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¿Cuáles son los desafíos ambientales para Colombia este 2023?

Foto: Pexels.

El 2023 llega con un interés recargado por el cuidado y la protección de nuestro medioambiente, impulsado tanto por grandes movilizaciones internacionales, el Acuerdo Global sobre Biodiversidad, como las transformaciones nacionales que buscará el nuevo Gobierno en las bases del Plan Nacional de Desarrollo. El año que empieza se presenta como una gran oportunidad de fortalecer la integración entre las agendas de clima y biodiversidad para lograr el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A continuación, algunos de los desafíos más importantes que enfrentará el país en el 2023.

1. La lucha contra la deforestación en la Amazonia

Con selvas y ríos inmensos que albergan naturaleza única, que sustenta una diversidad cultural notable en 7 millones de kilómetros cuadrados, la Amazonía es de gran importancia para Sudamérica y para todo el planeta. En ocho países y un territorio de ultramar, esta gran porción de la biosfera alberga casi el 10% de la biodiversidad de la Tierra.

Así como es inmensa y asombrosa, la Amazonía es también frágil y vulnerable a los impactos del actual sistema de desarrollo dominante. De hecho, de acuerdo con el Informe Amazonia Viva de WWF (2022), se estima que un 17% de los bosques amazónicos han sido transformados para darles otro uso. Las actividades económicas que amenazan la región incluyen la ganadería y agricultura extensivas, seguidas de las extractivas, las actividades ilegales y la infraestructura mal planificada.

En este contexto, los anuncios del recién posesionado presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sobre una Cumbre por la Amazonia para tomar medidas efectivas para su protección y del presidente de Colombia, Gustavo Petro, de un gran acuerdo amazónico que trace los lineamientos necesarios para darle un nuevo enfoque regional, serán fundamentales para evitar un punto inflexión ecológico en la región.

2. Colombia, país anfibio

Colombia es un país bañado por agua. Con 44% de los páramos de Sudamérica, cinco vertientes hidrográficas, 30 grandes ríos, 1.277 lagunas y más de 1.000 ciénagas, es un país anfibio.  En este contexto, Colombia ha liderado un papel protagónico en la conservación de dichos ecosistemas.

Entre el 5 y el 13 de noviembre de 2022 se llevó a cabo, en Ginebra (Suiza), la Conferencia de las Partes sobre Humedales, COP 14 Ramsar, en la cual se abordaron las diferentes amenazas que enfrentan los ecosistemas de agua dulce del planeta. Allí, Colombia jugó un rol fundamental, al hacer parte del grupo de diez países donde habitan delfines de río y otras especies de cetáceos, que se unieron en un llamado a la acción para trabajar juntos por la conservación de estas especies.

Igualmente, en el marco de la COP15 sobre biodiversidad, que tuvo lugar en diciembre, en Montreal, el país hizo un llamado a la acción para que los Estados se unan al ‘Desafío del Agua Dulce’, una iniciativa que busca elevar dichos ecosistemas al mismo nivel que “la tierra y el mar”, para que ya no sean una nota a pie de página, sino el núcleo de las metas en materia de biodiversidad.

Ambos eventos pusieron de manifiesto la importancia que debe tener para el país fijarse como objetivo a corto plazo la conservación de los ambientes de agua dulce.

3. Transición energética

Una de las banderas más importantes del Gobierno del presidente Gustavo Petro es la que él mismo ha denominado, en su Plan Nacional de Desarrollo, como Transición Energética Justa. Para el mandatario, es clave que el país empiece a tomar acciones urgentes para superar la dependencia de los combustibles fósiles. Y este es un inaplazable, para el cual será necesario el trabajo conjunto de todos los actores, con el objetivo claro de aportar a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Si bien existen ciertas prevenciones o temores por parte del sector minero energético, el año 2023 será el momento oportuno para empezar a resolver esas dudas,la mayoría de las cuales tiene que ver con el hecho de que, en la actualidad, buena parte de los ingresos fiscales del país proviene de la explotación de combustibles fósiles como el petróleo y el gas.

El reto no es menor. Según datos de Fedesarrollo, la transición energética a 2035 costaría US$ 38.000 millones, lo cual significa una disminución anual de entre 0,23% y 0,27% del PIB. Y la Cámara de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol) estima que, para alcanzar la meta en el 2050, Colombia requeriría hacer inversiones anuales del orden de COP 86 billones anuales del 2022, equivalentes a 7% del PIB por año, con el fin de financiar completamente la construcción, operación y mantenimiento de los elementos necesarios para consolidar su transición energética.
 

