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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Opinión

Es momento de detener el genocidio en Palestina

Ya van más de seis meses desde el inicio de la invasión de Israel a Palestina, la cual ha dejado a la fecha más de 30.000 personas asesinadas de las cuales al menos el 70% corresponden a niños y mujeres. Estamos presenciando un genocido en vivo y en directo, pero parece reinar la indiferencia por sobre la indignación.

El uso del término genocidio no es una exageración. El Estatuto de Roma, el cual establece la Corte Penal Internacional, define en su artículo sexto al genocidio como cualquier acto realizado “con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal”. Dentro de los actos que denotan el genocidio están, entre otros, la matanza de miembros del grupo y el sometimiento intencional a condiciones de existencia que acarreen la destrucción física del grupo.

 

Cómo no hablar del genocidio del pueblo palestino perpetrado a manos de Israel cuando, además de la desgarradora cifra de muertos se les está negando de forma intencional el acceso a la comida y el agua, generando de forma planificada una crisis humanitaria sin precedentes. De acuerdo a Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, es el mayor número de personas que se enfrentan al hambre catastrófica jamás registrado en cualquier lugar y en cualquier momento, siendo un desastre provocado por el hombre.

Las Relatoras Especiales sobre el territorio palestino ocupado de las Naciones Unidas, Francesca Albanese y Tlaleng Mofokeng, han dicho que “el mundo está siendo testigo del primer genocidio mostrado en tiempo real por sus víctimas”. La declaración se dio luego de la destrucción del hospital Al-Shifa por parte de las fuerzas militares israelíes, acto terminantemente prohibido por el derecho humanitario internacional el cual no parece tener mucha importancia para Israel. No es sólo el agua y la comida lo que niega Israel, es también la salud.

Las relatoras señalaron que las estrategias adoptadas por los líderes mundiales y los Estados han sido insuficientes para poner fin a “la violencia atroz y grotesca que no cesa”. Afirmación que parece llegar a oídos sordos, pues mientras desde la sociedad civil se pide el cese al fuego inmediato las potencias en el Consejo de Seguridad de la ONU no son capaces de aprobar ninguna acción que garantice un fin al conflicto.

Mientras más tiempo pasa más corremos el riesgo de que el sufrimiento del pueblo palestino se convierta en parte del paisaje, que la pérdida de una cultura pase a un segundo plano mientras los amantes de la guerra piden ansiosos que se escale el conflicto bélico en el medio oriente, con algunos locos incluso hablando de armas nucleares como si no viviéramos todos en un solo mundo.

Por eso hay que aplaudir que Colombia haya sido uno de los primeros países en condenar de frente las acciones de Israel, sin importar que haya quienes digan que se debería tener una respuesta más “neutral”. Ante la barbarie no existe lugar para posiciones “moderadas”, hay que tomar una postura decisiva y firme. Hay que dejarle claro al mundo que desde Colombia exigimos asegurar la vida del pueblo palestino.

Alejandro Toro

Ayuda a los niños a aprender de sus errores

La comprensión y aplicación de consecuencias es un aspecto fundamental de la crianza y el desarrollo infantil. Más que un simple sistema de castigos, las consecuencias, cuando se manejan correctamente, se convierten en valiosas lecciones de vida que ayudan a los niños y niñas a aprender de sus errores, a entender las relaciones de causa-efecto y a fomentar un sentido de responsabilidad personal. Recuerda, hablamos de consecuencias, no de castigos disfrazados de consecuencias.

Ayudando a los Niños a Aprender de sus Errores

 

Reconocer qué los errores son, en esencia, oportunidades de aprendizaje hará que cada acción ejecutada por los niños, niñas y adolescentes pueda ser evaluada como un punto más en la cadena de experiencias de vida. Estamos de acuerdo en que hay cierto tipo de errores que preferimos que se cometieran a ciertas edades, es decir, los errores también están sujetos a la maduración y el ritmo de vida, por esa razón es fundamental que no se omitan o se eviten a toda costa algunos errores.

En lugar de enfocarse en la culpa o la vergüenza, es crucial adoptar una postura que incentive la reflexión y el entendimiento de qué se puede hacer diferente en el futuro. Esta intención positiva transforma la percepción del error, de ser un fracaso a una lección valiosa que será un aprendizaje para toda la vida.

Errores necesarios

Infancia temprana (0-5 años):

Error: Derramar alimentos o bebidas mientras aprenden a comer o beber solos.

Aprendizaje: Ayuda a desarrollar la coordinación mano-ojo y la autonomía.

Error: Equivocaciones al aprender a vestirse.

Aprendizaje: Promueve la independencia y la habilidad para resolver problemas.

Infancia media (6-11 años):

Error: Equivocaciones en tareas escolares simples, como las operaciones básicas.

Aprendizaje: Facilitan la comprensión conceptual a través de la corrección y el ensayo-error.

Error: Equivocaciones en las reglas de los juegos con otros niños y niñas.

Aprendizaje: Fomentan el desarrollo de habilidades sociales y la capacidad de negociación.

Error: Olvidar realizar tareas domésticas asignadas.

Aprendizaje: Enseña sobre responsabilidad y cooperación al cuidado del hogar de todos.

Adolescencia (12-18 años):

Error: Tomar decisiones equivocadas en la elección de amigos.

Aprendizaje: Contribuye al desarrollo de juicio crítico y autoconocimiento.

Error: Equivocaciones en la administración del dinero de la mesada.

Aprendizaje: Promueve el valor del dinero y la planificación.

Error: Obtener bajas notas.

Aprendizaje: Impulsa la resiliencia y la determinación.

Errores que quisiéramos que evitarán pero que igual van a pasar

Infancia temprana (0-5 años):

Error: Comportamientos agresivos como morder o golpear.

Aprendizaje: Gestión emocional y control de impulsos.

Infancia media (6-11 años):

Error: Mentir reiteradamente sin entender las consecuencias.

Aprendizaje: Incrementa la metacognición.

Adolescencia (12-18 años):

Error: Prácticas sexuadas no seguras como el sexting.

Aprendizaje: Establecimiento de prioridades, toma de decisión y flexibilidad cognitiva.

Los errores no son morales, son parte del kit de habilidades que están construyendo los niños, niñas y adolescentes. Por tanto, así como puede ser inevitable el error, también lo es la consecuencia.

Intención: Los Errores son Oportunidades de Aprendizaje

La actitud con la que se abordan los errores determina en gran medida el resultado del aprendizaje. Al enfocarnos en la intención detrás de las acciones y considerar los errores como escalones hacia su madurez, incentivamos a los niños y niñas a adoptar una mentalidad de crecimiento y auto-validación.

El Cerebro Prospera ante la Retroalimentación

La retroalimentación constructiva es vital para el desarrollo cerebral, especialmente en lo que respecta al aprendizaje de relaciones de causa-efecto. Al entender las consecuencias de sus acciones, los niños y niñas desarrollan una mayor capacidad para anticipar y considerar los resultados de sus decisiones futuras. Esta comprensión es crucial para el desarrollo de la autorregulación y el pensamiento crítico. Será necesario para que puedan ser solidarios y empáticos con la vida o decisiones de los demás.

Relaciones de Causa-Efecto: Si Eliges, Entonces Tendrás que…

Enseñar a los niños, niñas y adolescentes sobre las relaciones de causa-efecto mediante consecuencias lógicas y naturales directamente relacionadas con sus acciones les ayuda a comprender el concepto de responsabilidad.

