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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Paz

La paz es el nuevo paradigma del cambio

La sociedad colombiana necesita recuperar la confianza en el proceso de paz, confianza en los diálogos constructivos que se establezcan a todo nivel y en todos los escenarios posibles para construir acuerdos territoriales y un gran acuerdo nacional de paz y reconciliación, encaminados a la transformación de las causas que retroalimentan el conflicto armado, y que debe conducir a lograr el monopolio legítimo de la armas por parte del Estado, a sacar estos instrumentos letales de la vida social, de las imposiciones económicas y por supuesto de la deliberación política.

Sin esa confianza, que va de la mano de la transparencia y la honestidad de los actores armados que se involucren en el proceso, de las personas que representan a uno u otro sector político, social y económico, y de quienes deben coordinar y promover la reconciliación y la paz, no será posible lograr los consensos necesarios para que estas se conviertan en una realidad permanente.

 

El cese al fuego y de hostilidades bilateral que avance a convertirse en multilateral, es la respuesta que tanto el Gobierno Nacional como los grupos armados no estatales le deben dar al pueblo colombiano, si verdaderamente desean que la confianza en el proceso se fortalezca y que la participación ciudadana sea la estrategia fundamental de pacto y transformación.

Si el gobierno colombiano no garantiza la vida de líderes y lideresas sociales y comunitarios, si no garantiza la seguridad de empresarios, comerciantes, ganaderos, sino logra que se respeten y fortalezcan las organizaciones sociales y su accionar, si no fortalece los partidos y movimientos políticos, el movimiento sindical y los gremios económicos; y si las organizaciones armadas al margen de la Ley, no cesan los ataques a la población civil, si no desisten de seguir cometiendo secuestros, extorsiones, desplazamientos, confinamientos, despojos, asesinatos y masacres, si no suspenden el uso de minas y artefactos antipersona, sino dejan de reclutar menores y utilizar a la mujer como botín de guerra, esa confianza tan necesaria se aleja, y el resultado de tantos esfuerzos, nuevamente será la frustración y el desánimo.

En la medida en que la sociedad reconoce que se está en un proceso de Paz para solucionar el conflicto armado, es muy probable que además de querer ser reconocida y participar en las decisiones y propuestas, empiece a exigir y a participar de la construcción de entornos de paz, a promover y comprometerse con resultados inmediatos, de ahí la necesidad, no solo de recuperar las confianzas rotas, sino también de avanzar en la construcción de un ambiente social y cultural proclive al proceso, que lo respalde, que lo interpele desde la proposición y la acción, que lo rodee y que lo haga parte de la vida cotidiana.

Hoy la sociedad colombiana a logrado, gracias a la persistencia fundamental de sectores de la sociedad civil que trabajan por la paz y los Derechos Humanos, instalar los Consejos Municipales, Departamentales y el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia. Instrumentos que aparecen reseñados desde los acuerdos de paz del 1991 con el Ejército Popular de Liberación, hoy partido Esperanza, Paz y Libertad, promovidos por Redepaz en el acta fundacional de 1993, al igual que la figura de Alto Comisionado para la Paz, impulsados por los organizadores del Mandato Nacional por la Paz de 1997 y el Gobierno del entonces Presidente Ernesto Samper, y retomado en los acuerdos de paz con las Farc-Ep de 2016, elevándolo a rango constitucional. Esta figura tan importante para generar propuestas de Cultura de paz y ambientes de confianza, diálogo social y reconciliación, no es ni debe ser considerada una instancia más de las muchas creadas en Colombia y que son sometidas al olvido, a la figuración, o simplemente convocadas para evitar sanciones por parte de los entes de control.

Además de fortalecer escenarios como las Mesas de Interlocución Social Para la paz, que las organizaciones sociales vienen promoviendo a todo nivel, y fortalecer los Consejos de Paz, es necesario iniciar desde ya la preparación de varias jornadas nacionales de desarme ciudadano, que contemple la entrega de municiones y otros artefactos como se advierte en la Ley 2272 de 2022, buscando recoger y destruir las aproximadamente Cinco Millones de armas de fuego legales e ilegales que están en poder de civiles. Esta sería una excelente iniciativa, que el Gobierno debe liderar con el apoyo de las organizaciones de Paz, para involucrar a toda la población en la dinámica de la paz total e integral.

Debemos retomar las campañas de fortalecimiento de cultura ciudadana para la paz. Jornadas de mucha trayectoria e instaladas en el imaginario colectivo como la Semana por la paz, que este año va del 3 al 10 de septiembre, el 2 de octubre día de la noviolencia, el 25 de noviembre día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, el 10 de Diciembre día internacional de los Derechos Humanos, entre otros, no pueden pasar desapercibidos.

Hay que robustecer las figuras de los jueces de paz y conciliadores en equidad y a sus organizaciones, promover los comités de convivencia y derechos humanos de las juntas de acción comunal y los consejos de administración de propiedad horizontal, así como a los equipos de convivencia de las diversas organizaciones sociales. El Estado tenido en cuenta la experiencia de las organizaciones sociales que trabajan por la paz, debe promover mediante campañas permanentes pedagógicas e informativas los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, haciendo énfasis en los derechos de la mujer, la población LGBTIQ+ y los derechos de los niños y las niñas.

Tanto la sociedad en general, como todas las instancias de Estado y de gobierno a nivel nacional y territorial, deben retomar con fuerza y decisión las recomendaciones finales de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, que buscan contribuir a que se defina una agenda de futuro que permita avanzar en diálogos sobre asuntos fundamentales y sentar las bases de la reconciliación, la paz y la no repetición. La paz será posible, avanza y se fortalece, pero será necesario involucrar con más claridad y programas generosos, a todos los sectores de la sociedad, organizados y no organizados, a los medios de comunicación, a las instituciones educativas, a las iglesias y confesiones religiosas, a los partidos políticos. La Paz puede convertirse en la una gran bola de amor que envuelva desde Colombia al mundo entero. La paz es el nuevo paradigma del cambio.

Luis Emil Sanabria D

Resucitar una Nueva Colombia, encontrar nuestro propio camino

No es fácil resucitar, no fue fácil para Jesús el Dios humanado (según la tradición judeocristiana) que, siendo humillado, torturado, crucificado y asesinado en la cruz, resucitó al tercer día como un hombre nuevo. Eso es lo que se conmemora hoy domingo, la resurrección de un hombre nuevo, que dio la vida para salvar a la humanidad de la pobreza, el hambre, la esclavitud, el dolor y la injusticia. No será fácil, nadie dijo que lo sería, resucitar a Colombia, y superar aquellos males por los que el hijo de María murió en la cruz y resucitó.

Algunos hablan de la resurrección de Colombia como si se tratara de un milagro, que otros y otras deben realizar, esos que tienen que hacer la tarea que no me corresponde; algotros alegan que la resurrección debe cambiar todo, pero que todo siga igual; desde distintas orillas se declara la necesidad de que todo muera, para que una Colombia de “solo buenos” resucite sobre la muerte; algunos intentan hacer que muera lo que se requiere, que sobreviva lo que se necesita y que resucite una Colombia del tamaño de los sueños del nazareno.

