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Etiqueta: tierras

Capturan a 17 personas por entrega de tierras por medio de fraude

La Policía Nacional en coordinación con la Fiscalía General de la Nación capturó a 17 personas en Barranquilla, Soledad, Malambo, Santo Tomás (Atlántico) y Cereté (Córdoba), quienes enfrentarán cargos por los delitos de peculado por apropiación, prevaricato, cohecho, asociación para la comisión de delitos contra administración pública, urbanización ilegal y estafa agravada.

La operación permitió evidenciar presuntos actos de corrupción por parte de servidores públicos (3 registradores de instrumentos públicos, 2 inspectores de policía, un calificador de instrumentos públicos, un notario y un asesor jurídico de la secretaría de gobierno de una alcaldía).

 

Estas personas omitían información clave en los estudios y análisis previos para la adjudicación de tierras de acuerdo a la norma.

En las investigaciones se determinó que por lo menos 277.000 m2 de tierras fueron adquiridos fraudulentamente, posteriormente parcelados y vendidos, materializando una estafa a familias y afectando los proyectos urbanísticos por parte de diferentes constructoras.

Estas tierras de hecho tenían una destinación específica para la construcción de colegios, centros de desarrollo infantil y parques.

Gobierno entregará 8.430 hectáreas de tierras en Córdoba

El presidente Gustavo Petro hará entrega a campesinos víctimas del conflicto de 8.430 hectáreas de tierras, dentro de las cuales están 7.916 hectáreas de predios que pertenecieron a los entonces jefes paramilitares alias ‘Macaco’, alias ‘Nico’ y alias ‘Cuco Vanoy’ en Córdoba y Magdalena.

Estas tierras, fueron adquiridas por el Gobierno nacional mediante un convenio suscrito entre el Fondo de Reparación de Víctimas y la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

 

La actividad se llevará a cabo en el coliseo ‘Happy Lora’ de la ciudad de Montería. El presidente de la República asistirá acompañado de la ministra de Agricultura, el director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), la directora de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y voceros de los exjefes de las AUC, entre otros.

Simultáneamente, durante la jornada de este jueves, también se entregarán 3.280 hectáreas que fueron vendidas voluntariamente por parte de la Universidad de Antioquia al Gobierno nacional, en el departamento del Magdalena.

El fantasma de la expropiación

Un fantasma recorre el Congreso de la República; es el fantasma de la expropiación. Todas las fuerzas del viejo establecimiento se unen en santa cruzada contra ese fantasma: El ‘Patrón del Ubérrimo’ y ‘Presidente Eterno’, sus áulicos, los despojadores de todos los pelambres y de todas las tonalidades del bipartidismo, los radicales y los moderados enemigos del cambio, y hasta algunas voces impostadas autodeclaradas de ‘centro’.

Todos, en algarabía, se congregan para atajar este ‘peligro’ incrustado en el nuevo proyecto de ley que busca establecer el funcionamiento de la jurisdicción agraria y que acaba de radicar el gobierno del presidente Petro para su respectivo trámite parlamentario. 

 

Pero, la gritería que proviene de la caverna política es un efecto retardado de sus exponentes. El nuevo proyecto que entra a discusión requirió de la aprobación previa, en la legislatura anterior, de la Ley Estatutaria de la Jurisdicción Agraria que estableció los lineamientos en correspondencia con la reforma a la Constitución Política, que la incorporó en junio de 2023.

En otras palabras, este proyecto de ley ordinaria, vuelto a presentar luego de su hundimiento como producto de cierto sabotaje de la oposición uribista en las sesiones de la Comisión Primera que terminaron el 20 de junio pasado, propone determinar las competencias de la jurisdicción agraria y rural y establecer su procedimiento y funcionalidad. Es una especie de reglamentación necesaria de la Ley Estatutaria.

La derecha sabe que la ley ordinaria, en lógica legislativa, es inevitable, por lo que sus reparos no son otra cosa que una inocultable estrategia de saboteo para demorar la entrada en operación plena de los jueces y los tribunales que llevarán la justicia al campo colombiano.

El bullicio de los retrógrados del Congreso viene cargado de falacias. Han inventado un discurso contra la expropiación, como si su sola mención significara una invocación diabólica y extraña a nuestra historia y tradición jurídica.

‘Olvidan’ o no se han tomado el trabajo de recordar, estos bien remunerados parlamentarios, que el Artículo 32 de la Constitución de 1886 expedida en el gobierno conservador de la regeneración, en cabeza de Rafael Núñez, establece que “por graves motivos de utilidad pública, definidos por el legislador, podrá haber lugar a enajenación forzosa, mediante mandato judicial, y se indemnizará el valor de la propiedad antes de verificar la expropiación”.

