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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Putumayo

Golpe a la explotación ilícita de yacimientos mineros en Putumayo

Una operación contra la explotación ilícita de yacimientos mineros se realizó en zona rural del municipio de Puerto Guzmán, departamento del Putumayo, donde el Ejército Nacional, la Policía Nacional, La Fuerza Aérea y la Fiscalía General de la Nación, lograron la inutilización de seis máquinas amarillas y seis unidades productoras mineras, las cuales eran utilizadas para la producción de aproximadamente 18 kilos de oro mensuales, el cual tendría un costo en el mercado ilegal de cinco mil millones de pesos. Las máquinas, pertenecerían a la  Estructura 48 autodenominados Comandos de la Frontera, quienes, por medio de la explotación de recursos naturales, financian las acciones terroristas en contra de la población civil y de los integrantes de la Fuerza Pública.

Las maquinas avaluadas en 1.800.0000 millones de pesos, ocasionaban un impacto ambiental en un área general de 30 hectáreas, generando una deforestación que corresponde aproximadamente a 18.000 árboles nativos. Así mismo, en el lugar se pudo evidenciar la remoción de 80.000 mts cúbicos de suelo y subsuelo; Además, de contaminar los afluentes hídricos, que benefician al municipio de Puerto Guzmán y sus veredas.

 

Cabe resaltar que recuperar estás hectáreas afectadas por la explotación ilícita tendría un valor aproximado de 3.000 millones de pesos.

 

Morales vs Obrador

Según UNODOC, Colombia alcanzó el máximo de área cultivada de coca, con un incremento del 43%, de 2020 a 2021, y produciendo 1.400 toneladas de clorhidrato de cocaína. En el Putumayo, uno de los departamentos donde se concentra la mayor cantidad de coca, varios grupos armados regulan con violencia los precios, ponen a las autoridades en su nómina y se convierten en tomadores de decisiones, mediadores, impartidores de justicia, organizadores de violencia, financiadores de campañas, entre otras actividades. Incluso, los nuevos actores violentos han llegado a amenazar a las personas que otrora lideraron el movimiento cocalero que exigía la sustitución voluntaria y el desarrollo rural y rechazaba la fumigación. Hoy la consigna no es sustitución, sino legalización.

En eso, el presidente Gustavo Petro marcó un hito en su discurso en las Naciones Unidas. Nadie duda de que la guerra contra las drogas ha fracasado en todas y cada una de sus versiones, duras y blandas. América Latina es hoy el continente más violento del mundo y ha sacrificado sus trayectorias de desarrollo para procurar detener en el origen el flujo de la economía más global de todas: El narcotráfico. Hasta ahí hay mucho de razón, y perseguir el narcotráfico no ha dado ningún resultado a mostrar. Sin embargo, en la decisión de no perseguirlo también hay varias variables que Colombia debe analizar desde la mejor evidencia disponible. El diablo está en los detalles.

 

En América Latina dos países han tomado decisiones similares en cuanto a no realizar una persecución activa en contra del narcotráfico. En el año 2006 Bolivia fue el primer país del continente en solicitar declarar la hoja de coca como lícita y desligarla de la producción de cocaína, apelando a su base social cocalera de Cochabamba y en el 2008 suspendió indefinidamente las actividades de la DEA en el país, acusándola de acciones poco transparentes. En el año 2017, el país había disminuido de 31.000 has. de coca sembrada a alrededor de 20.000, todo sin utilizar la violencia. Fuentes cercanas al gobierno de entonces señalan que nacionalizar la lucha contra el narcotráfico y separarla de la disminución de cultivos, sumada a la salida de la agencia norteamericana permitió que el Estado se concentrara en implementar la reforma agraria con mayor tranquilidad y permitir la producción de hoja de coca para uso interno, que ronda según la Unión Europea en aproximadamente 15.000 has.

