Ir al contenido principal

Horarios de atención

De lunes a viernes:
8:00 AM – 5:00 PM

Whatsapp: (+57) 317 599 0862
Teléfono: (+57) 313 7845820
Email: [email protected]

Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria: un pilar de la seguridad nacional y la cooperación con los BRICS

En un mundo interconectado, la seguridad alimentaria se ha convertido en un componente esencial de la seguridad nacional. Países como Estados Unidos, China e Israel han integrado esta perspectiva en sus estrategias nacionales, subrayando su importancia en tiempos de crisis globales. En Colombia, es crucial abordar la seguridad alimentaria como un asunto de seguridad nacional y evitar los errores del pasado, como el TLC con Estados Unidos, que puso en riesgo al agro colombiano.

En China, la seguridad alimentaria es un componente crítico de la seguridad nacional. En 2023, el país promulgó la “Ley de la República Popular China sobre la Garantía de la Seguridad Alimentaria” para lograr la “seguridad absoluta” en granos básicos y la autosuficiencia en otros cultivos. En Estados Unidos, se reconoce que “la seguridad alimentaria es seguridad nacional”, con legislación reciente para proteger las tierras agrícolas de la propiedad extranjera. Israel también ha integrado la seguridad alimentaria en su estrategia nacional, destacando su importancia en un sistema alimentario resiliente.

 

La cooperación con los BRICS ofrece una oportunidad para fortalecer nuestra seguridad alimentaria sin comprometer la integridad de nuestro sector agropecuario. A través de la asesoría en industrialización, acceso a créditos para nuestros campesinos y la apertura a nuevos mercados, podemos integrarnos en un marco de cooperación que proteja y potencie nuestra producción agropecuaria.

Es fundamental que cualquier acuerdo incluya medidas claras para proteger a nuestros agricultores, asegurando que la integración en los mercados internacionales no comprometa la soberanía alimentaria del país. No se puede olvidar que el Acto Legislativo 03 de 2023 reconoce al campesinado como sujeto de especial protección constitucional, por lo que el Estado tiene la obligación de priorizar sus derechos teniendo en cuenta su relacionamiento con la tierra para la producción de alimentos.

La seguridad alimentaria debe ser un eje central de nuestra política nacional, garantizando que, al integrarnos con los BRICS, lo hagamos de una manera que fortalezca nuestra resiliencia y nuestro desarrollo sostenible.

Además, la integración con los BRICS puede ofrecer beneficios significativos para el sector agrícola colombiano, incluyendo el acceso a mercados diversificados, tecnología avanzada y recursos financieros que impulsen la modernización y la sostenibilidad de nuestra agricultura.

En definitiva, la colaboración con los BRICS debe ser vista como una estrategia integral que, además de fortalecer nuestra seguridad alimentaria, permita el desarrollo sostenible de nuestro sector agropecuario.

Alejandro Toro

BID Invest invierte en un fondo para seguridad alimentaria en Latinoamérica

BID Invest ha invertido hasta 15 millones de dólares (x millones de euros) en el ‘Fondo Sostenible de Alimentos Latam I,SLP’ de la gestora de activos ResponsAbility para apoyar la agroindustria sostenible en América Latina y el Caribe y beneficiar la seguridad alimentaria mundial.

La actividad de este fondo se centrará en México, Perú, Colombia y Chile, además de invertir en Centroamérica y el Caribe. Las inversiones serán en deuda estructurada principalmente en medianos productores de frutas y hortalizas, con una estrategia de impacto en agricultura sostenible orientada a fortalecer las cadenas de valor con un enfoque climático.

 

La inversión de BID Invest, junto con el socio general del fondo y otros socios, ayudó al fondo a alcanzar su segundo cierre con 123 millones de dólares (unos 114 millones de euros), y está en camino hacia su objetivo final de entre 200 millones y 250 millones de dólares (entre 185 y 232 millones de euros).

Además, BID Invest brindará servicios de asesoría para desarrollar capacidades, reforzar la sostenibilidad del fondo y adoptar estrategias de Alineación de París.

Esta es la primera vez que BID Invest invierte con el administrador de impacto ResponsAbility Investments AG. Además, este será el primer fondo de ResponsAbility enteramente dedicado a la región de América Latina y el Caribe y está administrado por un equipo experimentado con sede en México y Perú.

Al proporcionar financiación intermedia, experiencia operativa, una red de socios estratégicos y una perspectiva de sostenibilidad para sus inversiones, ResponsAbility apoyará el crecimiento y la expansión regional de las medianas empresas del sector de frutas y hortalizas.

