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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Pensiones

Presidente de Asofondos teme por un posible final de los fondos privados de pensiones

Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, aseguró en rueda de prensa que la reforma pensional provocará el final de los fondos privados.

Ustedes han oído los pronunciamientos que han hecho algunos funcionarios del Gobierno. La ministra de Trabajo lo dijo explícitamente: ‘me gustaría acabar con los fondos de pensiones privados’”, dijo.

 

De acuerdo a su análisis, «de cada 100 pesos se ahorran solo 20 y que no se incorporan los efectos de la transición demográfica y el envejecimiento de la población, además traslada un 100% de los trabajadores al régimen público».

De acuerdo a los cálculos de Montenegro, «cálculos, sube de un 150% del PIB a 205% del PIB. De acuerdo con la CARF, incrementa 105% A 189% del PIB», dijo el funcionario».

Gobierno gana el pulso a la oposición con la aprobación en el Senado de la reforma pensional

La Plenaria del Senado de la República aprobó el proyecto de reforma a las pensiones que presentó el Gobierno del presidente Gustavo Petro a consideración del legislativo.

Luego de un difícil paso por la Plenaria del Senado de la República, donde la oposición liderada por el Centro Democrático y el partido Cambio Radical, buscaron su hundimiento, primero con ponencia negativa y segundo, apostando a deshacer el quórum. La presencia de las bancadas de las bancadas de los partidos de la U, Liberal, Alianza Verde y algunos conservadores, permitieron que la aprobación del texto fuera aprobado.

 

La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez y el presidente de Colpensiones dieron el agradecimiento a los senadores por permitir el debate y enriquecer el texto.

Trar ser aprobado en el Senado, el texto pasa a debate a la Cámara de Representantes.

Pensiones contra los jóvenes y la clase media

Con el respaldo de César Gaviria y el partido liberal –más otros enmermelados de los mismos con las mismas que eligieron a Gustavo Petro– avanza en el Congreso la reforma que les reduce los derechos pensionales a los jóvenes colombianos y en especial a los que ganen más de 2,4 salarios mínimos, unos tres millones de pesos.
 
Es obvio que muchos jóvenes no habrían votado por Petro si hubieran sabido que sería él quien tramitaría esta reforma retardataria, la misma que el FMI y el Banco Mundial no lograron coronar con los anteriores presidentes de la República. Cuántos de los jefes del petrismo se convirtieron en líderes de los trabajadores por oponerse a esa idea que, con razón, durante muchos años, tildaron de neoliberal.
 
Esto además sucede en medio del espectáculo bochornoso de tener que ver el entusiasta respaldo a esta reforma de la alta burocracia sindical petrista, encabezada por la ministra de Trabajo, quien llegó a ese cargo por su activismo sindical y promueve este engendro con una realidad poco conocida: por su edad y semanas cotizadas, ella no perderá ninguno de sus derechos pensionales.
 
En mi caso debo decir que esta reforma no me hace ningún mal. Porque adquirí el derecho a pensionarme con las normas de 2005, luego de ser, durante 26 años, profesor de tiempo completo en la Universidad Nacional de Colombia. Pero no seré yo quien, por alguna prebenda del gobierno, asuma la conducta del esquirol que respalda el maltrato a los trabajadores que lo eligieron y dice representar, porque a él no lo toca.
 
El umbral de los 2,4 salarios de ingreso significa que de esa suma en adelante se reducirán los derechos pensionales de los trabajadores, incluido obligarlos a afiliarse a los fondos de privados de pensiones, lo que hoy no es así, donde tendrán derechos inferiores a los de Colpensiones. Garrote por punta y punta a quienes tratan como si ganaran en exceso.
 
La reforma además hace daño porque reduce la capacidad de compra y de venta de la economía nacional, generando más desempleo, lo que también lesiona al país de otras maneras. Porque reducirá el interés de los jóvenes por educarse a más altos niveles y por hacer carreras más exitosas en las empresas donde laboran o como trabajadores por cuenta propia. Y los presionará más a abandonar a Colombia y a irse a vivir a países que les remuneren mejor sus trabajos, una de las peores tendencias contra el progreso del país, así haya un pacto neoliberal para restarle gravedad a esta verdad.
 