 

No será fácil intentar resucitar esta patria, primero, porque a pesar de los años, no ha terminado de nacer y segundo, porque tampoco ha terminado de morir. Resucitar una Patria sin vencidos ni vencedores y plasmar en un pacto las características de ese hijo o hija nueva, no será tarea fácil, más si tenemos en cuenta que cuando se decidió romper el cordón umbilical con la llamada Madre Patria, y se le puso el nombre de República, bautizada y bendecida, aún no se tenía claridad sobre cuál era la carga genética que ordenaría el crecimiento de un nuevo ser vivo llamado Colombia.

Algunos trataban de esconder partes del recién nacido, pues se trataba de una malformación creada con retazos copiados de otros bebes. Poco a poco esa nueva vida fue creciendo y también se le fueron aplicando disecciones que, en lugar de fortalecerle, la fueron limitando. Primero se decidió que fuera federal, pero esta parte de la recién nacida República no les gustaba a unos y rápidamente, esa idea y su implementación fue extirpada. No querían que se pareciera a la península que violó a los Andes, porque esta gustaba de esclavizar y tener sirvientes, pero había quienes no les interesaba perder los privilegios de poseer almas y cuerpos que cuidaban la recién nacida, así que esta parte tampoco se extirpó. A los creadores no les gustaban los reyes y los señores feudales, pero mantuvieron grandes extensiones de tierra y cobraron arriendo a los antiguos poseedores que eran tratados como subhumanos, esta parte se le dejó intacta.

Nunca decidimos con empeño crear los componentes necesarios de un nuevo ser y generar las condiciones que exigía su crecimiento. Quienes se adueñaron de ella, la nueva patria, prefirieron que siguiera gateando y cabalgar en su espalda, con silla, bozal, riendas, espuelas, y socios extranjeros que tomaron el timón.  Se prefirió extirpar las neuronas a la criatura, enrollarle la cabeza con una tela de tres colores y arrullarla con un himno, para que durmiera tranquila y no levantara sus piernas delanteras.

Luego de mucho llanto, de humillaciones y torturas, de nuevas banderas e himnos no oficiales, de reformas y contrarreformas, de disparos, masacres, magnicidios, de dolores en la espalda causados por el peso de ser cabalgada sin descanso, y de malformaciones, se hizo un pare y siga obligado. Nuevamente, se quiso mejorar y hacer modificaciones a la carga genética de la todavía infantil Colombia, y se firmó un nuevo pacto. Pero, aunque se puso un gran empeño, y se contaba con energías cósmicas o divinas que ordenaron el nacimiento de un nuevo ser, no se logró que esos nuevos genes se unieran. Algo salió mal en el nuevo intento.

No se fue capaz de morir en lo que no servía y resucitar en un nuevo ser apto para crecer armónicamente, sin jinetes parásitos, sin sirvientes y esclavizados, sin bozal, silla, riendas y espuelas, sin trepadores para quienes todo vale con tal de subir a la montura, sin disparos, masacres, magnicidios y demás. Ese nuevo acuerdo que en 2024 cumplirá 33 años, creado con las mejores intenciones del bien común, pero también con los más profundos interese individuales que olvidaron el amor al prójimo, y del cual emergería una nueva Colombia, fue poco a poco desarrollando un nuevo deformado ser de dos cabezas. En una cabeza se alojó una excepcional carga de derechos, sostenida bajo la responsabilidad popular, con elecciones, deberes y todo lo demás, y en la otra cabeza, sostenida bajo el suplicio de las mayorías, se alojó una violenta matriz económica con lanzallamas, lanzacohetes y escupe balas, sin participación, sin elecciones ni deberes, que se alimenta de matas que matan derechos y que poco a poco fue asumiendo el control, bajo el mando de nuevos y viejos jinetes.

Hoy nuevamente el Dios de la Vida, las energías cósmicas, la fuerza del volcán nevado del Ruiz, y otras deidades, nos imponen otro reto, resucitar una Nueva Colombia, encontrar nuestro propio camino, pactar un nuevo acuerdo de paz territorial y nacional capaz de reconocer la importancia de los derechos y los deberes, construir con generosidad un nuevo mapa genético social, económico y político que incluya como nunca antes el respeto y reconocimiento de otras formas de ver y vivir la vida. Pactar la resurrección para que las causas que también llevaron a la muerte violenta de Jesús desaparezcan, y darle paso a luz que ilumine la tumba que hemos llamado Conflicto Armado Interno.

A quienes creemos que otra Colombia es posible, nos corresponde dejar a un lado mezquindades y dolores, a quienes todavía no creen, nuestra mano abierta y nuestra capacidad de diálogo para encontrar acuerdos, y a quienes insisten en la violencia como partera de la historia, la invitación a experimentar y sentir la inmensa fuerza creadora que tiene un pueblo que añora, desde la noviolencia, ser en la diversidad, crecer en libertad y recuperar la palabra como condición de respeto en la convivencia.

 

Luis Emil Sanabria D.

La paz territorial y nacional, la paz para la gente

Mucho dolor y desesperanza causó el ataque que el ELN realizó contra un campamento del Ejercito Nacional, en donde siete jóvenes soldados y dos oficiales perdieron la vida y un número igual de combatientes fueron heridos. La Campaña Colombiana Contra Minas, ha reportado el incremento de accidentes con minas y artefactos antipersona en zonas donde estos actúan, e igualmente en varias zonas del país se reporta aumento de las hostilidades contra la población civil.

Estas noticias seguramente no causarían tantas reacciones adversas, si no estuviera instalada una mesa de conversaciones entre el Gobierno Nacional y este actor armado, el cual puede justificar, como hasta ahora lo ha hecho, que no se ha pactado un cese al fuego bilateral, y que por lo tanto, así como el Ejercito Nacional los ataca, ellos también están en el derecho de atacar. Pero resulta que, cuando una organización armada se define como de carácter político, todas sus acciones son medidas desde la política y cada acción militar tiene esa repercusión.

 

Visto de esta forma, surgen por lo menos dos preguntas que para el análisis en torno a la construcción de la paz, son fundamentales: 1) Si la decisión del ELN sigue siendo lograr el derrocamiento del Estado, dando continuidad a la estrategia de Guerra Popular Prolongada que motive un levantamiento popular, en donde esta fuerza guerrillera actuará como acumulado insurreccional, ¿Qué tanto sirven estas acciones para su estrategia de asalto al poder?; 2) Si la decisión del ELN, es avanzar hacia una negociación de paz con el Estado, con una amplia participación ciudadana, ¿Cómo encajan estas acciones en la búsqueda de confianzas que permitan alcanzar un acuerdo para transformar las causas que originan o sustentan el levantamiento político armado? Por lo menos para mi, las respuestas no conectan en ninguna de las dos estrategias.

