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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: huella de carbono

La importancia de la educación ambiental para reducir nuestra huella de carbono

El planeta se encuentra en un momento crítico con los temas sostenibles. La educación ambiental es cada vez más importante si tenemos en cuenta que el promedio de la huella de carbono por año de cada persona ronda las 5 toneladas de CO2. A pesar de que muchas personas son conscientes de ello, es posible realizar mucho más de lo que actualmente se hace para reducir dicha cifra.

La huella de carbono es simplemente el concepto con el que podemos calcular el impacto de cada persona, nación, entidad o evento en el cambio climático. Con ella se puede medir desde los hábitos alimenticios, de transporte o estilo de vida de cada individuo. Cada acción ayuda a aumentar o disminuir el rastro contaminante que dejamos en el medio ambiente.

 

La principal preocupación colectiva es que actualmente la Tierra alberga a más de 7 mil millones de personas y se estima que la población siga creciendo y se extienda a las casi 10 mil millones de personas para 2050. Si tenemos en cuenta que cada persona deja una huella de carbono de 5 toneladas anuales en promedio, es alarmante si no se realizan esfuerzos para que disminuya la cifra y desacelerar el calentamiento global.

A continuación, dejamos algunas recomendaciones que pueden ayudar a que cada persona pueda calcular de cuánto es su huella. También hay algunas soluciones para que pueda contrarrestar su contaminación con acciones simples.

Tips para disminuir la huella de carbono

En el campo alimenticio hay varias formas de disminuir la huella de carbono. Lo principal es consumir productos locales para desincentivar el traslado de grandes distancias de los alimentos. Además, es importante estar pendiente de los alimentos de temporada para comprarlos, consumirlos y aprovecharlos. Como acciones extras se puede limitar el consumo de carnes y tratar de evitar los productos empacados en plásticos.

Por otra parte, debemos ser conscientes de que el ‘fast fashion’ en la moda es una de las tendencias más contaminantes. Por eso, también se recomienda no caer en este movimiento, cuidar la ropa e intentar comprar de segunda mano. Adicionalmente, se aconseja fomentar marcas con enfoque ecológico en la fabricación de cada prenda.

En los hábitos del hogar, siempre se recomienda -dentro de lo posible- no usar sistemas de calefacción o de aire acondicionado. También es importante tratar de disminuir a lo necesario nuestro tiempo bajo la ducha, desconectar los cargadores cuando no se usen y establecer un hábito estricto de reciclaje en casa.

El transporte hace parte de nuestra cotidianidad y la manera en cómo lo hacemos cuenta. No está de menos recomendar el uso de la bicicleta y el transporte público. Así mismo, se debe intentar limitar el uso de vehículos para cuando sea estrictamente necesario o intentar compartirlo con más personas. Para vacaciones es recomendable usar flotas a viajar en aviones dentro del espectro nacional.

Por último, hay una serie de acciones que pueden ayudar mucho como el uso de termos en lugar de comprar bebidas en botellas plásticas. Y en sintonía con la reducción del uso de plástico, también es preferible usar bolsas de tela o de material biodegradable para cuando se vaya de compras. Limpiar la nevera de exceso de hielo o de bolsas plásticas ayuda a que el electrodoméstico no necesite más energía de la necesaria para funcionar.

¿Deben los países de menores ingresos subsidiar la corrección de la huella de carbono global ?

Para algunos de quienes nos consideramos apolíticos y que preferimos conservar prudente distancia con ese mundo, es necesario tomar partido, al menos desde estas tribunas, en coyunturas como la agenda energética global, porque las decisiones que allí se toman nos incumben y a todos por igual.

Así las cosas, llamó mi atención la frase “… La solución es un mundo sin petróleo y sin carbón” pronunciada por el presidente Gustavo Petro en su intervención en la COP27. Quizá en el largo plazo tenga razón, pero no para el corto y menos para el mediano y explicó algunas de mis razones.

 

Del cacareado asunto de la no suscripción de nuevos contratos de exploración, el propio gobierno sabe que no podrá ser así (no tengo pruebas, pero tampoco dudas), porque lo que estaría en juego es la soberanía energética y el país se vería abocado a importar hidrocarburos, debido a que la demanda por sus derivados es una realidad creciente y el país no tiene cómo sustituirla con tanta celeridad. Importar hidrocarburos sería la solución, pero con un escenario de alta incertidumbre habida cuenta del manejo político de nuestro vecino país petrolero (valdría la pena recordar el alto costo que está asumiendo Alemania al depender de otro país para atender la demanda doméstica de energía), y la volatilidad de las condiciones de mercado, sería irresponsable con sus habitantes y con consecuencias impredecibles.

