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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Contaminación

Denuncian plaga de ratas en cercanía a restaurante en Suba

Este miércoles se reportó una denuncia sobre exceso de basuras y plaga de ratas en inmediaciones a un restaurante ubicado en la localidad de Suba.

Vecinos del restaurante El Rincón Charaleño hicieron la denuncia que llegó a la concejal Diana Diago. El restaurante se encuentra ubicado en la carrera 122c # 128a.

“La ciudadanía tiene como mínimo el derecho a gozar de un espacio limpio y salubre. Los habitantes de la zona llevan mucho tiempo quejándose de las basuras y de la presencia de ratas. Los vecinos del sector están desesperados, incluso han recurrido a la alcaldía de la localidad de Suba y la institucionalidad no responde”, señaló la cabildante.

La concejal hizo un llamado a Alcaldía Local de Suba, a la alcaldesa Claudia López, a la UAESP y al operador Ciudad Limpia, para que mancomunadamente le den la solución a este problema de sanidad.

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*Foto: Imagen de referencia de Pixabay

El tratado que busca reducir producción de plástico

La lucha contra la producción del plástico necesita intensificarse para tener mejores resultados en el futuro en materia ambiental. Por eso, Greenpeace y el Movimiento Break Free From Plastic buscan asegurar un Tratado Global para detener el fenómeno de manera definitiva.

Con la unión se buscará la aprobación del tratado durante varias sesiones. Por ejemplo, la segunda reunión del Comité de Negociación Intergubernamental se dio del 29 de mayo al 2 de junio de 2023 en París, Francia. Se espera completar un total de cinco reuniones.

“Un tratado que no logra establecer reducciones importantes en la producción y el uso de plástico no resolverá la catástrofe desmedida que ya está dañando nuestra salud, nuestras comunidades, la biodiversidad y nuestro clima. El Tratado Global es la única oportunidad para resolver la crisis de los plásticos”, dijo Tatiana Céspedes, coordinadora de campañas Greenpeace Colombia.

Varias fuentes señalan que el estimado para el 2030 será que el 20% de la producción total mundial de petróleo será utilizada para la fabricación de plástico.  Se sabe que más del 99 % del plástico se fabrica a partir de combustibles fósiles.

¿Cómo contribuir?

  • Separar la basura en origen para reciclar más
  • Entregar el material potencialmente reciclable a reciclador de la zona en donde vivo
  • Rechazar: Evitar el plástico de un solo uso en tus compras
  • Activar y Apoyar las causas que buscan frenar la producción y contaminación del plástico

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*Foto: Greenpeace

La crisis ambiental en Bogotá: más allá de la Alerta Ambiental

En días recientes la Administración Distrital anunció estado de Alerta Ambiental en la ciudad debido a un aumento en los niveles de contaminación del aire provocado por altas concentraciones de material particulado en varios sectores al sur de la ciudad.

Según lo informado por la Secretaría Distrital de Ambiente, basados en los reportes de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá, las localidades de Bosa, Ciudad Bolívar, Kennedy y Fontibón experimentaron altos niveles de contaminación que si no eran controlados podrían generar enormes daños en la salud de las personas, particularmente enfermedades y complicaciones respiratorias a adultos mayores y personas con preexistencias cardiacas.

Por tales efectos nocivos sobre la salud, la Administración invitó a la ciudadanía a reducir el uso del carro particular y a usar tapabocas, así mismo suspendió temporalmente la medida de pico y placa “solidario”, entre otras medidas preventivas y de mitigación para controlar el aumento de los niveles de contaminación del aire.

Sin embargo, más allá de esta alerta que tuvimos recientemente en la ciudad y que afortunadamente se superó, el problema de la contaminación del aire es un problema estructural que debemos atender de manera urgente.

Según las investigaciones de la organización ambientalista internacional Greenpeace en Bogotá hay una posible subestimación de los niveles de contaminación por parte de las autoridades ambientales de la ciudad.

Para esta organización Bogotá supera en un 150% los niveles de contaminación de aire aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y afirman que en caso de que Bogotá estuviera cumpliendo las directrices de la OMS sobre material particulado, la cantidad de fallecimientos prematuros producidos por contaminación del aire en la ciudad se reduciría en un 64%, salvando al menos 2.200 vidas al año[1].

