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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: mujer

Piden acabar con la mutilación genital femenina

La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de la Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) han reafirmado su compromiso de colaborar con los países y las comunidades para acabar «de una vez por todas» con la mutilación genital femenina, una práctica «nociva» que afecta actualmente a más de 230 millones de niñas y mujeres.

En el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, que se celebra este jueves, las organizaciones han apostado por fortalecer sus alianzas y crear movimientos para poner fin a esta práctica.

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«Se calcula que, de aquí a 2030, otros 27 millones de niñas podrían sufrir esta violación de sus derechos y su dignidad si no actuamos ahora», señalan las organizaciones, que añaden que «hay esperanza», ya que en muchos países ha disminuido la prevalencia de la mutilación genital femenina.

«Estamos siendo testigos de avances en países como Kenia y Uganda, donde la acción colaborativa y las iniciativas lideradas por las comunidades están demostrando que reforzando las alianzas y construyendo movimientos, podemos acelerar el cambio», aseguran en el comunicado.

En este punto, recuerdan que desde la puesta en marcha del Programa Conjunto UNFPA-UNICEF para la Eliminación de la Mutilación Genital Femenina en 2008, y en colaboración con la OMS, cerca de 7 millones de niñas y mujeres acceden a servicios de prevención y protección.

Además, indican que 48 millones de personas han hecho declaraciones públicas para abandonar la práctica, y los medios de comunicación han llegado a 220 millones de personas. En los dos últimos años, cerca de 12.000 organizaciones de base y 112.000 trabajadores comunitarios y de primera línea se movilizaron para lograr un cambio en esta coyuntura crítica.

El ritmo debe acelerarse

Sin embargo, en países como Gambia, señalan que persisten los intentos de derogar la prohibición de la mutilación genital femenina, «incluso después de que el Parlamento rechazara una propuesta inicial el año pasado».

«Estos intentos podrían socavar gravemente los derechos, la salud y la dignidad de las futuras generaciones de niñas y mujeres, poniendo en peligro el incansable trabajo realizado durante décadas para cambiar las actitudes y movilizar a las comunidades», explican las organizaciones.

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Así, afirman que, de los 31 países en los que se recogen datos sobre prevalencia a nivel nacional, solo siete están en vías de cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin a la mutilación genital femenina para 2030 o antes. «El ritmo actual de progreso debe acelerarse urgentemente para alcanzar esta meta», aseguran.

Para ello, consideran que es necesario reforzar las alianzas entre líderes, organizaciones de base y sectores que abarcan la sanidad, la educación y la protección social, así como una defensa sostenida y una ampliación de los movimientos sociales con las niñas y las supervivientes en el centro.

De este modo, apuestan por una mayor rendición de cuentas a todos los niveles «para garantizar el cumplimiento de los compromisos en materia de derechos humanos y la aplicación de políticas y estrategias que protejan a las niñas en situación de riesgo y proporcionen atención, incluida la justicia, a las supervivientes».

«Todos tenemos un papel que desempeñar para garantizar que todas las niñas estén protegidas y puedan vivir libres de daños. Aceleremos el paso y actuemos con urgencia. Ha llegado el momento de acabar con la mutilación genital femenina», finaliza el comunicado.

Senadores hacen un llamado a la prevención del cáncer de seno

En un foro organizado por la Comisión Legal para la Actividad de la Mujer, con el apoyo de Prospectiva, legisladores, expertos y sobrevivientes se unieron para enfatizar la necesidad de adoptar acciones inmediatas y colaborativas para enfrentar el cáncer de seno en Colombia.

La senadora Beatriz Lorena Ríos Cuéllar al inaugurar el foro, destacó el compromiso del Congreso y de los expertos participantes para avanzar en los derechos y la salud de las mujeres colombianas. Por su parte, el representante Jorge Eliécer Tamayo, del Valle del Cauca, destacó los esfuerzos legislativos orientados a eliminar las barreras que dificultan el acceso a diagnósticos preventivos y tratamientos integrales, promoviendo también la vacunación oportuna contra el VPH para niñas, niños y adolescentes.

El cáncer de seno fue presentado como una amenaza global. Expertos como el médico Carlos José Castro y la médica Alejandra Toro Moreno resaltaron que cada seis minutos, una mujer pierde la vida a causa de esta enfermedad. Toro, sobreviviente de cáncer de seno, compartió su experiencia personal, poniendo énfasis en la necesidad de brindar un apoyo integral a las mujeres diagnosticadas. Además, se señalaron las barreras administrativas, económicas y culturales que enfrentan las pacientes, especialmente en zonas rurales y marginadas. A pesar de la estructura del sistema de seguridad social, persisten fallas que limitan el acceso a servicios esenciales, lo que obliga a muchas mujeres a financiar sus tratamientos de forma privada.

Se destacó la relevancia de fomentar el autoexamen, garantizar mamografías certificadas y promover la vacunación contra el VPH, cuya cobertura en Colombia sigue siendo alarmantemente baja. Un ejemplo positivo fue el programa piloto en Arauca, que incrementó la aceptación de la vacunación mediante estrategias culturalmente sensibles.

Estudio de Profamilia revela que el 41% de los colombianos conocen casos de violencia contra la mujer

Profamilia publicó los resultados de su estudio “Del Dicho al Hecho”, un test que recopiló la visión de más de 3.900 colombianos, sobre su rol frente a la violencia y un análisis de cómo los dichos y refranes tradicionales pueden perpetuar las violencias basadas en género.

En Colombia, la violencia de género representa un grave desafío para la garantía de los Derechos Humanos, afectando especialmente a las mujeres. Con el propósito de comprender la percepción social sobre esta problemática, Profamilia, organización líder en la defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, realizó el test «Del dicho al hecho» el cual tuvo como objetivo explorar dos aspectos clave: el rol de cada persona frente a la violencia y analizar el cómo los dichos y refranes pueden perpetuar las violencias de género.

El test realizado en conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer y sus 16 días de activismo reflejó avances bastantes positivos para la sociedad colombiana.

El rol de las personas frente a la violencia

Cada persona representa un rol activo en la erradicación de la violencia contra la mujer, independientemente del vínculo o espacio que se comparta con ella. Ya sea como amigo/a, familiar, compañero/a, jefe o incluso desconocido/a, cada acción contribuye a un cambio significativo.

Es crucial reconocer la responsabilidad individual, comprendiendo que el cambio comienza en las actitudes, los comportamientos y los cuestionamientos personales. El estudio demuestra que, con el paso de las generaciones, estos aspectos han ido evolucionando. No obstante, persiste un desafío significativo con los adultos mayores, quienes, en su mayoría, continúan adheridos a normas culturales y costumbres que, de manera consciente o inconsciente, contribuyen a perpetuar este tipo de violencia.

Este contexto adquiere mayor relevancia al considerar que el 41,17 % de los encuestados afirmaron conocer a una mujer que vive en situación de violencia. Este dato resalta cómo la violencia contra la mujer, aunque cada vez es más reconocida, sigue siendo una realidad alarmante que exige atención urgente.

¿Cómo los dichos y refranes pueden contribuir a reforzar la violencia de género?

Por otro lado, el estudio reveló cómo ciertos refranes siguen alimentando creencias que normalizan la violencia de género. A continuación, algunos de los más populares y el impacto de su aceptación:

“En pelea entre marido y mujer, nadie se debe meter”

En Colombia, el 79 % de los encuestados reconoce el hogar como el principal escenario de violencia, lo que resalta el hogar como un espacio donde se perpetúan prácticas de abuso y violencia de género.

“Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”

Este dicho lo respalda el 36 % de los participantes, particularmente mujeres adultas. Esto es un reflejo de que ciertas expresiones continúan siendo parte del lenguaje cotidiano, teniendo una fuerte influencia cultural.

“Cuando una mujer dice no, en realidad es un sí”

El 61 % de las personas rechazaron este refrán mostrando que existe una creciente conciencia sobre la importancia del consentimiento y el respeto hacia las decisiones de las mujeres.

