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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Opinión

Tumaco, tierra de nadie

El jueves 5 de octubre al menos 6 campesinos fueron asesinados y 20 más resultaron heridos en manifestaciones contra la erradicación de cultivos de coca en el municipio de Tumaco, Nariño. El domingo, la Defensoría del Pueblo emitió un comunicado confirmando que los autores de estos hechos no serían miembros de grupos armados ilegales ni de BACRIM sino miembros de la Policía Antinarcóticos. En la tarde del domingo, una Comisión de Verificación de los hechos ocurridos, convocada por la Vicepresidencia de la República y conformada por al menos 15 personas entre periodistas, miembros del Gobierno Nacional, Mapp-OEA, ONU, organizaciones defensoras de derechos humanos y periodistas, ingresaron a la zona para poder realizar una veeduría de lo ocurrido. Durante la visita fueron recibidos por la misma Policía Antinarcóticos que el pasado jueves se vio involucrada en los hechos contra la población civil. La policía Antinarcóticos los recibió con disparos al aire y balas aturdidoras, impidiéndoles realizar la verificación en la zona y obligándolos a salir del lugar.

 

Estos hechos son evidencia de la pobre implementación de los acuerdos de Paz en lo que tiene que ver con la sustitución de cultivos ilícitos. Aunque quieren realizar la erradicación de los cultivos, no están cumpliendo con la sustitución de los mismos por otro tipo de cultivos y los campesinos que venían viviendo de los cultivos de coca han denunciado que la erradicación sin sustitución ha generado la falta de fuentes de empleo y el aumento de la pobreza.

Es importante llamar la atención al Gobierno Nacional con respecto a que en el centro de la implementación de los acuerdos debe estar siempre la población civil. Poner a la población civil y a las víctimas como base del discurso de los acuerdos es muy importante pero esto no se puede quedar en un elemento discursivo. Los campesinos, afros e indígenas de la zona vienen denunciando que la sustitución de cultivos no se está cumpliendo.

A esto se le suma el uso desmedido de la Fuerza por parte de los miembros de la Policía Antinarcóticos que aunque tienen la labor de cumplir con la erradicación por ser miembros de las Fuerzas Armadas tienen la obligación de proteger a la población Civil. Mientras que los miembros del Ejército Nacional ayudaban con la evacuación de heridos y muertos la Policía Antinarcóticos actuaba como una disidencia de un grupo armado y evidencia de esto son los videos publicados por diferentes medios de comunicación ayer en la tarde donde se ven los miembros de la comisión de Verificación debidamente identificados con chalecos e insignias propias de las entidades que representaban y se escucha a los miembros de Antinarcóticos diciéndoles que se “abran” y amedrentándoles con disparos al aire y balas de aturdimiento.

Es necesaria una intervención inmediata de la Fiscalía Nacional para esclarecer lo ocurrido y tomar las medidas necesarias para que estos hechos no queden impunes. El llamado es a que el fiscal Néstor Humberto Martínez tome las riendas de la investigación con celeridad y se capture a los responsables de estos hechos a la mayor brevedad.

En un país donde se está trabajando por construir la paz no tiene presentación que los victimarios sean miembros de la Fuerza Pública y los colombianos exigimos justicia, verdad, reparación y garantías de no repetición para las víctimas de estos hechos.

Presidente Santos, lograr la firma de la Paz con las FARC ha sido uno de los logros más importantes de cualquier gobierno en las últimas décadas, sin embargo el éxito está en que la implementación se haga de manera adecuada. La lucha contra la pobreza y la inequidad deben ser su prioridad y la erradicación no se puede dar sin sustitución.

¿Qué está pasando con la Policía Antinarcóticos en Tumaco?, ¿por qué actúan contra la población civil de esta forma?, ¿dónde están el Ministro del Interior y de Justicia y el Ministro de Defensa? ¿Será que la inadecuada implementación de los acuerdos está colaborando con una nueva configuración del conflicto en Colombia?

Los hechos en Tumaco, aunque son los más relevantes por la gravedad de lo ocurrido no son los únicos que se han presentado esta semana en el país. El enfrentamiento de la comunidad indígena de Coconuco en Puracé, Cauca que dejó como resultado un muerto y tres heridos, el asesinato de 2 mujeres y 3 hombres en Caucasia, Antioquia entre muchos otros hechos que han ocurrido es un llamado a que no se olvide que en Colombia la violencia y el conflicto son estructurales y se deben a la inequidad social. El asesinato sistemático a líderes y defensores de derechos humanos a lo largo y ancho de todo el país que ya deja un saldo de por lo menos 49 muertos desde la firma de los acuerdos de paz es un reflejo de esto y es un reto de este gobierno y los venideros nunca perder el norte que es proteger a los que históricamente no han tenido Estado y no atacarlos.

