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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: marcha

Estos son los puntos de concentración para la marcha convocada por el Gobierno Nacional

La Secretaría de Gobierno de Bogotá dispuso de 140 gestores y gestoras de los equipos de la Dirección de Convivencia y Diálogo Social, y la Dirección de Derechos Humanos, quienes estarán en las marchas convocadas por el Gobierno Nacional para apoyar el proyecto de reforma laboral que define su suerte en la Comisión VII del Senado de la República.

De acuerdo con la entidad, desde las primeras horas del día, se instalaron el Puesto de Mando Unificado (PMU) Distrital y los Puestos de Mando Unificado (PMI) locales, para el monitoreo y coordinación de la jornada.

 

De esta manera estarán en las calles cuidando de que no se presenten desmanes ni situaciones que lamentar, un total de 50 gestores de Convivencia de la Secretaría Distrital de Seguridad; 1.200 uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá, estará activos para la jornada; 44 gestores de la Secretaría de Movilidad; 70 gestores de TransMilenio.

También estarán equipos de apoyo en el PMU: de la Secretaría de la Mujer, Secretaría de Salud, la Secretaría de Integración Social y la Secretaría de Educación.

Los puntos de concentración para las movilizaciones serán:

  • Hospital San Juan de Dios (8:00 a. m
  • Universidad Pedagógica Nacional (8:00 a. m
  • Parque Nacional (9:00 a. m

Otras movilizaciones destacadas partirán desde:

  • Calle 45 con carrera
  • Universidad Pedagógica (calle 72)
  • Calle 40B con Carrera 6ta.
  • Museo Nacional.
  • Estación Calle 45 TM.

La movilización es un derecho

Es asombroso observar cómo nuestro país, en medio de esta polarización, intenta confundir y estigmatizar un derecho fundamental como lo es la libre expresión. Desafiar al presidente, desacatar sus normas o enviar mensajes que desincentiven la participación en una marcha no solo es incorrecto, sino que también supone una forma de violencia laboral y estigmatización inaceptable.

No podemos ignorar la cantidad de bloqueos administrativos y las mayorías en el Congreso que buscan hundir todo lo que realmente hemos estado luchando por alcanzar. Voceros como Gustavo Petro, quien se formó en el M19, son prueba de que el cambio es posible, pero requiere valentía.

 

Esperamos ver en las calles a miles de personas: a quienes tienen empleo y a quienes no, a los contratistas, a aquellos que enfrentan requisitos absurdos para cualquier servicio, a los vendedores informales, a los pueblos indígenas, a la comunidad Romani, a las personas con discapacidad, a la población LGBTIQ+, a quienes cuidan y protegen a los animales, a abogados, bomberos, ingenieros, economistas, personal de salud, educadores, artistas, campesinos, migrantes, empresarios, taxistas, administradores de empresas, y a todos aquellos que defienden el agua y la naturaleza. Esta marcha es de todos y cada uno de nosotros.

Porque esta marcha tiene que ver con nuestra cotidianidad, con nuestras frustraciones y con ese peso que nunca parece alcanzar. Tiene que ver con el trabajo que queda lejos de casa y con el tiempo que perdemos en el camino. Tiene que ver con nuestro bienestar y con la calidad de vida que merecemos.

Grandes líderes de América reconocen el esfuerzo de Gustavo Petro para que su gobierno no sea solo un continuismo acomodado, sino el verdadero inicio del cambio. Entre ellos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo; el expresidente de Uruguay, José Mujica; el presidente de Brasil, Lula Da Silva; el presidente de Chile, Gabriel Boric; el expresidente de Bolivia, Evo Morales; la expresidenta Michelle Bachelet, y muchos otros a nivel mundial.

Esta manifestación debe ser un carnaval de alegría y de colores, un espacio donde expresemos con felicidad nuestros reclamos. Cuidemos el patrimonio y el mobiliario público, que son de todos y todas. Y que la única consigna sea esta:

¡El pueblo manda! ¡Vamos, pueblo, a la calle! ¡Vamos a luchar! ¡A vencer! ¡Es por el poder!

Marcela Clavijo

Marcha de Fecode afectó la movilidad de Bogotá

Las manifestaciones convocadas por la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) en Bogotá colapsaron el tráfico de la capital del país en diferentes puntos lo que motivó el llamado de atención por parte de las autoridades del Distrito.

Los marchantes se citaron en diferentes puntos de Bogotá como la avenida calle 26 con carrera 33, la Carrera 30 con calle 8 Sur, la avenida Caracas con calle 53, la Carrera 13 con calle 45 y la Carrera Séptima con calle 32.

 

En la Carrera Séptima con Calle 32 un grupo de indígenas Emberas aprovecharon la situación para bloquear la vía de manera momentánea amenazando a los vehículos con palos y piedras, generando un enorme trancón sobre una de las calzadas.