México tiene otra trayectoria. Muchos analistas del narcotráfico y del crimen organizado señalaron que el inicio de la persecución activa contra el narcotráfico como un problema de orden público desencadenó una oleada de violencia que situó a México como uno de los países con la mayor tasa de homicidios del mundo. Manuel López Obrador, fiel a esta premisa, prometió en campaña “más abrazos, menos balazos” como estrategia y en 2019 declaró que el país estaba oficialmente fuera de la guerra contra las drogas. Mientras se disminuyeron los operativos policiales a gran escala, la seguridad conservó un enfoque militarizado. Mientras Colombia plantea fortalecer el control civil de la Policía, México quiere poner a la guardia nacional bajo el control del ministerio de defensa. Los escándalos de corrupción están a la orden del día, los homicidios llegan a 35.000 personas y los eventos de desaparición forzada llegan a 30.000 sólo en el mandato de López Obrador.

Las diferencias entre los dos modelos son muy evidentes, por supuesto. México tiene el control de gran parte de la comercialización de la cocaína y parte de la heroína y opiáceos en el mundo, pero no es ni de cerca un país cultivador o productor de base. Adicional a lo anterior, mientras Bolivia desmilitarizó por completo la lucha contra el narcotráfico, concentró sus esfuerzos en el desarrollo agrario, sin limitar la producción de hoja de coca, integrando la economía cocalera al desarrollo, México llevaba años permitiendo la participación de los sectores violentos del narcotráfico en la política, por lo que el peso del sector y del propio crimen organizado era prácticamente imposible de obviar.

Colombia tiene ambos mundos. Es un país productor de coca, pero los cultivos dependen cada vez menos de la economía campesina y tienden a tener un comportamiento más y más industrial. Tiene grupos armados que, al momento de legalizar la droga, bien podrían dedicarse a cualquier otro negocio, incluyendo la extorsión y la corrupción pública, y como en México, la clase política ha estado profundamente vinculada a la violencia y a diversos negocios ilegales. En el camino de la legalización de las drogas, el lobby colombiano puede ser inspirador, pero insuficiente y ciertamente lento. ¿Hay una respuesta que permita salir de esta encrucijada? La respuesta al problema de la coca parece estar más del lado del círculo virtuoso boliviano que combinó un desarrollo rural eficiente con una política de policía rural más cercana a los sindicatos y comunidades cocaleras que a las funciones militares. Sin embargo, si Colombia quiere una solución al problema de la violencia, es bueno mirar el caso mexicano y tal vez reconocer que la violencia organizada tiene menos que ver con el negocio y más con la política.

 

 

Capturan a dos presuntos integrante del Clan del Golfo

Soldados del Ejército Nacional lograron en las últimas horas la captura de alias El Viejo o Brayan y alias Pecas, quienes pertenecerían a la subestructura Rubén Darío Ávila del  Clan del Golfo, en la vereda Mina Alacrán, del municipio de Puerto Libertador, Córdoba.

Alias El Viejo, sería el cabecilla de zona de los municipios de Montelíbano y Puerto Libertador, Córdoba y estaría encargado de realizar cobro de extorsiones a empresas y a diferentes gremios de la región.

 

De igual manera, se le atribuye la acción terrorista del 21 de septiembre del 2021, que dejó como saldo cinco soldados asesinados y siete más heridos, los cuales se movilizaban en vehículo tipo camión, cuando fue activada una carga explosiva en la vereda la Liboria, del municipio de Puerto Libertador, Córdoba.

Por otro lado, Alias Pecas haría parte de la seguridad de alias El Viejo y también realizaba cobro de extorsiones y proselitismo a favor del GAO Clan del Golfo.

Estos individuos tenían en su poder un revolver, 18 cartuchos calibre 38 y dos motocicletas, las cuales eran usadas para amedrentar y delinquir en esta zona del país. Los capturados, al igual que el material incautado, fueron puestos a disposición de las autoridades judiciales competentes, para los actos urgentes pertinentes.

 

Ministro del Interior pidió a los violentos en el Putumayo “bajar la guardia”

Durante su intervención en el acto de apertura de la Caminata de la Solidaridad, el ministro del Interior, Alfonso Prada, invitó a grupos ilegales que operan en el departamento Putumayo y de toda Colombia que bajen la guardia, “que bajen los actos de violencia contra el pueblo Colombia y que acepten la invitación de caminar hacia La Paz Total.” Indicó.

