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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Edgar Martínez

Dubái y su industria inmobiliaria llegan a Colombia

A la fecha, dos rondas de negociaciones para la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio y un Memorando de Entendimiento Visión 2030 abrieron las puertas para identificar oportunidades de inversión entre Colombia y Emiratos Árabes Unidos, una iniciativa particular -marcadas diferencias culturales- y única por ser de las primeras en esta línea de trabajo entre un país de la Región del Golfo y uno de Sudamérica.

Aunque las dos naciones han tenido transacciones comerciales, en el caso de las exportaciones criollas basadas en productos no mineros, la intensión es aumentar ventas en productos como café y sus derivados, derivados del cacao, flores, frutas frescas, frutas y hortalizas procesadas, y productos de confitería, entre otros. Esto como una estrategia de impulsar y fortalecer las relaciones bilaterales para convertirse en socios estratégicos regionales.

Una de las estrategias del documento Memorando de Entendimiento Visión 2030, liderado por el ex presidente (@IvanDuque) es impulsar la atracción y operación de empresas, fondos de capital, fondos soberanos, oficinas familiares, entidades bancarias y grupos económicos, así como identificar nuevas oportunidades de inversión entre las dos naciones. Una tarea que comienza a generar sus primeros resultados con la entrada en la región de grupos inmobiliarios de grueso capital, sólida confianza y una marcada experiencia para direccionar las transacciones de este sector.
Dubái, uno de los siete (EAU), por medio del grupo económico inmobiliario, Starling Properties, en cabeza de su Director Ejecutivo, Frank Vito (@realfrankvito), buscará promocionar la lujosa y cotizada industria entre inversionistas de alto perfil y empresarios sólidos financieramente, inicialmente de Bogotá, luego de Colombia para finalmente expandirse en otros países de Latinoamérica generando empresa, inversión y empleo a corto, mediano y largo plazo.

La compra de bienes inmuebles en los emiratos se viene convirtiendo en una de las opciones de los más ricos y poderosos empresarios latinos ante la incertidumbre política, la debilidad de las moneda local, la inestabilidad económica y el miedo de los poderosos a ver desvanecer sus capitales. De ahí que los emiratos se convierten en ese nuevo paraíso seguro, con la garantía de una economía en constante crecimiento y el respaldo gubernamental con una nueva “ley hipotecaria que tiene por objeto fomentar una mayor inversión extranjera, en particular de las pequeñas y medianas empresas”.

“Dubái es uno de los 10 mercados inmobiliarios de lujo de mayor crecimiento en todo el mundo. La celebración de la Exposición Mundial 2020 sigue impulsando la inversión gubernamental, lo que está permitiendo avanzar en la mejora de la infraestructura, la estabilidad y la seguridad de los inversores nacionales e internacionales. Asimismo, los marcos jurídicos del Departamento Inmobiliario de Dubái (DLD) están establecidos para proteger aún más a los inversores y a los consumidores por igual. Los pronósticos predicen que la economía de Dubái crecerá entre el 3,8 y el 4,5 por ciento en los próximos años”, indican varios estudios financieros.

Los probos en los temas de las finanzas, los negocios y las inversiones siempre invitan a realizar transacciones en bienes inmuebles por los positivos y seguros dividendos generados. Dubái, pese a ofrecer proyectos inmobiliarios de alto perfil abre las posibilidades para que muchos arriesguen esos buenos ahorros, vayan a vivir a un hermoso y seguro destino y tengan la posibilidad de abrir nuevos mercados en diferentes sectores de las economías, como rezan los acuerdos binacionales.

Edgar Martínez Méndez

Asesor, Estratega, Periodista, Reportero, Redactor Y Especialista En Diversas Formas De Comunicar.

@EdgarMMDircom

Las Juntas de Acción Comunal en acción

Los partidos, movimientos y candidatos a elección popular de las variadas líneas ideológicas están aceitando sus maquinarias locales y regionales para acaparar las elecciones de octubre en las que se elegirán, ediles, concejales, alcaldes, diputados y gobernadores. Una tarea en la que sin lugar a dudas las Juntas de Acción Comunal (JAC) jugarán un papel trascendental a la hora de orientar entre sus comunidades votos por determinado aspirante y una estrategia para seguir consolidando el proyecto político del Pacto Histórico.

Siendo honestos con los lectores y a juicio personal, el nombre o sigla de las comunales produce recordación o impactos ad portas de elecciones, especialmente locales o regionales, o en su defecto, como se les viene calentando el oído, por parte del Presidente, Gustavo Petro, al ofrecerles en sus discursos el estatus de contratistas con el Estado. “Vamos con toda al contrato público con la misma comunidad. No solo ollas comunitarias o vías terciarias, también comunidades energéticas y comunidades de conectividad”.

El primer mandatario criollo, como buen político profesional sabe la poderosa influencia de los líderes en sus comunidades barriales, locales y regionales, por lo que su apuesta de respaldar sin miedo a estos influyentes micro-poderes es un papel trascendental captando miles de votos en las elecciones de octubre, para seguir consolidando su proyecto evidenciado en cámaras altas y bajas del Congreso. Una jugada estratégica, que de ser consolidada, le puede generar grandes réditos de posicionamiento al Presidente y una fuerte reputación como Partido a su Pacto Histórico.