La situación es dramática, esta organización además calcula que en el año 2021 la tasa de mortalidad atribuible a la exposición a material particulado en Bogotá fue de 41 muertes por 100 mil habitantes. Es decir, las muertes por contaminación del aire en Bogotá son casi 3 veces más altas que las muertes violentas.

Bogotá necesita acciones contundentes para salvaguardar la vida y la Administración ha sido inferior a ese mandato.

En la actualidad, el sistema de transporte masivo de la ciudad, basado en los buses de Transmilenio, es altamente contaminante. En el componente troncal apenas el 10% de la flota es híbrida y en el componente zonal apenas el 8% de la flota es eléctrica.

La decisión de la Administración de Claudia López de profundizar el Transmilenio como el modo de transporte estructurante de la ciudad y darles la espalda a los modos férreos es una decisión en contravía de la salud ambiental de la ciudad, y entonces en contra de la vida.

La ciudad debe apostarle definitivamente a reducir la influencia del Transmilenio como sistema estructurante y aumentar de forma definitiva las flotas de buses cero emisiones.

El Acuerdo 790 de 2020 aprobado en el Concejo va orientado a ese sentido, en este documento se establece que la Administración adoptará medidas urgentes para sustituir el uso de combustibles fósiles en los sistemas de transporte de la ciudad, buscando el tránsito definitivo a un transporte público cero emisiones. Es un mandato inaplazable implementar ese Acuerdo.

Además, la ciudad debe apostarle a medidas pedagógicas para hacer más eficiente el uso del carro particular, el cual no solo produce enormes niveles de congestión sino enormes problemas de contaminación. Por eso hemos propuesto construir un acuerdo de ciudad para implementar el “día del carro compartido”, una acción colectiva que envía un mensaje contundente para cambiar las prácticas de movilidad de la ciudad.

En Bogotá se debe defender la vida y se deben tomar acciones definitivas para transformar las condiciones y la calidad del aire que se respira en la ciudad. ¡Vamos por eso!

 

[1]La carga de la contaminación del aire en Bogotá, Colombia 2021 (greenpeace.org)

Lo mejor es acompañar la reconversión tecnológica en la industria y el parque automotor: María Fernanda Rojas

La concejal de Bogotá, María Fernanda Rojas, considera que el Distrito debe hacer un mayor acompañamiento a la industria y al sector automotor para que de un paso definitivo al uso de tecnologías limpias en sus actividades económicas para que así la ciudad no se vea obligada a tomar medidas restrictivas para evitar mayor contaminación del aire.

¿Qué puede hacer la ciudad de Bogotá para evitar que se sigan presentando esos tipos de emergencia?

María Fernanda Rojas: Espero que la ciudadanía acate los lineamientos de esta está alerta que no es restrictiva, es más preventivo. Qué no salgamos hacer ejercicio al aire libre; no utilizar el transporte particular en lo posible. Si se profundiza la situación pues entonces ya la ciudad tomará medidas como restringir el Pico y Placa Solidario, entre otras. Aquí hay unas medidas permanentes que se deben tomar como por ejemplo una iniciativa mía, hablo de la Mesa de Calidad del Aire que está para sanción de la alcaldesa.  Ojalá se firme rápidamente para que esa mesa pueda convocar a la academia, a los gremios y a los demás actores para que no pensemos medidas permanentes.

Aquí hay que hacer una reconversión industrial; hay que meterle la ficha al tema del transporte de carga; hay que garantizar que en poco tiempo tengamos una flota de transporte público con cero emisiones.

¿Cuáles son las zonas con mayor contaminación en Bogotá?

María Fernanda Rojas: Hay dos grandes clasificaciones de las emisiones contaminantes:  las fuentes fijas y las fuentes móviles. Las móviles obviamente hacen referencia al transporte de distinto tipo, el más contaminante es el de carga que tienen 20  años de uso; que no tienen eléctrica. En el transporte público hemos avanzado no se puede negar pero hay que llegar a que el 100% de la flota pública para el transporte sea 0 emisiones.

Otro asunto es que especialmente en las zonas industriales el tema se ha quedado quieto. Aquí hay que hacer un acompañamiento para que todas estas industrias vayan teniendo mejores chimeneas, mejores tecnologías y mejores procedimientos para disminuir ese impacto negativo en el medio ambiente.

