Lo que empezó como un debate por el rumbo administrativo de Bogotá se convirtió en una pelea de largo aliento que raya entre la incertidumbre y un presunto fanatismo. ¿Aguantará la ciudad?
Es uribista hasta el tuétano, no le tiembla la mano para enfrentarse a los contradictores del partido y considera incorrecto decir que por Álvaro Uribe Vélez hay idolatrías o fanatismos. La senadora da cuenta del odio y los amores que despierta el Centro Democrático y ratifica que van con criterio de aplanadora en el Congreso.