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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Paz total

Gobernadores dicen que Petro no los escucha

Diferentes gobernadores del país a través de la Federación Nacional de Departamentos, hicieron un llamado al presidente de la república, Gustavo Petro, porque sienten que sus preocupaciones en lo que tiene que ver con el manejo del orden público, no son escuchadas.

“Las poblaciones y carreteras del país se ven afectadas por violentos bloqueos y anarquía; se vulneran los derechos y libertades de las personas; los delincuentes intimidan, amenazan, y atacan a la población civil; y día tras día aumentan las dolorosas cifras de asesinatos de miembros de nuestras Fuerzas Militares y de Policía”, dice el comunicado de la Federación Nacional de Departamentos.

 

Los mandatarios regionales dieron a conocer las alertas por lo que sucede en sus territorios en vísperas de elecciones a alcaldes, gobernadores, asambleas y concejales.

“Ante este crudo panorama, ¿cómo podrá la nación garantizar unas elecciones transparentes y seguras? ¿Cómo podremos seguir hablando de paz?”, preguntan.

 

Jóvenes en paz, presente y futuro del país

El anuncio del Gobierno Nacional de iniciar el programa Jóvenes en Paz, ha despertado en sectores políticos y sociales, las mas variadas reacciones adversas, como si la juventud colombiana víctima de exclusión social, estigmatización, violencias estructurales, políticas y armadas, no pudiera tener la más mínima oportunidad de romper los círculos de violencias y pobrezas, a los cuales ha sido sometida por las políticas impuestas por quienes, desde los privilegios económicos, culturales, sociales y políticos, han administrado los destinos de la nación.

Una sociedad profundamente fracturada, afectada por fenómenos delincuenciales tan poderosos como el narcotráfico y la corrupción que, interactúan y se retroalimentan regional y nacionalmente, haciendo uso de las más temibles prácticas mafiosas contra la vida, especialmente de jóvenes marginalizados, no permitirá el surgimiento de hombres y mujeres nuevas; una sociedad que niega a la juventud, esencialmente rural, la posibilidad de acceder y/o mantenerse en el llamado sistema educativo; una sociedad que, forma jóvenes que no logran recrear en sus mentes o corazones, la posibilidad real de obtener un titulo técnico, tecnológico o universitario que, les brinde las condiciones para acceder a un mejor nivel de vida y gozar plenamente de sus derechos, debe plantearse con la profundidad que se requiere y la responsabilidad necesaria, romper esos círculos de violencias y generar condiciones para que las y los jóvenes, se dispongan a ser constructores de un mejor país.

 

Más allá de la iniciativa del Gobierno del Cambio, lo real es que, el reto de acabar con las violencias, que hacen imposible alcanzar los niveles de desarrollo sostenible adecuados y necesarios, para que todas y todos, en campos y ciudades, podamos gozar plenamente de derechos y vivir en un ambiente de convivencia, respeto y democracia, debe ser asumido por todos los gobiernos departamentales y municipales, por todas las entidades del Estado, por todos los sectores sociales y económicos, en especial, por quienes han tenido el privilegio de vivir o alcanzar una vida sin restricciones, exclusiones o violencias.

Construir la paz, no solo puede entenderse como el silenciamiento de las armas y su destrucción, sino que, esta debe ser el resultado de una serie de acciones y programas que se pongan como retos, a corto, mediano y largo plazo, eliminar o disminuir las causas estructurales que hace o motivan que, los y las jóvenes se vinculen o sean reclutados por los ejércitos regulares e irregulares, y seguramente caigan asesinados en cualquier esquina o vereda. Seguramente, si no estuviéramos sufriendo las consecuencias de las violencias estructurales, de la corrupción y el narcotráfico, no nos veríamos abocados a implementar este tipo de programas, que en otras situaciones, menos injustas e inequitativas, pueden ser catalogados como contraproducentes para el fortalecimiento del Estado Social de Derecho.

Colombia merece un futuro mejor, y esto exige desplegar la mas generosa creatividad que haga posible romper con las lógicas de la guerra y la ilegalidad. Esa es la bondad que encierra un programa como Jóvenes en Paz, que por supuesto, no puede verse como una única estrategia, sino como un complemento necesario y obligatorio, que le devuelva o haga emerger de los corazones y las mentes de las y los jóvenes en riesgo o vinculados a los actores armados, la esperanza de una nueva vida.

Es apenas lógico que, algunos gobernantes regionales, criados bajo el cuidado de clanes que amasaron fortunas producto de la ilegalidad, se opongan a este tipo de programas. Retoños de las mafias, nuevos jefes de clanes, usurpadores de la representatividad popular y étnica, influenciadores espurios que posan de congresistas, herederos del totalitarismo, defensores a ultransa de tesis militaristas fracasadas, se resisten a que las y los jóvenes de las barriadas, las y los jóvenes de los pueblos étnicos, pescadores y pescadoras, campesinos y campesinas, mineros y mineras artesanales, albañiles o trabajadoras del hogar, rompan con el papel de miseria y esclavitud que se les ha impuesto. Temen, con justificada razón, que este tipo de programas sean exitosos, y hagan surgir un inmenso contingente de mujeres y hombres, capaces de transformar pacíficamente las condiciones que los mantienen bajo la influencia fatal de la violencia.

A buena hora, el presidente Gustavo Petro y su vicepresidenta Francia Márquez, decidieron acelerar la implementación de este programa, cumpliendo la palabra empeñada en la campaña electoral y definidas en el Plan Nacional de Desarrollo; ojalá, todas y todos los gobernantes municipales y departamentales que se posesionarán a partir de enero de 2024, implementen programas como este, y complementen el compromiso nacional por hacer posible la Paz Total e Integral. Necesitamos que esta iniciativa se convierta en política de Estado, hasta superar o por lo menos disminuir a niveles menos dolorosos, las violencias de todo tipo.