La gerente de TransMilenio, María Fernanda Ortiz, hizo un llamado a los marchantes a desarrollar su actividad de protesta en total calma, no bloqueando las vías ni generando daños al sistema. El boletín oficial emitido por la empresa TransMilenio reportó que un total de 100 rutas se vieron afectadas, de las cuales 31 son zonales.

El Secretario de Seguridad de Bogotá, Cesar Restrepo, denunció el daño a varias estaciones de TransMilenio y el ataque con arma blanca a varios gestores de diálogo.

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, pidió a los marchantes respetar el derecho a la libre movilización de las personas que decidieron no acompañar la manifestación.

«Bloquear los carriles exclusivos del sistema de transporte público afecta a cientos de miles de ciudadanos que necesitan desplazarse a su casa o su trabajo. Hacemos un llamado a los maestros que hoy se manifiestan a que nos ayuden a proteger los derechos de los ciudadanos que no lo hacen», escribió Galán en su cuenta de X.

Fecode anuncia jornada de protesta en Bogotá

La Federación Colombiana de Educadores (Fecode) anunció una marcha el lunes 17 de junio en Bogotá que partirá desde diferentes puntos de la ciudad para protestar contra algunos puntos que contiene el proyecto de reforma a la educación se debate en el Senado, que no son del agrado del sindicato.

«Si bien se realizarán movilizaciones en todo el país, porque el Senado debe tomar decisiones en torno a las dos ponencias que están radicadas, la del Pacto Histórico y la radicada por el Senador David Luna”, afirmó Marta Rocío Alfonso, Secretaría de Relaciones Internacionales de Fecode.

 

La marcha llegará hasta la Plaza de Bolívar de Bogotá en donde esperan concentrarse la mayoría de los profesores sindicalizados del país para sentar su voz de protesta contra la iniciativa porque consideran que el sistema de educación retrocede 30 años de lucha, «por eso decidimos que es mejor que se hunda el proyecto antes de retroceder», afirmó, Domingo Ayala Espitia, presidente de Fecode.

Organizaciones campesinas convocan a una marcha

La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia (ANUC) convocó una movilización para el próximo 7 de julio para protestar por lo que considera el retraso del Gobierno para hacer entrega de tierras y aplicar el Plan Integral de Reparación Colectiva, relacionado con los daños causados por el conflicto armado.

La ANUC reconoce que si bien hay una voluntad por parte del presidente Gustavo Petro, existen también una serie de «políticas restrictivas» de las instituciones contra el campesinado que ellos representan. «Estamos exigiendo nuestros derechos», ha reclamado la organización a través de un comunicado.

 

Asimismo, ha argumentado que esta movilización viene también motivada por la «continua campaña de descrédito» contra los líderes campesinos de la organización. «Lamentablemente, la ANUC sigue siendo revictimizada por las entidades encargadas de cumplir el sistema nacional de reforma agraria«, ha denunciado.

La organización ha señalado que continuará con el paro hasta que las autoridades den una respuesta satisfactoria a los problemas de acceso a la tierra, así como a servicios básicos de salud, vivienda y educación para sus afiliados, establecidos en el Plan Integral de Reparación Colectiva.

«Exigimos que se tomen medidas inmediatas para cumplir con los compromisos adquiridos y garantizar el acceso a los derechos que como pueblo campesino organizado tenemos en todo el territorio nacional», reclama la ANUC.

El cambio continúa luchando por 4+

El primero de mayo conmemoramos las luchas y logros de la clase trabajadora y el movimiento obrero en su búsqueda por garantías laborales, pues después de la Revolución Industrial, los trabajadores estadounidenses se enfrentaban a jornadas laborales de 12 horas al día, seis o incluso siete días a la semana, con salarios muy bajos y en condiciones de trabajo deplorables. Es especialmente desgarrador recordar que niños y niñas eran empleados en minas, fábricas e industrias, injusticias que llevaron a los movimientos obreros a organizar protestas, alzar la vos exigiendo jornadas laborales de 8 horas, condiciones laborales dignas.

Lucha recordada por nuestro presidente, exaltando este día tan importante para el mundo y el país, alzando su voz contra la esclavitud, indignidad, acompañado de millones de colombianos que marcharon en apoyo al gobierno del cambio, por lo menos en 60 ciudades del país millones de compatriotas mostraron su apoyo a la lucha social, a las reformas democráticas, mostrando su endereza, defensa a la voluntad popular, pidiendo a gritos un cambio en el sistema laboral, pensional y salud, gritando: “vivan las reformas del gobierno del cambio”, “viva la reforma laboral del gobierno del cambio”, “Abajo a la oposición de la reforma del cambio”.

