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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Humberto Rafael Amín

Supuesta rifa de mujeres en el sector de Corabastos denuncia el concejal Amín

El concejal de Bogotá, Humberto Rafael Amín, denunció una supuesta instrumentalización sexual de la mujer que se presenta en zonas aledañas a la central de Corabastos en Bogotá. 

Amín, recordó a la Alcaldesa Claudia López, que, durante su campaña como candidata, hizo presencia en el lugar y enumeró cada una de las problemáticas que se tienen en esta UPZ quien aseguró en su momento que “si no se intervenía se convertiría en una olla”, y eso es lo que se evidencia hoy día en esta zona que circunda a Corabastos indica el concejal.

Un “cartuchito” o “cartuchín” como lo conocen es la muestra del descuido que se tiene en la ciudad. Una zona de tolerancia, indigencia, drogadicción, inseguridad, todos los problemas que existían hace tres años, persisten y no hay forma de que la alcaldesa mire a este lugar, indicó el concejal.

“Es muy difícil entender cómo existen rifas que instrumentalizan a las mujeres y que en sus alrededores haya un “cartuchito” como ellos lo llaman. También hay una zona de tolerancia y no vemos que realmente existan medidas eficientes para brindarles a los habitantes de los barrios El Amparo, María Paz, Concordia, entre muchos otros», señaló el cabildante.

De acuerdo con la denuncia, «en el sector se estarían realizando sorteos o rifas, en donde el premio es obtener una relación sexual con una mujer más una botella de alcohol».

El concejal de oposición a la administración de la alcaldesa Claudia López, hizo un llamado a las autoridades del Distrito para que presten atención a esta zona e investiguen lo que ocurre en su interior.

¡Empezó el desfile de Ministros!

Será mera casualidad que justo días después de haberse conocido ante la opinión pública la carta que allegaron al despacho presidencial algunos de sus ministros con duras críticas a la Reforma a la Salud, y donde uno de los firmantes era Alejandro Gaviria, ministro de Educación ¿haya sido removido de su cargo?

¿Qué está pasando? Estos hechos no pueden ser coincidencia, al contrario, generan una gran preocupación ya que queda demostrado que el presidente Gustavo Petro ¡NO ESCUCHA! y muy poco le interesa la sensatez.

La libertad de opinión es un derecho de todos los ciudadanos y no es justo ni honrado que todo aquel que vea con malos ojos o no esté de acuerdo con las propuestas que están llevando a Colombia al caos, sea apartado para el beneficio del presidente. Es que sin duda cada vez nos acercamos más a una verdadera dictadura.

De la salida de los tres ministros queda algo totalmente claro, y es que el presidente Gustavo Petro no escuchará a nadie que no esté de acuerdo con su forma de gobernar, su soberbia y terquedad seguirán estando a la orden del día en nuestro país, mientras se sigue afectando a los ciudadanos y sin duda el desfile en el gabinete ministerial hasta ahora empieza.

A este paso el presidente volverá a repetir la historia como cuando fue alcalde de Bogotá. Recordemos que durante su paso por la Administración Distrital realizó un poco más de 60 cambios entre los que se recuerdan los seis secretarios de la Secretaría Distrital de Gobierno, seis directores de Transmilenio y los siete directores que tuvo en la UAESP. Entonces viendo este panorama ¿Cuántos ministros tendremos que ver en su actual gobierno desfilando sin poder ejecutar absolutamente nada?

Definitivamente es urgente que el presidente Gustavo Petro entienda que el país necesita menos comités de aplausos y más gobernanza.

¡Presidente, recuerde que usted se debe a todo el país, no solo a quienes lo eligieron!

¡Este 15 de febrero a las calles por nuestro país!

Las manifestaciones ciudadanas no pueden convertirse en un comité de aplausos para alimentar el ego del presidente Gustavo Petro.

Resulta absurdo que para el Gobierno Nacional siga siendo una constante convocar a marchas y despilfarrar dinero de los colombianos solo para satisfacer sus caprichos egocentristas sin concentrarse verdaderamente en gobernar al país que lo eligió.

Tan solo en seis meses el presidente Gustavo Petro ha mostrado su intención de dividir a la ciudadanía y encuentra la manera de seguir desviando la atención de todo lo que busca hacer desde su gobierno, invitando a los colombianos a movilizarse y buscando mejorar su imagen que está en declive desde que se posesionó como Presidente de Colombia.

Es que solo basta con revisar las últimas cifras de favorabilidad de la encuesta Pulso País, de la firma Datexco donde cayó 10 puntos porcentuales entre octubre y febrero, y  la aprobación de cómo el presidente Gustavo Petro está llevando al país también ha bajado del 48% al 39%; es decir, los colombianos cada vez están más  descontentos con su gestión.

Y ni qué hablar de la baja convocatoria que tuvo durante la socialización de la reforma a la salud, donde llegaron tal vez un poco más de 200 personas a presenciar semejante show y gasto inoficioso por parte de la Presidencia para radicarla.