Para poder alcanzar un sociedad que pueda dirimir o transformar pacíficamente sus conflictos, que haga realidad la reforma rural, que haga los cambios necesarios para perfeccionar su democracia y le de oportunidades reales a la juventud, se requiere implementar programas que privilegien la inversión social, el acceso popular a los derechos fundamentales como la salud, la educación, la vivienda y por supuesto la alimentación; ganarle la partida a las mafias de la corrupción y el narcotráfico, a los grupos armados ilegales, requerirá de nuevas generaciones, que desde los territorios y la marginalidad urbana, hagan posible el desarrollo, la justicia y la equidad.

Programas como Jóvenes en Paz, Jóvenes en Acción, Gestores de Convivencia, complementarios al derecho a la educación y al trabajo con dignidad, serán parte fundamental para la resocialización de jóvenes atrapados y victimizados por las mafias y los grupos armados, que se enriquecen con sus almas y sus vidas, o que alimentan sus estructuras armadas. Programas que generarán las condiciones para que, una vez los frutos de los diálogos socio-jurídicos que se adelantan con las bandas criminales urbanas y rurales, los diálogos políticos con las guerrillas den los resultados esperados y la sociedad pacte un gran Acuerdo Nacional, las nuevas generaciones puedan construir un país en paz, democrático, justo y feliz. La nueva juventud, alimenta las juntanzas creadoras de paz y harán posible la felicidad, para vivir sabroso.

Luis Emil Sanabria D

 

Se silencian los fusiles, se escuchan los pensamientos

Este pasado tres de agosto, se convirtió en una fecha especial para la vida y para la construcción de un país del tamaño de nuestros sueños. Un país en paz, en donde sus habitantes podamos dirimir nuestras diferencias acudiendo a la palabra, al acuerdo o a la democracia. En esta fecha se instalaron y se iniciaron dos componentes importantes del proceso de diálogo que se adelanta entre el Gobierno nacional y las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional – ELN.

Uno de estos acuerdos preliminares, tantas veces exigido por el pueblo afectado directamente por la confrontación, es el llamado Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal, que durante los próximos 180 días, silenciará los fusiles de la confrontación, que por casi 60 años, mantiene el Estado y estas guerrillas; y de otro lado, se instaló el Comité Nacional de Participación- CNP, instancia que convocó a 30 sectores de la sociedad con 81 delegados y delegadas, para que diseñe de forma participativa, durante los próximos seis meses, la metodología de participación social que convocará la voluntad de las colombianas y colombianos, que quieren construir paz y lograr un gran pacto nacional, que señale el camino de la equidad, la justicia social y el desarrollo.

 

En el recinto de La Carpa de Corferias, en pleno Corazón de Bogotá, con la presencia de cientos de personas, provenientes de todos los rincones del país y de múltiples organizaciones, se dieron cita las delegaciones de diálogo del Gobierno Nacional y del ELN; cada una de estas personas, haciendo alarde, con justa razón, de la importancia de lo que hasta la fecha se ha acordado. Y es que, con esa guerrilla, nunca antes se habían llegado a firmar acuerdos tan importantes, que hacen prever que el camino que se retomó en diciembre del año pasado, dando continuidad a lo alcanzado en el gobierno del expresidente Juan M Santos, y que estuvo cargado de incertidumbres y desconfianzas, empieza a mostrar resultados concretos, que la sociedad debería, disponerse a rodear sin vacilaciones.

Se silencian los fusiles, se escuchan los pensamientos, la palabra crece y el diálogo construye soluciones, amores y afectos. La palabra se toma el conflicto político, social, económico y armado, los cañones se enfrían y las balas abandonan los proveedores, para que el entendimiento, la deliberación y la vida ocupen el lugar en la sociedad, del que nunca debieron ser desalojados.

Habló el presidente Gustavo Petro, reafirmando como Presidente de la República, Jefe de Estado y firmante del acuerdo de paz de 1990 con el M-19, su voluntad de paz y la decisión gubernamental de continuar avanzando por ese camino, habló el comandante Pablo Beltrán, del ELN, ratificando el discurso rebelde, pero cargado de frases esperanzadoras sobre el futuro de paz, también se dirigió al país el jefe negociador del gobierno, el también firmante de paz del M-19, Otty Patiño, con su tono pausado y profundo señaló la importancia de los acuerdos y los avances del proceso, hablaron Monseñor Héctor Fabio Henao, en representación de la iglesia Católica y Carlos Ruiz Massieu, Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, ambos en calidad de garantes del proceso.

Los hombres que, en otrora, han sido los protagonistas absolutos de los discursos, tuvieron que cederles la palabra a las mujeres, no tantas como quisiéramos; la comandanta Consuelo Tapias del ELN, muy de civil y ostentando sus raíces afrodescendientes ratificó el compromiso eleno de avanzar hacia la paz, lo mismo desde la orilla del gobierno hizo otra mujer afrodescendiente, la delegada Nigeria Rentería, y en representación del CNP y del Comité Nacional de Paz, la palabra fue regalada por Yolanda Perea, lideresa afrodescendiente, víctima del conflicto armado. Nos hablaron las mujeres, nos hablaron desde el corazón de las dadoras de vida, defendiendo la vida. Nos ratificaron que la paz es posible, que el amor es posible y que las diferencias se pueden solucionar pacíficamente, si nos disponemos a escuchar al otro y a la otra, no para imponer nuestras ideas, sino para construir juntanzas creadoras de paz.

Pero más allá de la reseña de los y las protagonistas de tarima y sus discursos, lo más importante de este especial evento, fue el entusiasmo que cientos de personas desplegaron en el recinto. Se mezclaron las palabras, los gritos, los olores y los abrazos de ministros y ministras, exministros y exministras, ex negociadores de paz, militares, policías, guerrilleros y guerrilleras, exguerrilleros, académicos, comunales, sindicalistas, exiliadas, jóvenes, gais, lesbianas, mayoras y mayores de los pueblos étnicos, guardias indígenas, campesinas y cimarronas, autoridades  y representantes de diversas confesiones religiosas, periodistas, artistas, campesinas y campesinos, edfensores de Derechos Humanos, empresarios, y en general, constructoras y constructores de paz.

