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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Karol Gutiérrez

Colombia, perspectivas para el 2023

En el 2022 fuimos testigos de eventos trascendentales, como el inicio de la guerra en Ucrania, la inflación descontrolada a nivel mundial, la cumbre climática COP 27, el “fin de la pandemia”, y nuevos periodos electorales en Francia, Estados Unidos y Sur América. Fue sin duda, un año convulsionado en que se impuso una nueva agenda geopolítica que marcó las pautas de lo que vendrá para este 2023.

El evento del año en Colombia, no podía ser otro, que la elección de Gustavo Petro y Francia Márquez como gobernantes del país. No deja de ser un hecho histórico que en más de 200 años de independencia la izquierda nunca había llegado al poder.

 

No fue un año fácil, y desafortunadamente las perspectivas económicas y sociales, parecen oscurecerse más frente a las proyecciones del Banco Mundial, la CEPAL y Fedesarrollo que coinciden en que la economía colombiana decrecerá, y el PIB se mantendrá por debajo del 1,5% durante el 2023.

Sumados a estos factores, la incertidumbre generada por el afán reformista de Gustavo Petro, de querer transformar el sistema pensional y de salud, prohibir la exploración del petróleo, y una larga lista de propuestas que componen su ambicioso proyecto de gobierno, han provocado conmoción en el cuadro político y en el sector privado.

Un año de recesión económica

El panorama de la economía global en el 2023 es complejo, el Banco Mundial ha proyectado una recesión comparable con la crisis del 2008, cuyo impacto será más vertiginoso en países en desarrollo, en Colombia, la inflación y el desempleo, obstaculizaran el cumplimiento de los ODS y la reducción de los niveles de desigualdad, prometidos por el gobierno.

El decrecimiento económico, la devaluación del peso, y el aumento en las tasas de interés debilitarán aún más el tejido productivo. Este año ha iniciado con el costo de vida más elevado de las últimas décadas, los colombianos han perdido capacidad adquisitiva, y el aumento de un 16% en el SMMLV, no compensa los gastos de la inflación, no para los más vulnerables.

Peor aún, esta medida tiene efectos boomerang porque las Pymes parecen no estar preparadas para sumirlo, lo que elevará los niveles de informalidad. ¿Se truncarán las aspiraciones del gobierno de sostener la tasa de desempleo de un dígito?

Otra variable, son los bajos índices de innovación en Colombia respecto a otras económicas globales, aunque han mejorado, siguen siendo vergonzosos. Será difícil avanzar, mientras se siga pensando en la innovación como indicadores que deben mejorar y no como una cultura que se debe crear, a través de un clima de estabilidad política que genere un ecosistema óptimo para los negocios.

Paz y Seguridad

La búsqueda de la paz es un deseo que ha acompañado a los colombianos durante décadas, y hoy es uno de los mayores retos que sigue enfrentando el país. La inseguridad urbana, y en las zonas rurales, especialmente en la Colombia profunda, azotada por el narcotráfico y grupos al margen de la Ley, requiere de una presencia efectiva del Estado y una política antidrogas robusta, un tópico que parece introducirnos en un profundo laberinto.

La “Paz Total” ha demostrado ser un proyecto improvisado, el anuncio de un cese al fuego bilateral sin concertarlo con el ELN y el ejército, fue completamente irresponsable y demostró el talante autoritario de Gustavo Petro. No es la vía que conducirá a negociaciones exitosas con ninguna organización armada, incluida las disidencias de las Farc.

Igualmente, el impulsado proyecto de “gestores de paz” que vincula a jóvenes en pobreza extrema, y excarcela delincuentes de la Primera Línea, para otorgarles un incentivo de (1.000.000$), no parece una política que contribuya a resolver los problemas de seguridad que persisten en el país, por el contrario, se podría convertir en un tema insostenible. Todavía tendríamos que evaluar los efectos, aún es pronto para determinarlo.

Educación

En una columna anterior sobre los retos de la educación en Colombia, establecí que una de las mayores urgencias es, cerrar brechas entre la educación rural y urbana, aumentar el presupuesto y la inversión en este sector, y fortalecer los procesos de conectividad y digitalización.

Colombia necesita una política nacional de educación rural sólida, capaz de reducir la migración del campo a la ciudad, y la calidad educativa es una de las claves para lograrlo. Pero esto parte de un proceso de reestructuración de los modelos pedagógicos y curriculares, y de un trabajo articulado entre el gobierno nacional y las entidades territoriales.

