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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Drogas

Como propone Petro: la legalización es la salida de la fallida guerra contra las drogas

El presidente Gustavo Petro ha dicho ante las Naciones Unidas que si se legaliza la cocaína se acaba la guerra en Colombia. ¿Alguien lo duda? El debate ya no es ese, el debate es: sabiendo eso, ¿por qué los EEUU, el principal consumidor de drogas del mundo, se niega a hacerlo?

“Allá se compra, se vende y se mete la mercancía en Nueva York, mientras que aquí se dan bala, yo no sé nada, no soy soplón”, dice el estribillo de la canción oficial de El Cartel de los Sapos, una famosa serie televisiva basada en la historia real de un narcotraficante condenado que se volvió delator. Entonces, cabe preguntarse: ¿Qué tanta responsabilidad recae sobre los EEUU en el negocio de los narcóticos y la guerra en Colombia, si son sus dólares los que financian el desangre de los colombianos? Una inmensa, por supuesto. ¿Qué pasa con la droga que entra a ese país? ¿Quién la compra y se lucra con su comercialización? ¿Se ha visto alguna vez a un capo estadounidense preso?

 

Sobre la mesa donde se ponen estos interrogantes aparecen también las respuestas: Para EEUU no es un objetivo esencial combatir el narcotráfico ni a los narcotraficantes, más bien, estos tienden a transformarse en los sofismas de distracción perfectos ante la opinión pública mundial para penetrar y asentarse en territorios que son estratégicos para ese voraz imperio, del que ya pueden observarse los primeros signos de decadencia. ¿Una simulación internacionalmente sincronizada?

El documental “The House I Live In” (“La casa en que vivo”) del director Eugene Jarecki y producido por el actor Brad Pitt, ha sido galardonado y bien ponderado por la crítica. En él, periodistas, activistas, policías, testigos y expertos en la temática dan a conocer la verdadera realidad de la lucha contra las drogas en Estados Unidos. También analiza la corrupción política y económica que ha impulsado a la DEA durante décadas. Según el documental, desde 1971 esa agencia gastó más de un billón de dólares y acabó con más de cuarenta y cinco millones de arrestos, todos de delincuentes menores, “dealers” de poca monta, ningún pez gordo de las mafias estadounidenses; de hecho, es el país con más presos del mundo (más de dos millones, en su mayoría afros y latinoamericanos). Pitt calificó como “una farsa” esta política antidrogas.

El informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU muestra que EEUU es el mercado más grande del mundo con más de ciento sesenta toneladas de droga consumidas al año, lo que equivale al treinta y seis por ciento del consumo total del planeta. En 2018 murieron 68.557 personas por sobredosis de estupefacientes, la cifra más alta desde que rige la mal llamada “guerra contra las drogas”.

“La guerra contra el narcotráfico es el primer sustento del narcotráfico”, fue la aguda conclusión del investigador Fernando Garavito Pardo, fallecido en el año 2010 en un extraño accidente de tránsito en las carreteras de Estados Unidos, a donde había llegado en 2002 tras la publicación de su libro en Colombia, “El Señor de las Sombras.

Una biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez”, lo que le conllevó amenazas contra su vida y la de su familia. En 2005 ofreció una extensa entrevista para el portal Radio Nizkor, en la que expuso un análisis con nitidez pedagógica sobre el fenómeno del narcotráfico, del que se pueden tomar extractos como: “La administración en Colombia está sumida en el crimen organizado, no está subsumida por el crimen organizado, es un crimen organizado”, “La guerra contra el narcotráfico que organizan en este país, en los EEUU, y en la cual los narcotraficantes de Colombia que ocupan los distintos puestos de responsabilidad política y pública, consumen con el mayor de los entusiasmos esa guerra, esa fumigación que está destruyendo nuestra naturaleza, ese crimen que está acabando con nuestras comunidades, esa tragedia que está arrasando con nuestros desplazados, esa organización económica que está masacrando a nuestras gentes pobres y a nuestras gentes del común, no a los narcotraficantes, sino a nuestros campesinos, a nuestros labriegos, a nuestro obreros, a nuestros sindicalistas, a nuestros estudiantes, cómo esa guerra está pensada —divinamente— como el primer sustento del narcotráfico.

