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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: León Sandoval

Pensar para el éxito I

Gran parte del desarrollo de una persona u organización inicia con el pensamiento, no en vano con el pensamiento se crea el mundo. Pensar bien y bonito es el primer paso para lograr el éxito, el éxito entendido como un resultado feliz y satisfactorio a partir de lo que se desea y se emprende o promueve. Pensar para el éxito debería ser un modus operandi en la mente humana. La vida muchas veces no es fácil, pero pensar mal o pensar feo, es hacer de lo que no es fácil más difícil y nefasto. En este artículo se expondrán una serie de ideas que forman parte del pensamiento integral, del pensar bien y bonito, que sin lugar a duda contribuirán en despejar ese camino hacia el éxito. Esta es la primera entrega de dicho artículo.

El primer pensamiento para el éxito ha de ser el de pensar en el merecimiento. Entender que por la naturaleza y condición se merece el éxito, que los sucesos buenos y bienaventurados que llegan a la vida son merecidos, corresponden porque existen los méritos para ello. El hombre y la mujer son una creación de la divinidad hecha a su imagen y semejanza, por ende, amarse y valorarse es parte de ese merecimiento para que las cosas buenas sucedan. Pensar en merecimiento es abrir la puerta de la abundancia, de la bendición y a que todo lo bueno suceda y se materialice. Merecer implica aceptarse como ser digno y saberse beneficiario por derecho propio de los dones de la divinidad, porque la vida y la acción han sido meritorias.

El segundo pensamiento debe ir acompañado de la acción, se trata de visualizar. Ver creado lo que se anhela, así no haya nada material aún, el vacío en medio del desierto, cuando se visualiza se crea mentalmente, es decir, se trae del plano mental al plano material lo que se espera, lo bueno y bonito que se desea. Visualizar es un arte que consiste en hacer visible lo invisible, traer al plano material lo que aún no es perceptible por el mundo de los sentidos. Pensamiento creativo implica el deber visualizar aún a pesar de los otros, lo importante, lo que se piensa y se anhela. Visualizar ubica en el camino y acerca al éxito porque significa un norte, un rumbo seguro.

El tercer pensamiento es el agradecimiento permanente. A pesar de todo y a todos, se debe apreciar y valorar lo que se tiene y se recibe a diario. Gracias a Dios por la abundancia, y aún por lo no abundante. Gracias Dios por la Vida y por la poca vida. Gracias Dios por el amigo y por el enemigo. Agradecer es la llave que abre la puerta a los tesoros. Gracias Dios porque provee y esa provisión es suficiente, y si así no lo fuera, es su gracia para con el hijo. La gratitud enseña a valorar y apreciar lo que se es, lo que se tiene y a los demás. Agradecer es dar a la Vida la mejor cara, la mejor sonrisa porque la Vida es buena. El agradecimiento es la chispa que enciende la mecha. Agradecer desde el corazón debería ser un mantra fundamental. Agradecer es tocar el Alma con las llaves del cielo.

El cuarto pensamiento es consecuencia del anterior, bendecir: El bien decir. Emplear la palabra para hablar bien y arrojar la mejor buena energía sobre esa empresa o proyecto. Bendecir no sólo es la obligación de los padres para con sus hijos. Bendecir es desparramar las mejores palabras e intenciones sobre el otro. Cuando se bendice se lanza al mundo una fresca palabra que volverá enriquecida al ciento por uno. Bendecir, en tiempos donde las personas se caracterizan por hablar de manera poco amable, lleva a que los seres humanos sean mejores y puedan encontrar sinergias en la vida. Se debe bendecir la vida, aún en su vulnerabilidad. Bendecir es un imperativo para que la vida sazonada con el merecimiento, la visualización, y la gratitud sea fructífera y abundante (Continuará…).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El arte de olvidar

Dicen los entendidos que uno de los últimos escritos del argentino universal, Jorge Luis Borges (1899-1986), fue un soneto titulado “Aquí. Hoy”. Los versos de la primera estrofa son los siguientes: “Ya somos el olvido que seremos. /El polvo elemental que nos ignora/ y que fue el rojo Adán y que es ahora/ todos los hombres, y que no veremos.” Parte del primer verso sirvió para que el escritor medellinense Héctor Abad Faciolince (1958) titulara la novela autobiográfica El Olvido que seremos (2006), novela que discurre momentos íntimos con su padre, el entrañable médico humanista Héctor Abad Gómez (1921-1987), asesinado vilmente por las fuerzas oscuras que imperan en el País. Abad Faciolince narra que, su padre en al momento de su trágica muerte tenía en el bolsillo de su camisa un papel con los versos del referido soneto de Borges. Todos los seres vivos en algún momento serán olvido, para no ser olvidados deberán habitar en la mente y en los corazones de quienes los recuerdan, ya con afecto o con desprecio. Cuando la última persona que recuerde al ido, desaparezca, el ido será olvido.

Pocas personas logran trascender al olvido porque su obra les subsiste. Su obra deja de ser un estado mental íntimo para convertirse en algo material y perceptible, casi que de domino público, entre esas personas bien se podrían destacar a: Borges, Proust, Joyce, Marie Curie, García Márquez y a tantos hombres y mujeres de las artes, las ciencias, la filantropía, la ingeniería, hoy los deportes. Hasta los criminales, cuyo recuerdo subsiste en muchas sociedades enfermas que, ven como algo favorable diseñar circuitos turísticos por los lugares de sus fechorías, y hasta vender recuerdos de viaje con la impresión de sus rostros.

Olvidar forma parte de lo más recóndito de la naturaleza humana, se puede olvidar por que el cerebro va perdiendo su plasticidad, el proceso de la sinapsis neuronal va haciéndose cada vez más inoperante, probablemente esa es una de las razones por las cuales las personas mayores olvidan con facilidad los sucesos recientes, pero conservan nítidamente los sucesos más antiguos. Se suele olvidar también porque como mecanismo de defensa el cerebro humano bloquea hechos que impactaron de manera poco amable la vida de las personas y muchas veces van a parar en ese cuarto de los trastes viejos que algunos denominan el inconsciente y otros como el subconsciente, para el psiquiatra suizo Carl Jung (1875-1961) no eran lo mismo.

Olvidar sin lugar a duda es un arte, un ejercicio gimnástico de decisión y autoestima. El primer paso para olvidar es estar decidido a hacerlo, es entendible que la mente humana se aferre al pensamiento de los sucesos faustos, lo grato y lo bello. Empero ¿Qué conduce a la mente humana a aferrarse a lo nefasto y de paso congraciarse con el sufrimiento que ello representa? Probablemente, la ausencia de la conciencia y de conocimiento propio, de sí mismo, o la carencia de amor propio manifiesto en baja autoestima. Una vez se haya tomado conciencia y decisión de olvidar, el segundo paso es mantenerse constante. El olvido se debe mantener tan sólo un día a la vez, persistiendo al día siguiente y así hasta que, lo que se quiere olvidar desaparezca por completo, y si no desaparece, por lo menos no ocasione sufrimiento.

Nadie dijo que desbastar una piedra resultara fácil y que ser artífice de su propio destino sea un periplo de placer. Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) tomó un año, a partir de un bloque de mármol de Carrara, para tallar su majestuosa Piedad. ¿Quién dijo que se olvida en un santiamén? Olvidar es como el lento trasegar de las aguas que poco a poco limpian la superficie de manera insospechada. Así como olvidar empieza con una decisión, sufrir también es una decisión, no en vano Borges remató su soneto: “Pienso con esperanza en aquel hombre/…que no sabrá que fui sobre la tierra. / Bajo el indiferente azul del cielo, /esta meditación es un consuelo./” El olvido puede ser la más dura sentencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La cultura de la tranquilidad

La palabra “Tranquilidad” tiene origen en el latín y está conformada por el prefijo “trans” que significa más allá y el verbo “quiescere” que significa calmar. En otras palabras, la tranquilidad es la capacidad de estar en calma, la habilidad para mantener la mente en reposo. La cultura de la tranquilidad en tiempos de hiperconectividad digital, de exceso de información con bajísimos niveles de comunicación, de odios y de rencores, de hiperdemocracia y supraderechos, debería ser un imperativo personal. La finalidad de la vida, hoy nutrida por la ética utilitarista, no debería ser la búsqueda de la felicidad a partir del placer como lo propusieron los antiguos epicureistas. El propósito de la vida debería ser el de obrar correctamente y tener la mente bajo control propio, y de esta forma mantenerse tranquilo pese lo adverso o lo propicio de las circunstancias.