No obstante, la literal tarea ‘sucia’ de organizar, convocar y reunir a cientos de vecinos políticos o apolíticos en salones comunales, que en su gran mayoría se encuentran en condiciones bastante precarias y sin un mantenimiento acorde a los servicios que presta para recibir o agasajar a un candidato, se convierte en una acción electoral clientelista (…instrumento de dominio de clase. Al repartir bienes escasos de un Estado pobre, se convierte en fuente de poder para los partidos que obran como intermediarios entre el Estado y la población a cambio de apoyo electoral…) con precedentes históricos en el sistema electoral porque el organizador limosnea desde los refrigerios hasta una mejora de infraestructura en su cuadra, barrio o localidad, que es efectiva a largo plazo, si gana el aspirante, con plata del propio colombiano que paga impuestos.

Decía @DianaSaray, periodista de @CaracolRadio en una de las emisiones matutinas, palabras más, palabras menos que: ´a duras penas las salones comunales logran recursos para merecer una pintada´, referencia nada desproporcionada a la realidad de la gran mayoría de estas locaciones en el territorio nacional, pero teniendo en cuenta que existen, contado con los dedos de la mano, algunas con grandes éxitos en todos los frentes. Con este agite y desproporcionado calendario electoral es necesario, a la hora de hacer cuentas, la calidad y no la cantidad de JAC y sus verdaderos éxitos comunales alejados de las artimañas politiqueras, que a decir verdad, aumentan ese descontento por la generación de una verdadera cultura política de base.

Es legal que los líderes comunales reciban y expongan ante sus gentes a esos figurines de todas las ideas políticas en aras de un ejercicio democrático. Es decir, se hace necesario porque la gente debe mirar, oír y palpar a los que tienen buenas y negras intensiones. Las Juntas de Acción Comunal debe ser un trampolín diáfano para crear verdaderos seres comunitarios entregados por las urgentes necesidades de miles de comunidades, que en esencia, necesitan una mejor calidad de vida en los más mínimos hábitos de vida.

Seamos sinceros, las JAC se convirtieron en un fortín electoral aprovechado por los ediles, los concejales, los alcaldes, los diputados, los gobernadores y hasta los propios presidentes. Es una cadena clientelista que puede ser frenada en primera cuando el propio líder comunal le dé un freno en seco a la clase politiquera tradicional y a la que se huele dónde puede encontrar unos ‘voiticos’ a cambio de refrigerio barato.

Edgar Martínez Méndez Es Asesor, Estratega, Periodista, Reportero, Redactor Y Especialista En Diversas Formas De Comunicar. @EdgarMMDircom

Mujeres, el mejor golazo de la vida

Sería un agravio dejar pasar por alto en estas redacciones la conmemoración de los históricos días, semanas y años de las mujeres -fui parido por una de ellas- sin escribir una reseña sobre cualquiera de los tantos temas positivos o negativos, sensibles o emocionales, que afortunadamente promueven o resaltan el estado de arte del ‘sexo fuerte’ en la sociedad criolla, regional y mundial.

Debo precisar, sin temor a ser criticado por parte de mis pares, el calificativo de ‘sexo fuerte’, que es producto de las batallas ganadas dentro y fuera de sus núcleos personales, familiares, sociales, profesionales y judiciales. La verdad, por ahí no quiero extender este homenaje porque los resultados, gracias a diferentes sectores de las variadas sociedades saltan a la vista. Ellas, con toda razón exigen y exigirán aún más.

Reconozco la sorpresa tratando de argumentar este escrito cuando encontré que ‘56 días o semanas del calendario feminista son dedicados puntualmente a concientizar sobre temas sensibles o curiosos como: Día Internacional de las Viudas, Día Internacional del Orgasmo Femenino, Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica, Día Mundial de la Costurera, Semana Mundial de la Lactancia Materna, Día Internacional del Fútbol Femenino’, entre otros de temáticas superlativas que pueden ser consultados en: www.diainternacionalde.com
Lo anterior es positivo porque como dijo este preciso 8 de marzo, en el Programa Hoy por hoy de Caracol Radio, la periodista, Vanessa de la Torre (@vanedelatorre), palabras más, palabras menos, ‘las mujeres hemos avanzado en muchos escenarios de la vida pese a las dificultades propias de unas sociedades machistas’. De hecho, la comunicadora matizó su comentario diciendo que sus colegas, editores y directores, le han aportado mucho en su fructuosa y reconocida profesión.

No obstante, el lado negativo se produce a diario en los medios de comunicación informando sobre horrendos casos de mujeres desaparecidas, asesinadas, maltratadas, golpeadas, insultadas, estigmatizadas y, en los dictámenes de las autoridades, las aberraciones contra ‘niñitas’ sometidas al abuso sexual por parte de sus más cercanos o usadas como transacciones en el Internet para el deleite de los amantes a la pedofilia. La verdad, las cifras y auscultar sobre esto me causa asco e indignación como hombre.

Frente a estos asquerosos hallazgos, la sociedad femenina, en cabeza de mujeres líderes en el ámbito político (@PizarroMariaJo) y comunicacional (@Anitavelez9) no se quedaron quietas y vienen sensibilizando la situación con la promoción de la iniciativa: ‘Declaren emergencia nacional por aumento de violencia de género y feminicidios en Colombia’, labor consolidada con más de 15 mil firmas, una fuerte y efectiva promoción en medios tradicionales y digitales, y la idea de despertar en el gobierno de turno una eficaz política pública para aliviar los flagelos contra las niñas y las mujeres.