En la administración de Enrique Peñalosa sucedió lo mismo y el Concejo de ese momento recomendó a Bogotá trabajar en las industrias que están al interior de barrios como Carvajal, por ejemplo, ¿qué sucedió en todo este tiempo? ¿se olvidó la recomendación?

María Fernanda Rojas:  Lo que se ha hecho la ciudad es hacer énfasis en las fuentes móviles como la descarbonización del transporte en Bogotá. Ahí vamos avanzando.  Hay que reconocer un avance en las fuentes móviles, pero usted tiene razón en que hay que presionar más para que también haya esa reconversión industrial

¿Debería haber un pico y placa industrial?

María Fernanda Rojas: No suena mal, lo que pasa es que como estamos en una reactivación por una pandemia donde muchas industrias  sufrieron un golpe económico fuerte, dar una señal de que se queden quietos puede ser complejo en este momento, que además tiene una inflación y de posible crisis hacia futuro. Lo mejor es acompañar esa reconversión tecnológica.

Si durante el fin de semana no se reduce el factor contaminante en Bogotá, ¿cómo Concejo estarían de acuerdo en que se restrinja el vehículo particular?

María Fernanda Rojas: Es muy difícil sobre todo para la gente que necesita del vehículo para su actividad económica. Lo mejor sería que se restrinja el Pico y Placa Solidario, y que se haga más divulgación y más acompañamiento a las medidas de prevención.

 

Alerta Fase I: por contaminación del aire en la zona suroccidental de Bogotá

Los incendios forestales que se están presentando desde hace algunos días en varias regiones del país, como la Orinoquía y en Sumapaz, están aumentando y siguen afectando la calidad del aire de Bogotá.

A esta hora, la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá reporta condiciones moderadas en 16 estaciones, mientras que en tres (séptima, Kennedy, y Carvajal – Sevillana) están en regular (naranja).

El pronóstico para este sábado es que continúe el mismo régimen de vientos que arrastra las masas del aire de la Orinoquía y con ellos el material particulado de los incendios. Se espera que, en la zona suroccidental de la ciudad, donde se declaró la Alerta Fase I, los valores del Índice Bogotano de Calidad del Aire estén entre regulares y moderados y alcancen picos de concentración en horas del mediodía.

La Secretaría de Ambiente mantiene monitoreando la concentración de contaminantes y los diferentes factores meteorológicos que puedan generar el transporte de biomasa a la ciudad.

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En la noche del viernes, la Secretaría de Ambiente declaró Alerta Fase I de calidad del aire en la zona suroccidental de la ciudad, debido a las altas concentraciones de material particulado que se han venido presentando.

La Alerta Fase 1 en el suroccidente de la ciudad únicamente trae recomendaciones para la salud de la ciudadanía. De momento no representará ninguna restricción a la movilidad ni al comercio o industria.

“Tomamos la determinación de declarar una alerta ambiental Fase I en el suroccidente de Bogotá. Esta medida se toma después de que se cumplieron 36 horas de condiciones regulares de calidad del aire en esa zona de la ciudad. Las medidas van a incluir recomendaciones a la salud y un refuerzo a las funciones de inspección, control y vigilancia sobre las fuentes móviles y fijas, no se incluyen restricciones a la movilidad debido a que la causa de esta alerta son condiciones meteorológicas y regionales”, indicó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.

Alerta por contaminación de los ríos colombianos

El Plan Nacional de Manejo de Aguas Residuales Municipales dio a conocer las cuencas hídricas más contaminadas de nuestro país. El río Bogotá es el que más genera preocupación y aunque se encuentra en descontaminación desde hace ocho años, no se ha logrado el objetivo. Le sigue el rio Chicamocha, que centra su mayor contaminación en el trayecto de Tunja a Tuta. El tercero es el río Medellín, del que se atribuye su contaminación en mayor medida a las acciones de empresas comerciales e industriales. También está el río Cauca, en el que se han identificado picos de turbiedad que superan 10 mil unidades nefelométricas. Luego está el río Suárez, que se origina entre los departamentos de Boyacá y Cundinamarca.

