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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Universidad de América

¿Pueden los presidentes de América imponer aranceles a su antojo? Un análisis de su poder real

En los sistemas presidencialistas que predominan en el continente americano, la figura del presidente concentra un papel central en la administración pública y en la conducción de la política exterior. Sin embargo, la percepción de que estos mandatarios pueden modificar a discreción los aranceles comerciales dista de la realidad. Un análisis comparado de siete países muestra que su margen de acción se encuentra severamente restringido por marcos legales internos, contrapesos institucionales y compromisos internacionales que limitan la unilateralidad.

En Estados Unidos, el presidente goza de cierta discrecionalidad gracias a facultades delegadas por el Congreso a través de normas como la Sección 232 (seguridad nacional) y la Sección 301 (prácticas comerciales injustas). Aun así, las medidas deben enmarcarse estrictamente en estas disposiciones, están sujetas a revisión judicial y deben ajustarse a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

 

En Argentina, los presidentes disponen de una de las mayores facultades formales mediante los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), que permiten ajustes rápidos en materia arancelaria. Sin embargo, tales decretos pueden ser anulados por el Congreso, impugnados judicialmente y limitados por compromisos con el Mercosur y la OMC.

México constituye un ejemplo paradigmático de “atadura por tratados”. Aunque el artículo 131 de la Constitución habilita al Congreso para delegar facultades arancelarias al Ejecutivo, el amplio entramado de Tratados de Libre Comercio (TLCs) restringe de manera significativa cualquier acción unilateral. Una decisión intempestiva contra un socio comercial podría derivar en demandas internacionales y represalias económicas.

En Brasil, Colombia y Perú se observa un patrón común: los presidentes cuentan con margen para ajustar aranceles dentro de ciertos límites establecidos por ley, pero deben cumplir rigurosamente con compromisos adquiridos en el marco de la Comunidad Andina, el Mercosur o la OMC. Medidas abruptas y sin respaldo institucional serían objeto de impugnación judicial y afectarían gravemente la confianza de los inversionistas.

El caso más restrictivo es el de Chile, donde el arancel general se encuentra fijado por ley en 6%, y cualquier modificación requiere la aprobación previa del Congreso Nacional. Esta disposición asegura estabilidad normativa y previsibilidad para los actores económicos.

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Lejos de un poder sin límites, los presidentes de América operan en un entramado denso de controles constitucionales, legislativos y supranacionales. Intentar modificar aranceles de manera arbitraria no solo enfrentaría resistencia política y judicial interna, sino también eventuales sanciones internacionales. En este contexto, la predictibilidad comercial continúa imponiéndose como un pilar esencial de la estabilidad económica regional, por encima de la mera voluntad presidencial.

Por: Sergio Ramírez

Docente de Economía de la Universidad de América

Inteligencia Artificial con propósito: el papel del conocimiento experto en la ingeniería del futuro

Hace apenas unas pocas décadas, construir conocimiento en Colombia era una tarea que requería tiempo, paciencia y mucha determinación. Acceder a información significaba largas jornadas en bibliotecas, lecturas detenidas y la selección manual de material relevante, casi siempre impreso. Hoy, con solo escribir una pregunta, la inteligencia artificial (IA) nos entrega una respuesta inmediata, generando la ilusión de tener conocimiento al alcance de un clic.

Pero este acceso instantáneo nos plantea un desafío crucial: ¿cómo usar esta tecnología de forma crítica, ética y con propósito? Porque, aunque la IA pueda procesar datos y simular respuestas «inteligentes», no reemplaza el juicio humano ni el conocimiento profundo que se construye con experiencia, contexto y comprensión sistémica.

 

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En este sentido, es importante entender que la IA no es más que un conjunto de algoritmos entrenados con datos. Sus resultados, por sofisticados que parezcan, dependen de quién los diseña, con qué información se alimenta el sistema y para qué fin se programa. La IA, por tanto, no sustituye al conocimiento experto; lo potencia, siempre y cuando haya una mente formada que le dé dirección.
Desde la ingeniería industrial, el uso de la IA abre oportunidades en diversas áreas: desde la optimización de procesos y la logística inteligente, hasta el análisis predictivo en gestión de la producción y la mejora continua. Sin embargo, estas aplicaciones requieren algo más que «saber usar una herramienta».

Requieren pensamiento crítico, comprensión profunda de los sistemas productivos, responsabilidad ética y visión estratégica. Como lo indica la OCDE (2023), “la implementación responsable de la IA exige no solo principios éticos, sino también conocimiento técnico y contextual por parte de los tomadores de decisión”.

En un mundo en constante transformación, el conocimiento experto no puede ser estático. Exige una actitud de aprendizaje permanente, apertura al cambio y capacidad de reinterpretar los desafíos a la luz de nuevas herramientas tecnológicas. El verdadero experto no es quien acumula datos, sino quien sabe qué preguntar, cómo interpretar y para qué transformar.

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Por eso, hablar de Inteligencia Artificial con propósito implica una sinergia entre la tecnología y la formación integral de quienes la utilizan. En la Universidad de América, el programa de Ingeniería Industrial promueve precisamente esa visión: formar profesionales capaces de integrar la IA en contextos reales, con ética, rigor académico y compromiso con el desarrollo sostenible.

La IA no reemplaza el pensamiento humano, lo amplifica. Y cuando ese pensamiento está guiado por el conocimiento experto, el análisis crítico y una formación con propósito, los resultados no solo son efectivos, sino verdaderamente transformadores.

Heidy Melisa Bautista

Docente del programa de Ingeniería Industrial de la Universidad de América.

Evolución empresarial: los pinzones de los galápagos y tu empresa, ¿qué tienen en común?

Charles Darwin observó que los pinzones de las islas Galápagos evolucionaron mediante la adaptación de sus picos a distintos entornos: cortos y fuertes para comer semillas o largos y delgados para comer insectos. De manera similar, las empresas evolucionan. Por ejemplo, en telefonía móvil, una empresa puede construir infraestructura propia mientras otra opera como un operador móvil virtual (MVNO), utilizando redes alquiladas.  Ambas satisfacen la misma necesidad y se adaptan, pero lo hacen con estructuras, inversiones y capacidades distintas.

Hoy, enfrentamos un cambio de era: pasamos de un entorno digital controlado por humanos a uno potenciado por Inteligencia Artificial. Esta transformación masiva impulsa la automatización de procesos a través de algoritmos, Machine Learning y el procesamiento de datos a gran escala, que van a redefinir o eliminar industrias enteras.