Quien logre estar en calma no obstante las dificultades, está muy cerca de alcanzar su propio señorío, estará más cerca de las deseadas serenidad y paciencia, que el antiguo Kaliman recomendaba a su pequeño amigo Solín, rememorando la serie radiofónica mexicana que luego fue llevada al formato de historieta por Latinoamérica en los años sesenta del siglo pasado. La cultura de la tranquilidad invita a reflexionar sobre si la enfermedad mental es una constante de las sociedades contemporáneas, cada vez se diagnostican más personas con síndromes asociados a la hiperactividad, curiosamente en tiempos de hiperactividad, todos hablan de meditación, pero pocos logran silenciar sus mentes. En la búsqueda de la tranquilidad se acude a las más disímiles vías, “el mindfulness”, el yoga, el gimnasio, la espiritualidad, la fe religiosa, los medicamentos, hasta los opiáceos y el alcohol son utilizados para lograr la deseada tranquilidad. Valdría la pena plantear la construcción de una cultura de la tranquilidad a partir de la mente y su control, personas dotadas de herramientas para el sosiego y la paz interior.

¿Deberían las sociedades implementar una política pública para la construcción de una cultura generalizada de la tranquilidad a partir del trabajo interior de las personas en el conocimiento de si mismas?, el deseado conócete a ti mismo y hallarás la felicidad, que suele atribuirse a Sócrates (470-399 a.C.), no debería ser simplemente una máxima de filósofos si no un estado de vida permanente que redundará no sólo en la calma de la mente y del espíritu, también en la recuperación del tejido social con mejores prácticas de civilidad urbana, ciudades como espacios comunes en los que la seguridad, los buenos modales y prácticas deberían desplazar la inseguridad, el desorden, la suciedad, la contaminación visual y auditiva.

La cultura de la tranquilidad es también la cultura de la paz interior, que debería ser un tesoro para toda persona, y no simplemente un deseo o un estado transitorio del alma. Con toda seguridad quien está en paz para consigo mismo y ha expulsado sus demonios, no sólo será un mejor ciudadano, será un mejor miembro de familia, un mejor trabajador y una persona que aportará valor sólido a la sociedad.

La tranquilidad se contagia, quien encuentra la calma interior está más cerca de lograr estados de felicidad insospechados, por ello, la tranquilidad no puede depender de otra persona, o de un empleo, o de un salario, o una mascota, la tranquilidad debe depender exclusivamente de cada uno, como amo y señor de su propia conciencia. Por las anteriores razones, la tranquilidad no es endosable a otras personas, ni a los gobiernos e instituciones. Sólo quien halla en su inconsciente los estados mentales suficientes para proceder en calma sin importar la dificultad que enfrenta, con toda seguridad estará más cerca del Cielo, del Nirvana o del Paraíso.  Parece fácil escribirlo y repetirlo, pero una cultura de la tranquilidad además de un imperativo personal, debería ser un camino. ¿Qué tan tranquila estás el día de hoy, Mi Alma de Fresa y Boca de Nata? ¡Qué jamás el afán del día y la abundancia te aparten de tu estado mental de reposo y sosiego! No parece fácil, pero se puede y se debe.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Prentice mulford y nuestras fuerzas mentales

Prentice Mulford fue un buscador de fortuna estadounidense que nació en el estado de Nueva York en 1834 y murió en el estado de California en 1891, una parte de su vida la dedicó a la minería en el estado de California y luego a escribir una monumental obra dedicada al poder del pensamiento y de la intención, lo que en tiempos recientes se ha denominado erróneamente y con algún éxito mediático: La ley de la atracción. Fue uno de los autores más leídos, en materia del poder del pensamiento y sobre como la intención es en gran medida importante en la consecución de los propósitos de vida, a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Mulford encarnó con estupenda coherencia al hombre de pensamiento y de acción.

La obra de Mulford es profusa en extensión y entraña, tiene diversos títulos en varias ediciones y presentaciones. La totalidad de la obra mulfordiana gira en torno del concepto del Poder Superior y del poder del pensamiento. Cómo el pensamiento ejerce un poder magnético para crear lo que el individuo quiere para su vida. Vale la pena destacar la edición postmortem, en lengua castellana, de Nuestras fuerzas mentales, Editorial Kier, Buenos Aires, 1951; monumental obra de más de 500 páginas, todo un trazado de filosofía de vida sobre la importancia de pensar bien, de pensar bonito, de creer y crear con la mente para predicarlo con la palabra y luego accionar para materializar lo que se visualiza. En suma, sin visión no es posible llegar a un destino claro y concreto.

A expensas del primer mes del año regular, huelga la oportunidad, para escribir algunas líneas sobre la importancia del poder del pensamiento, particularmente de la fuerza de la mente. Es la mente la responsable de todo, no en vano, es el pensamiento el que modela las emociones y su vez, son éstas las que determinan la acción. Todo es mental como lo refería Buda. La mente crea el universo, y el creador del Universo, según la tradición judeocristomusulmana, hizo la Obra con el poder del verbo, y el verbo es precedido por el pensamiento. Con toda seguridad antes de la palabra hubo la idea. Claro es, no basta con el pensamiento, la acción es necesaria si se quieren cambios sustanciales y significativos. Pensar bien y bonito es el primer peldaño que probablemente, no llevará de inmediato a dónde se quiere ir, pero con toda seguridad sí sacará de dónde no se quiere estar. Mientras las acciones no cambien, difícilmente cambiarán las circunstancias. El hombre y la mujer son superiores a sus circunstancias.

Hay un supremo poder y una suprema sabiduría que gobiernan el Universo. Son una inteligencia infinita e inconmensurable que lo llena todo en la existencia. Ese supremo poder y suprema sabiduría es Dios, al cual se le debe conocer para poder aprovechar esa infinitud y completud, aprendiendo a confiar, a creer y a depender de Dios en su magnificencia, “Estemos llenos de fe en lo que hemos de pedir ahora y todos los días, para que esta fe nos haga comprender y nos haga creer que todo lo que existe son partes del Infinito espíritu de Dios, que todas la cosas son buenas porque Dios está en ellas, y finalmente que todo aquello que reconocemos como formando parte de Dios existe y obra necesariamente para nuestro bien” (Mulford, 1951).

Son tiempos de una nueva era y de un despertar de conciencia, pese a que el ateísmo y la negación de Dios parecieran ir a la cabeza como una expresión válida de una nueva forma de ver y afrontar el mundo desde el materialismo de la felicidad. ¿Acaso la felicidad no es primeramente un estado del espíritu que ha sabido reconciliar el alma para con Dios? Dios no es sólo pensamiento, pensar bien y bonito son los primeros pasos hacia una vida de abundancia. Que los pensamientos sean tan bellos para que el hogar sea un jardín resplandeciente de cientos de miles de colores y formas.

