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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Energía

Gustavo Petro quiere bajar el precio de la carne

El presidente Gustavo Petro medidas para disminuir el precio de las tarifas de la energía y además del precio de la carne.

El primer mandatario considera que la principal causa del alza en sus valores, está en la especulación.

 

Petro aseguró «que se redujo el precio de las tarifas de energía, aun ineficientes, gracias al pacto que logró la ministra de Minas, Irene Vélez (con los empresarios)».

El presidente Petro también se refirió al precio alto de la carne, “hay que dar vuelta atrás, hoy se ha elevado el precio interno de la carne no porque cueste más sino porque estar equiparando al precio internacional”.

La Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan) por su parte se encuentra evaluando la propuesta, mientras adelanta diálogos con el Gobierno Nacional explicando la manera como se establecen los precios de la carne.

 

GEB, nominado a ‘premios Oscar’ del sector de la energía

Una alianza estratégica entre Enel y GEB, proyectada hacia las energías renovables no convencionales, fue considerada por S&P Global Platts como un hecho de gran trascendencia, razón por la que el Grupo Energía Bogotá está entre las compañías más destacadas en los ‘Global Energy Awards’.

Por: Comunicaciones Corporativas GEB

 

El Grupo Energía Bogotá (GEB) acaba de ser nominado entre los finalistas de los ‘Global Energy Awards’ de S&P Global Platts –los premios de mayor relevancia mundial en la industria de la energía–, en la categoría «Acuerdo Estratégico del año».

Se trata del acuerdo estratégico que permitió consolidar este año la conformación de Enel Colombia, una empresa de alcance internacional y de mayores capacidades operativas y competitivas, que le permitirá a Bogotá y al GEB ser protagonistas de la transición energética, indispensable para abordar los retos y oportunidades que presenta el cambio climático.

Estos premios, establecidos en 1999 por S&P Global (matriz, entre otras, de la calificadora de riesgos Standard & Poors), reconocen el liderazgo y desempeño superior de personas y empresas de la industria de la energía.

Este año reconocerán, especialmente, las empresas que a pesar de entornos difíciles y volátiles han logrado crecer y contribuir a un futuro más próspero y sostenible.

“Para el Grupo Energía Bogotá es un orgullo este reconocimiento, pues evidencia un sólido gobierno corporativo y una coherente política de sostenibilidad, que son los pilares de nuestro crecimiento y solidez para generar mayor riqueza financiera y social a nuestros socios, las comunidades, las áreas de influencia y al Distrito de Bogotá”, afirmó Eduardo Uribe, director de Sostenibilidad del GEB.

La selección de los ganadores está a cargo de un panel internacional e independiente de expertos de la industria. Serán anunciados el próximo 8 de diciembre.

Acerca del Grupo Energía Bogotá

Con más de 126 años de historia, el Grupo Energía Bogotá (GEB) es un grupo empresarial líder en transmisión y distribución de energía eléctrica y en transporte y distribución de gas natural en Colombia, Perú, Brasil y Guatemala. En Colombia, con Transmisión desarrolla proyectos de energía eléctrica. Con TGI es número uno en transporte de gas natural con más de 4.000 kilómetros de gasoductos.

En Perú es número uno en distribución de gas natural con sus empresas Cálidda y Contugas y tiene presencia en distribución de energía con Electro Dunas. En Brasil tiene presencia con Gebbras y Argo y en Guatemala es número uno entransmisión de energía eléctrica con Conecta.

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Foto: GEB

La clavija de las pérdidas reconocidas (PR)

Como es bien sabido la fórmula tarifaria (CU = G + D + T + C + PR + R) contiene 6 cargos, uno por cada uno de los 4 eslabones de la cadena y dos clavijas, que son  las llamadas eufemísticamente restricciones (R) y las pérdidas reconocidas (PR). Ya nos hemos referido a las restricciones, hablemos ahora, a propósito del publicitado “pacto por la justicia tarifaria”, de las pérdidas reconocidas.

Según el anuncio de la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez, como resultado de la renegociación de los contratos bilaterales entre generadores y comercializadores se logró una reducción de la tarifa a partir del mes de noviembre en un rango entre el 4% y el 8%. Particularmente, en el caso de los usuarios de Air-e del 5.65% y de los de Afinia 2.9%, por debajo de dicho rango, irrisorio en ambos casos, que no se compadece con los incrementos registrados que superan el 40%.

 

Y la verdad es que mientras no se toquen las pérdidas reconocidas (PR), del 29% para los usuarios de Air-e y 27.2% para Afinia, en contraste con el 10%, en promedio, para el resto del país, va a ser asaz difícil lograr rebajas significativas en las tarifas en la región Caribe. Y no es para menos, habida cuenta que el componente de las PR pasó de representar el 8% en octubre de 2020 al 30% en julio de 2022 en el costo unitario (CU), que es la tarifa que se le cobra al usuario final. Su contribución al incremento del CU en 2021 fue del 70% y en los primeros siete meses de 2022 del 54%, de acuerdo con el estudio que adelantó FUNDESARROLLO.

Pero, como es bien sabido dicho tratamiento se deriva de lo dispuesto en las resoluciones 010 de 2020, 024 y 078 para Air-e y 070 para Afinia en 2021 de la CREG, las cuales a su vez se fundamentan en las leyes 1955 de 2019 y 2010 de 2019, los decretos 645 de 2019 y 1231 de 2020 que la reglamentan y en la Adenda Integral al reglamento convenido entre la Superintendencia de servicios públicos domiciliarios y los nuevos operadores de red. Por ello, cualquier cambio deberá ser consentido por ellos.

Así las cosas, al descontento y la inconformidad de los usuarios se le vino a añadir ahora el desconcierto, puesto que este pacto no satisface sus expectativas, por lo que se auguran más y mayores movilizaciones y manifestaciones de protesta por parte de los usuarios, tanto los regulados como los no regulados, que se sienten frustrados con el paso dado.

El Gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Minas y Energía, deberá hacer un esfuerzo adicional tendiente a meter en cintura las tarifas de energía, dado que ellos se sienten agobiados por lo que se considera un verdadero atropello a sus derechos de contar con un servicio de energía que cumpla con el principio de equidad consagrado en la Ley de servicios públicos 142 de 1994!

Ello es tanto más urgente en cuanto que a la espiral alcista de las tarifas de energía se le ha venido a sumar ahora la de los precios, la cual tarde que temprano terminará castigando a los usuarios del servicio con más alzas y ello en momentos en los que los embalses de las hidroeléctricas están a full. Si ello se está dando ahora, qué podemos esperar cuando el fenómeno de la Niña toque a su fin y se empiece a avizorar el advenimiento del Niño con su sequía e hidrología crítica.

 

www.amylkaracosta.net

 

 

Consumo eficiente en hogares, inicio lógico de la transición energética

Debido a las ya enconadas discusiones por la transición energética en Colombia hemos perdido de vista que tenemos pendiente la racionalización de la demanda y la búsqueda de consumos eficientes de la energía en todas sus formas. Y eso va primero en una transición lógica que cualquier otra acción como las inversiones en nuevas plantas de energía limpia o de carros eléctricos.

Hablando del consumo en los hogares, la UPME es gestora del estudio de Balance de Energía Útil para Colombia y Cuantificación de las Perdidas energéticas relacionadas y la brecha de eficiencia energética en donde se pueden estudiar las cifras del consumo doméstico. Está en curso su actualización que toma ahora una importancia muy fuerte ya que, sin lugar a duda, la eficiencia en el consumo tiene que ser parte de la transición energética. Pero además, debe tener el primer lugar de las acciones a realizar por su mejor desempeño frente a cualquier otra política dentro de la transición.

 

En ese estudio se ven ineficiencias grandes sobre todo en refrigeración y aire acondicionado en zonas calientes. En este último debe emprenderse la actualización de los aparatos a tecnologías de bajos consumos, y otras acciones complementarias, como por ejemplo, el uso de materiales más apropiados que permitan aislamiento natural y utilización de otras fuentes de frío (incluyendo la posibilidad de uso de cuerpos de agua), temas propios para investigación científica en universidades que generen conocimiento práctico que cambie materiales y sus formas de uso para la construcción de viviendas que requieran menor enfriamiento. En refrigeración (neveras) se observan grandes oportunidades de mejora debido a cambio de tecnología de los aparatos o incluso por mejoras en su mantenimiento. También en iluminación reemplazando los bombillos incandescentes por luminarias de bajo consumo. Hay cientos de documentos en la red sobre cómo mejorar el consumo energético en el hogar, que no deberían ser solo sugerencias para ahorrar energía y por ende ¡para ahorrar dinero! (un ejemplo: S&P, 2019).