No podemos decaer en la lucha por proteger a los más necesitados y es necesario que un acuerdo de paz tan bien logrado se implemente de manera adecuada para que se puedan tener garantías reales de no repetición.

Twitter: @Diana_Noguera

Referéndum zarzuelero


Los maestros compositores Chapí, Luna, Soutullo y algunos otros estarían contentos de vivir en estos días los episodios independentistas en Cataluña. Lo vivido el 1 de Octubre parece ideal para el libreto de una zarzuela romántica y surrealista, con su final trágico.

 

Romántica por que hay que echarle mucha cara al asunto, para convocar un referéndum en afrenta al viento y la marea del Tribunal Constitucional que declaró ilegal la ley que lo convocaba. Organizar semejante despropósito de disponer para los votantes unas urnas previamente llenas de votos; y conseguir que la gente votara en la calle sin ningún orden ni control; y que los vecinos pudieran votar decenas de veces, más un pintoresco conteo a mano de los “votos”, sin jurados, ni testigos, ni capacidad tecnológica para entregar resultados confiables y con un record milagroso en la entrega de resultados: “91% a favor” pero ¿ y el resto de la aritmética, suma una burlona cifra de 100.88%.? No me dan los números.

Romántica por que los partidos independentistas tenían a sus militantes preparados y pertrechados en los supuestos “colegios electorales”, para responder a cualquier presencia del Estado Español, como si de un golpe militar se tratase.

Romántica por que los encargados autonómicos de defender el orden público, los Mossos de escuadra, lloraban (eso sí portando sus armas), al ver como el trabajo que les habían encomendado los administradores de la justicia española, no lo podían realizar sin quedar mal con los vecinos de su barrio.

Romántica por que tras decenas de años insuflando proclamas independentistas, la gente en su gran mayoría desinformada y de buena fe fue a depositar lo que físicamente era una papeleta de voto, pero que no tendría ningún efecto ni reglas que la avalara dentro del sistema democrático.

Romántica por que desde el comienzo de este descalabro independentista, sus líderes parecen con mas ganas de salir en Gran Hermano y no en poner en orden las ideas, y privilegiar el y diálogo tal y como les han estado aconsejado, por meses, importantes líderes europeos.

Surrealista por que los medios de comunicación españoles, conocedores de las advertencias legales que reiteradamente les han hecho las instituciones jurídicas del Estado, han ido cayendo en la trampa de la desinformación y la empatía de los pobres catalanes oprimidos generando un desbalance de la información.

Surrealista la reacción de los medios internacionales que sin saber nada de lo que estaba pasando, divulgaban noticias o fotos falsas, o simplemente medias verdades pensando en el admirable “seny” catalán, que nada tiene que ver con estos despropósitos.

Surrealista la ambigüedad de algunos partidos políticos, que aprovechando la situación de debilidad del gobierno, tratan de s de pescar en “rio revuelto” con el consiguiente daño irreparable a la democracia española.

Surrealista la utilización de personas de la vida pública, para tomar partido a favor o en contra del proceso de independencia, dividiendo aún más a la población española en la perplejidad sobre lo que declaran sus ídolos de la música, la cultura o el deporte.

Surrealista las medias verdades sobre la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado, que como siempre emplean los mismos métodos, ya sea para disolver una manifestación sindical o una revuelta deportiva. ¿Será que en Francia, Alemania o Bélgica sus fuerzas del orden público no han actuado con esa contundencia en los últimos años?

Surrealista la desproporción informativa sobre la cantidad de asistentes a las manifestaciones a favor o en contra de la independencia después de todos estos años de probar con la más sofisticada tecnología que pilla la mentira de los interesados. ¿Alguien les come el cuento sobre el número de “millones” de asistentes a las mismas?

Como toda buena Zarzuela el desenlace casi siempre es fatalista.

Y ojalá en este caso se imponga el sentido común y el dialogo.

El sentido común en el gobierno de la Generalitat de Cataluña, para que deje de huir hacia adelante, se ponga bajo el paraguas constitucional español y busque salidas negociadas a sus demandas políticas, que de ser razonables serán de seguro aceptadas.

Y por supuesto al Gobierno central, que no, por tener la ley de su parte, se puede esconder bajo el ala y dejar que las cosas se resuelvan por si solas. Desgraciadamente la falta de dialogo y de compromiso, hacen que muchas veces, gobiernos bien intencionados terminen en el peor de los escenarios democráticos.