También debe darse un cambio de enfoque, la educación tradicional no será suficiente para responder a los retos del siglo XXI; es preocupante que los conocimientos adquiridos en las diversas instituciones, en la praxis no se alinean a las necesidades del sector productivo.

Retos

Algunos de los desafíos del actual Presidente son, la estabilidad económica, pobreza, inflación, empleo, violencia, inseguridad, paz, inmigración venezolana, cambio climático, relaciones entre el Ejecutivo y el Congreso, malestar social, y gobernabilidad.

Para mantener la gobernabilidad el Presidente debe fortalecer la coalición parlamentaria, que podría erosionar frente a sus intereses personales, es probable que los movimientos que se hagan durante este año obedezcan a cálculos electorales, recordemos que las elecciones locales se aproximan.

El malestar social persistirá, la recesión y el aumento de la inflación, traerá consigo nuevas demandas, que nos permitirá medir la capacidad del gobierno de dialogar y gestionar la insatisfacción. Solo esperamos que no acuda a soluciones populistas (controlar precios, aumento extraordinario de transferencias sociales), y otros mecanismos que a largo plazo empeorarían la situación.

Todo está por verse, ¡Dios bendiga a Colombia!

 

 

 

 

Retos de la Educación en Colombia

Durante décadas Colombia ha enfrentado retos importantes en el campo educativo, sin embargo, quienes conocemos la historia del país sabemos que uno de los principales logros de la política educativa, es haber consolidado la cobertura universal, en particular en la formación básica.

Desde la pandemia del covid-19 han surgido nuevos retos, y otros se han hecho más evidentes. Disminuir brechas digitales, diseñar nuevos modelos pedagógicos y curriculares en las instituciones del país, que fortalezca la relación de los estudiantes con las exigencias del mundo laboral, y favorecer los procesos de inclusión, son algunos de los desafíos que enfrenta el actual gobierno.

 

Cerrar brechas entre la educación rural y urbana

Esta es una deuda pendiente que han tenido los gobiernos con la educación rural. Se hace necesario implementar rutas y crear programas que orienten los procesos de formación en las áreas rurales hacia una educación de calidad.

Se ha demostrado que las deficiencias de aprendizajes son más preocupantes en estudiantes de regiones geográficas apartadas y de recursos socioeconómicos escasos. Generar un nuevo entorno educativo para esta población y mejorar su aprendizaje es una de las principales estrategias para reducir la desigualdad, y generar desarrollo en la Colombia profunda y lejana.

En esto me parece clave el nombramiento de Lucas Gutiérrez como Jefe de Planeación del Ministerio de Educación, no solo por su trayectoria, sino porque es un hombre de regiones, con la sensibilidad para entender sus necesidades.

Mayor Inversión

Durante décadas la educación no se ha configurado dentro de la cultura política colombiana como la inversión publica más rentable del país, un cambio en ese imaginario, producirá también una transformación de las políticas educativas y de las estructuras mismas del estado; donde la educación no seguirá entendiéndose como un rubro engorroso del gasto público que debe ser recortado frente a cualquier crisis económica.

Uno de los mayores problemas se encuentra en la deserción. Un informe de Ascún, reveló que durante la pandemia las Universidades tuvieron una deserción del 37%. Además, entre 2020 y 2021, más de 158.000 niños y adolescentes abandonaron sus estudios por el mismo motivo. Algunas respuestas a esta problemática podría ser crear nuevas líneas de crédito, financiar un mayor número de matrícula, crear nuevas becas y proyectos que promuevan autosuficiencia económica en la población estudiantil.

Se estima que más del 80% de este presupuesto es gastado en funcionamiento, es de destacar que se ha realizado un aumento en lo concerniente a la educación superior, pero ha disminuido en los niveles de preescolar, básica y primaria.  La educación debe ser mejor financiada de manera integral.

Conectividad y digitalización

Quizás es, una de las urgencias más grandes de la educación en Colombia. Se ha hecho evidente la necesidad de una acción contundente que oriente los procesos educativos hacia la creación de nuevos perfiles profesionales articulados a las tecnologías emergentes o áreas STEM, y a una mayor digitalización en todas las áreas de la educación.

Se deben implementar estrategias para lograr que la población estudiantil, tanto rural como urbana tenga mayor acceso a internet y a las herramientas digitales. La falta de conectividad fue la gran barrera para que miles de jóvenes pudieran continuar con su formación durante la pandemia.