León Sandoval

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Preguntas incómodas

La discriminación positiva conocida también como “acción afirmativa” o “acción positiva” es el nombre que se le da a aquella práctica de políticas públicas tendientes a reducir la discriminación en contra de personas y colectivos que han sido marginados y tradicionalmente excluidos, con el propósito de enmendar la desigualdad que soportan. Estas políticas públicas apuntan a eliminar desigualdades en materia salarial entre hombres y mujeres, permitir acceso a educación, a salud, a inclusión social, participación política y al trabajo para las minorías étnicas, madres cabeza de hogar, inmigrantes y población homosexual, entre otros tantos grupos minoritarios de interés. La discriminación positiva surge en las políticas públicas adoptadas por el Gobierno Federal de los Estados Unidos de Norteamérica en el decenio de los Sesentas del Siglo XX para eliminar la segregación racial de la que eran víctimas los estadounidenses afrodescendientes, permitiéndoles el acceso a derechos y beneficios que les eran negados por el sistema.

La discriminación positiva es una forma de discriminación, que se diferencia de la llamada discriminación negativa, mientras ésta excluye por razones ideológicas, étnicas, socioeconómicas, de género, etcétera, aquella buscar incluir a quienes han sido tradicionalmente excluidos concediéndoles beneficios que bien pueden ser privilegios, aún por encima de los derechos de los demás ciudadanos. La discriminación positiva podría generar mayor desigualdad al beneficiar a grupos minoritarios sobre otros mayoritarios; acciona el paternalismo estatal, dado que el Estado va a dar un trato preferente a los miembros de ciertos colectivos por el simple hecho de serlo, algunas veces sin mayor merecimiento. Podría suceder que esos colectivos conformados por minorías terminarán siendo mayorías excluyentes y privilegiadas. Todo tipo de discriminación es execrable, no debería haber ni positiva, ni negativa. Debe existir reconocimiento legal en lo teórico y en lo práctico, en el sentido de que todos los seres humanos son iguales para ante la ley, tienen los mismos derechos y deberes, merecen el mismo trato e inclusión sin privilegio alguno para ninguno.

Recientemente en Colombia, la Corte Constitucional profirió la Sentencia de Tutela SU-440-2021 con ponencia de la Magistrada Paola Andrea Meneses Mosquera, en la que falló que las mujeres transgénero tienen derecho para acceder a la pensión de vejez a la misma edad de las mujeres cisgénero. La acción de tutela se basa en la demanda de la señora Helena Herrán Vargas, mujer transgénero, contra Colpensiones por vulnerar sus derechos fundamentales a la vida, a la salud, a la seguridad social, a la igualdad, a la dignidad humana y a la confianza legítima al no reconocerle la pensión de vejez a la edad de 57 años por su condición de mujer transgénero. Colpensiones adujo en su defensa, argumentos como vacíos legislativos y reglamentarios sobre la materia, por lo que las mujeres transgénero deberían pensionarse a la misma edad de los hombres, 62 años.

La Corte reconoce que existe el derecho constitucional a la identidad de género diverso transgénero, que hay un mandato constitucional de trato paritario que no es absoluto, pero sí obliga a que las mujeres transgénero sean cobijadas con las normas que otorgan obligaciones o beneficios diferenciados para las mujeres o personas de sexo femenino. Según la Corte se presume discriminatorio diferenciar administrativamente a mujeres transgénero de las mujeres cisgénero; que entre estos dos tipos de mujeres hay diferencias biológicas, que debe “descaracterizar” las expresiones de género y que las mujeres transgénero han sufrido de prácticas discriminatorias. La Corte decidió tutelar los derechos fundamentales a la dignidad humana, identidad de género, libre desarrollo de la personalidad, igualdad y seguridad social de la demandante, y exhortó a Colpensiones y a los fondos privados de pensiones para tomar medidas correctivas de prácticas discriminatorias, y al Congreso de la República para que regule y defina los requisitos para acceder a la pensión de vejez aplicable a las personas transgénero. La sentencia tuvo salvamento parcial de voto de los magistrados Cristina Pardo y Antonio Lizarazo, entre otras razones, la Dra. Pardo cuestiona que la Corte haya empleado argumentos de ideología de género para la decisión adoptada.

El debate que se inicia es muy interesante. Hay justicia: Las mujeres transgénero se pensionarán por vejez a los 57 años de edad. Las preguntas incómodas que surgen son las siguientes: ¿Los hombres transgénero se pensionarán por vejez a los 62 años como los hombres cisgénero?, ¿A los hombres transgénero se les aplicará la tesis de los derechos adquiridos como mujer antes de su proceso de transgenerismo y por ende se pensionarán a los 57 años de edad?, ¿El Congreso de la República elaborará leyes que contemplen prácticas de discriminación positiva en materia pensional?, ¿Será usual convertirse en miembro de poblaciones excluidas para obtener beneficios por vía de discriminación positiva?, ¿Se extenderán los beneficios de la población transgénero a otros campos como el servicio militar, la ley de cuotas paritarias en los cargos públicos y privados, subsidios para madres cabeza de hogar y acceso a educación, entre otros?, ¿Qué sucederá cuando las minorías excluidas sean mayorías privilegiadas y excluyentes? Pareciera que la discriminación positiva arropa la cabeza y descubre los píes.

 

 

 

 

 

 

 

Un llamado a lo positivo

Con la proliferación de las nuevas tecnologías de comunicación impulsadas por el internet y la inteligencia artificial se dio acceso masivo de los ciudadanos a las redes sociales digitales, se creyó que el anhelo generalizado de democracia por fin se materializaría. La información dejaría de ser exclusividad de unos cuantos. Si la información es poder, el poder se redistribuiría entre los miembros de una ciudadanía mejor informada y más consciente, que tomaría mejores decisiones en materia política, por ende, la democracia se consolidaría como un bien global; más y mejor democracia que repercutiría directamente en mejores gobiernos, mejores sistemas de justicia en sociedades más prósperas y felices.

Lo anterior no se cumplió pese a haber mayor acceso a la información. Cualquiera persona con un dispositivo electrónico puede ser un comunicador social en potencia. La tecnología cambió el volumen de la información, los datos se tomaron el mundo, pero no han logrado comprender la naturaleza humana. No se puede afirmar con propiedad que hubo más empatía en el siglo pasado antes de la mediación de las actuales tecnologías de la información, no obstante, sí se puede aseverar que las nuevas tecnologías contribuyen con la formación de una masa que no ha logrado sobreponerse a la condición humana, si es que se puede de por sí, sobreponer el ser humano a la condición humana.

El Universo es una sumatoria de contrastes, de aparentes contradicciones que hacen que la vida fluya y que el misterio de la muerte esté aún por resolver. Sin Dios no hay demonio, sin muerte no hay vida, sin sufrimiento no hay alegría, sin salud no hay enfermedad, se requiere de la maldad para que haya bondad, la justicia se recrea en la injusticia. La unión de los opuestos caracteriza la existencia, por ello no vale la pena quedar sólo con lo desfavorable de las plataformas digitales, como escenarios de odio, donde a los odiadores se les denomina “haters” y cualquier motivo puede ser materia de malas vibraciones.  Una competencia deportiva hasta el más sesudo debate sobre ciencias o política terminan siendo pretexto para que el odio se esparza como aglutinador social. Los ciudadanos más informados de la Historia gracias a la mediación tecnológica, paradójicamente, terminaron siendo los peor informados e incapaces de construir relaciones humanas saludables. Ese es el resultado del ejercicio: Mayor información, a su vez, menor calidad en la comunicación.

Es el momento para hacer un llamado a lo positivo, para ver el mundo desde el aprecio, desde el valor propio que se refleja en el valor del otro, del semejante y del diferente. Es el momento para que ese odio que exultan los ciudadanos en las mal denominadas redes sociales, que no son otra cosa diferente a plataformas digitales, se torne en bien decir. Es el momento de ver lo bueno, lo valioso, lo válido, lo provechoso, lo vulnerable como dones. Un llamado a una actitud positiva frente a la vida y reconocer lo bueno de la condición humana, aún en lo adverso, en lo incómodo, en lo molesto. Un llamado para buscar lo bueno que hay en la desesperanza, en el dolor y aún en la crueldad. Un llamado a entender que por muy difícil que sean los tiempos, el tiempo no es más que una sucesión de presentes que serán momentos.