Las zarzuelas terminan con una la emoción del público que se conmueve con la música y la historia. Esperemos que la música del gobierno central esté acorde con el difícil libreto del gobierno catalán y así podamos aplaudir una salida favorable para los intereses de todos los ciudadanos españoles.

La abstención, verdugo electoral

Foto: ElUniveral.com.co

 


Hace un año se llevaron a cabo las votaciones del plebiscito en el que el gobierno nacional le preguntó a los ciudadanos lo siguiente ¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?

A pesar de que la pregunta se dirigía a responder si se apoyaban los textos del acuerdo de paz las votaciones del plebiscito se convirtieron en una lucha política entre el presidente Juan Manuel Santos y el senador Álvaro Uribe Vélez, los resultados dejan ver que en Colombia ganó la abstención.

De los 34.899.945 ciudadanos aptos para sufragar solo votaron 13.066.047, lo que significa que más del 60% se abstuvieron de hacerlo.

La falta de interés del elector en conocer a fondo el contenido del texto del acuerdo, la falta de pedagogía para entender el contenido del texto final, la acelerada convocatoria a las urnas, el papel de las iglesias cristianas, la campaña de desinformación de la oposición, el exceso de confianza en las tendencias de las redes sociales, la politización de los acuerdos, la mal llamada “ideología de género”, entre otros, minaron la confianza de los votantes y disminuyeron considerablemente la intención de voto posicionándose por encima del contenido real del texto y afectando los resultados finales.

El estrecho margen con el que el NO se impuso permite ver el poder que aún maneja el senador Uribe. La oposición reiteradamente atacó el proceso con diversos argumentos como por ejemplo la claudicación del Estado al terrorismo, la participación de las Farc en la arena política sin pagar por los crímenes de guerra y de lesa humanidad, el narcotráfico como delito conexo, la amnistía para miembros de la guerrilla, entre otros. Nuevamente los ruidos externos pesaron más que los argumentos contenidos en el Acuerdo Final y el Centro Democrático supo explotarlos de la mejor manera.

Con relación a lo anterior, la incertidumbre sobre el futuro de cara al posconflicto terminó configurando un escenario en el que los ciudadanos prefirieron dejar las cosas como están y dejar que otros decidieran por ellos.

Queda como lección de este plebiscito que a los ciudadanos deben ser actores de decisión y de cambio, un margen tan alto de abstencionismo no tiene precedentes y en un tema como la terminación del conflicto con uno de los actores armados preponderantes en el país es necesario aprender del silencio de los ciudadanos.

Abstenerse no significa simplemente ser apático. La abstención es el resultado de un sistema político estancado donde los gobernantes no representan a los ciudadanos y estos no se relacionan ni con el gobierno nacional ni con las posturas del senador Uribe. Será necesario entonces buscar estrategias para que los ciudadanos que no se sienten representados por las posturas oficiales y la oposición sean escuchados y que en la configuración del nuevo escenario electoral se tenga en cuenta la posición del electorado abstencionista que hace un año demostró ser la mayoría.

Si más del 60% de la fuerza electoral no apoya ni a Uribe ni a Santos ¿a quién apoyan? Por otro lado los reales perdedores en las elecciones del domingo no fueron quienes apoyaban el SI, fueron las víctimas del conflicto armado, quienes confiaron en el Gobierno Nacional y en la ciudadanía y nuevamente se vieron victimizados, esta vez por la falta de apoyo popular. La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas tiene registradas más de 8 millones de víctimas directas ¿Será que ese 60% de colombianos que no votaron no han vivido el conflicto armado de cerca y no se conmueven por lo que viven sus compatriotas?.

Personalmente creo que ese resultado del plebiscito no es más que una radiografía de la política de nuestro país donde los más corruptos monetizan y politizan los temas que son de interés popular volviendo a los electores personas apáticas y desconfiadas de las instituciones. La crisis de la justicia, la corrupción y la crisis de los partidos nos ha hecho dudar de la importancia del voto pero la realidad es que estamos en riesgo de caer en un círculo vicioso en el cuál por falta de confianza en los gobernantes nos abstenemos de votar lo que permite que siempre estén los mismos en el poder.

