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Etiqueta: Consumo

Con proyecto de acuerdo buscan regular el consumo de drogas en parques y entornos escolares

Imagen de referencia/Cortesía

El concejal de Bogotá por el Centro Democrático, Andrés Barrios, radicó un proyecto de acuerdo para regular los entornos escolares y los parques de la ciudad para evitar la venta de sustancias psicoactivas y su consumo.

 

De acuerdo con el cabildante, «estos lugares son utilizados frecuentemente por menores de edad quienes se ven expuestos a sustancias que pueden afectar su normal desarrollo».

“Seguimos a la espera del decreto del alcalde Carlos Fernando Galán, ya otras ciudades lo han hecho y Bogotá todavía no. Ante esto necesitamos buscar alternativas, ya que la ciudadanía, padres de familia, colegios, iglesias y fundaciones que atienden a personas en condición de drogadicción, nos manifiestan su preocupación constantemente”, aseguró el cabildante.

Desde el Concejo de Bogotá, Barrios ha insistido en que el inicio de consumo de drogas se presenta en población joven y así se evidencia en el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas Colombia 2019.

Decretar para mojar prensa

Parece que los alcaldes no parecen o no quieren darse cuenta de la realidad del mundo de hoy, y se han mostrado dispuestos a firmar decretos, que, desde mi punto de vista, solo funcionan para los titulares de prensa, pero no para el diario vivir de sus territorios.

Tal es el caso del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez y de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, quienes fueron los primeros mandatarios locales que se apresuraron a firmar decretos para prohibir el consumo de sustancias psicoactivas en los parques de sus ciudades.

 

¿Será que un decreto como este si asusta a los consumidores de este tipo de sustancias?; ¿en serio creen que un papel con una firma es suficiente para que esto deje de ocurrir?, y lo más importante, ¿Cómo le harán para que el decreto no se convierta en letra muerta?

Es muy fácil llenar un papel de letras y firmarlo, pero difícil volver realidad todo lo que contiene.

Para llevar esto a la práctica, cada ciudad donde se firme un decreto como estos debe contar con el suficiente número de policías para que cuiden los parques las 24 horas de los siete días de la semana, cosa que no solo es difícil de cumplir sino además imposible, especialmente si se tiene en cuenta los problemas de inseguridad urbana que vive el país y que requiere de los uniformados en función de esta labor.

El argumento de que es por los niños que se firma un decreto como estos resulta poco creíble, porque no se puede pretender que una persona deje de consumir este tipo de sustancias en los espacios libres de una ciudad para que lo haga al interior su casa, es decir, en un espacio cerrado donde seguramente también hay niños.

Que no nos vengan con el cuento de que es pensando en los niños que se firman estos decretos porque hoy por hoy, a un consumidor no lo asustan este tipo de prohibiciones así le manden cien policías porque tiene claro que esto no es un delito y que por tanto no lo llevarán a la cárcel y mucho menos lo van a condenar.

En lugar de perder el tiempo firmando decretos que solo sirven para mojar prensa y pretender colocar a la Policía a perseguir consumidores, los alcaldes deben pensar en darle el manejo que es, es decir, el tratamiento de enfermedad y pensar en programas de rehabilitación y de resocialización.

Cambiando de tema, Veo que en el Partido Liberal se olvidaron por completo que la senadora recién fallecida, Piedad Córdoba, integró la bancada de este grupo político durante mucho pero mucho tiempo.

Freno del consumo

Una manera de entender el bienestar es ver los productos que compra el ciudadano. El dato recién publicado en julio evidencia una contracción del 8.2%, siendo la segunda mayor caída de 2023. Los vientos de impulso al consumo que nos dejó la pandemia, se están agotando. No hay motor de crecimiento local, el estímulo son las remesas, las cuales presentaron un incremento en septiembre del 12%, a un récord de US$8,187 millones, y el sector minero-energético con inversiones de US$8.009 millones es el único segmento de inversión extranjera directa que aumenta con un 38,8%. Aunque los datos de desempleo mejoraron en casi 1.0% frente a junio, el PIB del segundo semestre registró una caída del 3.9%. El gobierno debería pensar en un plan anti-cíclico que impacte la demanda pero que, con señales regulatorias, incentive la inversión privada nacional.

