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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Inseguridad

La respuesta de la Policía a Claudia López

Ante el constante reclamo de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, por un supuesto incumplimiento de parte del Gobierno Nacional para el incremento del número de efectivos de la Policía en la ciudad, la Policía Nacional emitió un comunicado negando haberle faltado a la capital del país.

De acuerdo con la Policía, “en el caso de Bogotá se acordó financiar la formación de 1.500 patrulleros y en una cláusula se consignó que la Policía Nacional no podía garantizar que la totalidad de los estudiantes aprobara el proceso de formación, así como no quedó obligada a su reemplazo”, dice el texto.

 

Dice además que se le entregaron a la administración distrital los 1.399 uniformados graduados y se explicó por qué no se hizo lo propio con los 101 restantes: 40 se retiraron y 61 fueron aplazados.

El comunicado finaliza explicando que el retiro de personal ha sido mayor al que ha ingresado.

Violento atraco en la Carrera Séptima pone en duda la seguridad en Bogotá

Una vez más la seguridad ciudadana en Bogotá fue puesta en duda luego del violento atraco del que fueron testigos habitantes, y personas que se movilizaban por la Carrera Séptima entre las Calles 100 y 95.

El suceso quedó registrado en videos divulgados a través de redes sociales donde se observa a dos sujetos apuntando de frente contra un domiciliario para bajarlo de la moto, lo que desata una fuerte pelea, pero finalmente el conductor la moto se va del lugar y deja su vehículo.

 

Los delincuentes además intimidaron al resto de conductores que transitaban por la vía, quienes lograron huir del lugar.

En el hecho fue herido un ciudadano que al oponerse es impactado al parecer con arma de fuego, quien permanece bajo pronóstico reservado.

El violento atraco sucedió en inmediaciones a las instalaciones militares del Cantón del Norte, el Distrito Militar No 1 y el Teatro Patria.

La Policía Metropolitana ofreció una recompensa de 10 millones de pesos por información que permita dar con los autores materiales de este delito.

 

 

Seguridad Privada pide celeridad en la investigación del asesinato de uno de sus guardas

La Confederación Nacional del Gremio de la Seguridad Privada (CONFEVIP), pide celeridad a la Fiscalía General de la Nación en la investigación del asesinato del guarda, Heber Alirio Quintero Walteros, a quien desconocidos golpearon y luego lo incineraron junto a su motocicleta en la vereda Santa Helena en el departamento del Meta.

El atroz hecho se presentó la semana anterior en inmediaciones al municipio de Puerto Gaitán, Meta, por lo que el gremio hace un llamado a las autoridades judiciales y del territorio para que no quede en la impunidad.

 

El trabajador prestaba sus servicios a HONOR, empresa de seguridad que es contratista de Ecopetrol en Campo Rubiales. Ante estos hechos, Miguel Ángel Díaz, presidente de CONFEVIP, demanda una investigación exhaustiva que permita el esclarecimiento de lo sucedido “se sabe que se trata de una banda delincuencial que opera por la zona, hay testigos de lo que sucedió y por eso exigimos a las autoridades que actúen de manera inmediata, este crimen no puede quedar en la impunidad”.

 

La contabilidad de los muertos

Hugo Acero Velásquez

Definitivamente, con el concepto de “Homicidio Intencional” las cifras que hoy está entregando Bogotá no incluyen los homicidios que se ejecutan en “uso legítimo de la fuerza” (abatidos por la Fuerza Pública), legítima defensa, homicidios preterintencionales y accidentales.

 

Estos cambios se sustentan en que las cifras de la Policía -SIEDCO- se están ajustando con base en el documento de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito UNODC “Clasificación Internacional de delitos con fines estadísticos” que define el homicidio intencional como “La muerte ilícita causada con la intención de causarle la muerte o lesiones graves” .

Frente a estos cambios, que seguramente tienen su justificación, surgen una serie de interrogantes y cuyas respuestas son necesarias para garantizar la confiabilidad de las cifras y la posibilidad de ser contrastadas entre los departamentos y municipios del país, con otros países y ciudades de la región y del mundo y entre periodos de tiempo más a menos largos.