La Agencia para el Comercio y Desarrollo de la ONU (UNCTAD), proyecta que el mercado de la IA será de 4,8 billones de dólares en 2033, el equivalente al PIB actual de Alemania; adicionalmente (según Statista), el mundo va a generar 2142 zettabytes de información en 2035, (hoy son 175). Y se espera, según The Insights Partners, que el mercado de Big Data Analytics alcance los 725 mil millones de dólares para el 2031, dejando en claro que se trata de una macrotendencia irreversible que desarrolla sobre la infraestructura digital, herramientas de AI para realizar negocios de una manera diferente.

 

Empresas digitales como Amazon, nacidas con ADN digital, representan esta nueva especie empresarial. A diferencia de gigantes tradicionales como Walmart, su ventaja radica en modelos de negocio escalables, que minimizan la necesidad de activos fijos, con unos modelos digitales basados en datos y desarrollo de activos intangibles, que permiten reconocer patrones de estilo de vida y compras que generen oportunidades de negocio, desarrollando lo que Bill Gates describe como un “sistema nervioso digital”.

Estas empresas son diferentes; actualmente, la WIPO – World Intellectual Property Organization estima que el 90% del valor de mercado del índice S&P 500 proviene de activos intangibles como propiedad intelectual, marcas, entre otros, y como resultado de la rapidez de los cambios por la tecnología, la vida promedio de las empresas en este índice ha bajado. McKinsey espera que para el 2027, el promedio de vida de una compañía en este índice sea solo de 12 años comparado con una media de 85 años de las top10 al año 2000.

Algunas compañías como Amazon con AWS, Nvidia y OpenAI lideran el desarrollo de la infraestructura de esta nueva ola; las demás utilizarán esas herramientas para adaptarse a este nuevo ecosistema de negocios, en conjunción con las nuevas exigencias de sostenibilidad medioambiental y disrupción constante.

Peter Diamandis señala que esta disrupción proviene de la convergencia tecnológica: IA, Big Data, Blockchain, robótica, impresión 3D, computación cuántica, edición genética, entre otras tecnologías, generan efectos como reducción costos, democratización, escalabilidad y aceleran los cambios más allá de lo imaginable. Los datos, combinados con estas tecnologías y la capacidad de procesamiento potenciada, crearán oportunidades de innovación en prácticamente todas las industrias, cambiando el panorama competitivo de los mercados.

Casos recientes ilustran cómo las organizaciones están creando y utilizando la tecnología para innovar y reconfigurar industrias por completo. Por ejemplo, Meta, con su herramienta Infinite Creative, utilizará la IA para encontrar en sus usuarios, los clientes específicos para diferentes productos y servicios, desarrollando propuestas personalizadas a través de la IA, incrementando la eficiencia del gasto publicitario; revolucionando esta industria con un proceso automatizado y costo eficiente que aprovecha su acceso único a las preferencias de los usuarios de sus redes sociales.

Un caso que ilustra además la velocidad del cambio es el de Nubank, que inició operaciones en 2013; alcanzando una valoración en su oferta pública en bolsa de 45 mil millones de dólares, en tanto el Grupo Aval (un tradicional conglomerado financiero colombiano con décadas de presencia en el mercado), tiene una valoración de 3 mil millones de dólares; la velocidad y el potencial de crecimiento exponencial gracias a su plataforma digital y el uso de herramientas de IA y datos, son la adaptación evolutiva de los neobancos. ¿Se convertirán en la especie dominante?.

Este es el nuevo ecosistema de negocios donde las organizaciones compiten. Será su capacidad de adaptación organizacional, uso y desarrollo de herramientas la que determine cuáles tendrán éxito y lograrán sobrevivir en el mercado: estamos evidenciando la selección natural de Darwin aplicada al mundo empresarial.

José Andrés Rueda

profesor de la Maestría en Administración – MBA de la Universidad de América.

Migración climática: una crisis silenciosa que toma fuerza en América Latina

Una de las realidades más desafiantes que enfrenta la humanidad es el cambio climático, y América Latina se encuentra entre las regiones más vulnerables debido a su limitada capacidad de adaptación y respuesta.

Lo que antes eran relatos lejanos de sequías o inundaciones hoy son historias cotidianas. Familias enteras empacan lo poco que les queda, niños dejan las escuelas porque ya no hay agua y comunidades ancestrales desaparecen del mapa tras un huracán o el desecamiento de un río. La migración climática ya está aquí y, sin embargo, seguimos tratándola como un problema del futuro.

 

Las cifras son cada vez más alarmantes y, en muchos casos, ignoradas. El Banco Mundial estima que, para 2050, 17 millones de latinoamericanos podrían verse forzados a desplazarse dentro de sus países debido a causas climáticas. Pero los desplazados están más cerca de lo que imaginamos: son los campesinos del Corredor Seco Centroamericano, donde las cosechas se han reducido a la mitad en la última década; son los pescadores de Chiloé, en Chile, cuyas playas desaparecen por la erosión costera; y son los indígenas Wayúu en La Guajira, quienes caminan días en busca de un pozo de agua.

En 2020, los huracanes Eta e Iota no solo arrasaron pueblos enteros en Honduras y Nicaragua, sino que también dejaron una lección sobre lo repentino y devastador del cambio climático. Medio millón de personas quedaron desplazadas, muchas de ellas hacinadas en ciudades que ya no pueden absorber más población, exacerbando sus problemas ambientales, sociales, políticos y económicos.

Uno de los puntos más críticos de esta crisis es la falta de reconocimiento legal para los migrantes climáticos. Actualmente, no existe una figura de protección internacional para quienes se ven obligados a huir debido a desastres ambientales. A diferencia de los refugiados políticos, los desplazados climáticos carecen de un estatus legal que les garantice derechos y asistencia. Mientras Europa debate acuerdos para reubicar a afectados por desastres naturales, en América Latina el tema sigue sin claridad ni precisión. ¿Cuántos gobiernos han incorporado el desplazamiento climático en sus políticas migratorias? Casi ninguno.

Aún más preocupante es la falta de preparación de las ciudades para recibir a estos migrantes. América Latina enfrenta un problema que crece más rápido que su capacidad urbana: el 30% de su población ya vive en asentamientos precarios (ONU-Hábitat, 2023), y cada año llegan miles más, empujados por sequías, inundaciones y huracanes.

