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Etiqueta: John Escobar Reyes

Así quedó la reforma tributaria

Solo 4 millones de personas en Colombia declaran   renta, de las cuales solo 1.5 millones de personas aproximadamente deben efectivamente pagar dicho impuesto. Sin mencionar la relación de las empresas, El Estado depende en gran parte del recaudo del IVA y el impuesto de renta de personas jurídicas.  El objetivo real de la reforma tributaria es recaudar de una manera diferente, recaudar diversificando los impuestos, así como no depender tanto de los impuestos del consumo, sino más de las personas naturales y jurídicas. El objetivo de largo plazo es buscar ampliar la base de declarantes. El propósito es enfocar el recaudo a impuestos directos, por esta razón las grandes reformas en ese sentido. En general una buena tributación debe ser eficiente, progresiva y en lo posible equitativa, aquí mostramos cómo quedó la reforma tributaria en general.

En Hidrocarburos, se aprobó la sobretasa sobre el impuesto de renta, reemplazó al impuesto que se proponía sobre los precios altos, se logró acuerdo político. Dependerá de las utilidades de las empresas. Se aprobó la No deducibilidad de las regalías, con esto se espera recaudar más de 10 billones de pesos. Gran ítem para este recaudo esperado, así como polémico aún. Sobretasa al impuesto de renta también en sector financiero e hidroeléctricas.

 

Lastimosamente, no va el tema de la polémica propuesta a las altas pensiones superiores a los 13 millones de pesos mensuales, tema que habría sido un buen recaudo para esa pequeña población en Colombia que percibe este ingreso pensional. Tema también acordado y aprobado.

Para Las personas con ingresos de más de 10 millones de pesos al mes, se espera paguen más progresivamente en el impuesto de renta, es decir, no todos pagarán el mismo aumento, sino según su nivel de ingreso. Se subió el número de dependientes hasta 4.

Desafortunadamente, después de varios debates en el congreso, las iglesias y las diferentes entidades de culto ya no pagarán impuestos por las actividades que les generan ingresos, ajenas al propio desarrollo del culto. Tema que habría sido otro importante ítem de recaudo, grandes favorecidas todas las iglesias que levantaron la mano. Esperemos cómo culmina este tema específico luego de algunas conciliaciones pendientes.

En el sensible tema de los alimentos que podrían llegar a pagar impuestos, gracias a las conciliaciones y luego de escuchar a diferentes sectores, se logra no tributar a ciertos alimentos como el pan, la leche, la miel, arequipe, obleas, yogurt y bocadillo, así como varios alimentos ultraprocesados. Los que en general sí tendrán impuesto son las chocolatinas, los productos de pastelería, derivados del azúcar, y claro, las famosas gaseosas. Aún en conciliación la entrada de algunos productos alimenticios procesados.

En las zonas francas se quedan 2 tarifas, el 20% en renta para los exportadores, y el 35% para quienes venden a nivel nacional, pero quienes venden más del 60% de su producción en Colombia tendrán un régimen transitorio del 20% por 3 años. Los puertos no se incluyen y seguirán pagando un 20%.

El impuesto a los plásticos de un solo uso, finalmente comenzará en julio de 2023, el impuesto al carbono financiará en 80% proyectos ambientales y en un 20% el programa de sustitución de cultivos ilícitos.

Tema también polémico en la nueva reforma tributaria es la cárcel para los evasores, esto se encuentra aprobado. Contempla, si la persona incurre en una tercera vez en la evasión, tendría que pagar una condena en prisión, algo que no se había establecido antes y queda aprobado en esta nueva reforma tributaria.

El Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dice estar muy satisfecho con el curso que se le dio a la reforma tributaria, se abona el tema de las conciliaciones, ojalá sean públicas, para que todos podamos conocer las decisiones finales y pendientes. La meta final propuesta para el primer año de esta reforma es de 20 billones de pesos finalmente, los cuales se necesitan para ejecutar los programas del gobierno, el normal funcionamiento del Estado, y por supuesto, el comienzo para encajar el país, ya que el déficit que se dejó en el gobierno anterior asciende a los 83 billones de pesos, tema no menor, como lo hemos mencionado antes. No siempre habrá acuerdos al 100% entre las bancadas del gobierno y la oposición, pero todo parece indicar que estamos más cerca de consensos, incluso ante posibles señales de no acordar en todos los temas desde la oposición.

