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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Luiz Inácio Lula da Silva

Lula lamenta división para reformar el Consejo de Seguridad de la ONU

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha criticado la división de los países en «dos bloques antagónicos» en lo que respecta a la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.

Para Lula, la solución para las amenazas sistémicas actuales «no está en la formación de bloques antagónicos o en respuestas que contemplen a un pequeño número de países».

 

Lula ha realizado estas declaraciones durante su primera intervención en Hiroshima, donde se celebra la cumbre de países del G7, concretamente en un acto sobre cooperación internacional para afrontar crisis globales, informa la prensa brasileña.

El dirigente brasileño se ha referido así al «retroceso» en la Organización Mundial del Comcercio (OMC), aunque sin nombrar expresamente a Estados Unidos. «No tiene sentido convocar a los (países) emergentes para resolver las crisis del mundo sin responder a sus preocupaciones» y «sin estar adecuadamente representados en los principales órganos de la gobernanza global».

Lula ha defendido así una profunda reforma de organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Consejo de Seguridad da la ONU. Para ello ha puesto como ejemplo a Argentina. «La deuda externa que afectó a Brasil anteriormente destroza hoy a Argentina y causa desigualdad. El FMI debe considerar las consecuencias sociales de sus políticas de ajusto», ha argumentado.

La segunda intervención de Lula ha sido en una sesión de trabajo sobre sostenibilidad y en ella ha apuntado a los países desarrollados por sus promesas incumplidas.

Para Lula, el Protocolo de Kioto contra el cambio climático «es una referencia de la falta de acción colectiva». «Que los países ricos cumplan la promesa de destinar 100.000 millones anuales a la acción climática», ha reclamado en referencia al compromiso de la cumbre de Copenhague.

Además ha ofrecido a Brasil como líder en cuestoines medioambientales. «Las credenciales de Brasil son sólidas», ha resaltado mientras recordaba que la matriz energética brasileña está «entre las más limpias del planeta». «Queremos liderar el proceso que permitirá salvar el planeta», ha planteado.

Gobierno brasileño declara tres días de luto por el fallecimiento de Rita Lee

El Gobierno brasileño ha decretado este martes tres días de luto oficial por la muerte de la cantautora brasileña Rita Lee, que ha muerto este martes a los 75 años por un cáncer de pulmón que le fue diagnosticado en 2021.

«Rita Lee Jones es uno de los nombres más grandes y brillantes de la música brasileña. Cantante, compositora, actriz y multiinstrumentista. Una artista adelantada a su tiempo», ha precisado el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

 

Según ha comunicado la familia en un comunicado, la artista, miembro de las formaciones de Os Mutantes y Tutti Frutti en los años 70, ha muerto en su domicilio de Sao Paolo rodeada de sus seres queridos, ha recogido el portal de noticias ‘O Globo’.

Lee, nacida en 1947 e hija de un dentista estadounidense y una ama de casa de ascendencia italiana, fue ingresada el pasado jueves en el Hospital Albert Einstein, en São Paulo, ante un empeoramiento de su salud. La artista, además de cantautora, era militante por los derechos de los pueblos indígenas.

Destitución de un militar por parte del Gobierno de Lula

El Gobierno de Brasil ha destituido este martes de su puesto como director de una empresa pública relacionada con el Ministerio de Defensa al coronel del Ejército Antonio Elcio Franco Filho, después de que se revelara un audio en el que se le escucha tramar un supuesto golpe de Estado contra Luiz Inácio Lula da Silva.

Franco Filho acaba así su etapa como consejero fiscal de la Empresa Brasileña de Hemoderivados y Biotecnología (Hemobras), a la que llegó a finales de 2020 de la mano del exministro de Salud con Jair Bolsonaro, Eduardo Pazuello.

 

La reciente detención del que fuera asesor de Bolsonaro, el coronel Mauro Cid, por el caso del fraude de los datos del Ministerio de Salud para manipular los perfiles de vacunación, entre ellos el del expresidente, sacó a la luz un audio en el que se escucha varios militares, entre ellos Franco Filho, hablar sobre cómo poner en marcha un supuesto golpe de Estado contra de Lula.

Los audios, difundidos por CNN Brasil, fueron grabados en diciembre de 2022, y en ellos se escucha a Franco Filho y al también detenido por el escándalo de los datos de vacunación, el mayor Ailton Barros, sobre las consecuencias de un golpe, además de criticar al general Marco Freire Gomes por no sumarse a estos planes.