Pero, las damas también nos causan emociones, en el buen sentido de la palabra, en el buen sentido de la imagen y en el buen sentido de su qué hacer profesional. Por ejemplo, su constante incursión en el campo del periodismo deportivo, actividad hasta hace más o menos una década propia de los ‘egocéntricos y machistas’ hombres de los medios. La verdad, es que sin lugar a dudas, ellas vienen siendo un verdadero golazo para enriquecer, animar y dignificar las aburridas parrillas deportivas.

Las comunicadoras colombianas, jóvenes en algunos casos, aportan con sólidos conocimientos en esas discusiones del juego, la táctica y la estrategia en los globales partidos de fútbol, una tarea que merece una fuerte dosis de academia, conocimiento y experiencia. En ese sentido, viene a mi mente, Claudia Helena Hernández (@ClaudiaHelenaH4), a mi juicio pionera en las transmisiones radiales cubriendo camerinos, labor asignada en los años 80 a los ‘meros machos’. Espero ser certero en esta última anotación.

En esa línea, pero más próxima en mediatización y cronología vemos en Espn, Canal especializado en deportes, a Diana Rincón (@Dianirin), una profesional con mucha propiedad por su seguridad, certeza, ilustraciones, lenguaje verbal y no verbal. ‘Además de las emociones de la final de la Europa League, también transmitió la Bundesliga, La Liga de España y Premier League, las ligas más importantes de Europa’, destaca BolaVip.com. Con este palmares debe seguir en la titular de cualquier nómina.

Ellas producen a diario contenidos positivos o negativos, sensibles o emocionales como traté de describirlo a manera de una sencilla dedicación a todas las mujeres, que en honor a la verdad, hacen historia todos los días, todas las semanas, todos los meses y todos los años. Por eso, a toda hora debemos bridarles un merecido reconocimiento social y humano.

Edgar Martínez Méndez,

Comunicador Social-Periodista, Asesor, estratega, periodista, reportero, redactor y especialista en diversas formas de comunicar.

Bolívar, el re conquistador

No estoy matriculado con ninguna figura, partido, movimiento o ideología política. Esto porque criticar u opinar sobre un gobernante o político ante su qué hacer rutinario como funcionario público implica señalamientos de pretrista o uribista, siendo estos en los últimos años, los más tendenciosos en estas crueles ‘guerras’ de la opinión pública criolla. La verdad, no es fácil enjuiciar en Colombia.

Afortunadamente para los vientos democráticos un ciudadano, sin calcular su raza, color, religión, estrato, género o cualquier clasificación social, se puede expresar, eso sí, bajo las normas del respeto en una nación en la que por esas calenturas emocionales pulula una división extrema por tener afinidad derecha o zurda, partidista, central o neutral.

Precisamente, ese valor democrático bogotano me invita a observar cómo se está moviendo la partida por la Alcaldía de Bogotá, teniendo presente las grandes problemáticas coyunturales que van desde la cotidiana y rampante inseguridad, pasa por el caos en la movilidad durante todo el día y se estanca con la falta de experiencia de la Alcaldesa, Claudia López, para administrar y gerenciar una ciudad con más de 10 millones de habitantes. En otros frentes proliferan las debilidades.

Veo emerger posibles aspirantes para administrar la golpeada capital. Uno por un Movimiento Independiente, Juan Daniel Oviedo, ex director del Dane (Departamento Nacional de Estadística) recolectando firmas por todas las localidades (20 para ser más precisos) para alcanzar su candidatura oficial, que debe ser avalada por la Registraduría Nacional tras la autenticación de más de 50 mil rubricas. Su particular estilo y seriedad con cifras, datos y hechos, vienen generando una positiva respuesta.Otro, Diego Molano, ex Ministro de Defensa, con más tintes de derecha por ser del gobierno pasado y pertenecer al Centro Democrático, realiza su tarea también con el proceso de recaudo de firmas. Su bagaje como concejal y un carácter serio para la toma de decisiones desde un ministerio tan sensible, le perfilan una campaña con una agenda tradicional rígida para buscar estrategias que le entreguen una mediana tranquilidad a los capitalinos en medio de este desorden público.

El alfil del Presidente

Por Otro lado, Gustavo Bolívar ex senador de la República por el Pacto Histórico (Partido del Presidente) rompió su silencio en Caracol Radio, el pasado 10 de febrero afirmando su posible candidatura, según él, ‘si las cuentas le cuadran’ para meterse en ese ‘chicharrón’, como lo calificó en otra entrevista sobre el mismo menester a Revista Semana.

Bolívar tras un periplo por tierras europeas y estadounidenses donde, de acuerdo con sus palabras, tuvo experiencias con especialistas del urbanismo aterrizó en Bogotá, que vale la pena recordar está atrasada en varios frentes por los casos de corrupción, entre ellos, el ‘carrusel de la contratación’ (Incumplimiento de unos 50 contratos de obras públicas por todos los rincones de Colombia, incluido el de la calle 26 de Bogotá, y 400 millones de dólares desaparecidos), entramado por Samuel Moreno, ex alcalde, condenado por corrupto y eslabón del Polo Democrático Alternativo, línea ideológica izquierdista, que en esencia le ha dejado muchos tragos amargos a la capital y los bogotanos en tres periodos (12 años).