Luego no tiene sentido dejar enterrados los hidrocarburos que garantizarían la soberanía energética, solo por cumplir con una agenda ambiental liderada por países con enormes huellas de carbono. Dicho de otra manera, equivaldría a que los países más pobres, con menores emisiones de gas efecto invernadero – GEI, subsidien ambientalmente ahora a aquellos países que cargan la mayor responsabilidad del deterioro del medio ambiente que ya estamos padeciendo.

Ello no quiere decir que la política nacional deba ser mezquina con el resto de planeta haciendo caso omiso al cambio climático y seguir emitiendo GEI sin responsabilidad. Por el contrario, el desarrollo de una política de Estado, que garantice una transición energética apropiada para el país y no de una agenda de gobierno para un cuatrienio, es y será de buen recibo por el mundo entero, lo cual aseguraría la financiación para implementar aquellas medidas ambientales que viabilicen una transición energética en función de la realidad del país, así como mantenernos dentro de niveles apropiados de la huella de carbono que le permitan a la mayoría de la población colombiana mejorar sus condiciones de vida. Permítanme ilustrar esta última parte:

Suena bastante bien en los foros locales, pero especialmente en los internacionales, comprometerse con metas como la reducción de 51% de las emisiones GEI y lograr carbono-neutralidad para 2030 y 2050 respectivamente, pero al revisar las cifras, pareciera que la balanza no está de nuestro lado, como lo evidencia este pareto: según Glen Peters, del Center for International Climate and Environmental Research, en Oslo, en términos de población mundial, casi el 50% de la huella de carbono atribuida a los hábitos de consumo, es producida por el 10% de la población de mayores ingresos, mientras que sólo el 10% de ésta, lo aporta el 50% más pobre.

¿Y cuál es el tamaño de esa huella ambiental? De acuerdo con cifras de Banco Mundial, para el 2019, ésta era de 4,4 toneladas por año per-cápita como promedio del mundo. Pero como promedio que se respete, esconde los matices, veamos esa huella de carbono para algunos casos a fin de comparar nuestra realidad: la Unión Europea 6,4, Norteamérica 14,8, el mundo árabe 4,3, Qatar 32,8 (inverosímil), miembros de la OCDE 8,5, LATAM y el Caribe 2,6, Brasil 2, Argentina 3,7, Chile 4,6 y Colombia 1,6 (juzguen ustedes mismos); por otra parte, está entidad clasifica a Colombia dentro de los países con ingreso mediano y bajo, grupo que aportó 3,4 ton por año de las emisiones de GEI, para el mismo año.

Muchos de los países que han alcanzado niveles de desarrollo altos, consecuentemente clasificados en ingresos altos por el mismo buró, se financiaron, entre otros, con el desarrollo de su industria extractiva (mientras Colombia exporta sus materias primas sin desarrollo profundo de su aparato productivo) y ahora que el planeta se está calentando, nos piden que aportemos en la misma medida. Respetuosamente, debo manifestar que no coincido con esa postura y mucho menos con la suspensión de los contratos para nuevas exploraciones de hidrocarburos. Coincido con aquellas voces que aseguran que dejar enterrados nuestros hidrocarburos, por cuenta de estas ambiciosas metas, implicaría una presión fiscal innecesaria y el sacrificio de la fuente de financiación natural que requiere una transición energética responsable para el país, con el costo adicional del desvanecimiento de la esperanza para que muchos de los menos favorecidos mejoren sus condiciones de vida.

Esa política de Estado que nos permita hacer una transición energética apropiada para el país debe: i) no ser solo un plan de un gobierno; ii) debe considerar la ejecución de los actuales contratos de exploración para hidrocarburos y la suscripción de nuevos mejorando las condiciones para el estado, prestando mucha atención inclusive a los hidrocarburos no convencionales; iii) materializar la inversión anunciada de USD200 millones anuales del estado para combatir la deforestación de la Amazonia Colombiana; iv) reestructuración de sector de ganadería extensiva, que, junto con el anterior, son los mayores aportantes de emisiones GEI en el país y finalmente, v) Colombia debe continuar con la mejora de la composición de su matriz energética, particularmente en la sustitución de fuentes fósiles por renovables sin sacrificar el consumo de sus reservas de hidrocarburos. Larga y difícil tarea, pero ese es el camino.