Más aún, el presidente conservador Miguel Abadía Méndez sancionó la Ley 74 de 1926 que advierte, en su Artículo 34, que si existe una o varias extensiones de tierra improductivas cerca de los centros urbanos, cuyos propietarios se nieguen a su venta, el Ministerio de Agricultura podría expropiarlas, previa declaratoria de utilidad pública.

A quienes se proclaman liberales y agitan el trapo rojo en el Capitolio, mientras llaman por sus celulares a los capataces de sus haciendas, no sobra recordarles que en la revolución en marcha de López Pumarejo se aprobó unánimemente el Acto Legislativo 01 de 1936 que elevó a rango constitucional la función social de la propiedad y estableció que “por motivos de utilidad pública o de interés social definidos por el legislador, podrá haber expropiación mediante sentencia judicial e indemnización previa”.

Esta reforma constitucional y la Ley 200 de 1936 o Ley de Tierras advirtió que “por razones de equidad… habrá casos en los que no se aplique la indemnización”. Esta disposición, la expropiación sin indemnización, fue acogida por la Constitución de 1991, aunque luego fue derogada mediante el Acto Legislativo 01 de 1999.

Los energúmenos enemigos de la justicia agraria y rural nos quieren ‘meter gato por liebre’ en el debate. Nos quieren hacer creer que la expropiación es lo mismo que la confiscación, que sí está expresamente prohibida en nuestro ordenamiento jurídico, aunque está prevista la extinción de dominio sobre aquellos bienes obtenidos como producto de actividades ilegales.   

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, se ha encargado de develar otras falacias en la discusión pública. Ha aclarado que es absolutamente falso que el Gobierno quiera otorgar a la Agencia Nacional de Tierras funciones de expropiación. El Artículo 9 del proyecto, en su numeral 1, define con claridad las competencias de los tribunales agrarios y rurales en materia de “la expropiación de que tratan las leyes agrarias”. También es falaz afirmar que el proyecto de ley busca que la ANT defina arbitrariamente cuándo un predio es de utilidad pública.  

‘Olvidan’ estos defensores del despojo y el acaparamiento que, desde hace 63 años, con la Ley 135 de 1961, ratificada con la Ley 160 de 1994, la reforma agraria es de utilidad pública y de interés general y que desde entonces se facultó al Incora, luego Incoder y hoy Agencia Nacional de Tierras, para hacer expropiaciones administrativas en virtud de esas definiciones.

Remata el ministro Cristo, aclarando que los procesos agrarios especiales que son competencia de la ANT no la autorizan para expropiar, facultad que recaerá sobre los jueces. Lo que sigue bajo la competencia de la Agencia Nacional de Tierras es la fase administrativa, esto es, el deslinde, la clarificación, la extinción, la recuperación de baldíos y la reversión, así como la negociación de los predios y los estudios técnicos necesarios para su compra.    

Esta alharaca de los de siempre y sus aliados de última hora pretende escamotear el papel que una jurisdicción agraria y rural tiene para llevar justicia a un escenario que, como el campo, ha estado plagado de fenómenos históricos de acaparamiento de tierras, atormentado por violentas operaciones de despojo y ocupado por ilegalidades de todo tipo. Es la justicia como una condición para la paz territorial y la seguridad alimentaria de los colombianos. Ese es el fantasma que los atormenta.    

Antonio Sanguino

Gobierno entrega tierras a familias desplazadas en Antioquia

Foto: Caracol Radio

La Unidad de Restitución de Tierras (URT) entregó más de 90 hectáreas a tres familias de la vereda La Pitica, corregimiento San José de Mulatos en Turbo, Antioquia, quienes fueron desplazadas hace tres décadas.

 

Los beneficiarios, Abelardo Mendoza, Francisco Tordecilla y Judith Márquez, recibieron los predios denominados La Floresta, La Mirilla y San Gabriel. Contarán con apoyo para desarrollar proyectos productivos agropecuarios, con capacitaciones y recursos superiores a los 150 millones de pesos, destinados a garantizar la sostenibilidad económica y el buen uso de las tierras recuperadas.

La entrega fue acompañada por un equipo de abogados, topógrafos, coordinadores, el Ejército Nacional, y miembros de la comunidad, quienes celebraron este emotivo momento. Judith Márquez, beneficiaria, dijo que «ha sido un proceso muy largo, pero ahora es una nueva oportunidad para retornar a nuestra tierra y volver a cultivar».

Abelardo Mendoza, otro de los beneficiarios, manifestó que «estoy muy contento porque recibí la tierra hoy y voy a trabajarla nuevamente, a cosechar. Mis hijos están muy contentos y también mi esposa. Les agradezco a los abogados y a las abogadas que nos ayudaron en este proceso para volver».