  • ¿En qué periodos de tiempo, años, se van excluir los homicidios que se ejecutaron en Colombia (departamentos y municipios) en “uso legítimo de la fuerza” (abatidos por la Fuerza Pública), legítima defensa, homicidios preterintencionales y accidentales, 10 años, 20 años, 30 años? Esto para poder determinar los periodos de comparación.
  • ¿En qué países de la región y del mundo se está adelantando esta tarea de exclusión de estos tipos de homicidios? Esto para saber con qué países, municipios y ciudades nos podemos comparar.
  • ¿Esta exclusión está siendo discutida con el distrito y las demás ciudades del país que manejan sistemas de información y observatorios de violencia y delincuencia?
  • ¿Esta exclusión está siendo discutida con la Rama Judicial? Esto porque al final del proceso de investigación de cualquier homicidio es el juez el que determina, con base en acerbo probatorio, el tipo de homicidio y toma la decisión de absolver o condenar.
  • ¿Esta exclusión está siendo discutida con el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses?
  • Cómo evitar lo que pasó con los “falsos positivos”, donde las víctimas en su momento fueron presentadas como “abatidas en combate” y años después se vino a confirmar que fueron dadas de baja de manera ilegítima? Hasta ahora se sabe que fueron más de 6000 los casos registrados en el país.
  • En esta misma línea ¿Quién determina cuándo un caso de homicidios se da en “legítima defensa”, es “preterintencional” o es “accidental”? ¿Los investigadores de la Policía, de la Fiscalía o los jueces con base en las pruebas recogidas por estos investigadores y el análisis forense?
  • De acuerdo con la respuesta anterior ¿Cuándo se toma la determinación de incluirlos o excluirlos de las cifras que manejan las instituciones y que deben ser públicas y transparentes?

Estas y seguramente otras preguntas que van a aparecer con la discusión pública sobre la exclusión de los homicidios referenciados en este artículo, las autoridades de seguridad y justicia, que están adelantando esta tarea las deben asumir como un derecho de petición.

Todo esto para seguir avanzando en la confiabilidad de las cifras de violencia y delincuencia, que permiten contar con adecuados diagnósticos y la definición, ejecución y seguimiento de planes y acciones para enfrentar los problemas de inseguridad que hoy preocupan a la mayoría de los colombianos.

 

Con machete asesinan a hincha de Nacional en un bar de Bogotá

Juan Sebastián Cobiativa, de 24 años, hincha del equipo de fútbol, Atlético Nacional, fue asesinado en medio de un acto de intolerancia en un bar de la localidad de Suba.

El hecho se presentó durante una riña con  fanáticos del equipo de Millonarios  en el barrio de Suba Rincón.

 

Lo que inició con una discusión verbal con  terminó con una pelea con agresiones físicas en las que utilizaron desde cuchillos hasta machetes; armas que causaron heridas graves y acabaron con la vida del fanático de Nacional.

La Policía Metropolitana de Bogotá informó que ya capturó a tres personas de las seis personas que habrían estado envueltas en la muerte del aficionado.

Nuevo caso de cadáver en bolsas de basura

Un nuevo caso de hallazgos de cuerpos con signos de tortura se presentó en la ciudad de Bogotá, en inmediaciones de la Avenida Primero de Mayo con Carrera 38, en el barrio Carvajal de la localidad de Kennedy.

El cadáver fue encontrado por un reciclador al interior de una bolsa de basura, envuelto en medio de unas cobijas.

 

Al reciclador le habrían pagado para que se deshiciera de las bolsas, se las llevara en su carretilla y las botara en un lugar lejano, así como le piden constantemente.

De acuerdo con los primeros informes, el cuerpo presentaba varios signos de tortura, incluso parecía haber recibido un disparo en la cabeza.