El Universo es bueno, la ciudadanía es buena, los gobiernos y los estados son buenos, en el hombre habita la bondad.  La vida es mucho mejor vista desde lo positivo, no desde la escasez sino desde la abundancia. No se trata de pensamiento positivo, sino de quejarse menos de la suerte o de la existencia y apreciar más, siempre habrá más por apreciar y valorar que lamentar. La Vida bien merece ser vivida, un Llamado a lo Positivo.

León Sandoval

 

 

 

 

 

 

¿El periodismo, poder o contrapoder?

Durante el Siglo XX el periodismo se catapultó como un agente activo en las transformaciones políticas, sociales y económicas. Los mass media son considerados el cuarto poder con su omnímoda influencia, presente en el destino de los pueblos mediante su vínculo estrecho con los gobiernos. No obstante, valdría la pena analizar si el periodismo es realmente un poder, o si se trata por el contrario de un contrapoder como ampulosamente lo predican los gurúes del periodismo contemporáneo, cuyas expresiones son verdad sabida y buena fe guardada en facultades de comunicación social y en redes sociales.

Para el filósofo francés Louis Althusser (1918-1990) seguidor de la tesis del poder hegemónico del periodista italiano Antonio Gramsci (1891-1937), el periodismo y en general los medios de comunicación eran instrumentos ideológicos del estado por medio de los cuales se podría direccionar la opinión ciudadana y la voluntad popular en favor de quien ostentaba el poder o de quien pretendía hacerse del mismo. Verbo y gracia, el alemán Joseph Goebbles (1897-1945) ministro para la Ilustración Pública y Propaganda durante el Tercer Reich, maestro siniestro en crear falsas noticias para azuzar el terror y lograr el fervor popular de sus conciudadanos durante la Segunda Guerra Mundial.

El sociólogo alemán Max Weber (1864-1920) definió el poder como “Cualquiera oportunidad en una relación social para imponer la voluntad de uno frente a la resistencia de otros, independientemente de qué dé origen a esa oportunidad”; en ese orden de ideas, a la tridivisión tradicional de las ramas del poder público se le podría agregar el poder de los medios periodísticos como instrumentos de control social y debilitamiento de las masas. Razón que sirve para justificar el hecho, que grupos de interés económico y tecnológico se preocupen por adquirir conglomerados de medios, y a su vez, éstos se ocupan en contribuir a mantener, o a buscar el poder político, según el caso.

Afirmar que el periodismo no es un poder sino un contrapoder, sería asignarle erróneamente un rol que no le corresponde, en desmedro de la imparcialidad y objetivad que se le exige a la labor periodística. El periodismo no puede ser concebido para controlar el poder, ni para ponerle cortapisas al poder; se correría el riesgo de terminar por ser lo que tanto se pretende contrarrestar: Un instrumento de poder. Informar debería ser una actividad libre, independiente, objetiva e imparcial. Cuando el periodismo se ejerce con fines de control político inmediatamente pierde la objetividad e independencia y se parcializa; deja de informar lo que es, para informar lo que considera que debería ser.

La razón de ser del periodismo es la de informar con imparcialidad, no con agenda justiciera, característica ésta que en el presente se ha vuelto permanente en la labor periodística. Los jueces han sido desplazados por medios de comunicación que en sus micrófonos, impresos y portales digitales actúan como fiscales, jueces y censores de la moral pública y privada, a tal punto que los jueces dejaron de pronunciarse en sentencias para informar el sentido de un fallo en una rueda o en un comunicado de prensa sin aún haber redactado y menos notificado la respectiva sentencia. Pareciera que los jueces aspiraran a ser periodistas y éstos, aquellos.

Ha caído en tal marasmo el ejercicio periodístico que los periodistas sustituyeron la objetividad e independencia por odios y amores. Qué mediocre favor le hacen al periodismo los comunicadores que de cien columnas periodística dedican ciento una a sentenciar a quien los jueces no han logrado condenar, o a absolver a quienes los jueces han sentenciado. Honestamente, ¿Se puede ser objetivo, imparcial e independiente cuando se ostenta la condición de periodista, de presidente de medio periodístico y de empresario de medios y se afirma a los cuatro vientos que el periodismo es contrapoder? Bien valdría la pena reformular la pregunta del expresidente colombiano Darío Echandía (1897-1989) ¿El contrapoder para qué?

 

 

Respeto a la autoridad

Las sociedades postmodernas son más complejas que las sociedades previas, su complejidad radica en aspectos geográficos, demográficos, desarrollo humano, crecimiento económico, justicia, acceso a necesidades insatisfechas, el inagotable catálogo de derechos humanos, la proliferación de manifestaciones individuales y socioculturales, y el exceso de democracia en un espíritu globalizador. La gobernanza cada vez se torna más difícil pese a que la inteligencia artificial se vislumbra como el elemento que permitirá un mayor control sobre la ciudadanía, para unos, y para otros, una forma de dominación despreciable. La escena social actual denota la crisis de autoridad que se vive en las calles de las ciudades, matizada por el derrumbamiento de valores, principios y tradiciones patrióticas al interior de la familia, de los planteles educativos y de las instituciones públicas y privadas; a penas natural de la era de Acuario, dirán algunos.

Se podría analizar la crisis de autoridad desde las teorías contractualistas del Estado, a partir de la obra del inglés Thomas Hobbes (1588-1679), que se erigen como una explicación a la organización social. El contractualismo parte del estado de naturaleza del individuo dominado por las pasiones, el egoísmo, la precariedad y la violencia, que requiere mediante la suscripción de un contrato social de un agente superior que administre el poder de los individuos en aras de mantener el orden y la paz en un marco de convivencia y armonía social. Ese acuerdo entre individuos y Monarca, luego sería sustituido por los ciudadanos y el Estado. El absolutismo contractualista de Hobbes sería superado por pensadores como el liberal inglés John Locke (1632-1704), el soberanista ginebrino Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), los estadounidenses John Rawls (1921-2002) y la teoría de la justicia, Robert Nozick (1938-2002) y el estado mínimo, y James M. Buchanan (1919-2013) con la teoría de la elección pública.

Las teorías contractualistas tienen un sentido lógico: El individuo debe ceder parte de sus libertades para que un ente superior las administre; bajo esta premisa se configura el ideal del Estado de derecho acompañado por el modelo democrático liberal. El contrato social que da origen al Estado permite el desarrollo de sociedades e implica per se el reconocimiento por parte de éstas de la autoridad en cabeza del Estado y sus agentes. Los ciudadanos en virtud de ese pacto social contraen la obligación de acatar la autoridad que la misma ciudadanía delegó en los gobernantes. Autoridad que se respalda y encuentra también sus límites en la Constitución Política y en la ley.

Lo que se vive durante los festejos de la llamada Noche de Halloween o en las festividades navideñas en algunas ciudades colombianas, entre ellas, Bucaramanga, donde grupos de motociclistas se toman las vías, invaden el espacio público con maniobras peligrosas y consumo de alcohol en franco desacato de la autoridad, constituye una evidencia más del desconocimiento por parte de los ciudadanos de sus deberes surgidos de ese contrato social, y a su vez, consciente acto de desprecio hacia la autoridad y  a sus conciudadanos en franca anarquía. Es habitual ver ciudadanos que golpean y retienen a servidores públicos, que intentan por medio del deber funcional hacer cumplir el mandato legal. Anochece para que las autoridades empleen los medios del poder de policía que las leyes le confieren. El uso de la fuerza es una potestad exclusiva del Estado. Los ciudadanos carecen de fuerza legítima, cuando pretenden ejercerla, en su lugar, ejercen violencia. Violencia fue lo que se vive a diario en las urbes. La otrora violencia rural ahora es urbana.