Entregan tierras a víctimas del conflicto en el Aro, Antioquia

La Agencia Nacional de Tierras (ANT) entregó títulos de propiedad a 35 familias víctimas del conflicto armado en el Aro, Antioquia, correspondientes a 809 hectáreas de terreno, donde los campesinos cultivan maíz, arroz, plátano y fríjol y realizan ganadería en pequeña escala.

Las familias beneficiadas son víctimas de la masacre del Aro, Antioquia, perpetrada por paramilitares en este caserío el 22 de octubre de 1997, que dejó 15 a campesinos asesinados, 42 casas incendiadas y más de 1.400 personas desplazadas.

 

«Esta es una linda oportunidad de resarcir tanto dolor, porque venimos a entregar los títulos de tierra, tierra por la cual los despojaron, pero hoy este gobierno los hace dueños”, señaló Harman.

La masacre del Aro tuvo lugar el el 22 hasta el 31 de octubre de 1997, cuando un grupo de aproximadamente 150 paramilitares de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), bajo el mando de Isaías Montes Hernández, alias ‘Yunior’ comenzaron una serie de asesinatos desde los corregimientos de Puerto Valdivia hasta El Aro, en Ituango, Antioquia. Con lista en mano acusaron a pobladores de ser colaboradores de grupos guerrilleros, posteriormente asesinaron y torturaron a 12 personas, desplazaron a otras 1472 hacia el resto del departamento, quemaron 42 de las 60 casas del pueblo, hurtaron 1200 reses y secuestraron a quienes les ayudaron a llevarlas.

La Agencia Nacional de Tierras le cumple a el Aro

Hace 27 años sucedió uno de los episodios más trágicos de la historia del departamento de Antioquia y del país. El 27 de octubre de 1997 incursionó un grupo de aproximadamente 150 paramilitares miembros de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá al corregimiento de El Aro, en el municipio de Ituango, donde actuando como jueces y verdugos torturaron y asesinaron a 12 personas, desplazaron a otras de 1.472, quemaron 42 de 60 casas que tenía el pueblo, se robaron 1.200 reses de los campesinos y secuestraron a los que les ayudaron a llevar el ganado.

Tanta atrocidad, justificada por un supuesto apoyo de los habitantes de El Aro a grupos guerrilleros, fue cometida con el beneplácito de la Gobernación de Antioquia de Álvaro Uribe Vélez según las afirmaciones del exparamilitar Salvatore Mancuso y del misteriosamente asesinado exparamilitar Francisco Enrique Villalba Hernández.

 

Por omisión y participación en la Masacre de El Aro, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó en el 2006 al Estado Colombiano a proveer justicia, a reparar a la víctimas en lo económico, lo psicológico y lo social y en general a tomar medidas para resarcir el daño causado a la comunidad de El Aro. No obstante, el Estado ha fallado en su tarea de reparación.

Por eso es histórico lo sucedido esta semana con la Agencia Nacional de Tierra. Este jueves se les entregó a 35 familias víctimas de lo ocurrido hace 27 años el título de propiedad de 809 hectáreas para que se puedan dedicar a trabajar su tierra, a cultivar maíz, arroz, plátano y fríjol, a tener las reses que les fueron robadas por los paramilitares, en fin, a poder dedicarse a vivir luego de la tragedia.

Es histórico porque ningún otro Gobierno había ido nunca a El Aro a entregar títulos de propiedad de la tierra para las víctimas de la masacre. Tal como lo dijo Tulio Mejía, líder comunitario del corregimiento, la importancia de la visita del Gobierno se da porque la mayoría de quienes viven en El Aro no cuentan con título de la tierra en la que viven, lo que dificulta que lleguen los proyectos productivos al territorio.

Es histórico porque desde el 2006 el Estado Colombiano tiene la obligación de reparar a las víctimas de la masacre por una providencia de la CIDH, han pasado tres gobiernos desde entonces y ninguno se había preocupado en asegurar que las víctimas pudieran gozar el derecho de ser las dueñas legales de la tierra en la que viven, de poder reclamar propiedad sobre una tierra de la que fueron expulsados de forma vil y con la presunta complacencia de una Gobernación de Antioquia en cabeza de Álvaro Uribe.

Ahora esperamos que con los títulos de propiedad entregados lleguen todas las entidades del Gobierno del Cambio con la oferta institucional para las víctimas, para que la tierra recibida se traduzca en soberanía alimentaria y dignidad.

Alejandro Toro

«Es insuficiente el resultado en restitución de tierras», dice Forjando Futuros

De acuerdo con el seguimiento que hace la Fundación Forjando Futuros al proceso de restitución de tierras en Colombia, en 13 años de implementación de la Ley 1448 (Reparación a Víctimas y Restitución de Tierras), solo se ha cumplido con un el 4,9% de la meta gubernamental de restituir a 300.000 familias.