La política pública debe ser agresiva en torno a reemplazar todo consumo ineficiente, sacando líneas de crédito blandas para ayudar a que en los hogares se reemplacen los artefactos domésticos que consuman más energía que la que se debe, teniendo en cuenta los adelantos mundiales al respecto (en electricidad y gas). Además, prohibir la venta de esos artefactos que no sean eficientes (menores a clasificaciones B o A), y poner un año límite en el cual ningún hogar en el país puede tener artefactos que boten energía a la basura (además de pagar por ella). Y desde luego educación a los niños, educación a los mayores, educación a todos y en todas las oportunidades. Y no menos importante, crear los incentivos para emprendedores que hagan un negocio de ayudar a otros a decrecer su consumo de energía a punta de eficiencia, y quien descarta, emprendimientos que encuentren cómo lograrlo con nuevos materiales o usos de los mismos, equipos de optimización y quien sabe qué más asuntos interesantes que además generen empleo y hasta exportaciones.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios española (OCU), el ahorro en el consumo doméstico podría llegar a 15% aunque es posible que en nuestro país sea superior, lo cual quedará pendiente para cuando se disponga del nuevo estudio de la UPME. Haciendo un ejercicio con este posible ahorro que ascendería a 313.000.000 kWh/mes de los 2.085.522.453 kWh/mes de consumo mensual en todos los hogares colombianos que registró la UPME en 2015 (año del estudio), se puede establecer que la capacidad instalada equivalente de generación de energía eléctrica sería de 660 MW (calculado por energía media), o para hacerse una idea es como dos de las turbinas de la planta de HidroItuango, y del orden del 30% de su costo final (unos 1,250 USD millones, más de 6 billones de pesos). Muy significativo. Con estos ahorros se puede financiar la política pública necesaria con mucha mejor relación beneficio/costo que proyectos alternativos de transición energética.

Este tipo de cuentas lo he observado en conferencias del ingeniero Julián García, profesor de Los Andes en temas de energía, cada vez que insiste en que el camino de la eficiencia es el primero que hay que tomar, no solo por transición energética y reducción de gases de efecto invernadero sino para reducción de pobreza y desigualdad debido a sus mayores tasas de beneficio socio económicas comparadas con inversiones de similar tamaño en proyectos convencionales de aumentos o mejoras en la oferta energética.

Pero hay una especie de mutismo porque a los economistas no les gusta esta ruta, que se cae de su peso por su lógica casi elemental, porque implica decrecimiento y esa palabreja los irrita, al parecer por posiciones dogmáticas al respecto: la tasa de consumo de energía per cápita, que se considera un indicador del desarrollo de los países, debe crecer o de lo contrario el país no estará avanzando, dicen. Claro, en los indicadores de desarrollo mundial del Banco Mundial (BM, actualización 2022) Colombia se ve retrasadísima. Pero ¿para qué querríamos subir en el consumo por persona si una parte de ese consumo realmente es perdido? Además de estar comparando con cifras de los países desarrollados que seguramente no tienen ese nivel de ineficiencia en el consumo de los hogares (aunque de pronto sí de desperdicio, lo cual es la otra gran discusión del mundo).

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Cuando se aplica tecnología para hacer eficientes los consumos, en especial los de energía, hay que olvidarse de la teoría y abrazar la lógica sin dilaciones. Pero es que además, la liberación de recursos para los hogares por el ahorro energético resulta muy significativo entre más precarios sean sus ingresos, y es una oportunidad de inversión para mejora de su estándar de vida, en vivienda o en educación, por ejemplo.

Hay que dejar de politizar la transición, llenos de odios ideológicos que terminan por opacar la lógica. La política tiene que enfocarse primero a sacar el máximo provecho a los adelantos tecnológicos para reducir la energía que se consume para que no se pierda porque no produce el trabajo que se supone que debe, es decir, por ineficiencia, en este caso de los aparatos domésticos. Y este mismo criterio aplica en todas las actividades en nuestra sociedad; es el mismo tipo de objetivo a lo expresado en Racionalizar antes que decrecer (R.Fonseca, ConfidencialColombia, 2022).

Es decir, tenemos que empeñarnos en la búsqueda incesante de eficiencia. Esto contribuirá a alivianar la factura de los hogares, contribuyendo a la reducción de la pobreza y su parte respectiva a la desigualdad dado su efecto más importante en los sectores menos favorecidos y con menores inversiones para el país. Es la ruta correcta para la transición energética.

 

@refonsecaz

Aquí tiene 10 tips claves para «ahorrar energía»

El cambio climático es un fenómeno científicamente comprobado que demanda no solo el compromiso de los gobiernos del mundo, sino la atención y la participación de todos los actores, incluyendo a los individuos.

En ese sentido, es muy importante conocer cómo las actividades diarias y los patrones de consumo de las personas inciden en la generación de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) y cómo esto se convierte en un factor que aporta al aumento de la temperatura del planeta.

 

Por eso es relevante generar un plan de cambio y explorar acciones, medidas o hábitos que contribuyan a disminuir las emisiones.

¿Sabes cómo calcular tu huella de carbono?

Calcular la huella de carbono de una persona depende de diferentes variables, entre las más relevantes se pueden destacar: capacidad económica, hábitos de consumo, localización geográfica, desplazamientos, generación de residuos y consumo energético.

El cálculo de huella de carbono individual utiliza los datos de consumo y las actividades de una persona con el fin de identificar cuantas emisiones de GEI está generando, por ejemplo, el uso de vehículos particulares para desplazarse, la compra de alimentos que no sean locales, una gestión ineficiente de los residuos y el abuso del consumo de energía, entre otros.

Estas variables son propias de cada habitante, es decir, no existirán dos huellas de carbono iguales, ya que cada persona vive y consume de forma diferente. En general, se estima que un individuo con un mayor poder adquisitivo tiene hábitos de consumo más elevados, lo que deriva en una alta generación de GEI. Por lo tanto, una persona con una capacidad económica menor generará menos emisiones.

Tips de ahorro de energía

Para romper este paradigma, brindamos las siguientes recomendaciones para iniciar el cambio de hábitos con el consumo de energía:

  1. Planchar una sola vez: Las planchas necesitan una gran cantidad de energía para alcanzar temperaturas altas. Por eso se recomienda planchar todas las prendas en una misma tanda. Además, se recomienda evitar las horas pico de 6 am a 9 am y de 5 pm a 6 pm.
  2. Evitar abrir y cerrar constantemente las neveras en los hogares: Cuando se abre la nevera entra calor y el frío que genera el aparato se pierde rápidamente, obligando a que el electrodoméstico gaste más energía para recuperar su temperatura ideal.
  3. Desenchufar dispositivos que no estén en uso: Existen diferentes dispositivos que así estén apagados siguen consumiendo energía, en especial aparatos a control remoto y cargadores.
  4. Implementar sensores de tecnología de automatización del alumbrado: La iluminación en salones, pasillos y oficinas son los principales consumidores de energía en los lugares de estudio y trabajo, por esto, tener tecnología inteligente que se active solo cuando se ocupe un espacio puede reducir considerablemente las emisiones.
  5. Nunca conectar varios aparatos en una misma toma: Si se requiere es mejor optar por multitomas para este fin. Esto produce sobrecargas en la instalación, mayor sobrecalentamiento en la toma y riesgo de incendio. También provoca una operación deficiente, posibles interrupciones, cortocircuitos y daños a largo plazo.
  6. Aprovechar la luz natural en las actividades cotidianas: Apagar los bombillos que no se necesitan permitirá ahorrar energía y un mejor descanso visual al combinarlo con pausas activas.
  7. Pintar las paredes con colores claros: Esto ayuda a aprovechar mejor la luz, tanto natural como artificial. 8. Cambiar las bombillas por unas más eficientes: Las bombillas LED consumen 2,5 veces menos que una de bajo consumo convencional y hasta 8,9 veces menos que una incandescente. Con esto no solo se optimiza el consumo de energía, también se ahorra dinero debido a su larga duración y mejor calidad de luz.
  1. Evitar la introducción de alimentos calientes dentro de la nevera: Se recomienda enfriar los alimentos a temperatura ambiente antes de guardarlos, pues de este modo el aparato trabaja con mayor eficiencia. Si se mantienen los alimentos cubiertos, se conservan mejor y se acumula menor humedad al interior de la nevera.
  2. Borrar los correos electrónicos que ya no se necesitan: Los correos no deseados o no leídos se almacenan en la nube, consumen mayor cantidad de energía y producen más emisiones de CO2. Se calcula que, por cada 50 correos eliminados al día, la huella de carbono puede reducirse hasta en 200 gramos.

Foto: Pexels

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El Parto de los Montes

¡La energía más barata es aquella que no se consume

Gracias al uso racional y eficiente de la misma!

 

 

El Ultimátum

Primero fue el Presidente de la República Gustavo Petro quien, ante la gravedad de la situación planteada por el alza desmesurada de las tarifas de energía, amenazó con la intervención de la Comisión de regulación de energía y gas (CREG), no sin antes abrir “primero un espacio de diálogo” entre los agentes de la cadena y el gobierno en el propósito de bajarlas. Por su parte la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez, siguiendo sus instrucciones, instó a las empresas generadoras y comercializadoras de la energía para que procedieran a renegociar los términos de sus contratos bilaterales de compra-venta de energía tendiente a lograr dicho cometido.