De igual manera, aseguró que con esta Caminata se invoque la solidaridad de todos los colombianos frente a los líderes y lideresas sociales.

 

MinInterior recordó que en el mes de septiembre se ha reducido en más del 46% los asesinatos en el país, lo cual compromete aún más al Gobierno con la protección de vida de los colombianos.

Sin embargo, lamentó y rechazó el asesinato de a 5 colombianos en los últimos ochos días y aseguró que se revisarán las medidas y se trasladarán al territorio para expresar la solidaridad, con medidas concretas que permitan ir corriendo a los violentos para que pueda transitar así una autopista hacia la paz total en Colombia.

Finalmente, Prada exaltó que estamos caminando hacia la construcción de una sociedad más justa en lo económico, social y en lo ambiental.

Regaño de la ministra Cecilia López a las comunidades invasoras de fincas

La ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, hizo un fuerte llamado de atención a los campesinos y a las comunidades indígenas y afro que han tomado la decisión de invadir algunas fincas en los departamentos del Cauca, Valle y Cesar, para que no continúen con estas vías de hechos.

“Hay un tema básico y es que tenemos que respetar nuestra Constitución. Tenemos que hacerlo dentro del orden legal que existe en el país”, dijo la jefa de la cartera de agricultura.

 

La ministra hizo mucho énfasis en el compromiso del Gobierno Petro con los problemas del agro para superarlos.

“Díganme cuándo el sector rural ha sido la prioridad en los últimos gobiernos. Díganmelo ustedes, yo no lo he visto”, puntualizó la ministra durante su Intervención en el diálogo social con los campesinos de Putumayo.

La ministra de Agricultura recordó que uno de los asuntos que tratará el Gobierno Petro tiene que ver con el proyecto de reforma agraria.

Según la Sociedad de Agricultores de Colombia, en los últimos dos meses se registraron 15 afectaciones a fincas en los municipios de Padilla, Guachené, Caloto y Miranda.

 

 

Ejército destruye ocho laboratorios que almacenaban cocaína

Soldados del Comando contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales del Ejército Nacional llegaron hasta los municipios de Puerto Asís, Orito y San Miguel en el departamento de Putumayo y al municipio de Sardinata en Norte de Santander para destruir seis laboratorios de pasta base de coca y dos más para el procesamiento de clorhidrato de cocaína.

Según información suministrada por inteligencia militar, estos complejos harían parte del frente Juan Fernando Porras Martínez del Grupo armado organizado ELN y del grupo armado organizado residual estructura 48.

 

Al interior de las estructuras rústicas se hallaron más de 560 kilogramos de clorhidrato de cocaína en solución, 1598 galones de pasta base de coca en proceso, 1193 galones de acetona, entre otros precursores químicos empleados para la obtención del estupefaciente.

Todo este material fue puesto a disposición de las autoridades competentes para su destrucción controlada; la afectación a las finanzas ilegales de estos grupos superan los cinco mil millones de pesos.

Durante el fin de semana fueron nueve en total los complejos para la producción del alcaloide destruidos por esta unidad, dando muestra de las capacidades de las unidades con el fin de atacar de manera directa los factores de inestabilidad que pretende afectar la tranquilidad del pueblo colombiano.

Alerta del representante Ardila por un posible Alud en Sibundoy

 

Foto: Igac,gov.co

 

El representante a la Cámara por el Putumayo, Carlos Ardila, solicitó acompañamiento técnico a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, para evaluar los riesgos y construir la hoja de ruta de mitigación, frente a posible desprendimiento de tierra en el municipio de Sibundoy, Putumayo.

«El departamento de Putumayo no puede vivir de nuevo una tragedia como la que ocurrió en Mocoa, por falta de planeación, prevención y mitigación de riesgos. Hoy hay una alerta en el municipio de Sibundoy, por el posible desprendimiento de tierra que podría afectar la Planta de Tratamiento de Agua Potable del Municipio y a las familias y construcciones de los barrios Tabanoc, portachuelo y Las Lajas».

