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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Precio de la gasolina

¡Misión cumplida!

Como se recordará, el Gobierno Nacional decidió suspender el alza del precio de la gasolina en diciembre de este año, para restarle presión al alza del índice de precios al consumidor (IPC) y así contribuir a alcanzar su meta de una inflación de un solo dígito para el 2022. Tanto más en cuanto que entre los ítems que más han venido presionando al alza se cuentan los precios regulados, como lo son las tarifas de energía y el aumento del precio de la gasolina. En efecto, el mayor incremento en los últimos 12 meses se ha dado en el rubro de transporte, registrando el 16.54%, jalonado por el reajuste del 47.19% del precio de la gasolina.

Como es bien sabido, la inflación se situó en el 10.15% para el mes de noviembre,

 

2.38 puntos porcentuales menos con respecto al mismo mes de 2022, cuando se registró un incremento de 12.53%. Ello, después de haber alcanzado un máximo histórico de 13.34%, la cifra más alta desde el año de la recesión económica de 1999. Aunque la inflación es menor, ha venido bajando lentamente, a un menor ritmo que en el resto del mundo. Ello llevó al Gobierno a presionar, hasta lograrlo, que la Junta del Banco de la República redujera la tasa de interés, con el doble propósito de reducir la inflación y de contribuir a la reactivación de la alicaída economía. Fue así como, en su última sesión, por primera vez desde mayo pasado cuando la ubicó en 13.25%, resolvió bajar la tasa de intervención en 0.25 puntos básicos, fijándola en 13%.

Con el aumento autorizado para enero de $600 el galón, fijando como precio de referencia mediante Resolución del Ministerio de Minas y Energía en $15.164, el Gobierno logra equiparar el precio interno de gasolina con el precio internacional, que era su propósito. Y se cierra de esta manera el ciclo de alzas recurrentes que se iniciaron en octubre de 2022, aupada en su momento por el ex ministro de Hacienda y Crédito público José Antonio Ocampo y mantenida sin solución de continuidad por su sucesor Ricardo Bonilla. El Gobierno Nacional, después de este paso en la dirección correcta que acaba de dar, puede exclamar Misión cumplida (¡!), así sea parcialmente.

De acuerdo con la proyección del Comité independiente de la Regla fiscal(CIRF), de mantenerse las alzas del precio de la gasolina hasta el mes de diciembre de este año, el déficit del Fondo de estabilización de los precios de los combustibles (FEPC) habría cerrado este año en $18.5 billones, pero al aplazarse la última alza autorizada hasta el mes de enero, dicho déficit alcanzará los $20 billones, por cuenta del congelamiento del precio del diésel y del subsidio del cual sigue siendo objeto, hasta que el Gobierno, como lo ha anunciado, disponga desmontarlo, al igual que el precio de la gasolina y elevar su precio hasta nivelarlo con el precio internacional.

En este sentido el Gobierno Nacional ha sido muy coherente, así sea a medias mientras no se toque el precio del diésel, en el propósito de desactivar la bomba de tiempo, heredada del anterior Gobierno, del enorme déficit del FEPC, para garantizar la sostenibilidad fiscal y su meta del déficit de 4.3%, respetando y cumpliendo la Regla fiscal, al tiempo que, se busca desincentivar el consumo de los combustibles de origen fósil, en el propósito de descarbonizar la economía, compromiso este contraído con la firma por parte de Colombia del Acuerdo de Paris (2015).

Al atentado a la sostenibilidad fiscal que representa el subsidio a los combustibles, cuyo monto supera con creces los recursos asignados en el Presupuesto general de la Nación (PGN) con destinación al cubrimiento de la Renta básica ($7 billones) que beneficia a 1.9 millones de hogares, lo que plantea el dilema a la hora de priorizar el gasto fiscal, se viene a sumar el costo oculto que comporta el consumo, más que la producción, de 199 millones de galones mensuales de gasolina y 191 millones de galones de diésel, de los cuales se importa el 27%. Me refiero al hecho de que además de los GEI emiten a la atmosfera y la contaminan con material particulado (PM2,5), causante de enfermedades respiratorias, que le significan al país, según el Instituto Nacional de Salud (INS) 15.681 muertes cada año asociadas a la mala calidad del aire y le cuestan al sistema de salud anualmente la friolera de $12.2 billones (1.5% del PIB).