Las cifras hablan por sí solas: Lima, una ciudad desértica, recibe 40,000 migrantes climáticos anuales, mientras el 40% de su población lucha por acceder al agua (INEI, 2023). Bogotá enfrenta la presión de 1.2 millones de desplazados y un déficit de 320,000 viviendas (ACNUR, 2023). Ciudad de México, por su parte, se hunde mientras absorbe a campesinos de zonas secas, extrayendo el 60% de su agua de fuentes sobreexplotadas (UNAM, 2023).

El resultado es un cóctel explosivo: el 80% de estos migrantes termina en barrios marginales, el 25% de sus jóvenes es reclutado por pandillas y el 60% de los conflictos sociales están relacionados con la escasez de recursos. Las ciudades latinoamericanas no están esperando el impacto climático: ya lo están pagando. La pregunta es cuánto más podrán resistir.

Es urgente tomar medidas. Se necesitan procesos de reconocimiento legal para la protección temporal de los desplazados climáticos, fondos dirigidos a la adaptación, la prevención y la gestión del riesgo, así como políticas que prioricen los derechos humanos de quienes han perdido sus hogares debido al clima.

América Latina tiene una elección: actuar ahora con políticas claras o esperar a que la crisis climática se convierta en la mayor catástrofe humanitaria de nuestra región. El momento de decidir es hoy.

Por: Angie Tatiana Ortega Ramírez, docente del programa de Ingeniería Química de la Universidad de América

El fenómeno del Carry Trade se toma las monedas latinoamericanas, incluido el peso colombiano

A finales del año pasado, la postura de la Reserva Federal de los Estados Unidos fue de relajación frente a su tasa de interés de referencia; dicha postura (Dovish) marcó una serie de recortes, empezando en septiembre de 2024, cuando redujo su tasa en 50 puntos básicos. Posteriormente, en noviembre volvió a reducir su rango de tasas en 25 puntos básicos y, en diciembre, generó de nuevo un recorte con el mismo valor, un cuarto de punto, situando el rango de la tasa en 4,25 % – 4,50 %. Cabe resaltar, por supuesto, que estos recortes se debieron a la pérdida de fuerza de la inflación, que marcó un descenso importante al final de 2024.

Estas tasas bajas en Estados Unidos están siendo el detonante del fenómeno Carry Trade en las monedas emergentes de la región. Pero, ¿qué es el Carry Trade? Este fenómeno se atribuye a una depreciación acelerada del dólar con respecto a sus pares en economías emergentes, las cuales presentan tasas de interés más atractivas.

 

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Aunque Colombia el año pasado también flexibilizó su política monetaria con una reducción de su tasa de interés en busca de una mejor dinámica de la economía, la tasa de interés de referencia en el país sigue siendo más alta que la de Estados Unidos. Recordemos que la tasa de interés de política monetaria se encuentra en 9,50 % después de un último recorte de 25 puntos básicos por parte del Banco de la República en diciembre de 2024. En enero y febrero de 2025, la tasa se ha mantenido inalterada.

Actualmente, Colombia es el tercer país de la región con la moneda más apreciada, con más de un 6 % de revalorización de su tipo de cambio frente a sus pares chileno y brasileño, que tienen una apreciación de 8,27 % y casi 7 %, respectivamente, en los últimos tres meses. Y es que el fenómeno de apreciación acelerado del peso colombiano frente al dólar estadounidense ha sido muy marcado. Para el 31 de octubre de 2024, el dólar se cotizaba en 4.432 pesos, mientras que para el 19 de febrero de 2025 cayó por debajo del piso de los 4.100 pesos, marcando un dato de 4.077 pesos. Al día de hoy, 11 de marzo, la divisa se cotiza en 4.132 pesos. Esta volatilidad es explicada por el Carry Trade.

En cualquier otro escenario podríamos decir que esta apreciación de la moneda colombiana se da por un menor riesgo país. Sin embargo, no es así, dado que la tasa de riesgo país para febrero de 2025 nos ubicaba por encima de países como Perú, Chile, Brasil y México, con una perspectiva al alza. Aún más, la calificadora de riesgo Fitch Ratings, en días pasados, cambió la perspectiva de inversión en la calificación, pasando de estable a negativa. Esto se debe a los desafíos y desequilibrios fiscales que el gobierno colombiano mantiene actualmente.

Pero entonces, ¿cómo se atribuye este fenómeno de Carry Trade en estos momentos para que tengamos estas altas volatilidades en el tipo de cambio? Lo principal es que los inversionistas toman posiciones en activos o monedas latinoamericanas como la colombiana, apalancándose con recursos provenientes de deuda con bajas tasas de interés en Estados Unidos. Por ejemplo, un inversionista se endeuda en Estados Unidos con una tasa de 4,5 % y la invierte en algún activo financiero en Colombia que rente mínimo el 9,5 %. Este spread de 5 % de tasa se percibe como retorno para el inversionista. Este aumento de la oferta de dólares en el país marca el comportamiento a la baja del tipo de cambio dólar-peso colombiano (USD/COP).

Sin embargo, ahí no para el fenómeno, pues los inversionistas toman posiciones cortas (shorting), es decir, mientras caen los precios de la moneda, estas se toman prestadas, se revenden y luego se recompran a precios más bajos para, al final, devolver la moneda que inicialmente fue prestada en el mercado.

Lo anterior significa que esta apreciación del peso colombiano que hemos visto en los últimos meses no responde a un gobierno que promueva la estabilidad o la certidumbre económica y fiscal, sino a un mero movimiento de inversionistas que buscan ganar diferenciales de tasas. Por lo tanto, veremos nuevamente el tipo de cambio por encima de los 4.400 pesos a mediados de año, sobre todo cuando observamos cómo la inflación y el riesgo pueden dispararse en el mundo ante las constantes amenazas de guerras arancelarias.

Por: Germán Eduardo Rodríguez Díaz, Docente del programa de Economía de la Universidad de América

Liderazgo transformacional: el desafío de construir país

Entregar un trabajo de grado es un hito en cualquier camino académico, pero cuando su contenido resuena con la realidad de un país, deja de ser solo un requisito para convertirse en una necesidad urgente de reflexión. Al analizar el liderazgo transformacional en la educación superior, surge una pregunta ineludible: ¿por qué Colombia, una nación de talentos y recursos inmensos, carece hoy de un liderazgo que nos convoque a la unidad y nos impulse hacia un futuro compartido?