Un cambio de perspectiva: avances y compromisos

El estudio demuestra que se está logrando un cambio significativo en las actitudes y creencias hacia la violencia de género. Las generaciones más jóvenes están desempeñando un papel crucial en la transformación de las actitudes hacia los estereotipos tradicionales y dinámicas de poder desiguales. Esta nueva perspectiva ha contribuido a la disminución de la aceptación de creencias que alguna vez fueron consideradas normales, como el ver los piropos en la calle como una forma de halago o el aceptar las diferencias salariales injustificadas entre hombres y mujeres.

Un dato alentador es que el 95 % de los encuestados se muestra en disposición a asumir un papel activo en la lucha contra la violencia hacia la mujer. Este compromiso refleja una conciencia creciente sobre la importa de erradicar estas estructuras sociales que perpetúan la desigualdad de género. “La violencia de género es una realidad que impacta la vida de millones de niñas, jóvenes y mujeres en Colombia. Debemos dejar de ser espectadores y sí más conscientes, más autocríticos porque en lo que pensamos, decimos y hacemos a diario, se esconden factores que siguen acentuando las violencias basadas en género. ¡Podemos cambiarlo, pasar del dicho al hecho!” aseguró Marta Royo, Directora Ejecutiva de Profamilia.

Cabe resaltar que Profamilia cuenta con un modelo de servicio y atención integral para la recuperación de la salud física, emocional y social de las víctimas de cualquier forma de violencia, en especial de violencia sexual, y otros tipos de violencia producidas por las relaciones con desigualdad de género.

Llevamos 16 días de activismo y nos siguen matando; 25 N y el 4D

El 4 de diciembre de 2016 en Bogotá más exactamente en la localidad de Chapinero los niños y niñas ya se encontraban en vacaciones en el barrio Bosque Calderon uno de los barrios más pobres y sin legalizar de esta localidad, se esperaban las fiestas navideñas, y asimismo la mesa local indígena con más de 13 pueblos venía trabajando en la caracterización de las familias y sus necesidades, ¿a qué se dedican los indígenas en la ciudad? ¿en que trabajan y qué tipo de acciones hacen desde los territorios para preservar su cultural ancestral? Son preguntas que desde el escritorio los politilogos/as, psicólogos/as, trabajadores sociales y demás profesionales de las ciencias sociales se hacían para formular los proyectos que benefician a estas comunidades.

La realidad indica que las familias indígenas tienen hijos por tradición y desde corta edad así mismotienen que trabajar en servicios de cuidado y servicio doméstico, restaurantes o servicios generales por días, en muy pocas ocasiones tienen un empleo con prestaciones de ley.

La familia Samboni no escapaba a esa realidad, y mientras llegaban los proyectos sociales la pareja de padres jóvenes salía a trabajar dejando a sus pequeños en una vivienda prefabricada sin mayor seguridad, los pequeños curiosos estaban pendientes de las visitas al barrio, que en muchas ocasiones regalaban onces y juguetes, pues ya se sentía el aire navideño. Yuliana una pequeña graciosa, fue la elegida para subir a esa lujosa camioneta, contaron los niños y niñas de ese entonces, que generaba alegría y envidia por esa invitación, la que después generó terror pues Yuliana de ese paseo jamás volvió.

La búsqueda de la menor se agudizó por los chats locales y pasó a las autoridades, la comunidad preocupada empezó también a buscarla, hasta que en la cámara de seguridad de una tienda del barrio se ve como la pequeña sube a la camioneta y allí se ven las placas. Qué rápido hubieran podido responder las autoridades, pero como es el calvario para las víctimas la respuesta es lleva muy poco tiempo desaparecida. Sin embargo, al cumplirse el tiempo, ya se sabía que la camioneta tenía un dueño y ese dueño sabía que lo estaban buscando, noticieros redes sociales y todos los espacios de participación estaban concentrados en saber algo de la niña, pero nada pasaba. Finalmente, el dueño de la camioneta le dice a las autoridades quien tiene mi camioneta es mi hermano, lo estamos buscando. Mientras tanto él señor Rafael Uribe Noguera ese 4 de diciembre drogaba, violaba y estrangulaba a esta pequeña en un apartamento en el sector más exclusivo de Chapinero; Rosales, también Chapinero, por que esta localidad es multiestrato.

¿Pero como ingresa una niña a un edificio con seguridad cámaras y nadie dice nada? ¿Por qué? así como a Uribe Noguera no le importó hacerle daño a esta pequeña, al celador de ese edificio tampoco le preocupó que, hacia esta niña con ese hombre, la indiferencia también mata y es la peor cómplice, sin embargo, la subordinación y la falta de pedagogía en estos casos no alertaban ni al celador ni a la sociedad. Hoy en día la pedagogía y la prevención nos llevarian a sospechar de este tipo de situaciones y alertar a la policía.

Días después de declarase enfermo, de estar hospitalizado, este violador, confiesa y así las autoridades encuentran el cuerpo de la niña, en el baño de un apartamento de su propiedad, el pequeño cuerpo fue manipulado para eliminar pruebas, y así con talanqueras y trabas, el violador después de contradecirse en el relato, confiesa haberla matado. Con la indignación de toda la cuidad, cientos de mujeres gritaban justicia, frente al lujoso edificio donde fue asesinada Yuliana y frente a la clínica donde este asesino recibió asistencia médica mientras los efectos del alcohol y otras sustancias psicoactivas se disipaban de su cuerpo. Así Rafael Uribe Noguera fue capturado y procesado a 52 años de cárcel. Los padres de Yuliana recibieron muchas ayudas, pero ninguna recuperó el vacío que dejó Yuliana, así que al poco tiempo regresaron al Cauca y nunca volvieron a Bogotá.
Casi dos años después el Concejo de Bogotá honra a Yuliana Samboni de 4 años de edad, denominó este día como el día distrital del feminicidio, y con ello la recordamos. También surgió un proyecto de ley que fue archivado de acuerdo con el artículo 375 de la CN, el cual proponía que modificar el artículo 34 CN en el que la prisión perpetua a los violadores solo se aplicara en los dos siguientes casos: Cuando la víctima de un delito de homicidio, acceso carnal violento, secuestro, explotación sexual o feminicidio sea menor de 14 años y cuando la víctima de un delito de homicidio, acceso carnal violento, secuestro, explotación sexual o feminicidio sea menor de 18 años con discapacidad. En términos normativos sigue teniendo peso la ley 1257.
Han pasado 8 años de este feminicidio y 15 años de la ley 1257, la impunidad y el acceso a la justicia siguen siendo una lucha estéril, ya que las mujeres desisten de la denuncia por qué no pasa nada, se cuenta la historia y la defensa de los agresores atropella la dignidad y la poca salud mental que puedan tener las victimas. La revictimización y negligencia institucional ya no son agravantes, no pasa nada, si no, miles fueran las mujeres que serían atendidas.

En general, el avance en la implementación de la Ley ha sido lento e insuficiente para responder de manera eficaz al aumento de la violencia contra las mujeres. Y a raíz de esto hacemos un llamado al Estado en cuanto a la implementación de la Ley, un instrumento fundamental para la garantía de los derechos humanos de todas las mujeres y niñas para una vida libre de violencias.

Las medidas precarias de estabilización por parte del sector justicia, demuestran el desconocimiento y por parte de este sector son necesarias las medidas para la reconstrucción de los proyectos de las mujeres víctimas de violencias mediante el acceso al sistema pedagógico y formación.

El sector justicia no reporta avances en la ejecución de las medidas de
sanción, por qué no hay un sistema de información que desagregue los datos y por la negación de acceso a la justicia para las mujeres víctimas del delito de acoso sexual, pues el 99 % de los casos entre 2010 y 2023 se encuentra en la impunidad. Solamente del 2017 en adelante se observa un ligero incremento en la judicialización de la conducta punible que, en todo caso, no supera el 7 %.

A pesar de algunos avances para cumplir los objetivos legales en cuanto a las medidas de garantía del acceso a la justicia, protección y atención y del cumplimiento al seguimiento a la Ley, la eficacia de las acciones desplegadas para impartir justicia ha sido escasa por las barreras institucionales y burocráticas que enfrentan las víctimas.