4. Implementar el Acuerdo de Escazú 

Después de casi tres años desde la firma del Acuerdo, en octubre de 2022 la plenaria de la Cámara de Representantes votó mayoritariamente a favor del Proyecto de Ley No. 109/2022, por medio del cual se aprueba el Acuerdo Regional sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe.

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El Acuerdo de Escazú es el primer instrumento jurídicamente vinculante que busca garantizar el acceso a la información oportuna en igualdad de condiciones para los grupos más vulnerables. El Acuerdo, además, promueve la participación ciudadana en procesos de toma de decisiones que puedan afectar el ambiente o la salud, y el acceso a la justicia ambiental frente a daños al ambiente y los derechos humanos.

Esto es relevante en un escenario global en el que Colombia ocupa el sexto lugar como el país con más conflictos ambientales en el mundo, y también es uno de los países más peligrosos para los defensores del territorio y la naturaleza.

Superado el primer obstáculo que significó la ratificación, ahora el gran reto será la implementación del Acuerdo de Escazú. Y, para lograr ese objetivo, los primeros doce meses de 2023 serán cruciales.

El Acuerdo es una oportunidad para que la divulgación de las investigaciones de los institutos técnicos ambientales sea accesible a toda la población y, entre otros beneficios, debería ayudar a mejorar la protección de los defensores ambientales, las comunidades locales y autoridades indígenas, y contribuirá a hacer frente a la deforestación y las actividades ilegales, desde un enfoque de construcción de paz con perspectiva ambiental.

5. Empezar a saldar nuestra ‘deuda ambiental’

Actualmente, en el Congreso de la República, hace su curso legislativo un proyecto de ley que busca dar una definición de los pasivos ambientales, secuelas en la naturaleza producto de las actividades llevadas a cabo por las personas. Este tipo de consecuencias sobre la Tierra son una deuda ambiental que debe ser saldada de manera urgente. Una ley que defina los pasivos ambientales, clasificándolos, por ejemplo, según su origen, responsables y el tipo de afectación, significa un paso en la dirección correcta para empezar a enmendar el daño ocasionado.

A pesar de que tres proyectos de ley con intenciones similares ya han fracasado en el Congreso, se espera que, en el curso legislativo actual, finalmente, se apruebe el nuevo proyecto, que ya superó los dos primeros debates.

6. La implementación de Kunming-Montreal

El 19 de diciembre de 2022, mientras buena parte del mundo tenía puesta su atención en las celebraciones navideñas, en la ciudad canadiense de Montreal se firmaba el Acuerdo Kunming-Montreal, un nuevo acuerdo global para detener y revertir la pérdida de biodiversidad, a partir de objetivos como conservar el 30% de las áreas terrestres, aguas continentales y océanos, y restaurar el 30% de los ecosistemas de degradados de agua dulce, marinos y terrestres.

Si bien a la importancia que reviste la firma de Kunming-Montreal es innegable, y ha sido destacada por diferentes organizaciones, el desafío de la implementación deberá ser abordado por las partes sin demoras. Los países, incluido Colombia, deberán actualizar sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés) en línea con el Acuerdo.

Cerca de 200 países logran un acuerdo histórico en la COP15

Un total de 196 países que forman parte de la XV Conferencia de Naciones Unidas de Biodiversidad se han comprometido a proteger el 30 por ciento de la superficie terrestre y marina antes de 2030 para preservar la biodiversidad.

Durante la Cumbre de Biodiversidad celebrada en Montreal (Canadá), equivalente a la Cumbre de Cambio Climático, los negociadores han anunciado un acuerdo en este sentido después de casi dos semanas de reuniones. El acuerdo supone elevar el porcentaje actual de protección que según la ONU se limita en la actualidad al 17 por ciento de los ecosistemas terrestres y el 10 por ciento de las áreas marinas bajo alguna figura formal de protección.

El acuerdo marco incluye también un acuerdo para aumentar la financiación, especialmente dirigido a los países en desarrollo y pequeños estados insulares para prevenir la pérdida futura de biodiversidad. Esa hoja de ruta contempla una movilización de 200.000 millones de dólares en 2030 procedentes de recursos públicos y privados.