Para la primera pregunta, la respuesta es negativa por varias razones. En primer lugar, porque la lucha política armada, además de haber sido indudablemente derrotada como estrategia de acceso o derrocamiento del poder, por lo menos en América, la mayoría de los movimientos de izquierda renunciaron a esta, debido a su perdida total de vigencia o por ser considerada una equivocación política desde su origen. En segundo lugar, y entendiendo que el ELN mantiene la estrategia de lucha armada, como se puede deducir de su comportamiento, estas acciones en nada fortalecen su accionar político-militar de guerra de liberación que los acerque a la toma del poder, por que es evidente que, el establecimiento y las estructuras de poder ligadas a los sectores económicos y políticos tradicionales, no han sido debilitadas o no sienten en las acciones guerrilleras, una fuerte amenaza que ponga en juego sus intereses, y porque adicionalmente, el otro componente de esta estrategia, que sería, ganar el respaldo del pueblo, no se vislumbra por ningún lado, a excepción de pequeños focos aislados que no representan grandes ventajas políticas o militares, y que están bajo su dominio, más por la aplicación estatal del modelo neoliberal que no considera estas regiones o capas de la sociedad claves para generar ganancias (lo que algunos llaman abandono estatal), que por sus acciones políticas o pedagógicas acertadas.

Para la segunda pregunta, la respuesta es igualmente negativa, porque la sociedad colombiana en general, y los sectores populares excluidos política y socialmente, esclavizados, empobrecidos y ninguneados, hace ya varios años que decidieron en su gran mayoría, transitar por el camino progresista de la paz y la democracia para alcanzar las transformaciones estructurales que requiere nuestra sociedad y que hacen parte de las causas que alimentan el desarrollo violento y armado de los conflictos. No de otra forma se entiende que, las propuestas de gobierno en torno a la paz y el cambio, enarboladas por el hoy Presidente Gustavo Petro, hayan logrado, contra todas las estrategias, vicios y delitos electorales, alzarse con la victoria.

Si bien es cierto que, otros sectores de la sociedad ligados al fenómeno del narcotráfico, el paramilitarismo, la corrupción y el lavado de activos, alimentan desde adentro y fuera del Estado, respuestas violentas armadas a las exigencias de grandes capas de la población, relacionadas con más y mejores espacios de participación y acción política desde la democracia participativa y representativa, y con el acceso adecuado a la salud, la educación, el empleo digno, la tierra, y en general el rechazo a las políticas económicas, es igualmente cierto, el amplio rechazo que esta estrategia ha desencadenado en importantes capaz de la sociedad, incluidos algunos sectores que tiempo atrás, vieron alguna posibilidad de pacificar el país, por esta vía.

Hoy desde diferentes regiones del país, sectores populares y sus organizaciones ratifican la necesidad de realizar cambios estructurales pacíficos, que hagan posible la vida con dignidad, el goce pleno de los derechos humanos, el logro del bien común, la defensa y goce del medio ambiente sano, el reconocimiento y la participación política con poder de decisión. Estas exigencias noviolentas, requieren y exigen a todos los actores armados de carácter político y a quienes no se les considera políticos, el respaldo real y efectivo. Un cese al fuego bilateral que pueda evolucionar hacia un cese al fuego multilateral, ayudaría de sobre manera para que la sociedad aumente su respaldo y sus acciones por alcanzar la paz territorial y nacional, la paz para la gente.

Las organizaciones han decidido instalar la Mesa Nacional de Interlocución Nacional Para la Paz- MENISP, dando prioridad a los mas empobrecidos, para ampliar y mejorar sus opciones de vida. Actualmente avanzan con decisión en la realización de encuentros territoriales y la instalación de mesas locales, para desarrollar en un futuro cercano, diálogos con sectores gremiales y empresariales, ojalá bajo la tutela del Gobierno Nacional y el acompañamiento de la comunidad internacional, la academia y los medios de comunicación, desatando un gran diálogo para la construcción de acuerdos, que alimenten y acompañen las conversaciones y negociaciones con los actores armados.

Luis Emil Sanabria D.

 

Roy Barreras responde a las críticas de Petro al acuerdo de paz con las Farc

El presidente del senado, Roy Barreras respondió a las críticas que hizo el presidente de la república, Gustavo Petro, al proceso de paz firmado con las extintas Farc durante el gobierno de Juan Manuel Santos.

“No está escrito en los acuerdos la palabra conocimiento, la palabra “saber”, la palabra “universidad”. No está escrita la palabra “industrialización”; pareciera que fuera un mundo romántico, de antes, como si se pudiera mirar hacia atrás y construir una sociedad rural que ya no somos indudablemente, con los procesos de urbanización”, cuestionó el primer mandatario.

 

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Dijo, además, “A mí me gustaría que se convocara para mirar los temas que no se introdujeron, más en una perspectiva de diálogo ya de la sociedad colombiana, no de un acuerdo con algún grupo. Qué no se introdujo, no se puede tener un mundo rural equitativo, relativamente avanzado sin conocimiento sin industrialización”.

Por su parte Roy Barreras, dijo: “El Acuerdo del Teatro Colón no es un acuerdo romántico sino una hoja de ruta trazada por los mejores expertos del mundo y respaldada por toda la comunidad internacional, incluyendo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sí se cumpliera con la implementación del Acuerdo tendríamos un país más justo y un país más cerca de una paz estable y duradera”.

El presidente del Senado explicó que para esto es necesario construir sobre lo construido y que no se puede abandonar los logros.

Recordó que Gustavo Petro es fruto del acuerdo de paz con el M19 al que calificó como imperfecto pero que fue un avance importante.

 

La participación ciudadana clave para transformar el conflicto armado

La alta fragmentación del conflicto armado colombiano, sus múltiples expresiones que involucra actores armados políticos y actores criminales de alto impacto, su permanencia en el tiempo, las múltiples causas del mismo; las diversas y graves consecuencias sociales, políticas, económicas y culturales que le retroalimentan; las heterogéneas dinámicas que se expresan y que afectan y fragmentan de forma específica y en diferentes categorías a los miembros de la sociedad, incidiendo negativamente en los países vecinos y el hemisferio; las dificultades, aciertos y fracasos de procesos de paz anteriores, nos invitan a buscar alternativas complejas tanto a nivel local, como regional, nacional e internacional, que involucren escenarios e iniciativas diversas que deben interactuar y coordinarse prolíficamente a fin de lograr los consensos y pactos que garanticen un presente y un horizonte de paz, con una nueva ética política que rompa de una vez por todas, con las prácticas que conducen a la eliminación moral, biológica (individual y colectiva), política y jurídica del contrario, es decir una nueva sociedad capaz de romper con la necropolítica (Mbembe, 2011).

La magnitud de la paz que necesitamos, reclama múltiples y armonizados abordajes, caminos y enfoques que se integren y recojan en un sistema amplio. La paz que involucra a la comunidad, a las familias, a los individuos y al ecosistema o territorios en donde se habita. La paz que se pacta en planes de vida prospectivos, asumidos como mandatos para quien se involucra en el proceso de diálogo y para la sociedad en general, que será beneficiaria de una nueva realidad en donde la reconciliación y las garantías de no repetición sean posibles. Esta paz integral conformado por varios componentes que se interpelan, retroalimentan, autorregulan e interactúan, convoca necesariamente el concurso del Estado y sus instituciones de gobierno como responsables y dinamizadores fundamentales, convoca a la más amplia participación de la sociedad civil, a las organizaciones sociales, sindicales y comunitarias, los gremios económicos y las empresas privadas, las organizaciones no gubernamentales, todas las expresiones políticas y culturales, las organizaciones de mujeres, los movimientos juveniles, las organizaciones de población LGBTIQ+, y los pueblos étnicos que serán protagonistas en los territorios ancestrales.