De hecho, en su intervención en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático (COP28), que tuvo lugar en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) entre el 30 de noviembre al 12 de diciembre, el Presidente Gustavo Petro, después de criticar la reticencia del resto del mundo, especialmente de los países más poderosos, que son los mayores responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del Cambio climático, a abandonar el consumo de los combustibles de origen fósil, fue enfático al afirmar que Colombia “ha eliminado los subsidios de la gasolina”. Y fue más lejos aún al firmar en el marco de este magno evento el Tratado de no proliferación de combustibles fósiles.

A este respecto ya se había pronunciado el Pacto por el Clima de Glasgow en el seno de la Cumbre sobre el Cambio climático de la COP26 en 2021, instando a los países a “eliminar progresivamente las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles, proporcionando al mismo tiempo un apoyo específico a los más pobres y vulnerables”. De manera, que esta sigue siendo una asignatura pendiente en los países firmantes del Acuerdo de París.

Encuentre aquí más columnas de Amylkar Acosta

Medellín, diciembre 30 de 2023

www.amylkaracosta.net

Acabar control de precios

Se le atribuye a un dictador africano decir que las elecciones son un referendo sobre el precio de los combustibles y la comida. Este gobierno ha hecho once alzas consecutivas del precio de la gasolina, casi $4,500, que equivalen a un incremento del 47% frente al año anterior.  La irresponsabilidad de dejar crecer la brecha entre precio internacional y nacional, le costó al país $37 billones el año pasado. El control de precio a la gasolina es fiscalmente irresponsable, aumenta la desigualdad y daña el medio ambiente. Así como la nación dejó de fijar precios agrícolas hace décadas, es hora de acabar la dañina práctica que el gobierno fije el precio de la gasolina.

Facultado por decretos entre 1974-1975, el gobierno creó la fórmula del precio de la gasolina. Puede que, en los 70s, cuando existía un monopolio estatal, tuviera lógica una metodología para definir precios. Al final del día, la posición dominante, aunque sea estatal, se presta para abusos. También existía la necesidad de fijar planes de abastecimiento que no contaban con la ayuda de la mano invisible del mercado.

 

En siete modificaciones sustanciales e innumerables reglamentaciones, en todos los casos se generó un desequilibrio, usualmente fiscal. A través del tiempo, el precio de la gasolina tuvo una multiplicidad de propósitos: fondos viales, IVA, financiación municipal, almacenamiento, márgenes en la cadena, subsidios, evaporación, sistemas de transporte masivo, etc. Sobra decir que todo este proceso es altamente subjetivo, poco transparente y político. No hay un mandato claro con tantos propósitos, nunca sale bien.

Con el tiempo, diferentes coyunturas crearon incentivos para utilizar el precio de la gasolina como oportunidad fiscal. Especialmente, en la época donde Ecopetrol estaba vinculado al ejercicio, con precios altos se podían llenar de ingresos los gobiernos, recibiendo su dividendo, sin pasar por el congreso. También está el riesgo fiscal de esconder populismo previo elecciones con la excusa de bajar la inflación o “lo social” con precios bajos, como ocurrió recientemente.

El debate se empezó a mejorar parcialmente al transparentar los costos implícitos a través del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles. A pesar de esto, la verdad es que los gobiernos no se aguantan las ganas de meterle sus prioridades, así como no tenemos control de precios ni para el pan ni el café, no tiene sentido tenerlo para la gasolina.

En la actual coyuntura, el costo de $37 billones en subsidio de gasolina no es defensable. Sobra decir que, en materia de política social, los que tienen carro tienden a ser más prósperos que los que van a pie o están en transporte público. La plata puede ser invertida en alimentación infantil o en educación. Adicionalmente, en momento de lucha contra el cambio climático, fomentar el consumo de hidrocarburos va en contra vía de nuestras metas de emisiones.

Es verdad que al inicio del diseño de un esquema de control de precios existían intenciones virtuosas y la esperanza de un comportamiento técnico de los gobiernos. Desafortunadamente, las tentaciones son grandes, lo mejor es que las cosas valgan lo que tienen que valer por oferta y demanda. Si hay externalidades, estas pueden ser resueltas por regulación e impuestos.

Simón Gaviria

 

 

 

 

Una verdad incómoda

Contrariamente a la creencia popular de que Colombia tiene la gasolina más cara del mundo, es la tercera más barata en Latinoamérica después de Venezuela y Bolivia, que no son ejemplos dignos de imitar en esta materia.

