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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: jaime acosta

Luego del golpe ministerial

El ataque de la oposición y de la coalición de “amigos” enemigos

Desde hace semanas se decía en voz alta que sucedería una crisis ministerial a los ocho o nueve meses de iniciado el actual gobierno. Después de semana santa opositores manifestaron que en 45 días sucedería un golpe ministerial, y que a partir de ahí Petro gobernaría con su gente de confianza. Incluso, voces de personajes demenciales expresaron que se desataría una guerra civil, o una toma violenta de la Casa de Nariño. Aterradoras alucinaciones fascistas.

Después del 7 de agosto, pronto la oposición empezó a pedir la cabeza de ministras y ministros: minas y energía, canciller, defensa, y salud. Querían comer gabinete para hacerle imposible la vida al presidente con debates del más bajo nivel intelectual, ético y político, característica de la destructiva oposición que tiene en los grandes medios sus aliados a través de periodistas maestros de la superficialidad destructiva, que daría para demandas judiciales multimillonarias,  porque no es libertad de prensa, es destrucción de la libertad de informar sin mentiras y sin maldad porque desbaratan instituciones y atentan contra la estabilidad del estado atacando al presidente y a su gobierno, pues no quieren ceder un milímetro del poder mal habido durante treinta años de un neoliberalismo insaciable e insalvable. El Centro Democrático y Cambio Radical han sido patéticos, junto a algunos de la mal llamada coalición de gobierno. Todo este sistema político tradicional está desbaratado: sin líderes, lo que tienen son gritones deformadores con poder que actúan como partidarios del caos y del pasado. No tienen nada que ver con los grandes reformadores liberales del siglo pasado. Los partidos de hoy son de la más alta mediocridad posible, incluidos los tibios de Dignidad & Compromiso, que conforman una rara expresión política, una especie de terrícolas abandonados en el espacio.

Entonces, la batalla política se planteó en torno a la reforma a la salud. El gobierno empezó ganando en el congreso, luego empate técnico, y el presidente se dio cuenta que de seguir con el ambiente y la discusión tal como se planteó, sería derrotado en las plenarias. Entregó a la ministra de salud, los partidos de la coalición perdieron ministerios, y Santos salió de su retiro para defender las EPS con la entelequia de construir sobre lo construido. De esa manera terminó empatado el golpe ministerial y como dice el expresidente que le entregó la paz a Duque para que la hiciera trizas, si la pelea sigue, todos pierden.

Sin embargo, mientras en Colombia el ataque al gobierno arrecia, en el ámbito internacional el apoyo aumenta, tanto de gobiernos como de organismos internacionales de distinto tipo. Es decir, una situación donde el gobierno tiene apoyo internacional y la oposición se atrinchera en su locura retardataria.

El presidente vuelve al balcón el 1 de mayo de 2023

Su discurso reflejará el fin de la confrontación y mostrará afinado el talante de cambio, sosiego e intensificación del trabajo de su gobierno porque los problemas son monumentales, en consecuencia, las acciones de cambio deben ser iguales.

Primero, la paz o la paz porque no hay más. Tiene tareas de conducción y de organización que debe ajustar para avanzar en su prioridad política, ahora que la mayoría de grupos armados están encaminados a negociar con el gobierno porque la estrategia de interdicción a los cargamentos de cocaína está en plena ejecución con apoyo de los Estados Unidos. Colombia tendrá en poco tiempo uno de los ejércitos de interdicción más potentes del mundo: decenas de lanchas de combate, decenas de helicópteros, satélites y miles de hombres.

Segundo, desarrollo rural sostenible. Lo militar no resuelve el problema en el campo, porque hay factores sociales y económicos que afectan la producción y la vida en los territorios en torno a la reforma rural que es más que la reforma agraria. Expresa la necesidad de una ruralidad en paz y sosteniblemente desarrollada a largo plazo. El ministerio de agricultura con los ministerios de transporte, industria y comercio, ciencia y tecnología, energía, educación, medio ambiente y vivienda, deben acelerar una monumental acción articulada de corto y mediano plazo, es decir, una misión rural entre estado, cultivadores e industrias por la vida y el desarrollo sostenible.