En las sociedades postmodernas de corte occidental existen más derechos que deberes humanos. Urge que surjan defensores de los deberes humanos. Los defensores de los derechos humanos abundan, aunque pareciera insuficientes, sería bueno equilibrar la balanza, y reconocer que por cada derecho humano hay también uno o más deberes humanos. Lo demás es simple retórica propia de estos tiempos, en los que ser rebelde, revolucionario y contestatario se ve como una virtud y casi una obligación. Resulta importante que padres y maestros encaucen la educación de los más jóvenes sobre las bases del respeto, la disciplina y el orden. El primer paso para una sociedad justa, inclusiva y decente es el respeto a la autoridad.

 

 

 

 

 

 

El abrazo del padre

El abrazo del Padre es la posibilidad de reencontrarse con la energía creadora y vital, es el aliento que llega hasta el alma. El Padre da la vida, la fecunda, la Madre la conserva, la cuida. El abrazo del Padre inspira la adoración de la humanidad y sana del resquebrajamiento de la depresión, hace mejores personas y muestra que en el camino por difícil que sea aún aguarda la esperanza de la sanidad divina. El Padre abraza hasta lo más profundo, conduce por el camino con la esperanza que alivia del dolor infectante que impide ver con precisión en la penumbra de la noche. Gracias al Padre se es quien se anhela ser en esta vida de vicisitudes y caídas que no dejan otra alternativa diferente de ponerse sobre los pies y retomar la faena. Un abrazo, tan sólo un abrazo del Padre, redime, sana y salva.

El Padre es fecunda energía creadora que se transmite de célula en célula y de mente en mente. Vibración cósmica, energía total, el abrazo del Padre estremece y hace vibrar. El abrazo del Padre es la mente universal inmersa en la humanidad que señala el camino para cada brote del Ser. El abrazo del Padre es un abrigo para el alma, la expresión de la seguridad en el presente y la confianza en el futuro. Padre es la palabra más poderosa que hay, es un mantra que invoca al Creador omnipotente, no en vano Jesús, el Cristo, al momento de su muerte en cruz, clamó con su último estertor: “(…) Padre en tus manos encomiendo mi espíritu (…)” (Lucas 23:46), procedemos del Padre y retornaremos al Padre. El Padre es el inicio y es el fin, cual ouroboros que se crea y se recrea en su infinito devenir.

Con el abrazo del Padre son posibles las siete maravillas del mundo, como expresiones del ser: Se posibilita ver la luz que, encandila, pero muestra el camino con la confianza de llegar hasta el final; escuchar para auscultar su voz cálida pero poderosa que musita la palabra que tanto se desea; tocar la materia y cada fibra del Ser; probar del agua de vida que mana de su copa; sentir en lo más hondo del Ser la sustancia infinita de la generosidad y la bondad; la sonrisa que precede a la risa, la carcajada que aflora en su esplendor; y el amor, de tal manera ama el Padre al mundo que ha dado a su hijo por todos (Juan 3:16).

No hay hijo sin Padre, no hay Padre sin hijo. Los hijos son de las Madres y las Madres son de los hijos, pero el hijo viene por el Padre. De la relación con el Padre dependerán el éxito o el fracaso de las relaciones futuras de los hijos y en especial de las hijas para con sus parejas. Mucho del odio, del resentimiento social, de la enfermedad mental y de las troneras afectivas  parten de la pésima o nula relación para con el Padre, por ello la imperiosa necesidad del abrazo del Padre. Si los humanos fuesen conscientes de ello, saldrían presurosos a abrazar al Padre. Dicen que Madre no hay si no una y es verdad, pero también es verdad que el Padre es único porque suministra el aliento vital que fecunda el óvulo.

Sanar la relación con el Padre es sanar la vida, sanar la existencia y sanar el mundo. Reconciliarse con el Padre, no importa quién sea Él, es una obligación personal. No le corresponde al hijo juzgar al Padre, si es o ha obrado correcta o incorrectamente, simplemente es el Padre la célula que se requería para forjar la vida. Es un privilegio proceder del Padre, al hijo le corresponde sólo agradecer por la energía vital, con ello basta. Hallar el tórrido abrazo del Padre es encontrar el sentido de la vida, jamás habrá depresión alguna. Nunca se amará bastante, pero como el abrazo del Padre no hay. ¿Aún sigues sin reconciliarte para con el Padre?

 

Post escriptum: Felicitaciones al Diario El Frente de Santander y a sus lectores por su Octogésimo aniversario, ¡Enhorabuena!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre la tolerancia

François Marie Arouet (1694-1778), más conocido como Voltaire, publicaría su célebre Tratado sobre la Tolerancia (1763) con ocasión de la muerte del hugonote Jean Calas ordenada por un tribunal de Toulouse el 09 de marzo de 1762, quien, en términos de Voltaire, fue impunemente asesinado por mandato de la Justicia como presunto asesino de su hijo Marc Antoine. Jean Calas fue condenado a morir en la rueda, luego fue estrangulado y su cadáver incinerado pese al alegato de inocencia de Calas y sus familiares; su esposa y demás hijos fueron desterrados y sus propiedades confiscadas. Luego un Tribunal judicial en Paris revisaría la sentencia encontrando inocente a Jean Calas, dispuso la rehabilitación de su memoria y el restablecimiento de derechos para su familia. Este caso judicial inspiró a Voltaire para elucidar brillantemente sobre la intolerancia religiosa y colocarle en un punto muy alto del pensamiento. En suma, Voltaire, el polímata francés, invita a ejercer el libre pensamiento y examen de conciencia desde la tolerancia, para rematar su obra: Con el único que no se puede ser tolerante es con el intolerante.

El texto de Voltaire se hace más relevante cuanto en estos tiempos la intolerancia campea en la sociedad colombiana, verbo y gracia, en las Universidades poco o nada se debaten las ideas con diálogo y argumentos. El debate ha decaído y en su lugar lo que impera es la movilización, la protesta agresiva, el grafiti, las bombas caseras y el escrache, este último, es una nueva modalidad de violencia que consiste en el escarnio público junto a la expresión de odio contra quien se quiere eliminar socialmente y expulsar de un entorno en particular. La violencia, el odio y el resentimiento se han tomado los establecimientos educativos. Algunos docentes y algunos estudiantes simultáneamente son cocreadores y presas de una nueva forma de oscurantismo que termina permeando todo el entorno educativo: El fanatismo ideológico, así como hace más de doscientos años se condenó injustamente a Jean Calas ahora se hace lo propio contra aquel que en el ejercicio de la libertad de pensamiento y de opinión se atreva a criticar cualquiera de los “Ismos” de moda. Pareciera que sólo vale una única línea de pensamiento y para quien piense diferente, el cadalso.

¿Dónde queda la tolerancia cuando se quiere obligar a todas las personas a pensar igual y quien piense diferente debe ser callado e invisibilizado? ¿Desde cuándo la universidad tiene que estar al servicio de una única línea ideológica que debe ser aplaudida?  ¿Por qué victimizarse es tan rentable, y cuando no hay argumentos para debatir, se elimina al contradictor por medio del improperio y la autovictimización? ¿Desde cuándo el profesor no tiene derecho a opinar y pensar diferente de la masa estudiantil? ¿Desde cuándo el papel del docente dejo de ser el de formador para convertirse en recreacionista de sus discípulos con la anuencia de las directivas universitarias? Antaño los discentes seguían el pensamiento de los docentes, hoy pareciera que son éstos los que deben ser áulicos de aquellos.

La intolerancia en Colombia pasa por la crisis de la universidad, es también la crisis de la juventud embebida de paz y de tolerancia, pero sus acciones se alejan de lo que dicen defender y representar. La tolerancia es aceptada pero sólo para con el que es par, no para con el otro que es contradictor.