El liderazgo transformacional, que en mi estudio se reconoce como motor del cambio institucional, va más allá de la administración eficiente: inspira, moviliza y construye. Se basa en la confianza, en una visión compartida y en la capacidad de encarnar los valores que predica. No es solo un ejercicio de mando, sino un compromiso con la transformación colectiva. En la Universidad de América, hemos sido testigos de cómo este modelo puede fortalecer estructuras, empoderar a las personas y garantizar una sana gobernanza que responde con transparencia y sentido humano. Sin embargo, en el ámbito nacional, seguimos atrapados en liderazgos transaccionales, aquellos que gestionan la crisis pero no la previenen, que negocian favores pero no propósitos, que administran la coyuntura sin transformar el horizonte.

 

Colombia atraviesa una fragmentación preocupante. La polarización ha convertido el debate en trincheras y la diferencia en barrera. ¿Dónde están los líderes que inspiran con ideas en lugar de dividir con discursos? ¿Dónde aquellos que reconocen el valor de la diversidad sin temerla? El liderazgo transformacional no teme al disenso; lo abraza como una oportunidad para construir consensos sólidos y sostenibles. Requiere no solo intelecto y estrategia, sino una vocación de servicio que trascienda la individualidad.

Hoy, más que nunca, necesitamos líderes que comprendan que el verdadero poder no reside en la imposición sino en la influencia ética, en la capacidad de unir fuerzas y orientar a una nación hacia objetivos comunes. Colombia no se transformará con decisiones aisladas ni con soluciones efímeras. Se requiere un liderazgo capaz de inspirar, de reencauzar la conversación nacional hacia el diálogo constructivo, de asumir la responsabilidad de guiar con visión y propósito.

La educación ha demostrado ser un terreno fértil para este tipo de liderazgo. En las universidades, formamos profesionales con la esperanza de que, al salir al mundo, no solo acumulen conocimientos, sino que también lideren con valores. Pero si el país no les ofrece referentes de liderazgo transformacional en la política, en el sector empresarial o en la sociedad civil, ¿qué ejemplo estamos transmitiendo?

Desde la academia asumimos la responsabilidad de promover este modelo de liderazgo que transforma, no solo en las aulas, sino en el debate público. Porque la educación debe ser un puente entre la reflexión que se da en las aulas y la acción concreta, entre la teoría del liderazgo y su aplicación en la realidad.

Colombia no puede seguir esperando a que emerjan los líderes que necesitamos. Debemos formarlos, impulsarlos y, sobre todo, exigirlos. Porque solo con un liderazgo que una, inspire y transforme, lograremos un país a la altura de su potencial.

Christhian David Barboza

Director de Comunicaciones de la Universidad de América.

Las Fintech: una oportunidad para la educación privada en Colombia

Las empresas que ofrecen servicios financieros o de intermediación mediante tecnología son conocidas como fintech. Estas organizaciones disruptivas optimizan sus procesos y operaciones gracias a la adopción de tecnología y lenguajes de programación, reduciendo significativamente sus costos. Como resultado, los servicios financieros se vuelven más accesibles, incluso mediante modelos completamente digitales, sin necesidad de oficinas físicas.

Esta innovación ha generado un nuevo ecosistema de servicios financieros que impulsa aspectos clave en el desarrollo social y económico, como la bancarización, la inclusión y la profundización financiera. Estas herramientas son esenciales para cubrir necesidades de liquidez, como ocurre con el financiamiento educativo.

 

La crisis del ICETEX y sus implicaciones

Recientemente, una noticia sobre el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex) prendió las alarmas y generó gran incertidumbre en el sector educativo. Según datos de la Contraloría General de la Nación, 332.000 cupos están en riesgo para el próximo año debido a un recorte presupuestal de 341.000 millones de pesos, pasando de 1,2 billones a 859.000 millones de pesos.

De estos cupos, 180.000 corresponden a estudiantes con créditos activos que podrían no ser renovados, lo que podría desencadenar una deserción masiva en las universidades privadas, las principales receptoras de estos recursos. Este escenario representa una crisis no solo para los estudiantes, sino también para el sistema educativo en general.

Las fintech como alternativa de financiamiento

Ante este panorama, las fintech emergen como una solución viable y accesible para financiar la educación superior. Gracias a su modelo de negocio innovador, ofrecen créditos competitivos con tasas y plazos atractivos para los estudiantes.

La Universidad de América, comprometida con el acceso a la educación, ha establecido convenios con varias fintech que ofrecen financiamiento para matrículas estudiantiles. Por ejemplo, Credyty, una entidad 100% digital, financia hasta el 100% de la matrícula con tasas desde el 1% MV y sin costos de agencia. En comparación, las tasas del ICETEX comienzan en 1,31% MV, lo que hace que las opciones fintech sean más competitivas.

Además, estos servicios eliminan costos de transacción asociados al crédito tradicional, como desplazamientos, papelería y tiempo. Todo el proceso, desde la solicitud hasta la aprobación, se realiza en línea.

La Universidad de América también tiene convenios con otras fintech como Finky y Flevo, ampliando las opciones para sus estudiantes de pregrado y posgrado.

Un llamado a la calma

La crisis presupuestal del Icetex no debe frenar el desarrollo educativo, económico y social del país. Las fintech representan una oportunidad invaluable para diversificar las fuentes de financiamiento educativo, permitiendo que los estudiantes sigan accediendo a una formación de calidad.

En este sentido, las universidades privadas, como la Universidad de América, desempeñan un papel fundamental al conectar a los estudiantes con estas nuevas alternativas de financiamiento. La educación superior debe seguir siendo un motor de progreso para Colombia, independientemente de los desafíos económicos actuales.

Por: Germán Eduardo Rodríguez Díaz,

Docente Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de América

Las universidades lideran el camino hacia la eliminación de plásticos de un solo uso

En las últimas décadas, la contaminación por plásticos de un solo uso se ha convertido en una de las principales amenazas para el medio ambiente. Según datos de la ONU, cada año se producen más de 300 millones de toneladas de plástico, de las cuales una gran parte se utiliza solo una vez antes de ser desechada, terminando en océanos y rellenos sanitarios. Este desafío global ha impulsado a diversas instituciones de educación superior a tomar medidas innovadoras para reducir su dependencia de estos materiales desechables.

La Universidad de América, reconocida por su compromiso con la sostenibilidad, ha implementado desde 2022 un ambicioso proyecto de compostaje dentro de su sede principal, el EcoCampus de los Cerros. Esta iniciativa ha permitido procesar más de 2.000 kg de residuos orgánicos, transformando estos desechos en abono, y eliminando la necesidad de bolsas plásticas y otros productos desechables utilizados tradicionalmente para el manejo de residuos. Este enfoque promueve no solo la reducción de plásticos de un solo uso, sino también el fortalecimiento de la economía circular dentro del campus, generando beneficios tanto para la comunidad universitaria como para el ecosistema local.