 

Roban a dos mujeres mientras rezaban en una capilla

Imagen captura del video

En un hecho sin precedente, un ladrón ingresó al oratorio de una iglesia católica en el barrio Timiza de la localidad de Kennedy y amenazó con cuchillo a dos señoras que estaban rezando, quitándole  sus pertenencias.

 

El delincuente le hurtó  a una de las mujeres una suma cercana a los $300.000, estaba de rodillas orando frente a una imagen religiosa.

La otra mujer se salvó de que le robaran sus pertenencias porque no tenía nada de valor.

La Policía activó las alarmas y en estos momentos hace el seguimiento a las cámaras del lugar para seguir la pista al delincuente.

Nota relacionada: Policía recupera 32 motos robadas

Policía recupera 32 motos robadas

Imagen de referencia

La Policía Metropolitana de Bogotá  logró recuperar 32 motocicletas avaluadas en $300 millones, elementos que habían sido hurtados en el departamento de Cundinamarca, bajo la modalidad de piratería terrestre.

 

En el operativo se capturó a una persona capturada y un menor de edad.

Mediante labores investigativas, recopilación de videos de cámaras de vigilancia y la información ciudadana, se logró ubicar al conductor del camión que transportaba los automotores que cubría la ruta Yumbo – Paz de Ariporo, Casanare.

Una de las víctimas narró a los investigadores que durante el trayecto recogió a una mujer en el municipio de Silvania, Cundinamarca, la joven le indica al conductor que iba para Soacha, durante el recorrido, ella le ofreció una bebida, la cual le hizo perder el estado de conciencia; en ese instante es abordado por dos sujetos armados, uno de estos asume el volante y lleva el vehículo, tiempo después el ciudadano es lanzado al botadero Doña Juana. En este punto en el Sur de Bogotá, las motocicletas son descargadas a otro automotor y el vehículo que las movilizaba es abandonado en la localidad de Ciudad Bolívar.

Se ubicó a dos personas en el parque principal del barrio Olaya, los cuales transportaban 7 motocicletas que hacían parte de las 32 hurtadas, en ese momento se logra identificar labodega en el barrio Isla del Sol en la localidad de Tunjuelito, donde se encontraban 25 motocicletas, lugar en el que se presume que fueron ocultadas desde el día del hurto.

La Policía recomienda a los usuarios de motos no recoger personas en las vías, y acatar los reglamentos internos de las diferentes empresas.

 

¿Dónde están las cámaras de vigilancia de Bogotá?

En el sistema de videovigilancia de la ciudad no están funcionando el 100% de las cámaras que pertenecen a la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia. Lo que significa que el Centro  Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4) de Bogotá no visualiza en tiempo real los diferentes puntos de la ciudad. Ante esta situación quiero manifestar a la opinión pública:

  • Actualmente el sistema cuenta con 9.178 cámaras. El 63,4% pertenecen a la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, 20% a entidades públicas (Secretaría de Movilidad, CAR, INVIAS y Transmilenio) y 16,4% son del sector privado.
  • Según informó la SDSCJ de las 5.828 que pertenecen al distrito, solamente están funcionando 4.774. Es decir, 1.054 (el 18%) están fuera de servicio. ¿Cómo garantizar la seguridad de los bogotanos si ni siquiera la infraestructura dispuesta para ello opera de manera adecuada?. Desde noviembre del 2022 la Contraloría Distrital alertó que eran 700 las cámaras que estaban operando, a la fecha hay 354 adicionales que quedaron fuera de servicio.
  • La entidad alude esta inoperancia a: obras del IDU (31), falta de energización (335), problemas en la conectividad (36) y fallas técnicas del C4 (630). Esta última representa el 59,7% del total de las cámaras que no están funcionando.
  • El Plan de Desarrollo incluyó un proyecto denominado “Modernización de la infraestructura de tecnología para la seguridad, la convivencia y la justicia en Bogotá” con un presupuesto para el cuatrienio de $539.945.530.111, actualmente tiene una ejecución del 74%.
  • Además, según la entidad las 630 cámaras están incluídas en el contrato de mantenimiento de con número de proceso SCJ-SIF-LP-003-2022 firmado el 05 de octubre de 2022 con duración de 10 meses por un valor de $14.823.000.000. Lo cierto es que en este momento no están trabajando en pro de la seguridad de la ciudad.