Naturalmente, el incremento de tasas de interés frenó los ritmos de crecimiento del crédito al consumo, se pasó del 20% a tan solo el 3.7% nominal en julio. Según RADDAR marco un decrecimiento del 5.2% de consumo per cápita real en Colombia. Solo en cinco categorías hay incrementos en consumo, según el DANE: bebidas no alcohólicas (14.2%), licores y cigarrillos (10.0%), aseo personal (5.0%), artículos de uso doméstico (4.0%), y libros, periódicos y útiles (3.0). Lo demás, todo cae con varias categorías en dos dígitos. El fenómeno cobija los cinco principales departamentos más Bogotá existe decrecimiento continuo de las ventas minoristas desde noviembre de 2022. Sin motor de crecimiento interno, el colombiano está dejando de comprar.

 

En un contexto donde se dan señales hostiles regulatorias contra el capital privado y se presenta un deterioro en la seguridad, el país es más vulnerable a los vaivenes internacionales. Inclusive, a pesar de señales de mercado de expansión, muchos industriales se mantienen al margen, dados los altos niveles de incertidumbre. Las remesas reflejan la salud de los mercados laborales de Europa y EEUU que benefician la diáspora colombiana, mientras el auge minero-energético del gobierno Petro más que, inducido, es un síntoma de altos precios. Las promesas de auges turísticos, agrícolas o industriales no se están materializando en las cifras. Una desaceleración del contexto internacional podría tener una repercusión desmedida en lo local.

Varias iniciativas del gobierno podrían traducirse en un programa de reactivación económica: transición energética, vivienda rural, reorganización programa de subsidios, reindustrialización, etc. A la fecha estas ideas no cuentan con un CONPES que las aterrice ni un respaldo presupuestal que las magnifique. Aunque antes de iniciar nuevo gasto, es necesario enfocarse en ejecutar lo ya comprometido, considerando que al final de julio el gobierno solo había comprometido el 32.5% de su presupuesto asignado.

Si el segundo semestre sale igual que el primero, hay que tener un programa listo para el próximo año. Los nuevos alcaldes y gobernadores son lentos en ejecución mientras aprueban sus planes de desarrollo, y esto sumado al Niño, cada vez más intenso, el año 2024 no pinta para nada bien. El descenso en consumo de los hogares colombianos debería ser una alarma para generar acción. Entendiendo la coyuntura, la omisión puede ser un pecado.

Consumo responsable de alcohol y otras drogas

El prohibicionismo y el control policivo en las calles definitivamente no ha funcionado. Antes bien ha aumentado el consumo y la conflictividad entre los jóvenes y entre estos y las autoridades, como, de alguna manera, se hizo evidente en las protestas desde 2018.

Por: Hugo Acero Velásquez

 

Lo primero que hay que decir, respecto a la orden dada por la Corte Constitucional para que los concejos distritales y municipales regulen las condiciones para restringir el porte y consumo de sustancias psicoactivas en parques y espacios públicos con el objetivo de “proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes” es que esta medida no aplica cuando se trata del porte con fines de consumo propio (dosis personal o dosis medicada).

Segundo, hay que resaltar la intención de la Corte de “proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes” y por extensión la convivencia de los ciudadanos, que en muchos casos ven este consumo como un “problema de inseguridad y de un mal ejemplo para los niños y demás ciudadanos no consumidores”.

Lo tercero, es que hasta ahora frente al consumo de sustancias sicoactivas en el espacio público, ha prevalecido la expedición de normas que prohíben el consumo en determinados territorios, especialmente urbanos, y de control policial, medidas que no han dado los resultados esperados, como se puede evidenciar tras la expedición del Decreto 825 de 2019, que, si se hubiera aplicado como se debía, solo en el 10% del territorios de Bogotá si hubiera podido consumir drogas, de ahí la imposibilidad de aplicarlo por parte de la Policía.