Que el resultado del plebiscito sea una lección para todos y que nunca olvidemos que el poder de lograr el cambio está en cada uno de nosotros con nuestros votos. Todos estamos cansados de la corrupción, de la falta de justicia, de la inequidad y somos los únicos que podemos lograr que eso cambie votando bien. Mi invitación hoy es a romper con la apatía y centrarnos en la búsqueda de un país donde todos nos veamos representados. Que no sea la abstención la ganadora de las elecciones presidenciales de marzo y que no decidan por usted. Vote, pero vote informado!

Twitter: @Diana_Noguera


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Cataluña, sin ley no se puede

Estamos a unos días del 1 de octubre, día elegido por el gobierno de la Generalitat de Cataluña para materializar el mayor desafío constitucional desde la instauración de la democracia en España tras la dictadura franquista.

 

Desafío que tiene atónitos a propios y extraños por la descarada y burda manipulación que hacen quienes están al frente de las instituciones catalanas para trasladar a los ciudadanos la corresponsabilidad de los actos independentistas que pretenden aprobar de manera ilegal, en ese supuesto referéndum.

Las reiteradas mentiras del Presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, y las manifestaciones manipuladas y oportunistas que intentan enseñar al mundo algo que no encaja en el sentido común, no terminan de calar en la opinión pública. En un estado de derecho, los dirigentes políticos no pueden ni deben mentir a los ciudadanos.

La situación autonómica de Cataluña no está en peligro, el margen de decisión de su autogobierno es altísimo tras muchos años de transferencias de gestión por parte del Estado español. No están amenazadas sus capacidades democráticas, ni en discusión tras decenas de votaciones en diferentes momentos de estos largos años de democracia en España, su derecho al voto.

Nada ni nadie les ha impedido su libre pensar, de «estar» en el mundo, o de expresar su cultura, sus tradiciones, o el uso de su idioma durante estas casi cuatro décadas de democracia.

Los dirigentes catalanes, agobiados unos por la marea de corrupción y otros por los problemas internos, piensan que llevando el estado de derecho al límite, podrán conseguir lo que tantos años de sacrificio y lucha contra el franquismo, hicieron millones de españoles que viven hoy un nivel de modernidad y libertad nunca antes soñados, argumentando una desatención de Madrid, o un desconocimiento de sus particularidades culturales y su autonomía.

Por muchas veces que repitamos las mentiras no siempre terminan instalándose en la opinión pública:

Cataluña nunca fue un reino a quien históricamente hubo que conquistar; los catalanes aportan al estado español más de lo que reciben, interpretable y media verdad. Que su nivel de autogobierno es precario y parco en capacidad de toma de decisiones, mentira de las grandes, que el Gobierno central no tiene legitimidad democrática, ahí tienen las diferentes decisiones del Tribunal Constitucional para demostrar lo contario.

El gobierno español está actuando con la Ley en la mano, apoyado desde las instituciones jurídicas del Estado.

Quien pensó que su debilidad parlamentaria podría darles alguna ventaja estratégica se equivocaron. La ley es igual para todos y hay que cumplirla cueste a quien le cueste. Desafortunadamente no hay una unidad total de los partidos políticos, pero ahí van unos dejándose ver mas allá de la piel de cordero que los camufla.

Quizás, el 1 de octubre no se rompa la unidad de España, pero de seguro que dejará una desazón en centenares de miles de catalanes que quizás con otras reglas del juego y apegándose a las leyes que rigen el país, podrían manifestar libremente sus inquietudes a través del voto.

El gobierno tendrá que pensar si ha aplicado toda su capacidad de diálogo para evitar este despropósito institucional, pero desde luego hay una regla máxima en democracia, sin respeto a las leyes, no hay futuro para nadie.


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¿Mejor Vargas Lleras?

Se acercan las elecciones presidenciales de 2018. En este momento existen más de 25 candidatos que han inscrito su candidatura por recolección de firmas. El objetivo de esto es separarse de los partidos tradicionales, de la crisis de la justicia y de los escándalos de corrupción tratando de ser verdaderos representantes del pueblo.

 

Dentro de los candidatos que han buscado su candidatura con recolección de firmas sobresalen el ex procurador Alejandro Ordóñez con el comité “La Patria de Pie”; la ex ministra del Trabajo Clara López Obregón con el comité “Todos Somos Colombia”; el ex gobernador de Antioquia Sergio Fajardo con el comité “Compromiso Ciudadano”; el ex alcalde de Bogotá Gustavo Petro Urrego con el comité “Colombia Humana”; el ex ministro de Defensa y ex embajador en Estados Unidos Juan Carlos Pinzón Bueno con el comité “Ante Todo Colombia”, el ex jefe del equipo negociador con las FARC Humberto de la Calle con el comité “Un País donde Quepamos Todos”; la senadora Martha Lucía Ramírez con el comité “Por una Colombia Honesta y Fuerte”; la ex senadora Piedad Córdoba con el comité “Poder Ciudadano” y el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras con el comité Mejor Vargas Lleras”.