El fondo contribuirá a los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), Industria, innovación e infraestructura (ODS 9), Producción y consumo responsables (ODS 12) y Acción por el clima (ODS 13). De forma adicional, se respaldarán otros ODS a través del programa ambiental y social general de ResponsAbility.

Es hora de activar el agro en Colombia, finalmente.

 Durante el siglo pasado algunos gobiernos intentaron una gran reforma agraria en Colombia, algunos incluso, como López Pumarejo bajo el marco de su revolución en marcha, propuso grandes cambios en esta materia, sin grandes consecuencias en gobiernos posteriores, así mismo, López Michelsen en su momento comentaba que Colombia debería convertirse en la gran despensa de América Latina. La realidad a hoy, utilizamos en Colombia una cifra menor al 14% de nuestras fértiles tierras para cultivar, es decir, aproximadamente 39 millones de Hectáreas. Es evidente la desigualdad e ineficiencia del sector agrícola en Colombia.

Las importaciones en 2022 en Colombia aumentaron de forma general, llegando a los $6.050 millones de dólares, crecieron un 58% comparado con el año anterior. El 13% de este rubro corresponde a importaciones de bienes agropecuarios. La alerta no solo es el aumento en el déficit de la balanza comercial, es también el hecho del aumento progresivo en las importaciones de alimentos en el país, el riesgo de la seguridad alimentaria puede aumentar también, temas a los que se les debe prestar mayor atención, sumado a la crisis por escases de insumos por la guerra entre Rusia y Ucrania, escases de fertilizantes, entre otros. Por ejemplo, el 20% de los requerimientos de fertilizantes en Colombia, se importan de esa zona de Conflicto.

 

Se puede pensar que no se ha logrado implementar una eficiente y alcanzable reforma agraria en Colombia que garantice la optimización de los procesos agrícolas, entre otros factores, debido al problema de acceso a la tierra, el problema del narcotráfico y la imperante desigualdad. Gran parte de lo que se produce en el país en ese sector, proviene de las grandes empresas agroindustriales, pero aún con esto, como se mencionó, no logramos aprovechar más del 14% de los suelos cultivables.

Existen más factores que podrían explicar la ineficiencia y voluntad del Estado colombiano para lograr una verdadera reforma agraria que articule la nación como una gran potencia agrícola, o como lo propone el actual gobierno del presidente Petro y su ministra de Agricultura, Cecilia López: “Colombia debe ser potencia mundial de Alimentos”. Se siguen y seguirán debatiendo esos factores, pero es hora de actuar, de planear y ejecutar.

Palabras fuertes del nuevo gobierno, pero talvez necesarias para activar el agro en Colombia, finalmente. Así como otras propuestas de este gobierno, es una ambiciosa iniciativa para esta reactivación a través de varias estrategias específicas donde se encuentran como prioridades la redistribución de la tierra y la transformación del campo inicialmente a través del aprovechamiento real de la existente ley 160 de 1990 y el decreto 902 de 2017. La ley 160 ya establece mecanismos para subsidios y adquisición de tierras entre otras disposiciones y el decreto 902 establece medidas que facilitan implementación de reformas rurales referentes al acceso y la formalización de tierras. Por estas razones la ministra López, propone no esperar nuevos proyectos de ley y comenzar con lo que tenemos para trabajar más proactivamente en torno a la transformación y activación del Agro en ese sentido.

Ministra, le propongo también revisar con sumo cuidado por favor, la nueva ley del cáñamo, la 2204 de 2022, marco legal para aprovechar el cáñamo con fines industriales, el Ministerio igual tiene plazo hasta el 10 de noviembre para reglamentar las condiciones de este tema, así como para fortalecer el plan de sustitución de cultivos con el cáñamo, allí existe una valiosa oportunidad para el largo plazo en Colombia en torno al Agro.

Adicionalmente, y con base a esta titánica iniciativa, se propone un aumento en un 30% de los recursos que se le otorgan a esta cartera, no menos, si se analiza todo lo que implica poner a funcionar esta gran máquina del agro en Colombia. Se debe tener en cuenta que se recogió para este sector menos del 50% de lo presupuestado. Entraron $2 billones de pesos cuando se esperaban $4.2 billones.

El argumento de la ministra es que, a la reforma agraria y a la redistribución de la tierra propuesta para Colombia, se le debe dar la misma importancia como se le dará en este gobierno a la sustitución de importaciones, la transición energética y la diversificación de las importaciones para convertirse progresivamente en una “potencia mundial de alimentos”, entre otras metas para el Agro. La reforma parece, se vendrá con todos los elementos que esto implica.