Le he propuesto a la ciudad un ecosistema de seguridad que necesita que el 100% de las cámaras estén funcionando. La seguridad está en riesgo.

 

Lucia Bastidas

Encuentran el cadáver de la editora del Canal RCN

Yessica Calvera quien trabajó durante 15 años como editora en el canal RCN como colorista y actualmente restaba sus servicios profesionales en Sony Teleset, apareció muerta en el baño de su casa en el barrio Modelia, de la localidad de Fontibón.

Los primeros informes entregados por la Policía registran graves signos de violencia física,  entre ellos, lesiones con arma blanca. Al parecer se trataría de un caso de hurto.

 

Calvera salió de su casa y horas después, a su regreso, al parecer fue cuando ocurrieron los hechos que todavía son materia de investigación.

Encuentran el cuerpo de una mujer al interior de una maleta

La Policía Metropolitana de Bogotá confirmó el hallazgo en el barrio Meissen en Ciudad Bolívar, de un maletín con el cuerpo de una mujer en su interior.

De acuerdo con el Teniente Coronel, Hervyn Montañez, el cuerpo fue encontrado por un habitante de calle en la noche del lunes 29 de mayo, quien de inmediato dio aviso a los números de emergencia.

 

“Las unidades del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes llegan al sector, se informa a las unidades de investigación criminal y en este momento todo es materia de investigación”, agregó teniente coronel Hervin Montañéz.

El uniformado confirmó que las autoridades hacen seguimiento a las cámaras de vigilancia del sector para dar con el responsable de este macabro hecho.

La creciente inseguridad en América Latina

La creciente inseguridad en América Latina, no solo en países tradicionalmente violentos como Colombia o los de Centroamérica sino ahora en otros como Ecuador, está íntimamente vinculada al elevado número de armas de fuego que inundan el continente pese a que tiene leyes más estrictas respecto a la tenencia de este tipo de armamento de las que hay en Estados Unidos, de donde proceden buena parte de ellas.

La tasa de homicidios en la región ha ido en aumento en los últimos años. Según los datos de 2022 recogidos por el portal especializado Insight Crime, Venezuela registró la tasa más alta, con 40,4 por cada 100.000 habitantes, seguido por Honduras, con 35,8; Colombia, con 26,1; Ecuador, con 25,9; y México, con 25,2.

 

Aunque en Chile la tasa se sitúa en 5 por cada 100.000, muy lejos de los países más violentos, los homicidios se han duplicado en la última década, generando preocupación entre la ciudadanía –el 50% identifican la delincuencia como la cuestión más importante a nivel nacional–.

El Gobierno del izquierdista Gabriel Boric ha aumentado el gasto en seguridad e incluso ha desplegado al Ejército para tratar de resolver la crisis migratoria en la frontera con Perú, lo cual no ha evitado que la derecha se impusiera en las recientes elecciones para elegir a quienes deberán redactar la nueva Constitución del país.

También en Ecuador los niveles alarmantes de violencia han sido claves en la crisis política que atraviesa el país, donde el presidente, Guillermo Lasso, ha disuelto la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, ante la imposibilidad de gobernar. Aquí, el mandatario autorizó a principios de abril la «tenencia y porte de armas de uso civil para defensa personal», entre otras medidas para intentar frenar la incipiente inseguridad, vinculada en el auge del narcotráfico.

Tráfico ilícito de armas ligeras 

«Un factor clave detrás de esta epidemia de violencia armada es el desvío, y el tráfico ilícito, de armas pequeñas y ligeras en toda la región», subraya Carina Solmirano, experta al frente del Observatorio del Tratado de Comercio de Armas (ATT Monitor, en inglés) en Control Arms, una coalición de organizaciones que apuestan por un mayor control en esta materia en un artículo para ‘Americas Quarterly’.

