‘A robar al Tía’
De niño, en el barrio y el colegio solía utilizar una frase que me parecía chistosa y adecuada para ‘bajarle la caña’ a los fanfarrones y en general a aquellos que querían impresionar a punta de mentiras y trampas. No faltaba el presumido amigo de ocasión, que se las quería ganar todas de viveza fabricando engaños tales como achicar el improvisado arco de fútbol o patear el balón desde más cerca para facilitar la anotación de un gol. OPINIÓN.