En carta enviada al director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Ariel Zambrano, el congresista manifestó su preocupación por que según él, “hasta el momento se desconoce el volumen y potencial destructivo del eventual alud de tierra. También se desconoce el grado de probabilidad de ocurrencia del desprendimiento, por lo que esta incertidumbre dificulta la toma de decisiones”.

Sanas y salvas aparecieron dos menores en Valle de Guamuez, Putumayo

Jhon  Rosero alcalde de Valle de Guamuez, (Putumayo), confirmó que la presión de las autoridades y la comunidad facilitó el hallazgo de las dos menores de 13 y 15 años que habían sido reportadas como desaparecidas en ese municipio.

La gestión de la Policía, el Ejército y el Gaula, que estuvieron muy presentes a nivel departamental, generaron la alerta y empezaron a buscarlas. Creo que la misma presión de las autoridades y el interés que la comunidad tuvo por ese tema, permitió el pronto hallazgo de las menores”,

 

“A las 8:00 de la noche de este lunes nos llaman de la vereda Las Vegas en donde la comunidad de ese sector me dice que las dos menores desaparecidas estaban allí, que acababan de llegar por el monte. Llegaron bastante sucias, se nota que caminaron mucho”, informó el alcalde a RCN Radio.

Además agregó, el mandatario  que hasta el momento no se ha podido establecer por parte de las autoridades, quienes estarían detrás del plagio, ni sus motivaciones.

Foto: Alcaldía de Putumayo

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Al menos ocho muertos en enfrentamientos entre disidencias de las Farc

Al menos ocho personas han muerto en un enfrentamiento entre facciones de las disidencias en la región de Putumayo, en el sur de Colombia.

Efectivos de los Comandos de la Frontera y del Frente Carolina Ramírez se han enfrentado el pasado jueves en la vereda La Torre, de Puerto Guzmán, Putumayo.

 

Los ocho fallecidos pertenecían a los denominados Comandos de la Frontera, incluido una menor de 17 años, según la fuente consultada por el periódico, que resalta que varios de los fallecidos tenían un tiro de gracia en la nuca, lo que apunta a ejecuciones.

El cuerpo de bomberos de Puerto Guzmán trasladó seis de los cuerpos hasta la cabecera municipal, pero familiares de los fallecidos asaltaron al conductor del vehículo y se llevaron los cuerpos, que estaban en avanzado estado de descomposición.

Entre los fallecidos estaría el dirigente guerrillero Ferney Torres Calderon, alias ‘Caquetá’, así como Emerson Fernando Chapal Iles, de 20 años; Jineth Paola Calvache Gómez, de 23; Jorge Iván Castañeda Ortiz, de 31 y la joven de 17 años, cuyo nombre no ha trascendido por ser menor de edad.

La Fiscalía y efectivos de las Fuerzas Armadas están en la zona para intentar esclarecer los hechos.

 

“Los recursos para reconstruir a Mocoa duermen en una fiducia”: Carlos Ardila

Foto: Agencia EFE

Según el representante a la cámara por el departamento del Putumayo, Carlos Ardila, la reconstrucción de Mocoa no avanza al ritmo que la comunidad quisiera. Según él, estos trabajos enfrentan todo tipo de dificultades en lo técnico, en lo social, retos en lo predial y, cantidad de temas que no han permitido que los proyectos que están en ejecución se conviertan en obras en servicio para la comunidad.

 

El congresista liberal citó dos ejemplos: el primero, el acueducto, pensado y contratado desde el 2017, “este proyecto enfrenta dificultades y retos en la fuente de captación, retos en el diseño del mismo, retos en las redes de distribución, y retos para poder lograr micromedición y demás”.

Ardila dijo en diálogo para Confidencial Colombia que el municipio suspensiones del servicio de agua.

Otro asunto que preocupa al representante Ardila está relacionado con la construcción de viviendas tanto rurales como urbanas: “Sauces II, es un proyecto que se contrató en el 2017, tenía un contratista que terminó matriculado en un escándalo de corrupción. El contratista cedió y el nuevo contratista no cumplió”.