Eso sí, su advertencia fue perentoria: “si no se anuncia un porcentaje de reducción significativa en las tarifas de energía por parte de las empresas, el Gobierno tomará medidas más radicales”. Y reiteró que “si vemos que no hay voluntad suficiente de estas empresas, otras decisiones serán tomadas”. Cumplido el ultimátum dado a las empresas por parte de la Ministra para que arribaran a sus acuerdos con la contraparte, se anunció por parte de ella el acuerdo alcanzado, al que denominó “Pacto por la Justicia Tarifaria”.

El Pacto por la “Justicia Tarifaria”

Básicamente la reducción de la tarifa al usuario final, la que se reflejará en la factura del mes de noviembre, oscilará entre el 4% y el 8%, que no es tan significativa para los usuarios. Estos esperaban más, un alivio mayor en sus bolsillos. La verdad sea dicha, es irrisoria en unos casos e inexistentes para otros la rebaja. De allí que los usuarios del servicio de energía se debatan entre la insatisfacción y el desconcierto, porque la misma está lejos de sus expectativas toda vez que no le mueve la “aguja” a las desproporcionadas alzas, que superan el 40% en la región Caribe y el 24% en promedio en el resto del país. Esta rebaja lejos de ser un remedio es un remedo, no pasa de ser un placebo. Como en la fábula El parto de los montes de un insignificante ratón, lo anunciado está muy lejos de lo que los usuarios aguardaban.

Ahora bien, como era de esperarse, la renegociación entre generadores y comercializadores se circunscribió a lo atinente a la reducción del Índice de precios al productor (IPP), que había pasado inexplicablemente del 4% al 34% y a la solicitud de los distribuidores para diferir los pagos que realizan en el mercado mayorista de energía, similar a la opción tarifaria que los comercializadores aplican a los usuarios para el pago de energía.

En lo que respecta al indexador de los contratos bilaterales vigentes se revisó a la baja y hacia el futuro se logró el consenso en el sentido que en delante se adoptaría el menor valor entre el Índice de precios al consumidor (IPC) y el Índice de precios al productor (IPP), mientras se establece un nuevo indexador específico para la actividad de generación y comercialización, además de diferencial según la fuente de generación. Ello es un avance significativo y la última palabra, al momento de definir la metodología a seguir, la tiene el DANE, el mismo que armó el tierrero al modificar el indexador que rigió hasta el 2020.

¿Y de los costos de restricción qué?

Capítulo aparte merece el cargo por restricciones (R). Quedó por fuera de esa renegociación, porque además no les incumbe a ellos, porque es un tema regulatorio propio de la CREG, lo concerniente a los costos de restricción (R), que también están presionando al alza las tarifas de energía, toda vez que pasaron de $20 por KWH en enero a $70 por KWH. Como es bien sabido los costos de restricción obedecen a ineficiencias que se presentan en el Sistema Interconectado Nacional (SIN), debido a atrasos en la ejecución de los proyectos de generación o de transmisión, que obligan a despachar “generación de seguridad”, casi siempre Térmica y por ende más costosa.

Dichas limitaciones en la infraestructura de SIN, impiden que el servicio de electricidad se preste con eficiencia, calidad, continuidad y confiabilidad, tal y como lo dispone la Ley eléctrica 143 de 1994. En este caso se habla de restricciones eléctricas. Pero también se presentan restricciones operativas, cuando el SIN falla a la hora de responder a las fluctuaciones de la demanda de electricidad por parte de los generadores.

Desde luego, el costo de las restricciones se calcula con base en los precios de oferta de los generadores y las mismas se asignan a los comercializadores de energía que atienden la demanda. No obstante, cabe resaltar que al comienzo de la operación del mercado mayorista (la Bolsa), de conformidad con la Resolución de la CREG 035 de 1995, el cargo por concepto de las restricciones se repartía, 50% y 50%, entre los generadores y los comercializadores. Posteriormente, la misma CREG expidió la 4 Resolución 063 en el año 2000, que modificó la anterior y se dispuso que el 100% del costo de las restricciones las asumieran los comercializadores, las cuales a su vez terminan endosándoselas a los usuarios finales vía tarifas (¡!).

No es justo que sean los usuarios quienes tengan que asumir un sobrecosto en las tarifas por este concepto, cuando deben ser los responsables de dichos atrasos quienes lo asuman. Es el caso del proyecto de Hidroituango, cuyo ostensible atraso viene, además, presionando al alza los precios de la energía en Bolsa2. Tanto más en cuanto que al tiempo que se le cobran al usuario las restricciones, éste también paga el cargo por transmisión (T) de la energía, de modo que está pagando por partida doble un mismo concepto.

La CREG, entonces, debería eliminar sin tardanza el cargo por restricciones, excluyéndolo de la fórmula tarifaria (CU). Ahora que el Director ejecutivo de la CREG Jorge Valencia afirma que ya están “trabajando en las bases metodológicas sin dejar de lado la estructura general del costo unitario”, es la oportunidad para que se ocupen de ello y le hagan justicia a los usuarios.

Y no estamos hablando de naderías. Según cálculos del Operador del mercado, XM, el costo de las restricciones en los últimos doce meses contados desde octubre de 2021 hasta septiembre de 2022 ascendió a la suma de 2.350.576 millones, superando en un 40% el costo que se registró en el año 2021, que fue de $1.674.700 millones, un crecimiento del 40%, casi cuatro veces el índice de inflación actual, el mayor en 23 años (¡!).

De tomarse esta decisión por parte de la CREG los usuarios se estarían ahorrando el costo de las mismas, que superan los $1.500.000 millones que, según el Presidente de ASOCODIS José Camilo Manzur, se ahorrarán los usuarios el próximo año por cuenta de la rebaja convenida en las tarifas de energía (La República, Octubre, 12 de 2022 ¡!). Y de esta manera se podría beneficiar a los usuarios con una rebaja en las tarifas de energía que podría aproximarse al 16%, que sí sería significativa. Mi mensaje es claro y contundente, son todos los agentes de la cadena los que deben contribuir a lograr una mayor rebaja de las tarifas, que todos pongan y no sólo los generadores y comercializadores!

El porcentaje de las PR castiga al Caribe

El caso de la región Caribe, servida por Air-e (Atlántico, Magdalena y La Guajira) y Afinia (Cesar, Bolívar, Córdoba y Sucre) es aún más dramático, la primera se comprometió a una rebaja del 5.65%, equivalente a $50 KWH. Entre tanto, de acuerdo con las declaraciones del Gerente general de EPM, Jorge Carrillo “la tarifa de Afinia que está alrededor de $823 por kilovatio, de manera voluntaria vamos a reducirla a $799 para los meses de noviembre y diciembre”, equivalente a $24 KWH, por debajo del rango anunciado por la Ministra. Ello va a contrapelo de la desatentada declaración del Alcalde de Medellín Daniel Quintero, quien preside su Junta directiva, en el sentido que esta “es la mayor baja en la Costa que haga empresa alguna, por eso nosotros quedamos de últimos para anunciar, pero es que lo bueno (¡SIC!) se hace esperar” (Caracol Radio, Octubre 13 de 2022).

En ambos casos dista mucho el porcentaje de la reducción de la tarifa con respecto a la escandalosa alza registrada en las mismas en los mercados Caribe Sol y Caribe Mar operados por estas dos empresas que, como ya lo hemos dicho, superan el 40% (¡!).

Y la verdad es que mientras no se toquen las pérdidas reconocidas (PR), del 29% para los usuarios de Air-e y 27.2% para Afinia, en contraste con el 10%, en promedio, para el resto del país, va a ser asaz difícil lograr rebajas significativas en las tarifas en la región Caribe. Y no es para menos, habida cuenta que el componente de las PR pasó de representar el 8% en octubre de 2020 al 30% en julio de 2022 en el costo unitario (CU), que es la tarifa que se le cobra al usuario final. Su contribución al incremento del CU en 2021 fue del 70% y en los primeros siete meses de 2022 del 54%, de acuerdo con el estudio que adelantó FUNDESARROLLO.

Pero, como es bien sabido dicho tratamiento se deriva de lo dispuesto en las resoluciones 010 de 2020, 024 y 078 para Air-e y 070 para Afinia en 2021 de la CREG, las cuales a su vez se fundamentan en las leyes 1955 de 2019 y 2010 de 2019, los decretos 645 de 2019 y 1231 de 2020 que la reglamentan y en la Adenda Integral al reglamento convenido entre la Superintendencia de servicios públicos domiciliarios y los nuevos operadores de red. Por ello, cualquier cambio deberá ser consentido por ellos.