Las libertades de pensamiento y de conciencia no tienen precio y no pueden ser compradas, ni endosadas. Son las preseas más grandes y las únicas y verdaderas libertades. ¿Por qué expresar lo que se piensa debe ser motivo de ataque personal y destrucción intolerante? La masa no piensa por sí misma, es reactiva y amorfa, es hija bisoña de la hiperdemocracia y del exceso de derechos frente al menoscabo de los deberes. Cada vez son menos los tolerantes y cada vez son más los intolerantes, todos dicen tener la razón, menos el contendor.

Epictecto (55-135 d.C) el esclavo avenido en filósofo y modelo del estoicismo, en su célebre Enquiridión, que, por cierto, fue escrito por uno de sus discípulos, señaló en la máxima 35º “Cuando hagas algo, qué según tu mejor criterio, debe ser hecho, nunca tengas vergüenza de que te vean haciéndolo, aun cuando todo el mundo pueda formarse una idea equivocada de lo que haces. Porque, si no has de obrar rectamente, desiste de la acción misma; pero si tu obrar es recto, ¿Por qué habrías de temer a quienes te juzgan de manera equivocada?”. Obrar rectamente es un deber moral, no hay temor, ni miedo para con la galería que es ignorante e inculta, y pese a ser masa, tiene a sus pies a quienes debería subordinarse. El inmortal Manco de Lepanto lo sentenció “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”.

 

 

 

 

 

 

 

 

La educación sexual corresponde a los padres

Foto:Pexels

El Progresismo, corriente ideológica llevada a la práctica política, ha logrado en muchos países poseer el poder y también ejercerlo de manera radical para cambiar todo. Según el sociólogo francés Michel Foucault (1926-1984) la cuestión del poder no era poseerlo: Era ejercerlo. El progresismo sí que ha sabido ejercer el poder en forma esperpéntica, al punto que, más que un avance constituye un sufrimiento propio de una estética horripilante, la libertad mutó su belleza por la fealdad, constituida hoy en la cara de la libertad. Como todo debe ser cambiado, el Progresismo pretende que los hijos y su educación sean una potestad estatal y no un derecho de los padres en el seno de la familia. Según las tesis progresistas, le corresponde al Estado la educación de los niños, y por esa vía hacer realidad el ideal de los absolutistas del pasado, meterse entre las sábanas de los ciudadanos y tener borregos que serán sus futuros electores. Lamentablemente, dichas ideas no son exclusivas de los gobiernos y partidos políticos progresistas hispanoamericanos, la Organización de Naciones Unidas por intermedio de su Fondo para la Infancia, UNICEF, como organismo supranacional encargado de la educación dentro del marco de la Agenda Mundial 2030, propala ideas sobre la estatización de los hijos, por medio de documentos oficiales como “Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad, un enfoque basado en la evidencia”. https://www.who.int/docs/default-source/reproductive-health/isbn-978-92-3-300092-6.pdf?sfvrsn=eba2c2c9_8

La ministra española de Igualdad, Irene Montero (1988), estuvo de visita oficial en Colombia, se reunió con el presidente de la República y altos funcionarios del Gobierno colombiano con el fin de trabajar en la agenda feminista y antirracista que comparten los gobiernos de España y Colombia, empero, también forma parte de la agenda progresistas de la ministra de la Igualdad española y del presidente de Gobierno español, Pedro Sánchez (1972), y del Gobierno colombiano la educación sexual de niños y jóvenes. La moda progresista que todo lo quiere convertir en “ismo” para volverlo derecho, incluye también el derecho de los niños para tener sexo consentido. Así como se lee, la ministra de Igualdad española es una de las impulsoras del “derecho” de los niños a tener sexo consentido, como lo expresara frente a medios de comunicación cuyos apartes se transcriben: “Todos los niños, niñas y niñes de esta País (España) tienen derecho, tienen derecho, (…) que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren, si ellos no quieren, (…) (niños, niñas y niñes) tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas eso sí en el consentimiento”.  https://www.youtube.com/watch?v=B8tfHuztlto

En ese orden de ideas ¿Qué se puede esperar para el bienestar de nuestros niños si la agenda progresista para la educación sexual, propalada por UNICEF reconoce la masturbación infantil como un derecho de los niños, y el Gobierno español aliado programático del Gobierno colombiano apoya el derecho de los niños a tener sexo consentido? ¿Qué posición oficial tendrá el Gobierno colombiano al respecto, en especial la ministra de educación, la vicepresidente colombiana y el director de la Dian que en un trino del 03 de marzo de 2022 afirmo: “Que los niños son bienes públicos y que por lo tanto el Estado debería subsidiar su crianza (…)”? https://twitter.com/luiscrh/status/1499467124850503681?lang=es.

El Progresismo se equivoca de cabo a rabo. Los niños no son del Estado, menos son bienes públicos, son miembros de las Familias, células básicas de la sociedad, e hijos de sus padres, por ende, su educación y en especial la educación sexual les compete única y exclusivamente a los padres, no al Estado. El Progresismo ideológico se configura en una peste que socava las sociedades con un exacerbado populismo, y de paso traslapa principios naturales, valores y tradiciones. Ojalá los padres de familia, los directores de los planteles educativos, los docentes de corazón no se dejen llevar por los vientos traicioneros del cambio que traerán sufrimiento y desesperanza. Ya la Corte Suprema de Justicia de Colombia colocó su granito progresista al reconocer que los adolescentes mayores de 14 años y menores de 18 años pueden entrar en uniones maritales de hecho sin permisos de sus padres (Sentencia SC 3535-2021, 18 de agosto de 2021). El Progresismo sagazmente traza líneas para modelar las generaciones futuras de ineptos ciudadanos. El mundo va mal y los ciudadanos no se ayudan, dormitan intoxicados de Progresismo.

 

 

 

 

 

 

 

Superman y la ideología de género

National Allied Publications fue una empresa estadounidense que en 1937 cambiaría su nombre por DC Comics, la gran empresa editorial que forma parte del gigante conglomerado de medios Warner Bros. Entertainment. DC Comics ha sido el medio para que personajes de tiras cómicas como Superman, Batman, Linterna Verde, La Mujer Maravilla, Flash, Aquaman, El Hombre Halcón, Flecha Verde y todas las figuras de la Liga de la Justicia hayan formado parte de los sueños de infancia de varias generaciones. Su personaje más emblemático es Superman, creado por el estadounidense Jerome Siegel (1914-1996) y el canadiense Joseph Shuster (1914-1992), el único y verdadero superhéroe que se disfraza de humano para disimular su superpoder, mientras todos los demás superhéroes son humanos disfrazados para emular poder. Las historietas de los súper héroes fueron creadas para llenar el vacío heteropatriarcal y masculino de muchos hogares estadounidenses ocasionado por las pérdidas de los padres de familia durante la participación de Estados Unidos durante la Primera y Segunda Guerras Mundiales.

Superman cuyo nombre nativo en el Planeta Krypton es Kal-El, luego lo cambiaría por el de Clark Joseph Kent en su rol humano se enamoraría perdidamente de Lois Lane, su bella colega periodista del Daily Planet con quien se casaría en 1996, según reciente historieta. Fruto de ese amor vería la luz un hijo nacido en 2015, cuyo nombre es Jonathan Samuel Kent, creado por la pluma del estadounidense Dan Jurgens (1959). Jonathan, más conocido como Jon, sustituirá a su padre como Superman en la historieta de DC Comics, llamada Superman: Son of Kal-El, escrita por el australiano Tom Taylor (1978), debido a la disputa de derechos de autor entre los herederos de los creadores de Superman y Warner Bros.