 

@jack80x

Inflación, ¿y ahora qué hacemos?

La inflación en Colombia para el mes de septiembre ha cerrado en el 11.4% un poco más que hace un mes, sigue en crecimiento. La variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 0,9%, dejando de esta manera una inflación acumulada para el 2022 del 10,1%. Con este panorama seguimos avanzando cada mes, bajo la incertidumbre de más inflación con las consecuencias que esto puede traer en el poder adquisitivo de los colombianos, pese a los altos aumentos en el salario mínimo del gobierno anterior, el cual ya hace un tiempo, fue prácticamente absorbido, precisamente por el efecto de la inflación.

Para la economía colombiana, se estima un crecimiento de la economía en un 7,6%, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), técnicamente con esta proyección, Colombia se convertiría en el país con mayor crecimiento de la región. Para lograr esto, entre otros factores, se debe revisar cómo hacemos para mitigar esta creciente inflación, fenómeno también mundial, como la devaluación de las monedas frente al dólar.

 

Hay que decir que varias industrias se ven afectadas con la inflación creciente que está presentando Colombia en los últimos periodos, entre estas se encuentra la industria textil, la cual se encuentra, de nuevo, en una grave situación. Sumado a la devaluación, se incrementa la crisis para este sector, ya que casi el 40% de los insumos son importados, se negocian en dólares, lo que parece significar a la fecha cerca de un 20% en sobrecostos. Las categorías de prendas de vestir y calzado llevan un acumulado anual del 5% en inflación. Los alimentos también han sufrido una subida de precios, en buena parte explicada por la escasez de fertilizantes por la guerra en Ucrania, recordemos allí se produce el 30% de los mismos, en Colombia poco producimos, ante la escasez, los precios suben, en consecuencia, los alimentos también. Este conflicto también ha distorsionado la cadena de suministro del sector primario como el petróleo, aluminio, gas y cereales.

A pesar de lo que se pueda pensar, el banco de la república, entidad autónoma e independiente al gobierno nacional, sigue haciendo la tarea de acuerdo a lo que se puede ejecutar en estos casos de inflación. Para contrarrestarla, desde tiempo atrás comenzó a subir las tasas de interés, el gobierno nacional a su vez, entre otras acciones, ha comenzado también a bajar aranceles en algunos insumos agrícolas, pero la gran preocupación es la intención de la Ministra del Trabajo, Gloria Ramírez, quien ya comienza a hablar de fijar o controlar precios de la canasta básica para impedir aumento en la inflación.

Este tema es delicado, comprende muchas aristas y evidencias que demuestran no ser la mejor estrategia a la hora de controlar precios para favorecer la canasta básica de consumo. Hay expertos que señalan esta medida de control de precios como generadora de escasez, personalmente pienso también podría llevar a la presión del alza en los precios. Existiría un riesgo para la oferta de bienes y servicios, podría hasta colapsar, y talvez, la producción sería menor, por este efecto de control de precios, podría incentivar un mercado negro con precios más altos. Este tipo de medidas, pienso, puede temporalmente bajar precios, pero al levantarla, puede generar incluso más inflación de la que se desea evitar.

El debate está abierto, el banco de la república continúa haciendo su trabajo, pero ¿qué hacemos? Siguen existiendo variables externas no controlables que siguen afectando la inflación, como por ejemplo los alimentos, los cuales en el país siguen representando un 15% los de origen extranjero, importamos esa proporción de alimentos y con la devaluación mundial, estos precios seguirían subiendo independiente de las medidas que internamente podamos llevar a cabo para tratar de controlar la inflación, adicional, nuestra balanza comercial sigue siendo deficitaria, y el dólar ya casi va rosando los $5.000.

Las medidas de aumento de tasas no cayeron muy bien para el Presidente Petro, quien argumenta que la inflación sigue teniendo efectos por el aumento en los precios de los alimentos, menos por la inflación internacional, más por las inundaciones, por lo cual piensa que la subida de las tasas de interés no es lo mejor para el empleo y el crecimiento de la economía colombiana. Por estos desacuerdos desde el gobierno anuncian seguir con sus planteamientos y cambios estructurales para evitar el aumento de la inflación. Hablan de la reforma tributaria enfocada a grandes fortunas, subsidio a fertilizantes, reforma agraria, cambiar la fórmula tarifaria a la energía, entre otras propuestas.