El fututo candidato (si no se arrepiente) de la izquierda petrista llega con ínfulas de re conquistador afirmando que: ‘conozco más de 25 líneas de metro en todo el mundo’, por lo que, según su propuesta, ‘es necesario construir líneas de metro del siglo XXI, no del XIX’. Es decir, los avances en un 18 por ciento de las obras de la primera línea deben ser echados al traste, lo mismo que estudios y miles de millones invertidos.

Su argumentación continua con: “atravesé el Canal de La Mancha en un tren que se sumerge hasta 115 metros, 39 kilómetros de recorrido y se hizo en seis años (…)”. Siendo realistas, una cosa es vivir en Dinamarca y otra es en Cundinamarca. Proyectar una imagen de urbanista, arquitecto y experto en temas de movilidad de la noche a la mañana es ‘la propagación de propuestas populistas (…)’, dice Diego Santos en su última columna de El Tiempo. Y una estrategia programática de un tema coyuntural, sensible y necesario para los usuarios del sistema y los futuros electores. Esta cantado que el ‘caballo de batalla’ propositivo para atraer a los votantes serán las líneas del metro como si la gente comiera cemento, rieles y vagones.

Señores candidatos, una de cada tres personas está en situación de pobreza en la capital (Dane), la tasa de desempleo bordea dos dígitos 9,8%, (CCB), la informalidad es del 36% (Dane), ‘hay siete millones de personas que viven con 145.000 pesos mensuales’ (Infobae), mientras un funcionario público se aplica desde 30 millones para arriba, entre otras problemáticas más tendenciosas en las redes y la prensa. Es en los verdaderos problemas que atacan al ciudadano de a pie, al futuro elector, a donde deben apuntar las agendas programáticas. Si no hay trabajo; no hay plata; si no hay plata, no hay para comer y si no para comer, no hay calidad de vida…

Cada candidato debe ponerse las dos manos en su cabeza para madurar a conciencia un plan programático enfocado en las urgentes necesidades sociales, económicas, urbanísticas, culturales y coyunturales. Es hora de abandonar las pasiones partidistas, las retoricas revanchistas, los egos personales y pasar a las acciones para emocionar al elector. Mientras Bogotá esté en problemas, la idea es opinar, opinar y opinar…

¿Latinoamérica es faro del progresismo?

La retórica verbal y digital del Presidente, Gustavo Petro, sea en Colombia o en el exterior más que deleitar o conmover genera fuertes impactos de persuasión entre sus seguidores, los antipetristas, los analistas de opinión y los medios, acaparando casi todos los días titulares en esencia dudosos, pero que le sirven para justificar y proyectar su egocéntrica idea de ser un líder de talla latinoamericana.

El primer mandatario criollo tiene una destreza indiscutible en comunicación verbal seguramente por haber dedicado la mayor parte de su vida a debatir sobre los graves problemas de Colombia como un rebelde, según él, con causa, y posteriormente, como líder político desde varios escenarios de la vida pública en donde pulió sus argumentos para posicionarse y llegar a la máxima posición política.

Describo la experiencia oratoria porque hace dos semanas (más o menos), el jefe de estado en el Palacio de la Moneda, en Santiago de Chile declaró: “(…) Que nosotros somos hoy a los que nos miran como pueblos, como experiencia. Que somos faro del progresismo y posiblemente del futuro. Y que por eso no podemos dejar perder la oportunidad democrática y pacífica de América Latina (…)”. El discurso completo reposa en la web de Presidencia de la República. Pero más allá de la intensidad de las palabras, que pueden ser con buenas intenciones, incluso románticas y flechadoras al corazón, la realidad social, económica y política de la región deja en vilo esas dulces palabras.

¿Cómo nos miran? Informes, estudios, cifras y datos de organizaciones estatales y privadas del orden internacional coinciden en que la región sigue azotada por altos índices pobreza extrema en varios países. Eso se evidencia principalmente en una educación de baja calidad, analfabetismo, brechas digitales, reducida inversión en ciencia, tecnología e innovación, déficit en cobertura y calidad en servicios de salud, fuertes cifras de empleo informal y escases de vivienda propia y digna. Esos son los vientos de progresismo estimados en las laureadas palabras de Petro. En este sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ratifica: «la región más desigual del planeta».

Siendo realistas, los estadounidenses y europeos, especialmente, nos ven a los latinos como hijos sin patria deambulando en busca de visas para un sueño por todo el mundo. Se adhieren a eso para abusar de la mano de obra, manipulan la belleza latina con fines sexuales de la más baja calaña, se apropian de nuestros cerebros fugados, nos tratan sin pudor todavía de indios (me siento orgulloso de mis ancestros), su rencor contra nuestro origen se calma con epítetos xenófobos y golpizas, y en el caso de los colombianos, nos restriegan en nuestras caras ese mal endémico de narcotraficantes. Estoy seguro que así nos ven, señor Presidente Petro.

