentamiento de las temperaturas y persisten en microhábitats subóptimos incluso cuando hay otros óptimos.

El hallazgo, publicado en el ‘Journal of Animal Ecology‘ por científicos de la Universidad de North Carolina State, sugiere que las hormigas pueden no ser capaces de ajustar su comportamiento en respuesta al calentamiento de los ecosistemas.

Las hormigas son animales ectotermos, cuya temperatura corporal depende del entorno. Aunque estos animales experimentan diversas temperaturas en su vida diaria, la mayoría de los ectotermos prefieren hábitats ligeramente más fríos que la denominada temperatura óptima de funcionamiento, en la que un animal ectotermo puede realizar mejor todas sus funciones vitales. Si encuentra un entorno más cálido que el punto óptimo, un ectotermo corre el riesgo de acercarse al extremo letal del espectro de su fisiología. En otras palabras, si hace demasiado calor, los ectotermos morirán.

Sin embargo, poco se sabe sobre cómo o si los insectos ectotermos ajustarán su comportamiento para evitar rangos de temperatura más cálidos pero subletales, en los que el funcionamiento es fisiológicamente posible pero no óptimo, que son cada vez más probables debido al cambio climático global.

Para saber más sobre cómo pueden responder las especies de insectos a esas temperaturas más cálidas y subletales, los investigadores de la NC State estudiaron cinco especies de hormigas comunes en Carolina del Norte. Los investigadores contaron y recolectaron hormigas en ecosistemas forestales y midieron las temperaturas del aire en los lugares de recolección para identificar la distribución de los microhábitats disponibles.

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Los investigadores también utilizaron un termómetro único para hormigas para medir la temperatura de las propias hormigas (que variaba según el color de la hormiga y el tamaño de su cuerpo). Por último, para determinar la temperatura preferida de cada especie, los investigadores recogieron algunas hormigas para el laboratorio y las colocaron en una cámara rectangular con un gradiente de temperatura controlado.

Los investigadores descubrieron que las hormigas del laboratorio tenían preferencias térmicas distintas, pero que las hormigas del campo sólo estaban activas en sus climas preferidos con una frecuencia ligeramente superior a la esperada por azar. En cambio, la mayoría de las especies se recogían en lugares más cálidos de lo que preferían, lo que sugiere falta de conciencia o alguna limitación en su capacidad para adaptarse a temperaturas cada vez más altas.

«Es interesante que las hormigas obreras que observamos estuvieran dispuestas a ponerse en situaciones incómodas mientras buscaban comida –dice en un comunicado Sara Prado, profesora adjunta y coautora del estudio–. Me pregunto si la comida era lo suficientemente ‘rentable’ para que las hormigas estiraran sus niveles de comodidad, o si simplemente están dispuestas a sacrificar su bienestar por el bien de la colonia».

«Tiempos y lugares más cálidos hacen hormigas más calientes, y no están ajustando su actividad para que coincida con sus condiciones preferidas –apunta Elsa Youngsteadt, profesora de ecología aplicada en NC State y coautora del estudio–. Por ahora, puede que sea un compromiso que les funcione bien. Pero si pensamos en la enorme biomasa de hormigas que hay bajo sus pies, sus tasas metabólicas aumentan a medida que cambia el clima. Incluso si no las mata del todo, ¿qué significa ese metabolismo acelerado para su ciclo vital e incluso para todo el ecosistema forestal?».

Youngsteadt planea ahora seguir investigando esta cuestión con hormigas urbanas que viven en el futuro del cambio climático en ciudades relativamente cálidas.

Foto: Pexels.

Buenas noticias para la Amazonía

En los últimos días hemos visto muy buenas noticias para la Amazonia colombiana y para la Amazonia de Latinoamérica. La COP 27 (Conferencia de las Partes) celebrada recientemente en Egipto y a la cual asistieron líderes mundiales de 196 países que hacen parte de la ONU, más la Unión Europea, es decir más de 200 naciones que se comprometen en la lucha contra el calentamiento global manifestó la importancia del mundo entero de salvar este pulmón de la vida que es la Amazonia.

Las noticias vienen porque Gustavo Petro, nuestro Presidente, consiguió muchos millones de dólares para Colombia y su Amazonia. Pero, también la COP 27 manifestó en sus declaraciones que se va a disminuir la influencia del carbono en la economía, se va a comenzar de manera seria y consistente la renovación energética en fuentes renovables. Y también que el mercado no va a ser el que deba regir la vida del mundo y de nuestros países.

Será la misma vida la que deberá tomar el rumbo. Otra buena noticia para la Amazonia fue, sin duda, el triunfo de Lula en Brasil. Cae Jaír Bolsonaro, el enemigo de la vida, quien niega el calentamiento global.