Con ese torrente importante de amantes de la paz y la felicidad, de defensoras y defensores de la vida, se le entregó a las y los delegados del Comité Nacional de Paz, la inaplazable tarea de construir un mecanismo de participación social para la paz y de cautivar a la mayor cantidad de colombianos y colombianas, para que entre todos y todas, en todas las ciudades y veredas, en los barrios y universidades, en las oficinas y los estadios, se le de una nueva oportunidad a la paz, a las transformaciones pacíficas de las causas que originan y retroalimentan el conflicto, a la palabra empeñada, al acuerdo cumplido, a la verdad y la reconciliación.

Vienen seis meses de cese al fuego, que posibilitarán al mismo tiempo, la realización de consultas, reuniones, encuentros territoriales y sectoriales, pedagogías y documentos. Meses de deliberaciones y acuerdos, hasta poder entregar al país, un documento con una metodología lo suficientemente consensuada, amplia, generosa, innovadora y transformadora, una propuesta lo suficientemente responsable, que nos enamore de la esperanza y mantenga por el sendero del cambio. Será a partir de marzo del 2024, que se empezará a aplicar este mecanismo, pero desde este mismo momento, todas las organizaciones, instituciones, y la ciudadanía debe aprestarse a realizar encuentros, a fortalecer sus coordinaciones territoriales, regionales y subregionales, a movilizarse y desatar la mas amplia iniciativa por la paz.

 

Luis Emil Sanabria D.

Arranca el cese al fuego con el ELN

Inicia el cese al fuego entre las Fuerzas Militares de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que tendrá seis meses de duración según lo pactado en la mesa de diálogos de paz.

El cese al fuego contará con una verificación integrada por delegados de ambas partes, la Misión de la ONU así como la Iglesia Católica. Participarán además veedurías conformada por grupos de la sociedad civil.

 

La Verificación tendrá sedes en Bogotá, Arauca, Bucaramanga, Cali, Cúcuta, Medellín, Pasto, Quibdó, Soacha y Valledupar. También habrá 22 puntos locales en municipios como Aguachica, Becerril, Barrancabermeja, Buenaventura, entre otros.

 

ELN ordena detener ataques contra la Fuerza Pública

El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional (ELN) ordenó a todas sus estructuras hacer un alto a los ataques contra la Fuerza Pública en todo el país, en el marco del cese al fuego firmado con el Gobierno Nacional.

El cese al fuego tendrá una duración de seis meses, a partir del próximo 3 de agosto.

 

“En el marco del acuerdo firmado con el Gobierno colombiano de Cese al Fuego Bilateral Nacional y Temporal (CFBNT), el comando central del Ejército de Liberación Nacional ordena a todas sus estructuras a suspender las operaciones ofensivas contra las Fuerzas Armadas, la Policía y los organismos de seguridad del Estado colombiano”, señaló alias ‘Antonio García’, máximo cabecilla del grupo insurgente.

El jefe guerrillero advirtió que cada incumplimiento será reportado al comité de verificación quienes se encargarán del respectivo monitoreo.

“Llamamos a todos los mandos y combatientes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) a cumplir de manera rigurosa con este cese al fuego acordado”, puntualizó.

Nota relacionada: Estos son los protocolos para el alto el fuego con el ELN

 

El cambio, la paz y la reconciliación serán con más y mejor democracia

El pasado sábado 29 de julio, se cerraron las inscripciones de candidatas y candidatos a las Alcaldías y Gobernaciones, a las Juntas Administradoras Locales-JAL, a los Concejos Municipales y a las Asambleas de Diputados departamentales, en momentos en que, el país se sacude con vientos de cambio y se propone superar definitivamente el conflicto armado.

No será fácil para el pueblo elegir la mejor propuesta y evitar la tentación, en medio de las ofertas corruptas de los clanes mafiosos que, nuevamente aspiran convertir el erario público en un botín que alimenta las arcas privadas de familias y castas. Tarea difícil para un electorado poco informado o con escasa cultura política, diferenciar y elegir la mejor propuesta que les beneficie individual y colectivamente, en medio de amenazas, fuego cruzado, hambre, miseria, exclusión, manipulación, o constreñimiento.

 

Estas inscripciones electorales y lo que se percibe van a ser las campañas, dejan claro varios problemas de nuestra democracia que han estado al centro de los acuerdos de paz y de las exigencias populares, que deberían ser solucionados; me refiero específicamente, a la necesidad de construir concertadamente, la más profunda reforma política, electoral y administrativa que ayude a erradicar los vicios que han afectado la democracia representativa, potenciar la democracia directa y deliberativa, y avanzar hacia la tantas veces aplazada descentralización.

Se les olvida a las clases dirigentes de todas las ideologías, con algunas pocas excepciones, que el surgimiento y la retroalimentan del conflicto armado interno y las múltiples violencias estructurales que nos afectan, guardan relación estrecha con la exclusión en la toma de decisiones, de aquellas corrientes políticas y sociales que han cuestionado el establecimiento, a su modelo económico y al tipo de democracia que hemos desarrollado, y que para esta exclusión, las corrientes políticas dominantes han utilizado la violencia estatal y para estatal, y la negación de espacios de comunicación y deliberación. Se olvidan, que fenómenos como el estallido social de hace pocos años, guarda relación directa, con la evidente exclusión de las mayorías populares, en la toma de decisiones.

No podemos pretender que el país cambie y que avance hacia la paz, el desarrollo sostenible, la equidad, la superación de la impunidad y la justicia social, si cada dos años, dependiendo de los cargos que estén en juego, repetimos fenómenos como el nepotismo, la compra y venta de votos, el constreñimiento, la falta de propuestas o programas elaborados en cada partido, la débil participación de las mujeres y la población LGBTIQ+, el ingreso de recursos ilegales o la superación de los topes económicos de campañas. ¿Para cuándo el voto electrónico y la modernización en el conteo?

