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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: ciudadanos

El lenguaje de la piel de la ciudad

«Todos en la vida somos y no somos»,  estoy seguro de que esta frase merece una explicación; y lo menciono porque el “Ser” es una condición con respecto a algo, a ocupar un espacio y participar de éste. Así,  Ser Ciudadano, en la vida diaria, implica que ese ser recorre las calles de un lugar con el propósito de participar en este espacio, de habitarlo, pero para ser parte de éste debemos obtener los créditos que nos avalan como participantes; el diploma se obtiene y se llama “Ciudadanía“, es un orgullo que confirma que uno es un participante social, que conoces la ciudad y sabes las normas implícitas de convivir en este lugar.

Ser docente de urbanismo: soy docente de arquitectura y desde la perspectiva de ese rol de interacción social entre el individuo y el conocimiento transmito  a mis estudiantes la importancia del lugar, no solo para ellos  sino para la vida; esa mediación y comunicación con el contexto real es un conocimiento para todos, no solo para los arquitectos, también para  el ciudadano, quien sabe que lo público es de todos y lo privado es de pocos. En cuanto al Lugar, existen sitios que son contradictorios: son públicos, pero son privados, hacen parte de una zona de permanente negociación porque, aunque son lugares públicos, que pertenecen al Estado y deberían estar al servicio de público, no todo el mundo puede acceder de forma directa. Tal es el caso de una biblioteca: si vas con una presentación inadecuada no te permiten acceder; este tipo de situaciones no sucederían en lugares públicos como la plaza de Bolívar. En contraposición existen sitios Privados – Públicos, como los centros comerciales, que aunque son sitios de privados a los cuales pueden acceder todas las personas, no tienen el mismo carácter privado, como lo es el hogar de cada familia.

 

El Ser: la vida por su parte, no es tan pública o privada como se pensaba en un principio, pero lo que si se puede definir es que lo privado en lo más íntimo y cercano a la privacidad del hogar: Las personas son parte de un tejido, de una línea de sangre y amor fraternal, en la cual seremos queridos por el amor filial. Esta apreciación tiene bastante sentido, pero la vida real está en lo público, esa es la parte que más nos llama la atención,  donde conocemos personas pero a la vez somos conocidos, y por qué no “reconocidos”, donde se celebran triunfos o se desvanece la vida, es una ruleta capaz de fusionar el destino, la suerte, pero también el conocimiento y la vida.

Está escrito: en la piel de la ciudad reconocemos los diferentes elementos que la componen creando arterias que interconectan, comunican y junto con las personas dan vida y sentido al espacio: vías, plazas o parques son los lugares públicos más conocidos, y a la vez constituyen un tejido importante de la ciudad: la piel que forma parte de las mismas estructuras y de un espacio que se concibe como seguro, quizá representa parte del orgullo construido en la vida de los colombianos prácticamente en los últimos 500 años desde la construcción de esta bella patria. Bogotá es la ciudad más compleja, grande y diversa de la nación en donde cada día convivimos cerca de 10 millones de habitantes, reconocemos que es un lugar vivo de continuo cambio, que se transforma para asumir distintas fases,  a diario con nuevas calles o construcciones que no representan una única manifestación de la ciudad, pero que a la vez transitan y desvanecen también pequeños pedazos de territorio, que después mutan y adquieren nuevos significados: entender la ciudad no es fácil, y tampoco lo es conocerla en su totalidad, pero todos la recorremos.

Leer:  su lenguaje y su piel. En las últimas décadas se escribió en losetas, adoquines, bordillos y mobiliario como lo recomienda Planeación Distrital, y la escritura es perceptible fácilmente, pero la idea detrás de la transformación de los espacios, de la esencia de la ciudad es la búsqueda de una nueva imagen que los urbanistas y planificadores del territorio estamos trabajando para establecer un mejor sitio para crecer, trascender y vivir. Ya casi nadie recuerda la ciudad de los buses, con personas que iban colgadas de las puertas o los carros que estaban cubriendo todas las aceras (aunque aún permanecen situaciones similares); esa ciudad compleja no ha dejado de tener problemas sociales, económicos, capaces de desbordar la tranquilidad de realidades distintas, extrañas, pero construir  una ciudad es un trabajo colectivo asociado a su misma  de construcción y construcción. Se puede decir que la piel de la ciudad es el espejo de Colombia, esa imagen refleja las complejidades de nuestra nación con ventajas y desventajas, con una diversa heterogeneidad que vemos a diario. Está escrita con mucho esfuerzo, con grandes conquistas y dolorosas derrotas, pero es Bogotá, la ciudad, y Colombia, el país, que amamos.