Además, las partes llaman a eliminar los 500.000 millones de dólares en subsidios que podrían estar perjudicando a la naturaleza antes de que acabe esta década. En la actualidad aproximadamente el 17 por ciento de los ecosistemas terrestres y el 10 por ciento de las áreas marinas están bajo alguna figura formal de protección, según la ONU.

La XV Conferencia de la Partes de la Convención Marco de Biodiversidad de la ONU debía haberse celebrado en 2020 en China, pero la cita fue postpuesta debido a la pandemia.

Para la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que participó este fin de semana en las negociaciones, «por fin» se logra acordar un marco global que oriente los esfuerzos para lograr la cumbre del Protocolo de Aichi de «vivir en armonía con la naturaleza para mediados de siglo».

El acuerdo alcanzado de madrugada (hora local) incluye seis documentos relativos al Marco Global de Biodiversidad; la estrategia de movilización de recursos; el reparto de beneficios de la utilización de información digital de secuencias de recursos genéticos (DSI); el marco de seguimiento; el mecanismo para seguimiento, informes y revisión; y la decisión sobre creación de capacidades.

Ribera ha valorado que el compromiso permitirá alcanzar la protección y gestión efectiva para la conservación del 30% de la superficie terrestre y de la superficie marina para 2030.

«Por fin conseguimos acordar un marco global que oriente nuestros esfuerzos para detener y revertir la pérdida de biodiversidad y alcanzar un mundo con una naturaleza en positivo para 2030», ha manifestado Ribera que ha recordado que España defiende un alto nivel de ambición.

En concreto, el acuerdo incluye compromisos para reducir de forma significativa el riesgo de extinciones de especies y la restauración del 30% de la superficie de ecosistemas degradados para 2030; la planificación espacial favorable para la biodiversidad en todo el territorio y la reducción de la contaminación, incluyendo la reducción del riesgo de los pesticidas de alta peligrosidad al menos a la mitad, así como el descenso de pérdida de nutrientes al medio ambiente, también a la mitad.

Además, el nuevo marco Global 2030 pretende eliminar, minimizar y reducir los impactos derivados de las especies exóticas invasoras, a través de la identificación y gestión de las vías de entrada de especies alóctonas, reduciendo al menos a la mitad las tasas de introducción y establecimiento de estas especies.

Igualmente, se compromete a minimizar el impacto del cambio climático sobre la biodiversidad y promover la adaptación, mitigación y reducción de riesgos de desastres mediante soluciones basadas en la naturaleza.

Otro de los puntos se dirige a lograr la plena integración de la biodiversidad en las políticas sectoriales, en especial de los sectores con mayor impacto para la biodiversidad como la agricultura, la pesca, la gestión forestal y la acuicultura.

En materia de financiación, se sumará la movilización de recursos de todas las fuentes domésticas e internacionales, públicas y privadas, para la financiación necesaria para la ejecución del marco global, al tiempo que se identificarán, eliminarán y revertirán los incentivos y subsidios perjudiciales para la biodiversidad. Igualmente, se establece un nuevo mecanismo para el reparto justo y equitativo de beneficios derivados de la utilización de la información digital de secuencias derivadas de recursos genéticos.

En la misma línea de celebración, la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, con el acuerdo la comunidad internacional ha decidido poner fin de una vez a la extinción de las especies. En declaraciones a DPA, ha calificado el final de la cumbre como una señal de determinación que abre ahora un «paraguas de protección» parra los medios de subsistencia.

Para Lemke este es un buen día para la protección del medio ambiente. «Protegiendo a la naturaleza nos protegemos a nosotros mismos y aseguramos un entorno habitable para nuestros hijos», señaló.

Ong ven riesgos en la implementación

Para Greenpeace, la COP15 de Montreal no ha logrado brindar la ambición, las herramientas o la financiación necesarias para detener la extinción masiva pero hace un reconocimiento explícito de los derechos, roles, territorios y conocimientos de los pueblos indígenas y su «trabajo insustituible» como la forma más efectiva de proteger la biodiversidad.