 

La transformación del conflicto armado interno y la construcción de la paz integral, demanda escenarios múltiples que tendrán a su vez diferentes tiempos de acción, unos serán más lentos según la temporalidad de sus protagonistas, temáticas y complejidades y otros se desarrollarán con más celeridad en correspondencia con las exigencias y las necesidades de las comunidades y los protagonistas del proceso. La paz integral y la transformación del conflicto armado colombiano, deberán producir de forma sistémica cambios estructurales a las causas o condiciones objetivas económicas (legales e ilegales) y políticas que  le dieron origen y le alimentan, deberá abordar las causas subjetivas, culturales (incluida la memoria y las verdades) y sociales construidas en las mentes de los individuos y colectivos, así como sacar las armas de la vida política y social, lo que contempla campañas de desarme ciudadano, la dejación de armas, la desmovilización y reincorporación a la vida civil y política de los excombatientes y el logro definitivo del monopolio de las armas por parte del Estado.

Un abordaje sistémico para la transformación (Lederach, 1995) del conflicto armado y la paz integral, que tenga como horizonte regional y nacional la identificación y elaboración de planes, programas y proyectos para la paz, siempre tendrá una alta dosis de incertidumbre, un proceso siempre en permanente perfeccionamiento, siempre inacabado, conforme lo requiere el desarrollo de la sociedad; un proceso en constante evaluación, con temporalidades y metas que le van imprimiendo dinámicas propias y retos constantes.

Si no asumimos la complejidad de la construcción de paz integral o total, no se incidirá integralmente en todo el conflicto con sus múltiples expresiones, lo que seguramente nos llevará a futuros escenarios de violencias recicladas y de reestructuración de grupos armados cada día más ligados a la criminalidad, al narcotráfico y la corrupción. Es el momento de la paz. Los astros, los dioses, las energías o la naturaleza, están alineadas para que esta nueva oportunidad no se pierda, y para que nuestros hijos, hijas, nietos, nietas, amigas y amigos, gocen plenamente de los derechos humanos y de este pedazo de tierra que por gracia nos correspondió, en armonía con la naturaleza.

Luis Emil Sanabria

La paz en Colombia, caminos, escenarios, iniciativas

A principios de la década de los 80 del siglo XX, se entablaron diálogos bilaterales entre el gobierno nacional en cabeza del entonces presidente Belisario Betancur (QEPD) con las guerrillas de las FARC, el EPL, el M-19 y el grupo Autodefensa Obrera-ADO, que por diversas consideraciones lamentablemente no llegaron a feliz término. Posteriormente, ya a finales de esa misma década, durante el gobierno del entonces presidente Virgilio Barco V (QEPD), se adelantaron diálogos multilaterales y simultáneos con todos los grupos insurgentes de la época; el gobierno abrió varios procesos de diálogo que condujeron a principios de los 90 a la dejación de armas del Movimiento 19 de abril-M-19. Estos diálogos continuaron en el gobierno de Cesar Gaviria, y condujeron a la dejación de armas de la mayoría de E.P.L., del P.R.T., el Quintín Lame, las Milicias Urbanas de Medellín. En todas esas negociaciones primaron los acuerdos alrededor de las garantías para convertirse en grupos políticos legales; la apertura democrática en donde la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente fue fundamental y por supuesto la reincorporación de excombatientes que, aunque débil, acompañó de forma empírica e improvisada la nueva vida de cientos de excombatientes. Posteriormente en 1993, se concretó la firma de un acuerdo de paz con la Corriente de Renovación Socialista – CRS, una escisión del ELN. Procesos que a pesar de las estrategias de extermino contra excombatientes firmantes de los acuerdos, se señalan como exitosos.

La construcción de la paz integral o la paz total, ha ocupado constantemente la agenda social y política de la sociedad civil colombiana, que se ha manifestado con fuerza en las últimas tres décadas. Procesos de coordinación, de convocatoria amplia, de estructuración de organizaciones territoriales, sectoriales y temáticas, han concitado en mayor o menor medida la voluntad de múltiples expresiones de la sociedad. Redes, plataformas, procesos asamblearios, iniciativas de resistencia ciudadana, procesos de participación y territorialidad para la paz, mesas de coordinación, redes y organizaciones de mujeres, convergencias en defensa de la paz, campañas, eventos, movilizaciones, etc., han marcado el dinamismo y el compromiso social por la paz en Colombia.

 

En las últimas dos décadas se avanzó en el proceso de paz parcial, primero con las llamadas AUC y luego en la firma del acuerdo paz con la mayoría de las FARC-EP. En todos los procesos se instaló un modelo bilateral de negociación, donde participaron élites políticas y militares de ambos bandos enfrentados (Gobierno del Estado colombiano-Grupo armado), con agendas pactadas desde las mesas exploratorias, con algunos escenarios de participación de la sociedad poco decisorios y menos aún vinculantes, proceso de negociación que evidentemente en al menos alguno de los momentos conducentes a un acuerdo, remplazaron la institucionalidad estatal, definiendo de forma vertical e impositiva, a partir de la concertación bilateral de acuerdos en relación con la agenda temática, el futuro de la sociedad colombiana, su forma de gobierno, su estructura política y la aplicación de justicia. Este modelo, que en el caso del proceso con las Farc-Ep y debido a su reconocimiento como grupo armado de carácter político, abordó algunas de las múltiples causas objetivas y subjetivas de la génesis del conflicto armado, no logró desatar un abordaje complejo y sistémico profundo que posibilitara y concitara la participación ciudadana amplia, no conquistó la legitimidad que produce el reconocimiento y la amplia refrendación social mayoritaria, como se evidenció en los resultados del plebiscito realizado el 2 de octubre de 2016 , donde más allá del resultado tan reñido a favor del No (50,21%), evidenció posiblemente un amplio desconocimiento y desacuerdo ciudadano con lo pactado, haciendo imposible que este acuerdo se convirtiera en un pacto definitivo que le pusiera fin a la violencia armada, al menos con esa expresión guerrillera, lo cual, unido a los posteriores incumplimientos del Estado y las decisiones de retornar a la lucha armada de algunos de sus líderes, reprodujo el conflicto armado aunque con evidente menor intensidad y victimización.

La decisión mayoritaria del pueblo colombiano, expresada en las elecciones presidenciales del 29 de mayo de 2022, de respaldar con un 50,47% de favorabilidad las propuestas de gobierno del hoy Presidente Gustavo Petro y la Vicepresidenta Francia Márquez, dentro de las cuales se propuso ponerle fin por medios pacíficos y negociados a la violencia política armada, a las violencias ligadas a las delincuencias, superar las violencias de Estado, las violencias cotidianas entre la sociedad, y las violencias contra el medio ambiente y la vida de otros seres sobre el planeta, ligada a las transformaciones que requiere nuestro país, en relación con la política capitalista neoliberal, la corrupción, el narcotráfico y la pobreza, aunque demostraron nuevamente lo poco atractivas que resultan ser para un porcentaje importante de compatriotas las elecciones, pues la abstención llegó al 46,07%,  requieren, hoy más que nunca -y tal vez también por ese motivo-, del fortalecimiento de espacios y mecanismos de diálogo ciudadano, con capacidad para asumir los retos de consensuar, negociar y acordar planes de vida y reconciliación territoriales que conformen un gran pacto nacional, atados a la incidencia y decisión en los diferentes espacios o mesas de diálogos que se abren camino, para solucionar las múltiples conflictividades violentas que nos afectan.