Nota: ¿Qué espera el Gobierno Nacional para incentivar a los actuales agentes del mercado de combustibles líquidos, que permiten la generación de energía en las zonas no interconectadas del país, para hacer una sustitución a gas y quizá gradualmente a nitrógeno, gris por ahora, con la participación de Ecopetrol?

Darío Fierro

La huella de carbono que dejas en Netflix al ver tu serie favorita

Aunque parezca increíble cuando ves tu serie favorita en Netflix o en otra plataforma de streaming estás generando perjuicios en el medio ambiente: el motivo es que almacenar y enviar a todos los rincones del mundo la información que estas plataformas ofrecen consume una gran cantidad de energía.

Todos los días se envían alrededor de 38 millones de mensajes de Whatsapp, se presiona 5,7 millones de veces la tecla “buscar” en Google y se visualizan 165 millones de horas de películas y series en Netflix. Toda esta información se envía por cable, antena y fibra óptica, y queda guardada en algún lugar para poder volver a consultarla.

 

Se rompe la relación Facebook-Netflix

Según la revista Nature, la energía necesaria para refrigerar los centros de almacenamiento de datos supone el 0,3 % de las emisiones de GEI mundiales, que sumados a los correspondientes al resto del sector de las tecnologías digitales, superan a la aviación comercial como agente potenciador del cambio climático.

Son números a considerar, y más aun teniendo en cuenta el ritmo frenético en el que se incrementa la cantidad de dispositivos conectados a la red. Aun así, para bajar a tierra toda esta información, vamos a calcular la Huella de Carbono de ver en Netflix la serie que mencionamos.

La Huella de Carbono en Netflix

En los últimos años se han publicado numerosos trabajos que estudian la Huella de Carbono de las plataformas de visionado de contenidos en streaming. Sin embargo, los datos y supuestos asumidos por éstos han generado acalorados debates entre sus autores y las empresas del sector. A las ONG ambientalistas se les ha acusado de sobredimensionar el impacto, pero las plataformas tampoco han facilitado la realización de estudios profundos y precisos.

Por esto, para nuestro cálculo vamos a reparar primero en datos de consumo de energía proporcionados de manera oficial por la propia Netflix: El año pasado el consumo de energía de los edificios administrativos, estudios y centros de almacenamientos de datos de Netflix fue de 451.000 kWh [1].

Considerando que sus 167 millones de suscriptores visualizan una media de 1,1 horas de contenidos diarios (según varias estimaciones), la energía que podemos asignar a cada espectador es de 0,0067 kWh por hora. Para ver una  serie exitosa, por ejemplo, Peaky Blinders, que dura unas 30 horas, obtenemos que su visionado tiene una Huella de Carbono de 135 g de CO2 eq. Sin embargo, los datos aportados por Netflix no tienen en cuenta la energía consumida por la transmisión de sus contenidos hasta el espectador, ya que este aspecto se lo atribuye al gestor de las redes de comunicación.

1 GB por Hora en Netflix

Medir la cantidad de energía que consume el envío de un gigabyte por internet es complejo. Varios estudios han tratado de dar con una cifra, pero los resultados obtenidos difieren en varias órdenes de magnitud entre ellos. Por eso, vamos a utilizar una horquilla de resultados aceptados por la comunidad científica, asumiendo que el consumo está entre 0,023 y 7,3 kWh por cada GB [2].

Así, si una hora de visionado de Netflix consume 1 GB (según la plataforma), las 30 horas de Peaky Blinders suponen consumir otros tantos gigas de información. Aplicando la horquilla de resultados mencionada para el consumo de energía, obtenemos que la transmisión de datos asociada al visionado de la serie supone la emisión de entre 0,46 y 146 kg de CO2 eq.

Sumar ambos resultados nos ofrece la Huella de Carbono final de ver Peaky Blinders en Netflix: entre 0,6 y 146 kg de CO2 eq., que corresponde a viajar entre 3 y 970 km en coche.

Conclusiones

El margen de resultados obtenido es muy amplio, pero al principio podíamos pensar que esta actividad no generaba ningún impacto. Es cierto que la eficiencia del almacenamiento y envío de datos está mejorando rápidamente, pero también está creciendo con gran ritmo el volumen de dispositivos conectados a la red.

Es responsabilidad de las propias plataformas como Netflix reducir las emisiones asociadas a sus actividades. No es justo responsabilizarte a ti del cambio climático por ver una serie. Sin embargo, este tipo de cálculos nos sirven para darnos cuenta de que todos los bienes que consumimos tienen repercusión en el medio ambiente y, quizá, comenzar a exigir a estas empresas prácticas más sostenibles.