El presidente de Portugal recibió a Lula da Silva con honores

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha sido recibido con honores militares por su homólogo de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en el arranque de la agenda oficial de una visita de Estado que permitirá a ambos países firmar más de una decena de acuerdos y que precede a la escala del mandatario brasileño en España.

Rebelo de Sousa ha recibido a Lula y a su mujer en la sede de la Presidencia lusa, en el barrio de Belém, en una primera jornada que también incluye un encuentro entre representantes de los dos Gobiernos. El presidente de Brasil viaja acompañado de varios de sus ministros.

 

Es el primer viaje de Lula a Europa desde que volvió al poder a principios de año. El presidente, que ya ha visitado otros cinco países, entre ellos Estados Unidos y China, quiere recuperar la presencia de Brasil en la escena internacional tras el aislacionismo de su predecesor, Jair Bolsonaro, que abogó por un mayor proteccionismo.

El Gobierno brasileño ha defendido que Portugal y España son prioritarios para Brasil, tanto por su pertenencia a la comunidad iberoamericana como por «el papel que desempeñan en el marco de la Unión Europea«. La responsable para Europa en el Ministerio de Exteriores, Maria Luisa Escorel de Moraesha subrayado que los dos países son socios comerciales importantes –España es el segundo mayor inversor en Brasil–.

Los cien días de Lula da Silva en el gobierno brasileño

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha alcanzado este lunes sus primeros cien días de gobierno en esta nueva etapa al frente del gigante sudamericano, marcada aún por la alargada sombra de su predecesor, Jair Bolsonaro, y con el principal reto de «reconstruir» el país en todos los sentidos.

«Brasil ha vuelto», proclamó el domingo Lula en un artículo en el ‘Correio Braziliense’ en el que hizo un breve repaso de sus primeros cien días, «un periodo corto comparado con los 1.460 días de trabajo» que le encomendó la ciudadanía brasileña en las elecciones de 2022.

 

«Aun así, cien días han sido suficientes para revertir un escenario atroz», ha destacado el mandatario brasileño, que ha lamentado los «problemas heredados» y abogado por la vuelta a la unidad tras años marcados por la polarización política y social. «No hay dos Brasiles, el Brasil de los que votaron por mí y el Brasil de los que votaron por otro candidato. Somos una nación», ha proclamado.

Lula ha concluido sus primeros tres meses con un nivel de aprobación del 38 por ciento, según un sondeo publicado este mes por el periódico ‘Folha de Sao Paulo’. Mejora en seis puntos los datos de Bolsonaro a estas alturas, pero está por debajo de los niveles con los que arrancó sus mandatos previos, en 2003 y 2007, cuando acumulaba un 43 y un 48 por ciento de popularidad, respectivamente.

Lula ha confirmado como presidente lo que ya había anticipado como candidato, entre otras cosas que volvería a situar a Brasil en el escenario internacional y situaría de nuevo en la agenda aspectos de los que Bolsonaro se había desligado como la lucha contra el cambio climático. También ha mantenido una intensa agenda de viajes, con China como gran objetivo a corto plazo.

El Gobierno repasa en su página web «250 logros que han cambiado el rumbo de Brasil» en estos primeros cien días, con especial énfasis en el ámbito social, en el de infraestructuras y en materia productiva. También en el terreno institucional, en un país «capaz de plantar cara a los intentos de golpe de Estado y recobrar la esperanza».

No en vano, el tercer mandato de Lula, que volvió a la primera línea tras zafarse de una condena por corrupción salpicada de irregularidades, vivió su primera gran crisis política apenas una semana después de arrancar, cuando el 8 de enero miles de personas arengadas por Bolsonaro asaltaron las sedes de las principales instituciones del país.

La simbólica revuelta en la Plaza de los Tres Poderes fue respondida desde el Gobierno con un llamamiento a la unidad y con cientos de detenciones en un primer momento que se tradujeron a medio plazo en investigaciones policiales que afectaron también al terreno político, entre otras razones para examinar hasta qué punto pudo haber connivencia con los ‘bolsonaristas’.

El expresidente, entretanto, se limitó a una tímida condena desde Estados Unidos, país al que llegó a finales de diciembre –antes de la toma de posesión de Lula– y del que no regresó hasta finales de marzo. Bolsonaro sigue defendiendo en redes sociales los supuestos logros de su etapa al frente de Brasil, sin descartar volver a presentarse a las elecciones, y se sigue junto a su antiguo ministro Sergio Moro entre los objetivos recurrentes de críticas por parte de Lula.