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Así, la ONG considera que la financiación directa a los Pueblos Indígenas será el siguiente paso crítico y celebra que se haya incluido el objetivo de proteger al menos el 30 por ciento de la superficie terrestre y marina. Por el contrario, ve negativo que no incluya expresamente la exclusión de las actividades dañiñas en esas nuevas áreas protegidas. «Tal como está en el texto, es un número vacío, con protecciones que quedan en el papel», advierte la asesora política y representante de Greenpeace en las negociaciones de la COP15, Anna Ogniewska.

También WWF ha celebrado el acuerdo de Montreal pero alerta de que el objetivo acordado podría verse socavado si no se tratan adecuadamente a nivel nacional cuestiones tan importantes como la protección de ecosistemas intactos y la lucha contra la producción y consumo insostenibles.

En ese sentido, el director globla de WWF, Marco Lambetini, ha calificado de «proeza excepcional» para quienes han negociado que hayan logrado acordar un objetivo mundial común que guiará la acción colectiva e inmediata para detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030 y como «una victoria para las personas y el planeta»** «Envía una señal clara y debe ser el lanzamiento para la acción de gobiernos, empresas y sociedad hacia un mundo con la naturaleza en positivo, en apoyo de la acción climática y los Objetivos de Desarrollo Sostenible», considera.

Sin embargo, pese al «hito importante» para la conservación, advierte de que el acuerdo estaría en riesgo por una implementación lenta y falta de movilización de los recursos prometidos. Entre las críticas, añade que el Acuerdo carece de un mecanismo obligatorio para que los gobiernos adopten medidas más ambiciosas si no se logran los objetivos.

«Los gobiernos han escogido el lado correcto de la historia en Montreal, pero la historia nos juzgará si no cumplimos la promesa que hicimos hoy», subrayó.

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Conozca la propuesta de Colombia a 17 países al cierre de la COP15

Con una masiva asistencia en la Décimo Quinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP15), la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, presentó el mecanismo de aceleración que contribuirá a la consecución de nuevos objetivos, metas y acciones globales de 17 países con el fin de hacerle frente a la pérdida de Biodiversidad.

“Este acelerador construido por Colombia permite que, rápidamente, los países miembros de esta Alianza y que tienen una ambición alta de protección de la biodiversidad y cambio climático, puedan formular programas ambiciosos y puedan encontrar los recursos para implementarlos”, afirmó la ministra Muhamad durante el
lanzamiento de este mecanismo en la COP 15.

La jefe de la cartera ambiental de Colombia también hizo un llamado a los países para iniciar reformas para que sus objetivos y medios estén alineados con el contexto actual de la triple crisis (biodiversidad, cambio climático y contaminación), permitiendo mecanismos de financiamiento que eviten exacerbar los niveles de endeudamiento y pérdida de soberanía de los países en desarrollo.

“Para hacer esta Alianza posible, Alemania se unió aportando 29 millones de dólares y Noruega con dos millones de dólares; por lo tanto, ya podemos tener tres años de implementación asegurada. Arranca a estructurarse el programa y esperamos que los países, cuando salgan de esta cumbre, envíen sus necesidades al acelerador”, dijo la jefe de la cartera ambiental.

Así las cosas, el trabajo se centrará en identificar las necesidades y vulnerabilidades de los países en desarrollo en la pérdida de Biodiversidad y el Mecanismo de Aceleración brindará apoyo a sus necesidades con los recursos y la ayuda de los donantes como el banco multilateral, el sector privado y otros actores con potencial para invertir en estas prioridades nacionales.

Por su parte, Teresa Rivera, ministra de Ambiente de España, expresó que “el hecho de que los países hayamos querido respaldar este acelerador impulsado desde Colombia ha sido una excelente noticia que nos permite ir directamente a la acción para proteger y restaurar nuestra biodiversidad”.

Alemania, Antigua y Barbuda, Australia, Belize, Chile, Unión Europea, Gabón, México, Países Bajos, Noruega, Eslovenia, España, Suiza, Reino Unido y Vanuatu, entre otros, ya hacen parte del NBSAP Accelerator Partnership que será vital para implementar el Marco Post 2020 una vez sea adoptado en la COP15.

Minambiente destapa hoy las cartas para Colombia; en la COP15 de Montreal (Canadá)

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Colombia  inició su participación en la Décimo Quinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP15) con un mensaje claro y contundente: revertir la alarmante perdida de la biodiversidad producida por los cambios en el uso del suelo y del mar, la explotación directa de los organismos, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras.