Tercero, la política nacional de reindustrialización para la transición global

Francamente no entiendo porque sigue encapsulada la política de reindustrialización. He dicho en mis últimas columnas en el Confidencial y en Razón Pública, de la importancia de esta política para el cambio que quiere impulsar el presidente. Parece temeroso y el gabinete igual ante este desafío, donde el sector privado adoctrinado en la fuerza superior del mercado, poco dice, poco aporta, poco piensa, y la academia igual.

El desarrollo del siglo XXI, con sus incertidumbres globales, parece que aún no se entiende suficientemente, y por tanto parecen negados para asumir sin vacilación el cambio productivo y tecnológico. La política nacional de reindustrialización es la mejor política para la elevar la productividad, generar empleo de calidad y duradero a partir de la reforma laboral, ampliar la base de personas a pensionar, y desarrollar las industrias de salud, que hacen parte de la reforma.  El Ejecutivo y el Legislativo poco o nada hablan de esta política para darle piso, claridad y perspectiva a las reformas. Es la primera vez que en treinta años Colombia tiene una política productiva tan clara, aterrizada y transformadora.

El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MCIT) ha diseñado el marco de la política de reindustrialización. Es un excelente documento, fácil de leer, fácil de entender, agradable, inspirador, y con gran rigor conceptual y teórico. Sugiere con claridad la articulación intersectorial que incluye a muchos de los ministerios sectoriales de una ruralidad en paz y sostenible. El MCIT es el articulador y responsable de muchas de las estrategias y programas, nuevos y existentes, que se suma a los ministerios sectoriales de la producción y el conocimiento: agricultura, energía, salud, defensa, transporte, ciencia, tecnología y educación.

Si esta política, a cuyo texto conocido le faltan los recursos que se invertirán y las metas a alcanzar, es porque la están preparando para un Conpes, a no ser que en el plan nacional de desarrollo aparezcan algunos detalles presupuestales y de metas, lo cual no sería suficiente.

El nuevo ministro de Hacienda entiende de la importancia de la reindustrialización, lo ha reiterado en sus declaraciones. Ocampo también, pero no sé por qué se apagó. Pero es el presidente el que debe a estas alturas poner esta política al frente de las políticas económicas. Los avisos y fotos de algunas empresas extranjeras que quieren instalar plantas de producción en Colombia, no son suficiente. Eso está bien para los noticieros, porque así como esas inversiones miran a Colombia, otras iguales se están desplegando en otros lugares del globo. Airbus va a invertir en una planta para producir partes, pero también creará plantas para producir aviones y componentes en otros países.

Cuarto, los medios de comunicación del Estado. El gobierno debe impulsar la más ambiciosa estrategia de comunicaciones. Se demoró demasiado el presidente en nombrar a la directora de RTVC. Sugiero que la gente vaya a la página de Infopresidencia, y a las páginas digitales del presidente y de los ministros y ministras, para que conozcan la otra cara de la noticia de los medios enemigos. El Gobierno informa, debería ser la estrategia contra la mentira y la desinformación.

     

Terrible oposición al presidente y las reformas. Ensayo

Espantosa arremetida contra las reformas del gobierno por parte de los poderes económicos y políticos que conforman el sistema de captura de dineros públicos.  Poderes que arremeten contra unas reformas que pretenden una mejor nación, diría que distinta, en la cual hay que reconstruir más que construir sobre lo construido porque lo construido está carcomido de la tierra al cielo.

Con instituciones colapsadas por corrupción, inequidad, atraso, violencia, dolor y lágrimas, hay que reconstruir, reindustrializar y repensar los esquemas mentales de poder, democracia, economía, paz y sociedad.

El neoliberalismo de Gaviria no es liberalismo

Error de los hijos de Galán haber entregado las banderas de su padre a una persona que haría todo lo contrario a lo que él hubiera hecho como presidente de Colombia. Seguramente hubiera reformado el sistema de salud, pero jamás habría creado un gigante sin control.