También existen candidatos de partidos tradicionales como la senadora Claudia López por el Partido Verde, el senador Jorge Enrique Robledo por el Polo Democrático, Roy Barreras por el partido de la U y los 5 precandidatos del Centro Democrático.

Aunque es evidente la crisis de representatividad de los partidos y han pululado los escándalos de corrupción llama mucho la atención que un candidato como Vargas Lleras se atreva a buscar una candidatura por recolección de firmas cuando sigue teniendo el aval de Cambio Radical.

Vargas Lleras está jugando a ser el candidato del pueblo mientras conserva el apoyo político y electoral de su partido y si lograra ganar las elecciones presidenciales sería el único candidato que tendría una representación segura de su partido en el congreso. En este momento Cambio Radical cuenta con 9 senadores y 16 representantes a la Cámara, lo que lo pone entre los 5 partidos con mayor representación en el Congreso.

Por su parte los otros candidatos que han inscrito su candidatura por firmas tendrían que buscar alianzas partidistas que les permitan una gobernabilidad. Un Ejecutivo sin apoyo del Legislativo es un gobierno con trabas e impedimentos.

Es así que nosotros como ciudadanos tenemos la labor de inmiscuirnos en la política y ser actores de cambio. La inscripción de candidaturas presidenciales por firmas es una oportunidad de romper con la corrupción y el clientelismo y está en cada uno de nosotros tomar la iniciativa y buscar el cambio que queremos.

Los nombres de los comités con los cuales han inscrito sus candidaturas son un termómetro de lo que buscan los candidatos y el comité “Mejor Vargas Lleras” es una oda al ego exacerbado del candidato de Cambio Radical.

No caigamos en las trampas de los candidatos tradicionales que quieren hacerse pasar por independientes. Busquemos que la paz siga siendo nuestro horizonte y que los próximos 4 años de gobierno sigan buscando lo que con tanto esfuerzo y después de 8 millones de víctimas nos ha costado lograr.

Aunque el panorama electoral apenas se está configurando, es necesario no perder de vista la forma en la que los candidatos van moviendo las fichas para que cuando sea tiempo de tomar una decisión y elegir a la persona que nos gobernará durante los próximos 4 años, este sea un representante del pueblo.

Es mandatorio seguir luchando por un mejor país donde se luche contra la inequidad y se sigan reivindicando los derechos de los más desprotegidos. Como ciudadano y elector lea, investigue y tome una decisión informada. Busque un candidato que lo represente y no que lo use para llegar al poder. ¡La decisión está en nuestras manos!

Twitter: @Diana_Noguera

Colombianos, sean instrumentos de la Paz

La semana pasada los colombianos tuvimos la visita del Papa Francisco quien desde el miércoles y hasta el domingo recorrió varias ciudades del país. El lema de su visita fue “Demos el primer paso” y su primer paso fue darles a los niños, niñas y jóvenes de IDIPRON un mensaje: “no se dejen robar la alegría ni la esperanza”. Sus palabras siempre tuvieron un alto grado de contenido político, social y humano, invitando a volver a lo básico, es decir, el reconocimiento de la dignidad humana.

 

El jueves en la mañana visitó la Casa de Nariño donde lo esperaba el señor presidente Juan Manuel Santos junto con la Primera Dama. Con el discurso que dio el sumo Pontífice en la plaza de armas fue posible dilucidar que el mensaje no era un simple apoyo al proceso de Paz sino que era llamado de atención al Gobierno Nacional, las Instituciones, miembros del Congreso de la República pero especialmente al pueblo colombiano para de reconocerse en la diferencia y en la necesidad de lograr la unidad de la nación para seguir buscando la paz.

Habiendo hecho un acercamiento a la cultura del encuentro se reunió en la plaza de Bolívar con miles de jóvenes que lo esperaban con ansias. A ellos se dirigió de manera más informal pero manteniendo siempre la línea discursiva con la que inició su visita al país. Les dijo que ellos tienen una sensibilidad especial para reconocer el sufrimiento en el otro y se dejan conmover por las necesidades de los más frágiles y dedicarse a ellos; lo anterior sin dejar de reconocer que el contexto colombiano muchas veces nos ha hecho perder la sensibilidad y nos ha anestesiado pidiéndoles que no permitan que los mayores se acostumbren al dolor y al abandono, que se pongan en los zapatos de aquellos (las víctimas, los pobres, los campesinos, las comunidades indígenas, las comunidades afro, las mujeres) que muchas generaciones anteriores no han logrado comprender.

