Ir al contenido principal

Horarios de atención

De lunes a viernes:
8:00 AM – 5:00 PM

Whatsapp: (+57) 317 599 0862
Teléfono: (+57) 313 7845820
Email: [email protected]

Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Cultivos de uso ilícito

La ministra de Justicia tampoco descarta el uso del glifosato

La ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, dijo que el uso de glifosato como herramienta en la lucha contra narcotráfico será la última opción.

La funcionaria explicó que la principal opción que tiene el Gobierno Nacional para hacerle frente al elevado número de cultivos uso ilícito en los diferentes territorios del país, es la erradicación manual de forma voluntaria.

 

De acuerdo con Buitrago, la erradicación mediante el uso de agroquímicos con el glifosato no se hará a través de avionetas sino por medio de la aspersión terrestre.

«Como lo dijo el Ministerio de Defensa ayer, de manera subsidiaria y desde ese punto de vista no queda al gusto del campesino tampoco porque es una política pública que tiene el Estado colombiano. Y esto nos lleva a decir, sin lugar a dudas, que es importante también contar con que lo que está prohibido en Colombia, que es la aspersión aérea, porque la aspersión aérea genera mucho más alcance, más daño y obviamente menos control», afirmó.

Nota relacionada: Contradicción en el Gobierno Nacional por posible regreso al uso del glifosato

Las declaraciones de la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, se hicieron en medio de la polémica nacional por el posible retorno al uso del glifosato para la erradicación de los cultivos de uso ilícito.

Demagogia antinarcóticos y ambientalista

En 1971, Richard Nixon, presidente de Estados Unidos, declaró la Guerra contra las Drogas. Y hoy, 52 años después, estamos ante la guerra más perdida de la historia. Porque cada vez se consumen más estupefacientes y de más variedades. Los de siempre, marihuana, cocaína y heroína. Y los nuevos, metadona, metanfetamina y fentanilo, entre otros.

Se producen con facilidad y a costos menores y se venden a precios exorbitantes. En 2019, un kilo de cocaína en Colombia valía 1.491 dólares –y era un gran negocio, con ventas del orden de 11 mil millones anuales–, el mismo kilo puesto en México costaba 12.433, en Estados Unidos, 69.000 y 152.207 en Australia. Al menudeo, en Nueva York a un kilo le sacaban 153.000 dólares.

 

El rotundo fracaso de la Guerra contra las Drogas era y es fácil de explicar. De una parte, siempre habrá –siempre– quienes consuman drogas, como habrá bebedores de alcohol y fumadores. Y con esas ganancias exorbitantes, siempre habrá quien le jale a ese negocio, aun a riesgo de la cárcel y la muerte, corrompiendo además policías, jueces, políticos, gobernantes y empresarios, anegando a los países en sangre y llenándolos de viudas y huérfanos.

Si ha fracasado la guerra de Estados Unidos y de los gobiernos que lo siguen contra las drogas, como tenía que suceder, lo que sí no ha fracasado entonces es el descomunal negocio, ilegal y legal, que esa guerra crea y promueve.

Y tampoco ha fracasado esa guerra como pretexto para intervenir en los países, según enseñan experiencias de cinco décadas y el Plan Colombia (2000), un plan norteamericano, no para acabar con la producción de cocaína, sino para reducirla al 50 por ciento y usarlo como pretexto para determinar la economía y la política del país, a tal punto que Juan Manuel Santos, ministro de Hacienda de Andrés Pastrana, firmó una carta de intención titulada “FMI acoge el Plan Colombia” (ver enlace)

Tanto determina el Plan a Colombia, que su primera estrategia compromete al país a promover los tratados de libre comercio y la inversión extranjera y la segunda incluye privatizar más la economía. La negociación en el Caguán con las FARC aparece en el tercer punto: “Una estrategia de paz que le apunte a unos acuerdos negociados con la guerrilla”. Y solo en el sexto se habla de “una estrategia antinarcóticos” (ver enlace).

Aunque suene cómico, lo de reducir la oferta de cocaína a la mitad en el Plan Colombia –que es la exigencia de los gringos a los anteriores gobiernos y a Petro–, es una “solución de mercado”, porque, dicen, al encarecerla, algunos no podrán pagarse sus rayas de perico. No les temen ni a las falacias ni al ridículo.

Entonces, lo dicho por Petro y Biden sobre el narcotráfico no es para acabar con ese negocio, según se ha probado hasta la saciedad.

Y es igual su demagogia ambientalista, útil para distraer a un mundo modelado por Estados Unidos y con gravísimos problemas económicos, sociales y militares, mientras Biden promueve enormes proyectos de exploración de hidrocarburos en su país, en el Golfo de México y Alaska, para agregarlos a sus 11,8 millones de barriles de producción de petróleo al día y 934 mil millones de metros cúbicos de gas, 15 y 89 veces más que Colombia.

Entretanto, el embajador Benedetti explicó que Petro le sirve tanto a Biden que parece su canciller (ver enlace).

Jorge Enrique Robledo

Gobierno prepara decreto que prohíbe el uso del glifosato

El Gobierno de Gustavo Petro prepara un decreto presidencial con el que prohibir el uso de glifosato para erradicar cultivos ilícitos a través de las aspersiones aéreas, según ha adelantado la televisión publica colombiana.

Esta nueva decisión dejaría sin validez el decreto 380 lanzado el año pasado por el expresidente Iván Duque con el que se daba luz verde al polémico uso de este herbicida. Varias organizaciones han denunciado que glifosato no solo causa daños irreparables al medioambiente sino también a la salud de las personas.

 

«La posición actual del Gobierno Nacional frente a la aspersión aérea ha cambiado y se decidió no hacer uso del herbicida glifosato en método de aspersión aérea para la erradicación de cultivos ilícitos», señala el borrador de esta norma que tendrá que ser pulida definitivamente por el Ministerio de Justicia.

El borrador también ahonda en los argumentos que estas organizaciones y colectivos de campesinos han venido denunciado durante años, que el glifosato puede «causar cáncer (…) además de generar importantes impactos ambientales».

«La decisión de no hacer uso de este mecanismo de erradicación se fundamenta en la prevalencia de los derechos fundamentales y de los Derechos Humanos», enfatiza el borrador, que se prevé esté listo de manera definitiva en los próximos días para su posterior ratificación por parte del presidente Petro.

Esta nueva decisión del Gobierno de Colombia está en sintonía con su propuesta de una nueva ley contra las drogas, después de que la anterior legislación jaleada desde Washington haya resultado ser un «fracaso total», tal y como el presidente Petro se ha referido a ella en varias ocasiones, la última vez la semana pasada en el Foro por la Paz de París.