 

“La eliminación de plásticos de un solo uso es una prioridad institucional. Creemos que las universidades tienen la responsabilidad de liderar con el ejemplo y generar soluciones que no solo beneficien a nuestras comunidades, sino que también contribuyan a la preservación del medio ambiente”.

El compromiso de la Universidad de América es solo un ejemplo del creciente número de instituciones educativas que adoptan medidas para la eliminación de plásticos de un solo uso. Estas acciones no solo evitan que toneladas de residuos terminen en rellenos sanitarios, sino que también contribuyen al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, en especial aquellos relacionados con el consumo responsable y la acción climática.

Además de la gestión de residuos, muchas universidades han comenzado a integrar prácticas sostenibles en sus currículos académicos, asegurando que las nuevas generaciones de profesionales estén conscientes del impacto ambiental de sus decisiones. El papel de la educación en esta transición es fundamental para formar una nueva cultura de responsabilidad ambiental.

Las instituciones que lideran la eliminación de plásticos de un solo uso están viendo resultados claros. Al reducir la dependencia de estos materiales, se disminuye la huella ecológica de las universidades, se fomenta la conciencia ambiental entre estudiantes y colaboradores, y se establecen ejemplos prácticos de cómo es posible implementar soluciones efectivas y sostenibles.

La eliminación del plástico de un solo uso es un reto alcanzable, siempre que exista el compromiso institucional, el desarrollo de infraestructuras adecuadas y la participación activa de la comunidad. Las universidades, como centros de innovación y cambio, están demostrando que es posible desarrollar e implementar soluciones sostenibles que sirvan de ejemplo para otros sectores de la sociedad.

El desafío de erradicar los plásticos de un solo uso no es solo una meta, es una responsabilidad compartida por todos los sectores de la sociedad. La Universidad de América está demostrando con hechos que las instituciones educativas tienen el poder de liderar este cambio, inspirando a futuras generaciones y mostrando que la sostenibilidad no es una opción, sino una necesidad urgente. Cada acción cuenta, y al integrar soluciones innovadoras y sostenibles, las universidades no solo están moldeando el presente, sino que están garantizando un futuro más limpio y justo para todos.

Mario Posada García-Peña

Reeligen a Mario Posada García-Peña como rector de la Universidad de América

Mario Posada García-Peña ha sido reelecto como presidente institucional y rector de la Universidad de América, reafirmando su liderazgo y compromiso con la Casa de Estudios. En su discurso, Posada destacó algunos de los logros obtenidos durante sus primeros cinco años en el cargo y los desafíos futuros que enfrenta la Universidad.


Posada García-Peña asumió la rectoría en 2019, tras el fallecimiento del rector Jaime Posada. Durante su mandato, ha liderado una transformación significativa en la Universidad, modernizando su infraestructura y procesos. «Hoy, cinco años después, puedo dar fe de que la actual Universidad de América se ha transformado en una institución moderna, a la vanguardia en su infraestructura y procesos, todo a partir de un maravilloso legado que inició en 1952», afirmó.

 


Uno de los logros recientes más importantes de su gestión es la radicación del Informe de Condiciones Iniciales de Acreditación Institucional el pasado 31 de mayo de 2024, lo que permite a la Universidad avanzar hacia la obtención de la Acreditación Institucional. Este logro se suma a la obtención de la Acreditación en Alta Calidad de los programas de Ingeniería Mecánica, Ingeniería Química e Ingeniería Industrial.


Además, bajo su liderazgo, la universidad fue anfitriona y coorganizadora del I Encuentro de Rectores de la Red Andina de Universidades Acreditadas del Parlamento Andino, fortaleciendo la cooperación regional e internacional. «Este evento no solo fortalece y proyecta nuestros lazos de cooperación con la región y el mundo, sino que también honra a los países andinos como un referente de integración y transformación», señaló Posada.


Otro hito significativo fue la suscripción del acuerdo de hermanamiento con la Universidad Politécnica Santa Rosa Jáuregui de México para la implementación del modelo BIIS (Bilingüe, Internacional, Innovador y Sustentable). Esta alianza estratégica busca fortalecer y dinamizar el modelo educativo de La América mediante la transferencia de conocimiento y buenas prácticas en áreas clave con la academia, la internacionalización, el currículo y la investigación.


La consolidación del Sistema Interno de Aseguramiento de la Calidad con la triple Certificación ISO 9001, 14001, 45001 es otro de los grandes logros de su gestión. Estas certificaciones avalan la calidad de los procesos institucionales, la seguridad y salud en el trabajo, y la gestión ambiental, reflejando el compromiso de la universidad con la excelencia y la sostenibilidad.

Como parte de su liderazgo, en términos de captación de nuevos estudiantes, la Universidad de América ha innovado con el desarrollo de eventos como el Rally Académico y otras iniciativas que buscan atraer a más estudiantes y ofrecerles una educación de calidad con costos asequibles.


Finalmente, la renovación del Registro Calificado de la Maestría en Gerencia del Talento Humano en modalidad de Registro Único por parte del Ministerio de Educación Nacional el 14 de junio, eleva a 31 el número de programas de posgrado disponibles en la universidad.


Mario Posada García-Peña concluyó su discurso agradeciendo al Cuerpo de Regentes, máximo órgano de gobierno de la Universidad, por su apoyo y compromiso, reafirmando su dedicación a la institución en un momento retador para el sector educativo en el país y alrededor del mundo. «Seguiremos trabajando con amor, dedicación y compromiso por esta familia; una maravillosa institución que merece muchas más décadas de legado, transformación e innovación», expresó.


Con esta decisión, la Universidad de América reafirma su trayectoria de reconocimiento con la formación de líderes globales con excelencia académica, generadores de conocimiento, con responsabilidad social y comprometidos con el desarrollo sostenible.

«En la Universidad de América queremos promover las lenguas indígenas del país y cultivarlas»: Mario Posada García-Peña

Mario Posada García – Peña, rector de la Universidad de América, explica en qué consiste la iniciativa extendida a la mayoría de países de América, para conocer las lenguas nativas indígenas.

Vemos a la Universidad de América bastante interesada en el intercambio de lenguas nativas, ¿de dónde surge esta iniciativa?

 

Mario Posada García-Peña: La Universidad de América se encuentra muy ligada a la historia del país y con un principio muy nacional muy importante, hablo del afianzamiento de la nacionalidad colombiana. Fíjese una cosa, es a raíz de esto como nacieron las casas del patrimonio que tenemos en la localidad de La Candelaria en el centro de Bogotá.