Nuevamente enfatizó en la cultura del encuentro; “Ustedes pueden enseñarnos que la cultura del encuentro no es pensar, vivir, ni reaccionar todos del mismo modo; es saber que más allá de nuestras diferencias somos todos parte de algo grande que nos une y nos trasciende, somos parte de este maravilloso país”. El encuentro en la diferencia, la diferencia como riqueza, como diversidad.

Luego de esto se reunió con los obispos a quienes invitó a dar el primer paso y entregarse con la fuerza del amor a la gente que les ha sido confiada, «desde la Fe en Dios y sin servilismos o pretensiones de protagonismo y manteniendo su autonomía sin alianzas con una parte u otra”. Sin embargo, hubo una frase certera: “No tengan miedo de alzar serenamente la voz para recordar a todos que una sociedad que se deja seducir por el espejismo del narcotráfico se arrastra a sí misma en esa metástasis moral que mercantiliza el infierno y siembra por doquier la corrupción y, al mismo tiempo, engorda los paraísos fiscales”.

En la tarde se celebró la homilía en el parque Simón Bolívar, en este lugar el Papa manifestó: “También aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos; las tinieblas del irrespeto por la vida humana que sega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo; las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas” e invitándonos a “Llamar a otros, a todos, para que nadie quede al arbitrio de las tempestades; subir a la barca a todas las familias, ellas son santuario de vida; hacer lugar al bien común por encima de los intereses mezquinos o particulares, cargar a los más frágiles promoviendo sus derechos”.

Durante su visita a Villavicencio, Francisco hizo un llamado a la reconciliación: “Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto. Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz” y continuó diciendo “La reconciliación, por tanto, se concreta y se consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer esa esperanza. Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación siempre será un fracaso”.

Lo anterior como preludio al discurso que daría en el Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional donde se reunió con víctimas del conflicto armado y desmovilizados, oyó sus relatos y luego instó a Colombia a reconciliarse, “Es la hora para desactivar los odios y renunciar a las venganzas y abrirse a la convivencia basada en la justicia, en la verdad y en la creación de una verdadera cultura del encuentro fraterno”.

En Medellín mantuvo su discurso de amor al prójimo, del reconocimiento en la diferencia, paz y reconciliación y destacó la labor de San Pedro Claver para instarnos a actuar, a no ser indiferentes. En este sentido dijo “Esclavo de los negros para siempre, fue su lema de vida, porque comprendió, como discípulo de Jesús, que no podía permanecer indiferente ante el sufrimiento de los más desamparados y ultrajados de su época y que tenía que hacer algo para aliviarlo”.

Finalmente en Cartagena tuvo un encuentro con la comunidad, visitó la casa de una mujer que ha dedicado su vida a servir, rezó el Angelus en la Iglesia de San Pedro Claver y recordó la importancia de trabajar por recuperar la dignidad del otro, especialmente “por los pobres y descartados de la sociedad, por aquellos que son abandonados, por los emigrantes, por los que sufren la violencia y la trata”.

Recordó los testimonios que había oído de víctimas y victimarios recalcando que las víctimas “han dado el primer paso en un camino distinto a los ya recorridos”, el camino de la paz y la reconciliación. Sin embargo para acercarse a esa utopía es necesaria la participación de todos, de un pacto social y cultural sentenciando “Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias”.

Hizo énfasis en la cultura del encuentro como un camino hacia la verdad y la reparación, un diálogo entre dos buscando el perdón, un perdón que lleve a la reparación y existan garantías de no repetición resaltando la labor de los defensores de Derechos Humanos en Colombia invitando a todos a asumir ese compromiso de defensa. “Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias”.

El último mensaje del Papa Francisco fue la conclusión perfecta a la visita: “Colombia, tu hermano te necesita, ve a su encuentro llevando el abrazo de paz, libre de toda violencia, esclavos de la paz, para siempre”.

Los mensajes del Papa son una gran herencia de la Teología de la Liberación, la búsqueda de una Iglesia de los pobres y para los pobres, la inclusión de la justicia social restaurativa en la cual las víctimas deben ser reparadas en los daños que han recibido, la recuperación de la dignidad humana y la búsqueda permanente de la paz.

La invitación del Papa que a través de sus discursos nos deja, debe calar en los oídos y mentes de todos los colombianos ya que acercarse a la utopía de la paz es una labor permanente donde todos somos pieza clave.