Frente a esta situación, no solo los concejos distritales y municipales tienen un gran reto, también las administraciones locales, para no repetir medidas que en el pasado no han funcionado y que se quedan en el papel.

Debe haber una discusión amplia y especializada sobre este tema, que pasa por los consumos de alcohol y otras drogas. Este no es un problema solo de abogados de los concejos, de las secretarias jurídicas y de la Policía. Es un tema que debe involucrar las secretarías de salud, integración social, educación, cultura, seguridad, convivencia y justicia y otras secretarías que pueden ayudar a definir una política integral sobre consumo responsable de uso de alcohol y otras drogas.

En 1997 ante los problemas de consumo de alcohol, riñas, violencia, lesionados y muertos, tras su ingesta, Antanas Mockus hizo una propuesta que generó mucha polémica entre autoridades y ciudadanos en general, que era “enseñarles a los muchachos de los grados 10 y 11 de los colegios a consumir licor”.

Desde luego el objetivo no fue ni distribuir licor en los colegios, ni crear una cátedra sobre el tema, sino sostener diálogos con los estudiantes sobre el consumo de alcohol, con la participación de especialistas de la Secretaría de Educación y Unidad Coordinadora de Prevención Integral.

Estos conversatorios se aplicaron en sesenta y ocho (68) colegios, durante el segundo semestre de 1997, con el titulo de «Saber antes de beber.  Uso responsable del alcohol» y se fundamentaron en el desarrollo de procesos de socialización secundaria que promuevan la regulación y la autorregulación social con respecto al consumo de alcohol.

Los objetivos de estos conversatorios fueron:

  1. Abrir un espacio al diálogo sobre el uso responsable del alcohol.
  2. Reflexionar sobre la experiencia individual y colectiva del uso del alcohol.
  3. Abordar las implicaciones que genera el uso inadecuado del alcohol.
  4. Hacer respetar la acción de aquellas personas que manifiestan no querer beber y que son consideradas como «zanahorias» y resaltar el valor que tienen los que no beben y pueden divertirse sin consumir alcohol.

La información que se daba en los colegios y que se discutía con los alumnos, era la siguiente:

  1. Cómo es el consumo del alcohol en Bogotá.
  2. Qué efectos produce el alcohol cuando se consume sólo una vez, cuando se hace un uso inadecuado de él, cuando se abusa de su consumo, cuando hay dependencia y sobre los efectos sociales del uso inadecuado del alcohol. Violencia y lesiones en general.

Con esta información, los alumnos, padres de familia, profesores y directivos reflexionaban sobre el consumo del alcohol y, de manera individual, se invitaba a decidir sobre no consumir o hacerlo de manera responsable, contribuyendo así a reducir los efectos del alcohol en la violencia cotidiana.

Esta experiencia hoy puede servir para cumplir las órdenes que impartió la Corte Constitucional “para que los concejos distritales y municipales regulen las condiciones para restringir el porte y consumo de sustancias psicoactivas en parques y espacios públicos con el objetivo de “proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes”. Sirve para trabajar con muchos jóvenes, escolarizados y no escolarizados, sobre el consumo responsable de alcohol y otras drogas en el espacio público y privado.

El prohibicionismo y el control policivo en las calles definitivamente no ha funcionado. Antes bien ha aumentado el consumo y la conflictividad entre los jóvenes y entre estos y las autoridades, como, de alguna manera, se hizo evidente en las protestas desde 2018.

Los concejos distritales y municipales, así como las administraciones locales deben pensar en la posibilidad que las ciudades y municipios cuenten con centros de consumo manejados por especialistas y donde se pueda trabajar con los jóvenes, reducir el daño de las drogas y del alcohol reconociendo los riesgos que existen con estos consumos y se puedan minimizar con actitudes responsables, para que no se atente contra la integridad y vida propia y las de los demás ciudadanos.

Cuanta falta nos hace Antanas Mockus para abordar este y otros tantos problemas por los que esta atravesando el país desde la mirada practica y pedagógica de la cultura ciudadana.