¿Qué somos el faro? Lo fuimos en la época de la conquista cuando los españoles vinieron y atracaron la mente e inocencia de nuestros aborígenes y luego les obligaron a entregar sus riquezas estimadas en oro, esmeraldas y otras bondades de la madre tierra, incluidas las mujeres que fueron sometidas a un sin número vejámenes propios de los europeos, relatan crónicas de aquellos tiempos. Latinoamérica es el faro global para la explotación de sus riquezas naturales porque la verdad ni una economía emergente producimos para los intereses de los países capitalistas.
Siguiendo con el romántico discurso del mandatario colombiano en Chile resalto las progresistas palabras: “(…) Derechas o izquierdas tienen que saber que, gane quien gane, por decisión de sus pueblos, no habrá exilio, ni persecución, ni cárceles por sus ideas. Que nadie debe morir por lo que piensa (…)”. Del dicho al hecho hay mucho trecho, dice el adagio popular porque solamente entre las tres dictaduras revolucionarias (Nicaragua, Cuba, Venezuela) hay 1566 presos políticos, dice Salud Hernández Mora, columnista de Revista Semana. En esa línea, Daniel Ortega, presidente nicaragüense bajo su gobierno tiene encarcelados 34 religiosos y siete candidatos presidenciales, que según la prensa, piensan diferente y le compiten para sacarlo del poder.

En Perú, en Ecuador, en Chile, en México, en Colombia, las protestas y criticar a su gobierno deja heridos, muertos, encarcelados y desaparecidos. Es decir, ese relato pacificador de Gustavo Petro se derrumba frente a las realidades vividas prácticamente a diario en Latinoamérica. Unas realidades tomentosas por la incertidumbre del presente y la certeza de un futuro próspero.
La realidad es que el primer mandatario de los colombianos debería tomarse en serio la posición que le otorgaron generando acciones puntuales para remediar la crisis económica, las tasas de desempleo, la informalidad, el alto costo de la canasta familiar, los constantes bloqueos en más de 20 departamentos, las exigencias de todos los sectores de la sociedad y un sin número de problemas acumulados en menos de seis meses de su mandato. Antes que ser líder latino debe ser un líder de quiénes, como el mismo dijo, le dieron la “papayita” de ser Presidente de los colombianos.

El quinto intento con los elenos

Un rápido estado de arte en artículos de prensa sobre los acercamientos entre varios gobiernos, especialmente de partidos tradicionales y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), para realizar diálogos dispuestos a llegar a unos acuerdos que permitan concertar la paz con este grupo guerrillero concluyen serias dificultades para lograr una luz de esperanza que permita acabar la guerra con los “elenos” ante su radical y particular posición ideológica, geográfica y política.

La revisión documental resume que entre 1975 hasta 2022 los intentos para lograr levantar una bandera blanca como símbolo de paz con el grupo guerrillero resume cinco ensayos en 48 años, con gobiernos que fueron desde Alfonso López Michelsen, pasaron por el liderazgo de Cesar Gaviria y el más reciente experimento con el actual mandatario, Gustavo Petro, líder cercano teóricamente a las causas sociales de los elenos.

Según el rastreo editorial, el Estado representado en los gobiernos de turno ha hecho su tarea. Invitan, convocan y divulgan en medios de comunicación la urgente necesidad de realizar reuniones y mesas de diálogo para empezar a llegar a puntos de equilibrio que permitan parar una guerra con otra de las tantas guerrillas históricas de esta devastada Colombia. Esa conflagración sigue dejando a un país cada día más pobre, más sub desarrollado y más cercano a seguir acabando con los sueños de la población civil, especialmente de las nuevas generaciones que ven en la delincuencia urbana y rural una salida a sus problemas.

Entre tanto, los Eln; terroristas, narcotraficantes, secuestradores, violadores, reclutadores de menores de edad, entre otros calificativos propios de grupos delincuenciales, como les señalan en varios artículos de prensa, se burlan literalmente de Colombia y los colombianos, pero además de una agenda propositiva amalgamada en países garantes, representantes de organizaciones reputadas del orden nacional e internacional, ideólogos políticos de todos los bandos inmiscuidos en este callejón sin salida y una serie de garantías sin precedentes.
Los guerrilleros sustentan su aislamiento de los acercamientos de amistad con el país porque cada gobierno les deja dudas o las garantías son banales para sus exigencias doctrinales, sociales y limitadamente políticas porque pareciera a ellos poco les interesa ser padres de la patria o llegar al Palacio de Nariño, como reseña un artículo en el portal digital de El Espectador. Es decir, los atentados terroristas, los secuestros, el negocio de las drogas y su doble nacionalidad con Venezuela para delinquir, entre otras “pilatunas” deben ser aceptados y pasados por la faja para seguir adelante con un dilatado diálogo de paz.

O tal vez, la Arquidiócesis de Bogotá tiene la razón al reseñar en El Espectador: “Es absolutamente ingenuo pensar que unos grupos que llevan décadas en la guerra, en el narcotráfico, en la trata de personas, en la explotación minera ilegal, es decir, ejerciendo el poder de hecho en amplios territorios y enriqueciéndose a manos llenas, van a renunciar a todo eso porque el Presidente de la República habla de paz total. ¿A cambio de qué?, dirán los violentos. ¿De un salario mínimo? ¿De una parcela en una lejana montaña inhóspita? ¿De someterse a la Ley, aun sin pagar penas?(…).
Las respuestas a estos interrogantes las debe tener el propio Presidente que en su pasado perteneció a un icónico grupo revolucionario, por ende debe conocer a diestra y siniestra las exigencias, o mejor, el camino estratégico para llegar a las mentes de estas máquinas manipuladoras del orden público, la estabilidad estatal y los contantes llamados para conseguir esa tan anhelada tranquilidad, que en esencia es para los millones de colombianos por los que según ellos, ideológicamente luchan.