Y no hay que dejarse confundir con la demagogia de Petro de que este golpe a los asalariados se justifica porque con esa plata de les dará un auxilio de menor cuantía a unos colombianos. Porque esa transferencia puede financiarse de otra manera, como pagarla de los 2,1 billones de pesos anuales que su reforma tributaria –también aupada por el FMI– les impuso a los alimentos de los colombianos, recaudo que además no se usa para financiar campañas educativas por una mejor alimentación y tratar la obesidad.
 
Coletilla: constituye un ridículo de talla universal que Gustavo Petro abuse de su poder presidencial para declarar día cívico nacional la fecha de su nacimiento. Cuánto narcisismo y cuánto lo disfrutarán los creadores de humor. Pero lo peor de este disparate de descarado falso ambientalismo es que así glorificó un alzamiento armado que absolutamente nada bueno le ha dejado ni le dejará a Colombia y que sí le ha provocado inmensos e irreparables daños.
 
Jorge Enrique Robledo

Gobierno defiende el proyecto de reforma pensional

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, defendió el proyecto de reforma pensional que hace tránsito en el Congreso de la República, y que establece que los aportes de afiliados que devenguen hasta tres salarios mínimos lleguen a Colpensiones, y de ese monto en adelante, a los fondos privados.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla González, reiteró, en ese sentido, que el umbral de tres salarios mínimos que propone el concepto fiscal de esa cartera y presentado hace pocos días, señala que el ahorro pensional del régimen contributivo solo alcanzará hasta el año 2070.

 

“Si hay algo que genera costo fiscal no es el sistema de pensiones sino el subsidio a la vez en el pilar solidario. Esas dos cosas no hay que confundirlas”, aseguró el funcionario.

Por ello, el ministro insistió en que, para ese año más o menos, se necesita hacer otra reforma pensional. “Después del 2070, el fondo de ahorro va a sufrir lo que les pasa a todos los fondos de ahorro: que comienza a agotarse, y si no se hace otra reforma en 2070, en el 2100 tendremos déficit total”, afirmó.

Bonilla González recordó que el modelo de pensiones arrancó en 1965 con el antiguo Seguro Social y se reformó con la Ley 100 de 1993, pero para ese momento aún tenía reservas.

“Pero con la Ley 100, los fondos se llevaron masivamente la gente (los afiliados) y el ISS quedó con los pensionados y sin afiliados, y poco a poco se acabó la plata. Después el Estado comenzó a poner la plata de lo que le falta a Colpensiones”, sostuvo.

Y agregó que hoy, 28 años después de la Ley 100, “estamos viendo que hay que hacer otra reforma porque el sistema actual no funciona, y el arbitraje no ha servido porque en la práctica la expectativa de pensionarse en Colombia en los próximos 10 años está en Colpensiones, no en los fondos”.

Se refiere el ministro a que en los fondos privados de pensiones hay 1’8 millones de personas en los últimos diez años, eso es el 10% de sus afiliados. En Colpensiones hay 2,1 millones de personas, eso es el 30% de sus afiliados. “Entonces, ¿dónde está la expectativa de pensionarse? Aquí (Colpensiones), y se han venido 85 billones desde los fondos a Colpensiones. Este año terminarán de llegar 13, quiere decir que han llegado $98 billones desde los fondos a Colpensiones”.

El ministro de Hacienda planteó la pregunta: “Si no hacemos la reforma, ¿qué es lo que va a ocurrir? Que masivamente la gente se va a venir a Colpensiones y la reforma tiene el propósito de eliminar ese arbitraje y organizar ese traslado”.

El ministro confió en que el Congreso de la República aprobará el proyecto de reforma pensional que ya fue aprobado en primer debate en el Senado de la República.

Sobre las pensiones de los «más ricos»

Jorge Enrique Robledo

En las elecciones pasadas, en un foro de precandidatos presidenciales nos preguntaron qué proponíamos para las pensiones de los “más ricos”, pregunta dirigida a que prometiéramos reducirlas, según llevan años machacando los formadores de opinión neoliberales.

 

A mi turno dije que los más ricos no se pensionan porque nacieron pensionados por ser hijos de potentados o porque a lo largo de sus vidas amasaron enormes capitales, dado que es de las ganancias del capital y no de los sueldos de donde provienen los mayores ingresos y patrimonios de los más ricos.

Todo lo que se diga sobre las pensiones de los “más ricos” oculta que los más ricos no son los empleados, por altos que sean sus sueldos, sino los que se los pagan.