               Consecuencias lógicas

«Si eliges llegar tarde entonces tendrás que asumir de tu mesada el costo de tu plan de Internet»

«Si eliges interrumpir mientras otros hablan entonces tendrás menos tiempo que los demás en tu turno»

Es una fórmula simple pero efectiva que ilustra esta relación, haciendo que el niño, niña o adolescente asocie sus elecciones con sus resultados de una manera que tenga sentido la consecuencia. Los castigos no enseñan habilidades, las consecuencias sí.

Alexandra Parra

Neuropsicóloga y pedagoga

#Castigo #Consecuencias #límites #Autoconocimiento #FuncionesEjecutivas #Errores #Feedback

Padres e hijos

Los adultos, en gran medida, son la obra de sus padres, no es una aseveración inmutable. Los padres juegan un papel decisivo en el desarrollo psicológico, la salud mental y el equilibrio emocional de los hijos. En la interesante película Hillbilly, una elegía rural, (2020), dirigida por Ron Howard (1954), elenco de lujo, encabezado por Amy Adams (1974), Glenn Close (1947) y Gabriel Basso (1994), inspirada en la historia autobiográfica de J.D. Vance es posible analizar esta hipótesis e incluso confirmarla.

La película discurre en la técnica del flasback y narra la historia de J.D. Vance, un brillante estudiante de leyes de la Universidad de Yale, cercano a cumplir sus sueños, debe atender una crisis de su heroinómana madre. Situación que le lleva a confrontar su ciclo vital en una comunidad rural del estado de Ohio en los Estados Unidos y su difícil relación con Bew, madre desde temprana edad, rebelde hacía sus padres y al sistema, promiscua y consumidora habitual de sustancias tóxicas. La película también permite entrever la difícil relación de pareja entre los abuelos del protagonista, que en su juventud huyen de sus casas paternas.

 

La película muestra los ciclos de la violencia intrafamiliar, las diferentes formas de abuso físico y psicológico de una madre a su hijo. Una madre inestable emocionalmente y drogodependiente que con su toxicidad puede arruinar la vida de su hijo por muy brillante que éste fuere. La película permite arribar a la temprana conclusión que las personas no nacen buenas, ni malas: Simplemente nacen y son las circunstancias bio-psico-socioculturales las que influyen en su desarrollo. Los valores y principios se decantan a partir del entorno.

La Familia, y en particular el papel de los padres viene a ser fundamental en el desarrollo de los hijos. Padres emocionalmente inestables, con problemas de conducta, con dependencia psicoafectiva, difícilmente podrán ser buen ejemplo y garantizarán un espacio benigno para la crianza de los hijos, y éstos a su vez, reproducirán esas maneras maltratadoras sobre sus hijos, no obstante, el amor o la percepción de ese amor insano que les proveen. La película reproduce el ciclo que va de abuelos a hijos, y de hijos a nietos.

Bew no sólo es una mujer emocionalmente inestable, que requiere del amante de turno para sentirse segura, lo que refuerza con el consumo adictivo de medicinas que sustrae de sus pacientes en el hospital en el que trabaja. Tiene una vida fracturada desde la infancia, que en su adultez repite el patrón para con sus propios hijos, al punto que, termina por ser una hija más y un yunque para sus propios hijos.

La salud mental es fundamental en el proceso de educación de los hijos. Un niño cuyos padres no gocen de buena salud mental, difícilmente podrán tener entornos saludables. El protagonista de la película estaba irredimiblemente condenado a repetir el ciclo vital de su madre y sus abuelos, pero en un acto de grandeza, su abuela, Mammaw, protagonizada por la estelar Glenn Close, hace cuentas retroactivas y enmienda los yerros cometidos para con su hija, al hacerse a cargo del hijo de ésta, su nieto adolescente.

J.D. hace las paces con el pasado, decide ir por su futuro, valorar su propia vida, sin descuidar a su madre en problemas, mas no se entierra con ella, antepone sus estudios y su proyecto de vida. Lo que seguramente debió ser auspicioso, la película no lo exhibe; hoy, James David Vance, es un flamante senador de los Estados Unidos.

No es fácil ser padre, no hay cursos para ello. La mayoría aprende a ser hijo el día que empieza a ser padre. Los padres biológicos no eligen a sus hijos, son los hijos los que los eligen. Esa es una asignatura que cuesta sudor, dinero, trasnochos, lágrimas y hasta sangre. Cuando hay diálogo, equilibrio mental, perdón, reconciliación, disciplina y, sobre todo, mucho amor los niños se convertirán en adultos sanos y equilibrados. Un niño roto, emocionalmente fracturado, será un adulto que, difícilmente se podrá reparar.

León Sandoval

A Jaime Alonso Vásquez lo mataron los que han matado a medio país

Somos un país que desgarra sus entrañas con cada líder social asesinado. La realidad de Colombia refleja no solo el dolor de las heridas aún abiertas sino también la ironía de sus desgracias. En 2024, apenas arrancando el año, ya se han contabilizado 41 asesinatos de líderes sociales y defensores de DDHH según Indepaz. El año pasado, el recuento llegó a 183, mientras en el transcurso de este año 9 firmantes de Paz han perdido su vida. Este derramamiento de sangre por defender derechos básicos es un cruel recordatorio de que aún estamos lejos de una paz tangible.

Pero hay un dolor quizá más sutil y corrosivo que se infiltra en las venas de nuestro sistema: la corrupción, que deja sin futuro a los hijos de Colombia y brillando con luz perpetua en la eternidad a quienes deciden denunciarla. Ese fue el caso de Jaime Alonso Vásquez, un veedor ciudadano de Cúcuta, en Norte de Santander, quien dedicó su vida a enfrentar a las mafias de su departamento, a políticos corruptos que ganan las elecciones porque compran a la gente con 50.000 pesos a cambio de infinita miseria en los años de sus mandatos.

 

Jaime Alonso Vásquez, se volvió reconocido por su valentía y dedicación a la investigación sobre malos manejos en la administración pública de su región, pero encontró un trágico final en manos de quienes buscaban silenciar su voz. Sus esfuerzos por exponer a los políticos corruptos y sus redes ilícitas lo colocaron en una posición peligrosa, marcándolo como objetivo para aquellos que se beneficiaban del statu quo de la ciudad y sus redes mafiosas.

Jaime en sus últimos días venía denunciando cómo una empresa como único oferente se presentaba para realizar el recaudo de impuestos de la gobernación de Norte de Santander, también venía alertando sobre las irregularidades en la escogencia del gerente del hospital de Pamplona, así como del viaje al exterior del actual alcalde de Cúcuta, del cual faltan muchas respuestas. El día de su muerte paradójicamente no lo acompañaba su esquema de seguridad otorgado por la Unidad Nacional del Protección por las innumerables amenazas que venía recibiendo.

¿Cuánto más debemos soportar? la lucha contra la corrupción y la defensa de los derechos humanos no son solo causas importantes para una sociedad sino que son urgencias vitales para la sociedad colombiana. Este es un llamado a todos, dentro y fuera de Colombia, a no acostumbrarse al dolor, a no aceptar esta realidad como inevitable. Necesitamos más que nunca acciones decisivas y conjuntas para proteger a quienes alzan la voz y para garantizar un futuro donde ser líder, hacer periodismo de manera independiente o sacar a la luz publica malos manejos de políticos y empresarios, no equivalga a una sentencia de muerte. Este es el grito de un país que se niega a mantenerse igual.