¿Cuál será la diferencia de este intento de reforma agraria con los anteriores? ¿Existe la suficiente credibilidad en esta cartera teniendo en cuenta que ya han existido algunos de estos funcionarios en gobiernos anteriores sin mayores cambios en la materia?

SI se aprueban y ejecutan estas iniciativas, el tiempo nos dirá si serán efectivas o no. Es innegable que bajo las condiciones económicas mundiales y de escases en temas de alimentos, inflación, entre más adversidades, debemos concentrarnos como país para lograr un aprovechamiento y desarrollo sostenible para el Agro en Colombia. Como todos los retos para los años siguientes, no será fácil, pero lo importante es que existe una voluntad política para sacar adelante una seria reforma agraria. Esperamos que la ministra López, como otros ministros de este gobierno, sea muy receptiva, que escuchen a todos los actores de las cadenas productivas, empresarios, campesinos, sociedad civil y lograr los urgentes cambios que necesitamos para la agricultura en nuestro país.

@jack80x

 

 

 

 

Roy Barreras pide abrir diálogo ciudadano para luchar contra el hambre

Durante su intervención en el Foro Acuerdo Nacional Contra el Hambre, el presidente del Senado, Roy Barreras, insistió en la necesidad de «abrir espacios desde el Congreso, a la ciudadanía, las organizaciones sociales, los líderes y lideresas, los campesinos: hombres y mujeres que trabajan la tierra, los representantes de las comunidades éticas, la institucionalidad colombiana y los organismos internacionales que desde la cooperación nos han brindado su apoyo y que esperamos seguir contando con él en tan importantes proyectos para el desarrollo del país en condiciones dignas para los colombianos.

«Hoy con urgencia requerimos aprobar la ley contra el hambre y la reforma tributaria,  que son indispensables para pagar alimento de los colombianos. Nuestro país tiene una enorme riqueza y ha sido reconocido como el segundo país en el mundo con mayor biodiversidad por metro cuadrado, esto significa la calidad de nuestra tierra, del ecosistema, de las diferentes formas de vida natural, por las que este Congreso, el Congreso de la gente, se fortalece en su lucha contra la destrucción de esa biodiversidad que aún nos permite poder sentarnos a dialogar», indicó.

 

Así mismo señaló que, «de acuerdo al último informe del estado de seguridad alimentaria en el mundo de la FAO del 2022 reportó que en Colombia hay 4.2 millones de personas subalimentadas y 13,5 millones de personas no pueden acceder al consumo de una dieta saludable, cifra que aumentó con respecto al 2019 que era de 12,7 millones de personas»,  por esta razón desde el Legislativo se propone la creación del Sistema Nacional para la Garantía Progresiva del Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuadas, la formulación de la política nacional de Derecho Humano a la Alimentación y Nutrición Adecuada y de Soberanía y Autonomías Alimentarias, y la adopción del Programa de Emergencia de Lucha Contra el Hambre».

Finalmente, el presidente del Senado, indicó «que la propuesta legislativa encarna un sistema de garantía, porque requiere una mirada integral a las respuestas contra el hambre, que implican seguridad y soberanía alimentaria, desarrollo rural, fortalecimiento de las economías rurales».

La ‘Sostenibilidad Alimentaria’ una visión prospectiva para construir una Agenda de País

En Colombia se ha dinamizado un debate de gran envergadura sobre Sostenibilidad Alimentaria un concepto que ensancha los horizontes analíticos y trasciende las tradicionales perspectivas de “Seguridad y Soberanía Alimentaria”. La Fundación Monómeros, la Universidad de la Salle y La República, han convocado al país a construir una plataforma plural y amplía, en la que converjan actores del Estado, la sociedad civil, la empresa y sectores de naturaleza heterogénea.

Con este objetivo surge Colombia Alimentaria como un diálogo prospectivo que transversaliza las grandes problemáticas nacionales desde las regiones, desde los territorios, sosteniendo como punto neurálgico de la discusión el ‘Agro’ hoy un campo longevo que invita a reflexionar sobre la importancia del relevo generacional, el rol de la mujer campesina y de los jóvenes rurales en el diseño de un Plan Pluridecenal -2050 de Sostenibilidad Alimentaria en Colombia; también se alinea en lograr el cumplimiento de uno de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible — el Hambre Cero —. En este sentido, la necesidad de fortalecer las pequeñas unidades agrícolas, los sistemas de abastecimiento y profundizar los procesos de inclusión en el campo resulta una tarea inminente.

