Ir al contenido principal

Horarios de atención

De lunes a viernes:
8:00 AM – 5:00 PM

Whatsapp: (+57) 317 599 0862
Teléfono: (+57) 313 7845820
Email: [email protected]

Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Oscar Sevillano

Todas las noticias sobre Óscar Sevillano

La desigualdad según Polo Polo

Colombia es un país donde las personas que habitan en barrios de estratos 1, 2 y 3 deben dar una lucha titánica para sacar adelante a sus familias y no permitir que se acuesten sin por lo menos comer una vez al día. Aun así, hay muchos que deben pasar horas enteras sin probar un pedazo de pan.

Esta realidad se vive en todas partes del país, incluyendo ciudades como Bogotá donde a pesar de la lucha que han dado las últimas administraciones para acabar con las muertes de menores de 5 años por desnutrición, aun se presentan.

 

desnutrición by Confidencial Colombia on Scribd

Esto sucede por la desigualdad en la que vivimos, y es la causa por la cual, según las cifras del Instituto Nacional de Salud, a julio de 2022 un total de 137 niños murieron por desnutrición en Colombia. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, para la misma fecha, los departamentos en los que se encontraron mayores casos de desnutrición aguda fueron: Vichada (75); Guaviare (60); La Guajira (58); Guainía (53); Bogotá (41).

Lo anterior, solo en lo que tiene que ver con menores de edad que han muerto o que padecen problemas de salud por desnutrición. También se han presentado casos de suicidio porque no se cuenta con los recursos necesarios para sobrevivir ni para sostener un círculo familiar; encontramos además el llamado ‘Préstamo Gota a Gota’ al que muchos colombianos han tenido que acudir para darle de comer a sus hijos, que termina por convertirse en una pesadilla. Por este fenómeno muchos han tenido que huir de sus lugares de vivienda; otros se han quitado la vida y por supuesto, se han visto casos de quienes no pueden pagar la deuda y les han asesinado.

Todo lo anterior, lo traigo a la memoria para demostrar que por temas de desigualdad se han perdido vidas y que por tanto resulta infame y miserable que alguien que ostenta la dignidad de congresista como Miguel Polo Polo, se atreva a negarlo y lo peor del caso es que sea incapaz de reconocer el error y pedir disculpas a esos millones de colombianos que con toda su razón pudieron sentirse ofendidos.

Nota relacionada: “De desigualdad nadie se ha muerto”, dice Polo Polo

Que no se esté de acuerdo con la idea de crear un Ministerio Para la Igualdad no le da ningún derecho al representante Polo Polo de negar la realidad de los colombianos que deben luchar todos los días para conseguir el pan con que comer. Yo tampoco comparto la iniciativa, pero no porque desconozca que hay personas en nuestro país que padecen hambre sino porque considero que la igualdad es un principio que debe estar en todas las políticas públicas que trabaja el Estado en su conjunto y no debe ni puede ser un tema exclusivo de una entidad en particular.

Cada vez que escucho hablar al representante Polo Polo en la Cámara de Representantes, me pregunto cómo es que sí hubo un buen número de aspirantes a las curules afro, con la capacidad intelectual para dejar por lo alto a los afrodescendientes, por qué tenían que escoger justamente al que menos inteligencia ha demostrado tener. Será que aquí se aplica el dicho que dice que, ¿quién mucho escoge con lo peor se queda?

¿Será que el sueldo de congresista que ahora gana Polo Polo, ha hecho que se olvide de la realidad de esa Colombia profundo de donde el mismo proviene? ¿Será entonces que le cabe el viejo y reconocido refrán que a la letra dice que quien nunca ha vista a Dios cuando lo ve se asusta?

No sé qué tan honrados puedan sentirse en el Centro Democrático con un personaje como Miguel Polo Polo, que suele pronunciar frases sin ninguna coherencia y con bajo nivel de análisis y profundidad, pero de lo que sí puedo estar seguro es que, sí los uribistas quieren mantener su vocación de poder, no es con el discurso de este representante como van a recuperar el cariño de los votantes.

 

 

¿Jugando con el metro?