Después de todo, es irresponsable que el presidente Gustavo Petro convoque una marcha para defender propuestas que no son del todo claras para el país, reformas que afectan a los colombianos y que sin duda alguna siguen maltratando el bolsillo y la vida de quienes lo eligieron.

¿Defender qué? si es que el Gobierno Nacional no ha sido claro con lo que propone y sigue siendo hermético, contradictorio y confuso con cada una de las declaraciones que realiza ante la opinión pública.

Ahora bien, es increíble que cada vez que la oposición recurre a marchar en contra del mal gobierno, la respuesta presidencial resulta ser una convocatoria para intentar mover a sus adeptos en contra de quienes estamos en desacuerdo.

Eso no es más que un berrinche al que nos tenemos que acostumbrar, porque cada vez queda más claro que el papel presidencial en este gobierno es y será el de las pataletas de Gustavo Petro.

¿El nuevo dictador?

El Metro de Bogotá se ha convertido en un capricho del Presidente y de paso ha sacado a la luz sus verdaderas intenciones.

El gobierno del presidente Gustavo Petro está tomando decisiones mezquinas y caprichosas para Bogotá. El hecho de amenazar a toda una ciudad con la suspensión del 70% de los proyectos que financia la nación si no se hace la primera línea del Metro subterránea, ha sido un acto de un presidente con ínfulas de dictador.

Los bogotanos llevan más de 60 años esperando el Metro, pero entre discusiones y promesas han retrasado un proyecto que pareciera que no tiene cuándo terminar. Durante años se ha hablado de la posibilidad de hacer un Metro elevado o subterráneo y cada uno de los alcaldes que han llegado a administrar la ciudad han prometido cosas diferentes, lejos de entender que los bogotanos estamos cansados de la pésima movilidad y que lo único que nos interesa es poder tener un medio de transporte efectivo y rápido en beneficio de la capital.

Y es que es imposible ver con buenos ojos lo que el presidente Petro está pretendiendo hacer con el proyecto más importante de los bogotanos. Frenar de esta manera esta importante obra, y condicionarlo para que sea hecho a su medida, dejará a la ciudad con múltiples problemas jurídicos y contractuales que seguramente entorpecerán indefinidamente este megaproyecto.

Lo que sí resulta claro es que el presidente de los colombianos olvida que este ya no es un proyecto, o un plan venidero para la ciudad. Estamos hablando de un contrato firmado, financiado y en ejecución, por tanto, la única discusión debería ser sobre la extensión de la primera línea, o la financiación de la tercera. Pese a lo anterior, lo único que encontramos es que el Presidente de la República busca detener e imponerse como un dictador ante sus caprichos.

Si nos apartamos de la discusión sobre la construcción del Metro para los bogotanos, se hace cada vez más evidente el nefasto mandato por el que pasa el país. Tenemos un Ministro de Transporte que chantajea, un Secretario General del Departamento de Prosperidad Social acusado por corrupción, un Director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), investigado por acoso sexual, una Ministra de Minas acabando el sector energético del país. Así mismo no hay que olvidar que la Directora del ICBF no tiene experiencia con niños; el Ministro de Defensa con orden de captura de la Fiscalía de Guatemala por corrupción y dos viceministras ya han pasado su carta de renuncia. ¡Vaya cambio el que nos esperaba a los colombianos!

En tan solo cuatro meses el costo de vida ha aumentado drásticamente, el dólar sigue disparado y ni hablar de los combustibles: el galón de gasolina corriente ya bordea los 11 mil pesos, nada extraño que la aprobación del presidente Gustavo Petro en la última encuesta haya bajado y que un porcentaje de sus electores se sientan defraudados y hasta arrepentidos de haber creído en el supuesto Gobierno del cambio.

Ministra Vélez, por el bien de Colombia ¡renuncie!

Desde que Irene Vélez fue nombrada en la cabeza del Ministerio de Minas y Energía, no me canso de repetir que mantenerla en el cargo es una completa irresponsabilidad por parte del presidente de la República.

Sin lugar a dudas, el “Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la Transición Energética Justa” que presentó esta ministra en Davos (Suiza) para sustentar la decisión de no efectuar más contratos de exploración ¡fue la gota que rebosó el vaso!

Y es que, no sé a este punto qué me preocupa más, si la posible violación de los principios de transparencia, materialidad y competencia respecto de los reportes de información de recursos de hidrocarburos; o que la misma viceministra de esta cartera desconozca por completo este informe, y que sea la misma Ministra Vélez quien trate de legitimarlo colocando presuntamente sin consentimiento el nombre y firma de algunas de las personas que aparecen como parte del mismo, incluyendo el de la viceministra Belizza Ruiz, quien ya hoy está apartada de esta cartera.

Los problemas técnicos, normativos, y jurídicos que se presentaron son la clara muestra de la descoordinación que hay entre los funcionarios del Ministerio de Minas y el Gobierno central, pues se llegó al punto en el que diferentes funcionarios le advirtieron a la doctora Vélez que no era prudente presentar dicho informe y aun así prefirió presentarlo y citarlo sin tener la más mínima idea de las consecuencias que traería para el país.