Esteban Restrepo

Evitemos un apagón

El fenómeno del niño sigue haciendo de las suyas, el nivel de embalses en nuestro país sigue bajando, siendo Chingaza el más inferior desde su origen con 15,87% de su capacidad.

Desafortunadamente marzo fue el mes más seco en los últimos 20 años, abril a casi mitad de mes son pocas precipitaciones registradas y bajo este panorama, ya estamos hablando de endurecer las medidas frente al manejo del agua y de un posible apagón a nivel nacional.

 

Nadie quisiera volver a vivir y afrontar el racionamiento sufrido hace 32 años, pero impactos negativos como la deforestación de la amazonia, sobre urbanización, incremento de la demanda y la deforestación del bosque andino, hacen que el ciclo hídrico cada vez se vea más afectado impactando en la falta del recurso y bajos niveles de los embalses en un periodo como estos.

Así las cosas, para la hidroeléctricas en panorama no es menor, tan solo el 26,6% de ocupación cuentan los embalses para la generación de energía, las medidas deben ser inmediatas desde la generación de energía térmica en su máximo nivel como el ahorro consciente del agua y la energía, pues una depende de la otra, siendo las hidroeléctricas las de mayor generación de energía en nuestro país.

El problema de construir las líneas de transmisión se ha acrecentado, las comunidades en su mayoría no lo han permitido y con esta falta de infraestructura no es posible lograr la sustracción en las zonas de reserva, un ejemplo de ello, es Sogamoso y Chivor, responsabilidad del Grupo de Energía de Bogotá, haciendo vulnerable la zona centro que ha tenido un crecimiento de demanda del 8%.

Por el lado de la costa, el panorama no es menor, la semana pasada, La Asociación Nacional de Ciudades Inteligentes e Iluminación (Anap) alertó que pueden sumarse apagones en los alumbrados públicos y se prevé que comience en la costa Caribe, con interrupciones del servicio en tres departamentos: La Guajira, Magdalena y Atlántico según ellos por la “malversación de los impuestos de alumbrado público por parte de los comercializadores de energía eléctrica en estas áreas del país, con la aparente complicidad del Gobierno Nacional al no ejercer adecuadamente la supervisión y el control”.

Teniendo esto sobre la mesa, se espera que las lluvias inicien a principios del mes de mayo, sin embargo, es importante atender el llamado de la Agencia Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA), menciona que tenemos un 75% de probabilidad de que el fenómeno se extienda hasta mayo.

Mientras tanto, la invitación es ahorrar con programas como “Apagar paga” mencionado en el año 2016… acciones tan sencillas como apagar electrodomésticos que no necesitemos en nuestros hogares al finalizar el día (hornos microondas, lavadoras, calentadores, estufas, etc), bañarnos con agua fría, reutilizar el agua del lavado de ropa y recircular, puede ayudarnos; por otro lado, si las empresas consiguen generar protocolos de encendidos y apagados de sus equipos de manera programática sin afectar su operación, contribuyen a un ahorro especifico y permanente no para esta crisis, sino para los años de su operación.

Iván Santisteban

Protesta sí, pero no así

Se nos está volviendo paisaje el vandalismo desmedido durante las protestas en Bogotá. El más reciente ejemplo tiene que ver con lo ocurrido en la Universidad Nacional, que llegó a su punto máximo con encapuchados que se tomaron uno de los edificios. La situación fue tan dramática que Henry Balcázar, vigilante del lugar, quedó sitiado y recibió amenazas de muerte tras negarse a dejar su puesto de trabajo a merced de los vándalos.

Lo anterior no es algo normal, que deba dejarse pasar ante la mirada permisiva de las autoridades. Incluso, la saliente rectora de la Nacional, Dolly Montoya, aseguró que el gobierno no ha estado con ellos en medio de la situación de seguridad que se afronta, razón por la que se han sentido solos.

 

Lo cierto es que la protesta social se está saliendo de control sin que se establezcan límites. Aquí quiero ser enfático en que respaldo al movimiento estudiantil, respaldo el salir a las calles como forma de manifestarse, pero lo que no respaldo es el abuso a los derechos, que nos llevan a caer en anarquía, violencia y vías de hecho. Protesta sí, pero no así.

¿Hay algún límite? ¿Quiénes son los responsables o “manzanas podridas” detrás del daño a la propiedad pública y privada? ¿cómo responden?

En Colombia, la Constitución Política establece que se deben garantizar los derechos de asociación o reunión pacífica, libertad de expresión y huelga. De igual forma, se reconoce la importancia de la no estigmatización, el derecho a la igualdad y la libertad de expresión de los diversos actores en la protesta social.

Ahora bien, estos derechos mencionados no son ilimitados, o con vía libre para vulnerar los de otros. Hay razones para protestar, pero hay formas, y en Bogotá están dadas las garantías, a diferencia de países como Cuba y Venezuela. De no ser así, en el cuatrienio pasado no se hubieran tenido 5.251 movilizaciones en la capital, un promedio de tres diarias.

Y es que lo de la Nacional ya se ha vuelto costumbre, unos pocos intimidan y generan caos, no solo en la institución, también en sus alrededores. Agreden a la Policía, atacan carros, como ocurrió recientemente con una patrulla que transitaba por la zona cuando un sujeto la atacó con un extintor; dañan bienes públicos como TransMilenio y bloquean el paso de la ciudadanía violando sus derechos. Con un agravante: terminamos pagando todos estos desmanes de nuestros impuestos.

En Colombia no podemos dejarnos llevar por una narrativa que debilite el establecimiento, legitime las vías de hecho que agreden los derechos de otros, y que no responsabiliza a nadie frente a lo que sucede. En Bogotá, apoyamos y respaldamos la protesta social, pero no el vandalismo, que lo único que causa son pérdidas para la ciudad.

Andrés Barrios Bernal

El puritanismo de hoy

No hay nada que me dé más lástima que ver a esa gente que sufre por temor a ser castigada cuando comete una falta. Esos señores y señoras que las películas de aire más costumbrista americanas, ahora recuerdo Criadas y Señoras, ambientada en los 50, pero tan actual…, Representan de maravilla esa rectitud de la persona que se cree en superioridad moral y juzga severamente a los demás. No sólo en lo sexual, sino en todo lo demás.

Los puritanos de hoy son esos que cancelan aquello que desde su perspectiva está mal, es reprobable y va en contra de su credo; ese que fluye y se adapta y cambia según quién maneje los hijos,  desde luego no tiene nada de permanente y divino, es más, si me apuran, niegan lo Divino pero acaban encumbrando nuevas deidades.

 

Te crearás un dios chiquitito, a tu medida

Así por ejemplo el nuevo puritano, que rechaza todo tipo de religiosidad cristiana, abraza con alegría nuevas espiritualidades que le ayudan a su desarrollo; ya sea a través del yoga, la meditación oriental, el feng shui… Es capaz de mirar dentro de sí, mantener el silencio y después de un rato de ensimismamiento volver a su vacío con ganas. Ese puritano que reniega de lo sagrado pero adora los ritos y es capaz de sacarse de la manga uno de inicio a la vida social; otro para despedir al niño que pasa a adolescente u otro para unirse libremente a otra persona y formar comunidad soltando un globo al cielo o atándose un cordel rojo a la muñeca. Respetan con devoción las religiones orientales; lo mismo celebran el Año Nuevo Chino , felicitan a bombo y platillo el fin del Ramadán que adoptan del Induísmo algún ritual de ofrendas y tienen en sus casas un pequeño y regordete Buda al que le ponen un altarcillo, como tengo yo a mi Virgen de la Dulzura. La ayuda que practican es la de la protesta activa en manifestaciones y si le pides compañía a las 5 de la mañana para repartir bocadillos a los sintecho, siempre tienen algo que hacer. En la teoría el puritano lo tiene claro, en la práctica destiñe.