Llama mucho la atención que el llamado del Papa se encuentra contenido tanto en el texto de los acuerdos como en la palabra de Dios, evidenciando que si bien se trata de un tema político, hay que poner en el centro de la discusión al ser humano, dignificándolo y protegiéndolo. Es ahora nuestra tarea nunca perder el horizonte y asumir la paz como una tarea de todos los días. De esto surge una sola pregunta ¿estamos los colombianos dispuestos a ser esclavos de la paz para siempre?.


Twitter: @Diana_Noguera

Progreso material vs felicidad personal

Durante los días de agosto de 2017 que la Medellín primaveral celebraba su fiesta anual de la Feria de las Flores y miles de paisas y de extraños se entregaban a la ingesta de nuestra bebida alcohólica, el aguardiente, me fui en compañía de unos seres entrañables a la sala de cine independiente, Las Américas, para disfrutar una película curiosamente producida en Canadá, que lleva por título un nombre que sugiere una temática bastante sugestiva ya que apunta a la ilusión de vivir algo parecido al poema del gran poeta español, Calderón de la Barca, La vida es un sueño. La trama central hace referencia al típico hombre de clase media con esposa y dos hijos; ella, gran consumista para llenar su aburrida vida matrimonial, y él, entregado frenéticamente a hacer dinero para tener una bella casa y confortable en la que concurre la tediosa existencia de la pareja, conformista con su rutina sexual y poco placentera. El escenario en el que se rodó la película es extraordinariamente atractivo, pues nos muestra la hermosa y elegante Quebec, urbe por excelencia del Canadá franco parlante. Cualquiera imaginaría viendo parajes, calles, monumentos y casas tan atractivos al ojo humano, que es el lugar ideal idílico para vivir a plenitud la felicidad personal y familiar. Sin embargo, el gran mérito de la cinta consiste en tratar con maestría el tema fundamental en que se debate la sociedad moderna: la tecnología como supuesto progreso material y el concepto de civilización.

 

Para muchos vivir en este doblemente frío país (en clima y en relaciones apáticas personales) presupone una condición de la cual derivan la felicidad sus habitantes; no obstante, al final la enseñanza y el mensaje que se extrae es que puede vivir mejor un campesino de la Antioquia rural o de la Andalucía española que los nativos de América del norte.

Con una vida frenética, colmada de gastos y facturas y una infelicidad conyugal manifiesta, en la que la sexualidad genital de los esposos es tan pobre y escasa de satisfacción, que el sexo solitario es la única forma de desfogue del atribulado cónyuge y padre de familia que termina arruinado y por supuesto, aplicando la frase de Máximo Gorki, según la cual cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana, que la antes supuestamente cariñosa y sumisa esposa termina mandándolo a dormir en lo que por estas tierras llamamos el cuarto de San Alejo. La película es de una gran riqueza argumental, pues muestra crudamente la forma de vida del típico hombre de clase media que vive de la apariencia y que a cambio de una casa confortable y unos muebles y enseres aparentemente bellos, renuncia a una satisfacción individual en el plano emocional, intelectual, cultural y sexual.

El drama urbano cotidiano del hombre norteamericano que vende su alma al diablo del consumismo es magistralmente retratado en esta excelente cinta producida en un país que no tiene tradición en el arte cinematográfico. Que los valores humanos es países como Canadá, Estados Unidos y otros nórdicos europeos están más retrasados que la tecnología, queda demostrado en el guion que dura casi dos horas. Escenas y diálogos cargados de realismo y dramatismo conyugales hacen de la mencionada cinta una de las mejores que he visto en los últimos días.

La falta de civilización de América del norte y Europa nórdica se patentiza en este culebrón conmovedor que como el buen cine, se proyecta en pequeñas salas donde se degusta este bello arte y no en las grandes en las que la ficción exagerada aburre hasta el hartazgo. Como niños confundidos padres e hijos juegan en los roles conocidos de la pareja típica pequeñoburguesa como un supuesto marco idílico de confort habitacional, pero con una pobreza emocional extrema. Los juguetes de unos y otros son los mismos de nuestra familia clase media latinoamericana, que juegan a ir a otros planetas mientras olvidan disfrutar su única vida terrenal que tienen.

El deleite y goce de vivir grecorromano de la Europa y África mediterráneas no aparecen en el paradigma de existencia de la América y Europa Nórdicas.