Desde el día en que se volvió a hablar de un sistema metro para Bogotá, no faltó los que se opusieran a esa idea, el primer de ellos, Enrique Peñalosa, quien para ese momento se disputaba la posibilidad de regresar a la alcaldía de la capital del país.

La idea de soñar con un metro fue de Samuel Moreno Rojas, aunque suene difícil de creer, y su gran opositor fue el exalcalde Peñalosa quien prometía llegar a una segunda alcaldía de Bogotá con más buses de TransMilenio en su maletín.

 

En adelante comenzaría el debate por donde debería ir el trazado de la primera línea y en ese tema se fue la Administración de Samuel Moreno, quien salió por la puerta de atrás por cuenta de los escándalos de corrupción que caracterizaron su alcaldía.

Llegó entonces Gustavo Petro, a quien hay que reconocerle la seriedad con la que trabajó los estudios, con la modalidad de metro subterráneo, la misma que cambiaría Enrique Peñalosa a su regreso al Palacio de Lievano por uno elevado.

Valga decir que Peñalosa no retornó a la Alcaldía de Bogotá con el convencimiento de darle continuidad al proyecto, porque en medio de la campaña electoral de 2015 cambió de opinión llevado por la presión mediática de una ciudadanía que ya empezaba a hastiarse de viajar incómoda en los buses articulados.

El reelegido alcalde Peñalosa dijo entonces sí al metro, pero no como lo pensó Gustavo Petro, su más enconado rival. Por supuesto, al cambiar el modelo, retrasó los tiempos de ejecución del proyecto y a pesar de que su entonces secretario de Gobierno, Miguel Uribe Turbay, hoy senador del Centro Democrático, aseguraba que para el 2022 ya estaría rodando la primera línea, era claro que este no se cumpliría, y el tiempo dio la razón a quienes lo dudaron, porque hoy, cuando está a punto de finalizar el 2022, la construcción está muy lejos de terminarse.

Cuando el turno para gobernar a Bogotá le corresponde a la actual alcaldesa, Claudia López, se da continuidad al modelo heredado por Enrique Peñalosa como un gesto de responsabilidad con la ciudad que ya había invertido mucho dinero en estudios de una cosa y la otra y en planes que no se habían llevado a la realidad.

Hoy, cuando por fin se ha avanzado en algo así sea mínimo para lo que es la magnitud de esta obra, aparece Gustavo Petro, esta vez como presidente de la república, pidiendo una revisión de los estudios y sugiriendo que el tramo que corresponde a la Avenida Caracas se haga bajo la modalidad de metro subterráneo, sin tener en cuenta que cualquier modificación no solo retrasa la obra, sino que además incrementa el valor que se debe invertir.

Es curioso que sea precisamente el Gobierno que prometió austeridad en el gasto, se muestre en disposición de aumentar la inversión para cumplir un capricho del primer mandatario. La pregunta del millón no es de donde saldrán los recursos sino a que sector se le quitarán, ¿al de seguridad y defensa de pronto?

Llama la atención además que el presidente pida revisar posibles cambios en el proyecto sin tener en cuenta que el contrato firmado no es con la Nación sino con el Distrito a través de la Empresa Metro de Bogotá, lo que obliga a contar con el Distrito para cualquier modificación o sugerencia que se quiera hacer.

Es posible que la construcción de la primera línea del metro no sufra ninguna modificación, pero aun así vale la pena preguntarse si es por lo menos responsable con la ciudad que se continúe en un debate,  de si el metro es elevado o subterráneo, cuando Bogotá necesita soluciones en la movilidad que no dan espera.

No es ni serio ni responsable que se someta a la capital del país a que continúe en medio de la incertidumbre de si puede o no puede desarrollar un sistema de transporte urbano multimodal por cuenta de los caprichos personales de quienes de una u otra forma tienen la capacidad de decisión en su futuro.

 

 

 

 

¿Hasta cuándo con Iván Márquez?

Entiendo las razones para que el Gobierno Nacional se empeñe en lograr que todos los territorios del país vivan tranquilos sin miedo a la presencia de grupos armados al margen de la ley, pero lo que si no comprendo ni comprenderé jamás es que se sacrifique la justicia que debe operar en casos como el de alias Iván Márquez.