En la investigación liderada por la Fundación Forjando Futuros en la que se analizaron todos los fallos de jueces de Restitución de Tierras en Colombia se evidenció un aumento de 21% en sentencias de casos de etapa judicial durante la Presidencia de Gustavo Petro, es decir 1.689 casos en comparación de 1.391 del último año de Iván Duque, sin embargo, sigue siendo insuficiente para cumplir la meta inicial.

 

En la actual administración la negación de los casos en Fase Administrativa baja de un 65% a un 35%, lo que significa mayor acceso a justicia, traducido en protección a los derechos de las víctimas.

Alerta por estafadores de venta de tierras a campesinos

La Agencia Nacional de Tierras (ANT) alertó sobre la acción de estafadores en 11 departamentos del país que hacen cobros periódicos a campesinos —en promedio de $50.000—, a cambio de la supuesta adjudicación de tierras o la entrega de títulos de propiedad de parte de la Agencia.

Los hechos, que fueron denunciados ante la Fiscalía, involucran a algunos candidatos que participan en la actual contienda electoral.

 

“Hemos visto que hay candidatos a corporaciones públicas, municipales o departamentales que están utilizando el nombre de la Agencia Nacional de Tierras, que están utilizando sus logos, que falsifican sus formatos diciendo que hacen trámites y que cuando lleguen elegidos a una corporación pública serán los encargados del trámite de tierras. Todo eso es falso, la Agencia tiene sus funcionarios y sus oficinas, nadie debe cobrar un peso y no debe haber intermediación”, explicó el director general de la ANT, Gerardo Vega.

Uno de los casos más recientes ocurrió en el departamento de Bolívar y fue dado a conocer por la ciudadanía en la Oficina del Inspector de Gestión de Tierras de la ANT, que a la fecha registra 17 denuncias de tipo electoral en todo el país.

El departamento con más denuncias es Cundinamarca con tres casos; seguido de Antioquia, Cesar, Risaralda y Sucre con dos casos cada uno; y Bolívar, Córdoba, Meta, Santander, Tolima y Valle del Cauca con uno.

En los últimos días, las oficinas territoriales de la ANT han reportado casos en Arauca y Caldas.

La Agencia reitera que todos sus trámites son gratuitos y no requieren intermediarios e invita a los ciudadanos a denunciar cualquier irregularidad electoral en la plataforma

Lo malo de los terceros de buena fe

Si quiere comprar un celular de segunda y se dirige a Unilago en Bogotá, por ejemplo, al preguntar por su procedencia surge una respuesta automática: “de otro cliente que quería uno más nuevo y dejó este en parte de pago”. Pero no habrá un certificado de idoneidad del origen del celular, por supuesto.

Puede ser verdad; pero podría haber dos fuentes adicionales: comprado de segunda en el exterior o robado localmente. Traído del exterior también podría ser robado. En los casos en que pudiera haber sido robado, podría traer un mayor costo, más sensible aún para la sociedad, de una víctima de hurto atracada violentamente, con una cuchillada o hasta la muerte. Aun así, y que todo el mundo sabe que podría ser así, esos teléfonos se venden todos los días.

 

En el momento de la transacción, el comprador ha bajado su barrera moral, o decide ignorar el debate interno al respecto en su conciencia o, su cultura no da para una duda moral puesto que sencillamente le parece normal. Y también hay un fenómeno de mala inteligencia colectiva (estupidez colectiva como le dice Innerarity) puesto que en la medida en que haya ese mercado de atracadores, reducidores y más compradores inescrupulosos, la probabilidad de que algún día le roben el celular al comprador o a su familia, o a sus amigos, es mayor. El resultado final es que, mientras a los pocos que participan en esa cadena de corruptos, incluyendo al comprador, les va bien, al conjunto de la sociedad le va mal.

La moral se fundamenta en que existen principios universales que deben regir el comportamiento humano, relacionados con el bienestar de los demás, la justicia, la igualdad y la libertad. Pero es un concepto complejo, que no tiene una única definición y depende de la cultura generalizada en una sociedad y que va variando según la época. Podría decirse que en la mayoría de las sociedades se comparten principios morales que condenan el asesinato, el robo, la mentira y deberíamos agregar la corrupción (como sentido amplio de la combinación del robo y la mentira). Así las cosas, quien actúa con moral se abstendría de comprar un celular en esa condición: en la que le dicen que no es robado, pero puede ser robado.