 

 

 

El consumo de los hogares colombianos creció 3,8% anual en diciembre

En diciembre de 2022, el crecimiento del consumo repuntó y alcanzó una variación real anual de 3,8% frente al 2,3% reportado en noviembre. Así lo determinó la más reciente publicación de  BBVA Big Data Consumption Tracker, la cual destaca que el gasto en bienes se contrajo 4,2% y el de servicios se expandió 7,7%.

El desempeño del consumo de los colombianos fue creciente durante todo el mes y en casi todas las categorías, con la excepción de transporte, que ya venía registrando caídas desde el mes inmediatamente anterior.

 

“Luego de las promociones de finales de noviembre, se moderó el gasto con tarjetas débito, mientras que con tarjeta de crédito se mantuvo en niveles elevados. Sin embargo, el gasto con tarjetas débito se recuperó a lo largo del mes, en especial en la segunda parte de diciembre”, indica el estudio.

La mayoría de las ciudades presentó un repunte en el gasto, a excepción de Bogotá y Medellín, donde el crecimiento anual real del gasto se mantuvo en niveles bajos, pero relativamente estables frente a octubre y noviembre. En ese sentido, algunas de las principales categorías líderes en la compra fueron: vestuario y restaurantes.

La publicación de BBVA Research también señala que el consumo de los colombianos en aerolíneas y restaurantes en este periodo, calificado como ‘temporada alta’, mostró un fuerte repunte en la segunda parte del mes de 54% y 16%, respectivamente.

Ahora bien, durante todo 2022 el consumo de los hogares creció 13,9% real, después de descontar la inflación, y en ese sentido, los servicios que lideraron este crecimiento fueron: aerolíneas, en un 53,8%; hoteles, con un 36%; restaurantes en un 38% y viajes con un 30%. Al contrario, el gasto en bienes físicos mostró la mayor desaceleración al crecer un 5% real en el año.

Consumo eficiente en hogares, inicio lógico de la transición energética

Debido a las ya enconadas discusiones por la transición energética en Colombia hemos perdido de vista que tenemos pendiente la racionalización de la demanda y la búsqueda de consumos eficientes de la energía en todas sus formas. Y eso va primero en una transición lógica que cualquier otra acción como las inversiones en nuevas plantas de energía limpia o de carros eléctricos.

Hablando del consumo en los hogares, la UPME es gestora del estudio de Balance de Energía Útil para Colombia y Cuantificación de las Perdidas energéticas relacionadas y la brecha de eficiencia energética en donde se pueden estudiar las cifras del consumo doméstico. Está en curso su actualización que toma ahora una importancia muy fuerte ya que, sin lugar a duda, la eficiencia en el consumo tiene que ser parte de la transición energética. Pero además, debe tener el primer lugar de las acciones a realizar por su mejor desempeño frente a cualquier otra política dentro de la transición.

 

En ese estudio se ven ineficiencias grandes sobre todo en refrigeración y aire acondicionado en zonas calientes. En este último debe emprenderse la actualización de los aparatos a tecnologías de bajos consumos, y otras acciones complementarias, como por ejemplo, el uso de materiales más apropiados que permitan aislamiento natural y utilización de otras fuentes de frío (incluyendo la posibilidad de uso de cuerpos de agua), temas propios para investigación científica en universidades que generen conocimiento práctico que cambie materiales y sus formas de uso para la construcción de viviendas que requieran menor enfriamiento. En refrigeración (neveras) se observan grandes oportunidades de mejora debido a cambio de tecnología de los aparatos o incluso por mejoras en su mantenimiento. También en iluminación reemplazando los bombillos incandescentes por luminarias de bajo consumo. Hay cientos de documentos en la red sobre cómo mejorar el consumo energético en el hogar, que no deberían ser solo sugerencias para ahorrar energía y por ende ¡para ahorrar dinero! (un ejemplo: S&P, 2019).