Por tanto, Todos en la vida somos y no somos, pero ya entendemos que el Ser ciudadano implica tener en cuenta las reglas de convivencia en medio de la compleja transformación de su piel; el Ser docente de urbanismo abarca el compromiso de enseñar acerca de la vida en la ciudad. El lugar es aquel que define los sitios y su uso en la ciudad mientras que  el Ser comprende las posibilidades sociales del urbanismo de la sociedad y, desde luego, está escrito en la ciudad construida por la gente que la habita: Leer sus testimonios de vida  se hace con el uso de los fonemas, los puntos y las comas que le dan ritmo a nuestra vida en la ciudad. La esencia de lo escrito está en la tierra de los sueños, de las ilusiones, y también está plasmada en tinta de colores, en diferentes grados de luminosidad y, además, está tatuado en la piel de la ciudad que hábito, que no puede ser explicada fácilmente con palabras, pero que es a la vez fuera de este mundo, esa es la ciudad que tanto amo.

 

 

Javier Francisco Sarmiento Díaz

Docente Investigador, Facultad de Arquitectura, Universidad de América

Arquitecto; Magíster en Planeación Urbana y Regional; Doctor en Ciencias de la Educación.

 

 

Memoria de pez y cara más dura que el cemento

Es muy habitual en la cultura latina echar la culpa de los errores propios a los ajenos. Es lo facilón: lavarse las manos como hizo Poncio Pilatos hace 2000 años. Nos alivia el espíritu el mirar para otro lado cuando vienen mal dadas, o señalar a terceros como responsables de las causas de nuestros problemas. Somos especialmente implacables frente a la casta política, a la que culpamos de todo lo malo que nos pasa. Y es una verdad sí, pero a medias.

Si bien nuestros regidores públicos deben velar por el bien de todos, también la sociedad se fundamenta en un contrato social, una serie de normal establecidas. Un contrato social con derechos y obligaciones de todos los que formamos parte de ella. Los políticos tienen que marcar el camino de la prosperidad con decisiones y leyes, pero los ciudadanos también tenemos que cumplir nuestra parte del ‘pacto’. Y ahí falla la inmensa mayoría.

 

Obligación de un ciudadano es demostrar educación cívica, pagar lo que corresponde y quien corresponde, informarnos y formarnos, cumplir las leyes (aunque algunas no nos gusten) respetar y cuidar los espacios públicos, generar bienestar a los que nos rodean, Respetar filas, no robar, no matar… muchas cosas cotidianas que no por ser normales dejan de tener su importancia. ¿Lo cumplimos a diario? ¿Se considera un buen ciudadano capaz de exigir dignidad democrática mirando a los ojos a sus dirigentes?

El poder de la información

En un mundo ideal, los ciudadanos deberían informarse, interesarse y saber escoger bien a sus gobernantes. (algo muy alejado de la realidad). Nos quejamos de los políticos, políticos que elegimos sin conocer sus programas, sin profundizar convicciones éticas, sin tener certeza de que sus promesas no quedan en papel mojado. Y cuando están en el poder les perdonamos sus desmanes o simplemente ni nos enteramos porque pensamos “todos son iguales”, error.

El fenómeno de la ‘memoria de pez’ ha cambiado recientemente la forma de hacer política. Los más astutos políticos saben que hoy en día un tema de la agenda mediática no dura más de una semana, lo normal es que sean horas, 2-3 días incluso en los escándalos más graves. Los hechos se atropellan tan rápidamente que la realidad no da tiempo a analizarla, sin que podamos reflexionar. Escasa capacidad de cuestionamiento. Casi nada importa a los políticos porque saben que los ciudadanos apenas castigarán sus malos actos sino hasta el final del gobierno. Aplican la de mirar para otro lado a la espera de que pase la ola informativa del instante. Una noticia tapa la anterior. Exigirles una mejor calidad democrática es un deber que no cumplimos. Empezando por la mayoría de los medios de comunicación. Palmeros de sus amos.

