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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Plan Colombia

Demagogia antinarcóticos y ambientalista

En 1971, Richard Nixon, presidente de Estados Unidos, declaró la Guerra contra las Drogas. Y hoy, 52 años después, estamos ante la guerra más perdida de la historia. Porque cada vez se consumen más estupefacientes y de más variedades. Los de siempre, marihuana, cocaína y heroína. Y los nuevos, metadona, metanfetamina y fentanilo, entre otros.

Se producen con facilidad y a costos menores y se venden a precios exorbitantes. En 2019, un kilo de cocaína en Colombia valía 1.491 dólares –y era un gran negocio, con ventas del orden de 11 mil millones anuales–, el mismo kilo puesto en México costaba 12.433, en Estados Unidos, 69.000 y 152.207 en Australia. Al menudeo, en Nueva York a un kilo le sacaban 153.000 dólares.

El rotundo fracaso de la Guerra contra las Drogas era y es fácil de explicar. De una parte, siempre habrá –siempre– quienes consuman drogas, como habrá bebedores de alcohol y fumadores. Y con esas ganancias exorbitantes, siempre habrá quien le jale a ese negocio, aun a riesgo de la cárcel y la muerte, corrompiendo además policías, jueces, políticos, gobernantes y empresarios, anegando a los países en sangre y llenándolos de viudas y huérfanos.

Si ha fracasado la guerra de Estados Unidos y de los gobiernos que lo siguen contra las drogas, como tenía que suceder, lo que sí no ha fracasado entonces es el descomunal negocio, ilegal y legal, que esa guerra crea y promueve.

Y tampoco ha fracasado esa guerra como pretexto para intervenir en los países, según enseñan experiencias de cinco décadas y el Plan Colombia (2000), un plan norteamericano, no para acabar con la producción de cocaína, sino para reducirla al 50 por ciento y usarlo como pretexto para determinar la economía y la política del país, a tal punto que Juan Manuel Santos, ministro de Hacienda de Andrés Pastrana, firmó una carta de intención titulada “FMI acoge el Plan Colombia” (ver enlace)

Tanto determina el Plan a Colombia, que su primera estrategia compromete al país a promover los tratados de libre comercio y la inversión extranjera y la segunda incluye privatizar más la economía. La negociación en el Caguán con las FARC aparece en el tercer punto: “Una estrategia de paz que le apunte a unos acuerdos negociados con la guerrilla”. Y solo en el sexto se habla de “una estrategia antinarcóticos” (ver enlace).

Aunque suene cómico, lo de reducir la oferta de cocaína a la mitad en el Plan Colombia –que es la exigencia de los gringos a los anteriores gobiernos y a Petro–, es una “solución de mercado”, porque, dicen, al encarecerla, algunos no podrán pagarse sus rayas de perico. No les temen ni a las falacias ni al ridículo.

Entonces, lo dicho por Petro y Biden sobre el narcotráfico no es para acabar con ese negocio, según se ha probado hasta la saciedad.

Y es igual su demagogia ambientalista, útil para distraer a un mundo modelado por Estados Unidos y con gravísimos problemas económicos, sociales y militares, mientras Biden promueve enormes proyectos de exploración de hidrocarburos en su país, en el Golfo de México y Alaska, para agregarlos a sus 11,8 millones de barriles de producción de petróleo al día y 934 mil millones de metros cúbicos de gas, 15 y 89 veces más que Colombia.

Entretanto, el embajador Benedetti explicó que Petro le sirve tanto a Biden que parece su canciller (ver enlace).

Jorge Enrique Robledo

No Perder Colombia

Durante los últimos 25 años, la relación Colombia-EEUU ha sido de amistad inquebrantable; el éxito del Plan Colombia, EEUU principal socio comercial nuestro y una masiva diáspora, construyeron un vinculo estrecho. Colombia llego a ser el tercer mayor receptor de ayuda de EEUU, hoy noveno. Se crearon lazos en esferas de seguridad y inteligencia. El temor de que un gobierno de izquierda disolviera esta alianza era preocupante para EEUU, Chávez decía como ofensa, aunque muchos lo tomaran con orgullo, que “Colombia era el Israel de Sur América.” Sin embargo, la relación se mantiene y, a pesar de dificultades, Colombia no está ni cerca de aliarse con Rusia ni Irán, aunque sí con Venezuela.

Si bien el nuevo tono colombiano fue recibido de manera agridulce en Washington, por ahora se impone la tesis de “no perder a Colombia”. En otras palabras, existe disposición de dialogar sobre temas donde existía previo consenso y alineación. Por ejemplo, en la lucha contra las drogas, donde el esfuerzo conjunto tiene más de 40 años. En relación con la nueva actitud colombiana de legalización de la cocaína, esta tiene defensores, incluyendo un editorial de The Economist, pero no es para todo el mundo, ni en Bogotá ni en Washington.

Las elecciones del martes, aunque hacen la relación bilateral más difícil, crean un escenario mejor que el esperado. Al contrario de Colombia, donde el Congreso es solo consultivo en relaciones exteriores, en EEUU este no solo ejerce control, sino que define presupuestos. Se esperaba que una contundente nueva mayoría Republicana Trumpista en cámara y senado se generara un choque con el gobierno colombiano; sin embargo, con los Demócratas previendo ampliar su mayoría senado y la cámara en foto finish inclinado hacia Republicanos, el giro no será brusco.

De especial interés, fue la derecha en la Florida, donde De Santis, el actual gobernador Republicano, se volvió el fenómeno electoral. Es la primera vez, desde la guerra civil que no hay ningún Demócrata elegido estatalmente. La diáspora colombiana apoyo decididamente a De Santis, quien ganó en Miami-Dade. Con esos resultados, si Trump no aspira y aunque aspire, De Santis entra a ser uno de los favoritos para ser el próximo presidente de EEUU. Por lo menos sabemos que es amigo de Colombia.

Lo que debía ser una victoria fácil para los Republicanos, se convirtió en una derrota, dada la escogencia de candidatos excéntricos en varios estados. El presidente Trump apoyó a más de 300 candidatos, pero a los que aspiraban a liderar elecciones en zonas competidas todos perdieron. Sin un mandato claro, pero con mayorías Republicanas en la Cámara, va a haber mayor auditoría sobre Colombia, pero no rompimiento.

La economía de EEUU desde 1950 en cada año después de las elecciones de Congreso siempre crece, inclusive en promedio un presidente Demócrata con un Congreso dividido ofrece un 13% de retorno en la bolsa de valores desde 1932. Con la derrota de los extremos en el Congreso de EEUU y mejores perspectivas económicas, se podría esperar que las visiones opuestas lleguen a puntos moderados. Si la amistad de Colombia con EEUU puede navegar un gobierno de izquierda colombiano y una activa Cámara de Representantes Republicana, la amistad será aún más estrecha que antes.

¿Para qué viajará Santos a EEUU?

El Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, realizará una visita oficial a Estados Unidos la próxima semana, del miércoles 3 al viernes 5 de febrero, en la que se entrevistará con el Mandatario de ese país, Barack Obama, con líderes del Congreso y con miembros de los centros de pensamiento de Washington.

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