Nosotros ayudamos en la creación de la Unidad de Patrimonio; participamos en la creación de la Casa de las Lenguas y de la Cultura, y a través de esta hemos logrado atraer comunidades indígenas quienes han desarrollado encuentros orales para la trasmisión de sus lenguas nativas. Es así como hemos identificado 83 lenguas nativas.

¿Qué tan fácil ha sido convencer a estas comunidades indígenas para que se presten a este intercambio cultural?

Mario Posada García-Peña: No ha sido fácil pero el atractivo de la Universidad de América para ese diálogo con las comunidades indígenas ha sido su museo de trajes. La Universidad de América tiene un museo de trajes fundado en 1975 que está ubicado en la Casa de los Derechos en el centro de Bogotá y a través del Museo de Trajes, en donde se puede observar los trajes afros, europeos, pero también el de los indígenas, hemos logrado vincularlos para que compartan sus experiencias, sus saberes y lenguas.

¿Cuantos países en américa están dispuestos a participar de este intercambio?

Mario Posada García – Peña: Bueno en realidad no tenemos un numero identificado, pero a partir de ejercicios como el Primer Encuentro de Universidades Acreditadas del Parlamento Andino en Colombia, estamos tratando de invitar a las 80 universidades que pertenecen a esta red para que se vinculen a este proceso, y así poder compartir una Cátedra de Derechos Humanos que conformamos de manera virtual con el Centro Para la Promoción de los Derechos Humanos de la Unesco. También tenemos el proyecto de las Casas de Lenguas y la Oralitura para promover lenguas indígenas del país y cultivarlas.

¿Han pensado en la posibilidad de incluir a los indígenas del Amazonas que están en las profundidades de la selva?

Mario Posada García – Peña: No es fácil, pero es una de nuestras metas y esperamos cumplirlas y vamos a trabajar duro para que así sea.

¿En cuánto tiempo está estipulado este plan?

Mario Posada García – Peña: Este plan está estipulado para los próximos 5 años. Es un buen proyecto que estamos lanzando y que esperamos desarrollar con éxito.

¿Qué tanto le puede aportar al desarrollo sostenible?

Mario Posada García – Peña: En la Universidad de América estamos comprometidos con el desarrollo sostenible desde la misma visión institucional en la que nos definimos como formadores de líderes globales de excelencia académica y generadores de conocimiento con responsabilidad social y comprometidos con el desarrollo sostenible. Es por eso que estamos adelantando procesos de certificación, otorgado por una de las instituciones de las Naciones Unidas, hablo de la UNITAR, que es la organización para la formación de líderes de las Naciones Unidas. Esperamos trasmitir esa formación en los objetivos de desarrollo sostenible con un compromiso palpable y real para que nuestros egresados titulados en la Universidad tengan ese sello diferenciador.

Aumento en la producción de petróleo versus disminución del gas

La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), reveló la cifra de producción de petróleo promedio del 2023, la cual cerró en 777.016 barriles por día, una cifra superior a la producción promedio del 2022 que fue de 754.243 barriles de petróleo por día. Esto muestra un incremento considerable en la producción para el 2023, debido al incremento de la producción en varios campos ubicados en los departamentos del Meta y Casanare. Este efecto está relacionado con la puesta en marcha de procesos de recobro mejorado, que han permitido incrementar la producción en estas zonas, trayendo efectos positivos en las regiones en temas relacionados con el empleo local y el desarrollo de las comunidades.

Sin embargo, es importante resaltar que con la producción de gas no pasó lo mismo, pues la producción de éste llegó a 1.059 millones de pies cúbicos, teniendo una caída del 1,4% respecto al 2022, lo que recrudece la necesidad de buscar el aumento de la producción de gas que nos permita tener la autosuficiencia necesaria y reducir las importaciones que para el año pasado fueron de 88,9 millones de pies cúbicos diarios, para suplir el consumo de las termoeléctricas para la generación de energía eléctrica durante el fenómeno del Niño.

 

Por lo anterior, debemos seguir trabajando para poner en marcha la explotación de los yacimientos de gas descubiertos en los últimos años y seguir creciendo y mejorando en la infraestructura para su producción y aprovechamiento. De lo contrario, será cada vez más evidente un impacto a mediano y largo plazo, lo que puede comprometernos debido al impacto que ya se siente por la sequía en nuestras fuentes hídricas producto del fenómeno del niño.

El Gobierno Nacional junto con el Ministerio de Minas y Energía deben buscar las estrategias que permitan aumentar la producción de petróleo y aumentar en la producción de gas para recibir los beneficios de estos recursos, que brinde además  una estabilidad a la economía colombiana y contribuya con la financiación de una matriz energética más robusta con la introducción a gran escala de energías como la geotérmica, el hidrógeno y el resto de energías que se vienen diversificando, pero que aún son muy costosas.

Que las regalías de la industria petrolera y gasífera del país aumenten nos conviene a todos, pues no podemos negar la importancia de los beneficios de la producción de hidrocarburos en el desarrollo de Colombia, no solo porque contribuye a la balanza de pagos y generación de divisas, sino porque permite al Estado contar con recursos para desarrollar sus proyectos sociales.

Msc. Ing. Adriángela Romero Sánchez

Docente del Departamento de Energías de la Universidad de América

La comunicación, los referentes de los jóvenes y los imaginarios

En el crisol académico de la Universidad de Los Andes y la Universidad Javeriana, en Bogotá, una dinámica llevada a cabo de forma reciente por un creador de contenido destapó no solo diferencias y estereotipos entre grupos de estudiantes, sino también dejó entrever la necesidad de una comunicación bidireccional más consciente y centrada en los atributos del ser a partir de la identidad de cada institución.

La interacción entre el creador de contenido y los estudiantes, aunque marcada por provocaciones y preguntas incisivas, amplificó un fenómeno cada vez más profundo: la percepción de unos y otros, y la forma como éstas afectan la dinámica universitaria y la vida en sociedad.

 

En lugar de caer en la trampa de los estereotipos y las generalizaciones, es vital reconocer la importancia procesos de comunicación respetuosa y abierta. Las palabras y respuestas vertidas en el calor del momento reflejan no solo la realidad de muchas instituciones, sino también las percepciones arraigadas en la mente de los estudiantes que se traducen en el mediano plazo en conflictos familiares, empresariales y de una índole que puede abarcar toda la esfera social.