El presidente en días pasados, hablando desde El Salado (Carmen de Bolívar), dijo que Argos “se había aprovechado de lo ocurrido en Montes de María”, refiriéndose al despojo de tierras, advirtiendo que no les estaba diciendo que ellos eran culpables de la masacre que había sacado a la fuerza a los campesinos. Frentero para unos, pendenciero para otros. Lo malo de que lo diga el presidente Petro es que inmediatamente polariza esta discusión que es fundamental para los colombianos. Se volverá que el presidente odia las empresas privadas y desviarán el tema hacia las ventajas que le da a los bandidos en su plan de paz. Y así, el país confundido olvidará que es necesario garantizar que ningún evento similar vuelva a ocurrir.

Su señalamiento, o más bien su recordatorio, ya que se trata de un caso extensamente documentado e incluso fallado por los tribunales de restitución de tierras (Desde 2016 hay 22 sentencias contra Argos por las tierras de Montes de María, El Espectador, 2023), fue contestado de inmediato por el Grupo Argos ofreciendo las explicaciones que se acostumbran, asegurando que ellos compraron esas tierras de buena fe y que en ningún fallo habían sido señalados como despojadores (La República, 2023). Que habían sido invitados por el Gobierno de la época a través de documentos Conpes y que hasta el viceministro de Agricultura invitaba a comprar esas tierras.

Pero el informe de la Comisión de la Verdad que tiene reportado el caso de las tierras que adquirió Argos en 2008 (Caso 79 / La compra masiva de tierras por Cementos ARGOS en los Montes de María, 2020) deja ver asuntos diferentes: la configuración de una muy bien urdida estrategia de compra de los bienes con una organización, pasando primero por otros terceros (los compradores que llegaron rápidamente después del despojo, algunos “empresarios” cercanos al presidente de entonces), la posterior venta, también rápido, a una fiducia establecida por la empresa para tal fin; hay que recordar, todo esto sucediendo en pleno furor de la violencia en la zona y de las acciones paramilitares en el país, y muy bien conocidas en Ovejas y Carmen de Bolívar. El caso 79 cuenta de las sentencias de restitución que han obligado a Argos a devolver las tierras. La empresa dice que ha donado las tierras y que ha donado también 20,000 millones a una fundación, que no tiene relación con Argos. El caso 79 dice que la fundación fue una forma fraudulenta de manejar parte de la estrategia.

En las 22 sentencias emitidas en contra de Argos, dice El Espectador, en ninguno de los casos la empresa “pudo demostrar la buena fe exenta de culpa en el momento de la compra pues le faltó mayor diligencia al comprar las tierras, teniendo en cuenta el contexto de violencia generalizada en el que estaba la región y que era de público conocimiento”. Dice la Corte Constitucional al respecto: “La buena fe exenta de culpa se acredita demostrando no solo la conciencia de haber actuado correctamente sino también la presencia de un comportamiento encaminado a verificar la regularidad de la situación” (C-820-12 Corte Constitucional de Colombia).

Argos es del tipo de empresa conocida por conservadora y prudente, por lo que no es fácilmente explicable que hubieran participado en esta compra manchada con despojo violento de campesinos. Probablemente hubo un planteamiento del negocio forestal demasiado bueno (comprar tierras valiosísimas (cuando llegaran tiempos futuros de paz) a precios bajísimos (en esos tiempos de violencia)). Desafortunadamente, pese a lo expresado por la empresa, deja muchas dudas sobre la condición amoral de estas compras (“que carece de sentido moral, o que no se preocupa por lo que es correcto o incorrecto”). Hipotéticamente, si se pudiera hacer caso omiso a la ética, desde el punto de vista frío y puramente de negocio, fue cuando menos una enorme imprudencia, llena de riesgos, como el reputacional que se ha materializado en la última década y de qué manera. Muy lamentable para semejante grupo de empresas, emblemáticas en nuestro país. Esto último es lo más grave, precisamente.

Por la importancia de Argos y la coincidencia con el proceso de paz y de la Comisión de la Verdad, el caso 79 no ha quedado sin resolver. Pero con nuestra precaria justicia es probable que una enorme mayoría de casos sí, puesto que hay que demostrar que no hubo buena fe en una transacción y eso no llegaría de forma factible a todas aquellas de bajos montos, como la compra de un celular; por lo cual se queda sin resolver y de paso los reducidores se salen con la suya. Eso es lo malo de la buena fe: la dificultad de demostrar que no la hubo.

Rafael Fonseca Zarate

“La expropiación exprés fue un rumor mal intencionado”: Jennifer Mojica

La ministra de Agricultura, Jennifer Mojica, explica que el Gobierno Nacional no ha tenido la intención de expropiar tierras. Según ella, lo que se busca es modificar los procedimientos para que estos procesos sean más ágiles.

Ministra, ¿Quería el Gobierno expropiar tierras?