Aunque se han realizado algunas acciones para la implementación de las medidas de garantía, protección y atención en el sector justicia, tales como las rutas y las líneas de atención telefónicas y virtuales, éstas siguen siendo ineficaces por obstáculos institucionales reiterados en el acceso a la justicia a las mujeres víctimas de violencias.

Estos obstáculos se relacionan principalmente con los procedimientos y las instituciones encargadas de implementar las medidas, entre ellas las Comisarías de Familia, y el ICBF, que no garantizan la protección integral a las mujeres dado su enfoque familista que las revictimiza y las invita a conciliar, cuando claramente acá no hay nada que conciliar, por que la violencia no se concilia.

En cuanto a las medidas de atención en salud, en su reglamentación se han desarticulado de un modelo de salud el cual debe ser un modelo integral y de bienestar de las mujeres víctimas de violencias, que cuando necesiten alejarse de su hogar o lugar de residencia por el riesgo para su vida o su integridad, tal como lo dispone la Ley, carecen de lugares casa refugio suficientes para la cobertura en especial si tienen hijos e hijas a cargo.

A lo anterior se le puede sumar la baja cobertura de servicios de orientación y asistencia legal para las mujeres víctimas de violencias en todo el territorio nacional, especialmente de las mujeres rurales, las mujeres con discapacidad y las mujeres indígenas, afro raizal o palenqueras. La cual debería ser más amplia y totalmente gratuita.

Los sectores educativos y de salud no muestran avances en la implementación de la Ley, principalmente por la ausencia de aplicación efectiva de la perspectiva de género y por la falta de consideración de la Ley como un factor determinante en las acciones relacionadas con la prevención y atención de las mujeres y niñas víctimas de violencias.

En el sector de políticas públicas se evidencia la falta de integralidad e intersectorialidad para la prevención y atención de las violencias contra las mujeres, tal como lo ordena la Ley 1257, se carece de un diagnóstico completo y actualizado que evalúe tanto la problemática de las violencias contra las mujeres como la respuesta del Estado para reducir su incidencia.

En el diseño e implementación de las políticas públicas, se debe avanzar en inclusión y creación de indicadores de resultado que permitan evaluar el cumplimiento de la ley.

En el sector de comunicaciones, las acciones se deben dirijir principalmente campañas de comunicación que permitan prevenir las violencias contra las mujeres y las niñas no sólo en los ámbitos digitales si no en promover la igualdad entre hombres y mujeres exclusivamente en el acceso y uso de las tecnologías de información y comunicaciones, sensibilizando que es la violencia, los tipos de violencia que hay, las relaciones asimétricas y de dominación y como se sostiene el patriarcado.

El Comité de Seguimiento debe visibilizar la gestión realizada para la pedagogía y aprendizaje de las definiciones y rutas a seguir en caso de violencia hacia las mujeres.

El sector trabajo presenta avances progresivos en la implementación de la Ley, por medio la implementación de los protocolos de prevención y erradicación de violencias de género los cuales se ha convertido en oportunidades de mejora en las empresas, sin embargo, su recien sanción y legislación hace lo suyo. Se espera que haya continuidad en los procesos pedagógicos pero que así mismo haya continuidad y justicia en la implementación y coherencia y sostenibilidad en las consecuencias. Todo lo anterior implica estar más firmes que nunca con las consecuencias de las denuncias y su solución, y no solo por la vía de la justicia ordinaria.

Hoy se cierra este ciclo de 16 días de activismo del 2024 con este breve resumen de los 15 años de la ley 1257 o la ley Rosa Elvira Cely, otro feminicidio sucedido en Chapinero, espero que en todos los partidos políticos haya un compromiso frente a este tema y que el documento del protocolo de prevención y sanción de violencias hacia las mujeres de lo partido en el cual milito sea firmado para que tenga validez, no solo por los casos de violencia política que se han expuesto ante el consejo de ética, si no por los casos de las mujeres que hacen eco en que en este partido se empodera y defiende a las mujeres.

Ya no tenemos miedo nos crecieron alas.

Justicia, justicia, justicia.

Marcela Clavijo

¡Si tocan a una respondemos todas!

 Hace 67 años, Un primero de diciembre de 1957, las mujeres colombianas pudieron ejercer ese derecho por primera vez, al participar en el plebiscito que convocó al Frente Nacional.

El tan esperado día para ejercer el derecho al voto fue animado por la famosa orientación del sagrado corazón de la iglesia del voto nacional.

Los políticos liberales y conservadores aprovechándose de la fe y el pensamiento místico de nuestro país le dijeron al pueblo que podrían elegirse por medio de la alternancia del llamado frente nacional. Todo esto bajo las órdenes de un óleo en marcado en laminillas de oro de la iglesia del voto nacional. Pero como este es el país de Aureliano Buendia todo es posible, y pudo el sagrado corazón hacer lo que las mujeres sufragistas desde los años treinta iban luchando.

Detrás de esas conquistas del Sagrado Corazón también estuvo la lucha de cientos de mujeres que, a través de marchas, proyectos legislativos, presión en el Congreso y en las calles, lograron dos hechos significativos: que las mujeres fueran consideradas ciudadanas –antes solo los varones eran tenidos como tales– y, con ello, que pudiera votar.

Los nombres de Esmeralda Arboleda, Josefina Valencia de Hubach, Bertha Hernández de Ospina, Ofelia Uribe, María Currea, Lucila Rubio, Rosita Turizo, Mercedes Abadía y María Teresa Arizabaleta, entre otras, lideraron esta lucha que cambió la historia. Esmeralda Arboleda, una de las primeras abogadas del país, quien debió soportar ataques, descalificaciones y difíciles situaciones personales, pero que persistió en su demanda por los derechos, siendo además la primera mujer Senadora de la República en la historia de Colombia (de 1958 a 1961). Miembro del Partido Liberal. Lideró el movimiento sufragista en Colombia junto a su compañera Josefina Valencia Muñoz. Fue ministra de comunicaciones y volvío al senado luego fue embajadora de Austria y embajadora Alterna de la ONU, en el Gobierno de Lleras Restrepo.

La obra de Esmeralda Arboleda se encuentra en Bogotá, gracias a la ciencia de archivo y documentación de la Biblioteca Luis Ángel Arango tras la donación realizada por su hijo Sergio Uribe. Desde el año 2019 aproximadamente 2000 documentos seguían pendientes de catalogación, de los 4.800 documentos que se compone el archivo, se incluyen fotografías, proyectos de ley, correspondencia y prensa, tanto de su vida personal como pública, están pendientes de recibir el trato que amerita, documentos científicos que narran la historia de lucha de las mujeres, la memoria del proceso del sufragio femenino en Colombia.

Allí está consignada la narrativa y vida del activismo sufragista por la defensa de los derechos de las mujeres, estos manuscritos y documentos de trabajo entre ellos El Seminario sobre la condición de la mujer en el derecho de familia (1963), Asamblea de la Comisión Interamericana de Mujeres (1948), Año Internacional de la mujer (1975) y la Convención de mujeres parlamentarias de Colombia (1958) deben ser tratado con alto procedimiento de conservación y deben ser expuestos al público con orgullo y dignidad, para mostrarle al país lo absurdo que es el patriarcado que solo hace 67 años sumo y acepto el derecho al voto de la mujer en nuestro país.

Se avecinan las discusiones del 2026 y ya se vislumbran las candidaturas femeninas, mas no todas feministas, y ojo por que para decirse feminista hay que serlo y no basta el marketing y las redes, hay que serlo. Algunas de ellas son Claudia López, María José Pizarro, Carolina Corcho, Vicky Dávila, María Fernanda Cabal y Paloma Valencia. López es la primera mujer alcaldesa electa por Bogotá. Las otras senadoras y con liderazgo fuerte en sus colectividades y la periodista del momento. Que las mujeres están preparadas para gobernar si, ¿que cómo van a gobernar? Seguramente con una lente distinta por sus orillas políticas, lo cierto es que todo esto se da gracias a Esmeralda y su apuesta liberal por los derechos de las mujeres.

En estos 16 días de activismo del 25N rindo un homenaje a todas aquellas mujeres que hacen política y que como yo han padecido la violencia política, nadie dijo que era fácil, pudimos habernos quedado en la zona de confort, pero decidimos la lucha, la lucha por nuestros derechos los cuales al ser ejercidos bloquean la violencia ejercida en nuestra contra.