Derribarás el tabú sexual

Puri habla de sexo con mucho desparpajo, no como los verdaderos protestantes americanos de donde adoptamos el vocablo. Porque hay que eliminar los prejucios esos que impuso la Iglesia arcaica y naftalinosa. 

Es de los que consume porno o  se compra un vibrador ultrapotente, para esos ratos de soledad elegida – porque siempre eligen lo que quieren- y luego se lleva las manos a la cabeza cuando los expertos avisan de los riesgos del porno, en concreto para el varón y el varón joven, y cuando se resiente el placer sexual de tanto usar aparatos estimulantes llegan los lamentos… Pero dígale usted a uno de ellos que mantiene una pareja estable y tiene hijos, y entonces que llamará egoista e incivilizado por reproducirte sin pensar en los hijos, en el mundo, en la sociedad, en definitiva, por no pensar como él y en él.

Ellos defienden todo tipo de vida animal, vegetal, acuática, microscópica… pero son capaces de justificar un aborto y hasta proponen que sea derecho humano. Y cuando les enfrentas a la verdad, es decir, que abortar es matar a un ser humano que viene, se llevan las manos a la cabeza porque ahí la ciencia choca con la conveniencia y… sacan a relucir su conveniencia y esa siempre gana.

Vivirás el poliamor aunque te lleve la desidia existencial

Cuando les mencionas la palabra amor, les sale urticaria y sólo reaccionan cuando hablas de poliamor; ese nuevo tu- conmigo, yo- contigo, tu- con aquel, y yo también-con éste y con Daniel. Pero además tienen claro que el amor no dura, no sirve y además  viven en una permanente apatía existencial porque de todo y todos se cansan, hasta de ellos mismos y de sus pronombres, que cambian y ya nadie sabe como llamarlos sin ofender. Porque desde luego ellos ven ofensa en todo.

El puritano de hoy es sobre todo envidioso, envidioso de la estabilidad emocional, de la sexual y de la armonía, física y espiritual, que un único amor provoca. 

Reciclarás bien y comerás más bio

Hace aspavientos e hiperventila cuando reciclas mal, le remuerde la conciencia si compra algún producto del fast fashion, pero no le tiembla la tarjeta, ni tiene ansiedad cuando paga con la tarjeta en la tiendita bio de la esquina sus productos traídos del quinto pino. Tampoco si para lograr su objetivo activista , ir en contra de la tala de árboles de la ciudad, ha tenido que talar miles de ellos y entregárselos al político de turno el día de su boda. ¿Parar la tala, talando? Todo muy coherente… Como lanzar tomate a los cuadros de un museo o pegarse al asfalto para detener el cambio climático.

En definitiva, el nuevo puritano de la sociedad occidental actual es aquel descreído que abraza árboles, alardea, envidia, le falta coherencia, se ofende fácilmente y analiza la vida en clave de colonialismo occidental y por tanto acaba viendo violencia en todo. De hecho acabo de descubrir que el alisado de las melenas afroamericanas es violencia estética- me he quedado pasmada – porque quieren parecerse a las caucásicas… No quiero ni imaginar el día que China despierte, reivindiquen los ojos achinados y arremetan contra occidente por imponer un canon de ojos redondeado, ese porque el hoy pagan y sus piran las adolescentes y jovencitas del gigante asiático… ¡Rodarán cabezas!

A mi me provocan cierta ternura, porque el puritano es muy sentido, sensible y por lo tanto voluble. Hoy quizá se sientan en disposición de ofenderse por eso, o tal vez no.

Almudena González

Un debate con un nivel muy bajo

No es posible que en Colombia el defender una idea de manera fuerte y vehemente, se confunda con la grosería y la ofensa, hasta el punto de tocar las orillas del lenguaje vulgar y grotesco.

Lo anterior lo digo por la manera como discutieron el presidente Gustavo Petro y el senador Miguel Uribe Tubay, por las diferencias de ambos en el pasado, el primero como alcalde de Bogotá y el segundo como concejal, sobre el cambio climático.

 

El primer mandatario tildó al congresista de ignorante y el otro ni corto ni perezoso lo comparó de manera metafórica con un matón de barrio con una actitud retadora, así como cuando un estudiante de un colegio invita a otro a darse golpes utilizando la tan conocida frase: “a la salida nos vemos”.

Es bueno preguntarse si este nivel tan bajo en el debate es lo que esperamos los colombianos del común, de quienes se ufanan de ser los  tomadores de decisiones, porque hasta donde tengo entendido, lo que se quiere de quienes interactúan en la política del país es que discutan los temas en los que no están de acuerdo buscando puntos de encuentro que les permita superar las diferencias.

Lo que menos se desea es verlos insultándose y maltratándose mutuamente porque no por el hecho de mostrarse como el que más grite o más insulte, instantáneamente se les va a aplaudir o se van a convertir en los más adorados.

Puede que esto les genere el tan anhelado Like en las redes sociales, pero esto no necesariamente se traduce en admiración, cariño y respeto. Más bien por el contrario, se les puede volver en su contra porque los colombianos estamos hastiados de tanta polémica innecesaria y mucho más si esta viene cargada de agresividad, provocación y violencia verbal.

Aun así, piden a sus contrarios no generar odios, como si ellos no generaran el suficiente.

No les quedó ni regular la manera en cómo se trataron el primer mandatario y el senador Uribe Turbay. Me pregunto si para esto se prepararon en las universidades Externado y Los Andes, y si maltratar al contrario fue lo que les enseñaron durante el tiempo que estudiaron en otros países.

Nota relacionada: Petro tilda a Miguel Uribe de “ignorante” y Miguel Uribe responde señalándole de “mentiroso, matón de barrio y cobarde”

No es esto lo que esperamos quienes estamos al pendiente de los debates. Claro que se pueden tener diferencias, pero por muy profundas que estas sean no hay necesidad de agredirse verbalmente el uno al otro, porque con este ejemplo lo único que demuestran es que ninguno de los dos está preparado intelectualmente para dar una discusión pública con altura.

Oscar Sevillano

La otra Antioquia

Es cierto que Antioquia ha tenido una tendencia política conservadora. Basta revisar las votaciones a la Presidencia por departamento en los últimos 30 años para corroborarlo. Y cuando el país parece girar por primera vez en su historia de espectro ideológico buscando posiciones más sociales y progresistas, el discurso que ha ganado popularidad en el departamento es la oposición férrea a esta tendencia de cambio en el país. De hecho, esta oposición ha ido tomando formas cada vez más extravagantes y caricaturescas. El fracaso de la vaca que promovió recientemente el gobernador de Antioquia, Andrés Julián, y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, es un claro ejemplo de ello.

Sin embargo, hay otra Antioquia que con su historia y sus valores es distante de estas visiones. Es menos visible, tiene menos cobertura mediática, y, sobre todo, ha sido silenciada de forma recurrente. No es casualidad que nuestro departamento sea el que mayor número de víctimas ha aportado en la historia del conflicto armado. Según el Registro Único de Víctimas 1,915,590 personas han sufrido victimizaciones en el departamento, el 19.78% de la población víctima que ha tenido el país. Es decir, podemos afirmar con base en estas cifras que Antioquia es el departamento más violento en la historia de Colombia.