El mayor valor entre el precio de referencia de los combustibles, que lo fija el MME y el ingreso al productor (IP) de la fórmula, que es lo que se le paga a ECOPETROL, va contra el Fondo de Estabilización de los precios de los combustibles (FEPC), que en la práctica es un subsidio al consumidor, se traduce en un déficit que alcanzó los $25 billones en 2022 y se proyectaba en $32 billones para 2023.

 

Esta cifra supera con creces lo que se espera recibir este año por cuenta de la reforma tributaria del año anterior (Ley 2277 de 2022) y que se estará adicionando por parte del Congreso de la República mediante el proyecto de ley presentado por el Ministro de Hacienda José Antonio Ocampo y que se tramita en este momento: $25.4 billones.

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De manera que está plenamente justificado el incremento en el precio de la gasolina que se viene autorizando por parte del MME desde octubre del año anterior, el cual se mantendrá hasta nivelarse con el IP. Debido a la inflación galopante que experimenta el país desde el año pasado y con el ánimo de no atizarla, el Gobierno ha mantenido congelado, es decir subsidiado, el precio del diésel, que se consume mayormente en el transporte de carga y de pasajeros. Es de anotar que el consumo de gasolina y diésel se da por partes prácticamente iguales, 199 y 191 millones de galones mensuales, de los cuales se importan, a precios internacionales, más de 80 millones de galones.

Finalmente, cabe advertir que no hace sentido que si la Transición energética se propone reducir la emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y siendo que el sector transporte en Colombia contribuye con el 12% de las mismas, se subsidie a los combustibles que los generan y de esta manera se incentive su consumo.

Ello va en contravía de la estrategia de la movilidad sostenible, que conlleva elevar las mezclas de los biocombustibles, la mayor conversión a gas(combustible-puente de la Transición) y la penetración de los vehículos con motor eléctrico, reemplazando paulatinamente los vehículos con motores de combustión, los cuales además de los GEI emiten a la atmosfera y la contaminan con material particulado (PM2,5), causante de enfermedades respiratorias, que le significan al país, según el Instituto Nacional de Salud (INS) 15.681 muertes cada año asociadas a la mala calidad del aire y le cuestan al sistema de salud anualmente la friolera de $12.2 billones (1.5% del PIB).

 

Precio de la gasolina arriba, arriba, arriba

En adelante el precio que pagarán los colombianos por la gasolina tendrá un incremento de $ 400, informó la Comisión de Regulación de Energía y Gas, CREG.

Lo anterior, fue anunciado por el desde el año pasado por el Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Gustavo Petro.

 

El ACPM no registrará variaciones en su precio durante este mes, y se pronostica que su valor se mantenga estable en lo que resta del año.

El precio promedio en el mercado quedó sobre los $10.766.  Nariño es el único territorio donde no aplicará el aumento.

 

Es un hecho, en octubre subirá el precio de la gasolina

El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, indicó que el precio de la gasolina aumentará $200 a partir de octubre por este año».

El promedio general de las 13 principales ciudades se encuentra en $9.180, con este aumento quedaría aproximadamente en $9.380.

 

El ministro Ocampo dejó claro que el ACPM no tendrá un aumento como el de la gasolina.  Lo anterior, teniendo en cuenta que el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) reveló que el ACPM es el 50% del déficit actual del Fondo de Estabilización de los Combustibles (FEPC).

No obstante, el funcionario dejó la puerta abierta para que el precio del combustible aumente en el año 2023.

 

 

Debate sobre el precio de la gasolina, ¿Quién tiene la razón?

Entre algunos de los recuerdos de muchos colombianos del primero de enero de año nuevo se encuentra el del aumento del precio de la gasolina el día anterior, con lo cual se comenzaba el año con aumento en los precios a nivel general, sobre todo en los alimentos, y todo aquello que se transporte, es decir, casi todo lo que afecta a cada consumidor en Colombia.

Esta cuasi tradición cambió un poco en el 2007 con la creación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles – FECP, el cual ha logrado entregar a los colombianos precios estables durante los últimos años en los combustibles, fondo adscrito al Ministerio de Hacienda. Pero desafortunadamente los últimos tiempos este Fondo ha generado déficits no menores año tras año, los cuales deben ser resueltos cuanto antes, ya que de continuar como hasta ahora, se incrementaría el déficit aún más gradualmente llegando a niveles insostenibles en el mediano plazo.