Y agregó, “después de estos cinco años, con recursos asignados la fase II de viviendas o Sauces II como se conoce que son 906 viviendas, ha entregado cero viviendas a los habitantes de Mocoa que tanto la necesitan y, en vivienda rural ocurre lo propio. En un principio se hablaron de 360 viviendas, luego 350, luego 300. Resumen del cuento, hoy no hay viviendas rurales cuando hay recursos y estos duermen en una fiducia.

“No me atrevo a decir que esto es un elefante blanco porque ni siquiera se han construido. El proyecto de acueducto funciona a medias o funciona parcialmente y hoy requiere de unos ajustes y de unas obras adicionales para poder funcionar como Mocoa lo necesita.

Solicitan consejo de seguridad en Putumayo

El representante a la Cámara por el departamento del Putumayo, Carlos Ardila, solicitó convocar de manera urgente a un consejo de seguridad para evaluar la ola de homicidios y los hechos de violencia, por los que atraviesa el departamento.

El congresista hizo la solicitud, tras el asesinato de  Aureliano Coral Guerrero, Docente de la Institución Educativa Santa María Goretti de Mocoa,

 

El Congresista liberal, rechazó este crimen que se presentó en el barrio San Agustín de la ciudad de Mocoa, y  pidió celeridad en las investigaciones, para dar con el paradero de los responsables.

Ardila le hizo un llamado enfático al Ministro de Defensa, Diego Molano, para que lidere junto con las autoridades competentes, un consejo de seguridad que permita orientar, coordinar y fomentar todas las acciones encaminadas a preservar la seguridad en el departamento del Putumayo.

El Representante, expresó finalmente su solidaridad con las familias de los líderes sociales, docentes y putumayenses, víctimas de la escalada violenta que afronta la región.

Los crímenes de Puerto Leguízamo

Imposible de ocultar. Entre mas explicaciones pretenden dar el incompetente y nefasto Ministro de Defensa Diego Molano, el General Navarro Comandante de las Fuerzas Militares y el General Zapaterio Comandante del Ejército Nacional, resulta más evidente la cadena de crímenes cometidos el pasado 28 de marzo por integrantes del recién creado Comando Contra El Narcotráfico y Amenazas Transnacionales CONAT del Ejército, al mando del también General Juan Carlos Correa, en la vereda El Remanso del municipio de Puerto Leguizamo en el departamento del Putumayo. “Operación militar” en las que resultaron muertas 11 personas, entre ellas el Presidente de la Junta de Acción Comunal Divier Hernández, su esposa en estado de embarazo Ana María Sarrias, el Gobernador Indígena Pablo Panduro y el menor de 16 años Bryan Santiago Pama.

El propio Presidente Iván Duque se apresuró en reivindicar la operación como un triunfo de las Fuerzas Militares contra una estructura militar ilegal. Los 11 muertos fueron presentados como ilegales dados de baja y las 4 personas que resultaron heridas se reportaron como detenidas por las autoridades. Las versiones oficiales dieron cuenta de una acción sobre el Frente 48 de la “Segunda Marquetalia” o “Comandos de Frontera” al mando de alias “Bruno” y alias “Managua” quienes se encontrarían en el lugar de los hechos, aun cuando las propias autoridades no lo reportan entre los muertos. Una operación adelantada en medio de un bazar comunitario que el Gobierno no tardó en calificar como “bazar cocalero”, en una zona también de presencia del Clan del Golfo y el Frente Carolina Ramirez de las Ex Farc al mando de Gentil Duarte.

 

La investigación periodística en terreno adelantada por la Revista Cambió, El Espectador y el portal Vorágine, documentó con rigor muchas de las denuncias que se venían conociendo minutos después de lo que al parecer fue una masacre de civiles. El Gobierno para no dar ninguna explicación en términos de uso proporcional de la fuerza, se atrevió a afirmar que producto de una “rigurosa labor de inteligencia de más de 5 meses” concluyó que el bazar en El Remanso era una coartada para la negociación de grandes cantidades de pasta de coca y que todos sus asistentes tenían vínculos con los “Comandos de Frontera”. Luego, moderando su versión, afirma que aplicó todos los protocolos del Derecho Internacional Humanitario. Aunque el Gobierno no ha reconocido esta estructura ilegal como contraparte militar del Estado, todo indica que su actuación es claramente violatoria del mismo, y mas grave aun, trasgrede el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, mas pertinente y mas exigente para estos casos.