Y lo he dicho ante grupos que se quedan, en primer término, asombrados y con una cara de reacción muy negativa frente a lo que yo afirmo, pero luego de una argumentación se puede demostrar fácilmente que, la guerra contra el narcotráfico es el primer sustento del narcotráfico, y que el narcotráfico es lo que está arrasando a Colombia, y que entre paramilitares, políticos y narcotraficantes en Colombia, no hay ninguna diferencia”. “Somos unas víctimas propiciatorias de algo que se puede resolver con una voluntad, con una decisión política del mundo, pero, efectivamente, no va a haber esa decisión política en el mundo” (en alusión a la legalización).

Álvaro Gómez Hurtado, político conservador asesinado por las FARC en 1995, dijo lo siguiente sobre el narcotráfico, Colombia y los EEUU: “Frente a la pretensión norteamericana de exhibir el país como un combatiente débil en ese campo, el rechazo debe ser unánime. Los Estados Unidos son cómplices de los narcotraficantes al empeñarse en prolongar la prohibición de la droga, que es la base del negocio para ambos. He sabido que la mayor parte de los rendimientos del tráfico de los estupefacientes se queda en los Estados Unidos. Si la droga se legalizara y su precio bajara, si dejara de ser uno de los negocios más prósperos de nuestro tiempo, sufrirían quienes comercian con la droga”.

El periodista, escritor y crítico político Eduardo Galeano (fallecido), dijo en 2004: “La denominada guerra antidrogas es una gran hipocresía del imperio, concretamente de EEUU y sus aliados, con el objetivo de militarizar e imponer políticas contrarias a los pueblos. Son pretextos que ofenden a la inteligencia”. El también periodista y escritor colombiano Germán Castro Caicedo (QEPD), expresó en una entrevista: “Este problema (narcotráfico) lo debe examinar la comunidad internacional. Todo el mundo sabe que nuestro principal problema radica en el consumo de Estados Unidos. Aquí hay cocaína por ese país. Son la nación más viciosa de la humanidad. El tráfico de coca empezó porque ellos vinieron a buscarla. Fueron los gringos los primeros que mandaron muchachas colombianas con coca. Luego, gente como Escobar, se dio cuenta de lo rentable que era este negocio y se metieron. Acabarlo sería coserles las narices a los gringos.”

Y el profesor Noam Chomsky, uno de los grandes intelectuales de los últimos tiempos, refirió: “Estados Unidos es el origen del problema del narco”.

Cada quien saque sus propias conclusiones.

Alejandro Toro

Representante a la Cámara

Envenenados por las drogas

¿Qué tan fácil es que nuestros niños tengan acceso a las drogas? La realidad es alarmante. En el 2023, la Secretaría de Educación, por medio del Sistema de Alertas, registró 6.431 casos de consumo de sustancias psicoactivas por parte de niños, niñas y adolescentes en Bogotá. En el primer trimestre de este año, la cifra fue de 1.034 casos.

Causa gran preocupación que sea en los entornos escolares donde los menores resulten más expuestos a estar cerca del veneno de las drogas. Esta semana revelé el dramático testimonio de un padre de familia quien saca a la luz que profesores de tres colegios distritales de Ciudad Bolívar, han sido amenazados o se han visto obligados a pedir traslados por temor a represalias tras denunciar la situación al interior de las instituciones. Los jíbaros los tienen azotados y, en algunos casos, se valen de los estudiantes para la venta de estupefacientes al interior de las aulas. Esta es una problemática que está presente en todos los sectores y localidades de la ciudad.

 

Pero, ¿cómo actuar ante esta realidad? En los casi seis meses que ya completa esta administración, no se ha expedido el decreto para reglamentar el consumo en parques y entornos escolares, pese a que se le había prometido a la opinión pública. Es por esta razón que, como padres, ciudadanos y desde nuestras dignidades políticas, debemos exigir el cumplimiento del decreto 825 de 2019 que se mantiene vigente.

Sumado a eso, la Corte Constitucional, en una de sus más recientes sentencias, la T-004 de 2024, hace un llamado a padres de familia y autoridades escolares para evitar el consumo de sustancias psicoactivas en los colegios. Agrega la Corte que se requieren estrategias coordinadas con el fin de abordar esta problemática y sus causas. Este llamado fue hecho al resolver el caso de Camila, una estudiante quien había sido sancionada con educación extramural por la supuesta fabricación, promoción y venta de brownies con marihuana. Sobre este hecho, la Corte advirtió que “prima el interés superior de la adolescente y que es deber del Estado, la familia y la sociedad evitar riesgos prohibidos, como es la disponibilidad y el consumo de sustancias psicoactivas”.