Precisamente, el último informe elaborado en 2018 por el ATT Monitor pone de manifiesto que más del 75% de los homicidios en la región implican armas de fuego, muy lejos de la media mundial del 40%. Además, América Latina cuenta con 10 de los 15 países con las tasas de homicidio más altas fuera de un conflicto armado.

De acuerdo con las estimaciones de Small Arms Survey de 2018, ese año había en la región unos 60 millones de armas en posesión de la población civil, con 17,5 millones en Brasil y 16,8 millones en México, buena parte de las cuales no están registradas legalmente. A estas hay que añadir los alrededor de 8,8 millones en posesión de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y de las que disponen las empresas de seguridad privada, un negocio al alza en América Latina.

«Los millones de armas ilegales que circulan en la región y el persistente tráfico entre países y desde Estados Unidos ha permitido que las actividades de organizaciones criminales se expandan y ha hecho que sus actividades sean aún más violentas», denuncia Solmirano, vinculando los crecientes niveles de violencia armada en el hemisferio con el tráfico de drogas.

Varias formas de desvío de armamento

La procedencia de las armas ligeras ilegales que circulan por América Latina es diversa, en función del momento y la forma en la que se produzca su desvío de los cauces legales. Una buena parte de ellas tiene su origen en los conflictos armados que asolaron hace décadas países como Guatemala, El Salvador o Nicaragua. Según el citado informe de ATT Monitor, al término de la guerra civil en El Salvador se estima que unas 360.000 armas de tipo militar no fueron entregadas.

No obstante, Estados Unidos sería la principal fuente de este tráfico ilícito de armamento. En muchos de los casos, según explica ATT Monitor, una persona adquiere legalmente en Estados Unidos armamento pero luego lo saca de forma ilegal, principalmente hacia México, pero también hacia otros países de la región.

Según las estimaciones, unas 253.000 armas de fuego compradas mediante estos ‘hombres de paja’ cruzaron la frontera entre los dos países cada año entre 2010-2012. Además, el 70% de las armas incautadas por las autoridades mexicanas entre 2009 y 2014 tuvieron su origen en Estados Unidos, más de 73.000, lo que confirma el nivel de este tráfico.

Otra de las vías para el comercio ilegal de armas es la falsificación o el uso no autorizado de certificados de usuario final. En conflictos como el vivido en Colombia se constataron casos en los que compras a priori legales se desviaron gracias a certificados falsificados y funcionarios corruptos hacia grupos armados.

Corrupción endémica

La corrupción, uno de los problemas endémicos del continente, también juega un papel clave en todo este proceso de desvío de armamento. Efectivos de las fuerzas de seguridad y funcionarios corruptos han hecho que los arsenales estatales se hayan convertido en una importante fuente de suministro para grupos armados y narcotraficantes en América Latina.

Y si en el pasado el dictador panameño, Manuel Noriega, entregó armas a las partes enfrentadas en El Salvador, por ejemplo, ahora se sospecha que la Venezuela de Nicolás Maduro entrega armas al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla de Colombia, de acuerdo con el citado informe.

La proliferación de grupos de seguridad privada en la región también contribuye al tráfico ilegal de armamento. Según ATT Monitor, se estima que hay unas 16.000 empresas que emplean a al menos 2,4 millones de personas.

Así, se calcula que hay dos agentes de seguridad privada por cada policía en el subcontinente, si bien la cifra es incluso mayor en países como Brasil, Colombia o México así como en Centroamérica. La falta de regulación y de mecanismos de supervisión sobre estas empresas privadas y sus armas facilita que se cometan abusos y que parte del armamento que emplean termine en el mercado negro.

El desvío de armas pequeñas y ligeras «sigue siendo un problema serio en la región de América Latina y el Caribe», según ATT Monitor, que reconoce también la complejidad de hacerle frente y advierte de que no es responsabilidad exclusiva de estos países, incidiendo en particular en el rol de los países exportadores por asegurarse del destino final de sus ventas y en particular Estados Unidos.