En efecto, la información recolectada por Cambio, El Espectador, Vorágine y organizaciones de Derechos Humanos, demostrarían la comisión por parte de los integrantes del Ejército de 9 conductas violatorias de los Derechos Humanos y de la normatividad humanitaria. Primero, se produjo un ataque a mujeres embrazadas y niños que como lo advierten pronunciamientos de las Naciones Unidas “Quedan prohibidos y serán condenados los ataques y bombarderos contra la población civil, que causa sufrimientos indecibles particularmente a las mujeres y los niños que constituyen el sector más vulnerable de la población”. Segundo, la vulneración a los derechos de los niños, niñas y adolescentes, como la muerte de un menor, constituye una grave violación a los derechos humanos protegidos por nuestra Constitución en su articulo 44 y en el articulo 19 de la Convención Americana de Derechos Humanos. Tercero, al afectar a civiles se comete un crimen de guerra según lo dispuesto por el Estatuto de Roma y lo establecido en el articulo 3 común de los Convenios de Ginebra.

Cuarto, se desconocen las prohibiciones establecidas en el artículo 8 del Estatuto de Roma relativas a la protección de la población civil, esto es, la prohibición de “utilizar la presencia de una persona civil u otra persona protegida para poner (…) puntos, zonas o fuerzas militares a cubierto de operaciones militares” o “alejar de la proximidad de objetivos militares a la población civil”; la prohibición de “dirigir intencionalmente ataques contra la población civil (…) o contra personas que no participen directamente en las hostilidades”; o la prohibición de “lanzar un ataque intencionalmente, a sabiendas de que causará perdidas incidentales de vidas, lesiones a civiles o daños a bienes de carácter civil”. Quinto, el uso de uniformes negros para hacerse pasar como miembros de una estructura guerrillera, como se ha denunciado, constituye una infracción al DIH que prohíbe “utilizar de modo indebido la bandera, insignias militares o el uniforme del enemigo”. Sexto, no portar uniforme e insignias de identificación del Ejército se califica como PERFIDIA a la luz del DIH y se convierte en una violación del articulo 37 del Protocolo I Adicional a los Convenios de Ginebra. Septimo, los testimonios y las investigaciones indican que hubo un desconocimiento del “principio de proporcionalidad” en el uso de la fuerza del Estado. Octavo, la operación militar desconoció el cuidado constante de las fuerzas militares a centros poblados, personas civiles y bienes de carácter civil; y noveno, la manipulación de la escena de los hechos y los cuerpos de las personas muertas desconoce el Protocolo Modelo de Investigación Forense de las Naciones Unidas y constituyen un acto de obstrucción a la administración de justicia.

Sobre estas violaciones a los derechos humanos y el derecho humanitario tendrán que responder los autores materiales de los hechos. Pero también habrá que establecer la responsabilidad politica del Ministro de Defensa Diego Molano y el alto mando militar. Aunque es inocultable que el Presidente Ivan Duque quiere cerrar su gobierno graduándose como un Uribista a carta CABAL con una masacre de civiles y un episodio de “falsos positivos”, es imperativo evitar que la impunidad sea la patente de corso para su dolorosa repetición.

Por nuestros ríos corre dolor y sangre  

Las últimas noticias nos alertan de que no hay ningún territorio seguro en Colombia y lo más preocupante es que el Estado no garantiza el Artículo 11 de la Constitución “el derecho a la vida es inviolable, no habrá pena de muerte”. En nuestro Estado perece que se incumple día tras día este artículo de nuestra Carta Magna. Por ejemplo, en Bogotá, el Estado no pudo cuidar a los niños pequeños que perdieron la vida en Ciudad Bolívar por la explosión en el CAI de Arborizadora Alta. Nos horroriza pensar que el Estado en algunos casos, es el que asesina, como lo que presuntamente sucedió el 28 de marzo, cuando so pretexto de un operativo militar, la Fuerza Pública asesinó a 11 personas en Puerto Leguízamo en la Vereda El Remanso.