Se inician vías de diálogos buscando de forma simultánea la superación del conflicto político armado y el acogimiento a la justicia, se anuncian espacios de diálogo para la superación de conflictos sociales y políticos represados durante decenas de años, se adelantó con dificultades en relación con la real participación popular, la construcción vinculante del Plan Nacional de Desarrollo, se abren caminos de diálogo y concertación para estructurar una nueva política en materia laboral, tributaria, de salud, rural, y seguridad, etc. Todo esto requiere de la instalación de diversos escenarios de diálogo que conciten una amplia representación y participación de la sociedad en todas sus expresiones y en todos los territorios, en especial en aquellos territorios afectados con mayor intensidad por los subconflictos armados. Escenarios que deben mantenerse intercomunicados para que la complejidad de las causas y las soluciones que se construyan, dialoguen y se comuniquen permanentemente cimentando soluciones holísticas y legítimas, lo que hace necesario el diseño más o menos estructurado, de una ruta expedita, con metodologías y temáticas complejas, sistémicas, pertinentes e incidentes, que den respuestas al reto de avanzar hacia la Paz Integral y el cierre el ciclo de violencias armadas, pactando la Paz Total, definitiva, estable y duradera.

Luis Emil Sanabria Durán

«Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada» se acogen a la Paz Total

El anuncio lo hicieron mediante un video de dos minutos de duración, las denominadas Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN) que operan en el Magdalena anunciaron que continuarán con el compromiso de un cese al fuego, el respeto a la población civil y la paz total ofrecida por el Gobierno del presidente Gustavo Petro.

También, desde la oficina del Alto Comisionado para la Paz se confirmó que el grupo paramilitar conocido como, las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada, reiteraron su compromiso para acogerse a la Paz Total, que podría decirse que es la bandera del gobierno del presidente Gustavo Petro, declarando un cese al fuego unilateral y dejando una invitación a los demás actores armados para que se acojan a este proceso.

 

En un comunicado el grupo paramilitar, confirma este cese de hostilidades en el marco de las fechas navideñas, pero no se pasa por alto la solicitud a los demás “generadores de violencia” para que estos también se acojan a la Paz Total.

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“Pedimos a esas personas generadoras de violencia que respeten estas fechas tan importantes para que la sociedad pueda disfrutar en paz con sus seres queridos (…) Navidad en paz y con respeto entre unos y otros”, detalla parte del comunicado difundido.

Así mismo, la noticia se acompaña con el paro de incursiones y actividades por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que sería el principio de la agenda que adelantan con el Estado colombiano para avanzar con su desmovilización.

Foto: captura de pantalla del video difundido por las Autodefensas Conquistadores de La Sierra Nevada (ACSN)

Irán se ofrece a mediar entre Rusia y Ucrania para lograr un acuerdo de paz

Foto: tomada de europapress.com

Las autoridades de Irán han mostrado este miércoles su disposición a jugar un papel de mediación entre Ucrania y Rusia para poner fin a la guerra, después de que Kiev haya cargado duramente contra Teherán por su entrega de drones al Ejército ruso.

 

El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, Alí Shamjani, ha trasladado esta disponibilidad al secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, en el marco de una reunión celebrada en la capital de Irán.

«Irán da la bienvenida y apoya toda iniciativa para un alto el fuego y una paz entre Rusia y Ucrania, basadas en el diálogo, y está preparado para jugar un papel a la hora de poner fin a la guerra», ha señalado Shamjani, según ha informado la agencia iraní de noticias Tasnim.

Así, ha hecho hincapié en que el diálogo y la cooperación internacional son la única vía para solucionar las crisis en la región y en el mundo y ha pedido unir posturas para hacer frente al terrorismo y el extremismo a nivel internacional.

Shamjani ha destacado además la importancia de la cooperación entre Teherán y Moscú a nivel de energía, transporte, agricultura y comercio, entre otros asuntos, y ha pedido la retirada de sanciones contra ambos países que obstaculicen estos lazos.

Las declaraciones de Shamjani llegan apenas tres días después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusara a Irán de prolongar la guerra en Ucrania al abastecer a Rusia de armas, asegurando que si no fuera por esa «ayuda», se estaría más cerca de la paz.

Irán admitió durante el fin de semana haber entregado aviones no tripulados a Rusia, si bien matizó que fue antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, Zelenski hizo un llamamiento a toda la comunidad internacional para que castigue la «complicidad» iraní con el «terror ruso».

Vamos por la ‘Paz Total’ 25 años después de la masacre de El Aro

Para los que creemos en la paz y hemos trabajado por construir bases desde lo territorial para la reparación y no repetición del conflicto armado, la masacre ocurrida en el Aro hace 25 años nos marcó y trazó la ruta de lo que no queremos permitir que vuelva a suceder en nuestro país.

El 22 de octubre de octubre de 1997 vive en nuestra memoria como una de las fechas y de los hechos violentos más dolorosos en la historia del conflicto armado colombiano: 150 hombres de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá entraron al corregimiento de El Aro, en el municipio de Ituango y quemaron 42 de las 60 casas del lugar, se robaron reces, caballos y cerdos, desplazaron a cerca de 700 personas y asesinaron cruelmente a 17.

 

Y esos datos, que infortunadamente se nos han vuelto paisaje porque a veces parece que normalizamos la guerra se unen a la macabra cifra de más de 9 millones de víctimas que ha dejado el conflicto armado en Colombia y que nos hacen trabajar con ahínco en la consecución de la paz total de nuestro país, dar nuestro mayor esfuerzo por garantizar mejores condiciones para los territorios y cesar la espiral de la violencia.

El proyecto de Paz Total que está listo para sanción presidencial es la materialización de años de trabajo de líderes y defensores de los derechos humanos, de personas que incluso han dejado su vida en esto y es en honor  a las personas que no pudieron verlo para que su historia no se repita más; todos los que votaron creyendo en la paz, los que han apostado por ella, los reincorporados, los que hemos llegado al territorio, a la Habana, los que hemos hablado de paz celebramos que ahora la paz se convertirá en política de Estado y que dejaremos de verla como una utopía.

Es muy importante haber logrado la aprobación de este proyecto, que fue consensuado y discutido tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado de la República porque significa que ahora la paz es transversal al Estado, es decir que compromete a las autoridades en todas las ramas y niveles del poder público a orientar sus actuaciones a darle cumplimiento a esta ley.

Pero también es muy importante que la transformación se va a dar desde el lenguaje porque se va a empezar a hablar de seguridad humana, como se dijo en campaña, con el objetivo es darle un enfoque más humanista a la seguridad, medirla en vidas salvadas y para ello se promoverá respuestas centradas en las personas y las comunidades adaptadas a cada contexto, orientadas a la prevención, y que refuercen la protección de todas las personas y todas las comunidades.

A falta de sanción presidencial podemos decir que inicia una nueva era que reconocerá la interrelación de la paz, el desarrollo y los derechos humanos en el enfoque de seguridad humana. Este es #ElCambioQueSoñamos y seguiremos trabajando por construirlo y por hacer de Colombia una potencia mundial para la vida.