Ante este pronunciamiento, cuyo mensaje es claro, debemos seguir insistiendo en acciones que eviten que los niños, niñas y adolescentes caigan en el abismo a las drogas.  Actualmente, la marihuana es la sustancia que los estudiantes manifiestan que pueden conseguir con mayor facilidad (20,5%), seguida del Popper (12,0%), la cocaína (7,5%), el basuco (7,3%), el éxtasis (5,1%) y Dick, Ladys y Fragancia (4,9%). Esto lo que nos demuestra es que el acceso a drogas en espacios donde los menores permanecen es amplio y no está siendo controlado de forma eficiente el consumo, porte y distribución de estas. Para hacer frente se requiere el trabajo articulado entre las secretarías de Seguridad, Educación y Salud, sobre todo, en los 92 entornos escolares que indicaron que priorizarán.    

Asimismo, es necesario que las acciones estén encaminadas a concientizar mediante la pedagogía, pues desde la entrada en vigencia del Decreto 825 de 2019, se han impuesto un total de 167.510 comparendos; sin embargo, cabe preguntarse si esta medida ha sido efectiva o por el contrario es un saludo a la bandera, pues solo han sido pagados 2.597, eso equivale únicamente al 1,5% del total.

Concluyo diciendo que es realmente preocupante el aumento de consumo en menores entre los 6 y los 11 años, que llega a un 37%. Pero lo más grave es que la pasividad frente a este tema le está generando a la ciudad, la prevalencia de unos derechos sobre otros, y lastimosamente, no son los de los menores de edad. 

Andrés Barrios Bernal

Fedemunicipios pide al gobierno que modifique decreto de porte de drogas

Después de que el presidente Gustavo Petro derogara el Decreto 1844 de 2018, que en el Código de Policía prohibía poseer, tener, entregar o comercializar drogas ilegal, la Federación Colombiana de Municipios (Fedemunicipios) expresó su preocupación.

“Según lo expresado por el ministro de Justicia, el decreto 2114 de 2023 busca derogar la sanción administrativa a quien porte la dosis personal de estupefacientes; por lo tanto solicitamos que se modifique el decreto expedido el pasado 7 de diciembre para que el propósito del Gobierno Nacional quede más claro”, dijo Gilberto Toro Giraldo, director ejecutivo de Fedemunicipios.

 

Toto explica que aunque aunque no derogaron las facultades de prevención «para el control de porte, tenencia, consumo y comercialización de estupefacientes de la Policía Nacional» se pide la modificación y aclaración del decreto.

«Los mandatarios locales debemos velar por el bienestar de las comunidades y vemos con preocupación como lo expuesto en el decreto 2114 pone en peligro la tranquilidad de las comunidades ya que sin prevención policial estamos a merced de los delincuentes», expresó Toro.

Con ello, Fedemunicipios quiere que las autoridades policiales puedan mantener las facultades policivas de prevención con el objetivo de mantener el bienestar de las comunidades locales.

Le puede interesar: La aclaración de Petro a Fico por derogación de decreto de posesión de drogas en espacios públicos

*Foto: policia.gov.co

Drogas, ¿Un problema de seguridad o salud publica?

Durante varios años trabajé en centros de tratamiento para la adicción de sustancias o psicoactivas en Caldas, Medellín y luego como director nacional de tratamiento en una de ellas en Bogotá.

Allí constaté una y otra vez que:

 

1. En los casos que el consumo era un problema para la persona y la familia, era claro que estaba ligado a un tema de salud, no de seguridad.

2. ⁠Muchas familias cometieron el error de ingresar a sus hijos, en algunos casos muy jóvenes, a estas instituciones cuando no era necesario porque no existía adicción o simplemente un acompañamiento ambulatorio era más indicado.

3. ⁠La responsabilidad en el porte, consumo de dosis mínima o prevención debía de recaer primero en la familia, luego en campañas de prevención escolar y de comunicación de gobierno, pero nunca en la policía.

4. ⁠En el caso de Antioquía el déficit de fuerza policial llega al 50% que debería utilizarse en enfrentar estructuras delincuenciales, proteger a la población del robo, mantener control territorial inclusive desarticulando el tráfico, microtráfico y lavado de dineros del narcotráfico y no desgastando miles de hombres y mujeres policías poniendo comparendos.

5. ⁠Aumentar los recursos en prevención del consumo y tratamientos para quienes las sustancias psicoactivas sean un problema familiar, social y de salud; Y no ver el consumo, como un tema de seguridad nacional.