Aunque Colombia es el segundo país latinoamericano con reservas de agua dulce más importantes, ya que cuenta con 2.132 kilómetros cúbicos gracias a sus seis nevados, más de 48.000 humedales (entre lagos, lagunas, ciénagas, arrecifes y estuarios, entre otros) y los aproximadamente 50 ríos que tiene, el agua apta para el consumo humano es cada vez menor y se presenta un alto índice de estrés hídrico, es decir, se extrae más agua dulce de la que hay disponible.

Muchos de estos ríos han estado en riesgo históricamente al enfrentar graves problemas que no han sido tratados de raíz, por tener un deficiente o inexistente ordenamiento territorial y ambiental. Por este panorama, siete ríos han sido declarados sujetos de derechos en Colombia: Atrato, Cauca, Magdalena, Quindío, Combeima, Cocora y Coello, como un llamado ante la grave situación que enfrentan.

Amenazas

Existe una lista de amenazas que son graves, pero no tan visibles, y que representan un riesgo al impactar cada vez más las aguas y dañar los ecosistemas, ocasionando un desajuste entre la disponibilidad, la demanda, la cantidad y la calidad de agua dulce. Ramón Gabriel Aguilar, docente de la Tecnología en Gestión Ambiental del Politécnico Grancolombiano, explica algunas de ellas:

“La principal problemática que tenemos en Colombia es que no comprendemos que los ríos son parte fundamental del crecimiento humano, se relacionan con los ecosistemas estratégicos desde su nacimiento, con nuestros páramos, con los humedales, con los acuíferos, con el ciclo hidrogeológico y con los océanos”, sostiene. Por ello, sostiene, si son destruidos los ecosistemas estratégicos, se destruyen las cuencas hidrográficas y a la vez los ríos.

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El segundo factor que el docente relaciona es la contaminación química, que está asociada a actividades extractivas como la minería y que contamina no solo los ríos, sino también los suelos, el aire, e inclusive los peces que son consumidos por las personas. Por ejemplo, el río Nechí, cerca de su desembocadura en el río Cauca, es reconocido como un punto caliente de contaminación que se desarrolla de manera intensiva en esta zona y que libera grandes cantidades de mercurio y hierro.

Adicionalmente, están los 2133 incidentes y derrames de hidrocarburos que se han presentado en el país entre 2015 y junio de 2022, según la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla). Esto fue comprobado gracias a expertos que analizaron las aguas de los ríos, sus lechos y los peces, al sospechar que un grupo de metales conocidos como elementos potencialmente tóxicos estaban causando consecuencias graves.

Algunas obras también afectan drásticamente el caudal de los ríos, además de tener un fuerte impacto sobre el ambiente, ya que utilizan recursos renovables y no renovables en grandes cantidades, propician emisiones de CO₂, vierten residuos tóxicos en los ríos y limitan los procesos naturales de los animales acuáticos.

Por la misma línea está la sobrepesca o extracción de recursos pesqueros, lo que ha ocasionado que en los caudales de los ríos no haya peces de consumo ni ornamentales, que son el principal recurso alimenticio y económico para muchas comunidades en el país. Además, las especies invasoras, como peces o crustáceos, son un gran peligro al ser introducidos en ríos que no son su hábitat natural, transformando la estructura y causando la extinción de especies autóctonas, siendo amenaza latente para el equilibrio ecológico.

El cambio climático impacta de gran manera los ecosistemas de agua dulce debido a las altas temperaturas en el agua y el aire, la estacionalidad, cambios en la recarga de aguas subterráneas y la intensidad de la lluvia, que han ocasionado mayor daño a la biodiversidad y las comunidades al agotar este recurso, lo que trae como consecuencia la desertificación o, por el contrario, las inundaciones.

De otro lado, aproximadamente 9 mil toneladas de materia orgánica contaminante en muchos casos terminan siendo arrojada en los cauces de los ríos, así como las aguas residuales que llegan como si estos fueran el sistema de alcantarillado. El 90 % de los contaminantes es transportado por los ríos al mar. Por ejemplo, el Magdalena es uno de los 20 ríos del mundo que más le lleva plásticos a los mares.