Por ello he venido proponiendo que, así como logró la Ministra que se sentaran generadores y comercializadores a renegociar los términos de sus contratos bilaterales, se haga lo propio entre la Superintendencia de Servicios públicos y los operadores de red (Air-e y Afinia) para modificar la regulación “especial” aplicable y aplicada a ellos, de tal suerte que a medida que se reduzcan las pérdidas atribuibles al robo de energía, en lugar de ir a favorecer el P&G de las empresas, ese beneficio se le traslade a los usuarios a través de rebaja en las tarifas, a cambio de que el gobierno nacional, los gobernadores y alcaldes se comprometan y se empeñen en coadyuvar a la erradicación del flagelo del robo y las instalaciones fraudulentas de la energía. Al fin y al cabo las inversiones que están haciendo las empresas para lograrlo las están pagando los usuarios en sus facturas mensuales. Huelga decir que no es admisible que sigan pagando justos por pecadores!

Por último, pero no por ello menos importante, queremos insistir en otras acciones tendientes a morigerar las alzas en las tarifas de energía, eso sí, sin comprometer la suficiencia y la sostenibilidad financiera de los agentes de la cadena, como lo consagra la Ley, para no exponernos a una crisis sistémica del sector, comprometiendo la confiabilidad y firmeza de la prestación del servicio de energía.

Me refiero, en primer lugar, a la revisión y ampliación del consumo básico o de subsistencia de los estratos 1, 2 y 3, que son objeto de subsidios, de tal suerte que el mismo consulte la realidad de su consumo, especialmente en la región Caribe, en donde las condiciones climáticas demandan un mayor uso del fluido eléctrico. Esta medida, desde luego, debe ir de la mano de más y mayores esfuerzos en materia de uso racional y eficiente de la energía. A ello contribuiría también la propuesta que le hemos venido haciendo al Gobierno nacional así como a departamentos, municipios y distritos, de acometer un plan de instalación masiva de paneles solares en los techos de las residencias, lo cual redundaría en una sensible reducción del costo de la factura a los usuarios, en no menos del 30% (¡!). En adelante los proyectos de vivienda de interés social (VIS) que subvenciona el Estado deberían incorporar este aditamento.

 

AMYLKAR D. ACOSTA MEDINA

Miembro de Número de la ACCE

 

 

«Hacen falta consensos políticos para avanzar en la transición energética»: Juan Ricardo Ortega

En Antigua (Guatemala), el Presidente del GEB participó en el Primer Foro de Economía y Negocios de Forbes en Español; allí habló sobre los retos que tiene Colombia en la actual coyuntura económica para financiar proyectos de energía.

En el panel ‘Energía sostenible: la decisión más necesaria’, desarrollado en el Foro de Economía y Negocios de Forbes en Español, Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB),
destacó los avances y necesidades de Colombia en el camino de la transición energética de cara a la coyuntura económica mundial y el desarrollo del sector eléctrico en el país.

 

«Hay muy poca conciencia sobre la trascendencia de mejorar las redes de transmisión de energía en la región. Hacen falta consensos políticos para lograrlo y avanzar en la transición energética»,
expresó Ortega, al tiempo que advirtió que, para avanzar en ese propósito y visibilizar al país, es necesario hacerlo de la mano del Gobierno y el sector empresarial.

“Lo lograremos si somos capaces de entender, desde lo global, qué es una agenda de transición energética para un país como Colombia”, dijo Ortega, aprovechando el escenario Forbes para hablar sobre los retos que existen en el país para financiar proyectos de energía sostenible, destacando la importancia del sector transmisión para aprovechar el potencial energético de Latinoamérica.

Los expertos, entre los que estuvo Enrique Riquelme Vives, fundador de Cox Energy -empresa enfocada en la gestión, desarrollo y operación de un portafolio de energías a partir de fuentes renovables, con presencia en Europa y América Latina-, coincidieron en que, en términos de financiamiento de proyectos de energía sostenible, “el mercado no está cerrado, pero está en mínimo de décadas. La región se está secando, en parte por los vaivenes políticos de la región”, dijo
el presidente del GEB.

El reto, advirtió Ortega, está en conseguir financiación para grandes proyectos de energías renovables, pues es una realidad que hay dificultades para conseguir capital para la ejecución de las
iniciativas.

“Con negocios de transmisión de energía eléctrica y transporte de gas natural seguiremos enfocados en garantizar un equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. Colombia es, tal vez, el país más estable de la región, lo que lo hace un buen destino para invertir en proyectos de energías renovables”, finalizó Juan Ricardo Ortega.

Por su parte, Aldemar Moreno, editor jefe de Forbes en Colombia y quien moderó el conversatorio, dijo que “Latinoamérica es una región estratégica por sus recursos naturales y biodiversidad, por su
cultura, su riqueza étnica y patrimonial. Y ahora, además está en la mira de grandes empresas globales que buscan nuevos mercados donde reubicar sus inversiones y sus cadenas logísticas”.

Con proyecto de ley buscan terminar con el despilfarro de energía en las entidades públicas

Foto: Edificio de Catastro, Bogotá.

El Senador David Luna de Cambio Radical junto con los Senadores Miguel Uribe de Centro Democrático, Marcos Daniel Pineda del Partido Conservador, Juan Pablo Gallo del Partido Liberal y Guido Echeverry del Partido Verde, presentaron a consideración del Congreso de la República, la iniciativa que busca exigir a las entidades públicas el ahorro de energía y además, a través de lineamiento e incentivos, obligarlas a transitar al uso racional y eficiente de energías limpias.

 

“En Colombia, de cada 100 unidades de energía se pierden 69, es decir, se aprovecha sólo el 31% de la energía producida y entendida bajo los principios de optimización en el manejo de recursos. Es por eso, que ha sido tan importante iniciar el trámite de esta iniciativa orientada a proteger y defender el medio ambiente”, explican los congresistas en un comunicado.

De ser aprobado este proyecto, las entidades públicas deberán presentar ante el Ministerio de Minas y Energía, un Plan de Eficiencia Energética Individual, en dónde se especifique cuáles serán las medidas que implementarán para hacer uso racional de la energía y el cual será objeto de auditoría por parte de la Contraloría General de la República.

Así mismo, los edificios que se construyan dentro de los cinco años posteriores a la entrada en vigencia de la ley, deberán desarrollar una calificación que mida su eficiencia energética, como requisito para obtener la licencia de construcción por parte de la curaduría urbana y esta calificación debe ser incluida en toda publicidad de venta que se realice.

Tras seis años de promulgada esta ley será obligatorio realizar el proceso de calificación de eficiencia energética. “Lo anterior, es con el fin de empezar a generar una cultura donde en las edificaciones se haga evidente la eficiencia energética de las construcciones y sea un valor agregado a la compra o venta de un edificio, como, por ejemplo, incluyendo en sus fachadas y techos verdes”, explican.

 

¿Cargar dispositivos a 30 metros sin cables? ¡Así sería!

Un grupo de investigadores desarrolló un nuevo sistema de luz infrarroja para transmitir 400 mW de potencia a una distancia de hasta 30 metros que puede llegar a permitir la carga de dispositivos móviles sin cables ni enchufes.

El estudio, recogido en la publicación especializada Optics Express, recuerda la dificultad para enviar la energía suficiente a lo largo de grandes distancias sin poner en riesgo a las personas que están en su radio de alcance, como se recoge en la nota de prensa.

 

Para hacer frente a este problema, un grupo de investigadores de la Universidad de Sejong (Corea del Sur) ha creado un método basado en la carga láser distribuida. Esta aproximación distribuye los componentes ópticos de láser entre el transmisor y el receptor de la señal, en lugar de situarlos juntos, para que se reconozcan el uno al otro.

El procedimiento requiere que el transmisor establezca línea de visión con el receptor para crear un puente energético entre ambos. Como medida de prevención, el sistema puede cambiar automáticamente a un modo seguro que rebaja la potencia de su señal cuando detecta un obstáculo, como una extremidad humana.

Los investigadores han empleado para su experimento una fuente de energía óptica con una longitud de onda central de 1.500 nanómetros (nm). Esta cifra se sitúa en la «región más segura del espectro», por lo que no implica peligro para la piel o el ojo humano, como aseguran.

El resultado ha mostrado que es posible transferir un total de 400 mW de potencia a una distancia de hasta 30 metros. Según el estudio, el receptor ha logrado luego convertir esta señal en 85 mW de energía útil.

En el futuro, los responsables del estudio creen que el desarrollo de esta tecnología puede permitir la transmisión de energía suficiente para cargar dispositivos móviles, como teléfonos y tabletas.

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*Foto: Pixabay

La intervención de la CREG

El anuncio presidencial

El Presidente de la República Gustavo Petro, anunció en la clausura del XXIV Congreso de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones de Colombia (ANDESCO) que tuvo lugar en Cartagena, que el Gobierno Nacional va a asumir las funciones que hoy ejerce la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) en virtud de la Ley 142 de 1994 de servicios públicos que la creó. Manifestó que para ello apelará al parágrafo 3º del artículo 290 de la Ley 1955 de 2019 del Plan Nacional de Desarrollo, el cual dispuso que “las competencias establecidas en este artículo podrán ser asumidas por el Presidente de la República o por el Ministerio de Minas y Energía, según a quien corresponda la función delegada en la CREG”, en el artículo 68 de la Ley de servicios públicos.