Los datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) son claros y contundentes en comparativo en torno a las muertes y enfermedades por consumo de sustancias legales e ilegales por ejemplo tabaco y alcohol vs marihuana.

La estrategia de atacar los grandes capos y sus megacargamentos en el caso de la cocaína y no a los pequeños productores, tiene un resultado claro y palpable, cayó el precio de la hoja de coca, la sustitución de cultivos se convierte en viable y quienes van a la cárcel o extraditados son los que verdaderamente se enriquecían con el negocio.

Cerramos diciendo que como lo expresó el ministro de Justicia, Néstor Osuna, y el presidente Gustavo Petro, el decreto NO elimina la prohibición de comercio, ni de tráfico ni de microtráfico de drogas. El decreto deroga una sanción de multa que había puesto el gobierno anterior para el porte de dosis personal.

Nota relacionada: «Este decreto no elimina la prohibición de ningún comercio de drogas ilícitas»: Néstor Osuna

Alejandro Toro

Consumo de drogas será causal para divorcio

La Procuraduría señaló en un concepto rendido a la Corte Constitucional que el consumo de estupefacientes y sustancias alucinógenas serán causal válida para solicitar divorcio.

El ente de control argumentó que lo establecido en el Código Civil (art. 154) persigue una finalidad legítima «pues busca asegurar la autonomía personal del cónyuge que se ve afectado por el consumo de sustancias de su pareja».

 

“Ciertamente, se trata de una causal de disolución del vínculo matrimonial que hace efectivo el deber de respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios”, dijo la procuradora Margarita Cabello en su concepto.

Cabello concluyó que la medida es idónea porque las causales buscan disolver matrimonios en el que se presenten situaciones que pongan en riesgo la convivencia familiar.

En cuanto a la arista de si la normar afecta el derecho de libre desarrollo de la personalidad dijo que la medida pondera bienes superiores en tensión en una relación matrimonial contra el consumo habitual de drogas.

Le puede interesar: Procuraduría formuló pliego de cargos a exgobernador de Chocó

*Foto: procuraduria.gov.co

Opioides: conviviendo con las causas

Por: Juan Camilo Clavijo Martín

A medida que los estadounidenses se apresuran a frenar el creciente número de muertes por fentanilo, el opiáceo sobrealimentado (opioides) que se arremolinan en el suministro de drogas ilícitas de los EE. UU., buscan cada vez más leyes y tácticas que recuerdan la fallida «guerra contra las drogas» de la década de 1980.

 

Docenas de estados han introducido leyes más estrictas en los últimos meses en un intento desesperado por contener la ola de una droga que cobra casi 200 vidas por día y es la principal causa de muerte entre los adultos estadounidenses menores de 45 años. (The Guardian, 25 de julio, 2023)

El fentanilo y otros opioides están alimentando la peor crisis de drogas en la historia de los Estados Unidos. Según la CDC (Centro de control y prevención de enfermedades) del gobierno de EE. UU., 107,375 personas en los Estados Unidos murieron por sobredosis de drogas e intoxicaciones por drogas en el período de 12 meses que finalizó en enero de 2022.

¿Que son los opioides? Según la Clínica Mayo, si se toman según lo indicado por el médico, los opioides ayudan a controlar, de manera segura, el dolor agudo, como el que se sufre después de una cirugía. Sin embargo, existen riesgos cuando estos medicamentos no se toman de manera correcta.

Los opioides son un grupo amplio de medicamentos analgésicos que interactúan con los receptores de opioides de las células. Los opioides pueden estar hechos de amapola real —por ejemplo, la morfina (Kadian, Ms Contin y otros) o sintetizarse en un laboratorio, por ejemplo, el fentanilo (Actiq, Duragesic y otros). Cuando estos se distribuyen por la sangre y se unen a los receptores de opioides en las neuronas cerebrales, las células liberan señales que amortiguan la percepción del dolor y aumentan la sensación de placer.

Según la CDC, el fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Es un importante factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en los EE. UU. Hay dos tipos de fentanilo (la droga zombie): el fentanilo farmacéutico y el fentanilo fabricado ilícitamente. Ambos se consideran opioides sintéticos. El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.

Sin embargo, los casos más recientes de sobredosis relacionadas con el fentanilo están vinculados al fentanilo fabricado ilícitamente, que se distribuye en mercados de drogas ilegales por su efecto similar al de la heroína. Con frecuencia se añade a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que las drogas se vuelvan más baratas, más potentes, más adictivas y peligrosas.

