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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: La Guajira

Primer caso de Viruela Símica en La Guajira

El secretario de Salud de La Guajira, Armando Pulido, confirmó que un hombre de 35 años presenta el primer caso de la viruela del mono en este departamento. El individio se encuentra cumpliendo su proceso de aislamiento.

«Hemos recibido por parte de Instituto Nacional de Salud la confirmación de este primer caso de la viruela del mono en el departamento de La Guajira y en estos momentos se encuentra aislado y lo tenemos en estricta vigilancia», dijo el funcionario.

 

Las autoridades en el municipio de Albania ejecutaron un cerco epidemiológico para evitar una propagación de la enfermedad en la zona y realizan además un seguimiento a las personas que tuvieron contacto con esta persona en las últimas semanas.

La Alcaldía de Albania explicó que la persona afectada con la viruela del mono recientemente había llegado procedente de la ciudad de Bogotá, donde indagan con quién tuvo contacto.

Operativo contra falsificadores de moneda extranjera en La Guajira

Imagen de referencia/Cortesía

Las investigaciones de  la Fiscalía General de la Nación contra la falsificación y comercialización de moneda nacional y extrajera permitieron identificar y judicializar a tres presuntos articuladores de una red dedicada a esta actividad criminal, en zona de frontera con Venezuela.

 

Unidades del CTI de la Fiscalía detectaron en Maicao (La Guajira), un inmueble en el que funcionaba un centro ilegal de elaboración a gran escala de dólares y pesos colombianos. En el lugar fueron encontrados una imprenta industrial, impresoras, tintas, una máquina tarjetera, negativos y plantillas para fabricar billetes de diferentes denominaciones. Adicionalmente, fueron hallados 476.670 dólares falsos; cerca de 5 millones de pesos y 530 láminas listas para ser impresas.

Las divisas extranjeras falsificadas, al parecer, eran enviadas en encomiendas o a través de los denominados ‘correos humanos’ a Venezuela y Panamá. En estos países diversos enlaces de la organización delictiva las ingresaban al sistema financiero. De otra parte, los pesos colombianos eran distribuidos en tiendas de barrio, pequeños supermercados, en el transporte público y entre prestamistas informales.

Uno de los capturados es José Alfonso Díaz Aguilar, presunto cabecilla de la estructura delincuencial, encargado de contactar a los enlaces que movían las divisas. Además, se estableció que habría adquirido en varias oportunidades bolívares para darles apariencia de legalidad y utilizarlos en transacciones financieras. Otro detenido es Greyser Deivis Socarrás Rivera, quien tendría a su cargo la impresión de los billetes y su modificación para que parecieran auténticos. Asimismo, está Marco Tulio Pérez Charris, supuesto responsable de ‘maquillar’ los billetes, acudiendo a tinturas y técnicas artesanales para resaltar logos, símbolos y sellos de seguridad.

Una fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales imputó a estos tres hombres los delitos de falsificación de moneda nacional o extranjera, tráfico de moneda falsificada y concierto para delinquir. Los procesados  deberán cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario, mientras que Pérez Charris permanecerá privado de la libertad en su lugar de residencia. No aceptaron cargos

«Fuerza Pública defenderá la transición energética»: Mindefensa

El Ministro de Defensa, Diego Molano, advirtió que la Fuerza Pública ya diseñó la estrategia de defensa para la transición energética de Colombia.

«Desde el departamento de La Guajira, las Fuerzas Militares y de Policía ya pusieron en ejecución el Plan de Seguridad y Protección a la transición energética. Se ha diseñado un ejercicio para proteger durante los próximos 30 años los parques eólicos y solares», advirtió el Ministro Diego Molano.

 

Según las autoridades, esta estrategia anunciada por el Gobierno Nacional cuenta con tres frentes de trabajo.

El primero de ellos tiene que ver con la custodia y protección a las vías por dónde se trasladarán los materiales e insumos para la construcción de los parques eólicos y solares que entrarán en operación durante los próximos años.