Galán no le hubiera entregado a Uribe la Ley 100 para que la hiciera a imagen y semejanza de una visión errada de un sistema negocio de unos pocos con dineros públicos. Ni siquiera fue un negocio con dinero de ellos, fue con nuestros impuestos y el aporte de los contribuyentes al sistema. Ellos no pusieron nada. Solo dieron los números de sus cuentas bancarias. Diseñaron el sistema para capturar billones a través de un sistema donde el Estado giraba sin control derivando en una perfecta máquina de acumulación y corrupción, mediante el cual se destruyó gran parte de las IPS públicas, las cuales desaparecieron por malversación o porque no les pagaban las facturas. Por eso la atención primaria es tan mala y escasa, y por eso tampoco hay salud preventiva.

Gaviria, impuso una nueva constitución, que hoy vuela en pedazos, porque en seis meses no se podía construir una carta de navegación para los siguientes cincuenta a cien años. Por eso, esa constitución, 32 años después, está vuelta añicos. El derrumbe institucional es peor que el derrumbe de Rosas, pues no se han creado principios, valores y reglas de juego transparentes y duraderas para un cambio cultural y global hacia un desarrollo sostenible inteligente, transparente y humano. El neoliberalismo gavirista fue funcional a toda la economía ilegal, informal, de exclusión y corrupción que atraviesa la economía, los poderes y las instituciones.

Los grandes liberales de Colombia: López Pumarejo, Gaitán, Gabriel Turbay, Echandía, Lleras Camargo y Lleras Restrepo, jamás hubieran pensado un sistema de salud como el de Gaviria ideado para sustraer sin vergüenza los dineros públicos. Por eso, con el apoyo de los godos y de esa rara fuerza que es la U de Dilian Francisca, Gaviria defiende a ultranza el sistema tal cual se ha degradado a lo largo de 30 años. Lamentable que un Gaviria desueto, marginal, rechazado e ignorado por la ciudadanía, sigue siendo el dueño del Partido (Neo) Liberal, porque entre sus congresistas no hay con quien hacer el relevo, los que servían, se fueron, lo mismo sucede en Cambio Radical, en los ultrauribistas y demás retazos de partidos, incluido el descaracterizado centro aglutinado en la nada de Dignidad y Compromiso. Si no fuera porque Petro ganó la presidencia, hoy Colombia tendría el peor presidente de la historia real y de la historia imaginada.

Si los dineros de la salud hubieran tenido control, auditoria, seguimiento, es decir, trazabilidad, la reforma sería otra y no sería necesaria una profunda reestructuración.

La ley 100, ley de Gaviria y de Uribe, confeccionada a medida de los hermanos Vargas Lleras, no hizo nada para desarrollar una industria de salud. Las EPS no hacen investigación. La autonomía del sistema no existe porque la dependencia tecnológica es absoluta. Tecnológicamente el sistema está en manos de importadoras afiliadas a la ANDI y Fenalco. Y los medicamentos e insumos los compran directamente las EPS. Otra caja negra sin fondo.

La reforma a la salud y su articulación con la política nacional de reindustrialización, impulsarán el desarrollo de una industria nacional de salud. Si Gaviria, Vargas Lleras, la señora rubia del Valle, los ultra conservadores del Caribe y el uribismo, tumban la reforma, el proyecto de una industria nacional de salud tampoco será realidad y la ciudadanía pagará las consecuencias.

Lo anterior y más corrige la reforma, pero esto y más es lo que no quieren Gaviria y demás opositores al cambio. No les importa mandar al carajo el país, con tal de atravesarse al progresismo.

Los gremios desvarían

La cabeza de la Andi dijo que de aprobarse la reforma laboral el emprendimiento y las pymes desaparecerían. Parte de supuestos equivocados, igual que Fenalco y otros. La flexibilidad laboral, modelo de trabajo vigente, implementado por Gaviria y profundizado por Uribe, no ha servido, porque el empresariado nunca ha cumplido dado que las políticas de competitividad, productividad, emprendimiento e innovación, no lograron los objetivos que se propusieron. Tuvieron 30 años y poco hicieron por Colombia, pero sí mucho para ellos.

El empresariado promete demasiado cuando de sacar un beneficio se trata: promete generar más y mejor empleo, aumentar la competitividad y la productividad, diversificar y sofisticar la oferta productiva, tecnológica y exportadora. Nada ha cumplido. Treinta años de flexibilidad laboral y la productividad es baja, la economía ha sufrido una retracción estructural espantosa, por lo cual tiene una rezagada estructura productiva que no se inscribe en el cambio tecnológico y productivo mundial de los últimos treinta años.