¡Si tocan a una respondemos todas!

Marcela Clavijo

El test de Profamilia sobre la violencia contra la mujer

Ante un contexto que refleja un panorama crítico para las mujeres y donde según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL, Colombia es el quinto país con mayor número de feminicidios registrados en 2022 con una tasa de 215 casos por cada 100.000 mujeres, Profamilia decidió tomar acción para movilizar a la sociedad. A través de la campaña “Del dicho al Hecho” busca que todas las personas puedan asumir un rol activo en la identificación de violencias basadas en género, creando conciencia sobre la complicidad y visibilizando cómo la omisión o indiferencia pueden contribuir a la perpetuación de estas prácticas.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a través de su iniciativa y experiencia de casi 60 años trabajando por la garantía de los Derechos Sexuales y Reproductivos, la entidad espera que las personas reconozcan el lenguaje y las acciones que erróneamente normalizan o justifican cualquier tipo de violencia contra las mujeres, pues tan solo en 2023 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses registró más de 38.000 casos de violencia intrafamiliar de los cuales el 73 % fue contra mujeres.

En ese contexto, la organización presentó un test digital e interactivo que se está tomando las redes sociales y que le permitirá a las personas descubrir el rol o perfil que cumplen en la sociedad frente a las violencias y así mismo, cuestionar o reconocer qué acciones pueden hacer para comprometerse de manera activa y participativa con una cultura basada en la eliminación de la desigualdad, las violencias basadas en género y la promoción de los derechos de la mujer.

Sumado a esto, Profamilia, con el apoyo de Mallplaza NQS Bogotá, dispuso un espacio presencial para que sus visitantes puedan vivir esta experiencia interactiva.

“La violencia de género es una realidad que impacta la vida de millones de niñas, jóvenes y mujeres en Colombia. Debemos dejar de ser espectadores y sí más conscientes, más autocríticos porque en lo que pensamos, decimos y hacemos a diario, se esconden factores que siguen acentuando las violencias basadas en género. ¡Podemos cambiarlo, pasar del dicho al hecho! aseguró Marta Royo, Directora Ejecutiva de Profamilia.

La organización hace una invitación a transformar la indiferencia y seguir construyendo una sociedad en la que las mujeres encuentren redes de apoyo y un acompañamiento integral para vivir libres de violencia, mientras desarrollan sus proyectos de vida.

¿Te atreves a cambiar la manera de ver, pensar y sentir? Contesta este test anónimo, solo tardará tres minutos: https://tinyurl.com/ymew48hf

Reviva el conversatorio: Especial Bancolombia – Confidencial Noticias ¿Reconoces las violencias de género?

25N: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Hace 64 años, el dictador Leonidas Trujillo ordenó el asesinato de las tres hermanas Mirabal en República Dominicana. Desde 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Sin embargo, esta fecha tiene su origen en 1981, cuando fue elegida en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, Colombia.

Las hermanas Mirabal, conocidas por el pueblo dominicano como “Las Mariposas”, eran María Teresa, Patria y Minerva. Junto a sus esposos, fueron parte del movimiento clandestino “14 de Junio”, una red de resistencia contra la dictadura que Trujillo encabezaba desde hacía 30 años. Minerva fue la primera en participar activamente en la lucha, motivando a sus hermanas y sus parejas a unirse. Desde la movilización y la defensa de los derechos humanos, las Mirabal se convirtieron en un símbolo de resistencia.

El régimen de Trujillo no tardó en responder. Incómodo por las denuncias y el liderazgo de las hermanas, ordenó su asesinato. Aunque intentaron disfrazar el crimen como un accidente automovilístico, la brutalidad de los hechos no pudo ocultarse: las hermanas fueron golpeadas hasta la muerte, y sus cuerpos arrojados a un barranco. Su asesinato marcó un hito en la lucha contra la opresión y la violencia de género.

Este día, 25 de noviembre, reúne a mujeres de todas las edades, que de manera autónoma y creativa ocupan calles, aulas, teatros y parques para contar esta historia y rechazar la violencia hacia las mujeres.

*Un sistema que oprime*

La violencia es un acto de dominación y poder que somete al otro o, en este caso, a la otra: a la niña indefensa, a la adolescente extrovertida, a la adulta combativa y a la mayor pensante, muchas veces ya cansada. Física, psicológica, sexual, simbólica, patrimonial, económica, política o institucional, toda violencia es violencia, y como tal, debe ser castigada. Esta realidad afecta a mujeres que, además, enfrentan la desigualdad impuesta por una cultura patriarcal que les exige cumplir con dobles y triples jornadas de trabajo mientras resisten.

*El llamado al Estado y a la sociedad*

Hoy, 25 de noviembre, es un día para exigir al Estado que las rutas de atención no sean meros procedimientos burocráticos que revictimicen a las mujeres. Hablamos de espacios seguros, de una escucha activa y de la creación de casas refugio, protocolos de prevención y atención real. Es imprescindible construir entornos donde la gobernanza sea una gobernanza del cuidado, que sane heridas, pero, sobre todo, que garantice justicia.

El 25N no solo conmemora, sino que exige acción. ¡Ni una más, nunca más! Que este grito colectivo resuene en todos los rincones, impulsando el fin de la violencia y construyendo un mundo donde las mujeres vivan libres, seguras y en igualdad.

Marcela Clavijo

Cuando el amor nos cuesta la vida

Por: Georgia Rothe

Se han empeñado en decir que ya no es necesario que luchemos por la igualdad, porque ya la hemos conseguido. Que no invirtamos en proyectos contra la violencia de género, porque ya las mujeres se han empoderado. Que la lucha de las mujeres terminó cuando alcanzamos el derecho al voto hace más de 90 años. ¿Cómo puede ser que tengamos que escuchar esto, si apenas a finales del 2024, celebramos y lloramos de emoción por la aprobación del proyecto de ley en Colombia, “Son niñas, no esposas”, que prohíbe el matrimonio infantil? ¿Cómo puede ser que hasta el 2024 se haya considerado legal que niñas estén sometidas a la voluntad de hombres en contra de su voluntad, que sean abusadas sexualmente y que todo esto esté justificado por contextos culturales donde esto es entendido como una forma de amor romántico? A las mujeres, hasta el amor, nos cuesta la vida.

Hay una ignorancia intencional respecto a la violencia basada en género y, por eso, es importante que aprovechemos cada oportunidad que tengamos para visibilizar lo que atravesamos las mujeres todavía en este tiempo y se necesita un nuevo enfoque, uno innovador, uno que no revictimice a las mujeres ni las empobrezca “pobrecita” sino que, desde la digna rabia, busque indignar también a quien lo lea; que exponga datos concretos, que ponga en el centro las propias voces de las mujeres y sus experiencias, que se validen las formas diferentes en cómo las mujeres dependiendo de sus contextos están expuestas a más violencia.

Esta vez, celebramos que en Colombia las mujeres tendrán autonomía sobre su proyecto de vida y no se verán forzadas a uniones o matrimonios forzados a edad temprana que, lejos de proteger a las niñas o asegurarles un mejor futuro, las exponen a nuevas formas de abuso, limitan su autonomía reproductiva, las limitan a las tareas del cuidado y perpetúan ciclos de pobreza y violencia. Hoy avanzamos un paso en Colombia pero no olvidemos que muchas mujeres en la región enfrentan barreras para decidir sobre su salud sexual y reproductiva.

La violencia no ha acabado.

La violencia sexual, reproductiva y económica contra las mujeres en América Latina seguirá sino exigimos desmantelar las barreras estructurales y los patrones culturales patriarcales. Según CEPAL, entre el 60% y el 76% de las mujeres de la región han sufrido violencia de género. Esta violencia no solo es física o sexual; en el ámbito económico, las mujeres están trabajando en la informalidad laboral y tienen menores oportunidades de acceso al crédito. Esto limita su autonomía económica y las expone a contextos de violencia, donde muchas no pueden salir de relaciones abusivas debido a la dependencia económica.