El Gobierno debe dejar a un lado su afán de ganar titulares en la prensa tradicional, posicionarse en redes sociales, promover su proyecto político dictatorial, empezar a respaldar candidatos para las elecciones regionales y emitir mensajes ambiguos porque está claro que los elenos les van a seguir haciendo el quite. Estos desaciertos trabarán aún más los nacientes intentos de dialogar frente a frente. Del Afán por ganar opinión pública solo queda el cansancio y se deja otra gran oportunidad de acercarse a terminar de tajo con ese gran enemigo tradicional en Colombia, la guerra, la violencia…

No obstante, se hace necesario exigir de entrada a los guerrilleros su verdadero compromiso e interés con los vientos de paz. “(…) incluir el narcotráfico como un tema de agenda, dejar de reclutar menores de edad y que estos sean liberados antes de iniciar cualquier negociación y finalmente, que no sigan extorsionando en las regiones «como lo vienen haciendo», dijo exministro de Defensa, Diego Molano, a El Tiempo, tras evaluar los recientes acercamientos entre gobierno y los insurgentes.

Analistas coinciden en que los elenos son una presa difícil de roer por sus variados matices para funcionar como grupo revolucionario en alrededor de 22 departamentos de los 32 en el país, lo que significa una agenda rígida pero nada imposible para un gobierno acostumbrado a negociar en medio de los más hostiles momentos en el ámbito político, social y económico. Gustavo Petro y el Eln tienen las cartas sobre la mesa. Que comience el verdadero juego.

Edgar Martínez

La guerra sin fin del sur occidente colombiano

Como bogotano y recién graduado de la universidad tuve la valiosa oportunidad de ir a trabajar en los periódicos regionales El Liberal del Cauca, El Diario del Sur, Nariño Siete Días, corresponsalías a medios impresos internacionales, noticieros televisivos nacionales y otras actividades periodísticas en el sur occidente colombiano que me permitieron observar de primera mano un conflicto con diferentes y crueles matices, que a decir verdad, desde la comodidad capitalina, me eran desconocidos.

El enriquecedor ejercicio periodístico en esa amplia región, denominada en su momento por el fuete conflicto armado “zona roja”, me admitió cubrir tomas guerrilleras a pueblos desamparados por los gobiernos de turno, enfrentamientos constantes entre grupos armados al margen de la ley y el ejército, las denominadas “pescas milagrosas”, secuestros de militares y policías, pugnas a fuego y muerte entre autodefensas y guerrillas, y por supuesto, la pelea por la producción y el negocio de la coca, la amapola y la marihuana.

Agregado a ese fuego, sangre y muerte, se añadían las faenas de la delincuencia común, el comercio de armamento para nutrir a los grupos ilegales, la disputa por los corredores claves para movilizar los negocios ilícitos, la extorsión y el secuestro, el transporte por medios convencionales de cultivos ilegítimos y la dinámica de una guerra que parece una historia sin fin. El resultado doloroso de todo esto: masacres de cientos de personas de los bandos inmersos y la población civil soportando años de pobreza y abandono total.

Estoy relatando sobre hace más o menos 25 años atrás. El escenario es que, al parecer, poco o casi nada ha cambiado, teniendo presente las recientes noticias relacionadas con el desorden público en los departamentos de Cauca, Nariño y Putumayo, en donde las masacres aun destacan los titulares de medios regionales y nacionales, con el consecuente agravante de la “incapacidad de los gobiernos de turno durante décadas para apropiarse en primera instancia de los profundos problemas de extrema pobreza y oportunidades, y segundo de poner mano dura a los grupos criminales”, dice Camilo Echandía Castilla en su artículo, La Guerra por el Control Estratégico en el Suroccidente Colombiano.

Para fortalecer esta crisis histórica, dice InSight Crime, Centro de Pensamiento y medio de comunicación que profundiza sobre el crimen organizado y la seguridad ciudadana en las Américas “(…) los incentivos criminales para seguir luchando en Putumayo son fuertes. El departamento es uno de los principales enclaves del narcotráfico, ya que el río Putumayo da acceso a los puertos de Tumaco y Buenaventura, ubicados en el Pacífico colombiano. Asimismo, el río Putumayo, ofrece acceso directo para que los cargamentos de droga lleguen a Perú y Brasil, además de Ecuador”.
El control de todos los negocios detallados por parte de los grupos ilegítimos viene provocando ataques contra la población civil por medio de asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, masacres y en algunos casos la utilización de la sevicia como método de terror e intimidación contra comunidades acusadas de apoyar a la contraparte. En este sentido, el gobierno de Gustavo Petro debe tomar verdaderas y serias políticas públicas para enfrentar seria y contundentemente la ilegalidad y las necesidades básicas de millones de comunidades. Debe pasar del discurso a las acciones puntuales.

Los esfuerzos que se han adelantado para el restablecimiento del orden, como la modificación a la Ley 418 de 1997 —conocida como Ley de Paz Total—, la implementación de los acuerdos con la extinta guerrilla de las FARC, los recientes acercamientos con grupos armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los demás actores ilegales en el sur occidente deben ser un punto de partida para negociar una real y sólida salida a la histórica guerra en esa urgida región.

No importa si el candidato es blanco o negro

Tratando de parafrasear el título de la columna con la histórica y respetable frase del dirigente político chino, Deng Xiaoping: “no importa que el gato sea blanco o negro, siempre y cuando cace ratones”, que viene como anillo al dedo a un año de elegir una nueva o nuevo alcalde para Bogotá y teniendo presente, como suele suceder en un país electoral como Colombia, la diversa baraja de candidatos provenientes de todos los colores y líneas ideológicas.