La informalidad es culpa de las malas políticas de competitividad y de productividad, de una débil cultura empresarial, emprendedora e innovadora por falta de una mejor educación y de un potente sistema de investigación y desarrollo. Un régimen laboral que no incentiva la formalización, por el contrario, lo desestimula porque la economía no genera suficientes oportunidades de trabajo, emprendimiento y condiciones para consolidar las pymes, y estimular el surgimiento y atracción de nuevas grandes industrias de alta tecnología.

Un puñado de grandes empresas empujan al aparato productivo nacional. Sin embargo, ninguna está en la vanguardia del cambio estructural a escala mundial: Colombia no tiene una sola gran industria del sector de la electrónica; ni del sistema de salud; ni del sistema de movilidad; ni de defensa; ni aeroespacial ni naval, salvo Cotecmar una importante empresa fabricante de pequeños barcos y lanchas de combate; ni de bienes de capital; ni de bienes intermedios. Los vehículos particulares y buses son ensamblados o importados, toda la electrónica de base y de consumo es importada. Todos los bienes de capital para la industria, agroindustria, minería, el campo y los servicios, son importados.

Cuando Gaviria llegó con sus mascotas, Colombia tenía más industria y agricultura que serían la base para transformar la economía. Tal vez en esas condiciones la flexibilidad laboral hubiera funcionado mejor, aunque jamás de manera óptima mientras la dependencia y la inequidad estén al frente de las ideas de crecimiento. Abatida la posibilidad de disponer de un innovador sistema productivo nacional, la flexibilidad laboral era una trampa dada la regresividad productiva que impusieron Gaviria y sus mocosos.

Entonces, las empresas formales (40% de la economía) que no pudieron con la productividad, vía la ANDI, Fenalco y otros, amenazan con un alza de los costos laborales que llevaría a la quiebra a muchos emprendedores y pymes. Esa plata que se ahorraron con la flexibilidad laboral, les sirvió para acumular, pero no para innovar y desarrollar la producción.

Fallaron el mercado y el estado, porque el neoliberalismo se convirtió en una mentira, pues tenía entre manos el negocio como principio y fin a todo precio, pero nunca el desarrollo de un capitalismo para el desarrollo de la nación y la paz total. Como no pudieron con la economía, ahora tampoco pueden con un régimen laboral y pensional, más justo, estable y duradero.

Las reformas laboral y de pensiones deben articularse con las políticas productivas sectoriales (agricultura – agroindustria, turismo sostenible, energía, salud, defensa, movilidad…) de la política nacional de reindustrialización. En ella está la fuente de inspiración, sustento y proyección real de las reformas. A donde vaya la producción van el futuro de las pensiones y de las reglas laborales. Por eso sigo sin entender porque la política de reindustrialización sigue guardada. Si están esperando que Schumpeter resucite, que La Silla Vacía permita que venga la profesora Mazzucato, o que suceda un Conpes celestial como si fuera una casa de cristal, las reformas se pueden debilitar porque la producción aún no sabe a dónde ir y cómo ir, entonces el piso y el techo pensional y laboral, tampoco. La política nacional de reindustrialización podría llegar tarde. Cuando no haya eco. Cuando Gaviria y demás hayan golpeado las reformas que necesita la nnación. La reindustrialización llevará aguas arriba al sistema productivo y de innovación, y a los territorios. Las oportunidades para los emprendedores y el fortalecimiento de mipymes y grandes empresas, serán importantes, permanentes, progresivas y sostenidas, y serán empresas más inteligentes, emprendedoras, disruptivas e innovadoras. De esta manera, la reforma laboral debe tener gradualidad en ciertas circunstancias, porque tomará tiempo desatrofiar el sistema laboral, mientras la economía informal sea más grande que la formal.

De otro lado, la reforma pensional, garantizará pensión a los que trabajen, emprendan e innoven, lo cual solo será posible si la reindustrialización sucede. Ahora solo reciben pensión el 25% de las personas en edad de jubilación debido a fallas en el sistema de pensiones y a descomunales fallas de concepción y ética en el modelo económico.