El segundo frente de trabajo se refiere al trabajo coordinado y articulado para que durante el tiempo de construcción de dichos proyectos de infraestructura crítica, se den las garantías de seguridad tanto para la comunidad cómo para el personal que labora con las compañías encargadas de esta transición energética del país.

Y en tercer lugar, se encuentra el frente de trabajo encargado de la construcción e implementación de nuevas y futuras capacidades de comunicación y vigilancia remota, a fin de realizar un seguimiento de seguridad en toda la extensión de La Guajira y su área fronteriza con el vecino país.

El Mayor General, Gerardo Melo Barrera, Comandante de la Primera División del Ejército Nacional, aseguró que actualmente el área de influencia de las empresas que están construyendo los primeros proyectos para la transición energética del país, ya cuentan con el acompañamiento en seguridad brindado por 3 batallones, los cuales cumplen con tareas relacionadas con él control de frontera, el control extensa de área y la protección de activos estratégicos de la Nación.

Los dispositivos y las capacidades con las que cuenta la Fuerza Pública están al servicio de la ruta que emprendió Colombia con el propósito de convertirse en un país carbono-neutral para el año 2050, protegiendo así la biodiversidad y la naturaleza.

Se espera que con la llegada de esta inversión para la generación de energías renovables no convencionales a esta zona del país, a futuro se construyan más bases militares y comandos de policía en la Alta Guajira, a fin de facilitar la protección y seguridad de la infraestructura que mejorará la matriz energética del país.

Los proyectos de generación de energía eólica y solar que se vienen construyendo en La Guajira, son de interés nacional y de carácter estratégico para el Gobierno, porque gracias a ellos se estima la reducción de 9 millones de toneladas de CO2, con una producción posible de 3.131 megavatios, representada en el 12l% de la energía en la matriz de generación nacional.

Hambre y sed, el doloroso panorama en la olvidada Guajira colombiana

Bajo el inclemente sol de La Guajira mueren cada año decenas niños por desnutrición, a pesar de que una sentencia de la Corte Constitucional colombiana obligó a las instituciones a garantizar el agua, la alimentación y la salud al pueblo indígena wayuu, que sufre las peores consecuencias de la pobreza.

Numerosos políticos han hecho campaña en La Guajira durante el actual periodo electoral, pero los pobladores denuncian que cuando sean elegidos se olvidarán de ellos.

 

«Una tiene que seguir adelante, por sus otros niños. Hay que ser fuerte. Yo soy fuerte», dice la wayúu Sonia Epieyú, mientras vela a su hijo de apenas nueve meses de edad sobre las vías del tren que conduce a la mina de carbón El Cerrejón.

El pequeño murió en un hospital de la capital regional, Riohacha, después de haber sido trasladado desde su comunidad rural de origen, conocida como Toolomana, tras sufrir numerosos vómitos. Sus familiares aseguran que estaba desnutrido.

«Cuando los funcionarios llegaban a la comunidad me lo pesaban, y me daban la tallita. Nada más. Me ofrecieron una receta de una fórmula (de vitaminas, alimenticia) pero no me la quisieron dar en la tienda porque me dijeron que quien tiene que hacer el documento es la nutricionista», denuncia Sonia.

El pequeño ataúd blanco al que todos miran da cuenta de la tragedia que se vive en La Guajira. No es un caso aislado. En lo que va de año han fallecido 21 niños menores de cinco años por desnutrición o causas asociadas a esta, según el Instituto Nacional de Salud (INS).

El flagelo tampoco es nuevo. Al menos 118 niños murieron por las mismas dolencias en 2018, 84 en 2019, 65 en 2020 y una veintena el año pasado, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

Son las consecuencias de la miseria en una región donde el 63 por ciento de los habitantes sufre pobreza monetaria y el 52 por ciento multidimensional.