 

 Lamentablemente somos el país de América Latina que tiene la jornada laboral más extensa, improductiva a nivel económico como resultado de gobiernos como Álvaro Uribe Vélez, hoy el Presidente Gustavo Petro, el gobierno quiere corregir, abolir la esclavitud, el retraso del país, dignificando las condiciones del trabajo, fomentando el empleo como una política prioritaria, impulsando programas e  incentivos en favor de los jóvenes, propendiendo por la estabilidad laboral, acabando con la informalidad.

Colombia clama por una pensión digna, eliminar la pobreza extrema, no es justo que más de tres millones de adultos mayores de clase baja, que han luchado y trabajado arduamente toda su vida, bajo el sol y la lluvia, no tengan acceso a una pensión digna. Estos son derechos que la oposición rechaza, se les acabo el negocio a los banqueros, a los políticos de apellidos pudientes que se han lucrado a costa de los derechos fundamentales de los más vulnerables, que han marchado pidiendo la muerte del cambio, de las reformas, de la democracia.


El gobierno del Cambio está más vivo que nunca, los 11 millones de colombianos volvieron a expresar apoyo al presidente y a las reformas. El clamor del país es claro: 4+ de garantías, de trabajo por los más vulnerados y olvidados. Agradecemos a Colombia, Medellín por el apoyo inquebrantable y firme. Seguiremos imparables en la lucha por un país justo y garantista. Ni la persecución política nos detiene. Los cuatro años no son suficientes; queremos la Asamblea Nacional Constituyente.

Alejandro Toro

Colombia transita hacia la democracia

El 1 de mayo se convirtió en una jornada donde Colombia reflejó su esencia más vibrante y diversa. Cientos de miles salieron a las calles en una manifestación multitudinaria que reafirma la vitalidad de una nación deseosa de cambios sustanciales. Este día, marcado por la paz y la festividad, ha mostrado una cara de Colombia que, a pesar de la densa cortina de desinformación, reconoce la urgencia de no permanecer estática.Se diferencia enormemente con otras manifestaciones promovidas por sectores conservadores y de derecha, donde ha predominado un tono más violento. Mientras las calles se llenaron el 1 de Mayo de reivindicaciones por los derechos fundamentales como la salud, la educación y las pensiones. Mientras tanto el discurso de la oposición al gobierno nacional parece teñido por intereses que buscan más preservar el statu quo y sembrar temor ante cualquier propuesta de reforma. Esta bifurcación en el espíritu público revela la profunda división sobre cómo debe avanzar el país.

Esta coyuntura coyuntura de marchas y divergencias que se expresan en las calles refleja también la posibilidad de construir una democracia que no le teme al conflicto, sino que lo abraza a través de la discusión pública. No se trata de tener una sociedad homogénea con pensamiento único, el pluralismo y la diversidad son fundamentales para consolidar una democracia madura y moderna
.
Este es un momento de transición crucial para el país, un periodo donde cada acción hacia el futuro está cargado de significado político y social. El papel de los medios de comunicación en este proceso es fundamental. Su responsabilidad radica en la promoción de una cultura del diálogo y la información veraz e imparcial. Si los medios caen en la tentación de tomar partido o renuncian al equilibrio la ciudadanía verá limitada su capacidad de comprender la diversidad de visiones que existen en este momento.

 

Las marchas recientes, por tanto, son el reflejo de una lucha más amplia en Colombia. Son el reflejo de una nación que, a pesar de las tensiones y diferencias, muestra un creciente interés con el debate público y la acción colectiva como medios para resolver sus conflictos y conquistar derechos. En este contexto de pluralismo democrático, el desafío será convertir estas expresiones de divergencia en pilares para una construcción común, asegurando que todos los sectores de la sociedad puedan tener voz y voto en la definición del futuro. A medida que Colombia camina por este sendero de debate, la esperanza reside en que la comprensión mutua y la tolerancia guíen al país hacia un futuro donde las diferencias no solo se toleren, sino que se celebren como fuentes de fuerza y renovación. El mayor cambio es construir un país verdaderamente democrático.

Juan Carlos Upegui

De marcha en marcha

Marchamos el 21 de abril y el 1° de mayo. Y seguiremos hasta el final de nuestras vidas, estoy seguro, en ese maratónico y masivo ejercicio exigiendo a todos los gobiernos de turno por certeras y reales leyes para mejorar nuestra calidad de vida. Esa será una constante mientras exista el descontento social. No obstante, los colombianos, siento, realizamos ese ritual ciudadano desde el momento en que despertamos y abrimos los ojos para luego vivir largas y conglomeradas caminatas en nuestras complejas vidas cotidianas.