Esto viene acompañado de la intención del gobierno para fortalecer la banca pública y pretenden revisar cómo aumentar la competencia en el sector financiero con el fin de obtener tasas de interés bajas en el sector productor de alimentos. Como se puede apreciar, todos enfocados, tanto el gobierno como el banco de la república en frenar o tratar de disminuir esta inflación, fenómeno con variables exógenas, pero también con temas que pueden empezar a revisarse para evitar llegar a niveles extremos de inflación como los vive Venezuela o la misma Argentina. Históricamente Colombia ha logrado con éxitos controlar la inflación, esperamos sigan las mejores medidas y continúe el diálogo entre los sectores y entidades competentes, quienes en las adversidades han demostrado liderazgo y eficacia, no puede ser esta ocasión la excepción.

 

jack80x

Tres millones de hectáreas, un serio comienzo

Desde esta columna nos hemos referido a la importancia de hacer una seria y efectiva reforma agraria, es de conocimiento público que solo el 14% de las tierras fértiles en Colombia son utilizadas, y sabemos que este nuevo gobierno le quiere apostar a la realización de una gran y estructurada reforma agraria que logre un comienzo a la equidad en cuanto a la posesión de la tierra, así como su productividad. Tema que con valentía y mucho ingenio, está sacando adelante la Ministra de Agricultura, Cecilia López.

No solo propuso este gobierno mecanismos de distribución de tierras ya existentes como la ley 160 de 1990 o el decreto 902 de 2017 que establecen medidas para facilitar el acceso a tierras, para no esperar nuevos proyectos de ley, ahora se fueron más allá y obtuvieron lo que no se había logrado antes, nada más y nada menos que comprar 3 millones de Hectáreas por parte del Estado a la Federación Nacional de Ganaderos (FEDEGAN), se esperan sean tierras fértiles y aptas para entregarlas a los campesinos en el país. Este es un hecho sin precedentes. Desde el gobierno, califican de histórico este acuerdo y aseguran que FEDEGAN garantiza que las tierras a la venta están libres de problemas legales y se encuentran a disposición para hacer cualquier tipo de proceso en cuanto a traspasos se requiera. El gobierno se apoyará en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria para definir la capacidad productiva de estas tierras a comprar, así mismo como sus precios, los cuales han afirmado serán a precio de mercado.

 

Con entidades como la Agencia de Desarrollo Rural también se pretende asesorar a los campesinos para que tengan proyectos productivos en estas tierras, el gobierno con esto manifiesta poner finalmente en marcha puntos de los acuerdos de paz firmados ya hace varios años en La Habana, para lo cual no escatima en gastos en esta operación.

A diferencia de lo que se podría pensar, el mismo Presidente de FEDEGAN, José Félix Lafaurie parece unirse al discurso del gobierno donde manifiesta de forma literal que es un gran paso donde se logra un acuerdo que traerá mucha tranquilidad al sector rural y también habló de la posibilidad de que este sector consolide una clase media capaz de responder a los retos de un país que tiene que ser necesariamente potencia agroalimentaria para el mundo. Talvez meses atrás y antes de la elección Presidencial, ni el más optimista habría pensado que el líder gremial habría llegado a expresarse de esta manera de una propuesta concreta del Gobierno del Presidente Petro.

Este es un gran negocio para FEDEGAN, hay que decirlo, y para el gobierno es solo el inicio. La Ministra López ha manifestado que están dispuestos desde el gobierno a recibir otros ofrecimientos similares porque la reforma agraria va en serio. 3 millones de Hectáreas son el inicio, pero como en todo, hay críticas de ambas orillas. Unos porque a pesar de apoyar este proceso y se suman al discurso progresista del gobierno de ser una potencia agroalimentaria, también aclaran que siguen en oposición, que no nos confundamos por favor, nos dicen los cercanos a Lafaurie. Por otro lado también se critica el hecho por haberse concretado hasta ahora cuando han pasado años de la firma de los acuerdos de paz y que no se debería agradecer nada, menos pagar a precios comerciales tierras que por derecho y por décadas han sido reclamadas por otros, según comentan algunos también simpatizantes del gobierno. Incluso unos ponen en duda la procedencia de algunos de estos predios, tema que el gobierno igual deberá validar con sus equipos y entidades dispuestas para este gran proceso.