El nuevo Superman enfrentará problemas contemporáneos como el cambio climático, la violencia escolar y las protestas sociales contra la deportación de refugiados; no será un superhéroe heterosexual, en el número del mes de noviembre 2021 entró en una relación sentimental con un joven de nombre Jay Nakamura, y se reveló la identidad sexual del nuevo Superman. Los seguidores de la historieta siguieron con morbo las revelaciones sobre la sexualidad del nuevo Superman, a quien se le había asociado en una relación romántica con el hijo de Batman, Demian Wayne que, a su vez, trata sentimentalmente con Alexis Luthor, la hija de Lex Luthor, el archienemigo de Superman.

Resulta relevante la forma como por medio de nuevas narrativas se pretende influir en el público mediante la ideología de género, entendida esta como el sistema de creencias que establece que las diferencias entre varón y mujer no provienen de las características fisiológicas y psíquicas de cada individuo sino de la construcción social o convencional que se asignan a los sexos. En otras palabras, no se es varón o mujer por la anatomía sino por la manera como el individuo se comporta en las relaciones para con sus semejantes y el rol que asume en cada momento particular. Lo que podría ser perturbador por que cada cual construiría su identidad sexual no a partir de lo que la naturaleza le haya conferido, sino según el sistema de creencias personal y social. Así las cosas, en extenso, un humano podría ser gato asexuado y por qué no un gato, mañana ser considerado humano por esta misma vía.

La ideología de género es un instrumento de configuración social que instrumentaliza a los personajes de las historietas para proponer un nuevo camino hacia una nueva visión entre el ser hombre y ser mujer obviando los derechos y deberes que les corresponden. Por este camino muchos niños terminarán adoptando géneros por imposición social. Al punto que, podrían considerarse pertenecientes a todos los géneros o a ninguno.

Es hora de que los padres asuman posiciones claras frente a los Gobiernos, a las autoridades educativas, a las empresas y frente a la sociedad general, sobre qué tipo de generaciones futuras se desea, ¿Hombres y mujeres que no son ni lo uno ni lo otro porque pueden ser cualquier individuo según su conveniencia y privilegio del momento?, ¿Se llegará a considerar la heterosexualidad como algo no debido? Es hora de reivindicar la heterosexualidad como la expresión del encuentro de los opuestos en estado natural. Superman es heterosexual.

 

 

 

 

Masculinidad femenina

Es una época difícil para ser hombre y especialmente si se es hombre masculino. Grupos de interés elevan día a día acciones para eliminar la masculinidad como característica natural del hombre. Labor en la que medios de comunicación, redes digitales, Gobiernos, activistas sociales e incluso algún sector de la misma academia, gestora de muchas “correcciones” pero también de muchas “incorrecciones”, hacen coro al unísono para que así sea y esa masculinidad sea traslada a las mujeres. En el fondo, todo conduce a la falacia que, los grandes males de la humanidad y entre ellos, la inveterada exclusión de la que fue sujeto la mujer, se deben a lo masculino, y la mejor forma de remediarlo es castigándolo: ¡Qué la masculinidad sea cada día más femenina y la feminidad cada día más masculina para anular lo uno y lo otro! y dar paso a una nueva forma sin diferencias naturales. No se puede permitir la polaridad masculino-femenina. Uno de los fallos gigantescos propios de la actual crisis de la civilización es la búsqueda de igualitarismo biológico; no la de la igualdad justa, justificada, necesaria e imperiosa en derechos y deberes para ante la ley que ya es un logro en casi todos los Estados, si no la igualdad biológica antinatura por vía de discurso.

A partir del pensamiento igualitarista se pretende combatir la naturaleza dual de lo masculino-femenino por simple catálogo legal o vía de sesudos intelectuales y políticos populistas, lo que resulta a todas luces contradictorio porque abogan a gritos y por la vías de hecho por modelos de vida saludables, defensa del ambiente,  de los animales no humanos pero al mismo tiempo degradan lo que es natural, verbo y gracia, defienden el derecho a humanizar perros y gatos, a comer libre de químicos, a proteger el agua, pero defienden el aborto, la pederastia y “el derecho” a socavar ser hombre masculino y mujer femenina. Virilizar a la hembra y desvirilizar al varón les resulta imperativo moral; empero la virilidad es una característica naturalmente masculina y la feminidad es una característica naturalmente femenina. Es aberrante pretender quitar al varón su naturaleza masculina para impostarla sobre la mujer.

Para lo anterior se ha construido un argumento que parte de falsos postulados, como pontificar que la violencia y el maltrato son exclusivamente rasgos masculinos y que las féminas han sido siempre víctimas del quehacer del macho, y la mejor manera de enmendarlo, y de hacer justicia, es intercambiar roles, hombres que puedan comportarse como féminas y mujeres que puedan comportarse como machos. El resultado, un esperpento: “La fémina machificada” como modelo social.

Es urgente que la educación básica primaria vuelva a ser para niños y niñas por separado, especialmente en la infancia para que niños y niñas puedan ser libres de imposturas antinaturales. Se requiere varones educando varones y mujeres educando mujeres, tanta intersexualidad ha contribuido a que la gran mayoría de hombres de las nuevas generaciones sean hombres desmasculinizados, hombres emocionales, sin carácter, sin fuerza moral, enclenques y débiles por más que ostenten músculos hechos en gimnasios, sin sentido de la Patria y de los valores familiares. Cada vez las nuevas generaciones de hombres son más débiles y las de mujeres más fuertes. No se trata de que la mujer no sea fuerte, puede serlo, pero sin perder su feminidad y su naturaleza que viene a compensar necesariamente al varón. Quieren imponer a como dé lugar una nueva retórica sobre la naturaleza, como si la genética y la condición biológica no pesaren y fueren menos relevantes que la condición mental. Esta nueva ideología conducirá al varón a autopercibirse mujer así el cuerpo esté pletórico de testosterona, y a la mujer a autopercibirse varón así el cuerpo esté rebosante de estrógenos.

Estas líneas pueden resultar impolíticamente correctas en tiempos de progresismo oficial y destrucción de la familia como célula básica de la sociedad, no se trata de misoginia, ni de estilar nada contra las mujeres, se trata del ejercicio libre de la libertad de pensamiento y de expresión aunado a un acto de amor al semejante y a la vida. De abogar por el curso natural de la condición humana al aceptar que hombre y mujer se complementan no sólo desde la biología, también desde su energía vital y la espiritualidad. Para concebir vida se requieren células masculinas y femeninas, no basta con unas u otras. Los humanos creen que por proteger lo que algunos llaman Pachamama y a los que llaman hermanos mayores y menores, desbalanceando el equilibrio entre lo masculino y lo femenino van a ser más naturales. ¡Cuán equivocados están! La humanidad está en una profunda crisis y parte de la crisis es el querer castigar al hombre arrancándole su masculinidad para entregarla a la mujer.  Se requieren más hombres masculinos, pero también más mujeres femeninas, entonces volverán a anidar la estética, la belleza y lo sublime.  Lo demás es un discurso antinatura propio de un tiempo que en el que tanta ciencia y cultura encandilan. Son tiempos de un nuevo oscurantismo, el oscurantismo sapiocultural.

 

 

 

Motociclistas e incultura ciudadana

Durante los últimos años las vías de las ciudades colombianas se han convertido en escenarios de nuevos actores viales que hoy son multitud: Los motociclistas, verdaderos amos y señores de las calles. El negocio de venta de motocicletas de bajo cilindraje y regular calidad se ha convertido en un negocio muy lucrativo, gracias a su relativo bajo precio que permite facilidades de acceso para el comprador incrementando la demanda como medio de transporte y trabajo rápido no contaminante, lo cual es muy discutible también, que ha redundado en un notorio crecimiento del parque motero en la calles y campos de las ciudades colombianas. El otrora caballito de acero fue reemplazado por la motocicleta, que al masificarse ha desencadenado un grave problema de incultura ciudadana propalado en gran medida por mototaxistas y motodomiciliarios que no acatan las normas de tránsito y las violan de manera recurrente y descarada, hasta casi normalizar ese comportamiento vial. Hoy resulta extraño que un motodomiciliario o mototaxista respete las normas de tránsito.

