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Etiqueta: Suelo

Nuestra supervivencia depende de la salud de los suelos: Instituto SINCHI

El suelo es mucho más que simple tierra. Se trata de un recurso natural finito y no renovable que cumple funciones vitales para la sociedad y el planeta. Podría decirse que no existe ningún ser en la Tierra que no esté vinculado con el complejo mundo de los suelos, donde convergen plantas, animales y microbios. ¡Nuestra supervivencia depende de la salud de los suelos!

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 33% de los suelos del mundo presenta algún nivel de degradación, lo que a su vez afecta la producción de alimentos, datos que preocupan si se tiene en cuenta que el 95% de lo que consumimos se produce allí.

 

Hablemos de los suelos amazónicos

En la Amazonia colombiana, que comprende el 42,3% de la superficie continental de Colombia el Instituto Geográfico Agustín Codazzi ha determinado que, aunque los suelos amazónicos son muy evolucionados, el 70% de ellos tiene baja fertilidad.

En el mundo, las fuentes de fósforo son muy limitadas, pero en la Amazonia lo son aún más, ya que no existen rocas fosfóricas y la mayor cantidad de elemento está en los animales, así que las plantas que crecen en suelos amazónicos dependen del poco que existe en el territorio para sobrevivir.

“El fósforo es muy importante porque hace parte de una molécula que se llama ATP. Esta molécula es como la gasolina de las células. Si no hay fósforo no hay ATP, no hay células, no hay energía, ni crecimiento”, afirma Clara Peña-Venegas, investigadora del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, que desde 1993, año de su creación, ha volcado su interés en el estudio de los suelos amazónicos y ha sido pionero en investigaciones de la biodiversidad de este recurso.

Micorrizas: alianza entre plantas y hongos

 Pero entonces ¿bajo estas condiciones cómo es que las plantas logran crecer en los suelos amazónicos? Pues bien, se ha logrado determinar que la alianza subterránea entre las raíces de las plantas y los hongos han ayudado a las primeras a crecer y a esta asociación se le denomina micorriza.

Las micorrizas, porque en realidad bajo el suelo suceden muchas de estas asociaciones, podrían considerarse redes bajo la tierra que permiten el transporte de fósforo y otros nutrientes hacia las plantas. Existen dos tipos: las endomicorrizas y las ectomicorrizas. Endo porque los hongos logran asociarse dentro de las células de las plantas formando unas estructuras que se llaman arbúsculos y que son imposible de ver al ojo humano y Ecto porque los hongos no van dentro de las células de la raíz, sino en medio ellas y además, sí cambian la estructura exterior y es posible verlo.

Sin embargo, es posible que una planta pueda beneficiarse con los dos tipos de asociaciones. Las investigaciones del Instituto SINCHI han destacado que los bosques amazónicos de tierra firme, han sido en general catalogados como bosques dominados por micorrizas arbusculares, pero recientemente se encontró un mayor número de especies de hongos ectomicorrizicos en estos bosques, lo que indicaría que seguramente existen muchos más sin identificar.

Aprovechar el suelo sí, pero con ayuda

Como la mayoría de las plantas dependen de las micorrizas para sobrevivir, las investigaciones sobre estas asociaciones han sido vitales para entender las dinámicas de los suelos amazónicos.  Actualmente, los científicos del Instituto SINCHI, trabajan en la colecta de suelos en diversos territorios y temporadas de la Amazonia; luego estas colectas son enviadas al laboratorio y deben pasar por un proceso de aislamiento de diminutas esporas que son producidas por los hongos y que posteriormente, gracias a técnicas moleculares, brindadas por expertos del Laboratorio de Ecología de Plantas de la Universidad de Tartu en Estonia, podrán ser analizadas para determinar su información genética. Algo así como conocer el nombre, el apellido y la identificación de aquel hongo.

“En las muestras de suelo encontramos mucha información y las técnicas moleculares han permitido encontrar más hongos y especies de las que se conocían. Es un mecanismo indirecto, pero mucho más preciso para conocer toda la riqueza y la diversidad que hay en esa muestra”, explica Peña-Venegas.

Las investigaciones del Instituto SINCHI han logrado determinar que, por ejemplo, en los suelos amazónicos se reportan 156 tipos de hongos formadores de micorrizas arbusculares, que corresponden al 49 % de la diversidad mundial y al 68 % de la diversidad reportada para los trópicos, un porcentaje bastante alto para una sola región.

“El Instituto SINCHI es pionero en usar métodos moleculares para determinar esos hongos y más en la Amazonia colombiana. Nosotros tenemos la base de datos más completa de la parte alta de la Amazonia y estamos seguros que habrá variaciones en la parte baja y que la diversidad es amplia porque las plantas y los microorganismos del suelo amazónico han tenido muchísimos años para evolucionar y establecer relaciones”, afirma Peña-Venegas.