EL FRENTE ECONÓMICO

Lula también ha tenido que lidiar con el empeoramiento de la crisis humanitaria de los indígenas yanomamis y, en el terreno económico, ha plantado cara a grandes directivos de la banca y se ha enfrentado públicamente con el Banco Central, a cuenta principalmente de los elevados tipos de interés y de la supuesta falta de autonomía de su presidente, Roberto Campos Neto.

El mandatario, que quiere precisamente aumentar el gasto público y revisar el sistema fiscal de Brasil, se encuentra ante un escenario frágil en el terreno de los mercados. Para este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el PIB brasileño aumente un 1,2 por ciento.

Lula elimina los militares de la agencia de Inteligencia y traslada al gabinete

El Gobierno de Brasil ha decidido trasladar la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) –en manos de los militares– a Casa Civil, una suerte de secretaría de gobierno ligada estrechamente al Poder Ejecutivo, que ostenta, en este caso, Luiz Inácio Lula da Silva.

 

La decisión se ha hecho oficial este jueves y si bien el cambio ya se planteó durante el periodo de transición –debido a la impronta bolsonarista de muchos de sus miembros– los ataques del 8 de enero –entre acusaciones de connivencia de los militares– ha terminado por acelerar este traspaso de poderes.

La labor del GSI durante aquellos episodios violentos en los que seguidores de Jair Bolsonaro irrumpieron en la sede de los Tres Poderes ha sido objetivo de las críticas del nuevo Gobierno, que ha cuestionado la incapacidad no solo para prevenir lo que ocurrió, sino también para actuar posteriormente.

La idea de transferir la Abin a Casa Civil fue planteada por Lula, que eligió a Rui Costa –uno de sus hombres de confianza– para liderar este ministerio, en gran medida por la incomodidad en el seno del nuevo gobierno por la militarización de los servicios de Inteligencia, que se entiende como un vestigio de la dictadura.

El GSI, que se encargaba de proteger al presidente y el Palacio del Planalto hasta que la nueva administración creó la Secretaría Extraordinaria de Seguridad Inmediata, está comandada por el general Marco Gonçalves Dias, persona de confianza de Lula y elegido para depurar a los altos cargos afines a Bolsonaro.

Hasta finales de enero, 121 militares habían sido designados para ocupar puestos de distinta responsabilidad en el GSI, después de los masivos ceses que se fueron produciendo tras los ataques del 8 de enero en Brasilia.

Bolsonaro reitera que regresará a Brasil en marzo para liderar la oposición

El exmandatario brasileño Jair Bolsonaro ha afirmado este martes que regresará en marzo a Brasil con el objetivo de liderar la oposición al presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, así como defenderse de las acusaciones sobre su responsabilidad en el asalto a los edificios del Gobierno.

Bolsonaro ha indicado que es «el líder nacional de la derecha», ya que «no hay nadie más en este momento» que pueda ocupar su lugar, al tiempo que ha subrayado que «el movimiento de derecha no está muerto y seguirá vivo», tal y como ha declarado en una entrevista con ‘The Wall Street Journal’.

 

En este sentido, ha explicado que trabajará, junto a miembros del Congreso y de los gobiernos estatales, para impulsar políticas favorables a las empresas o luchar contra el aborto y el control de armas.

En cuanto a su fracaso en los comicios presidenciales, Bolsonaro ha reconocido que «perder es parte del proceso electoral», pero ha vuelto a poner en duda las elecciones. «No digo que hubo fraude, pero el proceso estuvo sesgado», ha afirmado tras reconocer por primera vez la victoria de Lula.

Asimismo, el exdirigente del país latinoamericano ha admitido que existe el riesgo de ser arrestado al regresar a Brasil: «Una orden de arresto puede salir de la nada», ha manifestado al citado diario.

Sin embargo, ha rechazado de nuevo su relación con el asalto a los Tres Poderes el pasado 8 de enero por parte de sus simpatizantes. «Ni siquiera estaba allí y quieren culparme», ha criticado agregando que no se trataba de un golpe de Estado: «¿Qué golpe? ¿Dónde estaba el comandante? ¿Dónde estaban las tropas, dónde estaban las bombas?», ha cuestionado.