 

Aproximadamente el déficit es de $24 Billones de pesos, para final de año podría ser de $35 Billones.  Con esta última cifra el actual gobierno nacional argumenta su decisión de aumentar el precio de los combustibles, define que este aumento en el déficit del Fondo FECP hace crecer un hueco fiscal generando una especie de subsidio creciente a quienes consumen combustibles en Colombia, según afirma el Presidente Petro.

Sobre la balanza ponemos la contraposición, el primero en alzar la voz fue el exministro de Hacienda del gobierno anterior, José Manuel Restrepo, quien manifiesta que ya se pagaron $14,2 billones de pesos del déficit mencionado y adicional afirma que se dejaron presupuestados $28,5 billones. Señala también que este tema del déficit corresponde a estrategias en pandemia, al no subir precios de combustibles, estos se estabilizaron y se evitaron 5 puntos adicionales en la inflación para la no afectación del a población más vulnerable y la recuperación de las Mipymes en el país.

Esto último que dice el exministro, tiene sentido, incluso ya comienza a debatirse en el Congreso un monto de $19 billones de pesos de los cuales se destinan los $14,2 billones al déficit. Pero es pertinente afirmar que al cierre del año el déficit será de más de $35 billones, casi el 2.7% del PIB, por lo tanto, esa diferencia tendría que ser pagada por el nuevo gobierno para deudas y cubrir el déficit de aquí al año 2025.

El tema de los precios en los combustibles en Colombia parece entonces un problema de no acabar, este gobierno parece, se encuentra determinado a sacar adelante el aumento a los mismos, debido a los déficits mencionados por parte del Fondo FECP, no es para menos y como hemos comentado anteriormente, a nadie le gusta pagar más impuestos, es difícil lograr un consenso en estos temas y claro, ya empiezan a surgir varias propuestas.

El gobierno argumenta que el dejar financiado el Fondo, como dice el exministro, implicó quitar $10 billones de pesos de la inversión para el 2023, lo cual trae como consecuencia la no provisión para programas sociales como “ingreso solidario” entre otros.

El tema es que independiente de quien tenga o no la razón, es un hecho el trámite de los ajustes para el aumento de los precios a los combustibles, así como es un hecho que por más que hayan dejado o no financiado o previsto estos gastos, en el mediano y largo plazo, subsidiar combustibles no parece la mejor alternativa para el Estado. Por esta y otras razones, algunos congresistas ya proponen, por ejemplo, concentrar el subsidio a la gasolina a través del SOAT solamente para Motos, transporte de carga y transporte público, con esto pretenderían evitar una afectación en los costos para los combustibles en muchas personas, veremos si esto prospera o no.

Otros congresistas también afirman vehementemente la ineficacia del gobierno anterior al dejar un déficit fiscal total de unos $83 billones de pesos, sumado a la deuda, lo cual amerita hacer reformas estructurales, como esta de los aumentos a los combustibles.

El precio de los combustibles solo contempla un 51% en ingresos para el productor, 13% corresponde a los impuestos nacionales y otro 13% a impuestos territoriales, el resto es para transporte, biocombustibles y los márgenes de distribución. La carga es grande, y los consumidores finales somos los directamente afectados si hay aumentos, pero, el sistema de subsidio al consumidor no es muy sostenible en el tiempo. No en vano muchos aseguran que esta política actual de combustibles genera un déficit constante, evidentemente afecta las finanzas del Estado, por lo tanto, me sumo a quienes piensan que se requiere un plan de acción de transición que tenga en cuenta precisamente los efectos de inflación y que pueda incluir a su vez medidas estructurales.

La medida y la función del Fondo FECP ha logrado tener un precio por galón de gasolina relativamente barato comparado con la región en Latinoamérica, para tiempos de emergencia como la pandemia, logró estabilizar los precios en los combustibles, ha evitado en esos tiempos mayor inflación, pero definitivamente se debe pensar en revaluar la estrategia, también ante estos tiempos de escases, conflictos mundiales y transiciones energéticas. Pensemos que deberíamos estimular el consumo de biocombustibles, pero con estas estrategias realmente estamos subsidiando para terminar estimulando el consumo de combustibles fósiles. Esperamos se logre una determinación para cubrir estos déficits, pero también a su vez, esperamos se logre un equilibrio en precios para los consumidores en el sensible tema de los precios de los combustibles, que, por ahora siguen siendo parte fundamental para el desarrollo de todo el país.

@jack80x