Esa serie de noticias nos da mucho ánimo para seguir luchado por la defensa de la Amazonia, pero también por el Macizo Colombiano, por las fuentes de agua de nuestro país.

Buenas noticias entonces, ojalá continuemos con ello porque estamos trabajando por la vida, no por la guerra, ni tampoco por la destrucción de la naturaleza.

Esperamos que el gobierno de Gustavo Petro pueda avanzar en esos diez puntos del decálogo expuesto ante la COP 27, de hace imperativo que los líderes mundiales tomen medidas contundentes y urgentes para salvaguardar la vida del planeta, porque está en juego nada más y nada menos que la continuidad de la especie humana.

Muchos aún no lo entienden, sus grandes capitales y negocios a gran escala los enceguecen y no miran más allá de su propia nariz, pero resulta que con sus acciones están acabando paulatinamente con la humanidad. Ojalá no sea tarde para que entren en razón y comprendan que el planeta necesita y merece un respiro, ojalá comprendan que la vida vale más que abultadas cuentas bancarias.

El ozono podría ser una causa del calentamiento del planeta

El ozono puede estar debilitando uno de los mecanismos de enfriamiento más importantes de la Tierra, convirtiéndolo en un gas de efecto invernadero más importante de lo que se pensaba. Una investigación publicada en la revista ‘Nature Climate Change‘, realizada por un equipo internacional de científicos y dirigida por la Universidad de California Riverside, ha revelado que los cambios en los niveles de ozono en la atmósfera superior e inferior fueron responsables de casi un tercio del calentamiento observado en las aguas oceánicas que bordean la Antártida en la segunda mitad del siglo XX.

El profundo y rápido calentamiento del Océano Austral afecta a su papel como una de las principales regiones para absorber el exceso de calor a medida que el planeta se calienta. La mayor parte de este calentamiento fue el resultado del aumento del ozono en la atmósfera baja. El ozono, uno de los principales componentes de la niebla tóxica, ya es un contaminante peligroso, pero la investigación demuestra que también puede desempeñar un papel importante en el cambio climático en los próximos años.

La doctora Michaela Hegglin, catedrática de química atmosférica y una de las autoras del estudio, explica que «el ozono cerca de la superficie de la Tierra es perjudicial para las personas y el medio ambiente, pero este estudio revela que también tiene un gran impacto en la capacidad del océano para absorber el exceso de calor de la atmósfera». «Estos resultados son reveladores y subrayan la importancia de regular la contaminación atmosférica para evitar el aumento de los niveles de ozono y de la temperatura global», añade.

Impacto en el océano

El equipo utilizó modelos para simular los cambios en los niveles de ozono en la atmósfera superior e inferior entre 1955 y 2000, con el fin de aislarlos de otras influencias y aumentar el conocimiento, actualmente escaso, de su impacto en la captación de calor del Océano Austral. Estas simulaciones mostraron que tanto la disminución del ozono en la atmósfera superior como el aumento en la atmósfera inferior contribuyeron al calentamiento observado en los 2 km superiores de las aguas oceánicas en las latitudes altas por el aumento global de los gases de efecto invernadero.

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Revelaron que el aumento del ozono en la atmósfera inferior causó el 60% del calentamiento general inducido por el ozono observado en el Océano Austral durante el período estudiado, mucho más de lo que se pensaba. Esto fue sorprendente porque el aumento del ozono troposférico se considera principalmente un forzamiento climático en el hemisferio norte, ya que es allí donde se produce la principal contaminación. El ozono saltó a los titulares en la década de 1980 cuando se descubrió un agujero en la capa de ozono en lo alto de la atmósfera sobre el Polo Sur, debido a los daños causados por los clorofluorocarbonos (CFC), un gas utilizado en la industria y los productos de consumo.

La capa de ozono es vital, ya que filtra la peligrosa radiación ultravioleta para que no llegue a la superficie de la Tierra. Este descubrimiento dio lugar al Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional para detener la producción de CFC.

Agotamiento del ozono

La doctora Hegglin recuerda que «hace tiempo que sabemos que el agotamiento del ozono en lo alto de la atmósfera ha afectado al clima de la superficie en el hemisferio sur. Nuestras investigaciones han demostrado que el aumento del ozono en la parte baja de la atmósfera debido a la contaminación atmosférica, que se produce principalmente en el hemisferio norte y se «filtra» al hemisferio sur, es también un problema grave», añade.

En este sentido, apunta que «hay esperanza de encontrar soluciones, y el éxito del Protocolo de Montreal a la hora de reducir el uso de CFC demuestra que la acción internacional es posible para prevenir el daño al planeta».

El ozono se crea en la atmósfera superior por la interacción entre las moléculas de oxígeno y la radiación UV del sol. En la parte baja de la atmósfera, se forma debido a reacciones químicas entre contaminantes como los gases de escape de los vehículos y otras emisiones.