El problema de la tierra es muy complejo en Colombia, es cierto que podemos ser potencia agroalimentaria, pero ha faltado la voluntad política para comenzar a perfilar esta realidad como posible, lo que me queda claro es que el gobierno no va a perder tiempo como ha sucedido antes, para sacar adelante sus más serias y estructurales propuestas, lo cual incentiva a que sigamos de cerca fiscalizando esa gestión. El campo ha estado evidentemente abandonado, tanto que por años países como Vietnam, con menos tierras, produce más café que nosotros, y nosotros con el tamaño de varios países enteros de Europa dentro de nuestro territorio, aún no nos decidimos a fortalecer la infraestructura necesaria en vías de acceso, entre otros temas, para desarrollar el agro en Colombia. Como hemos mencionado antes, no será tarea fácil, pero lo importante es empezar, 3 millones de hectáreas no parece mucho, para el inicio es un gran paso, y lo más importante, los gremios opositores, se dan cuenta de la importancia que tienen y seguirán teniendo en la construcción de nuestro país.

 

 

jack80x

 

¿Cómo van las Fintech en Colombia?

El término FINTECH, es cada vez más conocido en el país, aunque este sector continúa haciendo enormes esfuerzos para dar a conocer las empresas que ofrecen beneficios a los consumidores bajo este marco, el mercado está hablando por sí solo y las empresas Fintech en Colombia, desde la creación del Decreto 2555 de 2010, se han duplicado en el país, y se está convirtiendo la nación en un líder latinoamericano en esta creación de empresas gracias a un nuevo ecosistema que no para de crecer. Dicho decreto determina que la oferta pública de valores debe ir también para empresas registradas debidamente en el Registro Nacional de Valores y emisiones, además de tener la autorización de la Superintendencia financiera para realizar operaciones financieras apoyadas en la tecnología.

Las Fintech son las empresas que ofrecen soluciones financieras a personas y empresas desde el mundo digital, desde la tecnología, “Financial Technology”, integran empresas de tecnología que utilizan herramientas digitales para mejorar o automatizar de manera más ágil los servicios financieros. Entre los objetivos de  este tipo de crecientes compañías se encuentran el añadir valor a los servicios financieros existentes, simplificar procesos financieros que comúnmente tienen demasiados intermediarios, lograr una mayor eficiencia a nivel de costos y en consecuencia mejores tasas y precios al consumidor final, convertir servicios y productos financieros en algo más accesible al público en general, contribuyendo a la tan anhelada inclusión financiera, la cual, según reportes al 2021 de la banca de oportunidades, se registra en un 89%. Cifra bastante alta en comparación al 2010 cuando oscilaba entre el 62%. Es decir, 89 de cada 100 colombianos tiene acceso ahora al menos a un producto financiero.

 

Lo anterior ha sido un proceso que ha venido creciendo paso a paso de la banca tradicional, quienes con el tiempo han entendido que el mundo cambió y las personas y empresas demandan más agilidad y mayores oportunidades para tener éxito en las transacciones financieras, así como exigen mayores oportunidades de crédito entre otras alternativas de financiación. El mundo ha acelerado la transaccionalidad y en consecuencia, la economía se dinamiza de la misma forma. Sin un sistema financiero amplio, ágil y eficiente, no es posible un crecimiento general de la economía de forma sostenible. Se requiere mayor eficiencia en el movimiento de capitales y el acceso a la financiación.

Parte de esta gestión se ha visto con el crecimiento de las Fintech en Colombia, quienes, con una excelente representación de su asociación, Colombia Fintech, se perfila ya como líder en Latinoamérica en la creación de estas empresas que ya representan en ventas un valor ajustado por inflación de $3,7 billones de pesos, equivalentes a un 0,31% del PIB de Colombia en el 2021. A diciembre de ese año ya existen 299 empresas Fintech según su asociación, Colombia Fintech. La distribución de estas empresas es liderada básicamente por aquellas que se dedican al crédito digital y los pagos digitales, entre ambos tipos de actividad concentran el 59% de las Fintech en Colombia, le siguen las finanzas empresariales, crypto y Blockchain, crowdfunding, Insurtech (seguros), y claro, los ya más comunes NeoBancos que crecen sin cesar bajo modelos digitales complejos en estructura tecnológica, pero sencillos para los consumidores, quienes a través de su celular pueden solicitar tarjetas de crédito o cuentas, sin tener que ir a oficina física alguna, tener en tiempo record aprobación luego de revisión de identificación y sistema de riesgo crediticio en segundos. Ante estas condiciones, ¿cómo no va a crecer ese sector en este país donde las filas, papeleo y esperas no tan gratas, son el pan de cada día?