Jair Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos desde finales del mes de diciembre de 2022, eludiendo así la toma de poder del actual presidente de Brasil, mientras se suceden las investigaciones sobre su responsabilidad en el asalto.

Además, es objeto de cinco investigaciones que están siendo procesadas por el Tribunal Supremo Federal (STF), al tiempo que ha sido imputado en dos procesos penales, informa el periódico ‘O Globo’.

Lula viajará a Washington para reunirse con Biden

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pone rumbo este jueves a Estados Unidos para reunirse el viernes con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca, para «reiniciar» unas relaciones diplomáticas encalladas durante la última parte de mandato de Jair Bolsonaro.

«Buenos días, hoy pongo rumbo a Estados Unidos, donde me reuniré con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca. Queremos construir alianzas y crecimiento entre nuestros países para el desarrollo de nuestra región, debatir acciones de paz mundial y contra las noticias falsas», ha escrito Lula en su perfil de Twitter.

 

El viaje de Lula a Washington adquiere una nueva perspectiva después de los actos del pasado 8 de enero, cuando una turba descontenta de seguidores de Jair Bolsonaro atacó las sedes de los tres poderes en Brasilia. Unos hechos que hicieron recordar a los del Capitolio a principios de 2021.

Ambos derrotaron en las urnas a rivales de ultraderecha que desde el inicio de pretendieron sembrar las dudas sobre la fiabilidad de los respectivos sistemas electorales de sus países, y que tienen una amplia base entre sus seguidores que no esconde su defensa de tomar el poder por la fuerza.

Antes de reunirse este viernes, ambos ya tuvieron ocasión de hablar por teléfono en dos ocasiones; la primera después del triunfo en las elecciones de Lula el pasado 30 de octubre y la segunda, un día después de que la Explanada de los Ministerios fuera asaltada.

En su primer viaje fuera de Latinoamérica tras asumir la Jefatura de Estado tras visitar Argentina y Uruguay, estará acompañado por la primera dama, Rosângela ‘Janja’ da Silva, así como por los ministros de Economía, Fernando Haddad; de Medio Ambiente, Marina Silva; y de Igualdad Racial, Anielle Franco.

El viaje, a los que seguirán los de China y Portugal en los próximos meses, confían que sirva para «reiniciar» las relaciones diplomáticas entre ambos países, ha explicado esta semana el Ministerio de Asuntos Exteriores, después del aislamiento al que impuso a Brasil un Bolsonaro, al que desde Washington criticaron por sus políticas medioambientales.

Será esta cuestión del medioambiente uno de los temas a tratar, así como otras políticas de desarrollo en materia de transición energética, derechos humanos y lucha contra la pobreza, según fuentes gubernamentales, detalla el portal G1.

Guaidó acusa a Lula de hacer un «flaco favor»

Foto: Guaidó, tomada de europapress.com

 

El opositor venezolano Juan Guaidó ha acusado al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de hacer un «flaco favor» a la democracia si continúa, según dice, sin posicionarse a favor de los Derechos Humanos, lo cual pasa por desconocer la legitimidad del Gobierno de Nicolás Maduro.

«Si Lula quiere defender la autodeterminación de los pueblos es necesario abordar este asunto. Atacarme para poner paños calientes o no mencionar este asunto no ayuda a la democracia», ha dicho Guaidó sobre la supuesta postura del brasileño para no condenar violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela.

«El presidente Lula hace un flaco favor a la democracia al no posicionarse frontalmente a favor de los Derechos Humanos y en consecuencia con la democracia», ha valorado Guaidó en una entrevista para el diario ‘O Globo’, en la que ha dicho que Lula atacó a la democracia cuando valoró como «abominable» su autoproclamación como presidente encargado de Venezuela.

«Un presidente con 24 días de gobierno que minimiza o no se pronuncia sobre la crisis humanitaria más severa jamás vista en el continente, peor de la de naciones en guerra como Siria y Ucrania, es no saber de Venezuela», ha reprochado.

En ese sentido, también ha criticado que Lula abordara supuestamente la situación en Venezuela como una disputa entre izquierda y derecha, ya que lo que sucede en ese país tiene una «base terrorista» y «contra los derechos básicos».

«Se trata de democracia contra dictadura. De Derechos Humanos contra crímenes en Venezuela. Cuando Lula fue cuestionado sobre Venezuela y Maduro, debería haberse posicionado en la necesidad de justicia y elecciones libres, en cambio, se sirvió de un recurso retórico para posicionarse contra la dictadura», ha dicho.