El camino hacia la igualdad no ha terminado, ni terminará mientras una niña en otro país sea obligada a casarse, mientras las mujeres no puedan decidir sobre sus proyectos de vida, mientras una mujer sea revictimizada por buscar justicia, o mientras la pobreza y el trabajo no remunerado sigan siendo un peso desproporcionado sobre nosotras. Cada paso que damos, como la reciente victoria en Colombia, es un recordatorio de que la lucha no solo vale la pena, sino que es urgente. Las voces de las mujeres en toda América Latina exigen ser escuchadas y atendidas, porque cada derecho conquistado no es un punto final, sino un nuevo comienzo para transformar nuestras sociedades. A las niñas, a las mujeres, a todas: no les debemos menos que un futuro sin miedo, sin violencia, y con verdadera libertad. El cambio no es negociable, es lo que nos deben y lo queremos cobrar ya.

Georgia Rothe

Coordinadora de Género, Diversidad, Equidad e Inclusión – Pro Mujer

Sobre Pro Mujer:

Pro Mujer es una empresa social que trabaja desde hace más de 33 años por la igualdad de género en América Latina. Nuestro objetivo es ofrecer herramientas para que las mujeres alcancen su máximo potencial, mejoren sus condiciones de vida y se conviertan en agentes de cambio para sus comunidades. Utilizamos un modelo integral y holístico para brindar a las mujeres desatendidas en América Latina servicios y herramientas en tres áreas estratégicas: inclusión financiera, salud y desarrollo de habilidades empresariales.

Después de más de tres décadas trabajando de cerca con mujeres de distintos contextos, hemos adquirido un conocimiento profundo sobre las necesidades y aspiraciones de las mujeres respecto a la igualdad de género, por ello, hemos asumido la tarea de acompañar a otras organizaciones y empresas a construir sus propios planes de acción para impulsar un futuro más igualitario a través del Gender Knowledge Lab, el área de consultoría de Pro Mujer especializada en brindar soluciones a instituciones públicas, privadas y organizaciones de América Latina a integrar políticas de género, diversidad e inclusión (GDEI) en sus operaciones y productos

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La canción que resuena este fin de semana alude a una «chica», a los «shorts», a la «tanguita amarilla», al «bombón», al «perreo», al «bluyineo», y a situaciones de fiesta que en esencia ocultan un trasfondo preocupante. Se trata de una joven que, a tan solo 14 años, entra a la discoteca y se enfrenta al consumo de sustancias y la cosificación de un mundo donde “eso” es la norma. Este tipo de letras además de reflejar la cultura popular es irónicamente utilizada por los medios de comunicación para “captar audiencias”, alimentando un ciclo de explotación y superficialidad.

Es la discusión planteada para ganar audiencia. Y como hordas salvajes se lanzan al ataque, luego de haber promocionado las muñecas de la mafia, Pablo Escobar y disfrutar el reggaeton.

El reggaetón ha sido objeto de críticas por su tratamiento de la imagen y el cuerpo de la mujer, presentándolos como objetos de consumo. Las letras sexistas y las poses exhibidas son herramientas de marketing que perpetúan estereotipos dañinos. La juventud, al consumir y compartir este contenido en redes sociales, se convierte en cómplice de una cultura que minimiza el riesgo que enfrentan las mujeres, especialmente las más jóvenes.

Es fundamental abordar la Ley 1257, que busca prevenir la violencia contra la mujer y proteger sus derechos. Sin embargo, a pesar de su existencia, la implementación de estas normativas enfrenta grandes desafíos. A menudo, el enfoque recae en la mujer víctima, quien, en ocasiones, puede ser vista como culpable, lo que la coloca en una situación muy vulnerable. Este contexto exige una reflexión profunda sobre la percepción de la mujer en nuestra sociedad.

La Ley 1257 no solo establece medidas para la protección de las mujeres, sino que también busca crear un entorno libre de violencia y discriminación. Sin embargo, a pesar del marco legislativo, el machismo y el patriarcado siguen arraigados en nuestra cultura. Las canciones que promueven la cosificación y el desprecio hacia las mujeres prevalecen, opacando los esfuerzos por construir un futuro más equitativo.

Recordemos que hace 20 años cantábamos «Muévete ya, muévete ya, muévete por tus derechos y tus derechos se moverán gracias al ingenio de Raquel Sofía Amaya, muévete por tus derechos», un llamado a la acción que aún resuena. Necesitamos que esos mensajes inspiren a los artistas a crear letras que promuevan el respeto y la dignidad de las mujeres. Nuestros derechos son derechos humanos, y merecemos un trato digno.

La violencia contra las mujeres abarca diversas formas: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial. Cada una de ellas se entrelaza, causando un daño profundo y duradero. Denunciar el acoso sexual es esencial, y es fundamental que se reconozca que el respeto es un derecho, no un privilegio. Las mujeres no somos trofeos ni objetos de deseo, y nuestros cuerpos son sagrados.

El Estado tiene la responsabilidad de implementar medidas de protección para todas las mujeres, especialmente aquellas que han sido víctimas de violencia. No puede ser un privilegio recibir atención psicológica o asistencia jurídica; estas son necesidades básicas que deben garantizarse.

Hoy, con firmeza y determinación, hacemos un llamado a los artistas para que reconsideren el impacto de sus letras. Queremos construir un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y completamente libres, inspirándonos en figuras como Rosa Luxemburgo.

Existen 184 proyectos de ley en el Congreso que buscan asegurar una vida digna para las mujeres. No permitamos que sean solo palabras vacías. Exigimos justicia y nos queremos vivas. No más violencia, no más silencio. La Ley 1257 debe ser una realidad palpable en la vida de cada mujer.

Marcela Clavijo

Kamala Harris tilda de ofensivos los comentarios de Trump sobre las mujeres

La vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata, Kamala Harris, ha tildado de «muy ofensivos» los recientes comentarios del expresidente y ahora candidato republicano, Donald Trump, sobre la protección de las mujeres en un mitin de cara a las elecciones presidenciales del próximo martes.

«Creo que es muy ofensivo para las mujeres en términos de no comprender sus necesidades, su poder, sus derechos y su capacidad para tomar decisiones sobre sus propias vidas, incluyendo su propio cuerpo», ha indicado en declaraciones a la prensa.

Esto se produce después de que el magnate asegurara en la víspera en un mitin en la ciudad de Green Bay, en el estado de Wisconsin, que protegería a las mujeres estadounidenses, «les guste o no». «Voy a protegerlas de los migrantes que llegan. Voy a protegerlas de países extranjeros con misiles y de muchas otras cosas», aseguró.

El expresidente hizo estas declaraciones vestido con un chaleco de seguridad reflectante y conduciendo un camión de basura en alusión a las recientes palabras del presidente, Joe Biden, quien dijo que «la única basura que ve flotando son sus partidarios».

De este comentario se intentó desmarcar poco después Harris, quien matizó que «discrepa rotundamente» con cualquier crítica que aluda al voto. «Seré la presidenta de todos los estadounidenses, me voten o no», dijo en declaraciones a los medios.

Las palabras de Biden hacían referencia a una polémica anterior desatada a raíz de un chiste realizado por el comediante Tony Hinchcliffe en un mitin del expresidente Trump en el que calificó a Puerto Rico como una «isla de basura». El magnate neoyorquino, de hecho, se retractó más tarde por el suceso.

Las mujeres rurales están de moda

El 18 de diciembre de 2007, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas estableció el día 15 de octubre como el Día Internacional de las Mujeres Rurales, con el objetivo de reconocer a las mujeres rurales por su contribución en el desarrollo rural y agrícola, la erradicación de la pobreza, la mejora en la seguridad alimentaria y el cuidado del medio ambiente.

Las mujeres rurales son las que aseguran la mitad del sustento alimenticio en el planeta y cuidan y protegen el medio ambiente y la biodiversidad. Como agricultoras han aprendido a adaptarse al cambio y han liderado iniciativas de reforestación y recuperación de cuencas hidrográficas.

Precisamente en Ecoaguas, la iniciativa socio ambiental de Syngenta creada en 1995 cuyo objetivo es preservar los bosques nativos tropicales y establecer procesos de educación para fomentar una cultura ambiental en las comunidades, están vinculadas muchas mujeres de las zonas rurales de los departamentos del Valle del Cauca, Cauca, Urabá antioqueño y Magdalena.