Para lograr este importante desafío, Colombia está trabajando arduamente en la consolidación de un “Mecanismo de Aceleración” que aumente la financiación internacional para lograr metas más ambiciosas y urgentes, incluyendo la
participación de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas en este diálogo mundial.

Para la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, la COP15 es el escenario idóneo para generar un nuevo y robusto Marco Post 2020 en el que se fortalecerán las metas relacionadas con la biodiversidad que orientarán al mundo en esta década.

“Somos uno de los países más megadiversos del planeta. Para este Gobierno el tema de la biodiversidad es fundamental, no solamente para conservar y proteger lo que tenemos, sino para incorporarlo de una manera importante, inclusiva, justa y equitativa en las dinámicas económicas del país”, afirmó la Jefa de la cartera ambiental.

La mega biodiversidad de Colombia revela importantes cifras: en promedio una de cada diez especies de fauna y flora del mundo habitan en Colombia, por lo que el país ocupa el primer lugar en aves, orquídeas y mariposas; segundo lugar en anfibios, peces dulceacuícolas, reptiles, palmas y plantas, tercer lugar entre los países con mayor biodiversidad del planeta, y quinto lugar con mayor diversidad de mamíferos.

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Así Colombia juega un rol importante en la COP15 ya que se espera que los países incorporen mayores acuerdos para la biodiversidad en el sector privado y en las cadenas productivas. De igual forma, se trabajará por reconocer el rol de
los pueblos indígenas y comunidades locales en la conservación de sus territorios, consolidando una de las metas de conservación como es proteger el 30% del territorio continental y marino hacia el 2030.

Las negociaciones de Colombia

En la cumbre de la Biodiversidad, Colombia ha venido cumpliendo, desde hace una semana una serie de negociaciones que definirán los puntos claves de sinergias y trabajo con los gobiernos presentes para la conservación de la biodiversidad a 2030.

La delegación, conformada por representantes del ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ministerio de Relaciones Internacionales y del Sistema Nacional Ambiental, han logrado identificar y exponer las prioridades de Colombia para avanzar en los 4 objetivos y en las 22 metas que están actualmente en la mesa de negociación.

“La delegación colombiana ha podido impulsar acuerdos en materia del rol de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la conservación de la biodiversidad, el uso del conocimiento y el acceso a la información para tomar decisiones de forma participativa, además del rol y la importancia de la protección de los derechos de las mujeres en el proceso de elaboración de las políticas para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad”, indicó Jorge Adrián Murillo Ferrer, Segundo Secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores e integrante de la delegación de Colombia en las negociaciones.

¿Qué ha pasado con el Protocolo de Kioto, después de 25 años?

El 11 de diciembre de 1997, la ciudad japonesa de Kioto, capital del shogunato durante más de mil años, acogió la firma del tratado que dio a conocer los peligros del gas de efecto invernadero más potente, el CO2: el nombre del principal enemigo de la humanidad en una guerra contra el cambio climático que lleva un cuarto de siglo en desarrollo.

De esta forma, el protocolo de Kioto se convirtió en el primer acuerdo internacional que puso nombre a los gases de efecto invernadero más potentes, con el CO2 a la cabeza, pero seguido de cerca por elementos como el metano (CH4), y compuestos como el óxido nitroso (N2O), los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC) y el hexafluoruro de azufre (SF6).

Uno de los éxitos de Kioto fue precisamente identificar el causante inmediato de la mayor crisis que afronta la humanidad como especie gracias a esta nomenclatura química que es muy conocida por el gran público a día de hoy.

Sin embargo, para Ecologistas en Acción su objetivo fue de “corto alcance” ya que “planteó solamente una reducción del 5 % de las emisiones de los países más desarrollados sobre el nivel de emisiones de 1990”.

Además, la negativa de EEUU a cumplirlo dejó fuera a “uno de los principales causantes mundiales del cambio climático”, cuyas emisiones “representan un tercio del total”.

Según los ecologistas, otro de los puntos débiles del tratado fue que su eficacia ambiental se vio mermada “considerablemente” por la introducción de vías para que los países puedan “apuntarse” reducciones que no se realizan en su territorio, en referencia al comercio de emisiones.

Estos “mecanismos de flexibilidad” facilitan la compra directa de cuotas de CO2 mediante inversiones en terceros países para que éstos emitan menos.