En la Amazonia colombiana las investigaciones sobre las asociaciones de micorrizas en especies como: borojó (Borojoa patinoi), chontaduro (Bactris gasipaes) inchi (Caryodendron orinocence) y ají (Capsicum sp.) se han centrado en establecer inventarios en la región y sus dinámicas de colonización natural. En ese sentido, se ha concluido que el potencial de estas asociaciones es enorme para el desarrollo de una agricultura más sostenible y la recuperación de suelos contaminados o degradados en la región.

 150 investigadores de suelos visitarán Leticia en 2023

 Clara Peña-Venegas, microbióloga de suelos del Instituto SINCHI, está convencida de que el estudio de las micorrizas podría generar propuestas más sostenibles para la restauración y biorremediación de los suelos en el mundo y por su convicción y liderazgo desde Colombia, el país ha sido elegido para llevar a cabo la tercera versión del International Symposium Mycorrhizal Symbiosis in South America, que se llevará a cabo en 2023, en la sede principal del Instituto SINCHI, en Leticia, Amazonas.

“En este momento ya tenemos una agenda definida para agosto de 2023. Esperamos la visita de 150 investigadores especializados en suelos de Latinoamérica, Europa y Norteamérica. Están muy emocionados de conocer más sobre los suelos amazónicos y nos parece una apuesta importante para la región”, afirma Peña-Venegas.

Entérese de las políticas contra la desertificación y la sequía en Colombia

El 17 de junio se conmemora el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía y el Día Nacional de los Suelos, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, invitó a los colombianos a cuidar sus entornos tanto urbanos como rurales, alinearse con las metas climáticas del país y modificar sus hábitos de consumo para lograr territorios resilientes a la variabilidad del clima, que le hagan frente a los efectos del cambio climático y permitan un crecimiento social y económico amigable con los recursos naturales.

Según la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, desertificación es ‘‘la degradación de tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultantes de diversos factores, como las variaciones climáticas y las actividades humanas’’. Los procesos de degradación también se pueden presentar en zonas húmedas, a causa de los efectos del cambio climático y por actividades humanas.

 

La necesidad que hay en las zonas más afectadas por la sequía en el país coincide con las Metas Voluntarias de Neutralidad de la Degradación a 2030, dirigidas a restaurar al menos 9000 hectáreas (ha) de coberturas de pastos en la región Caribe; mejorar coberturas hacia sistemas silvopastoriles; mejorar productividad de suelos en las regiones Caribe y Andina, conservar 22.000 ha de bosques secos tropicales; restaurar 3200 ha de bosque seco en La Guajira e incorporar en los diferentes instrumentos de planificación el bosque seco tropical como un determinante ambiental en el ordenamiento territorial.

Un marco normativo robusto

“Estamos entregándole a Colombia un marco normativo moderno que es ejemplo para América Latina. Contamos con un decreto que regula el uso de los productos forestales no maderables, con la Ley de Delitos Ambientales y con la Ley de Acción Climática. Hemos articulado diferentes instrumentos, entre estos la Política Nacional de Cambio Climático, la Política Nacional para la Gestión Sostenible del Suelo y la Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad. Todo esto tiene una estrecha relación con la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC), y está alineado con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hemos hecho lo que el señor presidente Iván Duque nos pidió: llevar al país a la senda de la neutralidad en cambio climático, frenar la degradación de los suelos y mitigar la sequía”, dijo el ministro Carlos Eduardo Correa.

Se le ha hecho frente

 Para enfrentar esta amenaza, el Minambiente ha llevado a cabo acciones en diferentes épocas: lanzó el Plan de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (PAN); suscribió un convenio con el Ideam para el programa de Monitoreo y Seguimiento de la Degradación de Tierras y Suelos; se han creado áreas protegidas a nivel nacional, regional, departamental y municipal; junto al Instituto Humboldt hizo una cartografía del bosque seco tropical; se formuló la Estrategia Nacional para la Gestión Integral de la Sequía en Colombia, y en la pasada Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (COP15), presentó un proyecto de herramientas para la neutralidad de la degradación de las tierras, entre otras gestiones y avances.

¿Dónde se hace visible este fenómeno?

En Colombia los procesos de degradación de tierras y desertificación afectan especialmente las zonas secas de las regiones naturales de la Orinoquía, Caribe y Andina.

En la Orinoquía se encuentra el 35.53 % de las zonas secas del país, en la región Caribe otro 35.53 % y en la región Andina el 23.21 %; un 3.61 % más se da en la cuenca del río Dagua, en el Pacífico.

La variación del clima en el territorio colombiano se debe en gran medida a su ubicación geográfica y características fisiográficas. La región de mayor radiación solar en el país es la península de La Guajira; las que presentan niveles más bajos son la costa del Pacífico y el Piedemonte Llanero.