Actualmente el programa Ecoaguas «Sembrando agua», que impacta directamente a 18 municipios, trabaja con población vulnerable rural de estrato 1 y 2, mucha de ella desplazada por el conflicto armado y formada por familias lideradas, en la mayoría de los casos por mujeres. De los 1.164 viveristas vinculados al programa, el 60% corresponden a mujeres, que obtienen ingresos económicos con los que mejoran sus vidas y las de sus núcleos familiares. Ecoaguas les ha brindado la posibilidad de ejercer una labor remunerada con un gran impacto ambiental.

A lo largo de 29 años de existencia de este programa de Syngenta, se han obtenido datos relevantes para la protección y cuidado del medio ambiente en el territorio nacional, gracias al trabajo de las mujeres rurales que se vinculan como viveristas. Los datos son: 

Producción y siembra de 1.900.000 árboles nativos de más de 170 especies protegidas.

Intervención de 4.051 hectáreas, distribuidas en Antioquia, Cauca, Magdalena y Valle del Cauca.

Reforestación, diagnóstico y protección de 18 microcuencas hidrográficas y 372 nacimientos de agua en el país.

Más de 220 km de aislamiento de las cuencas hidrográficas intervenidas.

Nota relacionada: “Invierta en la Mujer Rural: Las Regiones Presentes” Un Espacio para evidenciar el poder de las mujeres campesinas convertidas en agroempresarias

¿Alguien quiere pensar en las niñas?

«Una niña, un maestro, un libro y una pluma pueden cambiar el mundo”— Malala Yousafzai

Cada año, el 11 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Niña, una fecha para reflexionar sobre el presente y el futuro de millones de niñas en el mundo, especialmente en Colombia. Las niñas son semillas de cambio, pequeñas portadoras de sueños que, con las condiciones adecuadas, pueden florecer en mujeres fuertes y líderes capaces de transformar el mundo. Algunas como Malala Yousafzai, activista pakistaní por los derechos de las niñas, ha luchado enfrentando todo tipo de ataques violentos, atentados y el exilió. Cuando en una sociedad como la árabe ella levanto la voz para exigir educación para las niñas, puso en jaque y cuestiono el régimen que criminaliza y violenta la presencia de la mujer en la sociedad, menoscabando derechos y otorgándoles el rol de la infamia, el silencio y la vergüenza.

Por eso hoy quiero dedicar este espacio a pensar en ellas, en su vida, su cotidianidad y en que estamos haciendo para asegurar un mundo mejor para su existencia. El propósito de esta columna ha sido en principio escribir, poder narrar algunos de los temas sobre los que trabajamos junto a mi equipo a diario y profundizar en que se está haciendo bien y cómo podemos replicarlo. Por ello profundizo estas líneas en algunas herramientas fundamentales como la educación, la seguridad y la movilidad como elementos esenciales sobre los que se debe discutir y exigir para una vida libre de violencias y con oportunidades para nuestras niñas.

A nivel global y en Colombia, las niñas continúan enfrentándose a enormes desafíos. En Bogotá, los informes recientes no son alentadores: hasta abril de 2024, se registraron más de 532 casos de delitos sexuales contra menores, un aumento del 30% en comparación con el año anterior. Las cifras de violencia intrafamiliar también han aumentado, alcanzando un alarmante crecimiento del 211% en los casos denunciados. Estos números, además de ser aterradores, nos urgen a tomar acción inmediata y a garantizar que las niñas vivan en un entorno seguro, donde puedan desarrollarse plenamente.

Uno de los pilares fundamentales para el empoderamiento de las niñas, además de la educación, es su capacidad de desplazarse con seguridad y autonomía. Bogotá, una ciudad que alberga a más de 9,3 millones de habitantes y donde se realizan más de 14,6 millones de viajes diarios, ha comenzado a entender esto y ha implementado programas clave que promueven la movilidad segura para las niñas. El programa «Al Colegio en Bici» es un ejemplo de cómo una política pública puede transformar vidas. Con más de 4.800 estudiantes participando en 2024, de los cuales el 43% son niñas, esta iniciativa no solo ofrece un medio de transporte seguro, sino que también fomenta la independencia y confianza de las niñas en su día a día. Además, el programa «Biciparceros», que acompaña a estudiantes que utilizan sus propias bicicletas, ha creado una red de confianza, aunque todavía persiste una brecha de género importante: solo el 27% de las participantes son mujeres. Reducir esa disparidad es una tarea pendiente.

Otro ejemplo es la «Escuela de la Bicicleta», un programa liderado por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), que enseña a niñas y niños a usar la bicicleta como medio de transporte. En 2023, las mujeres representaron el 87% de los procesos de enseñanza de la Escuela, lo que muestra el interés y la necesidad de estos espacios para empoderar a las niñas y adolescentes. La bicicleta no es solo un medio de transporte, es también una herramienta de libertad y autonomía, algo crucial para las niñas en su camino hacia la igualdad.

Sin embargo, aunque el uso de la bicicleta está en auge en Bogotá, todavía existe una gran disparidad entre hombres y mujeres. A pesar de que las mujeres realizan el 54% de los viajes diarios en la ciudad, solo una de cada tres personas que se desplaza en bicicleta es mujer. Esto refleja no solo una cuestión cultural, sino también los problemas de seguridad que muchas niñas y mujeres aún enfrentan al moverse por la ciudad. La movilidad segura es solo un componente del empoderamiento de las niñas, pero está profundamente interconectada con su acceso a la educación. Cuando una niña puede ir a la escuela sin miedo, su mundo se expande. Es por esto que el trabajo de activistas como Malala Yousafzai es tan relevante, porque nos recuerda que una niña con acceso a la educación tiene el poder de cambiar su vida y la de su comunidad. En Bogotá, los esfuerzos para facilitar la movilidad de las niñas deben complementarse con políticas que garanticen su acceso a una educación de calidad y sin interrupciones.

No podemos hablar del empoderamiento de las niñas sin recordar ejemplos inspiradores como el ocurrido esta semana en México, donde Claudia Sheinbaum, se convirtió en la primera mujer presidenta de México. Su ascenso es un testimonio de cómo una niña que sueña, una niña con educación y apoyo, puede alcanzar los más altos cargos y liderar cambios trascendentales. Cada niña en Colombia y en el mundo debe tener la oportunidad de seguir ese camino. En este Día Internacional de la Niña, no solo debemos celebrar los avances, sino también redoblar nuestros esfuerzos para garantizar que cada niña tenga las oportunidades que necesita para alcanzar su máximo potencial. Como sociedad, debemos recordar que el futuro depende de la imaginación, la educación y la libertad de nuestras niñas. Es hora de que todas las niñas en Colombia y en el mundo reciban las herramientas necesarias para cambiar sus propias vidas y, a través de ello, cambiar el mundo.

Quena Ribadeneira

Impulsan un programa para la inclusión laboral de mujeres en Colombia

El Fondo Mujer Libre y Productiva (FMLP), lanzó el programa del Gobierno Nacional adscrito a la Vicepresidencia de la República de Colombia, con apoyo del Programa Oportunidades sin Fronteras de USAID y la Fundación Colombia Incluyente, ha lanzado el programa “Mujeres: equidad y empleo”.

La iniciativa busca implementar políticas públicas de inclusión laboral y mentorías de empleabilidad con enfoque de género, para promover la autonomía económica de las mujeres en el país.

“El programa ‘Mujeres: equidad y empleo’ es una apuesta clara por reducir la brecha laboral de género y generar condiciones equitativas de acceso al empleo formal. Queremos que las mujeres en Colombia no solo ingresen al mercado laboral, sino que lo hagan en condiciones justas y con las herramientas necesarias para su desarrollo profesional”, afirmó María Fernanda Reyes, directora del Fondo Mujer Libre y Productiva.

La meta es lograr la inserción de al menos 2.300 mujeres en empleos formales, enfocándose en mujeres cabezas de hogar, cuidadoras, migrantes, étnicas y diversas, quienes residen en municipios como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, entre otros.