No se puede olvidar que en este país se pierde cada año alrededor de 172.000 hectáreas de bosque por la deforestación, lo que trae como consecuencia la aceleración del calentamiento global, aumento de la temperatura y la pérdida de biodiversidad. Es por eso que cuando los bosques aledaños a los ríos desaparecen, estas fuentes hídricas también se ven afectadas y poco a poco tienden a secarse.

A esto se le agrega el tráfico ilícito, la falta de protección de ecosistemas estratégicos, así como de gestión y protección de las cuencas hídricas.

¿Qué hacer? 

“En primer lugar, es importante que los colombianos comprendan que los ríos son corrientes de agua natural que desembocan en diferentes lugares, ya sean lagos, quebradas, afluentes o arroyos, los cuales siguen su camino hasta llegar finalmente al mar. Es por ello que evitar que se contaminen es literalmente vital”, afirma el docente.

Para tratar este problema histórico, debe existir articulación entre las distintas entidades, pero a su vez se necesitan nuevas y estrictas regulaciones a las entidades públicas para que den soluciones a problemáticas como la minería y la deforestación del bosque que influyen en la degradación ambiental crónica que padecen los ríos. Además, se necesita una correcta gestión de la información, suministro de datos y elementos esenciales necesarios para tomar decisiones informadas y transparentes.

Y en cuanto a la población colombiana, se requiere de una serie de acciones y programas educativos enfocados en la sensibilización ambiental, que generen un cambio de comportamiento que apoye los objetivos de acceso y beneficios equitativos sostenibles para la sociedad, a partir del uso del agua.

Aunque Colombia es el segundo país latinoamericano con reservas de agua dulce más importantes, cada vez es menor la cantidad para el consumo humano y presenta alto índice de estrés hídrico.

Foto: Alcaldía de Bogotá.

 


Para el puente de reyes: ayude a mejorar la calidad de aire de Bogotá

La calidad del aire sigue siendo un reto para la ciudad, los factores internos, como las emisiones del parque automotor y la industria; y los externos, como el material particulado que proviene de incendios forestales de diferentes regiones, tienen su incidencia en las concentraciones de contaminantes en la atmósfera de Bogotá.

Para el retorno a Bogotá, en este puente de Reyes, la Secretaría de Ambiente invita a todos los ciudadanos para que se concienticen sobre esta problemática y adopten medidas que permitan tener una buena calidad del aire. La conducción sostenible ayuda a mejorar notablemente las condiciones ambientales de la ciudad.

Esta práctica reduce considerablemente el material particulado, las emisiones de dióxido de carbono (uno de los principales gases de efecto invernadero), además, tomar esta medida reduce el consumo del combustible y los costos de mantenimiento de los vehículos.

Para los ciudadanos que regresan en los próximos días a la ciudad, la Secretaría de Ambiente los invita a seguir las siguientes recomendaciones para contribuir a tener una buena calidad del aire:

  • Antes de frenar, dejar que el carro se desacelere.
  • Evitar las aceleraciones fuertes e innecesarias.
  • Apagar el vehículo cuando esté detenido por más de un minuto.
  • Mantener una velocidad constante y evitar frenadas bruscas.
  • No acelerar el vehículo cuando esté detenido.
  • Realizar el mantenimiento del vehículo periódicamente.
  • Verificar la presión de las llantas.
  • No exceder la capacidad de carga o de pasajeros.

Es de resaltar que, la calidad del aire en Bogotá se ve influenciada no solo por condiciones internas, sino también por factores externos, como el arrastre de material particulado producto de los incendios forestales que se generan en la región o por fenómenos de inversión térmica que se presentan cuando la temperatura en las capas superiores de la atmósfera es mayor a la que se registra en la superficie de la ciudad, por eso, se puede observar una ¿nata¿ o capa de contaminación en el cielo.

Enero y febrero, época donde se puede presentar el fenómeno de inversión térmica

Los primeros días de cada año, en Bogotá, se puede disfrutar de un cielo completamente despejado y azul, cuando las condiciones climáticas así lo permiten, asimismo, una vez reactivada la ciudad y con el transcurrir de las semanas también se puede observar una ‘nata de contaminación’ o capa gris en el cielo, fenómeno denominado de inversión térmica.