La política pública debe ser agresiva en torno a reemplazar todo consumo ineficiente, sacando líneas de crédito blandas para ayudar a que en los hogares se reemplacen los artefactos domésticos que consuman más energía que la que se debe, teniendo en cuenta los adelantos mundiales al respecto (en electricidad y gas). Además, prohibir la venta de esos artefactos que no sean eficientes (menores a clasificaciones B o A), y poner un año límite en el cual ningún hogar en el país puede tener artefactos que boten energía a la basura (además de pagar por ella). Y desde luego educación a los niños, educación a los mayores, educación a todos y en todas las oportunidades. Y no menos importante, crear los incentivos para emprendedores que hagan un negocio de ayudar a otros a decrecer su consumo de energía a punta de eficiencia, y quien descarta, emprendimientos que encuentren cómo lograrlo con nuevos materiales o usos de los mismos, equipos de optimización y quien sabe qué más asuntos interesantes que además generen empleo y hasta exportaciones.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios española (OCU), el ahorro en el consumo doméstico podría llegar a 15% aunque es posible que en nuestro país sea superior, lo cual quedará pendiente para cuando se disponga del nuevo estudio de la UPME. Haciendo un ejercicio con este posible ahorro que ascendería a 313.000.000 kWh/mes de los 2.085.522.453 kWh/mes de consumo mensual en todos los hogares colombianos que registró la UPME en 2015 (año del estudio), se puede establecer que la capacidad instalada equivalente de generación de energía eléctrica sería de 660 MW (calculado por energía media), o para hacerse una idea es como dos de las turbinas de la planta de HidroItuango, y del orden del 30% de su costo final (unos 1,250 USD millones, más de 6 billones de pesos). Muy significativo. Con estos ahorros se puede financiar la política pública necesaria con mucha mejor relación beneficio/costo que proyectos alternativos de transición energética.

Este tipo de cuentas lo he observado en conferencias del ingeniero Julián García, profesor de Los Andes en temas de energía, cada vez que insiste en que el camino de la eficiencia es el primero que hay que tomar, no solo por transición energética y reducción de gases de efecto invernadero sino para reducción de pobreza y desigualdad debido a sus mayores tasas de beneficio socio económicas comparadas con inversiones de similar tamaño en proyectos convencionales de aumentos o mejoras en la oferta energética.

Pero hay una especie de mutismo porque a los economistas no les gusta esta ruta, que se cae de su peso por su lógica casi elemental, porque implica decrecimiento y esa palabreja los irrita, al parecer por posiciones dogmáticas al respecto: la tasa de consumo de energía per cápita, que se considera un indicador del desarrollo de los países, debe crecer o de lo contrario el país no estará avanzando, dicen. Claro, en los indicadores de desarrollo mundial del Banco Mundial (BM, actualización 2022) Colombia se ve retrasadísima. Pero ¿para qué querríamos subir en el consumo por persona si una parte de ese consumo realmente es perdido? Además de estar comparando con cifras de los países desarrollados que seguramente no tienen ese nivel de ineficiencia en el consumo de los hogares (aunque de pronto sí de desperdicio, lo cual es la otra gran discusión del mundo).

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Cuando se aplica tecnología para hacer eficientes los consumos, en especial los de energía, hay que olvidarse de la teoría y abrazar la lógica sin dilaciones. Pero es que además, la liberación de recursos para los hogares por el ahorro energético resulta muy significativo entre más precarios sean sus ingresos, y es una oportunidad de inversión para mejora de su estándar de vida, en vivienda o en educación, por ejemplo.

Hay que dejar de politizar la transición, llenos de odios ideológicos que terminan por opacar la lógica. La política tiene que enfocarse primero a sacar el máximo provecho a los adelantos tecnológicos para reducir la energía que se consume para que no se pierda porque no produce el trabajo que se supone que debe, es decir, por ineficiencia, en este caso de los aparatos domésticos. Y este mismo criterio aplica en todas las actividades en nuestra sociedad; es el mismo tipo de objetivo a lo expresado en Racionalizar antes que decrecer (R.Fonseca, ConfidencialColombia, 2022).

Es decir, tenemos que empeñarnos en la búsqueda incesante de eficiencia. Esto contribuirá a alivianar la factura de los hogares, contribuyendo a la reducción de la pobreza y su parte respectiva a la desigualdad dado su efecto más importante en los sectores menos favorecidos y con menores inversiones para el país. Es la ruta correcta para la transición energética.