Es necesario y urgente una reforma política y electoral que haga posible la modernización de los partidos, con mecanismos internos democráticos y participativos sólidos y exigentes. Partidos que deben desarrollar una plataforma política e ideológica clara, que no estén al vaivén de los intereses de camarillas nacionales, departamentales o municipales. Colectividades que reconozcan la importancia de las militancias en la toma de decisiones. Se requiere de partidos fuertes que puedan constituir frentes políticos, claramente definidos y comprometidos con sus militantes. Partidos y frentes que elijan democráticamente a sus candidatos o candidatas, y que una vez electos, actúen como bancadas en cada corporación.

No podemos pretender que la reconciliación sea posible, si las decisiones trascendentales que afectan el presente y el futuro de las comunidades, se siguen tomando en los clubes sociales, en las cantinas o en sitios de veraneo; Colombia reclama hoy, una reforma política que haga posible que la soberanía repose exclusivamente en pueblo, tal y como se dispone en el artículo 3° de la constitución y que esta ciudadanía informada y estructurada, la ejerza de forma directa. Debemos avanzar hacia modelos deliberativos asamblearios territoriales, en donde el constituyente primario, mediante metodologías incluyentes construyan y decidan los planes, programas y proyectos que harán posible el desarrollo sostenible territorial. ¿Para cuándo la planeación participativa a 20 o más años? ¿para cuándo la armonización de los Planes de Desarrollo con los Planes o Esquemas de Ordenamiento Territorial?

En todos los llamados Consejos, sean estos de Juventud, de Paz, Medio Ambientales, etc., con pequeñas excepciones en cada uno de ellos, al pueblo solo le corresponde “aconsejar”, porque finalmente, son los llamados representantes (alcaldes, gobernadores, concejales y diputados), quienes en conclusión deciden. Se ha fragmentado la voluntad popular, para manipular o solo para refrendar, alguna decisión tomada de forma centralizada. La democracia que el país requiere, tendrá que reconocer el poder de decisión, la potestad vinculante de la ciudadanía, no a voluntad de uno u otro gobernante progresista o demócrata, sino como política de Estado. No basta solo, con la llamada rendición pública de cuentas, hay que gobernar con y para el pueblo.

Toda esta gran reforma quedaría inconclusa, sino se avanza hacia la descentralización administrativa y política tendiente a fortalecer los municipios, los departamentos y las regiones, con autonomía y coordinación nación-territorio. Que los y las gobernantes de los entes territoriales, las JAL, los Concejos, y las Asambleas, con congresistas que se elijan para representar verdaderamente a los territorios y con capacidad de asumir el proyecto de nación, acompañados de una verdadera participación y control ciudadano, tengan la posibilidad de administrar y cuidar sus recursos económicos y naturales, de definir las rutas del desarrollo y de avanzar hacia el goce pleno de los derechos de sus habitantes.

Nos enorgullecemos de nuestras comunidades indígenas y afrodescendientes, de su cultura, de la música, la gastronomía o la danza, pero la dirigencia política y económica, se asusta cuando los pueblos étnicos exigen soberanía sobre su territorio, sobre sus mares, ríos, y quebradas, su aire, suelo y su subsuelo, sobre las llamadas riquezas mineras o energéticas, sobre los bosques y selvas. Se asustan cuando exigen gobierno y justicia propia, rescate de la cultura ancestral, defensa de las lenguas y tradiciones. ¿Para cuándo el gobierno propio? ¿para cuándo el derecho sobre sus territorios que ahora llamamos baldíos? ¿para cuándo el derecho a recorrer, como pueblos nómadas y seminómadas, el territorio que milenariamente les pertenece?

Finalmente, y aunque todavía estemos inmersos en una democracia con tantas dificultades, el camino será siempre la democracia. Hay que desatar mucha pedagogía electoral que haga posible la elección de personas honestas, capaces, transparentes, comprometidas con la paz y las transformaciones. De la ciudadanía también depende que los cambios se den y que los territorios sean bien gobernados.

 

Luis Emil Sanabria D.

«No entiendo la polémica por la designación de Mancuso»: Gloria Inés Flórez

La senadora del Pacto Histórico, Gloria Inés Flórez, explica las razones que tiene para defender la designación de Salvatore Mancuso como gestor de paz.

OS: ¡Está de acuerdo con la designación de Salvatore Mancuso como gestor de paz?

 

Gloría Inés Flórez: Claro que estoy de acuerdo, Es un compromiso que tiene el Gobierno Nacional con la paz total, que implica todos los actores, entre ellos los grupos paramilitares y el aporte a la verdad que pueden entregar. Muy importante aportar a la verdad de este país para que nunca más vuelvan a suceder hechos violentos. Hay una justicia restaurativa que nos permite superar ese dolor y perdonar como sociedad y el papel que puede jugar él, es fundamental para poder finiquitar el proceso de Justicia y Paz.

No es la primera vez que a una persona que ha estado en conflicto armado termine ejerciendo temas de paz, entonces, ¿por qué se genera toda esta polémica?

Gloria Inés Flórez; No entiendo porque la polémica y en especial la expresión del expresidente Uribe sobre el caso de la decisión de Petro de nombrar como gestor de paz a Mancuso cuando acá en este mismo recinto del Senado; ellos fueron aplaudidos por el Congreso y ahora se trata de que digan toda la verdad y cuando una sociedad conoce la verdad puede perdonar, puede hacer justicia y puede encaminarse a la construcción real de la reconciliación de la paz.

Habrá verdades que Mancuso diga y que no pueda comprobar en estos momentos, ¿puede esto provocar que se caiga su designación?

Gloria Inés Flórez:   Eso ya le corresponde a la Justicia Especial Para la Paz. Yo respeto la justicia y son los entes de justicia que pueden determinar y exigir la evidencia y la prueba, pero sí es importante el testimonio porque el testimonio ayuda a revelar situaciones que se han denunciado históricamente.