Ecopetrol, desfigurada por la camarilla que se fue, debe reestructurarse. No necesita de 100 vicepresidentes y gerentes de 120 millones de pesos mensuales. Primero debe conformarse como una empresa mundial de producción, investigación, desarrollo, innovación social, en energías y tecnologías alternativas, y luego pensar en salarios estrambóticos.

Bienvenidas las reformas, el equipo de ministros y ministras es impecable, comprometido e inteligente, y el presidente merece el respeto de los opositores y de los grandes medios que se han convertido en enemigos simplemente porque les pagan para que ataquen al presidente y sus políticas.

El presidente tiene la razón y es más inteligente que la jauría que lo acecha, incluidos el fiscal general y la Procuradora, porque no tiene rabo de paja y tiene el país en la cabeza y en el corazón. Por eso a nivel internacional lo respetan y apoyan sus reformas pues observan que Colombia es un país que se desfonda lleno de cocaína, violencia, corrupción y múltiples fundamentalismos fertilizados entre ellos.

Petro, sus ministras y ministros con sus reformas son la esperanza para un capitalismo humano y sostenible.

 

 

 

El metro por la Caracas debe ser subterráneo. Una visión

Jaime Acosta Puertas

Jamás el exalcalde Peñalosa tuvo razón con el metro para Bogotá, porque él cree que unas gigantescas tractomulas sustituyen un tren, que buses grandes sustituyen a un metro, y que un alimentador elevado (él lo llama metro elevado) en medio de calles angostas es mejor que un metro subterráneo. Y a la alcaldesa Claudia López le da lo mismo el uno que el otro con tal de que no dañe sus aspiraciones políticas.

No me voy a detener en las discusiones técnicas de cual es mejor, cuando ni siquiera están los estudios fase tres del alimentador aéreo de Peñalosa que Claudia abraza por conveniencia personal más no por conveniencia para la ciudad. El nivel de los estudios es una especie de híbrido fase 2.5, que nadie entiende, y se entiende menos que la alcaldesa no hiciera los estudios fase tres, sino que aceptó la concesión tal cual se la dejó Peñalosa. Al concesionarse, los estudios finales no fueron necesarios, sino que lo harán los chinos en la medida que avance el proyecto.

Ahora bien, si una parte es un alimentador elevado, y otra parte es un metro subterráneo, amerita una reflexión distinta sobre el tramo por la Caracas.

La Caracas un desastre urbano es también la ciudad del futuro.

Bogotá es una ciudad que se ha caracterizado por impulsar importantes desarrollos urbanos y después abandonarlos. La Décima se hizo a la par de la Avenida Paulista en Sao Paulo, mientras aquella está destruida cuando dos cuadras arriba están las sedes de los tres poderes del Estado y otras instituciones, la Avenida Paulista es un referente que la ciudad se ha preocupado por conservar y desarrollar.

Un recorrido por la Caracas desde la calle Primera de Mayo hasta la calle 80, muestra un desastre urbano. Solo un proceso de renovación pleno de nuevos contenidos puede rescatar algunos espacios, como el barrio Carvajal, la iglesia del Voto Nacional, y sobre todo la aglomeración de hospitales, en su mayoría públicos, ubicados en torno al San Juan de Dios, que aún escapa a convertirse en ruina.

Hace doce años se pensó que se podría desarrollar como una aglomeración de salud, y se hizo un proyecto que se llama Ciudad Salud Región para atender pacientes de menores y bajos ingresos y también a gente de los municipios vecinos a la capital en atención de alta complejidad, así  como para hacer investigación, impulsar el emprendimiento en temas de salud, más recreación, cultura, educación y vivienda.

Ese proyecto le ha quedado grande a los alcaldes: Solo Clara López lo entendió y apoyó en su corta administración. Petro avanzó hasta recuperar para Bogotá el San Juan de Dios que estaba en manos de la Beneficencia de Cundinamarca. Peñalosa no lo miró, e hizo lo único que sabe hacer: tumbar el barrio San Bernardo para darle espacio a alguna constructora. Claudia no tiene visión para ese tipo de iniciativas. Resulta que este proyecto solo está a dos cuadras de la Casa de Nariño. Así como el barrio Las Cruces, deprimido e inseguro, pero con un enorme potencial de revitalización.