Las críticas de Guaidó responden a la postura de importantes líderes de la región como el propio Lula o el presidente de Argentina, Alberto Fernández, para que la Venezuela de Maduro vuelva a tener peso en espacios como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) o Mercosur, de donde fue expulsada.

En lo que respecta a la política interna de Brasil, Guaidó ha optado por pasar de puntillas cuando se le ha recordado en la entrevista su apoyo a Jair Bolsonaro en campaña electoral, comparando eso sí los ataques del 8 de enero en Brasilia con los que habría sufrido la Asamblea de Venezuela durante estos años.

«Un ataque al Congreso es deplorable en cualquier país. En los últimos siete años eso ha pasado mínimo tres veces en mi país, con muchísima violencia, incluyendo diputados heridos. Entiendo que eso no ocurrió en Brasil», ha dicho.

«Para nosotros la democracia es independencia entre poderes, con pesos y contrapesos y el respeto a las instituciones, pero si el ataque al Parlamento brasileño es deplorable, el ataque al Congreso venezolano por parte de Maduro también lo es», ha comparado el opositor.

Después de tres años siendo reconocido por una amplia ristra de países como presidente encargado de Venezuela, un cargo sin efectos legales que solo le permitía acceder a ciertos activos en bancos extranjeros, finalmente Guaidó perdió dicho estatus tanto en la comunidad internacional como entre la oposición interna.

A finales del año pasado, la Asamblea Nacional opositora de 2055 votó a favor de poner fin a su «mandato» tras no haber alcanzado los objetivos previstos por quienes le auparon en 2019, que le critican, entre otras cosas, haber caído en una excesiva burocracia y en el juego de las relaciones públicas abriendo «embajadas».

Su caída en desgracia comenzó con los cambios de gobierno en la región, que han virado a la izquierda en el último año, perdiendo entre otros a dos de sus grandes valedores en el continente, el colombiano Iván Duque y el ya citado Bolsonaro.

Michel pide a Lula aprovechar para finalizar el acuerdo con Mercosur

Foto: Charles Michel, tomada de notiamerica.com

 

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha pedido este miércoles al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aprovechar el nuevo escenario político en Latinoamérica y el impulso de la Unión Europea con la región para finalizar el acuerdo comercial con los países de Mercosur.

En un encuentro bilateral en Argentina, donde se celebra una reunión de líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el ex primer ministro belga ha insistido en la intención de la UE de intensificar las relaciones con la región y, en concreto, con Brasil tras años de poca cooperación durante la presidencia de Jair Bolsonaro.

A este efecto, Michel ha subrayado que un «aspecto importante» de la relación entre Bruselas y Brasilia es el tratado comercial de la UE con Mercosur. «El presidente del Consejo Europeo llamó a utilizar este impulso político para finalizar el acuerdo y reavivar el tratado comercial con Mercosur», ha informado un portavoz comunitario.

El tratado comercial de la UE con los países de Mercosur –Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay — fue acordado por las partes hace varios años pero su ratificación se encuentra en punto muerto por las reservas de varios Estados miembro, liderados por Francia.

En este sentido, el dirigente comunitario ha invitado a Lula a participar en la cumbre de líderes de la UE y la CELAC que acogerá Bruselas el próximo 17 y 18 de julio, y se ha propuesto comenzar los a trabajar para una cumbre con Brasil, evento que no se celebra desde 2014.

APOYO A LA DEMOCRACIA EN BRASIL

La reunión también ha servido para que el representante de la UE felicitara al mandatario brasileño por su vuelta a la Presidencia y expresará su apoyo a la democracia en Brasil tras el asalto por parte de seguidores de Bolsonaro a las principales instituciones del país el pasado 8 de enero.

Michel y Lula han tratado igualmente asuntos de política internacional como la agresión militar rusa contra Ucrania, insistiendo en la importancia de defender el orden mundial basado en reglas y respetar la integridad territorial.