¿Cómo cuáles?

Gloria Inés Ramírez: Yo como defensora de derechos humanos denuncié el paramilitarismo en el Norte de Santander y dije que hubo casos de personas que tiraron al lado de Venezuela y la confesión de Mancuso ante la JEP, evidencia que era cierto, que teníamos la razón.

Nota relacionada: Gobierno pedirá extradición de Mancuso

Estos son los negociadores de paz del Estado Central Mayor de las Farc

El Estado Central Mayor de las Farc anunció el nombre de las personas que en su nombre participarán en la mesa de diálogos de paz con el Gobierno del presidente Gustavo Petro.

El jefe negociador será alias ‘Andrey Avendaño’, comandante del bloque Magdalena Medio y señalado como uno de los presuntos responsables del atentado en contra del expresidente Iván Duque, en Cúcuta.

 

También estará Ángela Izquierdo del bloque Occidental; alias ‘Sebastián’; Jonathan Jair Narváez Quintero, Adolfo Ballesteros Fernández, Óscar Ojeda, Alexander Farfán Suárez y José Luis Rodríguez Mora.

La instalación de una Mesa de Diálogos de Paz, la cual estará precedida por una fase preliminar de alistamiento, actualmente en desarrollo.

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Gobierno nombra a Mancuso ‘Gestor de Paz’

El presidente Gustavo Petro, a través de su cuenta de Twitter anunció la designación del exlíder paramilitar, Salvatore Mancuso, como Gestor de Paz.

“El proceso de paz entre el gobierno de Uribe y los paramilitares aún no ha terminado, aun no se sabe toda la verdad las haciendas entregadas en parte se han perdido en manos del estado recicladas a nuevos grupos que heredan el paramilitarismo, muchos cuerpos de víctimas aún no han sido encontrados. Para terminar el proceso y lograr la completa paz he decidido nombrar a Salvatore Mancuso como gestor de paz”, escribió la red social el primer mandatario.

 

Tras el anuncio algunos personajes de la política nacional expresaron sus opiniones:

“No me parece que tenga la autoridad moral ni ética para prestar ningún apoyo al proceso de paz un delincuente de esta magnitud y de estas proporciones”, dijo el excomisionado de paz, Juan Camilo Restrepo.

“Que el Pte lo nombre gestor de paz no importa, lo grave es que mienta y que haya discriminación” dijo al expresidente Álvaro Uribe, proponiendo además que se otorgue la misma condición a Jorge 40.

La actual de concejal de Bogotá por la Colombia Humana y exmiembro de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, aseguró que “la paz es el camino para la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Estoy segura de que Salvatore Mancuso contribuirá a la Paz Total”.

Por su parte el columnista y analista en temas de paz, Luis Emil Sanabria califica la decisión del primer mandatario como “acertada”.

Inmenso es el desafío de construir paz

¿Será qué en esta oportunidad si se logra un acuerdo de paz con el ELN?, esta es una de las preguntas que rondan muchas de las reuniones que alrededor de la paz se realizan por estos días, tanto en los espacios de debate académico como en los escenarios sociales y políticos; y no es para menos, ya que, solucionar el conflicto armado, en el que esta guerrilla es protagonista, toma carácter de urgencia. Responder positivamente esta pregunta, no será posible si, como lo exigen algunos liderazgos políticos, lo que se pretendiera fuera solo la desmovilización, la dejación de armas y la reincorporación de esta insurgencia, como si el futuro de la superación de los ciclos de violencias, dependiera únicamente de la voluntad que expresen y demuestren los grupos alzados en armas.

Sin embargo, si asumimos, como hasta ahora se ha planteado, tanto por el gobierno como por los elenos, que este nuevo intento de lograr un acuerdo de paz, pasa por la búsqueda de transformaciones a las causas estructurales que originan esa violencia política y las demás violencias, seguramente la respuesta puede ser bastante optimista. Y es que los pasos hasta ahora dados en la mesa de diálogo con el ELN, son bastante promisorios, pues se deja ver en las declaraciones y acuerdos, que se piensa en ponerle fin, no solo al conflicto que en este caso les compete, sino que, a partir de estos acuerdos, se pueda aportar a la construcción de la paz integral y total, y a la superación de todas de las violencias, tanto políticas, como económicas y sociales.

 

Algunas voces se han levantado exigiendo, una supuesta mayor operatividad de la fuerza pública frente al ELN, mayores precisiones, definición de etapas, tiempos exactos y resultados tangibles de la mesa de diálogo, como si se tratara de aplicar una receta, seguramente ya fracasada. Por primera vez, un gobierno asume la complejidad de abordar múltiples escenarios de diálogo con diversos actores armados, políticos y no políticos, sacar adelante un Plan Nacional de Desarrollo que pretende superar las brechas de pobreza y exclusión, poniendo al centro la defensa de la vida, transformar las políticas antidrogas colocando el énfasis en la persecución a los narcotraficantes y al lavado de activos, y sacar adelante la reforma laboral, la reforma a la salud, la reforma agraria, entre otras y de las cuáles es imposible prescindir.

Lo que vemos con claridad, y en este caso es necesario darles los créditos a las delegaciones tanto del Gobierno Nacional como del ELN, es que los acuerdos hasta ahora alcanzados indican que, lo que se busca es llegar a lo que podemos considerar, un punto de no retorno, no solo con el proceso de paz que involucra a esta guerrilla, sino en general, con toda la complejidad del conflicto armado, sus múltiples protagonistas, sus causas estructurales y sus reiterativas consecuencias. No de otra forma, se puede entender la simultaneidad de acuerdos, la disposición a su pronta implementación y la generación de rutas poco ortodoxas, para alcanzar la paz, la justicia social, y la equidad, a través de lo que puede ser un novedoso mecanismo de participación ciudadana que haga posible el compromiso de la sociedad y sus diversos sectores, en lograr pactos y acuerdos, tanto regionales como nacionales, y que adicionalmente entregue luces, para lo que puede ser una reforma política profunda, que ponga al centro el poder y la soberanía popular.