 

Las élites Antioqueñas siempre han negado cualquier tipo de responsabilidad en la configuración de este desolador panorama. Sin embargo, está probado judicialmente que grandes figuras políticas y empresariales promovieron directamente la creación de grupos armados que usaron la violencia en los territorios para asesinar adversarios políticos, adueñarse de grandes cantidades de tierras o construir megaproyectos de infraestructura. Para cumplir con estos planes miles de jóvenes sin oportunidades y sin futuro fueron reclutados por estos grupos y obligados a participar en esta historia de barbarie.

Toda esa violencia fue cobijada bajo una narrativa de legítima defensa y estos grupos armados se formaron bajo el discurso de impedir el avance de fuerzas insurgentes. Sin embargo, la verdad que ha venido emergiendo en los últimos años bajo el relato de las víctimas demuestra que gran parte de la violencia en los territorios fue dirigida en contra de campesinos inocentes, profesores, jóvenes, mujeres, sindicalistas y en general comunidades de diferentes municipios antioqueños que vivieron los horrores como el desplazamiento, la desaparición forzada, homicidios selectivos, masacres y otras violaciones a los derechos humanos.

La violencia rápidamente se transformó en violencia política y fueron asesinados grandes líderes por señalamientos injustos o por denunciar la evidente complicidad de los dirigentes políticos quienes no hacían nada a pesar de conocer estos hechos. La persecución se ensañó con los movimientos y organizaciones populares que luchaban por los derechos laborales, el medio ambiente o la justicia social. Esta historia aún no ha sido aceptada por el conjunto de la sociedad antioqueña, muchos la niegan a pesar de la creciente evidencia y muchos otros la justifican.

La hostilidad que se está promoviendo desde la dirigencia antioqueña hacia el proyecto de cambio en el país se parece a la narrativa que precedió a la violencia paramilitar. Cuando emergen con más fuerza los impulsos para establecer un pensamiento hegemónico es indispensable recordar nuestra historia.

Juan Carlos Upegui

Semáforo a los 100 días de Galán en la alcaldía: luces verdes, amarillas y rojas

El pasado 10 de abril marcó un hito importante en la gestión de Carlos Fernando Galán al cumplirse los primeros 100 días desde que asumió su cargo como alcalde de Bogotá. Sin duda alguna, este periodo no solo sirve como referencia para evaluar su gestión, sino también para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta la capital colombiana. Bogotá no solo es la ciudad más poblada del país, con más de 7.9 millones de habitantes según el DANE en 2023, lo que representa el 15% de la población nacional, sino que también es un motor económico clave, al contribuir con uno de cada cuatro pesos al PIB nacional, según las cifras más recientes también publicadas por el DANE para el año 2022. 

Con esto en mente, utilizando la metáfora de un semáforo, podemos destacar con mayor claridad los logros de estos cien días de administración con la luz verde, las áreas de precaución con la luz amarilla, y las señales de alerta con las luz roja, que hasta ahora definen la dirección de la gestión de Galán.

 

En la luz verde de su gestión durante estos cien días, claramente se ubican los desafíos más urgentes que enfrentó el alcalde al inicio de su mandato. Entre ellos, sobresale la suspensión (aunque temporal) del contrato entre la Empresa de Renovación Urbana de Bogotá -RENOBO- y un privado para la construcción de 13.000 viviendas sobre los terrenos de la Avenida Longitudinal de Occidente. Esta medida, es un paso hacia la dirección correcta que no solo le da tranquilidad para el futuro de la movilidad de la ciudad, sino que también simboliza un avance en la protección de una avenida tan importante no solo para Bogotá, sino también para la región y el país. Asimismo, se destaca el manejo ejemplar que el alcalde Galán le dio a los incendios forestales en la ciudad, y que se caracterizó por una comunicación constante con la ciudadanía y una gestión eficaz que reflejó un liderazgo sólido en tiempos de crisis.

En este bloque de aciertos también destaca la defensa contundente del alcalde para el Metro de Bogotá ante las interferencias del presidente Petro con la frase «ni un paso atrás con el metro». En materia de seguridad, se observan mejoras en indicadores clave, como la reducción en el robo de vehículos, robos callejeros y homicidios, aunque persisten desafíos en la lucha contra la extorsión. Además, se ha evidenciado un seguimiento muy riguroso a las obras de la ciudad, con sanciones a aquellos que obstaculizan el avance, como en el caso del grupo 6 en la obra del Transmilenio de la 68. También, se ha registrado progreso visible en las intervenciones del IDU y de la Unidad de Mantenimiento Vial, lo cual refleja un compromiso tangible con el desarrollo urbano. En este contexto, destaca también la iniciativa del programa «Centro Vive» como un paso importante hacia la recuperación y revitalización del centro urbano, un modelo que podría replicarse en otros sectores de la ciudad para promover un urbanismo seguro en toda la ciudad.

En el ámbito de la luz amarilla, destaca el avance en la intervención de los parques en la ciudad. Si bien se han intervenido 50 parques en estos primeros cien días, de un total de 5000, es crucial acelerar el ritmo. Aunque la metodología de intervención y la voluntad política están establecidas, no se puede postergar la intervención de todos los parques a lo largo de los siguientes cuatro años. Acciones de este tipo son fundamentales, ya que no solo mejoran la seguridad, sino que también aumentan la sensación de calidad de vida de los bogotanos. Por lo tanto, es necesario reconocer el progreso logrado hasta ahora, pero también intensificar los esfuerzos en este aspecto y darle prioridad para avanzar en el urbanismo seguro de la ciudad.

En la luz roja, se encuentra la promoción del modelo integral de desarrollo urbano y vivienda formal que articula eficazmente las prioridades de la oferta y la demanda. La administración ya ha dejado claro en el Concejo Distrital que no modificará el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), un instrumento que infortunadamente obstaculiza el desarrollo formal de la ciudad. Por lo tanto, la ciudad espera conocer la estrategia de la administración para solucionar los problemas derivados de la inaplicabilidad del POT. La situación no puede prolongarse cuatro años más, ya que el desequilibrio en el reparto de cargas y beneficios, especialmente en los suelos de renovación urbana, impide la generación de vivienda social en la ciudad, lo que expulsa la oferta hacia los municipios aledaños. Además, más de 900 mil predios continúan afectados por las actuaciones estratégicas. La administración tiene la responsabilidad pendiente de comunicar claramente cuáles son las estrategias para permitir el desarrollo de vivienda social en Bogotá y evitar su expulsión hacia los municipios vecinos.

A este bloque se incorpora también la falta de decisión frente al consumo de drogas y estupefacientes en espacios públicos. A pesar del compromiso del alcalde para emitir un decreto al respecto a finales de enero, este aún no ha visto la luz. La importancia de este decreto radica en su capacidad para proteger los entornos escolares, impidiendo que el microtráfico encuentre terreno libre para acechar a nuestros niños. Es evidente la relación directa entre la seguridad en los parques y entornos escolares y la protección de la infancia frente a estas amenazas. Por tanto, no se puede obviar la necesidad urgente de medidas concretas que brinden claridad y salvaguarden la integridad de nuestros niños ante la presencia de jíbaros en estos espacios.