Sería bueno que el presidente Petro, de la mano de la Ministra Corcho, lo revise, entre otras razones porque sería un ejemplo de renovación de un espacio público para la salud, para eso fue pensado hace más o menos un siglo, y que se vino a menos por la ley 100 y por el sesgo a privatizar el sistema. Sin embargo, gracias a sus directivas, el Instituto Cancerológico es unos de los principales centros a nivel internacional en su especialización.

La figura muestra los hospitales (H) ahora localizados y los nuevos que se construirían con el correr de los años.  También están los centros de investigación (verde), un centro de emprendimiento y espacios para pymes de una industria de salud de alta tecnología (amarillo). La importancia de la cultura y la recreación en torno a la salud, utilizando el generoso espacio público que va de la carrera décima hasta la Caracas, donde hay importantes edificaciones que son patrimonio histórico.  Asimismo, la educación (anaranjado) de distinto tipo y nivel, es clave. Y se pensó en edificar para vivienda (violeta) preferentemente para personas que trabajen en los hospitales y clínicas del proyecto. Fuí asesor de este sueño.

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Desde la Ciudad de la Salud hasta llegar a la calle 26, salvo una que otra pieza arquitectónica, lo demás es una decadencia absoluta que lo mejor que le puede suceder es que la tumben.
Avanzando por la Caracas, a partir del costado norte de la 26, está todo el complejo de edificios de uso público, privado y el Museo Nacional, conocido como el Centro Internacional, donde está el proyecto Atrio, el cual está construido en una primera fase, a partir de un bello edificio, el más lindo de la Colombia moderna, y del cual aún está pendiente la otra torre, más alta, y la recuperación de la plazoleta del Centro de Convenciones, donde hay una escultura de Ramírez Villamizar, pero que debería acoger más esculturas de nuestros grandes artistas: Negret, Botero,… De ahí hasta la calle 80, por la misma Caracas, una que otra pieza arquitectónica, uno que otro edificio nuevo sin ninguna generosidad urbanística ni despliegue estético, lo demás hay que demolerlo.

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Así las cosas, imaginémonos la Caracas como un pedazo de ciudad destruido por una guerra o un terremoto, con algunas edificaciones que se salvan. La Caracas está degradada en un 80%. En estas condiciones, el alimentador aéreo de Peñalosa para los buses rojos de Transmilenio, sería un corredor aún más horroroso y peligroso, porque no habría condiciones para una reestructuración urbana, que solo sería posible si se arrasan los costados oriental y occidental de la Caracas. Y esta es una perspectiva imposible.

El metro subterráneo abriría la posibilidad de un desarrollo urbanístico donde cabrían los buses eléctricos de Transmilenio, permitiría crear espacio público, prolongar el centro internacional hacia el norte hasta la calle 39 integrando el conjunto de edificios donde está Ecopetrol, que ya amenazan ruina, y de ahí en adelante, para pensar una nueva ciudad en el núcleo central de la localidad de Chapinero.

No solo se trata de tumbar edificaciones precarias en estado espantoso, para reemplazarlos por nuevos y feos edificios, que ya aparecen, sin ninguna generosidad estética. Se trata de pensar un mega proyecto de ciudad del futuro que recupere también la carrera 13, otro adefesio que no vale ni un peso. E integre otras piezas y zonas de la ciudad: Museo Gaitán, Teusaquillo, integrar el distrito de las artes que va por la carrera 17 de la calle 57 hasta el barrio San Luis.

Además, habría que hacer una intervención igual por la carrera 15 desde la calle 72 hasta la calle 100.

Esta es una visión de desarrollo a  cincuenta años para la ciudad de los siguientes doscientos años, porque ahora no vale nada.

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este corredor de la Caracas, de la calle 26 hacia el norte, se integraría con la Carrera Séptima, otro proyecto que le ha quedado grande a los alcaldes, a la alcaldesa y a la ciudadanía, que también intereses, algunos escondidos puesto que solo buscan un beneficio personal.

Se trata de mucho más que un metro subterráneo. Se trata de diseñar la renovación para construir una nueva ciudad en un tramo del sur al norte, que conecte en la Estación Central (calle 26) al aeropuerto, donde se desarrolla en la zona de Corferias el Distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación, que lo llamaría Innobo, como se llamó en sus primeros estudios hace doce años, así como el eternamente aplazado proyecto de renovación del CAN. Me ocuparé de este tema en otra columna.