¿Por qué los opioides son tan adictivos? La razón principal por la que los opioides tienen un alto potencial de adicción es porque no solo alivian el dolor, sino que crean una sensación de euforia (felicidad intensa), que muchas personas encuentran placentera. Las personas que usan opioides con regularidad pronto desarrollan tolerancia a estos efectos. Luego pueden usar más y más la droga en un intento de obtener la intensidad original del alivio del dolor y la euforia. El uso crónico o el uso indebido de opioides puede provocar dependencia psicológica y física.

Las personas son psicológicamente dependientes cuando una droga es tan central en sus pensamientos, emociones y actividades que la necesidad de continuar con su uso se convierte en un deseo o una compulsión a pesar de las consecuencias negativas. Con la dependencia física, su cuerpo se ha adaptado a la presencia de la droga, y los síntomas de abstinencia ocurren si deja de tomar la droga repentinamente o si toma una dosis reducida. Las personas que dependen físicamente de los opioides experimentan síntomas de abstinencia cuando dejan de tomar la droga. Estos síntomas suelen ser desagradables.

¿Por qué es tan fácil el acceso a los opioides? La CDC afirma:

La mayoría de las personas que abusan de los opioides recetados los obtienen de forma gratuita de un amigo o pariente, pero es más probable que aquellos con mayor riesgo de sobredosis los obtengan con una receta médica, informaron hoy los investigadores de los CDC en una carta de investigación, «Fuentes de analgésicos opioides recetados». Relevers by Frequency of Last-Year Nonmedical Use: United States, 2008-2011”, en el Journal of the American Medical Association Internal Medicine (JAMA Internal Medicine).

Este hallazgo subraya la necesidad de esfuerzos de prevención que se centren en los comportamientos de prescripción de los médicos y en los pacientes con mayor riesgo de sobredosis.

“Muchas personas que abusan de los analgésicos opioides acuden directamente a los médicos para obtener sus medicamentos”, dijo el director de los CDC, Tom Frieden, M.D., M.P.H. “Los proveedores de atención médica deben detectar el riesgo de abuso y recetar de manera juiciosa al verificar los registros anteriores en los programas estatales de monitoreo de medicamentos recetados. Es hora de que detengamos la fuente y tratemos a los problemáticos”.

También se consiguen de forma ilegal, como la heroína. Es un mercado bastante grande, y que le ha quitado espacio a la cocaína.

¿Quién distribuye los opioides? Los opioides vienen de la amapola, es decir, en ese caso el mayor proveedor del mundo sería Afganistán (acusan también a México y China), y EE. UU. obviamente está tomando medidas radicales contra esa producción en el país asiático. Sin embargo, lamentablemente, las compañías farmacéuticas han desempeñado un papel importante en la exacerbación de esta crisis.

Por su parte, el gobierno federal, entre otros, ha tomado acciones civiles y penales contra médicos y farmacias para abordar la prescripción y dispensación inapropiadas de opioides. Se han presentado y se siguen presentando una variedad de demandas contra los fabricantes y distribuidores de opioides.

Estas comenzaron a principios de la década de los 2000, pero han aumentado en frecuencia y perfil en los últimos años. Las primeras demandas contra los fabricantes de opioides, generalmente Purdue Pharma, el fabricante de OxyContin (oxicodona), fueron reclamos por lesiones personales presentados en nombre de personas con adicción que sufrieron una sobredosis.

¿Repetirán el mismo error de la fracasada lucha contra las drogas? En lugar de atacar los síntomas de la crisis, deberían trabajar en las causas. Por ejemplo, Estados Unidos es una sociedad absolutamente solitaria, tan es así, que se habla de la epidemia de la soledad.

En un reporte de la Universidad de Harvard, se sugiere que el 36 % de todos los estadounidenses, incluido el 61 % de los adultos jóvenes y el 51 % de las madres con niños pequeños, sienten una “soledad grave”. No es sorprendente que la soledad parezca haber aumentado sustancialmente desde el estallido de la pandemia mundial.

El informe también explora los muchos tipos de soledad, las diversas causas de la soledad y los costos potencialmente elevados de la soledad, incluida la mortalidad temprana y una amplia gama de problemas físicos y emocionales graves, que incluyen depresión, ansiedad, enfermedades cardíacas, abuso de sustancias y problemas domésticos.