‘Tenis sostenible’, la apuesta del Torneo de Barcelona

El Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó será «el primer torneo» del circuito organizado por la ATP en certificar oficialmente su huella de carbono en la 69ª edición, que se disputará en Barcelona del 16 al 24 de abril

Para el cálculo de su huella de carbono, el torneo contará con el apoyo de Global Omnium, compañía nacional en la gestión del ciclo integral del agua, que medirá todas las emisiones generadas, directa e indirectamente, por el torneo. Esta medición implica el consumo energético, la gestión de residuos, el ‘catering’, los traslados de los jugadores y el público, según ha explicado la organización en un comunicado.

 

Este indicador ambiental es un instrumento que sirve para determinar y evaluar el impacto de una actividad sobre el cambio climático. AENOR, la entidad de certificación en España, se encargará de asegurar que los eventos que organiza el Real Club de Tenis Barcelona-1899 sigan los criterios de sostenibilidad.

Conocimiento y tecnología

«Es una satisfacción poder llevar a cabo este trabajo a través de la aportación de nuestro conocimiento y capacidad tecnológica para medir y calcular la huella de carbono de uno de los más prestigiosos torneos de tenis en tierra batida a nivel mundial, ligando este ejercicio a la medición al mismo tiempo de la huella hídrica del torneo», afirmó Juan Luis Pozo, director de Sostenibilidad del Grupo Global Omnium.

El cálculo de la huella de carbono es «un paso más en el camino de la excelencia» que ya viene recorriendo desde hace años el Real Club de Tenis Barcelona-1899 y el resto de los organizadores del torneo.

Grupo Éxito sensibiliza a los niños sobre el cuidado de los bosques y selvas en Colombia

“¿Y dónde está el verde?, ¿por qué el verde se ve más pequeño que los otros colores?, ¡necesito más verde!”, estas han sido algunas de las respuestas que desde Grupo Éxito y su iniciativa Exploradores Éxito, se han recibido por parte de niños y niñas a través de una nueva acción educativa llamada El Color Incompleto, con la que se busca generar conciencia y ser parte de la solución frente al cuidado de los bosques y selvas en Colombia.

¿De qué se trata?

Según las Naciones Unidas, los bosques albergan más del 80% de las especies animales y vegetales y, más de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para sobrevivir proporcionándoles alimentos, medicinas, combustible y abrigo. A partir de esta premisa y con el fin de generar soluciones que promuevan el cuidado del medio ambiente, Éxito ha creado una nueva acción enfocada en niños y niñas en Colombia.

 

“La iniciativa, El Color Incompleto, fue inspirada en la preservación de los bosques, humedales y selvas en Colombia, realmente queremos ser más amigables con el medio ambiente a través de acciones reales y brindando soluciones. Por eso, desde Exploradores Éxito, comunidad para niños y niñas entre los 5 y 11 años, queríamos llegar a diferentes colegios en Colombia, entregándoles una caja de colores y una hoja de papel para que dibujaran un paisaje. Cuando los niños comenzaban a pintar, descubrieron que el color verde era mucho más pequeño que los demás colores y así comenzamos a crear una conversación con ellos y sus profesores con el objetivo de demostrarles la importancia de cuidar un color que se nos está acabando, el verde”. Explica Camilo Reina, vicepresidente de mercadeo en Grupo Éxito.

Huella de carbono

Esta iniciativa, se une a otra serie de prácticas que ha venido desarrollando la empresa con el fin de mitigar su huella de carbono y preservar así el medio ambiente. Según Pablo Montoya, director de sostenibilidad de Grupo Éxito, “la compañía viene ampliando su objetivo de reducción de emisiones a una disminución del 35% de su huella de carbono para el año 2023 (vs línea base 2015) y para lograrlo, es fundamental la concientización de todos nuestros públicos comenzando por los más pequeños, es por esto que acciones educativas como El Color Incompleto son fundamentales para concientizar y generar conversaciones en torno al cuidado de nuestros bosques y selvas”.

“Cabe destacar que, dentro de esta misión, en la que estamos comprometidos con ser más amigables con el planeta, se han sembrado 856 hectáreas de bosque en los predios de nuestros proveedores directos de ganado, recogimos más de 788 toneladas de reciclaje en nuestros almacenes en el último año y más de 20.975 toneladas de reciclaje se han reutilizado y comercializado”, expone el director de sostenibilidad de Grupo Éxito.