Entonces, un tramo subterráneo de la primera línea del metro es necesario hacerlo pensando la Caracas como una nueva ciudad de la gran ciudad. Se densificaría con generosidad en su diseño integral: espacio público, vivienda de calidad, cultura, arte, educación, investigación, emprendimiento, ciclo vías, y solo motos eléctricas y vehículos eléctricos por las carreras 13, 15 y 16. Desparece el transporte público por la carrera trece, y de esa manera la nueva ciudad se integraría con el viejo centro, el de siempre, lo que significa que la Caracas y la carrera 13 hacia el sur de la calle 26 hasta encontrarse con la Ciudad de la Salud, tendría que beneficiarse de otro proyecto de reestructuración urbana para estratos de medianos bajos ingresos.

Es frustrante ver como Colombia no puede con grandes proyectos, con grandes sueños, con grandes iniciativas de ciudad, con grandes utopías de nación. Una dirigencia precaria, con cerebro reducido y en gran parte corrupta y violenta, hace imposible los cambios y visiones que se necesitan. Colombia sería una nación maravillosa si la dirigencia fuera otra. Mientras ese milagro sucede, el metro subterráneo acompañado de un gigantesco proceso de transformación urbana diseñado por los mejores arquitectos de Colombia y del mundo, tendría unos retornos económicos, culturales, sociales y políticos, monumentales.

 

 

El día del cambio

El cambio sólo lo había visto en la palabra escrita y escuchado de voces que luego fueron silenciadas.  Cambio frustrado por tanto joven, campesino, ciudadano y líder asesinado, por tanto niño huérfano y mujer viuda, adolorida y abandonada. Tanto pobre arrastrando tanta pobreza, tanta que la vida es sólo por ese día porque de pronto no volverá a vivir un nuevo amanecer. Pero algo se fue construyendo hasta convertirse en una fuerza real, poderosa, inteligente, humana, diversa, pacífica, llena de sueños y esperanzas de cambio pensando que un nuevo día podría llegar.

Ese día ha llegado. Es hoy 19 de junio de 2022.  A votar por Francia y por Petro, y en las casas y en las calles celebrar. El día de la alegría, de la vida, del amor, de la palabra, de la risa y del cambio, es hoy. No fueron cien años de soledad. Fueron treinta años de desgracia, atraso y muerte que trajo un tirano abanderando un mal proyecto de sociedad, una pesadilla, un dolor, días sin luz, días de silencio, días de llanto, con momentos para la risa y la alegría para seguir con vida porque no había porque morir porque no era hora de morir.

Colombia puede sorprender al mundo con una revolución pacífica, de las nuevas tecnologías, del conocimiento, de la razón y de la emoción, que interpreta la nueva e incierta sociedad mundial en reconstrucción y la nueva sociedad que quiere ser Colombia. Habrá un mañana si el día es hoy. Este triunfo será inédito. Un triunfo según la sociedad del siglo XXI. Quienes se oponen arrastran los fanatismos del siglo que ya pasó, no del que viene. Y harán todo lo que siempre hacen para impedir cualquier transformación: amenazar, reprimir, desaparecer, asesinar, manipular, deformar, comprar y robar votos.

Salga a votar, vote, solo vote, no piense en el maldito registrador. Vigile su voto y el de los demás, vigile a los jurados, apoye a los jueces electorales que serán los guardianes de la democracia y de la victoria. Hoy trabaje para defender sus derechos y de los demás, por hacer realidad sus ilusiones, en reconstruir la democracia, en pensar que otra vida, otra sociedad, otra economía y otro estado es posible, y de esa manera fraude no habrá.

El mundo nos mira y quiere que un cambio ocurra en Colombia luego de doscientos años de un proyecto político que inmovilizó la construcción de una sociedad libre, moderna, justa, democrática, pacífica y sostenible.

El contrincante de Petro es una deformación que no se merece Colombia. Sin embargo, el sólo hecho de estar ahí es para preguntarse por qué el sistema político y la dirigencia llegaron tan bajo. Y también preguntarse porque la gente llegó tal lejos y tan alto para suscitar un cambio sólo con la palabra y la movilización.