El programa aspira a inscribir formalmente a 6.000 mujeres y proporcionar orientación socio-ocupacional a 4.000 mujeres, fortaleciendo sus competencias laborales y habilidades para procesos de selección y entrevistas. Se espera que 2.800 de ellas culminen exitosamente la fase de formación en competencias, preparándose para ingresar al mercado laboral con las capacidades requeridas por los empleadores.

Asimismo, el programa también busca involucrar al sector privado, sensibilizando a 50 empresas en temas de inclusión laboral y equidad de género, promoviendo la adopción de prácticas justas en sus procesos de selección y contratación.

Las mujeres están de moda

Dice, Florence Thomas -activista feminista colombofrancesa-, en una de sus columnas de El Tiempo que le gusta hablar de “…feminismo en movimiento con sus olas y tsunamis…”. Me quedo con esta última palabra para resaltar en rojo, con mayúscula y subrayado la incursión de las mujeres -con derechos peleados y ganados- en los cargos públicos más importantes de la región generando innumerables impactos entre sus pueblos, los generadores de opinión, la prensa y la comunidad internacional. No son una ola, son un verdadero tsunami con severos impactos en las tres américas.

Por primera vez una mujer con perfil científico en la presidencia del país a lo “mero macho”, México; por primera vez, la cercana posibilidad de una mujer negra en el primer cargo político de la Democracia más apetecida por todos, Estados Unidos; por primera vez, una valiente arriesga su vida para convertirse en la sombra detrás del poder para derrocar la tiranía empoderada hace 30 años en el más cercano de nuestros vecinos geopolíticos, Venezuela. Seamos sinceros, “las mujeres están de moda”, como dice la canción del Grupo Niche.

Claudia Sheinbaum (@Claudiashein), Presidenta electa; Kamala Harris, candidata Demócrata y María Corina Machado, la política ejemplo a seguir en medio de las adversidades, se convirtieron en los últimos meses en figuras poderosas contra los poderosos en ese competido y testicular escenario de la contienda electoral. Se deben tener las faldas y los pantalones bien ajustados para enfrentar sin rubores a los “jurásicos” dueños de las plazas atiborradas de adeptos o enemigos, dueños de los discursos cargados de odios y mensajes ofensivos, dueños de equipos de campaña con solo “doctores” a la cabeza, dueños de ser protagonistas mediáticos, dueños de ser los “muñecos de la mafia política”.

No! Ahora, las descritas, las que exteriorizan con honor sus cargos gubernamentales y las que miran en un futuro cercano ser candidatas a ese menester presidencial, son las agitadoras de un sin número de iniciativas revolucionarias para alentar a millones a creer en otra forma de planear, administrar y ejecutar políticas públicas, quisiera en mi caso particular: serias, tangibles, reales, sinceras, realizables y en esencia encausadas, no solamente a sus seguidores ideológicos sino en el particular caso colombiano, a los más de 54 millones de ciudadanos últimamente maltratados por un gobierno austero para enfrentar la cruda realidad económica, social y polarizante.

Veamos, precisamente, el ejemplo de Colombia. Gustavo Petro, caracterizado por generar controversias hasta con su misma sombra levantó el polvero amagando indirectamente con ser reelegido vía Constituyente para seguir durante mínimo cuatro periodos más y con eso, según el mandatario, fortalecer su ambicioso proyecto de izquierda radical. Los dispersados varones o caciques de la política criolla han hecho caso omiso al anuncio y han preferido cazar peleas con fuertes mensajes en redes sociales, especialmente en Twitter, ahora X. Todo el oleaje discursivo es centrado en los hombres de extremos y sus legendarias discusiones alrededor de quién la ha embarrado menos en este histórico país de líderes sin pantalones para sacar adelante a Colombia y los colombianos.

Ante esa borrasca política, entró en escena la figura femenina de la periodista, Vicky Dávila (@VickyDavilaH) -aborrecida y criticada sin pudor por parte del Presidente-, que sin querer queriendo, sin oficializar una candidatura, con respaldos por una buena parte de lideresas de todos los sectores de la sociedad y siendo sinceros con un marcado apoyo entre la comunidad digital viene rompiendo con todos los pronósticos para, siendo sinceros, convertirse en esa primera mujer con grandes posibilidades de entrar en la “baraja” de candidatas y candidatos a pelear en un cara a cara por las presidenciales del 2026. Tiene todo a su favor: posicionamiento, imagen, medios, discurso y respaldo financiero…

Las mujeres feministas criollas siguieron el ejemplo con el anuncio oficial de María Fernanda Cabal, política seriamente detractora del actual gobierno, perfilada como de la extrema derecha, uribista pura sangre, pero disgustada con su Centro Democrático porque le evade el interés por ser su candidata oficial y la convicción de primera mandataria. Su fuerte carácter y entereza para hablar de frente, le hacen tener un ambiente propicio para buscar ser una opción más. Otras lideresas se murmuran. Francia Márquez, actual vicepresidenta; María José Pizarro, Senadora del Partido de Gobierno; Claudia López, ex Alcaldesa de Bogotá e Íngrid Betancourt (@IBetancourtCol), antigua congresista y veedora de la gobernabilidad, entre otras.

Que vengan mujeres de todas las razas, de todos los colores, de todos los géneros, de todas las ideologías, de todas las regiones. Que rompan sin miedo las negras formas de hacer política por parte de esos históricos “varones electorales”, que enamoren con la verdad y la honestidad a los electores, que protejan a sus ciudadanos como una madre protege a sus hijos, que la esperanza de un mejor país sea una constante, que nombren, si es necesario un gabinete feminista con las mejores en su rol y que sientan la patria con férreo nacionalismo para entender lo importante que somos en el contexto regional. “…Un feminismo no muy tranquilo sino agitado por múltiples movimientos y luchas que se abrieron a las diversidades y a la interseccionalidad”, argumenta (@Florencemujer1)

Parzival: ¿Colombia está preparada para elegir a la primera mujer presidenta?

Colombia y la región buscan verdaderos cambios. En ese contexto, las mujeres están de moda en varios escenarios de nuestras vidas. Y una de ellas es la vida política. Ellas, Tal vez pueden ser un punto de partida a frescas y nuevas formas de gobernar. Todos tenemos la opción.

Edgar Martínez Méndez

La lucha de las mujeres por el derecho al voto 70 años después

Votar es un derecho que hoy en día no se cuestiona, pero esto es un dato histórico muy importante de reconocer y compartir con las generaciones actuales, porque durante siglos las mujeres no pudieron hacerlo. El primer país en permitir el voto femenino a las mayores de 21 años fue Nueva Zelanda, el 19 de septiembre de 1893, hace 128 años. Este primer sufragio de las mujeres sin restricciones ni condiciones se logró gracias al movimiento liderado por Kate Sheppard, pero solo hasta el año de 1919 fue cuando las mujeres neozelandesas pudieron presentarse también a las elecciones, equiparando el derecho no solo de elegir si no de ser elegidas. Las sufragistas nacen en el siglo XX con la primera parlamentaria en llegar a la cámara en Nueva Zelanda Elizabeth McCombs en 1933. Sin embargo, el voto femenino ha sido una lucha titánica en muchos países del mundo y obviamente una incisiva batalla por la igualdad. Hoy recordamos a las sufragistas británicas como Emmeline Pankhurst, Emily Davison, Millicent Fawcett, Mary Richardson, Maud Watts y Annie Kenney. A las Sufragistas estadounidenses como Elizabeth Cady Stanton, Alice Stokes, Lucy Burns y Sojourner Truth, a la legendaria Olympe de Gouges, la uruguaya Paulina Luisi y a la española Clara Campoamor.

Las sufragistas británicas desarrollaron un papel histórico, y aunque no fue un camino fácil por que fueron ninguneadas por ser revolucionarias, por defender sus derechos y por intentar crear un mundo más justo e igualitario, todas ellas sufrieron ataques, recibieron insultos por la calle y fueron apedreadas, desheredadas social y familiarmente, fueron, perseguidas desde lo privado hasta lo publico, a estas mujeres les tocó superar a palo seco toda la violencia política junta, empezando por la palabra ‘suffragettes’ la cual fue utilizada de manera despectiva. En sus actos políticos hubo abucheo y desprestigio, las mujeres padecieron la violencia política, y las detenciones por sus ideas y movilización fueron arbitrarias en todo sentido. “Nosotras, mujeres sufragistas, tenemos la misión más grande que el mundo haya conocido: liberar a la mitad de la raza humana y, a través de esa libertad, salvar al resto” declaró Emmeline Pankhurst, una de las principales activistas británicas.