El Gobierno de Lula cambia el mando de la Policía Federal en 18 estados

 

Foto: tomada de notiamerica.com

 

El ministro de Justicia, Flávio Dino, ha hecho oficial este jueves la sustitución de 26 de las 27 cúpulas regionales de la Policía de Carreteras Federal (PRF) y el cese de 18 jefes de la Policía Federal (PF), una decisión que no vendría motivada por los ataques del 8 de enero, sino que ya fue abordada en la etapa de transición del nuevo Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

El único superintendente regional de la PRF que mantiene el cargo es el de Piauí, mientras que en lo que respecta a la PF son los de Río Grande del Norte, Mato Grosso del Sur, Rondonia, Santa Catarina, Goiás, Río de Janeiro, Sergipe, Pernambuco, Maranhao, Mato Grosso, Tocantins, Paraíba, Alagoas, Sao Paulo, Paraná, Pará, Amazonas y Minas Gerais, quienes salen.

El nuevo superintendente de la PF en Río de Janeiro es Leandro Almada, conocido por liderar una investigación que rebeló trabas en el esclarecimiento del asesinato de la concejal Marielle Franco y la persona que viajaba con él, Anderson Gomes, destacan varios medios brasileños.

Junto a estos cambios en la Policía, el Gobierno de Lula ha venido también haciendo modificaciones en los gabinetes de seguridad encargados de custodiar las instalaciones del Palacio del Planato, sede de la Presidencia, y del de la Alvorada, la residencia oficial, en esta ocasión por la desconfianza en los altos mandos militares tras los ataques golpistas del pasado 8 de enero.

 

Lula cesa a más militares responsables de la seguridad del Palacio del Planalto

Foto: tomada de msn.com

 

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha cesado este miércoles a otros treces miembros de las Fuerzas Armadas que actuaban en el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), una de las oficinas más cuestionadas tras los ataques golpistas del 8 de enero, por lo que son ya 53 los militares destituidos.

El martes, el presidente Lula reveló de nuevo la desconfianza que siente con una parte de las Fuerzas Armadas cesando a cuarenta militares que se desempeñaban en las labores de seguridad del Palacio de la Alvorada, la residencial oficial, después de que asegurara a los medios que estaba convencido de la «complicidad» de una parte de las fuerzas del orden durante el asalto.

Pocos días de los hechos violentos ocurrido en la Explanada de los Ministerios, Lula aseguró que las puertas del Palacio del Planalto se abrieron desde dentro y adelantó que no quedaría sin remover «ningún sospechoso de ser bolsonarista».

En esta ocasión, cinco de los trece militares cesados desempeñaban funciones en el Escritorio de Representación en Río de Janeiro, mientras que otros siete lo hacían dentro de la Secretaría de Seguridad y Coordinación Presidencial, y uno más en la División Administrativa del GSI.

A pesar de la desconfianza mostrada estos últimos días por gran parte del Gobierno de Lula y del Partido de los Trabajadores (PT), el jefe de Casa Civil, Rui Costa, ha negado que los últimos ceses estén relacionados con estos recelos, ya que más bien son parte de una mera «rotación».

«No tiene que ver con la desconfianza. Hasta en las áreas militares hemos cambiado militares, entonces es natural que en los otros asesores haya una rotación entre personas. En los cargos militares habrá cambios para dar oportunidad a otras personas que tienen la capacidad técnica para ejercer esos cargos», ha dicho Costa.

«No es ninguna novedad, no tiene ningún misterio. ¿O es que alguien pensaba que al entrenar el nuevo gobierno iba a mantener a los asesores del anterior? No es razonable que eso fuera así», ha argumentado ante la prensa, informa ‘O Globo’.

Costa, uno de los hombres más cercanos al presidente Lula, se ha dirigido personalmente al Ministerio de Defensa para verse con su titular, un también cuestionado José Múcio, y los tres jefes de las Fuerzas Armadas, para aproximar posturas después de los actos golpistas de hace diez días.

La propuesta del Gobierno de Lula es invertir en las Fuerzas Armadas a través de empresas tantos públicas como privadas para lograr una «modernización» pareja al de resto de naciones del mundo. Una iniciativa, ha explicado Costa, presente ya en campaña.

Lula cesa a cincuenta militares que se desempeñaban el área de seguridad del Palacio de la Alvorada

Foto: tomada de careta.pe

 

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha cesado a casi medio centenar de miembros de las Fuerzas Armadas que se desempeñaban en funciones de seguridad del Palacio de la Alvorada, la residencia oficial, evidenciando aún más la desconfianza que ya expresó tras el asalto de las instituciones.

Entre los cesados están cuarenta militares de las Fuerzas Armadas que se desempeñaban en un departamento de la Secretaría General de la Presidencia que se encarga de la seguridad de la residencia oficial y otros que hacían parte del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), uno de los organismos más señalados tras los ataques del pasado 8 de enero en la Explanada de los Ministerios.