Por otro lado, la misma Clínica Mayo, en su estudio afirma que la crisis de los opioides también se puede dar por condiciones objetivas, que todos vivimos. Una serie de factores adicionales (genéticos, psicológicos y ambientales) desempeñan un papel en la adicción, que puede ocurrir rápidamente o después de muchos años de uso.

Los factores de riesgo conocidos del uso indebido y la adicción a los opioides incluyen:

  • Pobreza
  • Desempleo
  • Antecedentes familiares de abuso de sustancias
  • Antecedentes personales de abuso de sustancias
  • Edad temprana
  • Historial de actividad criminal o problemas legales
  • Contacto regular con personas de alto riesgo o entornos de alto riesgo
  • Problemas con empleadores anteriores, familiares y amigos (trastorno mental)
  • Comportamiento arriesgado o de búsqueda de emociones
  • Consumo excesivo de tabaco
  • Antecedentes de depresión severa o ansiedad.
  • Circunstancias estresantes
  • Rehabilitación previa de drogas o alcohol

Todas las condiciones anteriores crecen día a día en el país del Tio Sam.

¿Entonces? Es obvio que, con lo anterior, parece un colapso desde adentro.  El escenario de desamparo, vulnerabilidad, crisis social y económica, soledad, y desempleo es perfecto para que cualquier sustancia que ayude a sacar a las personas de esa realidad sea bienvenida. Es una escapatoria fácil y barata para salir de un entorno absolutamente oscuro para 15 millones de adictos que tiene EE. UU. (según la UNAM).

Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, y el modelo para muchos, sufre una crisis desde adentro. Incluso su propia industria farmacéutica es una de las principales beneficiadas con el abuso de los opioides. Es una tristeza ver como la explotación del hombre sobre el hombre, no aplica solo a lo laboral, sino que llega hasta lo sanitario (como en la esclavitud).

Es con este tipo de fenómenos donde debemos reflexionar sobre si el consumismo y la felicidad inmediata, que son los motores de nuestra sociedad, de la economía, de la política, o la validación que diaria a un sistema que acaba con su sociedad, son realmente aportes a una humanidad mejor. ¿Acaso valen la pena las compras baratas por Amazon, y demás promociones? ¿pelear por X o Y candidato? o ¿defender con rabia lo que presentan los noticieros?

Como siempre, en lugar de atacar las causas, se convive con ellas.

 

 

 

 

 

 

Minjusticia explica los ejes de la política de drogas del Gobierno

El Ministro de Justicia y del Derecho, Néstor Iván Osuna Patiño, aseguró que “la Política de Drogas para una Colombia diferente a la que hemos tenido hasta ahora implica universidades, acueductos, carreteras, proyectos productivos y economías florecientes en otras actividades”, y enfatizó que para su puesta en marcha se necesita de “todo el Estado comprometido con la idea de transformación territorial”.

Osuna Patiño explicó que es la primera vez que se construye esa política de manera deliberada, tanto en mesas institucionales como en los 25 espacios territoriales, con más de 2.700 líderes y lideresas y 274 organizaciones sociales, campesinas, indígenas, afrocolombianas, de mujeres y de jóvenes.

 

El funcionario recordó que a lo largo de 50 años no han disminuido los cultivos de uso ilícito ni la elaboración de estupefacientes y, menos aún, su tráfico y consumo.

El Ministro sostuvo que se ha decidido dar un giro en la Política de Drogas por razones éticas y por un compromiso con la protección de la vida humana y el medio ambiente y que está fundamentada en cuatro ejes principales.

El primer eje tiene que ver con la sustitución de terrenos para que aquellas personas, familias o grupos que prefieran desplazarse a un territorio que esté dentro de la frontera agrícola para desarrollar un proyecto productivo, puedan hacerlo.

El segundo está relacionada con la titulación de nuevas propiedades, en otros territorios, para usos de economía lícita, mucho más productivos y ecológicamente sostenibles.

El  tercera corresponde a los usos lícitos de la hoja de coca o de otras plantas que se estén cultivando.

Y un último que consiste en que las personas reciban un subsidio para permitir que las zonas selváticas en general recuperen su frontera natural.

Asimismo, Osuna Patiño se refirió a otros dos ejes de la política de drogas: la conservación ambiental, que –aseguró- interesa porque el Gobierno del Cambio apuesta por una Colombia potencia mundial de la vida, y el cuidado integral de la salud pública, que incluye disminución de riesgos y vulnerabilidades y se refiere específicamente a las personas que tienen un consumo problemático, al cual se le quiere dar un enfoque de salud pública.