El valor del agua

La mayoría del departamento, situado en el extremo norte colombiano –y sudamericano– tiene un clima semidesértico, con muy escasas precipitaciones que impiden el acceso al agua potable, garantizado para apenas el 20 por ciento de la población, una posibilidad casi nula en las zonas alejadas de centros urbanos de la media y la alta Guajira.

En las comunidades más lejanas, llamadas rancherías, construidas en zonas muy áridas y compuestas por apenas unas casas construidas con caña atada, tienen que recurrir a pozos rudimentarios, de los que brota líquido a menudo salado, o a pequeños embalses artesanales, llamados jagüeyes, que recogen agua de lluvia. El líquido acaba embarrado y, en muchas ocasiones, no es apto para el consumo, teniendo el potencial de generar enfermedades.

El agua en La Guajira es el bien más preciado, pero también puede matar.

Miles de personas recorren cada día decenas de kilómetros para obtener el preciado líquido de esos lugares, situados en lugares estratégicos entre las comunidades. Otros han recurrido a ingenios que tampoco garantizan el acceso a agua apta para el consumo.

Es el caso de la ranchería Sibalú, situada a unos 40 minutos de Uribia, considerada la «capital indígena de Colombia» y donde el 92 por ciento de la población vive en pobreza multidimensional.

Allí los pobladores han construido un pozo profundo de anillos y recogen el agua, almacenada a unos 20 metros de profundidad, dándole vueltas a una manivela. Es una solución de urgencia, ya que el agua que emana del ingenio tampoco está purificada, y puede ser contaminada con cualquier objeto u animal que caiga dentro y quede atrapado o muera.

Ni siquiera ese pozo evita que la tragedia llegue también a Sibalú, un conjunto de unas cinco casas, dos de caña y tres de cemento vivo erigidas sobre la tierra, en pleno epicentro semidesértico.

Tras el alambre de espino que protege de los animales el pequeño cementerio de la ranchería está la tumba del pequeño Fabián. Murió en abril, también por causas asociadas a la desnutrición.

«Estaba muy delgado»

«Aquí no hay empleo. Eso nos deja débiles. No tenemos fuerzas, y de ahí se desencadenan otras necesidades, como la alimentación. El niño no tenía una estabilidad o fuente de ingreso que lo favoreciera», dice junto a la sepultura Mónica Epineyú, su abuela.

Tumbada en una hamaca, colgada dentro de una de las casas de concreto, de dimensiones más reducidas que las celdas de muchas prisiones, se encuentra Mónica, la madre del pequeño.

«Estaba muy delgado», dice entre lágrimas, mientras otra de las mujeres de la comunidad explica las necesidades que tienen. «El poco dinero que uno consigue es para ellos, para los niños, y es muy poquito. No para que tengan buenas defensas. No hay fruta. No hay vitaminas. No hay agua limpia, porque el agua del pozo no está dulce», lamenta.

El problema de la falta de agua obliga también a las familias a desviar dinero para ese menester, evitando el gasto en mejores alimentos.

La comunidad de Sibalú se dedica al pastoreo de unas pocas cabras, y también a la artesanía, pero los pagos son muy pobres. «Nosotras cobramos 15.000 pesos (unos 3,5 euros) por crear unos bolsos que tardamos días en coser, y los hilos son muy caros», lamenta la madre de Fabián.

La Corte Constitucional colombiana emitió en 2017 una sentencia con 210 órdenes dirigidas a 25 instituciones con el objetivo de paliar la situación de pobreza de la Guajira, tras recibir informes que recogían la muerte de 4.770 niños por causas relacionadas con la desnutrición en la década anterior. Los pobladores aseguran que el cumplimiento de esa sentencia es lento e insuficiente.

Una de las soluciones ha sido la contratación de camiones de agua, que no llegan a buena parte de las rancherías por el mal estado de las vías, la mayoría no asfaltadas, y también por la corrupción. Al menos 374 niños han fallecido por causas evitables desde 2017.