 

 

Buscan mayor inclusión de las mujeres en las conversaciones en ELN

En el marco de lo que sería un proceso de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional – ELN, un grupo ciudadano busca promover la participación de las mujeres en la etapa de conversaciones con el grupo armado ilegal.

Los promotores de la iniciativa consideran que no es posible adelantar un proceso de paz exitoso sin la voz influyente y la participación decisiva de las mujeres. Sus conocimientos, trayectorias y experiencia como agentes activas y políticas, deben ser capitalizados para la sostenibilidad y la legitimidad de la paz.

 

“Las mujeres y sus demandas políticas, económicas, sociales y de seguridad son centrales en el propósito de alcanzar una Paz Completa en Colombia. Con el anuncio del restablecimiento de diálogos entre el Gobierno nacional y el ELN, es imperativo que las mujeres estén en todos los momentos del proceso, desde las negociaciones como delegadas plenipotenciarias y de forma paritaria, hasta la implementación, manteniendo su involucramiento en la totalidad de la agenda, en todos los temas y etapas de este”, dice el comunicado.

El primer objetivo de la campaña es el de promover la participación efectiva y la toma de decisiones de las mujeres en la mesa de conversaciones entre el Gobierno nacional y el ELN como un imperativo para la Paz.

Como segundo punto es el de buscar una mayor inclusión en la agenda de género que permitan concluir que la Paz no es posible sin la participación de las mujeres en la toma decisiones antes, durante y después de las negociaciones.

Brief Campaña #SobranLasRazones General by Confidencial Colombia on Scribd

El sector privado como agente de cambio y motor en la construcción de paz

“La paz no es la ausencia de la guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición a la benevolencia, la confianza y la justicia.”

Baruch Spinoza

 

El aporte del sector privado a la construcción de paz es invaluable y tiene beneficios muy importantes para la economía de nuestro país. La gestión de las empresas contribuye a la estabilidad macroeconómica, ayuda a mantener un correcto balance fiscal, aumenta y fortalece la actividad económica y empresarial en sectores debilitados por la violencia que pueden llegar a todo el territorio nacional y con infraestructura unen al país, lo que incrementa su competitividad.

En torno a la construcción de paz y el impacto e importancia de la gestión de las empresas como actores y agentes de cambio me surgen algunas preguntas, que seguramente juntos podemos responder:

¿Por qué es necesaria la paz en Colombia? ¿Qué ha pasado con el conflicto armado en Colombia tras 6 años de la firma del Acuerdo de Paz?

¿Cuál es la situación de la mujer como víctima principal del conflicto al ser cabeza de familia y estar al frente de los trabajos relacionados con el cuidado y el hogar?

¿Qué avances ha tenido el proceso de paz en Colombia en estos 6 años?

¿Cómo se relacionan la paz y la economía? ¿Qué beneficios trae la paz a la economía colombiana?

¿Cuál es la influencia del Acuerdo de Paz en la economía colombiana?

¿Cuál es el impacto económico, social y político que ha tenido la firma del Acuerdo de Paz?

¿Qué iniciativas empresariales pro paz conocemos en Colombia?

Generando condiciones sociales, políticas, ambientales y culturales que sean inclusivas, incluyentes, justas y responsables, aparte de invertir en territorios afectados por el conflicto y de respetar los derechos humanos, las empresas pueden hacer otros aportes que propicien condiciones de paz en los territorios, como a través del voluntariado o la generación de encadenamientos productivos responsables, ¿Cuál es el papel que juegan las empresas y los negocios sostenibles en la paz de Colombia?

¿Qué acciones llevan a cabo las empresas en Colombia para lograr un desarrollo sostenible y que esto impacte positivamente las comunidades y los territorios y contribuya directamente a la construcción de paz?

¿Qué ideas podemos plantear los colombianos para construir paz desde las empresas y que estas sepan capitalizar las oportunidades de negocio que brinda la paz?

El sector privado es un actor decisivo y definitivo en la construcción de paz en países en conflicto o que trabajan y avanzan para superarlo. Este es el caso de Colombia y muchas de sus empresas, que promueven el emprendimiento del sector agro industria, las artesanías, la cultura y las artes en territorios tomados por los violentos, partiendo de las secuelas y traumas que ha dejado en esta población el conflicto armado en Colombia. ¿Será cierta esta afirmación? ¿Las empresas deben involucrar a sus grupos de influencia para que sus buenas prácticas aporten a la construcción de tejido social?

¿Por qué lograr articular a productores, comercializadores y beneficiarios en regiones que le demuestran al país que sí es posible desarrollar actividades económicas sostenibles y crear beneficios para las poblaciones tradicionalmente excluidas, es tan difícil?

¿Cómo promovemos una cultura de paz al interior de las empresas, como contribuimos a la construcción de paz desde nuestra propia esencia?

Es importante dar oportunidades y emplear a víctimas del conflicto armado, quienes en general pertenecen a población tradicionalmente excluida y desplazada y su contratación da un valor agregado a las organizaciones por ir alineada con el cumplimiento de varios de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, la mayoría de la población en Colombia hace parte de los círculos de pobreza y el abandono estatal, y las pocas oportunidades que tienen en general son dadas por el Estado. ¿Cómo impulsar en la empresa privada la contratación de actores del conflicto armado?

Participación y vinculación del sector privado, claves para la construcción de paz… Una paz sostenible, sustentable, responsable y duradera

Colombia cuenta con un elevado número de empresas que pueden promover la participación ciudadana y la importancia de la paz entre sus colaboradores y la sociedad en general.

Sobre esta afirmación comparto las siguientes reflexiones:

  • La idea de vincular activamente a la ciudadanía se ha venido perfilando como un eje transversal para la implementación de la paz.
  • Las empresas como actores activos y agentes de cambio social, pueden crear mecanismos de participación y control específicos en los que los ciudadanos se podrán vincular para proponer iniciativas, planear, implementar y evaluar diferentes medidas que contribuyan a la construcción de paz en Colombia.
  • Las empresas deben promover la participación de la sociedad civil para la construcción de la paz concertada.
  • En aras de fortalecer la democracia, las empresas deben contemplar la recepción y consideración de propuestas ciudadanas (en este caso sus colaboradores) para resolver conflictos. culturales y sociales y mejorar la convivencia, esto es un aporte a la transformación de un país violento que busca adelantar planes y programas en las regiones más afectadas por el conflicto armado y en donde en muchos casos las empresas hacen presencia.
  • Detrás de esta apuesta, se encontrará que la participación de los accionistas, colaboradores, proveedores, aliados y clientes de las empresas, conlleva a la generación de valor. Un valor que se desprende de la inclusión de la ciudadanía en la gestión y que esto derive en políticas más efectivas, eficientes, incluyentes y responsables diversificando la operación y las estrategias para mejorar la calidad de vida en sus grupos de influencia. Y otro valor según el cual a través de los ejercicios participativos se profundiza la democracia, en la medida en que la ciudadanía, la institucionalidad y las empresas, se acercan, deliberan sobre asuntos de su interés y generan confianza, crecimiento y participación.

Los colombianos tenemos derecho a vivir en un país en paz, justo y transparente, esto se constituye como una expresión de los derechos humanos y hace parte de los avances en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.