Las investigaciones y reportajes rigurosos de Catalina Oquendo y Alfredo Molano son muy claras al respecto: . “No es usual que decidan hacer una operación en medio de civiles (…) la probable implantación de prendas y armas de uso privativo del Ejército para hacerlos pasar como guerrilleros es preocupante. A la escena llega la Fiscalía 5 días después y de la mano del Ejército, eso preocupa (…) una vez terminó el combate, los tuvieron encerrados en los lugares en donde ellos se refugiaron. Ellos pensaban que era la guerrilla, el Ejército se presentó como la guerrilla, ellos no llevaban insignia, iban de negro, es decir, había una intención de disfrazar la escena”, anotó Alfredo Molano. Por su parte la periodista Catalina Oquendo escribió que “conoció imágenes que muestran cómo al menos uno de los cuerpos, el del menor de edad, Brayan Santiago Pama, fue movido en la escena en dos oportunidades.

 

En una fotografía se le ve en tierra, boca arriba y vestido de jean, camiseta negra y en medias, junto a otro cuerpo. A sus pies se observan tres armas largas. En otra imagen ya aparece dentro de un bote, sin armas; y en una tercera, se ve en el mismo bote con un fusil sobre su cuerpo. En otras, se observan chalecos camuflados limpios sobre los cuerpos con sangre.”

El hecho es horroroso, el hecho nos duele profundamente porque en Colombia el Estado no garantiza la vida. Pero no podemos sólo referirnos al hecho sin decir nada de la forma en que fue presentado por parte del Gobierno Nacional. Y tenemos que decirlo, ésta nos indigna. Desde su cuenta oficial de twitter, el presidente Duque advirtió que se había “neutralizado” a 11 integrantes de disidencias de las FARC y que se había capturado a 4 criminales. Lo cual, gracias a una investigación periodística de Vorágine, El Espectador y Cambio se desmiente, como ya lo mencionamos: al parecer las fuerzas Militares manipularon cadáveres de civiles para hacerlos parecer combatientes.

Lo anterior también fue denunciado por la OPIAC (La Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana), que advirtió que el Ejército había asesinado a ocho civiles, incluyendo a un gobernador indígena y a un adolescente de 16 años, y los había presentado como bajas en combate. Según las investigaciones periodísticas, el lugar de los hechos no es un campamento guerrillero sino que se trata de un caserío, en donde se encontraron casas con camas y una escuela. El día de la masacre, según cuentan habitantes del lugar, se estaba celebrando un bazar que había sido convocado desde el 14 de marzo y que serviría para recoger fondos para financiar algunas necesidades que el Estado no cubre, como lo son por ejemplo, el mejoramiento de vías.

Nos rompe el corazón la muerte de personas inocentes en el Putumayo, Jamundí, Maní (Casanare), en la Zona Bananera del Magdalena, en Colón Génova, Quibdó, Manaure, Ciudad Bolívar y en toda Colombia. Según la Jurisdicción Especial de Paz, los civiles asesinados y presentados como guerrilleros muertos en combate son 6.402, y debemos seguir contando porque al parecer esto no ha cesado. Y ante el dolor, nos preguntamos por qué se están haciendo estos “operativos militares” ¿Qué mensaje quiere dejar el Estado en este territorio?¿Por qué se quiere aterrorizar al pueblo de esta manera?¿Por qué 40 militares llegaron vestidos de negro y usando capuchas?

Las consecuencias de este tipo de hechos sin lugar a dudas es el miedo, el horror de al menos 50 campesinos que habitaban allí y que no quieren regresar. ¿Qué pasará con ellos? ¿Quién los cuida y quién les garantiza que si vuelven a sus territorios no van a perder la vida? Es indignante y doloroso el panorama para estas personas y para el país. Nos solidarizamos con el dolor de todas las víctimas de esta guerra, el Estado debe ser ejemplo de legalidad, construcción de paz y profundización de la democracia.