La decisión del presidente Lula evidencia los recelos que ya manifestó en relación a la connivencia que habrían mostrado ciertos sectores de las fuerzas de seguridad y los militares con la turba de acólitos de Jair Bolsonaro, afirmando que estaba seguro de la presencia de «cómplices» en aquellos hechos violentos.

«Hubo muchos cómplices, cómplices en la Policía Militar, cómplices en las Fuerzas Armadas. Estoy convencido de que las puertas del Palacio del Planato se abrieron desde dentro porque no estaban rotas», dijo el pasado jueves.

Las sospechas de Lula se extienden a gran parte de su gabinete y del Partido de los Trabajadores (PT), donde incluso han puesto en tela de juicio la gestión del ministro de Defensa, José Múcio, uno de los cuestionados en esta crisis por no haber actuado antes contra los campamentos de bolsonaristas que se levantaron frente a las sedes del Ejército y en los que se pedía un golpe de Estado.

Una de estas instituciones cuestionadas es el GSI, que será renovado casi por completo, tal y como adelanto el jefe de Casa Civil, Rui Costa. «Tenemos que garantizar un patrón de actuación que permita proteger los tres palacios», dijo.

El GSI está formado por cerca de 1.100 funcionarios, de los cuales la mayoría pertenecen a las Fuerzas Armadas para hacerse cargo de la seguridad de las instalaciones y de las autoridades, aunque también hay civiles en áreas administrativas. Al menos el 10 por ciento de los aproximadamente 80 cargos de confianza que había hasta ahora han sido cesados, cuenta ‘O Globo’.

La idea de Lula y la primera dama, Rosângela ‘Janja’ Silva, es instalarse en el Palacio de la Alvorada a finales de enero, a su vuelta de su viaje oficial, el primero, a Argentina. Después de una primera inspección de las instalaciones, denunciaron el mal estado en el que se encontraba la residencia oficial, con goteras, ventanas rotas y alfombras y sofás en mal estado.

Lula no deja Brasil tras los ataques a los tres poderes y envía a Davos al ministro de Economía

Foto: tomada de notiamerica.com

 

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha optado por no salir del país a medida que continúan las investigaciones por los actos golpistas de la semana pasada y ha enviado al Foro Económico de Davos a los ministros de Economía, Fernando Haddad, y de Medio Ambiente, Marina Silva.

«A pesar de los últimos acontecimiento terribles en Brasilia, tendremos una fuerte delegación ministerial brasileña, liderada por el ministro de Hacienda», ha destacado el presidente del Foro de Davos, Borge Brende, quien ha adelantado que la presencia de Silva servirá para poner de relieve los problemas en la Amazonia.

Por su parte, el Ministerio de Hacienda ha destacado que tras los hechos violentos en Brasilia, se ha generado un mayor interés por la presencia de Brasil en este foro, en el que tienen intención de mostrar que el frustrado golpismo del 8 de enero «ya pasó a la historia» y siguen enfocados en la recuperación económica.

Además de Lula, tampoco acudirá como estaba previsto en un primer momento el vicepresidente, Geraldo Alckmin, quien permanecerá en Brasil apurando los últimos detalles y nombres del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio, que lidera, detalla el portal de noticias Metrópoles.

Desde el Gobierno de Brasil tienen previsto que el presidente Lula retome su agenda internacional ya la próxima semana con un primer viaje a Argentina, donde se reunirá con su homólogo, Alberto Fernández, el 23 de enero. Ya para febrero, la intención es visitar la Casa Blanca y en abril Portugal. China es el otro país en el que se espera su llegada el primer semestre de 2023.

Golpes, fascismos y populismos. ¿Élites vs instituciones?

Según la definición de Jenny Pearce, profesora del London School of Economics, una élite está compuesta por personas, grupos o redes que son capaces de definir cómo se ejerce, se reproduce y se transforma la dominación en una sociedad. Si esto es así ¿por qué miles de brasileros se movilizaron violenta y rabiosamente con consignas que pedían que Lula volviera a la cárcel, desconociendo los resultados de la justicia, de la separación de poderes y de la democracia misma? ¿Están ellos también defendiendo inconscientemente el statu quo?