 

@refonsecaz

Panamá regula el consumo de cannabis para uso medicinal y terapéutico

El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, aprobó este miércoles dos decretos ley sobre el uso medicinal y terapéutico del cannabis y sus derivados, regulando así el uso y acceso de la sustancia con fines terapéuticos, médicos o científicos en todo el país.

«Firmé el Decreto Ejecutivo que reglamenta la Ley 242 de 2021, que regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis y sus derivados; una de las regulaciones más sólidas a nivel regional, para permitir el consumo del cannabis procesado y dar alivio a miles de pacientes», expresó el presidente panameño en su cuenta de Twitter.

 

Cortizo ha anunciado, además, la creación de la Dirección Nacional para el Monitoreo de las Actividades Relacionadas con el cannabis medicinal, adscrita al Ministerio de Seguridad Pública para el 2control, vigilancia y supervisión de las actividades requeridas».

Las personas que podrán consumir cannabis en el país centroamericano serán aquellas con prescripción médica, siguiendo un fuerte control y supervisión a través de un «riguroso y confiable sistema de registro de pacientes».

«El propósito de todo esto es que Panamá tenga el mejor modelo de gestión para la industria del cannabis medicinal. Nuestra intención es promover en el mediano y largo plazo el establecimiento de empresas locales y extranjeras que puedan abastecer el mercado interno utilizando materias primas producidas en Panamá», indicó Cortizo en declaraciones recogidas por ‘Corteo’.

La apuesta de Antillana para aumentar consumo de pescado y mariscos en Colombia

Antillana, compañía colombiana de pesca, procesamiento y comercialización de pescados y mariscos con planta de procesamiento en Cartagena y San Andrés anuncia importante alianza con Trident Seafoods, una de las compañías líderes de la industria del seafood en Estados Unidos, convirtiéndose en distribuidor exclusivo para Colombia de la línea de productos de valor agregado a base de pescado blanco abadejo y salmón salvaje de Alaska.

Esta alianza, apoyada y promocionada por la Alaska Seafood Marketing Institute (ASMI), surge bajo la visión de incrementar el consumo de pescados y mariscos en la población colombiana a través de una solución rápida y fácil de preparar. De esta manera, Antillana introduce al mercado nacional una variedad de productos de valor agregado a base de dos de las familias de pescados más importantes de Alaska como lo son el abadejo y el salmón, que a su vez representan una de las pesquerías más sostenibles del mundo gracias a sus políticas de preservación del recurso pesquero y del medio ambiente.

 

Y es que los alimentos convenientes, tienen un potencial de crecimiento relevante en Colombia y a través del cual esperamos alcanzar un incremento importante en el consumo per cápita del país que permita llevar el consumo de esta proteína a más de 10kg por persona al año.

“Esta familia de productos nos abre la oportunidad de hacer cada vez más fácil la preparación y el consumo de los alimentos de mar dentro del hogar, permitiendo al consumidor colombiano acceder a un estándar de alimentación saludable con las mejores proteínas a base de pescados de Alaska, cuyo origen y dieta natural garantizan una buena alimentación sumado a un excelente sabor”, señaló Eric Thiriez, gerente general de Antillana.

Antillana y Trident Seafoods trabajan bajo los mismos principios corporativos, entre los que se destacan el desarrollo de la pesca sostenible y responsable, el apoyo a la industria pesquera y su desarrollo, así como la innovación orientada a beneficiar al consumidor con productos de calidad, nutritivos, pero, sobre todo, convenientes, que, en el caso de Colombia, cada vez más se convierten en una solución que permita superar las barreras al consumo y es por esta razón que la ASMI también juega un rol fundamental en promocionar el consumo de estos productos de pesca salvaje, natural y sostenible.

“Nuestra apuesta es continuar fortaleciendo la alimentación del consumidor desde el más pequeño en adelante en todos los países donde hacemos presencia, gracias a nuestros productos provenientes de Alaska, reconocidos por su alto contenido proteínico. Y con esta alianza esperamos llegar a la mesa de miles de hogares colombianos e incentivar el consumo desde la infancia”, afirma Gerardo Suárez, Latin America Business director, de Trident Seafoods.