Por otro lado, el diálogo entre las universidades y sus estudiantes debe ir más allá de las rivalidades superficiales. ¿Cómo se comunican las instituciones con sus estudiantes?, ¿cómo fomentan las IES un ambiente de respeto y colaboración?, ¿están verdaderamente abiertas al diálogo y dispuestas a abordar los malentendidos que puedan surgir?

En línea con lo anterior, los estudiantes -futuros profesionales- tienen la responsabilidad de comunicarse entre ellos de manera constructiva. En lugar de caer en la trampa de los prejuicios, podrían aprovechar este momento para iniciar un diálogo que promueva la comprensión mutua y desafíe las percepciones negativas que por tantos años han impedido que Colombia logre superar décadas de violencia y división.

La comunicación, por tanto, se erige como un puente crucial entre las instituciones de educación y sus estudiantes. La transparencia, la empatía y el respeto deben ser los pilares fundamentales de este diálogo continuo. Las instituciones no solo deben ofrecer espacios para la expresión estudiantil, sino también garantizar que sus acciones reflejen los valores de diversidad y respeto.

En este contexto, la responsabilidad compartida implica que tanto las universidades como los estudiantes asuman un papel activo en la construcción de una comunidad más inclusiva y en el fortalecimiento de los lazos que unen a los miembros de cada institución.

El desafío ahora reside en transformar esta controversia en una oportunidad para la reflexión y el cambio. La comunicación efectiva es la clave para disipar malentendidos, derribar estereotipos y construir puentes de entendimiento entre estudiantes que mañana serán quiénes lleven las riendas de compañías y sectores productivos en la ciudad, el país y el mundo.

Al abrazar la responsabilidad compartida de promover un diálogo respetuoso, construimos puentes que fortalecen la unidad en la diversidad, contribuyendo así a un entorno académico más enriquecedor y colaborativo.

Christhian David Barboza

Director de Comunicaciones, Universidad de América

Medios de comunicación, responsabilidad y movilización ciudadana

En la era de la información, los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la configuración de la opinión pública y en la movilización ciudadana. Esta influencia se evidencia a través de múltiples teorías del campo de la comunicación y la gestión de la memoria colectiva. Además, eventos recientes, ponen de manifiesto la relación directa entre los medios, la sociedad y los movimientos sociales.

La semana pasada, Bogotá fue escenario de la llegada de centenares de indígenas provenientes del Cauca, la Guajira, el Catatumbo, el Amazonas y otras regiones del país para participar de la jornada de movilizaciones convocada en apoyo al Gobierno Nacional. La organización indígena señaló que sus objetivos eran marchar para reclamar por sus derechos, el cumplimiento de los acuerdos, insistir en mejores condiciones de accesibilidad a derechos básicos en los territorios y rechazar el incremento de los asesinatos de sus líderes por actores armados.

 

Tan cruel es su realidad, que según denuncias del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) a lo largo de este año han sido asesinados 110 líderes sociales en 23 departamentos del país incluyendo a Bogotá, siendo 23 los líderes indígenas caídos por cuenta de este flagelo, lo que los convierte en uno de grupos más golpeados por la racha de violencia que azota al país.

Las cifras son alarmantes y hacen parte del recrudecimiento de la violencia que asfixia a Colombia. Las amenazas y los ataques son el pan de cada día mientras que ciudadanos, las autoridades, grupos minoritarios y organizaciones reclaman mayor presencia del Estado y acciones contundentes para recuperar el tejido social en el casco urbano y las zonas más vulnerables. Así, las marchas constituyen el mecanismo elegido por distintos sectores para clamar por atención y escucha.

Las movilizaciones que vivió en Bogotá, se desatacaron por la presencia de más de 14 mil indígenas que marchaban pacíficamente, lanzaban arengas por las calles con banderas pintorescas, pancartas alusivas a las reformas, al derecho al trabajo, la paz y la educación como el arma más poderosa para el desarrollo territorial.

Sin embargo, en medio de las manifestaciones, integrantes de la minga indígena tomaron de forma abrupta las instalaciones de un reconocido medio de comunicación al norte de la ciudad, hecho que desató una oleada de rechazos e indignación por parte de periodistas, políticos y la sociedad en general. La irrupción en las instalaciones sucedió al medio día, generando afectaciones en el mobiliario de la edificación y dejando a muchos trabajadores atemorizados.

Si bien, todos los integrantes de la sociedad tenemos derecho a salir a las calles amparados por nuestra Constitución para alzar la voz por causas con las que nos identifiquemos, o cuando algo no nos parece correcto o es injusto, la violencia y sus actuaciones, venga de donde venga, debe ser rechazada enfáticamente porque en esencia, solo reafirma el historial de sangre y división que marca nuestra historia como nación.

La libertad de prensa y la libertad de expresión son esenciales para vivir en una ciudad democrática. Todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones y creencias sin agredir, sin violentar, y por supuesto que esto incluye a los medios, a las comunidades y grupos que, curiosamente, reclaman por su lugar en medio de la sociedad.

La teoría de las masas, desarrollada por pensadores como Gustave Le Bon y Sigmund Freud, sostiene que las personas, cuando se agrupan en multitudes, pueden ser influenciadas de manera significativa por líderes, discursos y eventos mediáticos. Los medios de comunicación, al llegar a amplios segmentos de la sociedad, tienen el poder de moldear las opiniones y la conducta de las masas.

Tal vez sería bueno empezar a reconocer que Bogotá no es el centro de Colombia y que existen otras regiones que necesitan con urgencia de la presencia del Gobierno Nacional y no su indiferencia, así como entender que la violencia no es opción, no es el camino, no es el medio y mucho menos la estrategia para conseguir una paz que nos cobije a todos por igual.  

Por: Christhian David Barboza, director de Comunicaciones, Universidad de América.

Apropiación del conocimiento ambiental a través de actividades sostenibles

Por: Juan camilo Gómez Caipa

Docente del departamento de Ingeniería Química e Ingeniería Ambiental de la Universidad de América

 

En un mundo donde el cambio climático y la degradación de la calidad ambiental son realidades evidentes, es crucial promover y fomentar una cultura de sostenibilidad en las generaciones actuales y futuras. Desde esta perspectiva, las instituciones de educación en todos los niveles tienen un rol fundamental en este proceso, para lo cual estos métodos creativos y efectivos permiten transmitir estos conocimientos de manera práctica y duradera.