Mientras irrumpían en el Congreso Nacional, la Presidencia y el Supremo Tribunal Federal, se veían pancartas con frases como “Dios por encima de todo” y otras frases pidiendo que Lula regrese a prisión y salvar a Brasil del “terror del comunismo”. ¿Cómo es que estas consignas carentes de evidencia logran la popularidad necesaria para que las personas salgan a la calle a defender los intereses de una élite neoconservadora y anti-derechos? Esta misma situación está ocurriendo en más de un país en la región, por supuesto con matices.

 

Lo primero es que la radicalización de varios grupos de élites también implicó el incremento calculado, programado y financiado de las rabias sociales y los discursos de odio. Aunque muchos sectores en varios países como el propio Brasil y Chile lograron integrarse a los cambios, otros grupos políticos quedaron excluidos, recurriendo en muchos casos a alianzas non-sanctas o violentas con el narcotráfico y la criminalidad organizada, con el fin de recuperar influencia política y cambiar a su favor las reglas de juego. La política se encareció enormemente y Brasil no estuvo exento de esto. Incluso durante los mandatos de Lula y posteriormente de Dilma Rouseff, la financiación tanto al movimiento anti-derechos como a políticos estatales fue una constante cada vez mayor, y las élites encontraron en la personalización de la rabia la mejor forma de volver al poder.

Desde ahí resultan entendibles varias cosas: la primera es que, a diferencia de otras manifestaciones espontáneas, ésta tuvo semanas de organización a través de grupos de WhatsApp y cadenas de mensajería, donde es cada vez más fácil mantener a la sociedad segregada y divulgar noticias falsas. Incluso, medios brasileños han señalado la pasividad de la policía acompañando a los manifestantes hasta la plaza de los tres poderes y la financiación de transporte para quienes participaron en la movilización. Esta manifestación fue tan poco espontánea, que días antes, los bolsonaristas acampaban afuera de bases militares de Brasilia, intentando llamar a las fuerzas armadas a dar un golpe de estado y promulgando reminiscencias a las dos décadas de dictadura militar que sufrió el país.

Pese a que se estaba advirtiendo desde diciembre que esos campamentos podían incubar acciones violentas, no se tomaron suficientemente en serio, probablemente porque – al igual que en otros países – hemos subestimado el alcance de los discursos de odio, equiparándolos erróneamente a las demandas de equidad o justicia social. Este error puede llevar a una crisis democrática sin precedentes no solo en Brasil, sino en la región.

No hay una respuesta simple a qué hacer, porque en el mundo de la crispación, la democracia va en declive. Adicional a lo anterior, nuestra tendencia a la excesiva personalización de la política juega hoy en contra. No es gratuito que los manifestantes pidan como única demanda que Lula vuelva a la cárcel, y tampoco lo son las amenazas de los sectores bolsón aristas de impedir a toda costa que esta presidencia obtenga buenos resultados. Mientras tanto, en medio del caos, la vuelta al poder de las élites que habían sido excluidas del poder puede ir ganando los espacios perdidos, mientras la ciudadanía se empecina en la peor de las trampas: enfocarse en las personas tanto en su ataque como en su defensa y renunciar a la democracia como sistema de gobierno.

Mientras tanto, nuestras instituciones, que habían logrado también avances fundamentales en derechos para minorías, para las mujeres, para los grupos excluidos y las diversidades también se van lentamente convirtiendo en el enemigo de estos mensajes vacíos y rabiosos. En el mundo de la política crispada, la democracia va en declive. Por eso, defender las instituciones democráticas hoy pareciera ser una tarea de la izquierda y del progresismo. No puede ser un tema menor, pero se necesita mucho más énfasis en la producción de resultados. Lula la tiene difícil. Esta vez será mucho más difícil tener el capital político para producir los acuerdos necesarios para gobernar, mientras que del otro lado basta con seguir alimentando la hoguera ya encendida.

Ante esto, creo que puede ser una buena idea intentar la integración regional para producir resultados comunes. El acercamiento con Brasil, la protección de la Amazonía, la ampliación de la democracia, la lucha anticorrupción, la defensa de los derechos de las mujeres y diversidades, son temas que desde Colombia vemos con mucha esperanza y que pueden ayudar a crear el tejido democrático que nos permita avanzar sobre lo construido. Por ahora, repitan conmigo: no se usa la democracia para atentar contra la democracia. Y no, no es compatible este neofascismo con la democracia, ni es lo mismo el movimiento social que el anti derechos. Es una buena consigna, ¿no les parece?

Laura Bonilla