Costo de la violencia armada

Por otra parte, la violencia tiene un importante coste económico para estos países. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 2017, la delincuencia le cuesta a América Latina un 3% de su PIB, en una orquilla que va desde el 2,42% hasta el 3,55% y en la que los países de Centroamérica salen peor parados. Aquí, el coste es el doble de la media regional.

Esto se traduce en un coste total de hasta 236.000 millones de dólares y una media de 300 dólares per cápita en los 17 países analizados. Tal y como advierte Solmirano, «es muy probable que estos costes sean muy superiores hoy en día si se volvieran a medir las mismas variables», habida cuenta de que América Latina fue de las regiones más castigadas por la pandemia de COVID-19.

En estas circunstancias, según la experta, la «militarización de la seguridad pública», como ha ocurrido en México o Brasil, no ha brindado los resultados deseados. Por ello, apuesta por otras medidas como una mejora de la seguridad de los arsenales, una mayor destrucción de armas decomisadas o más intercambio de información, y advierte de que hace falta un «enfoque integral que reduzca la demanda global de armas» para evitar que América Latina siga siendo «la región más violenta del mundo».

Motociclista dispara a conductor del SITP por salpicarle de agua

Un conductor de un bus del SITP fue víctima de un acto de intolerancia en medio del fuerte aguacero que se vivió en las últimas horas en Bogotá.

Cuando el vehículo se movilizaba por la intersección de la carrera 68 con calle 98, en la localidad de Suba, durante una intensa lluvia que dificultaba la visibilidad en las calles, salpicó con agua a una moto que circulaba muy cerca de este.

 

El conductor de la moto entró en furia, e inició la persecución al bus hasta interceptarlo. Cuando este se detuvo, el motociclista sacó un arma de fogueo y disparó contra esta persona.  De inmediato testigos y transeúntes alertaron a la Policía y brindaron los primeros auxilios al conductor herido, quien fue trasladado de inmediato a la Clínica Shaio para recibir atención médica.

La Policía activó los mecanismos de persecución para dar con el responsable de este acto de intolerancia en la capital del país.

 

Gestión de la seguridad ciudadana, el gran reto

Este 2023 se ha caracterizado por una pregunta común que recorre prácticamente todos los escenarios de la vida pública nacional: ¿Hacia dónde vamos?

El interrogante aplica para diversas temáticas incluida obviamente hacia dónde vamos en materia de seguridad ciudadana.

 

En este aspecto de acuerdo con las cifras el último trimestre del 2022 y el primero del 2023 deja en nuestro país un aumento de los llamados delitos de alto impacto.

Así las cosas, mientras el país político digiere la intención de la llamada estrategia de paz total propuesta por el gobierno nacional, varios de los actores delincuenciales pareciesen han tomado un “aire” en diversas zonas para sembrar zozobra e incertidumbre en las bases sociales las cuales son las que viven en carne propia hechos como el homicidio, el hurto callejero y el micro tráfico.

Según las estadísticas delitos como el secuestro tuvo un aumento del 43,6% y el hurto a personas en el comparativo de enero del 2022 y enero del 2023 tuvo un aumento del 26%. En el caso de la extorsión el incremento comparativo en iguales meses es del 33%.

El hacia dónde vamos está acompañado del ¿Qué podemos hacer? Pensar en una política con enfoque en la seguridad ciudadana debe incluir a más instituciones y que la responsabilidad no solo sea exclusiva de la Policía.

Este país ha crecido demográficamente y con ello llegó el aumento de los problemas relacionados con la delincuencia asociada a crimen organizado.

A esto se suma otro factor que dificulta una acción eficiente frente a la problemática expuesta: la limitada capacidad de la mayoría de los municipios de nuestro país. Una cosa es enfrentar los delitos de alto impacto en Bogotá con una robusta articulación de servicios institucionales y disponibilidad presupuestal y otra muy distinta es la realidad del 90% de municipios del país que según Planeación Nacional son categoría 5 y 6 lo que representa que sus recursos son muy limitados.