Este asunto no es ni siquiera comparable con el de los paramilitares que se desmovilizaron con la Ley de Justicia y Paz y se regresaron a la ilegalidad porque al fin de cuentas este fue un proceso demasiado débil y poco garantista tanto para victimarios como las mismas víctimas, muy diferente a lo que se pacto en la Habana con las extintas Farc, del cual hizo parte el mismo Iván Márquez.

 

Valga recordar además que no es la primera vez que Márquez incumple unos acuerdos, lo hizo también cuando se dieron los diálogos en el gobierno de Belisario Betancourt cuando abandonó la curul en el Congreso de la República, fruto de los acuerdos políticos que le dieron vida al partido político, Unión Patriótica, para internarse en la selva y empuñar las armas.

Para desgracia del país, Márquez o Luciano Marín como es su nombre de pila, incumplió de nuevo, muy a pesar de la confianza que le brindó Colombia recibiéndole tanto a el como al resto de exguerrilleros de las Farc, a la vida sin armas.

En el momento en que menos se lo esperaba, incumplió los acuerdos y por segunda vez retornó a la ilegalidad, demostrando y dejando muy claro que, para él, es mejor y más cómodo estar en la ilegalidad y todo lo que le rodea.

Muy claro dicen los Acuerdos firmados entre el Estado colombiano y las Farc en el Teatro Colón, que quien los incumpla perderá todos los beneficios que otorga la justicia transicional y deberá someterse a la justicia ordinaria y no habrá lugar para más procesos que no sea un sometimiento. Más claro no canta un gallo.

Es ahí donde uno entiende porque el empeño del Gobierno Nacional y de algunos miembros de su bancada en el Congreso por establecer unos diálogos a la medida de Iván Márquez.

¿se habrán dado a la tarea de pensar en el mensaje que se le envía al ELN con este tipo de actuaciones? ¿Cómo entonces obligar a a esta guerrilla a cumplir estrictamente con lo que se pacte cuando se es laxo con quienes ya incumplieron acuerdos en el pasado?

Por supuesto que todos queremos vivir tranquilos, especialmente quienes le dijimos Si a la paz con las Farc, pero, señores del Gobierno no crean que la paciencia de los colombianos es infinita y que estarán dispuestos a soportar abusos en nombre de la paz.

Cuidado señores del Gobierno Nacional porque podrían estar jugando con candela.

Se acerca el momento de la decisión

La decisión de cambio en el manejo que se le ha venido dando al Estado colombiano o de continuidad del sistema,  comenzará el próximo domingo 29 de mayo, cuando los colombianos elijan las dos personas que se han de disputar la Presidencia de la República en la segunda vuelta electoral.

La última encuesta de Invamer publicada por el diario El Espectador, Caracol Noticia y Bluradio, revela que una buena parte de los colombianos podrían apostar para que la segunda vuelta la disputen el ingeniero Rodolfo Hernández y el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, con lo cual quedaría enterrada cualquier posibilidad de continuidad del uribismo en el poder.

 

Puede sonar extraño pero no sería raro que un candidato que no tiene maquinarias políticas ni grandes sumas de dinero a su favor, sea quien le dispute la Casa de Nariño al aspirante de izquierda, porque sí algo se está demostrando en esta campaña presidencial, que valga decirlo, comenzó hace mucho, es que la gente está cansada de los partidos políticos tradicionales, lo mismo que de los expresidentes que se resisten a dejar el poder y, de los congresistas que intoxican y polarizan el ambiente.

De darse una segunda vuelta entre Gustavo Petro y el ingeniero Hernández, se reafirma que más de la mitad de los colombianos no solo quieren a Duque y al uribismo lejos de la Casa de Nariño sino además un giro en las políticas públicas que se trazan, no a favor del más necesitado sino del que más recursos y privilegios tiene.

Es claro que la derecha luchará hasta el último minuto para no dejarse sacar del poder y para esto recurrirá a todo lo que tenga en sus manos, no importan los métodos.