Lo que les molesta de la reforma pensional de Gustavo Petro a los fondos privados de pensiones no es que se les reduzcan las pensiones a las clases medias –porque ellos la apoyan–, sino perder afiliados, que pasarían a Colpensiones.

Los de los sueldos más altos son además un porcentaje minúsculo de los colombianos. Luego la reforma pensional de Petro va principalmente contra las clases medias comunes y corrientes –incluidos los pequeños y medianos empresarios y los trabajadores por cuenta propia–, con ingresos y pensiones medianas, a quienes estigmatizan echándolas al mismo saco con los “más ricos”.

Porque la reforma les reducirá sus pensiones a quienes ganan más de tres salarios mínimos mensuales. Es el colmo decir que es contra los más ricos de Colombia golpear a quienes tienen sueldos de más de tres millones de pesos mensuales, escasos 665 dólares, suma que hoy apenas da pensión de 430 dólares en el mejor de los casos, y porque cometieron el crimen de haber estudiado y trabajado duro para ganar más. Y son ellos y los de ingresos menores los que además pagan mucho más de la mitad de los impuestos que se recaudan, incluidos los que gravan la canasta familiar y los combustibles.

Si se hila más fino, el chiste cruel de castigar a los “más ricos” apaleando a las clases medias, y luego de una reforma tributaria que las golpeo y trató con suavidad a los potentados de verdad, cabe esta pregunta: en un mundo tomado por las más poderosas trasnacionales –en Colombia operan unas ochocientas–, ¿será verdad que Luis Carlos Sarmiento Angulo y sus pares criollos son los más ricos del país?

Porque Carlos Slim, propietario de Claro en Colombia, tiene un patrimonio de 89 mil millones de dólares, mientras que el de Sarmiento Angulo apenas llega a 6.600. Y en el mundo hay poderes mucho más grandes que el de Slim.

Que esta reforma es para favorecer a los más ricos del mundo lo confirma que no venga de cerebros nativos sino del FMI, el Banco Mundial y la OCDE.

El proyecto de ley también plantea un período de transición para debilitar la oposición ciudadana. Pero a su vez desenmascara el falso amor de Petro y los petristas por los jóvenes. Porque les empeorará los derechos a los trabajadores que hayan cotizado para sus pensiones menos de mil semanas, es decir, a los jóvenes.

Y el engaño supremo es afirmar que si las clases medias y los jóvenes hacen otro sacrificio, el país dará un salto adelante. Eso mismo dijeron con las varias reformas laborales y pensionales desde 1990 y Colombia no sale del subdesarrollo productivo, la exagerada deuda externa, la desnacionalización de la economía, la expulsión de los trabajadores del país, el desempleo, la pobreza y el hambre de 14 millones de compatriotas.

 

 

Franceses se movilizan en contra de la reforma pensional

Este sábado han comenzado nuevas manifestaciones en toda Francia para protestar contra la reforma de las pensiones impuesta por el Gobierno del presidente Emmanuel Macron y presentada el jueves recurriendo al Artículo 49.3 de la Constitución, que implica la aprobación de cualquier norma siempre y cuando no se imponga una moción de censura.

La jornada en París está marcada por una polémica prohibición de las manifestaciones en la plaza de la Concordia y los Campos Elíseos debido al riesgo para el orden público y la seguridad, según las autoridades, citadas por la televisión BFMTV.

 

La fuente consultada ha advertido de que las personas que intenten juntarse en estas zonas serán desalojadas y probablemente multadas si incumplen la prohibición.

En cambio los manifestantes han irrumpido en el centro comercial Halles de la capital francesa. Los vídeos publicados en redes sociales muestran a los manifestantes entrando en las instalaciones del centro comercial a pesar de la oposición de los guardias de seguridad.

En el marco de estas protestas el sindicato Confederación General de Trabajadores (CGT) ha informado del cierre de la refinería de Total Energies en Normandía. «Las refinerías paran en huelga una tras otra. El movimiento promete ser mayor que el de octubre de 2022 ¡Además de los depósitos de petróleo están en huelga! ¡LLENAD EL TANQUE!», ha publicado el sindicato en Twitter.