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Esta situación suele presentarse cuando la temperatura en las capas superiores de la atmósfera es mayor a la que se registra en la superficie de la ciudad. En días secos y mañanas más frías (usualmente en enero y febrero), se genera un choque térmico en la atmosfera, lo que reduce el movimiento de contaminantes que se acumulan a baja altura, por eso se observa una capa gris sobre el cielo de Bogotá.

La Secretaría de Ambiente realiza seguimiento de contaminantes a través de las estaciones de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá, asimismo, monitoreará constantemente los mapas satelitales de puntos calientes y el comportamiento de los vientos que pueden llegar a incidir en la concentración de contaminantes en la ciudad.

El Plan Estratégico para la Gestión Integral del Aire (Plan Aire 2030) tiene como propósito vincular a diferentes actores de forma voluntaria para reducir las emisiones y concentración de contaminantes. En 2021, la entidad realizó el lanzamiento del Pacto #UnidosPorUnNuevoAire, instrumento que hace parte de la estrategia de gobernanza y que consolida los compromisos para gestionar y mejorar la calidad del aire.

Foto: Jazmin Barón.

¿Por qué no se puede consumir pescado del río Putumayo?

El viernes 23 de diciembre se reportó un accidente con una embarcación que transportaba 25.000 galones de ACPM, y que se dirigían a la planta eléctrica de Puerto Leguízamo (Putumayo).  Las primeras versiones apuntan a un daño en la coraza de la embarcación, lo que habría ocasionado el derrame de varios galones de combustible en el río Putumayo, generando una grave crisis ambiental en la zona.

El coordinador departamental de Gestión de Riesgo en el Putumayo, Jairo Yela habló para RCN Radio y señaló que, «desafortunadamente esta embarcación sufrió un accidente, lo que produjo que gran parte de este combustible se derramara sobre las aguas del río Putumayo, causando afectación en los ecosistemas y medio ambiente en general. Son muchas las familias que se han visto afectadas, porque viven de la producción de pesca en la zona».

Ante esa situación, las autoridades solicitaron a las comunidades el no consumo de productos provenientes del río, así como abstenerse de la pesca.

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«Le pedimos a la comunidad no consumir pescado proveniente del río, así como evitar todo tipo de actividad de pesca en este momento. Somos consciente de las afectaciones que hay en la región por falta de suministro de agua, así como la falta de producción de pesca para los hogares que viven de esta industria», comentó el coordinador regional de UNGRD.

Hasta ayer la embarcación continuaba vertiendo el líquido sobre el río y las autoridades en conjunto con la empresa distribuidora, se encuentran en labores de recuperación del ACPM que aún se encuentra en el barco.

«Una vez se supo la emergencia, se instaló el Puesto de Mando Unificado (PMU) en Puerto Leguizamo, pero aún la embarcación permanece a la deriva. Ya la empresa transportadora y algunos organismos de apoyo instalaron algunas barrera oleofílicas para poder contener. Desde el día de ayer se iniciaron labores para recuperar el combustible con diferentes acciones», señaló Yela.

Por ahora, las autoridades hacen presencia en el lugar para brindar el apoyo y acompañamiento a las personas afectadas por esta emergencia ambiental.

Foto: UNGRD Putumayo

Bitcoin, más dañino que la ganadería para el medioambiente

En proporción al precio de mercado, los costes medioambientales de la minería de la criptomoneda Bitcoin son más comparables a los daños de la producción de carne de vacuno que a los de la minería del oro.

Los autores de un análisis publicado en ‘Scientific Reports’ sugieren que, en lugar de considerarlo como un «oro digital», el Bitcoin debería compararse con productos mucho más intensivos en energía, como la carne de vacuno, el gas natural y el petróleo crudo.

Benjamin Jones y sus colegas hicieron estimaciones económicas de los daños climáticos de la minería de Bitcoin entre enero de 2016 y diciembre de 2021 e informan de que en 2020 la minería de Bitcoin utilizó 75,4 teravatios hora al año (TWhyear-1), un uso de energía superior al de Austria (69,9 TWhyear-1) o Portugal (48,4 TWhyear-1).

Los autores evaluaron los daños climáticos de Bitcoin según tres criterios de sostenibilidad: si los daños climáticos estimados aumentan con el tiempo; si el precio de mercado de Bitcoin supera el coste económico de los daños climáticos; y cómo se comparan los daños climáticos por moneda extraída con los daños climáticos de otros sectores y materias primas.