Existe también, una preocupación por los conocimientos y habilidades adquiridos en las diferentes instituciones y las expectativas del sector productivo, la apropiación de herramientas tecnológicas y el surgimiento de espacios de práctica profesional, se presentan como una de las alternativas dadas por expertos.

Los retos de la educación son muchos, desde entender por qué los estudiantes presentan puntajes tan bajos en las pruebas Timms, PISA y Saber, y atacar el problema desde la raíz, hasta articular la cobertura con la calidad, etc. Confiamos en que el Ministro Gaviria, Gutiérrez, y toda la cartera de Min Educación, darán una respuesta acertada a todos los retos que les plantea la realidad actual.

 

 

La ‘Sostenibilidad Alimentaria’ una visión prospectiva para construir una Agenda de País

En Colombia se ha dinamizado un debate de gran envergadura sobre Sostenibilidad Alimentaria un concepto que ensancha los horizontes analíticos y trasciende las tradicionales perspectivas de “Seguridad y Soberanía Alimentaria”. La Fundación Monómeros, la Universidad de la Salle y La República, han convocado al país a construir una plataforma plural y amplía, en la que converjan actores del Estado, la sociedad civil, la empresa y sectores de naturaleza heterogénea.

Con este objetivo surge Colombia Alimentaria como un diálogo prospectivo que transversaliza las grandes problemáticas nacionales desde las regiones, desde los territorios, sosteniendo como punto neurálgico de la discusión el ‘Agro’ hoy un campo longevo que invita a reflexionar sobre la importancia del relevo generacional, el rol de la mujer campesina y de los jóvenes rurales en el diseño de un Plan Pluridecenal -2050 de Sostenibilidad Alimentaria en Colombia; también se alinea en lograr el cumplimiento de uno de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible — el Hambre Cero —. En este sentido, la necesidad de fortalecer las pequeñas unidades agrícolas, los sistemas de abastecimiento y profundizar los procesos de inclusión en el campo resulta una tarea inminente.

 

Colombia Alimentaria es un ideal de dimensiones políticas, sociales y económicas que logró materializarse en un contexto sumamente complejo a nivel mundial y a nivel nacional. Es sabido que la guerra en Ucrania ha acelerado el alza de precios que comenzó antes con los desplomes provocados por la crisis sanitaria, hoy se suma un desmesurado costo de la energía y los fertilizantes. Los pobres son los más afectados, especialmente, en los países en desarrollo, donde la comida representa la mitad del presupuesto de una familia típica. La historia no deja lugar a dudas sobre lo que sucede cuando los alimentos escasean o son inasequibles para las personas más pobres: la crisis alimentaria de 2008, por ejemplo, provocó un aumento significativo de la malnutrición, en particular entre los niños. En algunos estudios, se indicó que las tasas de deserción escolar llegaron hasta el 50 % entre los niños de los hogares más pobres, según el Banco Mundial.

Frente a este panorama se requiere una acción interinstitucional que apunte al desarrollo y la competitividad del Agro. Según la FAO, Colombia es uno de los pocos países con gran potencial de expandir su área agrícola sin afectar el área de bosques naturales, es el cuarto país de América Latina con más tierras disponibles para producción agrícola y es el tercer país con mayores recursos de agua y diversidad climática. Con estas características geopolíticas Colombia podría posicionarse como una despensa alimentaria a nivel regional y mundial. Para lograrlo es necesario trazar una hoja de ruta, que a partir del diálogo entre improbables desde una comunicación asertiva conduzca a un gran Pacto por  la Sostenibilidad Alimentaria sin caer en falsos debates y eso es lo que representa Colombia Alimentaria.

El primer gran espacio de diálogo tuvo lugar en la región de Orinoquía en la Universidad de la Salle en Yopal; cumpliendo a cabalidad con la agenda, este gran debate se dio también en las regiones del Pacífico, Centro-Eje Cafetero, Nororiente y próximamente en la región Caribe, en la ciudad de Barranquilla. Llegará a Antioquia, Amazonía y cerrará el mes de agosto con el Gran Foro Nacional en la ciudad de Bogotá. Estos encuentros no solo generarán los lineamientos para emprender un arduo trabajo con las respectivas autoridades del actual Gobierno Nacional, sino que establecerán las bases y los compromisos de una agenda Pluridecenal con prospectiva al 2050.