Para el lunes está prevista una nueva cita para que se debata el texto de la reforma con el protagonismo una vez más en Los Republicanos, cuyo apoyo podría propiciar la aprobación de una moción de censura contra el Gobierno de Macron.

También se han producido movilizaciones con miles de asistentes en ciudades como Marsella, Toulouse, Nantes o Gap. En Marsella se han contabilizado 1.500 asistentes en la plaza del General De Gaulle, según la Policía. En Nantes han sido casi 9.000 los asistentes, según ‘Ouest France’.

Desde la oposición continúan criticando al Gobierno, del que dicen incluso que «no está respetando la constitución» y de «gobernar contra el pueblo», en palabras del diputado de La Francia Insumisa Antoine Léaument.

La edad es lo de menos

Afirmó el presidente Petro que prefería renunciar antes de subir la edad de jubilación.  Muy bien, pero en realidad, dadas las complejidades que enfrenta nuestro sistema pensional, la edad es lo de menos en la reforma pensional.

Los temas gruesos son, en cambio: 1) La sostenibilidad de los sistemas de prima media (Colpensiones) y de ahorro individual (fondos privados), especialmente en el largo plazo. 2) La baja cobertura en la protección de los adultos mayores. 3) La regresividad de las pensiones más altas del régimen público que reciben subsidios injustificables. Esto no se corrigió en la pasada reforma tributaria a pesar de nuestra propuesta de gravar con impuestos las mesadas superiores a 15 millones de pesos al mes. 4) El efecto cascado que puede generar una reforma pensional agresiva en el mercado de valores, el precio del dólar, el valor de la deuda, y en general en la estabilidad macroeconómica. Y 5) la libertad de los ahorradores para disponer sus recursos como mejor les parezca y convenga.

 

En cuanto a la sostenibilidad de los sistemas, cobertura y regresividad, es claro que el verdaderamente insostenible es el público y no el privado. Es el sistema de prima media el que requiere de enormes subsidios para pagar las megapensiones que adjudica, y el que es incapaz de generar rendimientos financieros dada la imposibilidad legal y la incapacidad técnica de invertir los recursos en los distintos mercados.

Por su parte el sistema privado, aunque es financieramente sostenible, pensiona a menos personas y entrega menos recursos en las mesadas. Sin embargo, aunque esto se ha tratado de presentar como una debilidad del sistema privado, lo cierto es que los privados pensionan menos gente por concentrar a la mayor cantidad de cotizantes jóvenes, y por el incentivo perverso que genera el régimen de prima media para que las personas próximas a pensionarse se cambien a ese régimen para recibir pensiones más altas pero subsidiadas por los contribuyentes.

Lo deseable sería entonces un sistema público que cubra las pensiones más bajas y no las más altas, y en donde los subsidios, o bien se eliminen, o se dirijan a cubrir a los adultos mayores de menos ingresos que no pudieron cotizar lo suficiente, pero de ninguna manera a completar las pensiones más altas del país. Mientras tanto, el sistema privado debe mejorar en el sentido de otorgar más pensiones y no tantas devoluciones de saldos, pues estas también perjudican al ahorrador, que además termina pagando impuestos sobre sus ahorros por causas que en realidad le son ajenas.

En cuanto al efecto cascada de la reforma, vale decir que estigmatizar al sistema privado bajo la premisa de que los recursos terminan siendo invertidos en obras civiles fallidas, o en portafolios que generan pérdidas, es una maniobra demagógica que puede tener enormes impactos negativos en nuestra macroeconomía. Por un lado, la participación de los fondos de pensiones en los mercados de valores o deuda puede ser tachada desde ciertas ideologías como un mecanismo más de “opresión” de los bancos hacia los ciudadanos, pero ello no deja de ser una presentación ideologizada de los hechos, que también pueden presentarse como una conquista social de todos los ciudadanos, que gracias al sistema de ahorro individual, pueden acceder a los mercados financieros del mundo para que sus ahorros generen rentabilidad. Por otro lado, la alternativa de marchitar a los fondos privados para que el ahorro ya no se invierta, sino que se utilice directamente en el pago de las mesadas actuales, es una verdadera irresponsabilidad intergeneracional con las personas que como yo, estamos a 25 años o más de pensionarnos… si es que esta reforma o las futuras llegan a permitirlo.