Los autores compararon los daños climáticos de Bitcoin con los de otras industrias y productos como la generación de electricidad, el procesamiento de petróleo crudo, la producción agrícola de carne y la minería de metales preciosos. Los daños climáticos de Bitcoin se situaron en una media del 35% de su valor de mercado entre 2016 y 2021. Esto fue menos que los daños climáticos comparados con el valor de mercado de la electricidad producida por el gas natural (46%) y la gasolina producida a partir del petróleo crudo (41%), pero más que los de la producción de carne de vacuno (33%) y la minería de oro (4%).

Los autores concluyen que Bitcoin no cumple ninguno de los tres criterios clave de sostenibilidad con los que lo evaluaron, y que se requieren cambios significativos -incluida una posible regulación- para que la minería de Bitcoin sea sostenible.

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*Foto: Pexels

Estas son las capitales más contaminadas del mundo, no hay sorpresas

Nueva Delhi y Bangladesh, los países con peor calidad del aire en 2021. Entre el 20 y el 35% de su contaminación procede de la combustión de los motores de su flota de vehículos. Ambos territorios del sudeste asiático encabezaron un año más la lista de capitales y país con la peor calidad del aire el año pasado, según el último informe anual de contaminación del aire publicado por la suiza IQAir, una posición que no han abandonado en los últimos cuatro años, entre escasos progresos.

«Bangladesh y la India tienen principalmente emisiones de vehículos, desechos industriales, generación de energía y también congestión de biomasa que a menudo se usa para cocinar. Junto a la construcción y la quema agrícola, esta combinación de fuentes realmente conduce a grandes cantidades de contaminación del aire«, explicó la directora ejecutiva de IQAir NorteAmérica, Glory Dolphin.

Este problema, que ha llevado tanto a Bangladesh como a la capital de la India a ser desde 2018 -año en que comenzaron los registros- el país y la capital más contaminados, no parece tener solución a corto plazo, con recientes progresos motivados principalmente por las restricciones de la pandemia, en lugar de por serias políticas medioambientales.

Plan sin avances en Nueva Delhi

Nueva Delhi volvió a ser en 2021 la capital donde sus ciudadanos respiraron el peor aire del mundo, tras registrar una media de 85 μg/m3 de partículas PM2.5 -las más dañinas para la salud humana-, pese a las restricciones de movimiento impuestas a lo largo del año para combatir la covid-19.

Una cifra que supone un leve aumento respecto a 2020, cuando el confinamiento total que vivió la India situó la calidad del aire de Nueva Delhi en 84,1 μg/m3 de partículas PM2.5, el valor más bajo en los últimos cuatro años.

Antes del estallido de la crisis del coronavirus, dichos registros fueron muy superiores, ascendiendo en 2018 a 113,5 μg/m3 PM2.5 y en 2019 a 98,6 μg/m3 PM2.5.

Al contrario de lo esperado por la India, poco tuvo que ver en dicha mejora el Programa Nacional de Aire Limpio (NCAP, en inglés) aprobado en 2019 para combatir este problema por todo el país, aseguró el director de campañas de Greenpeace India, Avinash Chanchal, quien atribuyó el descenso de la contaminación a los «confinamientos periódicos y restricciones localizadas».

Chanchal afirmó que este plan, pionero en el país asiático, solo logró un «lento progreso» en materia medioambiental. El propio informe señala que entre el 20 y el 35% de la contaminación de la India procede de la combustión de los motores de su flota de vehículos.

Y es que la contaminación del aire es un serio problema más allá de Nueva Delhi, puesto que el 48% de las ciudades indias registraron en 2021 una concentración de PM2.5 superior a los 50 μg/m3, una cifra diez veces mayor a los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Una catástrofe humanitaria en Bangladesh

El vecino Bangladesh continuó al frente de la lista de países con peor calidad del aire en 2021 lastrada por las 76,9 μg/m3 partículas PM2.5 que registró de media en todas sus ciudades. Un ligero progreso con respecto al pasado año, cuando la media fue de 77,1 μg/m3 PM2.5, pero más positivo cuando se compara con los registros previos a la pandemia, que ascendieron a 97,1 μg/m3 PM2.5 en 2018 y a 83,3 μg/m3 PM2.5 el siguiente año.