Merecemos verdad y no seguir llorando muertes de ciudadanos victimas de esta guerra irracional. Tenemos derecho a cambiar el miedo por esperanza

El duro juicio de la ONU a Colombia por masacre en Putumayo

Masacre en Putumayo. La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se pronunció este miércoles santo sobre el cuestionado operativo del Ejército que dejó once personas muertas en zona rural de Puerto Leguízamo (Putumayo)

A través de una serie de trinos el organismo multilateral que vela por la promoción y el respeto universal de los Derechos Humanos, se solidarizó con las familías de las víctimas que dejó la incursión de Ejército a la vereda Alto Remanso la mañana del pasado 28 de marzo.

 

«Ante los hechos del 28 de marzo en Alto Remanso, Puerto Leguízamo, #Putumayo, en los que murieron 11 personas expresamos solidaridad con los familiares de las víctimas», dice el primero de una serie de trinos publicado en la cuenta oficial de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Posteriormente, el organismo precisa que del 31 de marzo al 2 de abril una comisión de la ONU visitó la zona y pudo constatar que entre el 26 y el 28 de marzo, en la vereda Alto Remanso se realizaba un bazar para recaudar fondos, en el que habrían participado alrededor de 200 personas.

La posición de Fajardo frente a la masacre de Putumayo

«El 28 de marzo, en Alto Remanso, se habría iniciado un operativo llevado a cabo por varias unidades militares en el que se habría hecho uso de armas de fuego, mientras estaban en el bazar de 30 a 50 personas, incluyendo niños, niñas y mujeres», indica el organismo.

Así mismo la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos confirma que, resultado de la operación militar y del uso de la fuerza letal en la vereda Alto Remanso resultaron muertas unas 11 personas y 5 más quedaron heridas. 

En base a lo anterior el organismo es contundente en señalar que, según el Derecho Internacional de los Derechos Humanos #DIDH, el uso intencional de armas letales sólo puede hacerse cuando sea estrictamente inevitable y con el propósito de proteger la vida.

Finalmente, esta dependencia de la ONU pide que se investigue de forma exhaustiva e independiente este hecho que hoy empaña a las Fuerzas Militares.

«Instamos a que la Fiscalía realice una investigación exhaustiva e independiente para garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación. Recomendamos que se tomen todas las medidas disciplinarias y penales para enjuiciar y sancionar a los responsables de lo ocurrido en Alto Remanso, Putumayo», dice el organismo.

«El operativo militar en la vereda El Remanso fue rotundo fracaso»: Diana Sánchez

Foto: Caracol Radio

La directora de la Asociación Minga, Diana Sánchez, en entrevista para Confidencial Colombia califica la operación militar del Ejército Nacional en la vereda El Remanso donde murieron once civiles, como “un fracaso y un acto violatorio de los derechos humanos”.

 

“Aquí se configuró un hecho demasiado perverso y no se han dado las explicaciones de por qué el Ejército Nacional realiza un operativo teniendo plena consciencia de que iban a caer personas no combatientes”, explicó.

La analista y defensora de derechos humanos asegura que la escena se dio en un evento público, donde había mucha gente que se encontraba festejando un bazar y por lo tanto no era posible ejecutar un operativo que sale de Bogotá para cumplir la orden de captura contra alias ‘Bruno’, que  no se encontraba en el lugar y que por lo tanto tampoco fue apresado, lo que hace según ella, que este ataque haya sido un fracaso.

“Hay que preguntarse si las once personas que murieron allí tenían orden de captura”, dice la directora de la Asociación Minga quien califica el acto como “desproporcionado”, que además pretendía capturar a un disidente que no es de alto valor porque en el organigrama del grupo disidente se encuentra en las últimas casillas”, afirmó.

Para Diana Sánchez son muchas las preguntas que deberá responder el presidente de la república, Iván Duque, lo mismo que su ministro de Defensa, Diego Molano y la cúpula militar por todas las irregularidades que se presentaron en este hecho que involucra a tropas del Ejército Nacional.

Tras el operativo, los habitantes de la vereda el Remanso aseguran que la mitad de la población ha salido a refugiarse a otros municipios del departamento luego de la operación militar del Ejército Nacional que dejó once muertos.

Reviva la entrevista