Con todo, obstaculizar la inversión de los recursos privados en los mercados financieros terminaría por colapsar el golpeado mercado de valores colombiano, subir aún más el precio del dólar, aumentar (también aún más) el servicio de la deuda pública que es suplido en primer lugar por los ahorradores colombianos, y de carambola, termina por golpear nuevamente a los colombianos afectados por la inflación y devaluación.

Finalmente, frente al punto que recientemente se ha señalado en los círculos de opinión y tanques de pensamiento sobre la libertad de los ahorradores, diremos que la cotización a nuestro sistema pensional parte de la premisa paternalista de que los ciudadanos no saben ahorrar para su vejez y por eso hay que imponerlo. Por eso nuestro sistema actual nos obligó a entregar nuestro dinero a un fondo de pensiones privado o público, aún a pesar de que los más jóvenes tenemos la casi certeza de que jamás llegaremos a pensionarnos y que nuestro dinero desaparecerá en algún recoveco de las pirámides financiera y demográfica. De cualquier modo, al menos hoy se nos respeta la libertad de decidir en dónde queremos ahorrar, si en la bolsa común de Colpensiones, o en la cuenta individual de los fondos privados.  Esta posibilidad de elegir libremente no debe cambiar de ningún modo; ni para una parte de la cotización, ni para el todo.

En todo este panorama, la edad de jubilación es apenas una de tantas herramientas que se pueden utilizar para lograr los fines de sostenibilidad, cobertura, o cualquier otro en la reforma pensional. Ya la descartó el presidente, pero en realidad, dados los retos y los enormes impactos que puede llegar a generar cada decisión dentro de nuestro complejo sistema de pensiones, la edad termina siendo lo de menos.

 

Carlos Ardila

Representante a la Cámara

Gobierno alista el proyecto de reforma pensional

El presidente Gustavo Petro anunció que dará inicio a la socialización de su idea de reformar el sistema pensional de Colombia.

El jefe de Estado explicó que, con la Reforma Pensional —que comienza ahora su proceso de concertación nacional y termina en febrero— se propone tener la capacidad de bajar la deuda en los dos primeros años, y a partir del tercero, lograr un objetivo nacional que es un sistema pensional de cobertura total para quienes cumplan con la edad de pensión.

 

“En pensiones queremos liberar $18 billones del Presupuesto Nacional anual que hoy se gastan subsidiando el pago de pensiones para tener más capacidad de reducir la deuda en los dos primeros años: $9 billones de ellos; y a partir del tercer año lograr un sistema que sea del 100% de cobertura, permitiendo que los 3 millones de viejos y de viejas que hoy no tienen para un plato de sopa en toda Colombia puedan tener, al menos, medio salario mínimo de pensión individual”, resaltó.

Con lo anterior —dijo— “se busca llevar a cada viejo y vieja, a los sabios y sabias de este país, una pensión que permita vivir con tranquilidad los últimos años de la existencia”.

Finalmente, al término de la celebración de los 103 años de la Fuerza Aérea Colombiana hizo un llamado a la Fuerza Pública, en el grado de oficial y suboficial, para que realicen sus propuestas sobre las reformas que buscan mejorar su calidad de vida y las de sus familias.

Petro retrocede y deja de insistir con el impuesto a las pensiones

El impuesto a las pensiones con montos superiores a los 10 millones de pesos, fue retirado del proyecto de reforma tributaria, según el anuncio del presidente, Gustavo Petro.

“Junto a la bancada de gobierno y del equipo del Ministerio de Hacienda, hemos acordado NO gravar las pensiones en la reforma tributaria y modificar la tributación en petróleo y carbón. Esta reforma no afecta a la mayoría de colombianos, el recaudo será a los mayores ingresos”, escribió el primer mandatario en su cuenta de Twitter.

 

El proyecto de reforma tributaria planteaba la modificación al Artículo 206 del estatuto tributario que planteaba una exención a pensiones de hasta 38 millones mensuales, límite que se planteaba reducir a 5,6 millones al mes.

Petro anunció que la meta de recaudo ya no será de 23 billones de pesos sino de 20 billones y que además se modificaron la tributación del sector hidrocarburos (petróleo y carbón), pero se mantiene la no deducibilidad de las regalías en el impuesto de renta.

El presidente señalo también que la sobretasa al impuesto para el sector petrolero y el sector carbonero dependerá del precio internacional del petróleo y del carbón.