Los cambios en las concentraciones de ozono en la atmósfera afectan a los vientos del oeste en el hemisferio sur, además de provocar niveles contrastados de sal y temperatura cerca de la superficie en el océano austral. Ambos afectan a las corrientes oceánicas de forma distinta, lo que repercute en la captación de calor del océano.

2021 fue uno de los siete años más cálidos registrados, según la OMM

El 2021 fue uno de los siete años más cálidos registrados, según seis conjuntos de datos internacionales líderes consolidados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Este dato se produce a pesar de que las temperaturas globales promedio se enfriaron temporalmente por los sucesivos eventos de La Niña a cada final del año.

El conjunto de datos HadCRUT5 es compilado por el Met Office del Reino Unido y la Universidad de East Anglia, con el apoyo del NCAR (National Centre for Atmospheric Research) de Estados Unidos. HadCRUT5 es el conjunto de datos más reciente para informar sus hallazgos globales para 2021. Muestra que el año estuvo 0,76 +/- 0,04 grados Celsius por encima del promedio de 1961-1990, lo que lo ubica en el sexto lugar más cálido (junto con 2018).

En comparación con el período de referencia mundial preindustrial, el año estuvo 1,1 +/- 0,1 grados centígrados por encima del promedio de 1850-1900. Esto se alinea extremadamente bien con las cifras ya publicadas por otros centros internacionales.

La OMM utiliza seis conjuntos de datos internacionales para proporcionar una evaluación autorizada del cambio de temperatura global. Informaron que 2021 fue alrededor de 1,11 +/- 0,13 grados centígrados más cálido que el promedio de 1850-1900 según un promedio de los seis conjuntos de datos. 2021 es el séptimo año consecutivo (2015-2021) en el que la temperatura global ha estado más de 1,0 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, según todos los conjuntos de datos utilizados por la OMM.

La clasificación de años individuales a menudo depende de diferencias pequeñas o marginales entre años y puede variar ligeramente entre conjuntos de datos. Sin embargo, el calentamiento a largo plazo es claro. Desde la década de 1980, cada década ha sido más cálida que la anterior y se espera que esto continúe.

Los siete años más cálidos han sido todos desde 2015, con 2016, 2019 y 2020 entre los tres primeros. Un evento de El Niño excepcionalmente fuerte ocurrió a fines de 2015 y continuó hasta principios de 2016.

El doctor Colin Morice, de Met Office, dijo: «2021 es uno de los años más cálidos registrados y continúa una serie de mediciones de un mundo que se está calentando bajo los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto extiende una racha de años notablemente cálidos» de 2015 a 2021: los siete años más cálidos en más de 170 años de mediciones».

El profesor Tim Osborn, de la Universidad de East Anglia, dijo en un comunicado: «Cada año tiende a estar un poco por debajo o un poco por encima del calentamiento global subyacente a largo plazo. Los datos de temperatura global analizados por Met Office y la Unidad de Investigación Climática de la UEA muestran que 2021 fue un poco por debajo, mientras que 2020 había estado un poco por encima de la tendencia de calentamiento subyacente. Todos los años, incluido 2021, son consistentes con las predicciones de calentamiento debido a las actividades humanas».

«Los eventos consecutivos de La Niña significan que el calentamiento de 2021 fue relativamente menos pronunciado en comparación con los últimos años. Aun así, aún fue más cálido que años anteriores influenciados por La Niña. El calentamiento general a largo plazo como resultado de los gases de efecto invernadero es ahora mucho mayor que la variabilidad de un año a otro causada por factores climáticos naturales», dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.

Se espera que el calentamiento global y otras tendencias del cambio climático a largo plazo continúen como resultado de niveles récord de gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera.

El creciente calentamiento acelera el retroceso de las costas árticas

Investigadores del permafrost están analizando los factores que impulsan el rápido cambio de las costas del Ártico y las implicaciones para los seres humanos y el medio ambiente.

En un número especial de la revista ‘Nature Reviews Earth & Environment’, los investigadores del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina, en Alemania, describen la sensibilidad de las costas del Ártico al cambio climático y los retos para los seres humanos y la naturaleza.

Las costas del Ártico se caracterizan por el hielo marino, el permafrost y el hielo terrestre. Esto las hace especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, que ya está acelerando la rápida erosión costera.

El creciente calentamiento está afectando a la estabilidad de la costa, los sedimentos, el almacenamiento de carbono y la movilización de nutrientes. Entender la correlación de estos cambios es esencial para mejorar las previsiones y las estrategias de adaptación de las costas del Ártico.

«El ritmo de los cambios en el Ártico es cada vez mayor, lo que provoca un retroceso acelerado de las costas –afirma la doctora Anna Irrgang, del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina (AWI)–. Esto afecta tanto al entorno natural como al humano, por ejemplo, al liberar el carbono del suelo al mar y a la atmósfera, o al perder la tierra que sustenta a las comunidades e infraestructuras».