Desde el último reporte de la asociación Colombia Fintech sobre empresas colombianas, se resaltan los siguientes resultados a destacar, por ejemplo, ya existen empresas que facilitan el acceso a los mercados bursátiles a través de una app para que inversionistas pequeños, medianos y grandes puedan adquirir acciones de forma fácil y segura. Empresas que ya han desembolsado hasta 4 millones de créditos de forma digital a personas naturales, promoviendo de esta manera la inclusión financiera, empresas que facilitan a pequeños comerciantes el acceso a datafonos para permitir ventas de todo tipo en cualquier parte del país, y claro, las tarjetas de crédito marca compartida (cobrand) que ya las vemos con mayor frecuencia en el mercado, ofreciendo servicios financieros a más colombianos de una forma más eficiente y ágil. Y los miles de puntos de recaudos, pagos, entre otros servicios a nivel nacional, que siguen creciendo en todo el país. A este tipo de empresas, pocos años atrás, los bancos tradicionales no les apostaban ni un peso, negándoles capital de trabajo para crecer, ahora esos mismos bancos tratan de imitar sus modelos de crecimiento orgánico viendo el evidente éxito de estas empresas.

Existe una gran oportunidad para seguir estimulando el sector, ya se están poniendo a prueba los ambientes para probar más ecosistemas y revisar el comportamiento de las empresas, sobre todo las que otorgan crédito y permiten facilitar la transaccionalidad, se revisan riesgos, operatividad. El éxito de estas pruebas bajo ambiente real, conocidas como “SandBox”, es fundamental para permitir la entrada de mayores inversiones y más crecimiento en este tipo de empresas. Aquí siguen ganando los consumidores, quienes ahora pueden hacer cada día, de una mejor forma, transacciones entre sí, que antes eran más complicadas y demoradas, así como el acceso a créditos para personas y empresas sin mayores demoras o trámites. La economía mundial, a pesar de las dificultades, sigue avanzando, así como se sigue exigiendo mejores procesos financieros para lograr mayores y mejores ventas en todos los sectores de la economía. Este gran movimiento Fintech comenzó años atrás y ha tenido éxito y auge en Europa y sobre todo Asia. Los grandes bancos europeos incluso también han realizado grandes inversiones para digitalizar la banca tradicional. Las fintech no paran, siguen aumentando su participación en el mercado financiero mundial poco a poco, una vez más, Colombia tiene una gran oportunidad para liderar estos procesos a nivel latinoamericano, desde la banca privada y el gobierno nacional, apoyando la entrada de inversión para apoyar este sector, y continuando con la regulación para acelerar y aumentar la oferta financiera, que tanta falta le hace a este país. Un país con un sistema financiero amplio, eficiente y ágil, es lo que se necesita para crecer y desarrollarse. ¿Seguirán aumentando las Fintech? No tengo la menor duda.

@jack80x

 

Debate sobre el precio de la gasolina, ¿Quién tiene la razón?

Entre algunos de los recuerdos de muchos colombianos del primero de enero de año nuevo se encuentra el del aumento del precio de la gasolina el día anterior, con lo cual se comenzaba el año con aumento en los precios a nivel general, sobre todo en los alimentos, y todo aquello que se transporte, es decir, casi todo lo que afecta a cada consumidor en Colombia.

Esta cuasi tradición cambió un poco en el 2007 con la creación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles – FECP, el cual ha logrado entregar a los colombianos precios estables durante los últimos años en los combustibles, fondo adscrito al Ministerio de Hacienda. Pero desafortunadamente los últimos tiempos este Fondo ha generado déficits no menores año tras año, los cuales deben ser resueltos cuanto antes, ya que de continuar como hasta ahora, se incrementaría el déficit aún más gradualmente llegando a niveles insostenibles en el mediano plazo.