El anuncio lo hizo el primer mandatario en compañía de algunos congresistas que pertenecen a los partidos de coalición.

 

¿Colpensiones o fondos privados?: Así cotizan los candidatos

La propuesta en materia pensional que lanzó a principios de esta semana el candidato presidencial Gustavo Petro, ha generado una fuerte polémica en el país sobre el futuro del régimen de prima media (Colpensiones) y el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) representado en los fondos privados.

En resumen, la propuesta de Petro consiste en prescindir de los fondos privados de pensiones para mandar ese dinero al sistema público.

 

Más allá de las voces a favor y en contra que ha recibido el planteamiento de Petro, nos pusimos en la tarea de averiguar en qué régimen pensional cotizan los cuatro candidatos que figuran primeros en las encuestas. Esto encontramos:

Gustavo Petro: Consultamos en la base de datos de Colpensiones para verificar si el candidato del Pacto Histórico cotizaba en el régimen de Prima Media, según el resultado el líder de la Colombia Humana estuvo en dicho régimen administrado por el fondo público, pero a la fecha su estado es “TRASLADADO A OTRO FONDO”. Buscamos en los fondos privados Protección, Porvenir y Colfondos pero no encontramos registros de Petro, mientras que en Skandia, el cuarto Fondo Privado de Pensiones en Colombia no fue posible acceder a la información.

Federico Gutiérrez: En el caso del candidato de la derecha y quien se ha mostrado en contra de la propuesta pensional de Petro, encontramos que también estuvo afiliado al Régimen de Prima Media y solicitó traslado al fondo privado Porvenir.

Finalmente, indagamos sobre los candidatos Sergio Fajardo y Rodolfo Hernández, ambos aparecen afiliados a Colpensiones. En el caso de Fajardo desde el 1 de mayo de 2008; mientras que el ingeniero Hernández figura afiliado a Colpensiones desde el 13 de julio de 1970.

Nota del editor: Inicialmente se había indicado que la fecha de afiliación del candidato Rodolfo Hernández al Régimen de Prima Media era el 16 de junio de 2015; sin embargo, precisamos que la fecha exacta es la que aparece actualmente al final del artículo. Es decir, 13 de julio de 1970.

Subsidios para ricos

Todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, incluyendo el derecho a la pensión, pero una sentencia judicial que busca proteger a los que ganan $45 millones al mes puede hacer mucho daño. El régimen de prima media es un herramienta altamente subsidiada para generar equidad para ciudadanos de bajos ingresos. Al exigir que se pueda cotizar sobre 45 salarios mínimos con ese mecanismo, tocaría utilizar los pocos recursos que hay para las pensiones de los más prósperos y aumentar la desigualdad. Min. Trabajo acertadamente se ha opuesto, debe luchar en cada instancia para que no les impongan esta injusticia a los colombianos. Las cosas no están para estos lujos.

Una sentencia judicial del tribunal de Cundinamarca vuelve obligatoria reglamentar el aumento del tope máximo de cotización de 25 a 45 salarios mínimos. El impacto es que con una tasa actual de reemplazo de 67,5% esto abriría la puerta para pensiones de $30,4 millones al mes. Esto a pesar de que la sentencia C-078 del 2017 había prohibido las pensiones elevadas para funcionarios públicos, al tiempo que la ley 797 del 2003 estableció que el gobierno “podrá” y no “deberá” reglamentar tal disposición. Antes de tomar estas decisiones sería bueno hacer un cálculo de sus costo fiscal para ver si es consistente con el principio de sostenibilidad financiera. Por encima de todo, esta decisión atenta contra el principio de equidad.

 

El régimen de prima media funcionaba muy bien hasta que en los 60s las familias colombianas empezaron a tener menos hijos. Cada vez hay menos trabajadores por pensionado, hoy hay 4,6 pero en el 2050 habrá 1,9 aportantes. De mantenerse las actuales tasas de cotización, aun sin introducir la nueva sentencia, el déficit actual cercano a los $40 billones al año será insostenible. La reforma pensional hay que hacerla con o sin esta jurisprudencia.