En solo siete meses, esta mesa de diálogo ha dado a conocer varios acuerdos que pudiéramos llamar de alistamiento, que marcan el camino de la profundidad de los pactos que se pretenden lograr, y la responsabilidad conjunta, con la cual, se establecieron las condiciones que deben generarse, para llegar a estos. El primero, es el llamado Acuerdo de México, que sirve de marco conceptual conjunto y que define los alcances de lo que se pretende abordar, tanto en las formas y metodologías, como en los ejes de la agenda temática. Sin demeritar otros acuerdos que se han dado, hay que resaltar el acuerdo No. 9, por la entrega que hace de elementos novedosos para el abordaje de esta manifestación del conflicto armado; este acuerdo central, que hace referencia al proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz, crea un figura muy importante para la elaboración participativa de la metodología que convocará luego a la sociedad a participar en la creación de acuerdos, denominada Comité Nacional de Participación-CNP, que a su vez ya cuenta con su reglamento operativo y su plan de trabajo, y que será instalado el próximo 3 de agosto.

Así mismo, es necesario resaltar que, este ejercicio de participación no será posible, si la mesa de diálogo no hubiera logrado prontamente otro acuerdo importante, como es, el Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal, el cual cuenta con acuerdos sobre mecanismo de monitoreo, verificación y sus protocolos complementarios, y que entrará en vigor el 3 de agosto, a la par del CNP. Es decir, estos dos acuerdos son interdependientes y se robustecerán en la medida en que entren a funcionar y las confianzas de la sociedad se fortalezcan. Los acuerdos y protocolos hacen precisiones necesarias, sin embargo, estas precisiones generan nuevos retos cargados de incertidumbres, que son propios de los abordajes participativos y complejos, los cuales se deben asumir con profundo respeto y sin muchos temores.

Los comandantes del ELN deberán garantizar que todos los frentes y sus combatientes, respetarán el cese al fuego, y tomar los correctivos necesarios para prevenir o solucionar posibles comportamientos, eventos o enfrentamientos con la Fuerza Pública que comprometan su continuidad, incluido por supuesto el acatamiento al Derecho Internacional Humanitario, en especial el respeto a la población civil; por otro lado, la Fuerza Pública, que deberá hacer los propio en relación con sus mandos a todos los niveles, y los soldados y policías, también le corresponderá profundizar su compromiso con la paz y la superación de posibles conductas que los señalan como aliados de grupos herederos del paramilitarismo y garantizar, junto con otros instrumentos, como la Unidad Nacional de Protección, la vida de líderes y lideresas sociales, gremiales y políticos de todos los sectores, para su permanencia en el territorio.

El reto del Comité Nacional de Participación, en sus seis meses de funcionamiento, será igualmente grande; deberá diseñar participativamente, mediante una serie de reuniones periódicas, encuentros territoriales, sectoriales e instrumentos virtuales, la forma de participación de la sociedad en el proceso, es decir, el cómo, quiénes, cuándo y dónde se va a participar, para construir colectivamente una agenda de transformaciones que hagan posible la paz, que sea el eje fundamental para lograr un Gran Acuerdo Nacional para la superación del conflicto político, social, económico y armado. Inmenso es el desafío de construir paz, como inmenso es el conflicto armado.

Este mecanismo o metodología de participación, que debe comenzar a implementarse desde marzo de 2024 y que llegará hasta mayo de 2025, debe ser lo suficientemente incluyente, para que ningún sector social, político o económico se sienta excluido, debe responder a la urgencia de las soluciones que exige la sociedad tradicionalmente excluida y a las transformaciones estructurales por años represadas, debe ser tan mesurado como sea posible para no crear falsas expectativas y tan ambicioso como sea necesario, para que la sociedad recupere la confianza en la posibilidad real de construir una nueva sociedad capaz de vivir en paz.

Paralelamente, se deberá incentivar que la sociedad en general se movilice en respaldo del proceso, que construya propuestas y las presente, que se haga sentir cuando considere necesario, que sea artífice y veedora del proceso y que participe en la implementación de los acuerdos tempranos que se logren. No será fácil, no será imposible, para la paz hay que creer que podemos, y hacer viable la juntanza creadora que nace y se recrea en cada territorio y en cada colombiana y colombiano.

Luis Emil Sanabria D.

El Sur de Bolívar, Magdalena Medio, Depresión Momposina y Las Lobas, construyendo caminos de paz

Para quienes tuvimos la oportunidad de participar en el encuentro «Juntanza por la Defensa de la Vida, el Medio Ambiente y el Territorio, con el espíritu de construir la Paz», convocado por la Mesa por la Paz del Sur de Bolívar, el pasado 7 y 8 de julio en el municipio de Arenal, que concitó la presencia de más de 400 personas de diversas organizaciones sociales del territorio, provenientes de  las regiones de Sur de Bolívar, Magdalena Medio, Depresión Momposina y proceso Las Lobas, este evento se reconoce como en un hecho histórico para la paz, la convivencia y el desarrollo social y popular.

Esta zona del país, quizá de las más ricas que existen, por su diversidad cultural, étnica y ambiental, reconocida por la capacidad de sus habitantes para producir alimentos, por su tradición pesquera, ganadera y minera, sigue siendo, a pesar de estar situada en el corazón geográfico de Colombia, una de las más excluidas del país. Los altos índices de pobreza y desnutrición, no se compadecen con su gran potencial productivo. La explotación aurífera ligada a técnicas extractivas altamente contaminantes, y los fungicidas y pesticidas utilizados en las grandes extensiones de cultivos de Palma, ha dejado a gran parte de la población sin acceso, por ejemplo, a la dieta proteínica derivada de la pesca, pues las quebradas y ciénagas, son depósitos de productos dañinos para el ser humano y la vida en general, que afectan la reproducción de peces y la calidad de sus carnes. Según estudios de la Corporación Autónoma Regional de Sur de Bolívar – CSB, municipios como San Martín de Loba, Barranco de Loba y Altos del Rosario presentan 200% por encima de la línea roja de contaminación, en sus tierras productivas y ciénegas.