 

Tal anuncio estuvo precedido de un cuestionamiento del funcionamiento del actual modelo del sector eléctrico y planteó uno nuevo, sin dar detalles del mismo. Eso sí, descartó la posibilidad de la estatización de los servicios públicos. Aseguró el Presidente Petro, alarmado por la espiral alcista de las tarifas de energía, que “debe prevalecer el interés público. Si no, no tenemos estado para abordar los problemas de los servicios públicos. Las comisiones reguladoras son para regular los mercados, no para firmar los procesos de especulación financiera, como hasta ahora han realizado”.

Ante los rumores que antecedieron la alocución del Presidente Petro en el sentido de intervenir a la CREG, el Director ejecutivo de FEDESARROLLO Luis Fernando Mejía se había anticipado a manifestar que si bien “hay que reconocer que hay un problema que está afectando los hogares, las propuestas para estos problemas deben darse dentro de la institucionalidad que tiene el país, que es muy sólida a través del Ministerio de Minas y Energía y la CREG, que tiene una experiencia de 30 años en este sector”.

Importancia del diálogo y la concertación

El Presidente de ANDESCO Camilo Sánchez manifestó su desacuerdo con la decisión anunciada por el Presidente y la consideró improcedente, aduciendo que la Ley del Plan de desarrollo del anterior gobierno, por haber concluido su cuatrienio, perdió vigencia y no resistiría una demanda ante el Consejo de Estado. Pero, de ser ello cierto, también quedaría sin efecto el paquete de

1 Ex ministro de Minas y Energía

medidas contempladas en el mismo atinentes a la expedición de un régimen regulatorio especial para la prestación del servicio de energía en la región Caribe, especialmente en los artículos 318 y 289 de la misma. De prosperar dicha demanda quedarían sin piso también los decretos 1645 de 2019 y 1231 de 2020 que los reglamentan, así como las resoluciones de la CREG 010 de 2020 y las 024 y 078 de 2021, a través de las cuales se autorizaron las tarifas que están cobrando tanto Air´e como Afinia, en cumplimiento de lo pactado con ellas antes de asumir la operación el 1º de octubre de 2020.

Manifestó el Presidente Petro que antes de proceder en consecuencia abrirá “primero un espacio de diálogo” con el objeto de revisar el marco regulatorio vigente puesto a prueba por las alzas desmesuradas de las tarifas de la energía, sobre todo en la región Caribe y explorar salidas a la actual encrucijada. No le falta razón al Presidente Petro cuando advierte que “las comisiones reguladoras son para regular los mercados en función del derecho universal” que le asiste a los colombianos de que se le preste el servicio de energía, como lo establece la Ley eléctrica, con calidad, continuidad y eficiencia, por ser un servicio esencial, a la luz de la Ley de servicios públicos y en consecuencia un derecho fundamental, como lo reconoce la Corte Constitucional en su Sentencia C – 663 de 2000. Pero, también hay que tener en cuenta que, para que tales principios se cumplan, es menester que se cumpla también el de la suficiencia financiera de las empresas prestadoras del servicio. El diálogo propuesto por el Presidente debe ser incluyente y soportado en criterios técnicos para evitar un salto al vacío.

El cambio de interventor

La verdad sea dicha, cuando el Presidente Petro anuncia la intervención de la CREG, en rigor de lo que se trata es de un cambio de interventor, porque de hecho ya fue intervenida por el anterior gobierno, al hacerse al control de la misma, habida cuenta que a la fecha la totalidad de los seis integrantes de la misma fueron nombrados por el Presidente Duque. Es más, de ellos sólo dos podrán ser reemplazados al término de sus períodos, que son de cuatro años, uno en noviembre de este año y otro en junio del año entrante, los otros cuatro, como fueron nombrados recientemente, permanecerán en sus cargos durante todo el período del actual Presidente de la República. Ello deja mucho qué desear de la autonomía y del carácter técnico atribuido a la CREG por ministerio de la Ley que la creó.

En mi modesto concepto la intervención de la CREG no debería conducir a la supresión de la misma, puesto que el papel regulador que se reserva el Estado, según lo dispuesto en la nueva Constitución política que data desde 1991, es inmanente al funcionamiento apropiado del mercado, máxime en tratándose

del sistema energético, en el que varios de los agentes operan un monopolio natural, como lo es el transporte y la distribución de la energía. Al mercado no se le puede dejar al garete. Para ello, aquí y en cafarnaúm, se requiere contar con un órgano regulador que “raye la cancha”, establezca las reglas de funcionamiento y vele por el cumplimiento de las mismas. Claro está que, para que el órgano regulador, en nuestro caso la CREG, cumpla adecuadamente con las funciones y competencias que se le delegaron, debe contar con expertos de primera línea, actuar con criterio técnico e imparcial y dar las señales requeridas a todos los agentes de la cadena. Y, de contera, debe regirse por normas que garanticen el buen gobierno. Todo ello en estos momentos se ha puesto en tela de juicio.

No hay que olvidar que la actual arquitectura del sistema energético del país responde a las leyes 142 y 143 de 1994, las cuales tuvieron su origen primigenio en las lecciones aprendidas del gran apagón que padeció el país entre los años 1992 y 1993. El Foro económico mundial (FEM) pondera muy bien el desempeño de dicha arquitectura ubicándolo en el top 10 a nivel mundial. Desde luego, como lo manifestó el Presidente Petro en Cartagena, la coyuntura actual amerita su revisión y evaluación en orden a introducir los ajustes que se requieran. Ello es tanto más pertinente dada la necesidad de acoplar adecuadamente las nuevas tecnologías inherentes a la Transición a la matriz energética.

Es entendible y justificado que si las circunstancias así lo ameritan el Ministerio de Minas y Energía reasuma las funciones y competencias delegadas en la CREG, así como ha venido ocurriendo en los países que integran la Unión Europea (UE), pero ello debe tener un carácter excepcional y temporal. Al fin y al cabo la misión del Ministerio debe estar centrada en la identificación y caracterización del sector, la formulación, seguimiento, implementación y evaluación de las políticas públicas. No cuenta ni con la estructura ni las competencias para asumir las de la CREG en forma permanente. De dicha intervención el sector energético del país debe salir fortalecido, para garantizar tanto la seguridad como la soberanía energética del país, fundamentales para el buen suceso de la economía y el bienestar de los usuarios del servicio.

Bogotá, septiembre 9 de 2022 www.amylkaracosta.net

La hiperinflación de las tarifas de energía

Premisa mayor: no hay problema, por complejo que sea, que no tenga solución.

Premisa menor: problema al que no se le encuentra solución es problema mal planteado.

 

Conclusión: problema que tiene solución no es problema.

Por: Amylkar Acosta Medina

Se disparan las tarifas de energía

La inflación galopante ha elevado el índice de precios al consumidor (IPC), con una variación anual hasta agosto del 10.84%, el más alto registrado desde 1999. La tarifa de los servicios públicos son los que han llevado la peor parte, con un incremento del 25.9%, más del doble, la del servicio de energía particularmente subió, en promedio, por encima del 30%, casi el triple (¡!). Las alzas en las tarifas de energía en la Región Caribe son aún mayores, por decir lo menos escandalosas, desfasadas, superando el 40%, más de 14 puntos porcentuales con respecto al resto del país.

Y eso que el alza no ha sido mayor porque las empresas prestadoras del servicio han venido aplicando la llamada “opción tarifaria” desde el 2020, a raíz de la crisis pandémica, que consiste en diferir el pago de las alzas tarifarias, no su congelamiento como equivocadamente interpretaron muchos. Y, como no hay plazo que no se venza ni deuda que no se pague, las empresas están empezando a cobrar lo que se dejó de pagar en los años anteriores y el saldo por cobrar a los usuarios suma alrededor de los $4 billones (¡!).

A la pérdida de poder adquisitivo del ingreso de quienes lo tienen por cuenta de la inflación, se vinieron a sumar estas alzas desmesuradas que aboca a los usuarios, especialmente a los estratos 1, 2 y 3, a la disyuntiva de pagar la factura del servicio de energía o comer. Huelga decir que estas alzas desproporcionadas de las tarifas de energía no sólo afectan al mercado regulado (residencial) sino también al comercio y a la industria, frenando la reactivación en ciernes de la economía y menguando su competitividad.

Para un mejor entendimiento de las causas que han provocado esta hiperinflación de las tarifas de energía, me permito hacer un poco de pedagogía. Partamos de la base que en la factura que recibe el usuario mensualmente se le discriminan los cargos que por distintos conceptos determinan la tarifa aplicable, conocida como Costo unitario (CU), son ellos: generación (G) + transmisión (T) + distribución (D) + comercialización (C) + pérdidas reconocidas (PR) + restricciones (R).