Marion Wallace Dunlop fue en 1909 la primera sufragista que se declaró en huelga de hambre tras ser detenida durante 91 horas por escribir en muros públicos la Declaración de Derechos humanos, acciones muy similares que hoy se dan en las ciudades con los grafitis que quedan de las marchas del 8 m y 25 m.  La huelga de hambre iba en serio y las autoridades le metían a la brava una sonda con sustrato alimenticio por la nariz, garganta, y tráquea hasta llegar a los pulmones poniendo obviamente en riesgo su salud. ¿Unas tesas verdad? Daban todo por el todo, y el sentimiento de colegiatura ya era universal. Luego se sumaron el Reino Unido y los Estados Unidos.

El coletazo del voto llega a América Latina, a Uruguay que fue el primer país en permitir el derecho al voto en 1927.  Y aunque poco se sabe en Colombia en el año de 1853, en la provincia de Vélez (Santander), casi al mismo tiempo que en Nueva Zelanda, las mujeres accedieron al sufragio de manera rapida, aunque fue un derecho no reconocido fue una conquista, ya que luego en el año de 1855 les fue arrebatada esa victoria por la Corte Suprema de Justicia que desde entonces se mete y al parecer actúa como influenciada y detracta la decisión, pero las mujeres lo lucharon y se creó el precedente mucho antes que el 54

Para llegar a las urnas contra la sociedad heteronormativa y patriarcal se inicia la lucha de otros derechos que antes de la década de 1930 no tenían, las mujeres no podían ingresar a la universidad y si acaso terminaban el bachillerato, no podían salir de viaje sin el permiso de sus esposos y tampoco manejaban su propio salario, eran consideradas como personas no capaces de hacerlo, por el periodo mestrual y la histeria, ¿que tal esto?  Y fue el presidente liberal Enrique Olaya Herrera, de quien decían era hijo de una lavandera, un rebelde hecho a pulso y sin abolengos con quien empieza el panorama a cambiar, en el año 32 se conquista el derecho a administrar bienes y en el siguiente el derecho a la educación. Esas dos victorias fueron claves para la autonomía de las mujeres, con la posibilidad de terminar el bachillerato e ingresar a la universidad las mujeres garantizaban estar cualificadas para un empleo, ganar un salario y así administrar su dinero. 

Luego Alfonso López Pumarejo a mediados de los 40, se planteó una reforma que le daría a la mujer el estatus de ciudadana y podría ejercer cargos públicos, pero esta reforma no incluía el derecho al sufragio, y se logró media victoria puesto que celebraban las mujeres, pero solo privilegiadas como la hermana de, la hija de nieta de o la esposa de eran las convocadas, y dejaba por fuera el voto femenino, en 1947, 500 mujeres presionaron la firma del memorial donde pedían a López Pumarejo llevar a cabo la reforma. Las sufragistas lideradas por Lucila Rubio, una de las fundadoras de la Unión Femenina de Colombia (UFC). sabían y refutaban el no tener una ciudadanía incompleta, y en 1948, encontraron en la declaración universal de los derechos humanos la pertinencia del derecho al voto. Las Naciones Unidas promulgan que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinción alguna de raza, idioma, religión, sexo o de cualquier otra índole.” Y Colombia fue uno de los países que firmó dicho acuerdo internacional, asumiendo la responsabilidad de trabajar en pro del mismo.

Y como hoy en día las sufragistas intentaron llevar el proyecto de ley ante el Congreso de la República; pero la propuesta no obtuvo los resultados esperados, las mayorías hombres no lo aceptaron, pero estas heroínas no se rindieron y en vísta de la actualidad política y con mucha astucia se pegaron a la propuesta del General Rojas Pinilla con quien encontraron una oportunidad única para presentar la iniciativa ante la Asamblea Nacional Constituyente que pretendía reelegirlo hasta 1957.  Así Josefina Valencia y Esmeralda Arboleda se convirtieron no solo en la voz que representaba a las mujeres, sino que fueron nombradas como constituyentes, fueron las primeras en la historia, una por el Partido Conservador y la otra por el Partido Liberal, y el 3 de agosto, la asamblea reeligió a Rojas Pinilla como presidente y ellas radicaron el proyecto de ley del voto femenino, prueba de la posibilidad que tenemos las mujeres de negociar y hacer alianzas que saquen adelante la causa común así pensemos distinto.

El 25 de agosto algunos hombres asambleístas apoyaron la iniciativa, y el sufragio femenino fue aprobado con 60 votos a favor y cero en contra. El resultado no fue una decisión unánime, ya que los opositores se salieron del recinto con la voluntad de dejar sin quórum la votación, para que vean que la infame práctica de romper el quórum tiene trayectoria. Así se consagraron todos los derechos políticos de la mujer y muchas de ellas fueron a votar libres y a conciencia, otras fueron a votar siguiendo a sus maridos, como lo mandaba la Iglesia en el sagrado matrimonio, y lo cierto es que por fin las mujeres llegaron a las urnas masivamente. En 1957 las mujeres votaron el plebiscito del Frente Nacional, un pacto que buscaba ponerle fin a décadas de violencia entre liberales y conservadores alternando el poder durante 16 años. 

Mientras las mujeres ejercieron plenamente su ciudadanía, con ello se aprobó el pacto que condicionó y aprobó la exclusión de los derechos electorales de muchos sectores políticos, el famoso frente nacional y asi con la aprobación del voto femenino, las mujeres defendieron su derecho, y empezaron a ganarse un espacio en la política. Esmeralda Arboleda fue la primera mujer elegida que llegó al Congreso de la República y Josefina Valencia fue ministra de Educación.

Hoy, 70 años después, recordamos que fue gracias al trabajo de las sufragistas y su articulación que nosotras somos reconocidas como ciudadanas que pueden elegir y ser elegidas. Sin embargo, hoy en día persiste la brecha de desigualdad en la representación política de las mujeres en Colombia, según datos de la Registraduría Nacional y el Consejo Nacional Electoral en su más reciente balance sobre la participación de las mujeres en el mapa del poder político local y regional para el periodo 2024-2027, si bien se han logrado algunos avances, comparados con otros países de América Latina en términos de representación efectiva en cargos de elección popular, han sido unos avances menores.

En nuestro país hoy en pleno siglo 21 apenas llegamos a un 20% en representación combinada de alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas, y recordemos que ya hace 70 años, los periódicos y medios de comunicación registraron este acontecimiento histórico y gracias a las sufragistas en ese escenario político fue que se dio el resultado de los años de la lucha feminista.

Por más de una década, centenares de mujeres buscaron su ciudadanía completa y, paradójicamente, la consiguieron hasta que subió al poder el militar Gustavo Rojas Pinilla, a quien han querido atribuir el voto feminista, pero esa afirmación no solo es equivocada, sino que desconoce y resta la importancia de la lucha de las mujeres en el país. No fue un regalo del General es el resultado del movimiento internacional feminista que se da también en Colombia. La lucha continúa, la paridad es el reto, pero la paridad no es la frontera, para romper esos techos de cristal necesitamos que los hombres cedan espacios y los cedan a las mujeres que en realidad queremos hacer política, no hay de otra, ceder el poder y tomar las riendas del cuidado, invertir los roles y nivelar la cancha. No es una cuota, aunque ayuda, es la voluntad de cambio la que permitirá que ocupemos esos cargos, los de elección popular y por ende los de administración pública.

Hoy la política pública para las mujeres da solución a seis dimensiones concertadas; la educación, la salud, la autonomía económica, la paz, la participación social y política, a la de seguridad para una vida sin violencias. Y esto también lo celebramos, aunque lo que más queremos celebrar es que no nos sigan matando. 

Marcela Clavijo