Esta nueva línea de productos también contará con un impulso importante para ser incluidos en los programas de alimentación escolar a nivel nacional, ya que permitirá tener productos acreditados por la USDA con el programa de etiquetado “CN – Child Nutrition” con los cuales la compañía buscará entregar soluciones de alimentación para este segmento de alimentación escolar.

“Este portafolio por su delicioso sabor será una proteína irresistible para los niños, quienes al probar no van a querer dejar nada en sus platos, al mismo tiempo que suplirán sus necesidades de nutrición con esta excelente propuesta de productos innovadores que la compañía trae a Colombia de la mano de su aliado Trident Seafoods”, reforzó Eric Thiriez.

Trident Seafoods, compañía estadounidense con más de 45 años en el mercado está enfocada en la pesca sostenible, con una flota pesquera que captura productos en los mares de Alaska, con alcance global en mercados como los de China, Japón, Alemania y toda Europa. Además de una flota de pesca propia, cuenta con plantas procesadoras en USA. Europa y Japón y plantas reprocesadoras en China y Ecuador. Son una familia de pescadores que actúan como protectores del recurso para hacer del pescado  “the food of the future”. Operan bajo la filosofía del “From the Source to the plate”, delicioso, conveniente y responsable.

Los clientes de Antillana podrán encontrar la nueva línea Alaska en todo el país en los más de 1.200 puntos de venta de supermercados y cadenas independientes. Y también, en más de 1.130 establecimientos del canal de hoteles, restaurantes y cafeterías en 17 ciudades y 60 municipios en Colombia.

Sobre los nuevos productos

La materia prima de la nueva línea de productos es el pescado blanco salvaje de Alaska, que es la especie de pez más abundante recolectada en las aguas de este territorio estadounidense. Administrado cuidadosamente por la agencia NOAA y certificado como sostenible, el pescado blanco de Alaska es una opción ambientalmente responsable a un costo muy razonable. La especie es abadejo, que presenta una carne magra totalmente blanca, con textura delicada y un sabor suave lo que los convierten en una de las opciones más versátiles y saludables.

El pescado blanco salvaje de Alaska es una de las pesquerías con mayor niveles de sostenibilidad en el mundo y además tiene un impacto de carbono significativamente menor en comparación con la carne de res, pollo y cerdo. De hecho, el impacto de carbono de la pesca de Alaska es cinco veces y media menor que la carne de origen vegetal. Cada porción de este pescado blanco cuenta con 20 gramos de proteína. Su carne contiene vitaminas B, incluido el ácido fólico (B9), además de vitaminas A y C, adicional a que varias de las referencias están certificadas por la USDA con el sello Child Nutrition (CN) que lo hacen un alimento aprobado para el consumo en el plan de alimentación escolar de EE. UU.

Los productos origen Alaska de Trident Seafoods que llegarán a las mesas de los colombianos son:

Deditos de pescado: hechos de pescado blanco abadejo de Alaska con un apanado crujiente. Es el favorito de los niños, gracias a su textura crocante y suave sabor. Ideal para comidas nutritivas, fáciles y rápidas de preparar lo que garantiza la agilidad en la cocina.  Este producto cuenta con la Certificación en Estados Unidos como producto “Child Nutrition” por la USDA.

Pescado apanado: pescado de Alaska envuelto en un apanado crocante y ligeramente sazonado será un deleite listo en minutos que encantaran acompañados de una deliciosa salsita casera, unas papitas crocantes o una ensalada fresca. Este producto cuenta con la Certificación en Estados Unidos como producto “Child Nutrition” por la USDA.

Hamburguesa de salmón: se trata de una hamburguesa a base de 100% filete de salmón salvaje de Alaska (keta o pink) rica en proteínas, textura natural, pre-sazonada con una rápida cocción, directamente congelada, ideal para la alimentación de chicos por su valor nutricional y delicioso sabor.

Filete de pescado blanco: 100% filetes de pescado blanco de Alaska, sin aditivos, sin colores ni sabores artificiales o conservantes. Extremadamente versátil y saludable. Listo para cocinar. Su textura es suave y tiene un sabor natural.