De estos cargos el que tiene el mayor peso es la generación de la energía (G), que representa aproximadamente el 30%. Se trata del precio de la energía, ya sea en Bolsa, más conocido como mercado spot, 20% en promedio, o el precio fijado en los contratos bilaterales entre los comercializadores y los generadores, el 80% restante, caso en el cual se respetan y sostienen los precios transados. Inexplicablemente, en momentos en los que los embalses, a consecuencia del fenómeno de la Niña, están rebosados, con niveles que superan el 80%, los precios en Bolsa se han incrementado cerca del 200% en las últimas semanas. Ello es contra intuitivo, por ello no es sólo el Presidente de la República Gustavo Petro quien observa un “comportamiento extraño” de los precios de la energía.

Llama poderosamente la atención que concomitantemente con esta escalada alcista de los precios y las tarifas de energía al usuario final, las empresas generadoras de energía, especialmente las que operan las centrales de generación hídrica, han visto un crecimiento inusitado de sus utilidades operacionales en el último año y no es para menos dado que el precio de la energía en los contratos bilaterales entre enero de 2021 y julio de 2022 tuvo un incremento exorbitante del 28.6% (¡!). Y ello, obviamente, se refleja en sus resultados operacionales, los cuales crecieron para las tres principales de ellas (EPM, ENEL e ISAGEN), en promedio, el 27.71% (¡!)). Ello no se compadece con el drama y las afujías por las que atraviesan los usuarios del servicio de energía.

La adversa y perversa indexación

Si bien los precios en Bolsa sólo afectan el 20% de la energía que compran los distribuidores, que en el argot técnico se conocen como los operadores de red (OR), los contratos bilaterales han visto impactados sus precios en el último año, por el cambio de metodología de cálculo del Índice de precios al productor oferta interna (IPP – OI) que se le antojó al DANE, en un 22.75%. Y lo que es peor, desde febrero 4 de 2021, justo cuando se dio dicho cambio, hasta la fecha su brusco crecimiento ha sido del 33.25%, que contrasta con el IPP que se venía aplicando con antelación que tuvo una variación de sólo el 4.7% entre los años 2018 y 2019 (¡!), históricamente casi siempre por debajo del IPC. Hasta ahora no se conoce una explicación de este exabrupto porque el DANE calla como ostra.

A propósito del indexador del IPP, cabe preguntarse si el mismo refleja fielmente los costos en los que incurren los generadores si tenemos en cuenta que en el cálculo del mismo se incorporan la variación de otras actividades ajenas a su operación, tales como la industria, la minería, la agricultura y la pesca, las cuales, por lo demás, se han visto afectadas en sus costos por factores exógenos tales como la interrupción de las cadenas de suministros, los mayores fletes internacionales, el desbordado incremento de los insumos agrícolas, mientras sus erogaciones se reducen a los costos de las licencias por el uso del recurso hídrico, el mantenimiento de los equipos y la mano de obra. No me cabe duda que detrás de los excesivos incrementos de las tarifas de energía está la nueva metodología para calcular el IPP, que afecta, además del precio de la energía (G), a la transmisión (T) y a la distribución (D) e indirectamente afecta también el cargo por pérdidas reconocidas (PR).

El peso de las restricciones

También incide en la espiral alcista de la tarifa de energía el cargo por restricciones (R), la cual se debe al atrapamiento de la energía generada ante la imposibilidad de transportarla a través del Sistema interconectado nacional (SIN), hasta los centros de consumo, debido a limitaciones de las redes de transporte y distribución de la energía, las cuales imposibilitan el fluido de la energía eléctrica de más bajo costo, como lo es la hídrica. En ello influye mucho el atraso, a causa de diferentes eventos, de la ejecución de los proyectos de transmisión. Así, por fuerza de las circunstancias el centro de despacho se ve obligado a recurrir a plantas más costosas que aumentan el precio de la energía. Una de las regiones en donde el cargo por restricciones es más alto es la región Caribe, dado que la capacidad instalada de potencia es insuficiente para suplir la energía demandada en tales eventos, requiriéndose las llamadas generaciones de seguridad.

El cargo que se paga por concepto de restricción (R) es calculado con base en análisis eléctricos que hace el administrador y operador del mercado XM y es distribuido a toda la demanda del país, de acuerdo con la oferta que realicen los generadores. En lo corrido del año se han presentado costos elevados de restricciones, como se puede observar en la siguiente gráfica. Lo anterior debido al 5 incremento del costo del gas en Europa que ha golpeado las ofertas de los generadores térmicos, pues la realizan con los precios del mercado internacional, llamando la atención que en Colombia actualmente hay disponibilidad de gas por aproximadamente US $7 el MMBTU. Este mayor costo del gas incide, afectado además por la apreciación del dólar, en los precios de oferta de energía del parque térmico, los cuales pasaron de los $351 el KWH en enero de 2021 a $732 el KWH en julio de 2022, el doble(¡!).

Pagan justos por pecadores

Pero, como ya quedó dicho, indudablemente el caso más crítico de las alzas de las tarifas de energía se da en la región Caribe, servida por dos operadores de red, Air-e y Afinia desde el 1º de octubre de 2020, después de que la Superintendencia de servicios públicos domiciliarios decretara la liquidación de ELECTRICARIBE, que representó para sus 2.7 millones de usuarios una verdadera pesadilla. Lo que hace la diferencia entre las alzas de las tarifas en la región Caribe y las alzas en el resto del país es el cargo por concepto de las pérdidas reconocidas (PR), cuyo costo pasó de $41.49 por KWH a $247, en contraste con el promedio nacional de $50 por KWH (¡!)

Y ello se explica porque en la Resolución 010 de 2020 de la CREG se estableció que “para la aplicación de la metodología establecida en la Resolución CREG 015 de 2018… para el régimen transitorio especial definido en la presente Resolución, los índices de pérdida eficiente de dichos mercados durante la vigencia del régimen transitorio especial serán iguales a los calculados para el mercado Caribe a la fecha de la expedición de la Ley 1955 de 2019”. De allí que las pérdidas reconocidas (PR) en la fórmula tarifaria y las cuales debe asumir el usuario vía tarifas es del 29% para Air-e y 27.2% para Afinia, muy superior al 12.5% que se le reconoce a los demás operadores de red diferentes al Caribe. Es de anotar que, dado el ciclo tarifario, que es quinquenal, esta norma regulatoria, pactada entre la Superintendencia de Servicios públicos domiciliarios y los operadores de red, permanecerá invariable hasta el 2025. Los usuarios que pagan cumplidamente sus facturas se quejan, con razón, de que con este recargo en la tarifa terminan pagando justos por pecadores, dado que las PR incluyen aquellas atribuidas al robo de energía y las conexiones fraudulentas.

Todo ello tuvo su origen en el artículo 318 de la Ley 1955 de 2019 del Plan Nacional de Desarrollo (2018 – 2022), a través del cual, como lo acotara la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), a la cual se le encomendó la estructuración del proceso de solución empresarial que condujo a la escogencia de los dos nuevos operadores de red que reemplazaron a ELECTRICARIBE, se “aumentó el límite de participación en la actividad de comercialización y previó un régimen tarifario transitorio y especial para las actividades de distribución y comercialización de energía eléctrica en la Región Caribe”.

Estos mismos son los términos de lo acordado y convenido entre la Superintendencia de servicios públicos domiciliarios y los nuevos operadores, los cuales quedaron estipulados en sendos programas de “gestión acordado de largo plazo” que incorporaron el régimen regulatorio especial suscrito entre las partes. Este es el asidero legal de las tarifas autorizadas por la CREG a Air-e y Afinia con base en el expediente tarifario sometido a su consideración por parte de estas. El corrientazo que están recibiendo los usuarios con esta exagerada alza de las tarifas, entonces, estaba cantada, como lo advertimos en su debida oportunidad, era sólo cuestión de tiempo.

De la protesta a las propuestas

Estas alzas desmedidas de las tarifas de energía ha despertado un gran descontento, una gran inconformidad, que amenaza con turbar el orden público. Los gremios, las organizaciones sociales, los líderes cívicos y hasta las propias autoridades territoriales han levantado su voz demandando del gobierno nacional una pronta solución. A propósito del Gran acuerdo nacional que anunció el Presidente Gustavo Petro al asumir la primera magistratura de la Nación, este espinoso asunto, es uno de aquellos que lo ameritan y deben estar como prioritarios en la agenda del mismo. El gobierno nacional debería propiciar un diálogo nacional, en el que participen también las autoridades competentes, los expertos, los conocedores del tema, con el fin de arribar de consuno a una solución razonable.

Yo celebro la actitud propositiva y la disposición que han mostrado los gremios del sector energético para contribuir a dicho cometido. Se deben explorar fórmulas que allanen el camino a una solución consensuada que, al tiempo que modere y mitigue el impacto sobre el ingreso y la capacidad de pago de los usuarios, no ponga en riesgo la estabilidad financiera de los distintos agentes de la cadena, pues ello podría conducir a una crisis sistémica de imprevisibles consecuencias. Cualquiera que sea la solución debe preservar y proteger la arquitectura del sistema energético del país, que tiene su fundamento en las leyes 142 y 143 de 1994 y que ha mostrado su solidez y consistencia, sin perjuicio de revisar y ajustar el régimen regulatorio vigente, cuya responsabilidad recae en la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG).