Con este balance, esperemos que el alcalde Carlos Fernando Galán no solo consolide los avances que ha logrado hasta ahora, sino que también acelere el ritmo en áreas donde aún hay desafíos pendientes. Es crucial que se concentre en abordar las problemáticas señaladas en la luz roja, trabajando arduamente para transformarlas en puntos de progreso. Solo así podremos aspirar a un futuro donde la luz verde brillen con fuerza para todos los ciudadanos, y que podamos decir ¡Vivamos Bogotá!

Sandra Forero

Concejal de Bogotá

21 de abril: Patria o Petro

Mucho se ha hablado del daño que Gustavo Petro le está haciendo al país. Ya para nadie es un secreto que, con su llegada a la presidencia, Colombia inició un capítulo de oscuridad y declive político, económico, social y hasta moral. Es claro que su legado, hasta el momento, será la entrega del territorio nacional a los grupos armados ilegales, como el ELN y las FARC, una siniestra política de relaciones exteriores, marcada por el respaldo del gobierno a dictaduras como la de Nicolás Maduro, y un vergonzoso ejercicio de la función pública.

Por supuesto que esto ha despertado inconformismo, incertidumbre y preocupación en el grueso de la ciudadanía. Así lo reflejan las encuestas y así lo gritan en las calles. El fantasma del chavismo parece asomarse con mas fuerza en el panorama nacional y, de no hacer nada, su legado de pobreza, miseria y destrucción podría acostumbrarse a visitar los hogares colombianos.

 

Patria o Petro es la decisión que hay que tomar. Así de fácil. O asumimos el deber de defender las libertades que hoy, aún en democracia, podemos disfrutar, o perdemos en las manos de un tirano la expectativa de construir un país en paz y tranquilidad.

Dicen que los problemas en democracia se resuelven en democracia y creo profundamente que así será. Debemos tomar todos y cada uno de los caminos legales y constitucionales para sensibilizar al pueblo colombiano y su institucionalidad, de los peligros que hoy representa Gustavo Petro y así evitar que estos sean una futura realidad. Es conquistando las calles, las redes y las urnas que lo podríamos lograr.  

Un grupo de valientes ciudadanos, de diferentes sectores e ideologías, ha tomado la iniciativa de convocar una marcha pácifica en todo el país el próximo domingo 21 de abril en horas de la mañana. Es un claro punto de partida para avanzar en el propósito que acabo de mencionar y creo que es un llamado que debemos atender y promover. Será, sin duda alguna, una movilización significativa para el país. Será una primera fecha para elegir: PATRIA o PETRO.

Allá nos vemos.  

Julián Uscategui

Concejal de Bogotá

¿Y ahora, auto-defensas barriales?

Nuestra constitución política, como pacto, acuerdo de paz y convivencia, en su artículo segundo plantea todo un tratado de derecho administrativo constitucionalizado, definieron los verdaderos constituyentes del 91, no los inventados por la post verdad, que, Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”.

Pues bien, este es el mandato-fin, que plantea nuestra constitución de manera general, son las reglas de juego en este pacto que como sociedad civilizada hemos hecho y que a modo de símil podemos decir, surge como la teoría de la “gran explosión” o “big bang” y hasta como la teoría de la “cascara de nuez”, del célebre físico inglés, Stephen Hawking.

 

Estas plantean que una vez presentada la explosión cósmica y dispersadas las millones de partículas químicas en el polvo estelar a través de millares de kilómetros, esa fuerza explosiva, que en un inicio era ferozmente hirviente y veloz, a medida que se alejaba, se iba desacelerando, enfriando, generando las condiciones óptimas para disipar las nubes de polvo intergaláctico, dándose así las condiciones para generar la vida tal como la conocemos.

Sin embargo, dada esa situación, es dable pensar que al irse alejando cada vez más en el infinito esa rota cascara de nuez, expulsada en direcciones opuestas, todo aquello en medio de esta, es decir la materia contenida, se iría enfriando, deteniéndose, por lo que sería posible que la historia de la vida como la entendemos hoy tenga fin, puesto que tarde o temprano se detendrá ese impulso inicial y se enfriará a tal punto que ya no podremos sobrevivir.

Así mismo, una vez dada nuestra explosión social, se dieron las condiciones para nuestra vida de derechos y deberes a través de una carta superior, se materializó todo un acontecer generador de vida democrática, cálidos pensamientos que aceleraban las partículas sinápticas de las mentes más lucidas que nos llevaban por la senda de un porvenir mejor, a través de tan garantista documento.

Nos llenaba de esperanza que la vida en paz en la patria de Bolívar por fin podría llegar, una vez se instituyera en la práctica aquello de defendernos a todos en nuestra vida, honra, bienes, creencias y demás derechos, pero además, en garantizar el cumplimiento de los deberes que conexos llevamos y que son las garantías de equilibrio sano entre todos y todas.

Sin embargo, parece ser que la teoría del físico Hawking también se está aplicando a la patria refundada en 1991, por que a medida que pasa el tiempo nos alejamos de esa explosión de ideas de progreso, derechos, garantías y deberes, se enfría más la pasión que generó, cada vez nos aletargamos más en nuestra vida en sociedad, administrativa, política y cívica, cada vez se nos garantiza menos nuestra vida, honra, bienes, creencias y nuestros derechos, pero lo que es peor, cada vez se obliga menos a que se cumplan los deberes a los servidores y ni que decir de los particulares.

Se enfrió el impulso, se siente en las calles, donde las mayorías están a merced de la violencia de unos cuantos que agreden la vida y bienes ante la mirada y el insuficiente esfuerzo de aquel prometido Estado protector, lo vemos cuando en redes y demás medios de comunicación a nadie le garantizan su honra, menos sus creencias, nuestros derechos cada vez menos protegidos, porque no hay quien haga efectivo el cumplimiento de los deberes.

Entonces, es aquí cuando surgen los cuestionamientos ciudadanos, si el Estado no protege mi vida, mi honra, mis bienes materiales o morales, mis creencias y mis libertades o la de los míos, no debería entonces dejar por lo menos que yo lo haga?, si la entelequia no me garantiza que pueda ejercer mis libertades, pero por su negligencia permite que otros no cumplan sus deberes abusando del derecho y por tanto, me atropellen en mis libertades, con que autoridad ética, moral o jurídica me podría sancionar por no permitir que me perjudicaran?.

Para muchos el principio es básico, si el Estado no puede hacer carreteras y por eso las concesiona a privados para que las haga por él, bajo su supervisión y control, por qué no hacer lo mismo con la protección de la vida, la honra y bienes, si igual son fines del Estado. Pues bien, esto que suele asumirse como debates elevados de salones universitarios y academia, está pasando, día a día, en las calles, no de las zonas rurales, donde ya pasó con las consecuencias brutales que hemos visto en demasía, sino que está sucediendo en las ciudades.

Las gentes, ante la falta de operación de las fuerzas del Estado, las cuales han perdido legitimidad y la confianza ciudadana esta mermada por los múltiples hechos de cooptación de las mafias a esas fuerzas, está acudiendo a comunas al estilo de la revolución en Paris del 1848, para defenderse, para protegerse, para impedir que unos cuantos que sobrepasan sus derechos y deberes los maten, agredan, violen o roben.

Las personas se están organizando y sencillamente están contestando estas preguntas de una manera pragmática, fuera del derecho positivo, bajo las reglas que sus situaciones les permiten y exigen adoptar, las gentes, se están defendiendo por mano propia, ya no de manera individual, sino colectiva y organizada, recordándonos que la “Salus Populi, suprema Lex Est”.