Aunque estos procedimientos pueden ofrecer a los países menos industrializados el acceso a tecnologías más eficientes, los ambientalistas advierten que también pueden convertirse en “medios de reducción barata” para que los más industrializados retrasen las transformaciones de sus propias economías.

Un cuarto de siglo después, se siguen acumulando las evidencias científicas de la extensión del cambio climático y se han afianzado las previsiones climáticas para este siglo, especialmente graves en el cinturón ecuatorial, donde habita gran parte de la población más pobre del mundo, pero también en las zonas mediterráneas, como España.

Estos hechos advierten de la necesidad urgente de abordar mayores reducciones de CO2, ya que en 2022 la tendencia mundial es de crecimiento de las emisiones, en parte debido a que países fuertemente industrializados pero aún considerados en vías de desarrollo, como la India y China, aluden a la “seguridad energética” para no abandonar el uso masivo del carbón.

Con este argumento, ambos países torpedearon en el último minuto un acuerdo más ambicioso en la COP26 de Glasgow (R.Unido) de 2021, además de que la ausencia de sus líderes en la última cumbre del clima, la COP27 de Sharm El Seij (Egipto), también ha devaluado este foro en el que la implicación de los gigantes económicos asiáticos resulta clave.

Veinticinco años después, el protocolo de Kioto es “papel mojado” eclipsado por el Acuerdo de París, el mayor logro ambiental de la comunidad internacional, que fijó los 2 grados celsius como límite del aumento de la temperatura mundial, y proseguir los esfuerzos para consolidar el incremento en 1,5 grados, en el mejor de los escenarios.

De hecho, el futuro no es muy alentador, ya que para cumplir con París “las emisiones tendrán que reducirse un 45 % más de lo previsto para 2030”, según el último informe sobre la Brecha de Emisiones de la ONU, que alerta de que la Tierra se encamina a un aumento térmico de 2,8 grados respecto a la era preindustrial.

De esta forma, las ambiciones climáticas se topan de lleno con la realidad del clima mundial, ya que según Naciones Unidas aún “no se ha trazado un camino creíble para limitar la subida de las temperaturas a 1,5 grados”, una meta que marcará el punto de inflexión de la guerra de la humanidad contra el cambio climático.

EFEverde

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António Guterres en la COP15: critica a Elon Musk por tener a marte como plan B

El secretario general de la ONU, António Guterres, criticó este miércoles al magnate Elon Musk y sus planes de colonización de Marte al indicar que la única salida para salvar la humanidad es «invertir en el planeta Tierra» y detener la pérdida de biodiversidad.

«Olvídense de los sueños de algunos multimillonarios. No hay planeta B. Solo invirtiendo en el planeta Tierra podemos asegurar nuestro futuro», ha dicho Guterres al inicio de la primera jornada de negociaciones de la Conferencia sobre Biodiversidad de la ONU COP15 en Montreal (Canadá).

En el pasado, Musk, que es el fundador de SpaceX, dedicada a la producción de cohetes y satélites, indicó que la humanidad necesita colonizar Marte y otros planetas como Plan B para salvar la humanidad.

El secretario general de la ONU ha vuelto a solicitar a los 196 países que negocian en Montreal hasta el 19 de diciembre un acuerdo sobre la biodiversidad global que lleguen a un compromiso ambicioso, «una verdadera paz con la naturaleza, para producir un futuro verde y saludable para todos».

Protección al activismo ambiental

Guterres también ha manifestado la necesidad de proteger a los activistas medioambientales.

Un informe dado a conocer en septiembre por la ONG Global Witness apuntó que durante la última década cada día han sido asesinados dos activistas medioambientales de media en el mundo, en total 1.700 desde 2012.

«Uno de los aspectos que más me preocupa es en relación con la persecución de defensores de los derechos humanos en general, incluidos los activistas medioambientales», ha destacado.

Guterres ha renovado su petición de que las instituciones financieras aceleren su transición y dejen de financiar la explotación de combustibles fósiles en favor de la energía renovable y verde.

El máximo responsable de la ONU también ha vinculado la lucha contra el cambio climático con preservar la biodiversidad del planeta.

«Derrotar el cambio climático es solo posible si al mismo tiempo somos capaces de revertir la pérdida de biodiversidad», ha afirmado.