 

Aproximadamente el déficit es de $24 Billones de pesos, para final de año podría ser de $35 Billones.  Con esta última cifra el actual gobierno nacional argumenta su decisión de aumentar el precio de los combustibles, define que este aumento en el déficit del Fondo FECP hace crecer un hueco fiscal generando una especie de subsidio creciente a quienes consumen combustibles en Colombia, según afirma el Presidente Petro.

Sobre la balanza ponemos la contraposición, el primero en alzar la voz fue el exministro de Hacienda del gobierno anterior, José Manuel Restrepo, quien manifiesta que ya se pagaron $14,2 billones de pesos del déficit mencionado y adicional afirma que se dejaron presupuestados $28,5 billones. Señala también que este tema del déficit corresponde a estrategias en pandemia, al no subir precios de combustibles, estos se estabilizaron y se evitaron 5 puntos adicionales en la inflación para la no afectación del a población más vulnerable y la recuperación de las Mipymes en el país.

Esto último que dice el exministro, tiene sentido, incluso ya comienza a debatirse en el Congreso un monto de $19 billones de pesos de los cuales se destinan los $14,2 billones al déficit. Pero es pertinente afirmar que al cierre del año el déficit será de más de $35 billones, casi el 2.7% del PIB, por lo tanto, esa diferencia tendría que ser pagada por el nuevo gobierno para deudas y cubrir el déficit de aquí al año 2025.

El tema de los precios en los combustibles en Colombia parece entonces un problema de no acabar, este gobierno parece, se encuentra determinado a sacar adelante el aumento a los mismos, debido a los déficits mencionados por parte del Fondo FECP, no es para menos y como hemos comentado anteriormente, a nadie le gusta pagar más impuestos, es difícil lograr un consenso en estos temas y claro, ya empiezan a surgir varias propuestas.

El gobierno argumenta que el dejar financiado el Fondo, como dice el exministro, implicó quitar $10 billones de pesos de la inversión para el 2023, lo cual trae como consecuencia la no provisión para programas sociales como “ingreso solidario” entre otros.

El tema es que independiente de quien tenga o no la razón, es un hecho el trámite de los ajustes para el aumento de los precios a los combustibles, así como es un hecho que por más que hayan dejado o no financiado o previsto estos gastos, en el mediano y largo plazo, subsidiar combustibles no parece la mejor alternativa para el Estado. Por esta y otras razones, algunos congresistas ya proponen, por ejemplo, concentrar el subsidio a la gasolina a través del SOAT solamente para Motos, transporte de carga y transporte público, con esto pretenderían evitar una afectación en los costos para los combustibles en muchas personas, veremos si esto prospera o no.

Otros congresistas también afirman vehementemente la ineficacia del gobierno anterior al dejar un déficit fiscal total de unos $83 billones de pesos, sumado a la deuda, lo cual amerita hacer reformas estructurales, como esta de los aumentos a los combustibles.

El precio de los combustibles solo contempla un 51% en ingresos para el productor, 13% corresponde a los impuestos nacionales y otro 13% a impuestos territoriales, el resto es para transporte, biocombustibles y los márgenes de distribución. La carga es grande, y los consumidores finales somos los directamente afectados si hay aumentos, pero, el sistema de subsidio al consumidor no es muy sostenible en el tiempo. No en vano muchos aseguran que esta política actual de combustibles genera un déficit constante, evidentemente afecta las finanzas del Estado, por lo tanto, me sumo a quienes piensan que se requiere un plan de acción de transición que tenga en cuenta precisamente los efectos de inflación y que pueda incluir a su vez medidas estructurales.

La medida y la función del Fondo FECP ha logrado tener un precio por galón de gasolina relativamente barato comparado con la región en Latinoamérica, para tiempos de emergencia como la pandemia, logró estabilizar los precios en los combustibles, ha evitado en esos tiempos mayor inflación, pero definitivamente se debe pensar en revaluar la estrategia, también ante estos tiempos de escases, conflictos mundiales y transiciones energéticas. Pensemos que deberíamos estimular el consumo de biocombustibles, pero con estas estrategias realmente estamos subsidiando para terminar estimulando el consumo de combustibles fósiles. Esperamos se logre una determinación para cubrir estos déficits, pero también a su vez, esperamos se logre un equilibrio en precios para los consumidores en el sensible tema de los precios de los combustibles, que, por ahora siguen siendo parte fundamental para el desarrollo de todo el país.

@jack80x