 

Jennifer Mojica:  Fue un rumor malintencionado, eso de la expropiación exprés no es más que una cortina de humo de sectores que se oponen a que se avance con celeridad en temas como la reforma agraria.  Hay gente aquí obsesionada con hundir la reforma agraria, y en ese sentido inventan expropiación donde no existe. Reto a que revisen y me digan donde aparecen la expropiación.

¿De dónde y cómo salió ese artículo?

Jennifer Mojica:   Ese artículo que circuló sobre expropiación exprés jamás lo aprobó el Gobierno Nacional, no se votó siquiera, en cambio sí se presentó la proposición del representante Álvaro Tamara, apoyado por el Gobierno para facilitar la compra de tierras. Lo que se busca es eliminar algunos de los trámites excesivos que tiene el Decreto Ley 912 de 2017 que impiden que hoy tengamos resultados favorables en estos temas.

¿Quiere decir que el proceso de adquisición de tierras no venía arrojando buenos resultados?

Jennifer Mojica:  Al momento no tenemos resultados favorables, se han tirado 6 años gastando más de 50.000 millones sin llegar a nada más que investigaciones, pero ni un ápice de tierra para las poblaciones, tampoco contamos con un censo completo y ni siquiera hemos podido hacer el censo agropecuario.

Solamente han logrado recuperar 12 predios de 300 hectáreas de tierra del Fondo de Tierras para la paz. Han querido decir que queríamos tumbar la paz, por supuesto que no, el acuerdo de paz es de carácter constitucional. Lo que queremos es volver a las normas anteriores para poder hacer un proceso más expedito y que la gente responda o reciba una respuesta a sus peticiones, pero aquí se anteponen los fantasmas y las malas noticias y las malas intenciones sobre los derechos de las personas.

¿Para modificar una ley no es mejor presentar un proyecto de ley que modifique esa misma ley?

Jennifer Mojica:  Es un proyecto de ley de Plan Nacional de Desarrollo, justamente lo que esta ley del plan buscaba era modificar algunos requisitos de las leyes vigentes para facilitar la implementación de la reforma agraria.

El Plan Nacional de Desarrollo dura cuatro años y para la sostenibilidad de este proceso en el tiempo y por unidad de materia, ¿no es mejor con un proyecto de ley que modifique esa misma ley?

Jennifer Mojica:  No podemos someter la reforma agraria al ritmo de ese anacoronismo que tiene o que ha tenido este debate político. La idea era aprovechar el momento y acelerar las cosas, pero bueno, entendemos que es necesario hacer más debates y más concertación.

Fedegan y el Ministerio de Agricultura venían en un proceso de diálogos para la adquisición de tierras, ¿van a continuar en ese proceso?

Jennifer Mojica:  Vamos a revisar bien con la Agencia Nacional de Tierras y las entidades del Estado que hacen parte de esas comisiones de seguimiento para, de esta manera revisar también con Fedegan cuáles son los temas que han funcionado y corregir las fallas para superarlas. En eso estamos e invitamos si a otros sectores y gremios que han querido sumarse.

¿Hay ambiente favorable?

Jennifer Mojica:  Por supuesto que sí. Se han hecho pronunciamientos a favor y hemos recibido cartas de bienvenida. Distintos gremios del agro han manifestado esa voluntad y esa intención de ayudar. Yo creo que hay un consenso sobre la necesidad de que el campo logre desarrollarse, tratando de mejorar las condiciones de producción de alimentos, ese es el objetivo que nos une y vamos a ver qué más logramos.

Articulo relacionado: Señalan al Gobierno de querer expropiar tierras

Señalan al Gobierno de querer expropiar tierras

Tras la polémica desatada por algunos congresistas como la representante Katherine Miranda y la senadora Paloma Valencia, por lo que han denominado como «expropiaciones exprés», a través de un artículo en el proyecto de Plan de Desarrollo, el presidente Gustavo Petro respondió desde sus redes sociales:

“Tenemos 8 años según acuerdos de paz para comprar 3 millones de hectáreas. Nosotros compraremos 1,5 millones. El Estado desde 1960 solo ha comprado un millón de hectáreas. Si no aceleramos no hay paz en Colombia. Hay que decir: el Estado incumple definitivamente con el acuerdo”.

 

Dijo además que, “el gobierno Duque solo compró 13.000 hectáreas. Si a nosotros se nos impide comprar tierras, a precio comercial, entonces tocará convocar la instancia creada para el efecto, y anunciar oficialmente que el Estado colombiano no puede cumplir con el acuerdo de paz que firmó”.

Al respecto, el director de la Agencia Nacional de Tierras, Gerardo Vega, aseguró que nadie va a expropiar tierras. “Nosotros lo que vamos a hacer es la compra de tierras para entregarle a los campesinos que no tienen y a corregir lo que hay en la norma para poder hacerlo mucho más rápido”.