Aparte de las cotizaciones de los trabajadores, el gobierno aporta un subsidio en proporción fija la cotización. De ahí que los que contribuyen más reciben más subsidio: el quintil más prospero recibe el 50,8% del subsidio pensional mientras que el veinte por ciento más pobre solo recibe el 4,3% de los subsidios. Si se insiste en esta jurisprudencia será aun mas urgente una reforma pensional, pues los trabajadores de altos ingresos no solo necesitan menos subsidio del Estado si no que completan los requisitos de pensión mas fácil porque al pasar menos tiempo en informalidad laboral.

Las personas que ganan más de $45 millones al mes no deben ser discriminadas, pero el espíritu de “solidaridad” sin focalizar no encaja con las realidades del presupuesto. Imponer gastos más allá de las realidades fiscales del país, acaba en la ironía donde el gasto para prósperos ordenado por sentencias, se privilegia sobre el gasto popular voluntariamente imprimido por el tramite presupuestal. Con la lógica de pensiones de $30millones, también se crea el derecho de $100 millones.

Ojalá no se reglamente, pero si toca, se podría plantear que el aporte del subsidio sea progresivo, lo que significaría un mecanismo de cotización más dinámico, inclusive de requisitos diferenciales. Si no se logra algo así, la indignación de pensiones de $30 millones no atentaría solo contra la estabilidad pensional sino con la del sistema democrático.

Pensión Mínima Universal

De los muchos problemas identificados por la Misión de Empleo, lo más dramático es la protección en la vejez. Del total de 6 millones de adultos mayores, solo 1,7 millones (27%) tiene una pensión. No solo es difícil calificar, sino que el sistema vergonzosamente le da el grueso de los subsidios a los ricos. Esperamos que el debate presidencial no prometa más beneficios sin fuente de pago. El resultado de eso no es solo malas pensiones para la mayoría, es no tener ninguna protección, necesitamos una pensión mínima universal.

El actual sistema promete ser generoso, pero fija requisitos de difícil acceso, dado las realidades laborales. De entrada, el 56% del país gana menos de un salario mínimo y, por ende, no participa del sistema formal. Entre 2009 y 2019, un restante 11% de la fuerza laboral sale y entra de la formalidad. En promedio, solo cotizan el 46% de su vida laboral. Lograr pensión con la actual informalidad en el Régimen de Prima Media (RPM) de 1300 semanas requiere 58 años de vida laboral mientras que el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) con 1150 semanas 52 años. La informalidad hace que el perfil demográfico de Colombia se envejezca. Nos parecemos a Japón en vez de a Latinoamérica.

 

Para atender la crisis social, se crearon programas como Colombia Mayor que permiten ofrecer 80 mil pesos mensuales para 1,2 millones (20%) de adultos mayores del país. De esta manera, se ofrece un beneficio que, aunque es útil, no compensa el derecho pensional ni llega a todos los que lo necesitan. Aquí hay colombianos de primera y segunda categoría.

Un estudio sobre subsidios que realizamos en 2017 en el DNP, detectó que, en Colpensiones, los que ganan más de 10 salarios mínimos reciben 9,3 veces más subsidios que los que ganan entre 1-2 salarios mínimos. En vez de construir una sociedad más equitativa, el sistema de pensiones hace al país más desigual. El quintil más pobre solo recibe el 4,3% de las ayudas, mientras el más rico 50,8%. Con ello, una persona que cotiza 20 millones al mes puede recibir un subsidio de más de 1.000 millones de pesos en su pensión. La progresividad debería ser el principio rector de las pensiones.

Interesante que, en la Ley de Mercado de Valores, el gobierno esté liderando la eliminación del retiro programado y un mercado de pensiones vitalicias para bajos ingresos. Actualmente los ingresos mensuales de los pensionados dependen del comportamiento de los mercados financieros, la renta vitalicia eliminaría la incertidumbre. Eso sí, actualmente 90% de las pensiones usan el mecanismo del retiro programado, la transición debe ser gradual. Es razonable que el gobierno asuma el descalce de cualquier volatilidad.

La misión llega a una conclusión simple pero no menos importante: no se puede hacer una reforma de protección social por pedazos. Salud, pensiones y mercado laboral están intrínsecamente ligados. No podemos continuar con reformas desarticuladas, incompletas y a destiempo. Se requiere una visión integral. Por eso, lo que si es claro es que debe haber un solo sistema de protección a la vejez financiado por contribuciones y presupuesto general para lograr una cobertura, una Pensión Mínima Universal. Eso sí, para que funcione se requiere que los más pobres reciban más.