Lea otra opinión del autor: ciudadanos mediocres eligen políticos mediocres

No hay nada más desigual que el igualitarismo. La cultura del facilismo, del no-esfuerzo, la subvención innecesaria para comprar voluntades. Es un pozo sin fondo de pobreza. Es muy bonito ‘venderle’ a nuestros jóvenes el sueño de que todos somos iguales. En realidad, es una escuela de personas frustradas cuando reciben una dosis de realidad y descubren que en el mundo hay gente más trabajadora, arriesgada, inteligente, bella, más simpática y más capacitada que ellos, lo que acaba generando, lógicamente un destrozo emocional. En eso también hemos fallado como sociedad. Preocupa la inmadurez emocional que evidencian muchos jóvenes, que como los políticos eluden las dificultadas y miran para otro lado esperando a la memora de pez de su entorno resuelva el problema.

Cultura del esfuerzo

Cuando en la sociedad se imponen los valores del mínimo esfuerzo, el preferir trabajar lo menos posible si me dan una ayuda pública. Caminos cortos que no funcionan y solo ayudan a los políticos inmorales a lograr su objetivo de mantenerse en el sillón. Y en esto, también fallamos como sociedad. Les compramos el cuento a los políticos. En Asia no piensan así, por eso ya están liderando el mundo, y en las próximas décadas el dominio será no solo aplastante sino humillante si los occidentales no reaccionamos. Si no entendemos que la competitividad está en la fórmula de talento + esfuerzo + inversión. Si falla algo en la ecuación habrá algún chino o indio que ya lo haga por ti más barato. En eso sí tienen la culpa los políticos, pero también nosotros de dejarnos. De aceptar sus políticas de educación pública paupérrima. De idiotizar a nuestros jóvenes. Pero claro, todo paso rápido y casi nada trasciende en la opinión pública.

Entre la memoria de pez que tiene la gente y la cara más dura que el cemento de los políticos se está quedando una democracia bastante mejorable. Como digo, la culpa no es solo de los políticos, es nuestra, por votarles, e incluso re-votarles.

¿Usted no sabe quién soy yo?

COLUMNA OPINIÓN Es normal que las personas se indignen cuando ven que alguien que pertenece a determinado círculo de poder, sea político o económico, demuestra el desprecio por las normas de comportamiento que a diario los colombianos del común debemos cumplir, porque de lo contrario nos vemos obligados a pagar algún tipo de sanción.

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Un ejemplo de lucha por la vida y los derechos

A sus 25 años, Camila Abuabara se ha convertido en símbolo de tenacidad y lucha por la vida, los sueños y los derechos. Diagnosticada con el tipo más severo de leucemia desde hace 5 años, esta estudiante de derecho ha revolucionado por redes sociales -al país y al mundo entero- con su incasable batalla al cáncer. Su historia es el vivo reflejo de la situación de muchos ciudadanos que padecen los graves problemas del sistema de salud en Colombia.

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Lo que no pueden hacer los candidatos al Congreso

Los aspirantes al Congreso de la República tienen un esquema de restricciones a los que deben acogerse en víspera del día de las elecciones. Estas prohibiciones inician después de la media noche del domingo 2 de marzo y tienen por objeto que en el silencio electoral, los ciudadanos puedan reflexionar y analizar con calma las propuestas de los diferentes candidatos en contienda.

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Petro ahora sí quiere consulta

Luego de que el Tribunal Superior de Cundinamarca diera vía libre a la tutela que obliga a verificar las firmas de la revocatoria a Gustavo Petro, el alcalde señaló que quiere consultar al pueblo bogotano sobre su continuidad en la Alcaldía. El mandatario de los capitalinos confía en que los sectores populares ratifiquen su administración y legitimen su mandato.

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Rescatados trabajadores en Argelia

Las autoridades argelinas confirmaron este jueves que ha concluido la operación de rescate realizada por el ejército para liberar a los cientos de trabajadores que ayer, miércoles, fueron capturados por una banda salafista. La culminación se da en medio de las investigaciones del Gobierno Nacional para establecer si había o no colombianos en la planta.

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