Entre otras cosas, es muy preocupante que toda una ministra de Minas y Energía, no sepa estimar las reservas de hidrocarburos y que tampoco las entienda. Es que, a ciencia cierta, el hecho que un colombiano de a pie, no sepa ni conozca esta información es totalmente aceptable y comprensible, pero que la persona encargada de este campo lo desconozca por completo es insensato. Y aclaro, esto no lo digo yo, lo dicen expertos que sí tienen amplia experiencia en el manejo de hidrocarburos en el país.

Es claro que debemos pensar en una transición energética, pero eso no es un plan que se hace de la noche a la mañana, ni es una decisión que se puede tomar detrás de un escritorio y a dedo.

Lo que ha hecho la ministra Irene Vélez desde que asumió la cartera de energía es desestabilizar el país, cada declaración es error tras error y Colombia no puede seguir en esa ruta de trabajo. Y es que como lo aseguró en su más reciente entrevista la exviceministra Ruiz, “la ministra Vélez no sabe nada de energía, de cómo funciona ese mercado, no puede aportar nada a esas empresas”

Basándome en estas últimas declaraciones de la exviceministra Belizza Ruiz, puedo confirmar que no se trata simplemente de un error que no están dispuestos a asumir, sino que, además la terquedad y los caprichos de este Gobierno están a la orden del día.

Esperemos que el presidente Petro no salga a defender la nefasta gestión de su ministra y ahora sí reconozca que este favor político le puede salir muy caro.

Humberto Rafael Amín

Concejal de Bogotá

Calidad de vida de los bogotanos, cada día peor

Sin lugar a duda la evolución de la capital colombiana depende en gran medida de las obras que se están ejecutando, no obstante, resulta difícil comprender cómo podemos tener toda la ciudad en obra y continuar manejando el discurso de ‘mejora de infraestructura de la ciudad’ para justificar los errores que se cometen en cuanto a la ejecución de obras y que afectan de manera negativa la calidad de vida de los bogotanos.

Según el último estudio realizado sobre tráfico en el mundo, la empresa analítica de datos de movilidad y transporte, INRIX, informa que Bogotá es la sexta ciudad con peor movilidad en el mundo.

Con el retraso en la construcción de vías, sumado a la venta acelerada de vehículos y motocicletas, el mal estado de la malla vial y la ausencia de señalización, es imposible que Bogotá no sea calificada como la ciudad con peor movilidad de Latinoamérica. Los desplazamientos en la Capital son realmente agobiantes, pues según este mismo estudio, al año son 122 horas, 5 días los que pierden los bogotanos debido a la congestión vehicular. Ahora, si le sumamos el desorden que hay entre obras y cierres viales que actualmente tiene la ciudad, seguramente esas 122 horas estarán muy por encima.

Por otra parte, ni la misma Secretaría de Movilidad del Distrito tiene conocimiento sobre cuántos vehículos circulan en la ciudad actualmente, de acuerdo a una respuesta a un derecho de petición, me fue informado que el último estudio que tienen al respecto es del año 2019. Si revisamos ese ejercicio, la alcaldesa Claudia López no ha tenido la voluntad de actualizar los datos que se entregaron a su administración y de esa manera poder estructurar soluciones reales para mejorar la movilidad de los ciudadanos.

Es decir, se han hecho cambios sustanciales al pico y placa para supuestamente mejorar los tiempos de traslado en la capital del país, pero lo único que demuestra la Administración Distrital es que le tiene declarada la guerra al carro particular, y convirtió a los dueños de vehículos en una chequera.

En palabras de la alcaldesa, “Vamos a morirnos en el trancón si no avanzamos en el carro compartido, si no avanzamos en la multimodalidad, racionalizar los viajes que tenemos que hacer es la primera medida que cualquier ciudadano puede hacer; priorizar modos de movilidad, si puedo hacer un viaje caminando o en bicicleta mejor, esto significa cero contaminaciones”, y esto no es más que absurdo, pues en lugar de ayudar a la ciudad a mejorar su movilidad, solo desalienta y continúa abriendo frentes de obra que afectan drásticamente a todos los bogotanos.

Hay que tener presente que a pesar de ser novedosos los sistemas masivos de transporte que se buscan implementar en Bogotá y los municipios vecinos, la alcaldesa no ha encontrado alternativas claras y contundentes para evitar que los traslados que se realizan a diario en la capital no se conviertan en un calvario para los capitalinos.

Ahora bien, ninguna decisión de la Secretaría de Movilidad ha sido funcional para mejorar los tiempos de traslado en la capital, el nuevo pico y placa que pareciera ser más equitativo, no soluciona ninguna de las dificultades que presentan los capitalinos en las vías, suprimen medidas como el carro compartido y la improvisación en la Administración Distrital se convirtió en la mejor manera de justificar los errores que cometen cada día.

A un año de finalizar el mandato de la alcaldesa Claudia López me pregunto ¿no importan las vidas que se pierden y los accidentes que se presentan en Bogotá por el mal estado de las vías, la falta de señalización y la improvisación de las medidas? ¿Está segura que la movilidad puede esperar?

Humberto Rafael Amín