Empecemos por esa divina oportunidad de sentirnos vivos cuando intempestivamente abrimos la visión hacia los techos de nuestros hogares con los lejanos ruidos de las tranquilas madrugadas. Las milésimas de segundos nos presionan la lista de tareas para enfrentar los extensos y pesados jornales en aras de cumplir a todo el mundo. Es decir, una marcha sin o con tropiezos para ganar el primer turno en el baño, otra para levantar a cada integrante de la familia a cumplir con su plan y la personal para salir a las carreras a trabajar formal o informalmente. ¡A marchar se dijo! Nos vemos en la noche, familia…

 

Marcha, circula, transita desde que pone un pie en la calle, el colombiano trabajador, me refiero a ese que va con afanes a conseguir el alimentador que le lleve a uno de los tantos portales atiborrados de miles, quienes acelerados, incluso malgeniados, llegan dispuestos a subirse a  las a ‘malas’ en una ruta cercana a su oficina, empresa, universidad o destino de diligencia personal o familiar. Me refiero, igualmente, al parroquiano dispuesto a coger una de los miles de rutas más apetecidas para su destino, pero encasillado en el paso del tiempo y en los sendos trancones, que le hacen sudar hasta al más desprevenido. Es una verdadera maratón para llegar a sus trabajos formales o tal vez a un punto de encuentro…

¿Y, el informal?  Pior! Un ejemplo, los cientos de vendedores ambulantes y estáticos del tintico, bebida sagrada en el paladar del ‘criollo’ respetable, pero todo un loable trabajo de carpintería para estar a la orden del día. Sus ofertantes deben desde bien madrugados poner a hervir sus cuantos litros de agua para luego ser mezclados con variadas hierbas, incluida la canela, para aumentar el placer de algunos comensales. En sus marcas… a vender tinto se dijo desde las 3:00a.m, según mis cálculos. Otra fuente callejera me afirmó: “a esa hora ya he vendido tres termos”, panita. Como esta historia sin salario fijo y prestaciones sociales se encuentra la del dueño del ‘líchigo’, la del taxista, la del albañil y la de un largo etcétera por la que en honor a la realidad debemos protestar. De verdad, somos marchantes crasos, pero del trabajo.

De esta somera descripción me queda claro que cada trabajador de su compleja historia -somos millones por aquello de la desigualdad. Según, el DANE, el 72,9% de los hogares colombianos vive en pobreza o gana ingresos bajos e inestables- NO tendrá una eminente figura presidencial para promover y publicitar en medios tradicionales y digitales sus batallas para salir a pelear contra viento y  marea la consecución de los recursos para sostenerse en un mercado con carestías en los precios de la canasta familiar, inestabilidad laboral, inseguridad, desempleo, hambre, extremos politiqueros, insatisfacción y nuevamente otro largo etcétera de gruesos problemas, que sin marchas quincenales o mensuales han resuelto, a así sea con pañitos de agua tibia, este cruel panorama nacional.

Una marcha fue de la derecha extrema u oposición, según el Gobierno. A los 11 días, la del Gobierno de Izquierda, según la derecha u oposición. ¡Dos marchas extremistas que esencia dejan en la mitad a quienes mueven este país a punta de marchas…en serio! Somos un país de marcha en marcha. ¿Y las verdaderas soluciones dónde están? ¿En marcha?

#Parzival: ¿Sera qué el presidente Gustavo Petro (@petrogustavo) izó bandera en el colegio?

Edgar Martínez Méndez

La calle en disputa

No es ninguna novedad. En nuestra historia reciente hemos presenciado otros momentos en los que la derecha política ha pretendido copar las calles, las redes sociales y el debate público para imponer una narrativa en contra de banderas progresistas como ocurrió el pasado 21 de abril. Solo basta recordar las marchas y la campaña en redes y medios de comunicación que el Uribismo cerrero a punta de mentiras y Fake News adelantó en el 2016 en contra de los acuerdos de paz con la ex guerrilla de las FARC. Campaña que le permitió “emberracar a la gente” para ganar con el No el plebiscito por la paz y las presidenciales en el 2018.

Tampoco es solamente un fenómeno doméstico. Es una mega tendencia que hace presencia en todo el continente y buena parte del mundo de las democracias occidentales. El argentino Pablo Stefanoni ha documentado la emergencia de una “derecha alternativa” o una extrema derecha que se propone “cambiar el mundo” pero para atrás, combinando nacionalismo, posiciones anti estado o “anarco capitalistas”, xenofobia, racismo y misoginia, coqueteándole instrumentalmente a la comunidad LGBTIQ y al falso ecologismo.