El proverbio popular de Sichuan, la provincia donde nació, Xiaoping, lo podemos matizar y actualizar con el potencial electoral capitalino de 5.935.722 (3.150.219 mujeres y 2.785.503 hombres), según la Registraduría Nacional, una cifra nada despreciable para los aspirantes, que estratégicamente estarán planificando sus agendas programáticas en aras de obtener el segundo cargo político más importante de Colombia y un trampolín seguro para pelear una presidencia.

Electores y Alcaldía se convierten en una tajada apetecida por candidatos de izquierda, derecha, centro, independientes y demás figuras constitucionales para ser elegidos en la tambaleante democracia criolla. Esa tambaleante democracia, le permitió a la izquierda estar durante tres periodos consecutivos (Luis Eduardo Garzón, Samuel Moreno, Gustavo Petro) administrando los destinos de Bogotá y los bogotanos. Siendo realistas y apoyándome en generadores de opinión, analistas y periodistas esos liderazgos aún son criticados por “divisiones, mezquindades, caudillismo y corrupción”.

En esa misma línea, Claudia López reprochada por su falta de intuición administrativa, liderazgo en determinados frentes, escases de gobernabilidad, usar el cargo como “plataforma” política para sus más cercanos, y a futuro, para llegar pelear la presidencia. “(…) Tampoco se trata de tener maestrías y doctorados. Para la muestra está Claudia López, con varios diplomas y una nefasta alcaldía, a la que llegó sin tener idea de administrar y que como resultado tiene a la capital del país vuelta un muladar”, dice Andrea Nieto, periodista de Revista Semana.

Una mirada global al ciclo de las últimas seis alcaldías (periodos de cuatro años), le permite a un ciudadano coherente con la realidad admitir como Enrique Peñalosa (cubierto en varios partidos y movimientos políticos) durante sus dos alcaldías logró obras urbanas alentadoras para la ciudad y los ciudadanos, eso sí, teniendo presente las duras críticas de sus detractores de toda su vida en la complicada arena política, la izquierda local radical, que siempre le tilda de oligarca y burgués.

No importa el color, ni la tendencia política a la hora de asumir con seriedad, responsabilidad y una verdadera gobernabilidad, las riendas de la ciudad que urge de una estrategia interinstitucional, liderada por su primer mandatario, en la que prime el interés de más de 8 millones de habitantes, que no solamente sirven como maquinas generadoras de votos en el calendario electoral, sino como ciudadanos, en este momento, habidos de necesidades básicas en su contexto personal, familiar, económico y social.

Dice el libro Política y Oratoria: (…) el poder de la palabra es inmenso. La palabra es esencial en el arte de la seducción y, a veces, también en el arte del engaño”. Necesaria referencia y reflexión en precisos momentos en los que candidatos a la Alcaldía sacarán a relucir toda su artillería discursiva prometiendo a diestra y siniestra empleo, educación, seguridad, subsidios, salud, acabar con la corrupción, mejorar la movilidad, entre otras proyecciones, que en honor a la verdad, se quedan en seducción electoral y terminan en el engaño tradicional.

Solamente queda esperar que los candidatos blancos o negros seduzcan a los ciudadanos en campaña con propuestas viables y en el ejercicio de su mandato cazando los gruesos problemas para solucionarlos con estrategias públicas de gobernabilidad visibilizadas en mejorar la calidad de vida de millones de familias capitalinas.

¿Cómo se debe humanizar la política?

Una enfermedad que tiene de rodillas a todo el mundo con una crisis sanitaria sin cercanos precedentes para la humanidad y el caos que está generando en la vida diaria de los más pobres o débiles, debe ser el punto de partida para que la clase política humanice las decisiones de sus liderazgos.

Cuando se habla de humanizar referenciamos conceptos básicos para entender que está en juego la vida de millones de personas de carne y hueso. Esas mismas personas, que, en varias elecciones, con sus votos, les dieron la oportunidad a los políticos de ser favorecidos en altos cargos públicos para que hagan el máximo esfuerzo de trabajar por sus necesidades básicas.

Desde esos importantes escenarios, los gobernantes deben rescatar, socializar y sintonizar en su qué hacer cotidiano palabras de “moda” como solidaridad – apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles-, pero no solamente en calendario electoral, ni en un momento de calamidad, el líder político debe estar en las buenas y en las malas con su gente, con sus ciudadanos.

Otro término que merece atención en las nuevas agendas gubernamentales es la empatía –qué siente o piensa otra persona, e incluso ponerse en su lugar-. Es decir, la urgencia de apropiarse y solucionar a corto plazo problemas sociales y económicos de “vieja data”, que siguen enquistados entre los más pobres y sin dolientes por parte de los gobiernos de turno, partidos o líderes políticos.

Los políticos deben entender que millones de colombianos andan inmersos en la pobreza, el hambre, el desempleo, la inequidad y un sin número de problemas identificados incluso por estudios de entidades gubernamentales. La racionalidad, en este sentido, entra a jugar un papel importante, entendiendo que se deben propiciar soluciones con objetivos puntuales y dirigidos a los ciudadanos más indicados.

Es por esto que humanizar con palabras y significados a la clase política es una tarea de sensibilización con énfasis en las grandes brechas entre ricos y pobres, evidenciadas últimamente en todo el país con protestas, cacerolazos, marchas, paros y un sin número de activismos sociales que claman con mensajes de compasión para que las necesidades sean observadas por los gobernantes.