EFEverde

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António Guterres: intervendrá en la apertura de la COP15

El secretario general de la ONU, António Guterres, viajará la próxima semana a Montreal (Canadá) para participar en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15) y reclamar a los Gobiernos un acuerdo ambicioso para proteger la naturaleza ante el rápido deterioro que está sufriendo, según ha anunciado este viernes la organización.

Guterres tiene previsto intervenir en la apertura de la cumbre para subrayar «la importancia de hacer las paces con la naturaleza», ha adelantado su portavoz, Stéphane Dujarric.

El diplomático portugués advertirá además del riesgo de una «extinción masiva» si continúa el actual «apetito sin límite por un crecimiento económico sin control y desigual», ha detallado Dujarric.

El portavoz ha dicho que Guterres también prevé pedir a los Gobiernos y al sector privado el desarrollo de planes de acción decididos para proteger la biodiversidad y apoyar prácticas sostenibles, así como hacer un llamamiento a los países desarrollados para que den apoyo financiero al mundo en vías de desarrollo para salvaguardar su riqueza natural.

Durante su visita a Montreal, el jefe de Naciones Unidas se reunirá además con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y con representantes de la sociedad civil.

La COP15, que se celebra entre el 7 y el 19 de diciembre, busca acordar un nuevo marco de protección de la biodiversidad y metas concretas en este ámbito de cara a los próximos años.

EFEverde

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Foto: cortesía.

Biodiversidad, integrar comunidades y protección de territorios amenazados: Minambiente ante la ONU

Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, dijo en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que la transición hacia una biodiversidad positiva debe hacerse con las comunidades y entendiendo las dinámicas de cada territorio, bajo el único sentido unificado de cambiar la vida de la gente.

“La pérdida de biodiversidad es la crisis mayor, y todavía no entendemos cómo es posible que separemos, institucional y mentalmente, la crisis de biodiversidad de la crisis climática: ¡hacen parte de una sola crisis!, que tiene su raíz en la forma como habitamos y vivimos en el planeta”, expresó la ministra Muhamad en el evento de líderes ‘Cuenta regresiva para la COP15 de Biodiversidad’, cumbre que se hará en Montreal (Canadá), del 7 al 12 de diciembre de este año.

Ante líderes de todo el mundo, la ministra dejó claro que para el Gobierno Nacional cuidar la biodiversidad significa actuar unificadamente y hacia un solo objetivo en las regiones, y que las proclamaciones de las cumbres, y las metas que en estas se plantean, no tienen sentido si no producen un efecto en la vida concreta de los ciudadanos.

“¿De qué le sirve a un ciudadano promedio en Colombia vivir en uno de los países más biodiversos del mundo? Como Gobierno, esa es la pregunta que tenemos que responder. Queremos proponerles una coalición de muchos países para acelerar el cambio a pesar de los acuerdos o no que tengamos en la Cumbre de Biodiversidad, un cambio que cuente también con las vivencias reales y concretas de los territorios, de la conservación, de los territorios de la vida, del agua y del campo”, recalcó la funcionaria en la ONU.

En sintonía con el discurso pronunciado ayer por el presidente de la República, Gustavo Petro, Susana Muhamad enfatizó en la estrecha relación que en Colombia existe entre la riqueza medioambiental y la paz, y que los territorios ecosistémicamente importantes, donde hubo conflicto armado por décadas, hoy vuelven a estar amenazados por economías ilícitas.

“Por eso necesitamos transiciones colectivas y justas. Debemos trabajar sobre la lógica de visibilizar a la ciudadanía en terreno, a esos pueblos en terreno que hoy están haciendo las transiciones; un reto como Gobierno es conectar los cambios que ya están sucediendo. Tanto en la COP de Biodiversidad como en la COP del Clima, enviemos un mensaje de esperanza, de realidad, un mensaje que visibilice la transformación; eso solo lo haremos si visibilizamos lo que la gente está haciendo en territorio. Es la invitación que queremos hacer”, finalizó Susana Muhamad en su primera intervención internacional como ministra de Ambiente de Colombia.

Estos encuentros de líderes que se están dando esta semana en la Asamblea de la ONU, también son preparatorios para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se llevará a cabo en la ciudad de Sharm El Sheikh (Egipto), del 6 al 18 de noviembre de este año.