 

Esta actitud aparentemente “rebelde”, tradicionalmente propia de las izquierdas, apuesta por atraer jóvenes y clases medias, y se embarca en una batalla cultural descalificando como “mamerto” todo lo que les huela a Estado Social de Derecho, derechos humanos y justicia ambiental. Por lo demás, esta derecha 2.0 ha sabido cobrar victorias electorales en nuestro vecindario: Los fenómenos de Milei en Argentina, Bukele en El Salvador, Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil, Noboa en Ecuador revelan que, si esta extrema derecha se toman las calles y logran construir una matriz de opinión capaz de penetrar en el imaginario colectivo, acceden al poder político para agenciar los más voraces intereses económicos ocultos en un falaz discurso antisistema.

Por eso no hay que llamarse a engaños con movilizaciones como las del pasado domingo. Claro que nuestra derecha domestica ha sabido utilizar cierto malestar social derivado de decisiones o anuncios del gobierno, paquidermia en la implementación del plan nacional de desarrollo Colombia Potencia Mundial de la Vida, lentitud inexplicable en la ejecución de la inversión publica en sectores y regiones, deterioro en las condiciones de seguridad en campos y ciudades, desinformación deliberada sobre el alcance de las reformas o algunos escándalos como el de la Unidad de Riegos. Pero resultan inocultables las dos consignas coreadas con desvergüenza por los protagonistas de los más grandes escándalos de corrupción o de los mas dolorosos episodios de violación a los derechos humanos de nuestros últimos tiempos: “Abajo las reformas” y “juicio político a Petro”. Consignas que terminaron por opacar y ahogar genuinos reclamos ciudadanos o destempladas y marginales voces de algunos autoproclamados representantes del indeterminado “centro político”.

Más allá de caracterizaciones sobrecargadas de fanatismo y adulaciones al Presidente Petro, lo que corresponde para esta orilla progresista del espectro político es una lectura de más hondo calado y largo alcance de la disputa política en curso. El Presidente y su Gobierno, como lo ha dicho el Senador Iván Cepeda, debe mantener una consistencia en la convocatoria a un Acuerdo Nacional que aísle a la derecha energúmena pero que convoque a los mas diversos actores sociales, políticos, académicos y empresariales para viabilizar las reformas sobre la base del pacto social. Método y decisión política son claves en esa perspectiva. También debe cohesionar el gobierno, unificar su vocería, consolidar el diálogo con las regiones sin dejarse atrapar por los clanes políticos mafiosos que las dominan, y acelerar la ejecución del plan de desarrollo y la inversión pública. La paz total merece un ajuste urgente que permita establecer prioridades y logros alcanzables en el corto plazo. A las fuerzas políticas de izquierdas y progresistas nos corresponde tejer una mas potente coalición en el Congreso y mejorar el dialogo y la interlocución con el Gobierno. La iniciativa del propio Presidente Petro es fundamental para ello. Pero es imprescindible que recuperemos la calle, las redes y la conversación publica para una narrativa de progreso, justicia social y climática, si queremos un gobierno de continuidad en el 2026. La experiencia del estallido social del 21 así lo demuestra.       

Antonio Sanguino

Ni de los débiles, ni de los mafiosos

Se equivoca el presidente de la República, Gustavo Petro, al tratar de deslegitimar la marcha del pasado 21 de abril; una protesta de la mayoría y que unió a la sociedad civil. No se trató de concentraciones débiles, ni de los dueños del dinero público, como aseguró el mandatario de los colombianos.

Petro, en su afán por desconocer las críticas, lanzó un ofensivo comentario en su cuenta de la red social X, evidenciando su soberbia, orgullo y mezquindad. Señor presidente: el pueblo le habló y fue a usted.

 

Es incoherente que el mandatario diga que “respeta la libertad de expresión y los derechos de la gente”, cuando al mismo tiempo desestima todo tipo de diálogo al acusar a los ciudadanos de estar dando un “golpe blando” o de buscar “mantener la captura de enormes cantidades de dinero público usados como ganancias”.

Desconocer a cientos de miles de personas inconformes en todo el país y en desafío convocar a otra manifestación el próximo 1 de mayo, Día del Trabajo, denotan el revanchismo y la actitud infantil de Petro, quien hasta aquí no se ha comportado como un estadista.

No queremos ningún pasado de “mafiosos en el poder”, porque es a lo que precisamente nos oponemos. Mafioso es el presunto lavado de activos, así como, el enriquecimiento ilícito por el que está siendo investigado Nicolás Petro, hijo del presidente. No olvidemos que un reciente informe del Departamento de Estado de Estados Unidos menciona la investigación que se realiza al hijo y al hermano del mandatario. Mafioso es lo que ha hecho el gobierno con los recursos de los colombianos para devolver favores. Mafioso es lo que hizo la actual directora del Dapre, Laura Sarabia, para encontrar una maleta de dinero. Mafioso es convocar a una constituyente para aprobar las nocivas reformas a como dé lugar.