 

Colombia Alimentaria es un ideal de dimensiones políticas, sociales y económicas que logró materializarse en un contexto sumamente complejo a nivel mundial y a nivel nacional. Es sabido que la guerra en Ucrania ha acelerado el alza de precios que comenzó antes con los desplomes provocados por la crisis sanitaria, hoy se suma un desmesurado costo de la energía y los fertilizantes. Los pobres son los más afectados, especialmente, en los países en desarrollo, donde la comida representa la mitad del presupuesto de una familia típica. La historia no deja lugar a dudas sobre lo que sucede cuando los alimentos escasean o son inasequibles para las personas más pobres: la crisis alimentaria de 2008, por ejemplo, provocó un aumento significativo de la malnutrición, en particular entre los niños. En algunos estudios, se indicó que las tasas de deserción escolar llegaron hasta el 50 % entre los niños de los hogares más pobres, según el Banco Mundial.

Frente a este panorama se requiere una acción interinstitucional que apunte al desarrollo y la competitividad del Agro. Según la FAO, Colombia es uno de los pocos países con gran potencial de expandir su área agrícola sin afectar el área de bosques naturales, es el cuarto país de América Latina con más tierras disponibles para producción agrícola y es el tercer país con mayores recursos de agua y diversidad climática. Con estas características geopolíticas Colombia podría posicionarse como una despensa alimentaria a nivel regional y mundial. Para lograrlo es necesario trazar una hoja de ruta, que a partir del diálogo entre improbables desde una comunicación asertiva conduzca a un gran Pacto por  la Sostenibilidad Alimentaria sin caer en falsos debates y eso es lo que representa Colombia Alimentaria.

El primer gran espacio de diálogo tuvo lugar en la región de Orinoquía en la Universidad de la Salle en Yopal; cumpliendo a cabalidad con la agenda, este gran debate se dio también en las regiones del Pacífico, Centro-Eje Cafetero, Nororiente y próximamente en la región Caribe, en la ciudad de Barranquilla. Llegará a Antioquia, Amazonía y cerrará el mes de agosto con el Gran Foro Nacional en la ciudad de Bogotá. Estos encuentros no solo generarán los lineamientos para emprender un arduo trabajo con las respectivas autoridades del actual Gobierno Nacional, sino que establecerán las bases y los compromisos de una agenda Pluridecenal con prospectiva al 2050.

 

 

Cambio climático: ¿qué impactos tiene sobre el hambre?

Los episodios climáticos extremos cada vez más frecuentes y extensos tendrán un impacto negativo en la disposición, acceso y utilización de alimentos, así como los bienes y medios de vida en zonas rurales y urbanas. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asegura que el cambio climático aumentará el hambre y la malnutrición.

El cambio climático empeorará las condiciones de vida de agricultores, pescadores y quienes viven en los bosques ya de por si vulnerables, en condiciones de inseguridad alimentaria. Las comunidades rurales se enfrentan a la pérdida de cosechas, ganado y a la disminución de productos marinos.

 

La población empobrecida correrá el riesgo de inseguridad alimentaria por la pérdida de sus bienes y por la falta de cobertura de seguros adecuada. La capacidad de la población rural de convivir con los impactos producidos por el cambio climático depende del contexto cultural y de las políticas existentes, así como de factores socioeconómicos como el género, la composición de los hogares, la edad y la distribución de los bienes en el hogar.

Surgirán nuevos esquemas de plagas y enfermedades por el repentino cambio de temperatura, florecen solo a determinadas temperaturas y condiciones de humedad, afectando a los seres humanos, las plantas, el ganado y la pesca. Esto implicará nuevos riesgos para la seguridad alimentaria, la inocuidad de los alimentos y la salud humana.

El cambio climático afectará aproximadamente a los 200 millones de familias en todo el mundo cuyos medios de vida dependen de la pesca y la acuicultura. Ciertos recursos pesqueros se harán menos abundantes mientras especies importantes se desplazarán a otras zonas menos accesibles para los pescadores. Las prácticas de acuicultura podrían verse amenazadas, entre otros factores, por el aumento de episodios climáticos extremos, sequías y por el calentamiento de las aguas.

Esto hará más difícil para numerosas comunidades de pescadores lograr vivir de la pesca o conseguir el pescado para alimentar a sus familias. Algunas comunidades pesqueras podrían verse desplazadas por el aumento del nivel del mar y se verán obligadas a encontrar nuevos lugares donde vivir y nuevas formas de ganarse la vida.