Consumo responsable de alcohol y otras drogas

El prohibicionismo y el control policivo en las calles definitivamente no ha funcionado. Antes bien ha aumentado el consumo y la conflictividad entre los jóvenes y entre estos y las autoridades, como, de alguna manera, se hizo evidente en las protestas desde 2018.

Por: Hugo Acero Velásquez

 

Lo primero que hay que decir, respecto a la orden dada por la Corte Constitucional para que los concejos distritales y municipales regulen las condiciones para restringir el porte y consumo de sustancias psicoactivas en parques y espacios públicos con el objetivo de “proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes” es que esta medida no aplica cuando se trata del porte con fines de consumo propio (dosis personal o dosis medicada).

Segundo, hay que resaltar la intención de la Corte de “proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes” y por extensión la convivencia de los ciudadanos, que en muchos casos ven este consumo como un “problema de inseguridad y de un mal ejemplo para los niños y demás ciudadanos no consumidores”.

Lo tercero, es que hasta ahora frente al consumo de sustancias sicoactivas en el espacio público, ha prevalecido la expedición de normas que prohíben el consumo en determinados territorios, especialmente urbanos, y de control policial, medidas que no han dado los resultados esperados, como se puede evidenciar tras la expedición del Decreto 825 de 2019, que, si se hubiera aplicado como se debía, solo en el 10% del territorios de Bogotá si hubiera podido consumir drogas, de ahí la imposibilidad de aplicarlo por parte de la Policía.

Frente a esta situación, no solo los concejos distritales y municipales tienen un gran reto, también las administraciones locales, para no repetir medidas que en el pasado no han funcionado y que se quedan en el papel.

Debe haber una discusión amplia y especializada sobre este tema, que pasa por los consumos de alcohol y otras drogas. Este no es un problema solo de abogados de los concejos, de las secretarias jurídicas y de la Policía. Es un tema que debe involucrar las secretarías de salud, integración social, educación, cultura, seguridad, convivencia y justicia y otras secretarías que pueden ayudar a definir una política integral sobre consumo responsable de uso de alcohol y otras drogas.

En 1997 ante los problemas de consumo de alcohol, riñas, violencia, lesionados y muertos, tras su ingesta, Antanas Mockus hizo una propuesta que generó mucha polémica entre autoridades y ciudadanos en general, que era “enseñarles a los muchachos de los grados 10 y 11 de los colegios a consumir licor”.

Desde luego el objetivo no fue ni distribuir licor en los colegios, ni crear una cátedra sobre el tema, sino sostener diálogos con los estudiantes sobre el consumo de alcohol, con la participación de especialistas de la Secretaría de Educación y Unidad Coordinadora de Prevención Integral.

Estos conversatorios se aplicaron en sesenta y ocho (68) colegios, durante el segundo semestre de 1997, con el titulo de «Saber antes de beber.  Uso responsable del alcohol» y se fundamentaron en el desarrollo de procesos de socialización secundaria que promuevan la regulación y la autorregulación social con respecto al consumo de alcohol.

Los objetivos de estos conversatorios fueron:

  1. Abrir un espacio al diálogo sobre el uso responsable del alcohol.
  2. Reflexionar sobre la experiencia individual y colectiva del uso del alcohol.
  3. Abordar las implicaciones que genera el uso inadecuado del alcohol.
  4. Hacer respetar la acción de aquellas personas que manifiestan no querer beber y que son consideradas como «zanahorias» y resaltar el valor que tienen los que no beben y pueden divertirse sin consumir alcohol.

La información que se daba en los colegios y que se discutía con los alumnos, era la siguiente:

  1. Cómo es el consumo del alcohol en Bogotá.
  2. Qué efectos produce el alcohol cuando se consume sólo una vez, cuando se hace un uso inadecuado de él, cuando se abusa de su consumo, cuando hay dependencia y sobre los efectos sociales del uso inadecuado del alcohol. Violencia y lesiones en general.

Con esta información, los alumnos, padres de familia, profesores y directivos reflexionaban sobre el consumo del alcohol y, de manera individual, se invitaba a decidir sobre no consumir o hacerlo de manera responsable, contribuyendo así a reducir los efectos del alcohol en la violencia cotidiana.