Según el gobierno, 250.000 personas nos expresamos en todo el país; sin embargo, otros datos demuestran que realmente más de 500.000 colombianos alzamos nuestras voces, nos manifestamos de forma pacífica y respetando la ley.

Las imágenes de plazas y calles llenas no mienten. Evidencian un llamado a un presidente que se caracteriza por no escuchar o por hacerse el de la vista gorda. Tenemos a un mandatario más preocupado de controvertir a quienes lo cuestionan, que de atender los reclamos de todos los sectores de la sociedad. 

En el caso de Bogotá, tal y como lo mencionó la administración distrital, no se presentaron alteraciones al orden público, ni daños en la infraestructura y mucho menos agresiones a la fuerza pública. Se marchó con civismo, pese a que no se tomaron las previsiones suficientes en cuanto a gestión del riesgo. La carrera Séptima se convirtió en un embudo a la altura de la calle 22, por cuenta de la invasión al espacio público de vendedores informales.

Aún con lluvia, marchamos en familia y llenos de esperanza. Y no fue porque nos dieron las “garantías”, como dijo el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.

Debe quedar claro que nadie quiere “derrocar a Petro”, como él dice. El pasado 21 de abril nos manifestamos porque no queremos una constituyente, salimos a las calles porque no creemos que la defensa a la mujer, que tanto pregona, se olvide al nombrar a Hollman Morris en la cabeza de RTVC, también lo hicimos para rechazar la presunta financiación ilegal de su campaña presidencial y la corrupción como ocurrió con los carrotanques de La Guajira.

Copamos las calles porque el Ministerio de la Igualdad no es más que un fortín burocrático. Y marchamos también, porque desde agosto de 2022 a febrero de 2024, según Indepaz, se han presentado 137 masacres, dentro de las cuales han asesinado a 444 personas. Marchamos por la dicharachería de Petro, por su falta de trabajo en equipo, por su incapacidad para asumir errores, así como para afrontar los problemas y desafíos que tiene el país. En definitiva, marchamos por la incapacidad de Gustavo Petro para gobernar.

La ciudadanía se expresó y le dio un mensaje contundente, la escasa mayoría con la que ganó la presidencia en 2022, ya no lo acompaña y será ésta, la que de manera democrática y pacífica lo sacará del poder junto con su Pacto Histórico en el 2026.

Andrés Barrios

Concejal de Bogotá

La marcha del odio y la desinformación

El pasado Domingo las calles de nuestro país se convirtieron en el escenario de una marcha que, aunque reclama ser portadora de valores tradicionales y familiares, ha destilado un profundo odio. Entre gritos e insultos, amenazas veladas y mensajes que rozan con lo golpista, algunos participantes de esta movilización han dejado clara su animadversión hacia el presidente y las reformas propuestas por su gobierno.

Lo preocupante no es solo la violencia de sus consignas, sino el origen social de quienes las profieren: una minoría privilegiada, acostumbrada al acceso exclusivo a derechos básicos, mientras las mayorías continúan marginadas de estos derechos fundamentales. Este grupo, aunque ruidoso, no representa el sentir general de nuestra sociedad, pero sí revela la amargura de quienes temen perder sus privilegios ante el avance de políticas más inclusivas y justas.

 

La responsabilidad de los medios de comunicación en este contexto es doble. Por un lado, deben esforzarse por informar con veracidad e imparcialidad, desafiando la tentación de caer en el amarillismo o en la difusión de información sesgada que solo sirve para crear malestar social. Por otro lado, es crucial que declaren abiertamente sus conflictos de intereses, especialmente cuando sus propietarios tienen posturas claras en contra de las reformas que se están discutiendo, no deberían ser instrumentos de intereses corporativos.

La integridad periodística es fundamental para que la ciudadanía pueda formar opiniones basadas en hechos y no en la desinformación. Los medios deben ser plataformas de debate constructivo y no altavoces de las mentiras de quienes se oponen a los cambios sociales.

Ante este panorama, el próximo primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, se presenta como una oportunidad ineludible para la movilización pacífica y constructiva. Es un momento para que la clase trabajadora y todos aquellos que se han sentido marginados y olvidados por las estructuras de poder tradicionales, marchen en defensa de las reformas sociales que buscan aumentar los salarios, garantizar pensiones a los adultos mayores y brindar servicios de salud de calidad a quienes más lo necesitan.

Esta fecha debe ser un llamado a unir fuerzas, a manifestar el apoyo a un proyecto de país que aspire a la equidad y al respeto por todos los ciudadanos, independientemente de su estatus económico o social.