El texto revelado por la representante Miranda que ha generado la discusión dice lo siguiente:

“La Agencia Nacional de Tierras procederá en primer lugar a celebrar una negociación directa para adquirir los predios. Si esta etapa se agota sin acuerdo con el propietario, podrá declarar el predio como de utilidad pública o de interés social para la reforma rural integral”.

De las tierras ofrecidas por Fedegan solo un 39% son aptas para la compra dice MinAgricultura

La ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, dijo durante su intervención en un debate en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, que de las 317.082 ofertas de hectáreas de tierras ofrecidas por la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), solo un 39% cumple con las condiciones de compra.

“Esto significa que no podemos quedarnos solo con Fedegan. Hay que tener en cuenta que muchas de las ofertas que nos han hecho están en las zonas que no son prioritarias para el Gobierno. El grueso de la oferta está en la altillanura donde tenemos que hacer otra cosa”, explicó.

 

La ministra anunció que para las hectáreas ubicadas en la altillanura se propondrá un modelo de desarrollo empresarial en el que el sector privado tenga participación para producir en estas áreas.

“No solo estaríamos haciendo una reforma agraria en la frontera agrícola actual, sino que estaríamos moviendo acciones del sector privado que es el que puede comprar y poner a producir. Porque cada hectárea en esta zona hay que hacerle una inversión muy grande para que sea productiva”, sostuvo.

De acuerdo con la funcionaria, en el Plan Nacional de Desarrollo se incluyeron artículos que buscan agilizar la compra de predios que están en manos de la Sociedad de Activos Especiales y de la Unidad de Víctimas para, posteriormente, apoyarlas con créditos y que hagan ganadería extensiva.

Restituyen tierras a mujer trans en Norte de Santander

El Tribunal Especializado de Restitución de Tierras de Cúcuta, emitió la primera sentencia que beneficia a Yasneury Arroyave Gómez, una mujer de la comunidad LGTBI y quien se convierte en la primera en obtener una reparación integral por parte de la justicia en Norte de Santander. 

Yasneury fue víctima de violencia y despojo forzado en el corregimiento de La Gabarra, del municipio de Tibú, Norte de Santander en 1999, época en la que grupos paramilitares ingresaron a La Gabarra y cometieron una masacre, generando uno de los hechos más dolorosos para la población.  Ella tuvo que huir a Cúcuta para salvar su vida, pues su nombre apareció en una lista distribuida por los paramilitares. Quien estuviera en ella era sentenciado a muerte. 

 

Esta mujer transgénero es oriunda de Antioquia y en La Gabarra, logró montar una peluquería y un bar que generó empleo. Yasneury fue reconocida por ser la primera mujer de la comunidad LGTBI que llegaba a ese corregimiento.

Desplazada a Cúcuta, se radicó en el barrio El Trigal, donde fue visitada por los mismos paramilitares que la habían desterrado y quienes nuevamente la amenazaron.

“Estando acá en Cúcuta, yo fui víctima de un atentado. Quedé muy mal de una pierna y luego me fui a Medellín donde me operaron. También quedé muy enferma de los nervios y decidí irme un tiempo para Estados Unidos. Cuando me fui de Cúcuta, yo había dejado a una señora encargada de la casa, pero ella también se asustó mucho porque a cada rato venían hombres armados a preguntar por mí y a decir que esa casa tenía que estar desocupada”, relató Yasneury.

La mujer afirma que tras las intimidaciones, tuvo que vender su casa a un precio muy bajo, quedando con pocos ahorros para sobrevivir; lo que la motivó a acudir a la Unidad de Restitución de Tierras para solicitar la restitución de su predio. Yasneury logró que el Tribunal Especializado profiriera sentencia a su favor, negando además la buena fe exenta de culpa del comprador anterior, lo que permitió su regresó a la vivienda.

“En uno de los postulados que la Fiscalía General de la Nación hizo en Cúcuta con las víctimas de la masacre de La Gabarra, yo tuve que ir. Allí le preguntaron a los paramilitares que si se acordaban de mi nombre, que si sabían quién era yo y que si mi desplazamiento y mi atentado tenían que ver con mi condición sexual; pero ellos lo negaron. Yo creo que todo obedeció al mismo conflicto y a que la gente se llenó de envidia porque a mí, me iba bien allá”, añadió la nueva beneficiaria de restitución de tierras.

La directora de la Unidad de Restitución de Tierras Territorial Norte de Santander, Tatiana Abdallah, asistió a la entrega del inmueble de Yasneury y en compañía de los equipos Judicial, Fondo y Catastral de la entidad, recorrieron la vivienda, inspeccionaron su estado y conocieron detalles del desplazamiento y despojo de la restituida. Este fallo refuerza el compromiso de la URT para implementar el enfoque diferencial y de género en sus procesos.