 

 

 

 

 

 

Empresas y Gobierno: Un diálogo que requiere nuevas narrativas

El diálogo con el nuevo Gobierno se ha convertido para muchos en un misterio. Minorías, equidad, sostenibilidad, transición energética, paz y medio ambiente, han subido al centro de las discusiones y los puntos de conversación parecen pasar por un momento de incertidumbre entre empresas y administración.  ¿Cómo hablar con la nueva administración y en qué términos para que se pueda construir una conversación y no una ruptura o un enfrentamiento? Lejos de pensar que la solución es mágica o existe una única fórmula, la pregunta trae en sí una reflexión que puede ser tan enriquecedora como desafiante: Estamos partiendo del supuesto de que el discurso anterior, las narrativas empresariales existentes basadas en empleos generados, inversiones, rentabilidades y utilidades, no están haciendo el trabajo.  Pensamos que la forma de argumentación ya no es válida; y este punto puede ser más valioso que cualquier otra pregunta que pueda cruzarse en nuestro camino.

Históricamente cuando hemos visto que no tenemos argumentos para persuadir a nuestros interlocutores, nos vemos obligados a revisar los viejos puntos de vista, pensar en lo que ha dejado de funcionar y buscar nuevas formas para poder entablar conversaciones diferentes.  Esta reflexión, claramente no es el objetivo del Presidente Gustavo Petro y mucho menos el de la mayoría de sus miembros del gabinete, pero sí que se convierte en un gran descubrimiento y a su vez reto, para los líderes empresariales y equipos asesores que por muchos años han estado construyendo narrativas y buscando mecanismos para generar espacios de reflexión y diálogo entre diferentes actores, que en muchos casos se sientan en orillas ideológicas diferentes.

 

Para la inmensa mayoría, ha sido una gran revelación ver que sus mensajes no estaban pensados para llegar a las comunidades en donde tienen operaciones. Sus estrategias, vistas bajo esta nueva óptica son absolutamente endogámicas y bastante narcisistas. Nos gusta hablar de nosotros y desde nosotros, mirándonos el ombligo y pensando que eso es relevante para otros que nos escuchan sin entendernos, porque para ellos nuestras necesidades son superfluas, vacías y en la mayoría de los casos absolutamente banales. Tal vez desde hace mucho tiempo los discursos corporativos transmitían este sonsonete individualista y nadie nos lo había dicho en la cara.

¿A qué comunidad (entendiéndola acá de la forma más amplia posible), le puede ser de interés que a X o Y producto le suban un impuesto, que rara vez puede adquirir en una tienda que nunca visita? Navegar en un país como Colombia en donde las abismales diferencias y brechas no son para nadie un secreto y las cuales hemos sobre-diagnosticado manera constante por años y años, hace evidente que algo no estábamos haciendo bien.  Al menos hoy, gracias a un discurso gobiernista que parece desordenado, lleno de enriquecidos qués y con muy poquitos cómos, el paradigma de no encontrar puntos claros de contacto está obligando a que revisemos y veamos que esas realidades deben estar incluidas en nuestro trabajo y discurso empresarial. Puede ser la única forma genuina de ser parte de la solución y no que sigamos como perros persiguiéndonos la cola sin nunca alcanzarla.

Claro, dirán algunos que ellos ya pagan los impuestos, que generan empleos y que se encargan de promover los mejores estándares en su industria, pero acaso no es esto lo mínimo que se debería hacer. No es esto lo que tenemos por obligación realizar los que nos metemos a crear empresa, promover empleos y fomentamos el desarrollo del país. Con lo mínimo hacemos la tarea para nuestros accionistas, pero no cambiamos realidades, ni transformamos sociedades como es claro que no ha sucedido en nuestra querida Colombia por años y años.

El miedo de no hacerse entender no puede paralizar las acciones ni las apuestas por un mercado que tiene todo el potencial de continuar creciendo y abriéndose a evoluciones y cambios necesarios para un desarrollo sostenible en el tiempo. El cambio que se nos propone requiere de realmente mirar por la ventana e interpretar de la mejor forma posible las necesidades latentes de una sociedad que se acostumbró a vivir en medio de un país empobrecido. Un territorio inundado de informalidad y corrupción, en donde se cultiva un clasismo endémico y en el que los mismos problemas históricos nos persiguen a pesar de que queramos esconderlos debajo de la alfombra: la falta de oportunidades, la escasa conexión entre centros urbanos y la ruralidad, la inercia creada por el dinero fácil del narcotráfico y los espejismos de una riqueza que no perdura en el tiempo y se diluye en violencia y cartelización.

Insisto que no creo que sea el objetivo de este Gobierno venirnos a ensañar que debemos abrir los ojos y ver otra realidad, pero me gusta pensar que nos está invitando a que si queremos entablar conversaciones el punto de partida no será los empleos que generamos o las utilidades que producimos, esos son, como las llaman ahora en las redes sociales, unas lindas métricas de vanidad que nos dicen lo fuertes, lo grandes y lo bonitos que somos, pero que para nada reflejan el impacto que tenemos en la construcción de país.

Las nuevas narrativas son realmente difíciles de encontrar porque talvez necesitan de sustancias que antes creíamos superfluas para nuestro accionar empresarial y hoy no solamente no son triviales; sino que están en la agenda global, incluidas en temas de sostenibilidad, equidad, gobierno corporativo y tantos otros términos que nos entraban por una oreja y nos salían por la otra.

Quiero ser optimista y veo este gran desafío de los próximos años en el país como una oportunidad para que el empresariado realmente enriquezca su argumentación, valore el trabajo de fondo que hace en los territorios y con las comunidades, y que fomente esos programas que parecían irrelevantes pero que son hoy los que más valor agregan a su operación.

Puede que sea difícil el cambio y que a pesar del esfuerzo nadie nos quiera escuchar, pero al menos abrimos los ojos a una realidad que es verdaderamente dispar y que seguro, con el tiempo hará que la misma sociedad entienda el gran valor que tiene el fuerte tejido empresarial del país, su alcance y sus limitaciones.  Eso quedará y será más valioso que cualquier discurso sin cómos, sin dóndes y sin con quiénes.

 

Alfonso Castro Cid

Managing Partner

Kreab Colombia

El coraje de la verdad

Nos recuerda Michel Foucault que la parresía es “el coraje de la verdad en quien habla y asume el riesgo de decir, a pesar de todo, toda la verdad, pero es también el coraje del interlocutor que acepta recibir como cierta la verdad ofensiva que escucha “.

Estas afirmaciones de Foucault cobran especial vigencia a propósito del reciente informe entregado por la Comisión del Esclarecimiento de la Verdad en Colombia , instancia que fue creada en el marco de la negociación del Acuerdo de paz entre  el gobierno colombiano y las Farc , hoy partido de los Comunes, en el cual para darle cumplimiento a la premisa de considerar los derechos humanos de las víctimas de la guerra , cerca de 10 millones de personas ,   puso en  el centro , en  corazón del proceso de paz, las víctimas del conflicto armado .

 

Para cumplir este compromiso se creó el Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y condiciones de No Repetición, sistema del cual hace parte la Comisión de la Verdad.  Durante todos estos años el Padre Francisco de Roux, su presidente y los comisionadas y comisionados se consagraron a viajar por Colombia entera y a visitar a cerca de 12 país para escuchar en el sentido fuerte de la palabra, para escuchar los testimonios de miles de personas víctimas de esta guerra cruel que a veces parecería perpetua.