Juan Carlos Upegui

Junto a la sociedad civil firmantes de paz clamamos por la defensa de la vida

En Antioquia son 203 líderes y lideresas sociales y 41 los firmantes asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz. En Colombia padecemos una violencia estructural que también cobra la vida de las mujeres: ocurrieron 410 feminicidios el año pasado y van 21 en lo corrido de este año. Lo del año pasado es escandaloso: 34  feminicidios mensuales, más de 1 caso diario. Y solo el 3 %  de esos casos tienen ejecución de penas. Esa impunidad hace parte de nuestras violencias históricas. Una hecatombe que nos debe movilizar permanentemente.

Por eso nos convocamos este mes en un duelo colectivo por esta pérdida de vidas humanas y proyectos políticos, ambientales y sociales que sigue en aumento. Se le exige a los actores armados el respeto por la vida y hacemos un llamamiento de urgencia de acciones al Estado colombiano para proteger efectivamente la vida de las mujeres, de los liderazgos y de las y los firmantes.

 

Es triste que tras siete años de la firma del Acuerdo de paz aún sigamos aumentando la cifra de asesinatos de firmantes, líderes sociales y feminicidios en los territorios. Van 419 firmantes de paz asesinados en todo el país. Una cultura de la guerra se ha arraigado no solamente con ocasión del conflicto armado sino con la violencia simbólica instaurada en las relaciones cotidianas.

Por todo lo anterior es que convocamos a un duelo colectivo contra esta tragedia que nos debe movilizar como pueblo que merece la paz.

La Nueva Área de Reincorporación (NAR) de Medellín está integrada por más de 300 hombres y mujeres que dejaron las armas y adelantan su regreso a la vida civil en la capital antioqueña, y son un colectivo que junto a organizaciones como Defendamos La Paz quiere movilizarse y dejar un mensaje claro: el primer bien de la paz es la vida, de firmantes y de liderazgos sociales y ambientales.

Juntémonos en este grito colectivo por la Vida y la Paz.

Pedro Baracutao

A la Corte también se le protesta

Durante años, los colombianos hemos marchado tanto a favor como en contra de las decisiones de las altas cortes de nuestro país. Nos vienen a la mente los intensos debates de la Corte Constitucional sobre asuntos como el matrimonio entre personas del mismo sexo o las diferentes posturas que hemos visto en las calles frente a la despenalización del aborto.

La reciente polémica en torno a la elección de la Fiscal General de la Nación no ha sido la excepción, impulsando de nuevo a los ciudadanos a manifestarse y demostrando así el dinamismo de nuestra democracia. La Corte Suprema de Justicia, al no elegir a una de las candidatas de la terna propuesta por el presidente de la república, ha reavivado el debate sobre el procedimiento adecuado para esta elección. La ausencia de un plazo fijo para decidir sobre la terna presidencial, especialmente al tratarse de un puesto de tal magnitud —considerado por muchos como el segundo más importante de la nación—, ha llevado a todos los colombianos a un estado de incertidumbre e inestabilidad.

 

Si la terna fue enviada desde el año pasado y la selección de una de ellas depende únicamente de una entrevista, surgen las preguntas: ¿por qué los magistrados convocan a tantas sesiones sin llegar a un acuerdo?, ¿Qué están esperando?, ¿qué es lo que realmente los lleva a votaciones mayoritariamente en blanco?. Muchos especulan que esta elección es un juego sobre quién hace más lobby, y en ocasiones, sobre quién promete más burocracia al interior de la Fiscalía, evidenciado por los numerosos reportes sobre familiares y amigos de los magistrados que en la actualidad trabajan allí. Por estas razones, aunque la decisión última corresponde a los magistrados, no parece ser esta la elección más impoluta de la nación, y así como muchas otras, parece estar guiada más por intereses personales que por un juicio meramente objetivo. Así que es válido y legítimo protestar ante esta corte y ante cualquier institución del Estado.

La indecisión ha facilitado que ciertos grupos políticos y económicos, que se benefician de la gestión del hasta ayer Fiscal Francisco Barbosa, nominado en su momento por el expresidente Iván Duque —un claro opositor ideológico del Presidente Petro—, usen los medios de comunicación de su propiedad en contra de la elección de la nueva Fiscal; lo condenable es que manipulen a la opinión pública, replicando rumores y falsedades sobre las protestas, afirmando por ejemplo que el pasado 8 de febrero en el marco de las manifestaciones hubo secuestros de magistrados, evacuaciones en helicópteros, y hasta agresiones físicas, todas desmentidas posteriormente.

El debate sobre la elección de la futura Fiscal General permanece abierto, esperamos que la Honorable Corte Suprema contribuya a la unidad nacional este próximo 22 de febrero eligiendo una de las mujeres de la terna y de esta manera permitiéndonos dar fin a tan agotante debate, para pasar eso sí a otro: la reforma a la salud, que después de haber sido aprobada en Cámara el año pasado, este año inicia la discusión en el Senado.