Nada de raro  tendría entonces que el petrovideo del que tanto se ha hablado y que menciona Ramiro Bejarano en su última columna en el diario El Espectador, exista y, se encuentre en manos de los rivales de Gustavo Petro, quienes podrían estar a la espera del momento oportuno para revelarlo a través de un tercero  y acabar moralmente con el candidato del Pacto Histórico.

Y no sería extraño también que ahora la agarren también contra Rodolfo Hernández, al fin de cuentas está demostrado que la guerra sucia hace parte de la política en Colombia y a esto han jugado tanto la derecha como la misma izquierda. No olvidemos que en la pasada campaña a la Alcaldía de Bogotá, el ahora honorable senador electo, Ariel Ávila, divulgó una investigación llena de datos falsos contra Carlos Fernando Galán, quien para ese momento era el más fuerte contendor de Claudia López.

Qué tan cierto es la alerta de un posible cambio de fecha en las elecciones, no lo veo posible, porque eso lo dicta la ley, el problema es que conociendo la manera de proceder del Gobierno actual, quien ha demostrado que con tal de salirse con las suyas poco le importan las normas, no sería extraño que sucediera.

La hora de la decisión se acerca y está podría marcar un nuevo rumbo para nuestro país porque se viene incubando desde el primer estallido social que obligó por primer vez a que un presidente de la república, escuchara el sonido de la cacerola.

 

¿Dónde están los prevaricadores?

Con la caída del artículo en la Ley de Presupuesto General que modificó la Ley de Garantías, se esperaría que alguien tome la iniciativa y demande a los congresistas que con pleno conocimiento de que esto no se podía hacer, dieron su voto a favor de este proyecto.

No puede ser que una vez más la falta de escrúpulos de la mayoría de senadores y representantes se quede sin castigo alguno y sin una lección de parte de algún ciudadano, de los que tanto dicen estar aburridos de las formas sucias de ejercer la política en Colombia.

 

Es claro que alguna motivación tuvieron los congresistas para votar de manera positiva una modificación a una ley estatutaria a través de una ley ordinaria. Todos los senadores y representantes que dijeron Si, lo hicieron conociendo muy bien a lo que se exponían y, además corriendo el riesgo de una investigación en la Corte Suprema de Justicia por prevaricato en un momento en que no estarán ni el presidente de la república ni sus ministros para salvarlos.

Aun así salieron a hacer campaña política para hacerse reelegir o en favor de sus herederos, prometiendo transparencia y lucha contra la politiquería y el clientelismo, demostrando que la hipocresía no tiene límites.

Por supuesto, aquí también tiene culpa el Gobierno Nacional, pero no voy a posar de ingenuo pidiéndole a la Comisión de Investigación de la Cámara de Representantes que investigue al mayor responsable, es decir, al presidente Iván Duque, quien por supuesto no se ha tomado la molestia de dar las explicaciones del caso.

Todos sabemos que nada va a pasar en esa célula legislativa que no sirve para nada, pero sin embargo, si se le puede pedir a la Corte Suprema de Justicia que investigue a sus ministros, en este caso al del Interior, Diego Palacios y al de Hacienda José Manuel Restrepo, quienes estuvieron al frente del debate en el legislativo y promovieron la aprobación de ese proyecto de ley que incluía el articulito.

Que no vengan entonces ni el presidente de la república ni sus ministros a posar de inocentes, cuando sabían muy bien lo que se estaba discutiendo en el Congreso de la República y las consecuencias que eso tendría.

La Corte Constitucional dio carácter retroactivo a la decisión, lo que ha dejado en problemas a los gobernantes y alcaldes que firmaron convenios interadministrativos amparados en esta polémica figura, ideada y defendida por el primer mandatario, quienes tendrán que llamar a alguien que pueda defenderlos, porque Duque hará lo de Pilatos: lavarse las manos.

Cambiando de tema: Durante el paro armado decretado por el Clan del Golfo, Duque demostró una vez más  que como presidente es muy valiente para hablar desde el Palacio y bastante cobarde para ir a los territorios en los momentos en que la población está en peligro y hacerle frente a los violentos.