 

Para llegar a Arenal desde el municipio cesarense de Gamarra, se debe sortear una serie de obstáculos. Sin vías carreteables adecuadas, hay que atravesar el Río Magdalena y su brazo Morales, embarcados en planchones de acero deteriorados y con pocas medidas de seguridad, sin ninguna infraestructura portuaria; este municipio no cuenta con agua apta para el consumo humano, con infraestructura educativa adecuada y programas técnicos, tecnológicos y menos de profesionalización, no dispone de una red pública hospitalaria suficiente y de calidad, o con programas de vivienda que dignifiquen la vida, entre otras condiciones que se repiten en todos los municipios de la región.

Lo que pudiera ser una de las regiones más prosperas y sostenibles, con un gran potencial turístico, es en definitiva una muestra de la decidía, la corrupción y el modelo económico. Gran reto para el Gobierno del Cambio y para toda la sociedad colombiana, es superar esta grave situación, si queremos avanzar hacia la Paz Integral, la justicia social y la equidad; lo que seguramente requerirá que, en las próximas elecciones, sus habitantes, profundamente manipulados por la corrupción y el clientelismo, logren tomar las mejores decisiones y elegir el camino de las transformaciones para la paz.

No en vano, un importante grupo de ciudadanas y ciudadanos, vienen promoviendo el nuevo departamento “Sur Caribe”, que tiene la potencialidad de convertirse en un ente administrativo que recoja y organice la región alrededor del Río Magdalena y el gran potencial hídrico, agrícola, pesquero y minero que posee, una entidad capaz de reconocer la diversidad y autonomía étnica y cultural, de poner al centro de la gobernanza y la gobernabilidad, la participación ciudadana con poder de decisión para la planeación y la presupuestación de su desarrollo, evitando desde la soberanía popular caer en manos de los clanes políticos regionales. Los habitantes de Sur de Bolívar deben cruzar cuatro departamentos para llegar a Cartagena, su actual capital.

A pesar de las adversidades generadas por la caída de un fuerte aguacero, que hizo muy difícil el tránsito desde las veredas, del deficiente servicio de energía eléctrica que se cortaba cada cierto tiempo, dejándonos sin amplificación de sonido e internet, de la presencia de los grupos armados que como el E.L.N. instaló propaganda alusiva a su actividad política, las y los líderes entregaron con mucho entusiasmo sus ideas que, servirán de guía para participar en los diversos escenarios de paz que se están abriendo.

Entre muchos elementos positivos a resaltar, además de la fraternidad y el esfuerzo de los anfitriones (Alcaldía, Mesa por la Paz, restaurantes y hoteles tradicionales e improvisados), por brindar las mejores condiciones logísticas, pues se esperaba la participación de aproximadamente 160 personas, pero el entusiasmo por la paz y el cambio, motivó que se duplicara la asistencia, se debe reconocer que los funcionarios del gobierno nacional invitados, asumieron el papel colaborativo y respetuoso, propio de quienes están comprometidos con hacer posible el Plan Nacional de Desarrollo y escuchar las voces de las gentes que claman atención.

Bajo la premisa de la unidad para construir paz, que busque desde las organizaciones sociales y populares, soluciones efectivas a las problemáticas locales y nacionales, y bajo el inclemente sol, esté ejercicio que, recupera las dinámicas y reivindicaciones propias de cada sector social, señaló el sendero, para hacer posible la coordinación de todas las organizaciones, recobrando las confianzas, reconociendo la importancia y la historia de cada proceso, y proponiendo soluciones a los múltiples problemas territoriales. Nuevamente la voz del pueblo construyó mandatos que, deben ser acogidos y fortalecidos por las organizaciones, sus líderes y lideresas, pero también por los gobiernos municipales, departamentales y nacional que deben garantizar la vida y la permanencia en el territorio.

Gran reto para las organizaciones dinamizadoras de procesos locales, como REDEPAZ, FUCUDE, la Mesa Nacional de Interlocución Social para la Paz-MENISP, el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, la Corporación Sembrar, La Red Nacional Campesina, pero en especial para las organizaciones de la región que participaron activamente, como la Federación Agrominera del Sur de Bolívar- FEDEAGROMISBOL, la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamoco, la Asociación de Víctimas de Crímenes de Estado-ASORVIN, la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar y Cesar, la Mesa Departamental de Víctimas de Bolívar, los Consejos Comunitarios de la región de Guamoco, los proceso Sociales de la región de Las Lobas, y la Mesa de Paz Sur de Bolívar, entre otras, y para las organizaciones que por múltiples razones no pudieron asistir.

Será necesario continuar el camino, elaborar una hoja de ruta que involucre a las organizaciones locales y nacionales y a las instituciones, para que este esfuerzo comience a dar los frutos esperados. La unidad es el camino más expedito para tejer la paz con mano ciudadana, por eso no se deben escatimar esfuerzos para seguir fortaleciendo escenarios territoriales de paz, para promover la acción social coordinada y no desfallecer ante las adversidades que pretenden impedir avanzar hacia la paz nacional, total e integral, que haga posible la vida con dignidad de todas y todos.

 

Luis Emil Sanabria D.

Estos son los protocolos para el alto el fuego con el ELN

El Gobierno  del presidente Gustavo Petro y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) han publicado este sábado los protocolos para el alto al fuego bilateral e que empezará a operar desde el próximo 3 de agosto y hasta el 29 de enero.

Se trata de las reglas de juego con las que las partes concretan cómo operará el cese de hostilidades y queda contemplado lo prohibido y el funcionamiento del mecanismo de monitoreo y verificación que se encargará de acompañar la medida, que abarca todo el territorio colombiano.

 

El presidente, Gustavo Petro, ha firmado una resolución para que, desde el Ejecutivo, se modifique la terminología con que se refiere al ELN.