Además de la reducción de la movilidad ocasionada por la crisis sanitaria, el presidente del departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Stamford en Dacca, Ahmad Kamruzzaman, explicó que «la prohibición de los motores de dos tiempos, y de los hornos ilegales de fabricación de ladrillos», pudo haber contribuido a dicho descenso.

Sin embargo, precisó que existen otros dos obstáculos más complicados de sortear para el país, como «la meteorología y la brecha en la planificación urbana», que al reducir el flujo del aire no permiten que el viento disipe los contaminantes de las urbes.

En este sentido, el secretario general del Movimiento Medioambiental de Bangladesh, Sharif Jamil, criticó a la clase política por ignorar «las consecuencias de la contaminación medioambiental» en un país tan densamente poblado como el suyo, que podrían ocasionar «una catástrofe humanitaria».

Conclusiones pesimistas

El informe de calidad del aire mundial de 2021 reveló que solo el 3% de las ciudades -222 de las 6.475 analizadas- cumplió con las últimas pautas anuales de calidad del aire de PM2.5 establecidas por la OMS, que recomienda no superar los 5 μg/m3. Ningún país alcanzó dichas expectativas.

Según la OMS, la contaminación del aire provoca anualmente cerca de cuatro millones de muertes en todo el mundo.

Los microplásticos fluviales se acumulan en el Océano Ártico

Los microplásticos flotantes de los ríos europeos pueden acumularse en partes del océano Ártico, los mares nórdicos y la bahía de Baffin, según sugiere un estudio publicado en Scientific Reports.

Investigaciones anteriores han informado de la presencia de altas concentraciones de partículas microplásticas en todo el Océano Ártico, sin embargo, el origen de estos microplásticos y dónde se acumulan no estaba claro.

Mats Huserbrten, del Instituto de Investigación Marina, en Bergen (Noruega) y sus colegas combinaron modelos de corrientes oceánicas entre 2007 y 2017 con simulaciones de movimientos de microplásticos flotantes. Simularon la liberación de microplásticos de 21 ríos importantes del norte de Europa y del Ártico cada día durante un período de diez años y modelaron sus movimientos durante décadas.

A continuación, los investigadores compararon los resultados de su modelo con la distribución de microplásticos flotantes a través de 121 muestras de agua de mar que se recogieron en 17 lugares de la costa occidental de Noruega entre mayo de 2017 y agosto de 2018.

Rusia, la mayor procedencia

Descubrieron que, al ser liberadas de los ríos, la mayoría de las partículas simuladas derivaron por dos vías principales. El 65% derivó a lo largo de la costa noruega hacia el Mar de Laptev, situado al norte de Rusia, antes de ser transportadas al Océano Ártico, a través del Polo Norte, y luego salir del Océano Ártico a través del Estrecho de Fram, situado al este de Groenlandia.

El 30% de las partículas simuladas derivaron a lo largo de la costa noruega antes de desplazarse hacia el sur a través del Estrecho de Fram y luego a lo largo de las costas este y sur de Groenlandia antes de viajar más al sur a lo largo de la costa noreste de Canadá. Tras 20 años de simulaciones, los investigadores pudieron identificar zonas claras en las que se acumulaban microplásticos flotantes.

Se trataba de los mares nórdicos, la cuenca de Nansen en el océano Ártico, el mar de Barents y el mar de Laptev -situados entre el océano Ártico y el norte de Rusia- y la bahía de Baffin, situada entre Groenlandia y Canadá.

Los análisis de las muestras de agua de mar revelaron que la distribución de los microplásticos flotantes coincidía con la prevista por el modelo de los autores tras diez años de simulación de liberación de microplásticos y posterior circulación por los mares nórdicos, el océano Ártico y el estrecho de Fram. Esto indica que los microplásticos flotantes pueden haber estado circulando por el Ártico durante al menos diez años.

Los autores sugieren que la circulación de microplásticos flotantes podría tener consecuencias para la salud de los ecosistemas del Ártico. Los hallazgos ponen de relieve la importancia de una mejor gestión de los residuos plásticos, añaden.