“Tras los dos hechos victimizantes que sufrió, Yasneury tuvo que irse del país, pero gracias a la restitución de tierras, ella vuelve a su casa. También nuestra beneficiaria gozará de un proyecto productivo urbano y cuenta con asesoría de nuestro equipo profesional en la formulación del proyecto productivo”, concluyó la Tatiana Abdallah.

La sentencia judicial además ordena que se le otorguen beneficios como alivio de pasivos de la vivienda, atención médica y sicológica priorizada por parte de la Secretaría de Salud de Cúcuta y postulación para una formación académica en el SENA. 

Denuncian presuntos casos de corrupción en la Unidad de Restitución de Tierras

El director de la Unidad de Restitución de Tierras, Giovani Yule, reveló hechos de corrupción al interior de la entidad. e hizo un llamado a las víctimas de despojo de tierras a denunciar  situaciones que van en contravía de sus derechos.

Con base en las pruebas recopiladas por la actual administración, la Unidad de Restitución de Tierras y la Secretaría de Transparencia, Andrés Idárraga,  trasladaron estas denuncias a la Fiscalía y Procuraduría, respectivamente, de los casos identificados en la Dirección General y las direcciones territoriales del Meta y Apartadó.

 

Las modalidades de corrupción identificadas son el cobro equivalente al 10% sobre el valor de contratos, y los cobros para establecer si un predio se inscribe o no en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente (RTDAF).

En el primero de los casos, la URT logró evidenciar situaciones de reclutamiento a personas que carecían del conocimiento y la experiencia para ser contratadas en las áreas en las que ejercían su trabajo. Por lo tanto, se les indicaba qué decir en las entrevistas para su ingreso a la entidad. Por este proceso pagaban entre 1 y 2 millones de pesos anuales.

La otra modalidad de corrupción se relaciona con la inscripción de predios en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente. Los hechos irregulares se detectaron en las direcciones territoriales de Apartadó y Meta, donde se evidenció que contratistas y funcionarios de la entidad, cobraban sumas de dinero a solicitantes de tierras y personas vinculadas al proceso, como terceros ocupantes, para dilatar la toma de decisiones.

Según las investigaciones, en la Dirección Territorial del Meta, el profesional de seguridad cobraba alrededor de 10 millones de pesos por cada resolución a favor del solicitante y 7 millones de pesos a personas interesadas de evitar la inscripción de los predios en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente (RTDAF). En el Meta, al parecer, un denunciado, también cobraba el 15 % del predio a restituir.

Además de los casos del Meta y Apartadó, existen presuntos hechos similares en la Seccional Putumayo, el cual continúa en proceso de investigación y clarificación, para detectar responsables y modus operandi.

El secretario Andrés Idárraga y el director de la Unidad, Giovani Yule, trabajarán conjuntamente en el refuerzo del Plan Anticorrupción, al igual que de los mapas de riesgo, con el fin de garantizar los derechos de las víctimas.

Para Giovani Yule, director general de la Unidad de Restitución de Tierras lo más doloroso, en los casos denunciados ante las autoridades, es que las víctimas tenían la convicción de que el proceso de restitución de tierras tenía costo. “Somos enfáticos, el proceso de restitución de tierras es gratuito”, concluyó.

La respuesta de Fedegan a Petro

La Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan) respondió al reclamo del presidente Gustavo Petro para acelerar los procesos de venta de tierras que se acordados.

El gremio reiteró que tiene una oferta efectiva de 303.964 hectáreas que ya se encuentran en manos de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) para el respectivo estudio de factibilidad y posterior compra.

 

El gremio ha trabajado de manera ininterrumpida en la identificación y ubicación de los núcleos territoriales de tierra disponible en el país y, asimismo, ha servido de facilitador en la concertación con el Gobierno Nacional, de todos los procesos y procedimientos del Acuerdo”, manifestó José De Silvestri, gerente técnico de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGÁN).

El gremio ha logrado recopilar 502 ofertas de tierra que ofrecen en venta 303.964 hectáreas ubicadas en 27 de los 32 departamentos del territorio colombiano, de estas el mayor número de hectáreas propuestas para la venta son principalmente de los departamentos de Arauca (153.799 ha), seguido del Meta (55.603 ha), Vichada (18.568 ha), Casanare (14.088 ha), Cesar (11.691 ha), Bolívar (6095 ha) y Cundinamarca (5937 ha), entre otros”, indicó De Silvestri.

De acuerdo con los registros hasta la fecha en el departamento de Córdoba existen ofertas de 8 de los 28 municipios particularmente de 1404 hectáreas.