Esta experiencia hoy puede servir para cumplir las órdenes que impartió la Corte Constitucional “para que los concejos distritales y municipales regulen las condiciones para restringir el porte y consumo de sustancias psicoactivas en parques y espacios públicos con el objetivo de “proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes”. Sirve para trabajar con muchos jóvenes, escolarizados y no escolarizados, sobre el consumo responsable de alcohol y otras drogas en el espacio público y privado.

El prohibicionismo y el control policivo en las calles definitivamente no ha funcionado. Antes bien ha aumentado el consumo y la conflictividad entre los jóvenes y entre estos y las autoridades, como, de alguna manera, se hizo evidente en las protestas desde 2018.

Los concejos distritales y municipales, así como las administraciones locales deben pensar en la posibilidad que las ciudades y municipios cuenten con centros de consumo manejados por especialistas y donde se pueda trabajar con los jóvenes, reducir el daño de las drogas y del alcohol reconociendo los riesgos que existen con estos consumos y se puedan minimizar con actitudes responsables, para que no se atente contra la integridad y vida propia y las de los demás ciudadanos.

Cuanta falta nos hace Antanas Mockus para abordar este y otros tantos problemas por los que esta atravesando el país desde la mirada practica y pedagógica de la cultura ciudadana.

 

 

 

Drogas, la otra gran guerra que desangra a Estados Unidos

Las drogas son la otra gran guerra que libra Estados Unidos después de la de Ucrania y los efectos de la Pandemia. Un mal que va aumentando varias décadas en Estados Unidos. El número de muertes por sobredosis de opiáceos batió un nuevo récord en 2021 hasta las 107.622, un 15% más que en 2020, de acuerdo a datos preliminares publicados por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades Contagiosas (CDC), en una curva ascendente desde la década de los 70 que solo dejó de crecer en 2018.

Buena parte de responsabilidad de esa tragedia la tiene el fentanilo, un nuevo opioide sintético que comenzaron a producir las grandes farmacéuticas a finales de los años 50 como un anestésico intravenoso, pero que hoy emerge en grandes cantidades de laboratorios clandestinos de todo el país y está muy de moda entre los jóvenes y que puede ser hasta 100 veces más potente que la heroína, y es mucho más barata y fácil de conseguir.

 

Una parte significativa de las muertes por sobredosis tuvieron que ver con esa sustancia, en ocasiones mezclada con metanfetaminas o con heroína, en cantidades suficientemente altas como para ser irreversibles y al mismo tiempo indetectables para el consumidor. El hecho de ser un polvo blanco hace que sea fácil camuflarla o mezclarla con otras sustancias como heroína, cocaína o crystal meth, además de distribuirse en pastillas imitación de Xanax y otros fármacos.

Aumento dramáticos de muertes

En total, 71.000 personas perdieron la vida por los efectos de la droga sintética, un incremento del 22% con respecto a las 58.000 muertes de 2020. Las relacionadas con el crystal, de 25.000 a 33.000, un producto cada vez más barato y letal.

El presidente Joe Biden se ha referido en varias ocasiones al número disparado de casos y hace unas semanas presentó el primer plan nacional de control de drogas. La pandemia no ha hecho más que acelerar la urgencia: entre 2019 y 2021 la cantidad de fallecidos ha crecido casi un 50%.

Al menos nueve muertos y 50 hospitalizados tras consumir cocaína adulterada en Argentina

Al menos nueve personas han fallecido y otras 50 se encuentran ingresadas en Argentina tras el consumo de sustancias estupefacientes que habrían sido alteradas.

Así lo ha confirmado el fiscal general de San Martín, Marcelo Lapargo, quien además ha trasladado la posibilidad de que el número de víctimas pueda aumentar y ya incluso ha avanzado que se podría estar hablando de doce fallecidos, si bien no ha confirmado este dato.

 

«Puede que se trate de un ajuste de cuentas entre bandas de traficantes pero es conjetural, no tenemos antecedentes de esto, lo cual lleva a pensar que la sustancia que sea ha sido incluida intencionalmente, no es un error en el procesamiento del material o no parece serlo», ha explicado Lapargo ante los medios de comunicación, recoge la agencia Télam.

Por otro lado, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, ha confirmado la detención de diez personas en un local de venta de cocaína que, de hecho, ya había sido registrado hacía menos de dos meses en el marco de otra investigación.

«Se ha determinado que circula una sustancia comercializada como cocaína de altísima toxicidad (…) Se comunica dicha información a la población en general con el fin de que adopten comportamiento positivo con el fin de protegerse a sí mismos y cuidar de su salud», ha indicado la Fiscalía General de San Martín en un comunicado.