El modo y el grado exactos de cambio de las costas dependen de la interacción de los entornos costeros locales, como la presencia de permafrost, y de factores ambientales como la temperatura del aire y del agua.

«Las predicciones al respecto suelen estar sujetas a grandes incertidumbres porque los datos oceanográficos y medioambientales fiables de las zonas costeras remotas son limitados», afirma Irrgang.

Para mejorar la comprensión y, por tanto, las predicciones de la evolución futura, el investigador del AWI sobre el permafrost ha recopilado los factores y los impulsores más importantes que afectan a las costas del Ártico y que son importantes para desarrollar estrategias de adaptación al cambio climático en las costas del Ártico.

Las costas del Ártico tienen estructuras diferentes según la región. En Alaska, Canadá o Siberia, por ejemplo, son especialmente ricas en hielo terrestre, con farallones de permafrost de hasta 40 metros de altura.

En cambio, en Groenlandia, Svalbard y el archipiélago canadiense, las costas suelen tener poco o ningún hielo en el suelo, sino grandes volúmenes de sedimentos gruesos de origen glaciar, o incluso roca sólida.

Estas diferencias geomorfológicas regionales influyen en el modo en que otras variables ambientales afectan a las costas. Por ejemplo, si la temperatura del aire y del agua cambia, afecta a todo el sistema costero.

Los acantilados de permafrost ricos en hielo, por ejemplo, algunos de los cuales tienen hasta un 80% de hielo, son bastante resistentes a la acción mecánica de las olas. Sin embargo, cuando se descongelan debido al aumento de las temperaturas del aire y del agua, se vuelven especialmente vulnerables a la destrucción por las olas, lo que se manifiesta en una rápida erosión costera.

Por ello, las costas del Ártico son especialmente sensibles al clima: El calentamiento global está provocando la descongelación de grandes áreas de permafrost, el deshielo del suelo y el colapso de las superficies terrestres. Esto, a su vez, afecta a la disponibilidad y calidad del agua, al crecimiento de las plantas, y aumenta la extracción del suelo (erosión) y las inundaciones costeras.

Además, la temperatura de la superficie del mar aumenta en la mayor parte del Ártico, lo que puede prolongar el periodo sin hielo marino. Las costas están entonces expuestas a fuertes olas durante mucho más tiempo, especialmente durante la estación tormentosa del otoño.

La comparación de las tasas de cambio de las costas del Ártico muestra que la inmensa mayoría de las costas de permafrost están retrocediendo debido a la erosión. La isla Herschel del norte de Canadá, por ejemplo, pierde hasta 22 metros de acantilado al año. Cuando el permafrost se descongela, permite que el carbono orgánico, los nutrientes y los contaminantes se liberen en el entorno cercano a la costa y en la atmósfera.

Los expertos estiman que la erosión costera libera cada año unas 14 megatoneladas de carbono orgánico en el océano Ártico, lo que supera la cantidad de carbono orgánico en partículas que aportan los ríos del Ártico.

El descongelamiento de suelos antes sólidos también está afectando a la población local. Alrededor de 4,3 millones de ellos tendrán que hacer frente a las consecuencias: perderán edificios y carreteras, terrenos de caza tradicionales y también lugares culturales.

En Alaska, ya hay que abandonar asentamientos enteros y la gente tiene que reubicarse. La erosión de las zonas heladas aumenta los riesgos de descongelación del permafrost y la contaminación ambiental, actualmente incalculable, de las infraestructuras industriales. Sólo a largo plazo podrían abrirse nuevas oportunidades como consecuencia de los cambios, debido al acceso a recursos en regiones antes inaccesibles, nuevas zonas agrícolas y rutas marítimas para el comercio y el turismo.

«Nuestra comprensión actual de la dinámica costera del Ártico está fragmentada, con muy pocos datos con alta resolución espacial y temporal sobre los factores ambientales y los cambios en la línea de costa –subraya Anna Irrgang–. Aunque ya existen conjuntos de datos de este tipo para algunas regiones, como el norte de Alaska, la mayor parte de la costa del Ártico está mal cartografiada».

Sin embargo, señalan que se necesitan urgentemente observaciones de los factores medioambientales y de los cambios costeros en todo el Ártico para reducir la incertidumbre de las previsiones. Esto ayudaría a las comunidades locales a hacer frente a los nuevos desarrollos socio-ecológicos.

«Para ello, necesitamos desarrollar métodos de adaptación que permitan unas condiciones de vida buenas y sostenibles en los asentamientos costeros del Ártico. Para ello es fundamental una estrecha colaboración con la población local», afirma Anna Irrgang.