Encuentre aquí más columnas de Esteban Restrepo

El primero que debe calmarse es Petro

Dice el viejo y conocido refrán, tantas veces va el cántaro al agua hasta que se rompe, y es precisamente lo que sucedió en Bogotá en la manifestación convocada por Fecode para exigir una pronta elección de quien será el reemplazo de Francisco Barbosa en la Fiscalía General de la Nación, el cántaro se rompió.

La batalla campal que se presentó en el ingreso a las instalaciones del Palacio de Justicia pudo convertirse en una segunda toma al Palacio de Justicia, situación que hubiese puesto en jaque al mismo presidente de la república quien a través de sus trinos se ha encargado de instigar y encender los ánimos.

 

Estoy de acuerdo en que la Corte Suprema de Justicia no debe ni puede demorar la elección del nuevo fiscal general de la Nación, que en este caso podría ser una mujer, pero también estoy de acuerdo con este proceso debe hacerse en medio de un escenario tranquilo y no en un marco de ataques y enfrentamientos desde otros poderes, en este caso, del Ejecutivo.

El presidente de la república debe saber que una manifestación puede salirse de control y que es por esto que no es prudente acudir a la presión popular para lograr determinado objetivo porque una protesta o manifestación puede salirse de control por la exaltación de los ánimos.

El primero que debe calmarse es el presidente de la república, y además, debe ser el primero que en acudir a la prudencia y a olvidar los desahogos por las redes sociales. Ha llegado el momento en que Gustavo Petro deje el activismo político y se dedique a actuar como el jefe de Estado que es, porque llamar a una protesta ciudadana para presionar a la Corte Suprema de Justicia para que elija fiscal de forma rápida no es el camino adecuado.

Lo único que se consiguió con esa protesta fue exaltar más los ánimos y en medio de la crispación las cosas se salen de control.  Es hora de que el presidente Gustavo Petro pare la llamadera a la protesta ciudadana porque es él quien va a salir perjudicado.

Sería bueno además de que el Pacto Histórico y el mismo presidente Gustavo Petro pidan disculpas al país por los hechos que sucedieron ayer en medio de la protesta, porque si bien es cierto que el primer mandatario y su coalición política no convocaron de manera tajante a acompañar la marcha de Fecode, también es cierto que sí la apoyaron, y políticamente son los responsables.

Estoy de acuerdo en la Corte Suprema de Justicia, debe elegir un fiscal general de la Nación con prontitud si en realidad quiere ayudar a calmar los ánimos, pero, qué pena, no es con marchas en las calles como se puede conseguir este objetivo, porque quien más pierde con manifestaciones violentas, es el presidente de la república, Gustavo Petro.

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Petro invita a sus seguidores a manifestarse una vez más

El presidente de la república, Gustavo Petro, hizo un nuevo llamado a los sectores que le son afines para nuevas movilizaciones en defensa de su gobierno y de las causas que, de acuerdo a sus palabras, le llevaron al poder.

Aseguró que hay quienes están conspirando en su contra promoviendo una “ruptura institucional” con investigaciones desde la Fiscalía General de la Nación.  

 

“Se han allanado sindicatos, se ha torturado y se ha usado presiones sobre testigos para que se acuse al presidente y no han tenido éxito; desesperadamente sectores del narcotráfico, autores de delitos de lesa humanidad, políticos corruptos y sectores corruptos de la Fiscalía buscan la salida del presidente del cargo elegido por el pueblo”.

Comparó la donación que hizo a su campaña el sindicato de Fecode a través del Partido Colombia Humana, “No es lo mismo la contribución a partidos políticos de un narcotraficante como alias «el Ñeñe» que la del sindicato de maestros; a la contribución de alias «el Ñeñe» la calificaron como legal, a la del sindicato de profesores la califican de ilegal porque somos progresistas.

Señaló además a la Fiscalía General de la Nación de tener en su interior estructuras controladas por supuestas “mafias que no quieren perder control de secciones enteras de la Fiscalía que he puesto en peligro por haber presentado una terna de mujeres decentes”.

“La respuesta desesperada será no solo suspender al Canciller de la República, sino procesar penalmente al presidente de Ecopetrol y al superintendente de Servicios Públicos por haber sido presidente del partido Colombia Humana. La Fiscalía pedirá mi juicio político sin ocultar que ha hecho investigación inconstitucional en mi contra, buscando el triunfo que el pueblo no les otorgó”, agregó.

Petro finalizó su mensaje invitando a quienes apoyan su mandato a manifestarse una vez más.