En este contexto, me permito someter a la consideración del Gobierno y de todos los grupos de interés ligados a la prestación del servicio de energía varias iniciativas, las cuales deben poner al usuario en el centro del Gran Acuerdo Nacional como vía de solución de esta problemática, las siguientes propuestas, a saber:

  • Se debería proceder, de manera inmediata, a suspender la vigencia y aplicación de la nueva metodología de cálculo del IPP por parte del DANE, mientras una comisión se encargaría de estudiar con gran rigor técnico y proponer otro específico y diferenciado para la cadena, que consulte los costos reales en que incurren cada uno de los agentes de la misma, según la fuente de generación, ya sea que se trate de los hídricos o los térmicos.
  • Como es bien sabido los estratos 1, 2 y 3, que son los más vulnerables, reciben un subsidio por parte de la Nación, aplicable a su consumo básico o de subsistencia, el cual es de 130 KWH/mes para los usuarios ubicados en regiones que estén por encima de los 1.000 metros sobre el nivel del mar y de 173 KWH/mes para aquellos ubicados en regiones por debajo de dicha cota, en donde el clima es más caliente y por ende más exigente en el consumo de electricidad. Lo que se reconoce como consumo de subsistencia es a todas luces insuficiente y no consulta la realidad, se debería reajustar de acuerdo al resultado que arroje un estudio de campo por parte de la Unidad de Planeación Minero – energética (UPME), tendiente a modificar su Resolución 355 de 2004 que fijó tales límites.
  • Añadiría a la propuesta anterior y enfatizando en las zonas caracterizadas como especiales, que el Congreso de la República debería tramitar un proyecto de ley que establezca un mínimo vital de consumo de energía gratuito para garantizar el bienestar general y la calidad de vida en condiciones dignas y justas de los habitantes del territorio nacional en condición de subnormalidad. Para todos los efectos, se entenderá este mínimo vital como la cantidad mínima de kWh que requiere cada persona mensualmente para garantizar la suficiencia energética, permitiéndoles el acceso al servicio de energía, definido como esencial por la Ley de servicios públicos (artículo 4º) y en consecuencia como derecho fundamental, como lo declaró la Sentencia C – 663 del 2000 de la Corte Constitucional y de paso dar cumplimiento al 7º de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
  • En orden a distribuir la carga financiera que le significa a los operadores de red (léase empresas distribuidoras) la opción tarifaria entre todos los agentes de la cadena, sería conveniente que por parte de la CREG se modifique la Resolución 012 de 2020 de tal suerte que los generadores y transmisores de la energía pongan en práctica también la opción tarifaria aplicable al pago por parte de las empresas distribuidoras. Convendría explorar, para la aplicación de esta propuesta, la conveniencia de crear una línea especial y transitoria de financiamiento por parte del Gobierno, con créditos blandos, habida cuenta de los aumentos recurrentes de la tasa de interés de intervención por parte de la Junta directiva del Banco de la República, que haría más costoso dicho financiamiento.
  • El Gobierno Nacional, con el concurso de las entidades territoriales, comprometiendo recursos del Sistema general de regalías (SGR), como lo prevé el artículo 25 de la Ley 2099 de 2021, debería acometer un plan ambicioso de cobertura masiva, focalizado en viviendas de estratos 1, 2 y 3, de instalación de paneles solares, permitiendo de esta manera la implementación de sistemas de autogeneración de energía solar fotovoltaica para barrios subnormales (instalación de parques solares en cada barrio subnormal del país), con base en la modalidad de “generación distribuida”, logrando cubrir entre un 15% y 20% de la demanda energética de estas comunidades. Con el desarrollo e implementación de este tipo de proyectos se dará un gran paso para que los asentamientos más vulnerables del país accedan a los beneficios de autogeneración de energía eléctrica a partir de fuentes no convencionales de energía renovable (FNCER), contribuyendo así 9 a la eficiencia del sistema interconectado nacional SIN), con menos pérdidas y a la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
  • Teniendo en cuenta que los circuitos internos de los barrios subnormales no cumplen con los requisitos técnicos mínimos establecidos por la Resolución CREG-070 de 1998, se deberá garantizar que el tramo desde la salida del Sistema de Autogeneración hasta el punto de conexión cumpla con las normas técnicas establecidas en la Resolución CREG 070 de 1998 y demás normas que la adicionen, modifiquen o sustituyan. En este sentido, el punto de conexión del proyecto estará localizado aguas abajo del elemento totalizador de medida o de la frontera comercial del barrio subnormal ante el Operador de Red (OR). La energía eléctrica producida por cada proyecto será utilizada principalmente para atender la demanda propia del barrio subnormal sin utilizar activos de uso de distribución y/o transmisión y sin cobro adicional para los grupos de familia pertenecientes a estos asentamientos. Con tal fin se pueden utilizar recursos provenientes del SGR y del Fondo de energías no renovables y gestión eficiente de la energía (FENOGE), creado por la Ley 1715 de 2014.
  • Uno de los compromisos que deberá asumir el OR se relaciona con la administración, operación y mantenimiento (AOM) durante su vida útil, lo cual incluye arriendos de terrenos y cambios de estructura. La inversión inicial del proyecto deberá ser realizada por un fondo que el Ministerio de Minas y Energía proponga para tal fin (como el FENOGE). Finalmente, una vez el barrio beneficiario se encuentre en estado normalizado, el OR debe comprar los activos del proyecto, el cual pasará de ser un proyecto de autogeneración a “generación distribuida”.
  • Los resultados en materia ambiental de este tipo de proyectos serán muy significativos, aportando de esta manera a alcanzar los objetivos trazados en la Cumbre Mundial de Cambio Climático en París (COP21), en las leyes 1715 de 2014 y 2099 de 2021, autogeneración a pequeña escala (Resolución CREG 174 de 2021) y el Plan de Acción Indicativo del Programa de Uso Racional de Energía PAI-PROURE 2021. Además, se logrará aliviar la carga económica que supone el servicio de energía eléctrica en los ingresos de los grupos de familia de estas comunidades.
  • A guisa de ejemplo: para una familia que consuma 283 kWh/mes, que deba pagar $137.712 (Asumiendo una tarifa de $766 /KWH), beneficiándose con un proyecto solar que le ahorre un 15% del consumo de energía, tendría un ahorro mensual superior a $32.000. De otra parte, el gobierno invertiría para 10 este usuario en el proyecto solar aproximadamente $1.300.000. Esto significa que, el gobierno tendría una recuperación social de la inversión en aproximadamente tres años y medio, tiempo en el cual, si se normaliza el barrio en este mismo plazo, la recuperación de la inversión sería de al menos el 75% del capital.
  • Otra pata que le sale al cojo. En momentos en los que todo el país está preocupado por la brutal alza en las tarifas de energía, el bloqueo a la central de generación hidráulica del Guavio, en el Departamento de Cundinamarca, ha impedido que la empresa que la opera (ENEL) le dé el mantenimiento debido a sus 5 unidades de generación, con una capacidad de 1.260 MW de potencia, que representa el 7% de la energía que demanda el país, lo cual obligó a parar 2 de ellas, declarando indisponibles dos turbinas con capacidad de generación de 500 MW.
  • Esta contingencia estresa el sistema eléctrico, hace imperativo en primera instancia suplir dicha energía con energía térmica que es mucho más costosa que la hídrica, lo cual presionará los precios de la energía al alza, tal y como lo viene haciendo el reiterado aplazamiento de la entrada en operación del megaproyecto de Hidroituango. Tal situación podría, eventualmente, encarecer aún más el costo de restricción (R) e incluso poner en riesgo la confiabilidad y la firmeza del Sistema interconectado nacional (SIN).

 

¡Ojo, pues!

 

 

 

Transmisión del Grupo Energía Bogotá, lleva progreso a La Guajira con ‘Obras por impuestos’

  •  Con la ejecución de cuatro proyectos de sistemas individuales solares fotovoltaicos se brindarán soluciones para la ampliación de la cobertura del servicio de energía en Riohacha y Maicao donde Transmisión desarrolla el proyecto de transmisión de energía eléctrica Colectora.
  •  De $70 mil millones que asignó el Gobierno nacional para la ejecución de ‘Obras por impuestos’, $14.000 millones fueron aprobados para este departamento, clave en la transición energética del país por los parques eólicos y solares que allí se construyen.

Mediante la construcción de cuatro proyectos de dotación e instalación de soluciones solares individuales fotovoltaicos que beneficiarán con energía a cerca de 17.862 personas de las comunidades rurales vulnerables de La Guajira, Transmisión, del Grupo Energía Bogotá (GEB), ejecutará la inversión de recursos más alta en el sector energético a través del mecanismo ‘Obras por impuestos’ para un departamento en el país.