Nachos de pescado: hechos de pescado blanco de Alaska presenta un apanado crujiente. Su forma es perfecta para comer como dip acompañado de salsas. Ideal para preparaciones en wraps, ensaladas o en sándwiches.

Bocaditos de pescado: de las aguas heladas de Alaska este pescado blanco es una de las especies más abundantes y sostenibles del mundo, su carne magra, blanca como la nieve, una textura delicada, el sabor suave y en este corte en forma de diamante te permite agregarlo a cualquier preparación.

Surimi: hechos también con pescado blanco de Alaska, se constituye como un alternativa versátil, conveniente y sabrosa a los mariscos silvestres y de cultivo en diferentes cortes ideales para recetas que requieren un bocado firme. 

Sobre Antillana

Antillana continúa en la senda de crecimiento, enfocada siempre en generar mayor valor hacia sus clientes y colaboradores, apoyada en su cadena de abastecimiento que le ha permitido alcanzar una mejor integración desde los orígenes de los productos ya sea de la pesca o de la acuacultura.

De esta manera, en 2021 generó ingresos brutos por $161.600 millones. En los últimos cinco años ha invertido fuertemente en ser una empresa más eficiente y apostarle a la innovación como eje de transformación acompañado de una mejora en el servicio a sus clientes y manteniendo altos estándares de calidad.

La utilidad operacional creció un 119% vs el año 2020,  generando un resultado operacional recurrente sin gastos extraordinarios de $14.446 millones. Al cierre del año 2022, esperan crecer un 17% en ventas más con respecto al 2021, gracias también al lanzamiento de estas nuevas familias de productos.

La unidad de negocio de supermercados en la cual la marca Antillana sigue siendo la preferida por el consumidor colombiano al momento de elegir pescados y mariscos, cerró el año con participación de mercado superior al 28%, es decir que cerca de 1 de cada 3 consumidores elige Antillana. La unidad de negocio de supermercados representó el 50,7% de las ventas totales de la empresa

La unidad de negocio de ventas institucionales a través de su propuesta “foods solutions” Antillana atiende el segmento de restaurantes, hoteles y servicios de alimentación. Esta unidad de negocio representó durante el año 2021 el 38,3% del total de ventas de la compañía afectado en gran medida por las restricciones sanitarias debido a la pandemia del Covid-19.

En el mercado de exportaciones, Antillana atiende a los principales compradores de langosta del mundo como lo son Asia, Europa y Norte América, en donde compite con la oferta de países del caribe como Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Cuba.

Las operaciones de pesca se vieron afectadas principalmente por el paso de los huracanes IOTA y ETA en la región de San Andrés y Providencia. Estas condiciones climáticas generaron importantes impactos en la capacidad de captura de los pescadores artesanales de providencia así como en la flota en general. Además de la exportación de langosta, Antillana inició programas de exportación de filete de trucha de los Andes a Europa, programa que espera consolidar durante este año 2022.

La apuesta de Antillana siempre ha sido hacer empresa y su presencia en Bogotá, Cartagena, San Andrés, Medellín, Cali y Barranquilla, le permite generar más de 520 empleos directos. Un total de 363 mujeres trabajan en la compañía no solo en áreas procesamiento, sino también en áreas administrativas, comerciales y operativas, participando tanto en la media y alta gerencia.

Antillana continuará en su propósito de trabajar desde la innovación, integrando al mercado nacional especies de diferentes orígenes alrededor del mundo para diversificar la categoría de pescados y mariscos, lo que le permite abrir al consumidor un portafolio con un alto valor agregado y la posibilidad de explorar diferentes opciones a la medida de sus gustos y exigencias.

Esta nueva alianza con Trident Seafoods es el inicio de una relación de dos grandes compañías que trabajando conjuntamente, esperan que en Colombia no solo se incremente el consumo per cápita, sino también, que puedan a futuro trabajar desde Colombia para generar un mayor impacto en la región de Suramérica a través de nuevos proyectos de innovación y cooperación.