La pobreza profunda en Uribia afecta también a comunidades cercanas al núcleo urbano, exacerbada en los últimos años por la masiva llegada de migrantes procedentes de Venezuela.

Los wayúu son un pueblo binacional, y muchos cruzaron la frontera tras el inicio de la crisis política, social y económica en el país vecino.

Al menos 13.500 personas pueblan ‘Aeropuerto’, un barrio de invasión creado sobre una antigua pista para aviones. La necesidad es palpable nada más pisar el lugar.

María Jusayú vive con sus dos hijos en una diminuta cabaña fabricada con caña y otros elementos encontrados en la calle. Su hija más pequeña sufre una evidente y diagnosticada desnutrición.

«Vino una nutricionista y me dijo que no tenía el peso adecuado de una niña de un año. Pesa seis kilos y debería pesar entre diez y catorce. Me han dejado un compuesto de vitaminas», expresa la progenitora.

«Ella come lo que yo pueda conseguirle. No la alimento adecuadamente. No le doy purés, muy de vez en cuando. Si nosotros comemos arroz, una vez al día, yo le hago arroz. Come lo que hay», lamenta María.

La mala praxis de parte de los elementos de la Administración asola también a La Guajira. El departamento ha tenido doce gobernadores en la última década. La mayoría han sido destituidos por casos de corrupción que, en ocasiones, están relacionados con los fondos destinados a la infancia.

Inhabilitan por 10 años a Oneida Pinto

La Procuraduría sancionó con destitución e inhabilidad a la exgobernadora, Oneida Pinto, por el contrato adjudicado a dedo para implementar nuevas tecnologías en el departamento de la Guajira.

El contrato firmado por  $20.453.932.366, fue adjudicado a la Fundación Empresarial de Nuevas Tecnologías de la Información de Colombia (Funtics).

 

El Ministerio Público evidenció que dicho contrato no contó con los principios de transparencia y responsabilidad de la contratación estatal.

En su momento, el órgano de control, a través de su Delegada para la Vigilancia Preventiva de la Función Pública, advirtió en un informe de cinco  puntos que podrían presentarse irregularidades en este proceso licitatorio adelantado por la Gobernación de La Guajira; sin embargo, a pesar de ello el proceso siguió su curso.

La conducta de la exgobernadora fue calificada de forma definitiva como falta disciplinaria gravísima a título de culpa gravísima.

El fallo cobija también a la exsecretaria de Educación, Bely Gneco; al exdirector Operativo, Gilbert José Meza Cerchar, y al profesional universitario de la administración departamental, para la época de los hechos, Gerardo Cujia Mendoza, sancionados con destitución e inhabilidad general por el término de nueve años.

Interceptan lancha con cocaína

La Armada de Colombia, logró la interdicción de una embarcación tipo “Go Fast” con 299 kilogramos de clorhidrato de cocaína que eran transportados por dos sujetos.

Durante la operación se hizo seguimiento detallado a una embarcación sospechosa que habría salido de las costas de La Guajira, transportando sustancias estupefacientes.

 

Con el despliegue de una Unidad de Reacción Rápida de la Estación de Guardacostas Primaria de Santa Marta, se logró la interdicción de la lancha a 48 millas náuticas al noroeste de Puerto Bolívar, La Guajira, con dos sujetos de nacionalidad colombiana, quienes transportaban 12 costales con 300 paquetes rectangulares con presunta sustancia ilícita. Al momento de realizar las Pruebas de Identificación Preliminar Homologadas arrojó positivo para clorhidrato de cocaína con un peso neto de 299,71 kilogramos.

Así mismo, durante la operación se incautaron 378 galones de combustible.

El alijo que al parecer tenía como destino las costas de República Dominicana, alcanzaría un costo en el mercado ilegal internacional de más de diez millones de dólares, por lo cual gracias a este resultado se dejarán de comercializar aproximadamente 750 mil dosis en las calles del mundo.