El clamor humano es que toda la clase política por una vez en toda su existencia deje a un lado el afán de seguir “enquistada” en los altos cargos públicos para beneficiarse y beneficiar a los mismos de siempre. A los políticos en ejercicio, que, a cambio de hacer campaña electoral durante su gobierno, se dediquen de todo corazón a generar propuestas serias para sacar adelante a sus ciudadanos.

Resumiendo, la solidaridad, la empatía y la racionalidad son algunas de las cualidades humanas que sirven para revitalizar, revivir y reinventar la actividad política en todas sus manifestaciones, en un momento crucial para los miles de personas que viven en carne propia la arremetida de una pandemia que es ajena a la pobreza o al más débil.

Todos piensan que esta crisis va a generar un gran cambio en las personas porque se están evidenciando las más crueles necesidades de las clases menos favorecidas. Si el dolor de los ciudadanos es ajeno a los grandes líderes políticos es claro que la humanidad va a seguir en grandes momentos de incertidumbre. Los partidos, los movimientos y las figuras políticas tienen la palabra. El tiempo es el juez…

 

La capital urge de un líder o un alcalde de marca Bogotá

La ciudad más importante de Colombia mírese por donde quiera, poco o casi nada requiere de una estrategia de recordación, reconocimiento, posicionamiento o reputación. Eso lo tiene ganado desde el momento histórico (1538) en que fue elevada como la capital de propios y extraños que aun vienen de paso, visitan o se quedan para realizar sus sueños familiares, proponen sus ideas de negocios, diversifican sus pasatiempos, avanzan en sus estudios e incluso llegan a los cargos más poderosos de la vida pública.

De ese estatus debemos sentirnos más que vanidosos los puros “rolos” (producto de padres de otras regiones, pero paridos a más de 2600 metros de altura), en el sentido de valorar los avances, en materia económica, social, cultural, tecnológica, diversa, incluyente, eso sí, sin dejar a un lado las constantes “metidas de patas” de la clase política, que siendo honestos, debieron acelerar sendos proyectos para evitar los atrasos en diferentes frentes evidenciados y vividos a diario por parte del ciudadano de a pie.

Por esto último, sería absurdo redactar estas letras sin tener presente la mala situación por la que atraviesa la ciudad, especialmente en temas de inseguridad, movilidad, infraestructura y empleo formal, lo que nos invita a generar un fuerte llamado de atención a los futuros candidatos a la Alcaldía para que en sus ejes programáticos incluyan acciones estratégicas fuertes en aras de recuperar y fortalecer la reputación de la marca Bogotá.

“La reputación que se ha ganado Bogotá no es casualidad y está soportada por años de trabajo en los que la ciudad ha identificado cuáles son sus principales atributos y a partir de ellos ha construido una propuesta de valor sólida que pone a la ciudad por encima de muchos de sus competidores en la región”, destaca Forbes Colombia en una de sus ediciones digitales.

Para seguir en esa línea, sería pertinente, la última encuesta virtual #miVozmiCiudad de Bogotá Cómo Vamos, en la que 41% de los encuestados dijo sentirse orgulloso de la capital. Detrás de ese porcentaje podemos inferir que pese a los problemas de los huecos en la malla vial, las obras en las principales avenidas, el colapso del sistema de transporte, los interminables trancones, el hurto, los homicidios, las riñas callejeras y un marcado desarraigo de la alcaldesa con los cotidianos problemas, la gente quiere de una u otra forma a su ciudad, a su capital.

Quererla va más allá de estigmatizarla como herramienta sistemática para un progreso económico, académico o político. Quererla significa darle el valor histórico, cultural, humano y social. Quererla es respetarla por el hecho de brindarnos una suma de productos y servicios alentadores para seguir progresando, muchas veces, en medio de las dificultades propias de una metrópoli cercana a los 10 millones de habitantes y los desaciertos históricos de la clase política y sus intereses particulares.

Esa idea de “coger” la Alcaldía Mayor, el segundo cargo político más importante de Colombia, como trampolín electoral para llegar a la presidencia debe ser congelado de tajo por los aspirantes en las elecciones del 2023 porque es el oportuno momento de revitalizar a una ciudad que merece los mejores honores por parte de sus administradores y habitantes de las 20 localidades. Esa es una tarea en equipo ciudadano para revitalizar la marca amarillo y rojo en su bandera.

La nueva Alcaldesa o Alcalde tiene la loable oportunidad de llegar al Palacio de Liévano con una marca registrada que se viene posicionando hace 484 años. Por ello, sus acciones estratégicas deben estar enmarcadas en políticas públicas cercanas a las necesidades de la población, que van desde mejorar la calidad de vida, pasando por aceptar la inclusión de géneros y diversidad en todos los escenarios sociales y culminando por terminar con urgencia las mega obras de infraestructura. Que todo esto sea por Bogotá y los bogotanos

Edgar Martínez

Soy Edgar Martínez Méndez, Asesor Y Estratega En Comunicación Corporativa Y Política. Tengo Experiencia En Medios Impresos Y Digitales, Televisión Y Radio. Con El Paso Del Tiempo Incursioné En Oficinas De Comunicación Privadas Y Distritales, Lo Mismo Que En Agencias De Comunicación. He Sido Jefe De prensa Y Dircom De Varias Campañas Y Aspirantes A Cargos De Elección Popular.