La ciudadanía está relegando el poder del Estado, que se quedó en la primera base mientras la bola expulsada por golpe del cuarto bate hace que los otros corredores sigan su marcha hasta el “home”, la ciudadanía ya preguntó y aquello de  ¿la protección de la vida, honra, bienes, creencias, libertades y derechos pa`cuando? El establecimiento o no respondió o no lo hizo satisfactoriamente, así que el pueblo esta actuando, imponiendo su propia justicia y no le va a dar espera a la burocracia paquidérmica.

Ya hemos visto el fenómeno en Suba Gaitana, Usme y más recientemente en Kennedy para hablar de Bogotá, donde los ciudadanos o pagan a otros o ellos mismos conforman grupos de protección en sus barrios y cuadras, una especie de auto-defensas barriales o urbanas. Esto pasa igualmente en Barranquilla y Cali, donde primero protestan para exigir se les proteja, luego organizan y luego se defienden con lo que puedan y como puedan.

Ante esta realidad, implorar que aterricen los discursos, la burocracia, los títulos, los egos y las ideologías, deben actuar y hacerlo pronto, sino, nos lanzaran a todos a las fauces del leviatán, a la vorágine de la realidad, de volver a enfriar  las ideas incandescentes de la constitución del 91 sobre democracia participativa y veremos como la teoría de “la cascara de nuez” se hace realidad, matando esos valores civiles y legales,  devolviéndonos a la era del salvajismo de la lucha por la vida, la honra, los bienes, las creencias, los derechos y las garantías pero del más fuerte.

Juan Camilo Castellanos

Cuestión de principios

El ataque al consulado iraní en Damasco, Siria, ocurrido el pasado primero de abril, atribuido a las fuerzas israelíes, fue motivo de fuertes declaraciones por parte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi (1960) y su máximo líder el ayatolá Alí Jamenei (1939), en el sentido de aseverar que, habrá una respuesta y la venganza que llevará al arrepentimiento de Israel. Estas declaraciones fueron motivo de respuesta por parte del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahú (1949) quien aseveró: “Sabremos cómo defendernos y actuaremos en consecuencia al simple principio de que a quien planee hacernos daño o nos haga daño, le haremos daño”.

Las anteriores declaraciones más allá de constituir frases beligerantes, sin lugar a duda alguna, con trascendencia por provenir de quienes las pronuncian y que bien podrían ser detonantes de un conflicto internacional de dimensiones inconmensurables, también permiten apelar al menos común de los sentidos: El sentido común. Existe un principio sencillo y básico de simple sentido común, quien ingresé al nido de un águila calva que cuida sus polluelos deberá atenerse a las consecuencias del ataque feroz de una de las aves más descomunales, en otras palabras, “A quien está quieto se le deja quieto”, y esto se resume en una única palabra: Respeto.

 

Los principios no son negociables, eso implica que en materia de principios se debe ser férreo, como bien lo enunciara Sun Tzu, antiguo filósofo chino, en su obra El arte de la Guerra, los principios han de ser como el roble y la estrategia como el bambú. El respeto es un principio que no se negocia, así como son principios Di-os por encima de todo y de todos, Familia, Dinero, No todo se vale, La propiedad privada se mantiene incólume, La libertad personal, La vida es sagrada siempre y cuando no riña contra la propia existencia, La monogamia, La legítima defensa de la vida, de la propiedad y de la libertad.

El respeto por el otro, entraña per se el principio de la libertad, la defensa del individuo y de la individualidad. Es increíble que se pretenda vulnerar al individuo en aras de colectivizar y priorizar lo colectivo; sin respeto por la individualidad no se puede lograr la colectivización que tantos anhelan.  Se habla mucho de amor al otro, pero se olvida el amor propio. Sin amor propio difícilmente habrá amor por el otro. La frase “A quien pretenda hacerme daño, le haré daño”, encarna sabiduría porque contempla el derecho natural a la autoconservación, la posibilidad de defender, de proteger y de cuidar lo propio. ¿Desde cuándo es indigno defenderse? ¿Cómo pretenden proteger lo público cuando no se permite antes proteger lo privado?

En la actualidad es mal visto o políticamente incorrecto. como dicen algunos, hablar de defenderse de quien hace daño. Las normas y el modelo educativo pregonado en Occidente apuntan a negar el derecho de la legítima defensa para garantizar cada vez más los derechos de los perpetradores. Razón le asiste a Netanyahú en defender a su pueblo, simplemente apela al Respeto. Israel es una nación que a lo largo de su milenaria existencia ha sido irrespetada por quienes le rodean, al punto que, hay quienes niegan la existencia del holocausto contra el pueblo judío y a su manera hacen revisionismo histórico, no en vano es el pueblo elegido de Di-s que, llamó a lo más vil y vilipendiado del mundo.

Cuestión de principios es respetar al otro, como también es cuestión de principios defender lo propio. Una persona no debería sentir vergüenza por defender lo propio y lo que ha obtenido lícitamente. Israel tiene derecho a la defensa, a defenderse y a tener un territorio seguro y en paz. Bendiciones para Israel y su capital Jerusalén por siempre.

León Sandoval

Que no nos sorprenda la honestidad

En un video que rodó hace unas semanas en las redes aparece un personaje, afable más bien, caminando al lado de una tracto-mula (o tracto camión) y prometiendo mostrar algo que ya no se ve. Es un camionero español (click para ver el video) que está en Holanda y describe cómo puede comprar en la carretera productos caseros (producidos en el mismo lugar en el campo: huevos, patatas y cebollas) tomando los productos en una caseta al frente del lugar, y para pagar uno mismo abre una cajita, mete el dinero y toma el cambio del dinero que se encuentra allí. Y se entiende que pregunta al dueño que, si está loco dejar dinero en la cajita, porque le pueden robar y no tiene ningún control, ante lo cual el hombre le responde como sorprendido, pero ¿quién te va a robar? El camionero no deja de estar más sorprendido aún y hace exclamaciones emocionado como “esto ya no se ve”, “¡te vuela la cabeza!”.

Aparece sorprendido con la honestidad.

 

El comentario más repetido del video en la red donde se publicó da cuenta de que es más “frecuente de lo impensable” en España (la mayoría de los comentaristas deben ser españoles) y uno que otro latinoamericano diciendo lo propio. Pero mencionan también a otros países que como en Holanda, sucede lo mismo, principalmente los escandinavos.

Conocíamos de todo esto por los relatos del colombo-japones Kenji Yokoi, (también en videos en la red) especialmente el de la diferencia entre honestidad e integridad, en donde nos ilustró que en la tierra de su padre (japones) se compraban productos de la misma manera.

Esto es más importante aún de lo que parece en una primera vista. La no necesidad de control representa cero costo en estas transacciones, por lo que el control no llega a ser parte de la formación del precio; al repetir la práctica de no control en todas las transacciones de un producto, porque no se requiere, ese producto tendrá una mayor productividad que otra cadena de suministro que sí lo requiera y por lo tanto, al final, en los mercados en los cuales se transan tendrán la posibilidad de una mayor competitividad frente a los competidores que si requieran control y por ende, sus costos.