Para los motociclistas en referencia no hay semáforo en rojo porque todos están en verde, parece ser su color preferido, saltan los sardineles, hacen giros prohibidos, circulan en contravía, transitan entre vehículos, taponan las bocacalles, convirtieron los puentes en escampaderos, ruedan en andenes y bicirrutas, exceden los límites de velocidad, y como si fuese poco, algunos han retirado los silenciadores de sus motos, utilizan bocinas estridentes, otros han instalado sistemas de luces exploradoras no permitidas, muchos transitan sin seguro obligatorio y en motocicletas de dudoso estado de mantenimiento; todo justificado bajo el argumento de que son masa “oprimida” y “marginal” que tiene derecho al trabajo como les plazca, sin ley o mejor aún: bajo su ley, que no es otra que, la ley del más desconsiderado para con los demás.

Las autoridades por su parte son incapaces para tomar medidas contra este tipo de motociclistas infractores de las normas viales que hoy campean en las calles. Si un agente de tránsito les conmina corre el riesgo de ser linchado por la turba que al mejor estilo de personaje de la película australiana Mad Max (1979) están prestos a levantar sus cascos y botas contra la autoridad. Nadie quiere asumir responsabilidades y cumplir con los deberes ciudadanos, simplemente en las vías impera la ley del más fuerte y la incultura ciudadana disfrazada bajo el argumento falaz del derecho al trabajo del motociclista infractor. Colombia se ha vuelto más violenta y en particular las ciudades se han hecho virulentas con el desprecio hacia el cumplimiento del deber. Bucaramanga la otrora “Ciudad más cordial de Colombia” (1976) se convirtió en nicho nacional de la incultura ciudadana, de la carencia de civismo y de la violencia vial.

Hay mora en la revisión de la educación ciudadana, tomar medidas más exigentes donde no cualquiera pueda conducir un velocípedo sin presentar exámenes de habilidad sobre las dos ruedas que tengan los altos estándares que exigen países como Alemania; quien aspire a tener una licencia para conducir motocicleta deberá ser un verdadero conductor de este tipo de vehículos y no un ciclista avenido en motociclista, como muchos consideran suficiente para ser conductor de motocicleta.

Se requiere también que las autoridades cumplan su rol y sin miramientos hagan caer el peso de la ley contra los infractores de tránsito, se urge de una reforma legislativa para que las autoridades puedan actuar contra los infractores de tránsito más certeramente y puedan incluso aplicar medidas de extinción de dominio sobre el vehículo conducido por un infractor recurrente que ponga en riesgo la vida de sus conciudadanos. Se debe reglamentar el oficio de motodomiciliario y mototaxista exigiendo unas condiciones y habilidades mínimas de formación y capacidad certificadas para su desempeño. Adicionalmente, no estaría de más que los empresarios y plataformas de contacto que utilizan servicios de motociclistas tuviesen la obligación de exigirles medidas de seguridad vial, el deber de capacitarlos periódicamente en temas viales, auspiciar cursos relacionados y ser solidarios por las infracciones viales de domiciliarios y mototaxistas.

No se puede dar más largas al caos vial ocasionado por los motociclistas infractores. Son multitud, pero ese hecho no les da patente de corso para infringir las normas y poner en peligro a los demás transeúntes. O las autoridades por primera vez actúan decididamente o la sociedad sucumbirá para ante el peligro de la “la nueva ética vial” que representan los motociclistas infractores en las calles de Colombia.

 

 

 

 

 

 

 

 

Amor y ciencia de datos

David Vélez (1982), pese a su juventud el segundo colombiano más rico, fundador del banco brasileño Nubank (2013), el banco digital independiente más grande del mundo, en entrevista reciente dada a la Revista Semana, puso a pensar el País al manifestar que “Las oportunidades existen. En los próximos diez años vamos a ver una revolución histórica que va a cambiar las industrias en el mundo, incluyendo Colombia. Esos cambios tan drásticos, ese remolino que se viene, crean desafíos y oportunidades. Hay que ser estratégico en el lugar en el que los jóvenes tienen que posicionarse en el lado del mercado de tecnología, computación, programación y ciencia de datos”, igualmente, añadió que en Colombia se están formando y graduando diez veces más abogados que programadores. (Ver entrevista: https://www.semana.com/nacion/articulo/la-profesion-que-david-velez-el-segundo-hombre-mas-rico-de-colombia-cree-que-nunca-le-faltara-empleo-y-que-ganara-mucho-mas-que-otras/202243/). El algoritmo y la inteligencia artificial no sólo han invadido las diferentes esferas del quehacer humano, como el gobierno, las finanzas, la política, la educación, la salud, el entretenimiento, también ha llegado a otro escenario: La nueva manera como se relacionan hombres y mujeres en un mundo marcado por la soledad, en el que hay mucha información, más comunicación y poca comunidad.

Es frecuente que los contactos iniciales con fines afectivos entre parejas se inicien por medio de portales de contacto electrónicos, bien sean páginas web o aplicaciones que, pueden ser tan variadas que, las hay exclusivamente para personas heterosexuales, para homosexuales, para militares, por etnias, por creencias religiosas, grupos etarios y hasta por roles, en los que son las mujeres las que toman la iniciativa. En suma, hay portales de citas para todo tipo de gusto y grupo de interés. El algoritmo hace rato superó al encuentro casual en un transporte público o un bar para que las personas entablen ese primer contacto. La virtualidad dejó de ser una simple eventualidad para volverse la realidad, el metaverso es también una nueva manera para hacer las cosas, y por supuesto, el enamoramiento no ha sido la excepción.

La mensajería digital es el nuevo canal del amor y también para el desamor. Se comparte mayormente en medios digitales que en persona física y muchas veces, la relación marcha muy bien en las redes digitales, pero en persona resulta tediosa y hasta penosa. Los seres humanos han adquirido habilidades excepcionales para la vida digital, pero también han perdido las habilidades interpersonales para con el otro, lo que algunos llaman la inteligencia social física. Los humanos de hoy son incapaces para gestionar su soledad de manera estoica y propositiva, requieren de una esperanza lejana, de un oído, de una imagen que en algún lugar del mundo les hace sentir vivos al contestar o simplemente dejar en visto un mensaje digital.

El amor lentamente está dejando de ser un sentimiento para abrigarse con el ropaje del dato. El amor terminará por ser medible, cuantificable, visible y comprensible por medio de la inteligencia artificial. Los algoritmos conducirán a la persona precisa, a su media naranja para algunos, dejando de lado ese bello y delicioso arte del conocimiento por medio de la mirada frente a frente que lleva a la seducción entre la pareja. Contactar al otro se volvió un tema de formatos digitales como si se tratase de aplicaciones para empleos o productos al detal; lo atractivo viene por medio de una imagen digital en la que se observa un “producto-persona” que tiene una buena escenografía y un cuerpo moldeado en algunos casos, los más atractivos, o en otros, los avatares y memes que llenan el firmamento digital. Si no hay fotografías y videos, es muy difícil atraer al otro, aplica aquello de que una imagen vale más que mil palabras.

Los datos marcarán el futuro de la humanidad durante la próxima centuria. La minería de datos será más importante que la minería extractiva. Preocupa de sobre manera el ser humano, cada vez más subhumano y cercano a un zombi con la facultad de pensar por sí mismo sujeta al modelamiento algorítmico. No se amará a quien se quiere, si no a quien se pueda siempre y cuando, el algoritmo lo permita. El amor fati, o amor al destino de los estoicos, dejará de ser hado para ser un sino marcado por el algoritmo y su dios: La Inteligencia Artificial. Volver a lo natural será siempre una opción, ojalá no sea tarde.