Serán cerca de 14.000 millones de pesos los que se invertirán en la implementación de estos sistemas en instituciones educativas (2) y un número similar en Unidades Comunitarias de Atención (UCA), ubicadas en zonas no interconectadas de Maicao y Riohacha, en los que tiene influencia Transmisión a través de la construcción del proyecto de transmisión de energía eléctrica Colectora.

 

Fredy Zuleta Dávila, gerente General de Transmisión, indicó que serán aproximadamente 500 soluciones solares individuales las que se instalarán en este departamento, epicentro de la transición energética del país.

“Es la primera inversión que se hace de esta magnitud en el departamento de La Guajira, donde por su contexto social estas infraestructuras cobrarán una relevancia muy importante. Son cuatro proyectos con los que lograremos impactar positivamente alrededor de 130 instituciones educativas y más de 360 UCA. Esta es una de las muestras del compromiso de Transmisión y del GEB con La Guajira y el Caribe colombiano, para contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida y aportar al progreso y desarrollo de las comunidades del área de influencia de nuestros proyectos”, aseguró Zuleta.

La gestión de los recursos para la ejecución de estos proyectos por medio del mecanismo de ‘Obras por impuestos’ se logró tras superar las instancias de aprobación y viabilización dispuestas por el Gobierno nacional a través de varias entidades; la destinación para La Guajira concentra el 18 por ciento, bajo la modalidad de convenio. El pasado 18 de agosto se surtió la notificación oficial al GEB.

Con estos proyectos en La Guajira, acotó Zuleta, se aportará al ahorro en costos ambientales al reducir la generación de CO2 por quema de combustibles fósiles, disminuir los costos para las familias en la compra de diésel, velas, pilas y otros elementos para la generación de energía. Además, mejorará las condiciones educativas de la población infantil al contar con más horas de luz y brindará opciones en el largo plazo para mejorar la calidad de vida de las comunidades, que es el propósito superior del GEB.

Con su vinculación al mecanismo de ‘Obras por impuestos’, Transmisión, del GEB, focaliza sus esfuerzos en atender las necesidades de las zonas más vulnerables, con el fin de viabilizar soluciones energéticas sostenibles para la ampliación de la cobertura del servicio de energía eléctrica en los municipios donde tiene presencia y contribuir así al cierre de brechas sociales.

El proceso continuará con la suscripción de los convenios entre el Ministerio de Minas y Energía y el GEB como contribuyente de las iniciativas, lo que permitirá dar inicio a la contratación y ejecución de los proyectos que transformarán el futuro de La Guajira.

Los proyectos de ‘Obras por impuestos’ son un mecanismo creado para que los contribuyentes, empresas públicas y privadas, puedan direccionar su impuesto de renta en la ejecución de proyectos con impacto social y económico en municipios afectados por la violencia y la pobreza.

La escalada de precios del gas impulsa la demanda de petróleo

Los elevados precios del gas a raíz de la crisis del suministro ruso está impulsando un «vertiginoso» cambio hacia el uso del petróleo para la generación de electricidad, lo que ha llevado a la Agencia Internacional de Energía (AIE) a revisar al alza sus previsiones de consumo mundial en la última edición de su boletín petrolero.

«El aumento de los suministros de petróleo y la escalada de preocupaciones sobre el deterioro de las perspectivas económicas han reducido los precios en alrededor de 30 dólares por barril desde los máximos de junio», destacó la AIE, señalando que, al mismo tiempo, los precios del gas natural y la electricidad se han disparado a nuevos récords, lo que incentiva el cambio del gas al petróleo en algunos países.

 

De este modo, la agencia con sede en París espera que la demanda mundial de petróleo aumente en 2022 en 2,1 millones de barriles diarios (mb/d), lo que representa un incremento de 380.000 barriles al día respecto de la anterior proyección, hasta alcanzar un total de 99,7 mb/d este año y subir en otros 2,1 mb/d el próximo año, hasta los 101,8 mb/d para 2023.

«Con varias regiones experimentando olas de calor abrasadoras, los datos más recientes confirman una mayor quema de petróleo en la generación de energía, especialmente en Europa y Oriente Próximo, pero también en toda Asia», señaló.

No obstante, a pesar de la revisión al alza, la AIE advirtió de que estos aumentos ocultan la debilidad relativa en otros sectores y una desaceleración en el crecimiento desde los 5,1 mb/d a principios de año a menos de 0,1 mb/d en el cuarto trimestre del año.

Por otro lado, la agencia destacó que el suministro mundial de petróleo alcanzó un máximo pospandémico de 100,5 mb/d el pasado mes de julio, cuando las labores de mantenimiento se redujeron en el Mar del Norte, Canadá y Kazajstán.

Asimismo, la OPEP+ aumentó su producción total de petróleo en 530.000 barriles diarios, en línea con objetivos más altos, y los países al margen del cártel incrementaron en 870.000 barriles diarios su oferta, por lo que prevé que el suministro mundial crezca en 1 mb/d para fin de año.

Por otro lado, la AIE estimó que las exportaciones de petróleo rusas cayeron en 115.000 barriles diarios en julio, hasta 7,4 mb/d, con un desplome de los flujos de crudo y productos derivados del petróleo hacia EE.UU., Reino Unido, la UE, Japón y Corea del Sur como consecuencia de la guerra en Ucrania.

De este modo, según la agencia los ingresos de Rusia por exportaciones cayeron a 19.000 millones de dólares (18.508 millones de euros) desde los 21.000 millones de dólares (20.456 millones de euros) en junio, tanto por la reducción de volúmenes como por unos precios del petróleo más bajos.

La asignatura pendiente en las clínicas veterinarias es la sostenibilidad

En referencia a la salud animal, el cambio climático puede ser el causante de la reaparición de virus y bacterias, acidificación de los océanos, migraciones y susceptibilidad a las enfermedades. Por ello, muchos sectores profesionales están llevando a cabo una transición hacia prácticas comerciales más respetuosas con el medio ambiente mediante la toma de conciencia y la implantación de medidas reguladoras en cuestiones medioambientales.

El campo de la medicina humana ha sido proactivo al tomar medidas para reducir los desechos y las emisiones de carbono mediante la identificación de las mejores prácticas para minimizar dichos impactos.

 

Un nuevo estudio ha revisado la literatura disponible sobre la sostenibilidad ambiental en el contexto de los hospitales humanos para aplicarlos en los centros veterinarios. Para llevar a cabo la revisión, se utilizaron dos algoritmos de búsqueda en ocho bases de datos.

Los investigadores identificaron solo tres artículos específicos de medicina veterinaria, uno sobre anestesia y dos sobre animales de producción. Ante la escasez de textos propios sobre la sostenibilidad y las mejoras sostenibles aplicables al campo de la veterinaria, los autores, basándose en conceptos de medicina humana pero extrapolables al mundo veterinario, exponen varias recomendaciones.

Energía adecuada para las clínicas

Por ejemplo, en cuanto a la mejora de la eficiencia energética, indican que “la energía es un tema fundamental que deben abordar las clínicas veterinarias, y aunque la eficiencia energética puede presentar obstáculos para las clínicas veterinarias, la elección de energías renovables, como la electricidad solar, muestra una prometedora rentabilidad a largo plazo y es beneficiosa para la reducción de emisiones nocivas de gases de efecto invernadero”.

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En cuanto al gasto de agua, sugieren “la instalación de dispositivos de restricción de flujo en los grifos, el uso de inodoros de bajo flujo, el mantenimiento de tuberías adecuadas para evitar la pérdida de agua por fugas y la recolección y reciclaje de agua de lluvia para su reutilización sostenible”.

Otro aspecto a mejorar, pasa por identificar cadenas de suministros de productos más respetuosos con el medio ambiente, reduciendo el uso de plásticos y embalajes innecesario. “Hacer que las empresas sean responsables de la creación de productos más sostenibles para el medio ambiente y alentar a los representantes de ventas a ser transparentes con los datos de trazabilidad del producto, proporcionará al veterinario una idea de la cantidad de residuos que se generan al comprar un artículo específico”.

En resumen, los resultados de este estudio destacan la necesidad de investigación y comunicación que apoyen a las clínicas veterinarias en la adopción de prácticas más sostenibles desde el punto de vista ambiental.

Producción alimentaria sostenible

Por su parte, la Federación de Veterinarios de Europa, ha elaborado recientemente un documento donde se posicionan sobre sistemas de producción alimentaria respetuosos con el medio ambiente.

Y es que, según la Federación, “los veterinarios son fundamentales para promover la sostenibilidad en el sector agroalimentario al comunicar la ciencia real detrás de la producción de alimentos y animales seguros”.

Entre los puntos destacados por la FVE, se encuentra reconocer los esfuerzos y resultados logrados hasta ahora por el sector agroalimentario para seguir mejorando la sostenibilidad de los sistemas alimentarios de la UE, así como “establecer y alinear aún más con métricas comunes cuando se trata de emisiones de gases de efecto invernadero, prácticas agrícolas y ganaderas, economía circular y estándares de salud y bienestar animal”.