En el Informe se confirma que en esta guerra no sólo los actores armados estuvieron involucrados, sino que muchos políticos, funcionarios y empresarios participaron para lograr mantenernos por décadas bajo fuego, en especial en los territorios de la Colombia profunda. En el tomo llamado “No matarás “se afirma que esta guerra ha sido una permanente disputa por el poder, la representación y el cambio social y que a pesar de todo lo vivido “no existen leyes que de manera inexorable nos condenen a la guerra “

El Informe acoge el inconmensurable dolor de las, víctimas, pero también reconoce su fuerza y resistencias para seguir adelante, porque han sido las campesinas y campesinos, las poblaciones empobrecidas, las mujeres y los niños, los grupos étnicos y la población LGTBIQ+ donde se ensaño la crueldad, pero también han sido ellas y ellos quienes se convirtieron en la reserva ética para transitar de la guerra a la paz. Han sido las víctimas quienes han exigido verdad, justicia y reparación, pero al mismo tiempo han expresado estar dispuestas a perdonar y a explorar la búsqueda de la reconciliación.

L a publicación del Informe ha despertado múltiples reacciones en nuestro país. La verdad y la memora en un país tan fragmentado y lleno de dolor como el nuestro, son campos de disputa para las explicaciones y comprensiones sobre lo ocurrido. Las expresiones de rechazo y descalificaciones, como era de esperarse, han venido en especial del Centro Democrático.  Nunca han reconocido la legitimidad de la Comisión y han acusados a quienes la conformaron de mentirosos, de comunistas, de presentarle al país una versión sesgada del conflicto y de lo que ha significado la macabra operación de esta máquina de guerra arrasadora de proyectos de vida y de esperanza.

Pero los Comisionados y en especial el Padre Francisco De Roux, su presidente, han asumido una valerosa actitud de mantenerse en el lugar de su mandato ético:  contarle a nuestro país el horror de lo vivido. Con este arduo y doloroso trabajo buscan acercarse a las incesantes y dolorosas preguntas sobre lo que nos ha ocurrido como país.

¿Dónde estábamos, nos interpela el Padre De Roux, cuando se vulneraron las vaginas en Tierra Alta, las cabezas cortadas en el Salado, los hombros despedazados en el Urabá, el estómago reventado en Tumaco, el cuello degollado en el Catatumbo, el rostro quemado en Machuca, los pulmones perforados en las montañas de Antioquía, el alma indígena en el Vaupés?  Esto no puede volver a pasarnos, lo repite una y otra vez, haciendo eco a los miles de testimonios que fueron escuchados a lo largo y ancho de nuestro territorio.

Por ello corren tiempos para la parresia, para decir la verdad. Para que emerja una actitud cercana a la virtud, que se encarna y se expresa en una voz clara que habla por otras voces, que en ocasiones puede traer peligros, y a pesar de ello se dice la verdad. Pero también son tiempos para aquellos  que se verán  concernidos, interpelados de manera incesante ,   por esa verdad que duele y  que ha sido expresada desde muchas voces . Escuchar esa dura verdad y acogerla también será una actitud cercana a la virtud.

 

Presidente español, Pedro Sánchez, reafirmó su apoyo a la paz total durante visita en Bogotá

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, llegó a Bogotá para participar de un evento simbólico en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, como reconocimiento del Informe Final de la Comisión de la Verdad, y para expresar su apoyo al Gobierno Nacional, en sus intenciones de lograr la paz total.

la alcaldesa López agradeció la presencia de la delegación española, y remarcó el compromiso de Bogotá como epicentro de paz y reconciliación mediante la integración del Informe Final.

 

“Le agradezco al señor presidente su compromiso con Colombia, su afecto, su respaldo, sobre todo para la paz de Colombia, que es el fundamento importante, y le vamos a presentar este Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, que es identidad de Nación, en honor a todas las víctimas de Colombia”, expresó la alcaldesa durante el recibimiento al mandatario europeo.

A su turno, el presidente Sánchez, manifestó: “es para mí y para el gobierno de España un enorme honor y un enorme privilegio estar aquí. Creo que el Gobierno Nacional de Gustavo Petro y de Francia Márquez, es un gobierno que reconoce el dolor, y que sabe que para que un país no habite el silencio, hay que escuchar las voces de todos y de todas”.

En compañía del director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, José Antequera, y el alto consejero de Paz, Víctimas y Reconciliación, Vladimir Rodríguez, la delegación española recibió una visita guiada a través de la exposición “Resisto, luego existo”, enfocada en la memoria de Bogotá-Región a través de procesos de resistencia, lucha contra la impunidad y construcción de democracia y paz.

Como parte de la exhibición, el presidente Sánchez compartió un mensaje en la pizarra “Resisto por amor a:”, una sección destinada a destacar la determinación de quienes han insistido en apoyar y preservar estos espacios.

El recorrido finalizó en el Memorial por la Vida, una sección donde hay repartidos 2.012 tubos de ensayo por las paredes del recinto con tierra de regiones significativas para la construcción de paz. Allí, el presidente Sánchez agregó un tubo a la colección con tierra recolectada por una de las Madres de Soacha, asociadas en la organización MAFAPO (Madres de los Falsos Positivos), como muestra del apoyo de España al compromiso y arduo trabajo de las entidades del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (Comisión de la Verdad, JEP y UBPD)

“La memoria democrática no es más que mirar de frente al pasado, darle voz, para construir el futuro sobre unas bases sólidas de dignidad, de justicia y de concordia”, manifestó el mandatario del país ibérico.”, comentó el presidente Sánchez.

Esta se consolida como la primera visita de una gira por distintos países de América Latina del presidente Sánchez, la cual también incluye a Honduras y Ecuador. Así mismo, se trata también de la primera visita internacional que recibe la administración del presidente Gustavo Petro.

Gustavo Petro ordena suspender órdenes de captura a negociadores de paz del ELN

El presidente Gustavo Petro, anunció la suspensión de las órdenes de captura de los miembros del Ejército de Liberación Nacional – ELN, que se encuentran en Cuba a la espera de reiniciar las conversaciones de paz.

El Gobierno firmó el decreto para de esta forma retomar la agende de negociaciones con el grupo armado ilegal suspendidas durante el período presidencial de Iván Duque.

 

“Por decreto firmado el día de ayer he autorizado restituir los protocolos, permitir que puedan reconectarse con su organización, suspender órdenes de capturas a esos negociadores, suspender órdenes de extradición a esos negociadores para que comience un dialogo con el Ejército de Liberación Nacional, así llamado, para intentar construir el camino ojalá rápido y expedito donde esta organización deje de ser una guerrilla expedita en Colombia”, confirmó el primer mandatario.

El presidente invitó a quienes integran las Autodefensas Gaitanistas a unirse a este anhelo de paz de muchos colombianos.

“invito a quienes integran las llamadas Autodefensas para iniciar un camino similar y conjuntamente entregar esta región a la paz y la vida de sus propios integrantes, si son menores de edad, a la sociedad; si son mayores de edad a la existencia pacífica en el territorio o cualquier lugar del país”, dijo.

Gustavo Petro hizo el anunció al término de un consejo de seguridad en el municipio de San Pablo, sur de Bolívar.