Sin embargo, ante el panorama de desafíos e incertidumbres en seguridad ciudadana, los colombianos necesitamos acciones prontas y contundentes. La seguridad de nuestras familias y nuestros entornos sociales no dan espera.

Nuestro acompañamiento con prontitud a los reclamos ciudadanos es sin duda el gran reto para lograr el restablecimiento del orden en nuestro territorio nacional.

 

Pésimos resultados en seguridad en Bogotá

La seguridad en Bogotá no va bien. La revista Semana calificó de “alarmante” la situación, revelando un incremento del 12,2% en los homicidios ocurridos en la ciudad para el periodo que va de enero a abril, frente al mismo cuatrimestre de 2022. ¡340 personas asesinadas en 4 meses!.

Esto borra de un plumazo el tan cacareado éxito en reducción de asesinatos que se registró a finales del año pasado. Volvimos a como estábamos en esa época muy dura de crimen y delincuencia que se vivió tan pronto se acabó la pandemia, cuando el petrismo se desató en las calles provocando caos, y cuando los delincuentes se ponían al día, tras casi dos años de violencia silenciosa gracias al covid.

 

Pero es que, además, lo del supuesto éxito de 2022 en reducción de homicidios, revertido ahora, no fue tal. Como Concejal de Bogotá he tenido acceso a informes muy detallados de la situación de seguridad en la ciudad para el cierre del año pasado. En esta columna me propongo revelarles algunas de las cifras más angustiantes y contarles mi percepción sobre lo que creo, es una bomba a punto de estallar si no se desactiva rápido.

Lo primero que alarma es que de las 22 metas trazadoras del sector seguridad, nos fue muy mal en 17 durante todo el año pasado. Las llamadas “metas trazadoras” son con las que se mide estratégicamente la acción de la administración en cuanto a la prevención del delito, e incluyen temas como la tasa de homicidios, el hurto a personas, las atenciones a mujeres en casas de justicia, los delitos informáticos, entre otras.

En todas estas el problema no fue tanto que no hayan reducido, pues algunas lo hicieron, sino que  las metas se incumplieron. El homicidio en 2022 se ubicó en 12,7 por cada 100 mil, pero la meta eran 10,9. La tasa de hurto a personas, con 137 mil personas robadas durante el año, se ubicó en 1.730 por cada 100 mil, pero la meta eran 1.566. Los delitos sexuales, en cuyo caso la administración se había fijado una meta de 4.063, totalizaron al final a 5.908, un 45% por encima.

Caso aparte, por cierto, el de los delitos informáticos, que mientras que la administración se había fijado la meta de que totalizaran algo menos de 5.000 anuales, el año cerro con la impactante cifra de 19.290, es decir 286% por encima de lo planeado. No se está haciendo prácticamente nada efectivo en ese delicado frente, que incluye desde fraudes, hurto y suplantación hasta ciberterrorismo.

El tema es crítico, porque según análisis de la Personería, que se valida en cada conversación que tengo a diario con las comunidades de todos los barrios como Concejal de Bogotá, es que los responsables de esta explosión de inseguridad, son las bandas delincuenciales organizadas multicrimen.

Las mismas que, por cierto, con la expectativa de la paz total del gobierno Petro, están aprovechando para fortalecerse y consolidar su poder territorial.
Entre tanto, el Ministerio de Defensa ha ido negando el problema, en una puja vergonzosa, con una administración distrital que, hay que reconocerlo, al menos ha ido cambiando de posición, y alertando que el tema es grave.

“En Bogotá no existe la presencia permanente y con ánimo de control por parte de grupos armados organizados (…) se han identificado nueve estructuras del crimen en torno al narcotráfico que pueden tener vinculación con las estructuras de tipo rural (…)”, dice el Ministerio, mientras el Secretario reconoce que claro que hay instrumentalización de bandas más pequeñas (llamas tipo C) por parte otras más grandes (tipo A y B, entre las que están las FARC y el ELN).

El tema es crítico, el gobierno nacional debe ponerse serio con este tema, y colaborarle a una administración que, por ahora, va a cerrar con muy malos resultados en seguridad.