En total son nueve los documentos pactados, que incluyen el de Rol de la Mesa de Diálogos de Paz en el cumplimiento del Acuerdo del cese al fuego bilateral, el de Protocolo complementario al mandato del Mecanismo de Monitoreo y Verificación para el cese al fuego y el de Rol de la Iglesia católica en el mecanismo de monitoreo y verificación.

También se han firmado el texto sobre Veeduría social y los Mecanismos de Protección Humanitaria, el de Evaluación, prórroga o suspensión del cese al fuego bilateral y el de Seguridad y protección para los integrantes del mecanismo de monitoreo y verificación.

Los tres últimos son Seguridad para el ELN y lugares donde hace presencia, Comunicaciones del acuerdo del cese al fuego bilateral y Pedagogía del acuerdo del cese al fuego bilateral y sus protocolos.

Las delegaciones de paz también han pactado el reglamento y plan de trabajo del Comité Nacional de Participación que comenzará a funcionar el próximo 3 de agosto. «Ese mismo día entrará en vigencia de manera plena el cese al fuego bilateral, nacional y temporal por ciento ochenta (180) días», resaltan las partes.

Además, las partes han explicado que lo pactado servirá para facilitar el desarrollo de las elecciones del 29 de octubre al dar tranquilidad a varias regiones del país. «Consideramos que el cumplimiento cabal de los compromisos asumidos en el acuerdo de cese al fuego bilateral y de participación para la construcción de la paz son un aporte concreto a la realización del proceso electoral que culminará con las votaciones territoriales el día 29 de octubre de 2023 y su correspondiente escrutinio», han argumentado.

Finalmente las delegaciones de paz del Gobierno y del ELN han apuntado que el cuarto ciclo de conversaciones iniciará el 14 de agosto en Caracas, Venezuela.

Estas directrices se suman a las ya anunciadas en la Resolución 194 que se firmó el pasado 8 de julio y que da vida a lo acordado entre los negociadores de paz.

Desde que se anunció el acuerdo para un alto el fuego bilateral se explicitó que tendría tres fases: la primera desde el 9 de junio y que finalizó el 6 de julio, tiempo en el que se hizo el alistamiento del proceso, se terminaron los protocolos, se hizo pedagogía en los territorios y se dio a conocer lo acordado con las estructuras del ELN. Además, se concretó el mecanismo de verificación con trabajo conjunto de Naciones Unidas y de la Iglesia católica.

La segunda fase está vigente desde el 6 de julio y terminará el 3 de agosto. Se aplicará la fase de desescalamiento, se frenarán las acciones ofensivas por parte de las Fuerzas Militares y de la guerrilla del ELN.

La tercera empezará el 3 de agosto y durará 180 días prorrogables, en función de las evaluaciones periódicas del mecanismo y de que se garantice el cumplimiento de las partes comprometidas.

La verificación se hará cada dos meses y creará un mecanismo de evaluación que actuará de manera local y regional para estudiar los posibles problemas que se pudieran presentar durante la vigencia del alto el fuego. Dicha instancia estará conformada por integrantes del Gobierno, el ELN, las Naciones Unidas y la Iglesia Católica.

El presidente Gustavo Petro ordenó una revisión mensual sobre la ejecución del presupuesto para garantizar que los recursos lleguen a las regiones.

Fabio Valencia Cossio estará en la mesa de negociación con el Estado Central Mayor de las Farc

El presidente Gustavo Petro nombró a Camilo González Posso, director de Indepaz, como el jefe negociador de la delegación que dialogará con el Estado Central Mayor de las Farc.

El grupo de personas que dialogará en nombre del Gobierno nacional estará conformado por el político conservador, Fabio Valencia Cossio, el empresario Carlos Murgas Guerrero, Feliciano Valencia Medina, líder indígena y uno de los directivos del Consejo Indígena del Cauca (CRIC); Yesid Arteta Dávila, Gloria Quiceno Acevedo, Darío Fajardo, Oscar Gerardo Salazar Muñoz y los Coroneles (r) Genny Calvo Olmos y Luis Novoa.

 

También participará Luz Dari Landázury Segura,  lideresa del municipio de Tumaco.

Por ahora se desconoce quienes harán parte del grupo de delegados de organización ilegal.

Gobierno prohíbe referirse al ELN como guerrilla o terroristas

El Gobierno Nacional expidió la resolución 194 de 2023 en donde explica que en el marco del acuerdo de cese al fuego bilateral, nacional y temporal pactado  con  el Ejército de Liberación Nacional, decretado mediante el Decreto 1117 del 5 de julio de 2023, «las partes acordaron que usarán entre sí un lenguaje respetuoso».

Dice además que esto se hace con el ánimo de lograr un mayor y mejor desescalamiento del conflicto armado en nuestro país.

 

De igual manera, «en concordancia con lo señalado en el artículo 1 de la presente resolución, las referencias que se hagan del Ejército de Liberación Nacional – ELN en los diferentes actos administrativos expedidos por el Presidente de la República se harán sobre el reconocimiento de que son una organización armada rebelde”, dice expresamente el artículo.

La directiva busca que las entidades del Gobierno hablen en mejores términos cuando se refieran al ELN.

658698659-RESOLUCIO-N-194-DEL-8-DE-JULIO-DE-2023 by Confidencial Colombia on Scribd

 

Estado Mayor Central de las Farc regresa a la mesa de diálogos

El Gobierno Nacional y el Estado Mayor Central de las FARC retomarán la mesa de diálogos con la idea discutir un cese al fuego bilateral que reduzca la intensidad de la confrontación armada en municipios y veredas.

Buscarán además establecer un mecanismo de verificación del eventual cese al fuego al bilateral.

 

En los próximos días se conocerán los nombres de las personas que harán parte de las conversaciones donde estarán representantes de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y de representantes de la comunidad internacional, de la Iglesia Católica y el Consejo Mundial de Iglesias.