Ejecutivos agresivos, competitivos e infelices abundan en los países llamados desarrollados, pero sus vidas son desconcertadas e insatisfechas, lo que demuestra que las mencionadas naciones conocieran primero la tecnología pero no han podido aun conocer un grado de civilización que les permita a sus nativos vivir alegre y placenteramente. Este último modo de vida es el que los griegos llamaban bárbaro y es el que impera en nuestras Colombia y España de estos tiempos así muchos crean vivir civilizadamente.

Lo pilares del buen vivir

Amor, trabajo y cultura son las bases de una vida feliz, quien tenga estos tres elementos puede ser un gran candidato a la felicidad humana. Sin embargo, pocos los afortunados que en este convulsionado como alocado mundo pueden preciarse de tener satisfecho el trípode de la dicha existencial. Unos carecen de un adecuado, apetecido y bien remunerado trabajo; otros son afortunados en tener excelente empleo, pero carecen de la cualidad de gozar del amor por la vida, por la naturaleza, por sí mismos y por los demás; y los hay que teniendo las dos anteriores carecen por completo de cultura. Así que no es fácil de satisfacer la tríada que hace la vida más alegre y feliz.

 

Nuestra educación tiende a imponernos la manera de adquirir un buen trabajo con descuido del arte de amar y el cultivo de una adecuada cultura. Nos mutila la sociedad y nuestros padres alguno o algunos de los ingredientes necesarios para ejercer el arte del buen vivir. Son millares de seres en el planeta los que se esfuerzan por conseguir los recursos básicos para su manutención y la de sus familias, otros cuantos miles se ocupan de sus negocios desde la mañana hasta altas horas de la noche sin dejar un espacio en sus vidas para ganarse a sí mismos, a sus seres queridos y desplegar los pasatimepos que hacen más amable la existencia. La inmensa mayoría termina indefectiblemente siendo triste, aburrida y vacía a casusa de dar todo de sí para ganarse el pan de cada día o para aumentar su fortuna y para ella los goces de la cultura, el intelecto y el espíritu no existen o les resulta inaccesibles. Cuántos ricos se privan de una feliz vida por miedo, codicia o ignorancia. En mi experiencia de vida he conocido ganaderos millonarios que no se dan un viaje, no van a un buen restaurante o no adquieren un buen libro a causa de su ignorancia y codicia supremas. Algunos ganaderos son millonarios rodeados de pillos, bandidos y criminales que al realizar erogaciones, que no son más que inversiones para ellos mismos, piensan en determinadas cabezas de ganado (con lo que cuesta un viaje me compro diez vacas o novillas), que acumulan dinero para que sus esposas e hijos lo despilfarren cuando ellos mueren ricos pero que vivieron unan vida de privaciones. Mueren como vivieron: desdichados. No son pocos los industriales y comerciantes en el mundo que siguen la misma desafortunada senda de estos hombres del agro.

Antioquia, el siglo pasado, tuvo entre sus hijos a un zarrapastroso millonario que jamás conoció los goces de la cultura y el espíritu. Nuestra cultura paisa ha estado fincada en el tener, en el acumular, en el ser rico y con excepción de algunos seres privilegiados, pertenecemos a un entorno de ávidos, avariciosos y codiciosos buscadores de fortuna. El vacío interior y la pobreza espiritual de nuestros ricos contrastan con la abundancia cultural de hombres y mujeres como Fernando González, Gonzalo Arango, Débora Arango, para dar unos cuantos nombres. La pobreza y vacuidad cultural y espiritual de nuestra comarca han sido objeto de múltiples críticas ácidas de plumas como la de los mencionados González, Arango y Fernando Vallejo.

Paisas hubo en la Antioquia de antaño con carrieles repletos de dinero pero carentes de sensualidad y sensibilidad por las artes y los goces mundanos. Los hijos de los antioqueños colonizados en siglos pretéritos, los caldenses devenidos también quindianos y risaraldenses refinados y más cultos que sus ancestros, han dejado la llamada cultura grecoquimbaya en la que destacan figuras culturales como Silvio Villegas, Fernando Londoño y Londoño, Bernardo Arias Trujillo, Gilberto Alzate Avendaño y otros hijos ilustres de esa verde, bella y apreciada región central de Colombia. Una fama de tal vale más que el rango de posesiones y riquezas materiales.

Jericó, en Antioquia, y Salamina, en Caldas, son cunas de mujeres y hombres ilustres por su cultura y espiritualidad, más valiosos que los orondos millonarios paisas, que exceptuados los Echavarría y unos pocos, han sido generalmente unos burros de oro, carentes del conocimiento del arte del buen vivir.

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