Si se piensa en un país basado en la integridad de sus nacionales, en todas las actividades de su sociedad, no solo las productivas sino en las sociales cotidianas, se comprende cómo todo se confabula en una espiral positiva para crear mayor bienestar permanentemente. Imagine una Colombia libre de falta de honestidad: sería una potencia, no solo en aspectos económicos, sino, sobre todo, una tierra magnífica de bienestar.

¿Una utopía? Desde la realidad en que vivimos cotidianamente, claro que sí. Sin embargo, al visitar los países europeos se constata que se trata de una mentalidad generalizada, bien diferente a la nuestra sí, pero mentalidad al fin y al cabo (un asunto “blando”), y se embriaga uno con la posibilidad de cambiar la tendencia en las generaciones que vienen en nuestro país.

Pero transformar un país con mucha corrupción y una cultura generalizada de deshonestidad en uno de personas honestas e íntegras es un desafío complejo que requiere un esfuerzo enorme, sostenido y en todos los campos de la sociedad. No hay una receta precisa. Sin embargo, nuestro caso pasaría por luchar contra la impunidad, lo cual llevaría a tener que hacer una transformación estructural del sistema de justicia; también habría que cambiar la educación en valores y ética, y rescatar la situación desde la niñez, con el escollo de no poder contar con el ejemplo de los mayores en una importante mayoría de la población; la política tendría que cambiar, desde la desconexión de la financiación de las campañas por parte de aquellos que reciben los favores posteriormente, el fomento de la cultura de denuncia y el fortalecimiento de los entes anticorrupción y de control; además de aumentar la participación ciudadana y el mejoramiento de los derechos humanos; nada de esto sería completo ni sostenible si la prosperidad de la gente no mejorara, pero el desarrollo económico se vería mejorado por la competitividad que vendría con esa transformada mentalidad de gente trabajando justamente por la prosperidad individual y colectiva, simultáneamente.

Este tipo de cosas las sabemos todos los colombianos, pero probablemente no tendríamos idea por donde arrancar, qué hacer, ni cómo lograr algún avance, así tuviésemos la convicción de hacerlo. Se nos olvida que sí podemos dar buen ejemplo y cautivar a muchos a nuestro alrededor para que ellos también lo den, sobre todo a los niños; se nos olvida que podemos votar bien, que podemos denunciar la deshonestidad y que podemos hacer las cosas bien, sin que nadie nos esté controlando o siquiera mirando. Podemos ser el gen de esa transformación para que algún día nos sorprendamos de lo positiva que es la honestidad.

Rafael Fonseca Zarate

A la carga

Siquiera se murieron los abuelos, sin sospechar el vergonzoso eclipse” . Jorge Robledo Ortiz

El 9 de abril de 1948, un oscuro personaje que respondía al nombre de Juan Roa Sierra descerrajó tres balazos sobre la humanidad del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán Ayala, cegándole la vida y desatando con este magnicidio la mayor conflagración de nuestra historia republicana. El asesino fue linchado y su cuerpo inerme arrastrado por la multitud por toda la séptima hasta el Palacio presidencial, lugar este en donde fue abandonado el cadáver del desgraciado. Las turbas enardecidas se lanzaron a las calles destruyendo cuanto encontraban a su paso, especialmente en la capital, que fue virtualmente reducida a escombros por los desmanes y desafueros de los exaltados, episodios estos que se conocen como El bogotazo.

 

Este seria sólo el preámbulo de una larga historia de crímenes y de atrocidades sin precedentes que asolaron al país desde entonces y que se prolongó hasta el advenimiento del Frente Nacional en 1958. Esta etapa ignominiosa de nuestro discurrir es la que se ha dado en llamar de La violencia en Colombia, la cual fue magistralmente documentada por Monseñor Germán Guzmán Campos, el jurista Germán Umaña Luna y el sociólogo Orlando Fals Borda en su libro que lleva dicho título.

Las circunstancias en las que fue alevemente asesinado Gaitán fueron muy similares a las que rodearon el artero atentado que le costó la vida al también dirigente liberal y jefe del Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán Sarmiento va a ser 35 años. Uno y otro se erigieron en disidentes del Partido Liberal; ambos contaban con una fuerza arrolladora que los asomaba a la asunción del poder a través de las urnas y tuvieron en común el destino aciago que frustró a toda una generación, que vio en ellos la oportunidad del cambio que el pueblo reclamaba a grito herido. Bien se ha dicho que la historia se repite, una vez como tragedia y otra como comedia; pero, en el caso de Colombia lo que nos ha tocado en suerte vivir es una verdadera tragicomedia.

La corrupción que campeaba en su época fue sólo un pálido reflejo de la que sobrevendría después, para escarnio de una patria agobiada por una sumatoria de crisis no resueltas. Sus arengas por la restauración moral de la República, a la carga (¡!), hoy más que nunca, recobran actualidad. Y qué decir de la violencia exacerbada que nos agobia y que hacen de nuestro tiempo la prolongación de aquellos azarosos días, sin que se vislumbre la luz al final del túnel.

Él distinguió el país nacional del país político, como una forma de poner de manifiesto el divorcio que existía y sigue existiendo entre uno y otro, por cuenta del clientelismo, el gamonalismo y la degradación de la política. Sus planteamientos, pese a los 76 años transcurridos del magnicidio y 121 años de su natalicio, siguen teniendo validez y vigencia, sobre todo en lo atinente a lo social que fue su obsesión. Cuando él demandaba del Estado «procurar que los ricos sean menos ricos y los pobres sean menos pobres», propugnaba por la superación de la exclusión social y los enormes contrastes sociales que han caracterizado desde siempre a la sociedad colombiana. Históricamente Colombia ha ido en contravía del resto de países del mundo, a tal punto que hoy en día es considerado el segundo país de Latinoamérica en inequidad, al tiempo que esta a su vez es la región del mundo con mayor inequidad, después del África Subsahariana.

Razón tuvo Gaitán cuando afirmaba que él no era un hombre, que él era un pueblo, al que encarnaba e interpretaba con fidelidad y compromiso. Parodiando al General Rafael Uribe Uribe, cuando afirmó que el Partido Liberal debía abrevar en las canteras del socialismo para poder sobrevivir, no resulta exagerado afirmar que la figura señera y paradigmática de Gaitán seguirá́ siendo fuente de inspiración a sus más leales conductores. Como bien lo afirmó Jorge Luis Borges, «los hombres y los siglos vuelven cíclicamente», pero transcurrirán muchos años antes de que Colombia vuelva a tener un caudillo de la estatura moral de Gaitán. Todavía, tantos años después de su magnicidio, aún retumba su flamígero discurso cuando exhortaba al pueblo a levantarse contra la injusticia y la corrupción.

Cómo no recordar en esta fecha aciaga, la misma en la que, en virtud de la Ley de víctimas del conflicto armado interno (Ley 1448 de 20111), se conmemora el Día nacional de la memoria la solidaridad con las víctimas, estas palabras premonitorias de Jorge Eliécer Gaitán: “No creo que por grandes que sean las cualidades individuales, haya nadie capaz de lograr que sus pasiones, sus pensamientos o sus determinaciones sean la pasión, el pensamiento y la determinación del alma colectiva…Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán 50 años en regresar a su nivel normal 

El que sentencia una causa sin oír la parte opuesta, aunque sentencie lo Justo, es injusta esa sentencia”. Después de 76 años, las aguas, con su turbulencia, aún no regresan a “su nivel normal”. ¿Cuántos muertos más tendremos que esperar para que vuelvan a su cauce? Esa sigue siendo la gran incognita!.

Amylkar Acosta