En la búsqueda constante por mitigar los impactos negativos generados por las actividades diarias del ser humano a nuestro entorno, las actividades prácticas ambientalmente sostenibles han surgido como una alternativa para promover la conciencia ecológica y la responsabilidad ambiental. Uno de los campos que se han abordado desde la asignatura de Gestión Ambiental de la Universidad de América, es la construcción de pacas digestoras silva, una tecnología innovadora que tiene un impacto positivo en el procesamiento de residuos orgánicos, reduciendo así la cantidad de residuos que llegan a los diferentes rellenos sanitarios del país.

Las pacas digestoras silva son una tecnología que aprovecha los residuos orgánicos de actividades forestales y agrícolas para generar biogás y fertilizantes naturales. Esta técnica no solo contribuye a la producción de energía limpia y la gestión de residuos, sino que también ofrece un escenario educativo ideal. Los estudiantes aplican directamente los principios de la biología, la química y la ingeniería en un contexto real, debido a que estos pueden entender la relación entre la actividad humana y el ambiente de una manera tangible.

Entre los beneficios que se pueden resaltar por la construcción de pacas digestoras silva se encuentran: el aprendizaje experiencial, esto se da por la construcción y operación de pacas digestoras brindando a los estudiantes una experiencia práctica y tangible que va más allá de la clase catedrática; la interdisciplinariedad, en el caso puntual de las asignatura de Gestión Ambiental, las pacas digestoras involucran varias disciplinas de la institución, lo que permite la integración de conocimientos y el pensamiento interdisciplinario; proyección social, usualmente esta práctica sostenible se implementa a nivel comunitario, lo que permite a los estudiantes comprender cómo las soluciones locales pueden tener un impacto global, sin dejar de lado que esto proyecta un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el entorno, y, por último; desarrollo sostenible, al ser partícipes de la construcción de una paca digestora, los estudiantes no solo aprenden sobre su funcionamiento, sino que también da paso a la reflexión sobre la importancia de su actuar en la promoción de un futuro más sostenible, lo que da lugar a inspirar acciones individuales y colectivas hacia la protección del ambiente.

La educación ambiental es un componente esencial para enfrentar los desafíos ambientales actuales y futuros. Las actividades sostenibles, como la mencionada anteriormente, ofrecen una vía innovadora y efectiva para mejorar la divulgación y la apropiación del conocimiento ambiental entre los estudiantes y la comunidad de la que estos hacen parte, puesto que proporcionan una experiencia práctica y significativa, además estas actividades no solo transmiten información, sino que también cultivan una mentalidad sostenible y una apreciación más profunda por el entorno natural.

Es importante que sigamos promoviendo y expandiendo estas iniciativas para construir un futuro más consciente y responsable con el ambiente. Aprovecho para resaltar que esta actividad ha sido posible gracias al Acuerdo de Conservación entre la Universidad de América y la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá, donde estos últimos han apoyado constantemente esta y otras actividades de apropiación de conocimiento ambiental.

Una oportunidad para revertir el punto de no retorno del Amazonas

(Colaboración de Julián Prieto, coordinador de la Alianza Colombia – US WEF Nexus.)

El punto de no retorno del Amazonas parece inminente. Según el informe Amazonía Viva 2022 de la WWF, el 18% de los bosques amazónicos se ha perdido por completo y otro 17% se encuentra en estado de degradación. Se resalta, además, que esta afectación al ecosistema pone en riesgo el sustento y la seguridad alimentaria de alrededor 47 millones de personas que habitan esta región y amenaza su biodiversidad.

 

El Amazonas cumple una función de regulación climática en la región por su alta humedad y fuertes precipitaciones que afectan de manera directa los ciclos climáticos y, sobre todo, es una de las regiones en el mundo con mayor poder de absorción de dióxido de carbono, responsable del calentamiento global. Sin lugar a dudas, lo concerniente al Amazonas es un asunto a escala planetaria que requiere también respuestas a escala planetaria.

En la agenda de la Cumbre Amazónica que tendrá lugar en Belém do Pará, en Brasil, a inicios de agosto de este año, se ha priorizado la necesidad de avanzar en la definición de un acuerdo que logre evitar lo que los científicos han denominado “el punto de no retorno del Amazonas”. Este punto de no retorno ha evidenciado la necesidad de consolidar un plan estratégico y una visión conjunta para la Amazonía, que permita frenar el colapso inminente del ecosistema Amazónico. En la reunión preparatoria que se llevó a cabo el pasado 8 de julio en Leticia, Colombia, los presidentes Petro y Lula resaltaron la importancia de lograr un esfuerzo colectivo de los gobiernos con jurisdicción en la Amazonía, como también el compromiso de la comunidad internacional para lograr consolidar un plan de acción a largo plazo.

El Amazonas requiere hoy más que nunca un plan estratégico y una visión conjunta que convoque una amplia participación de organizaciones indígenas, comunidades locales, actores gubernamentales y transnacionales para identificar necesidades y prioridades conjuntas. En especial, requiere la participación de las comunidades científicas a fin de promover el intercambio de conocimientos y el debate a profundidad de las alternativas y respuestas que permitan impulsar el desarrollo sostenible y el equilibrio ambiental de la Amazonía. La evidencia científica debe ser la piedra angular de las decisiones políticas que los países asuman en las instancias intergubernamentales.

El papel preponderante del conocimiento y de la Ciencia, Tecnología e Innovación cobra todo el protagonismo en el punto de no retorno del Amazonas, al igual que lo fue en la búsqueda de respuestas para la reciente pandemia del Covid- 19. Para evitar llegar a este punto, es necesario lograr grandes esfuerzos de las comunidades científicas a escala transnacional, combinado con una alta inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación, pues el compromiso y recursos de un solo país no serán suficientes para la envergadura de los retos y amenazas que hoy estamos viviendo en el bioma amazónico. La interacción de las comunidades científicas y las misiones diplomáticas para promover instancias de diálogo y mecanismos de concertación que permitan situar la Ciencia, Tecnología e Innovación para la Amazonia en el corazón del debate es una prioridad. A esto lo conocemos como Diplomacia Científica para la Amazonía.

En el pasado Sustainability, Research and Innovation Congress (SRI 2023), el congreso más grande en sostenibilidad que por primera vez se llevó a cabo en América Latina, se priorizó la Diplomacia Científica para la Amazonía como uno de los puntos centrales de la agenda temática. Mediante un taller liderado por la red de Diplomacia Científica de Latinoamericana y del Caribe- DiploCientífica, se abrió un diálogo entre diversos actores y sectores que permitió la identificación de acciones y programas necesarios de Diplomacia Científica para avanzar en los retos de la Amazonía.

Entre las acciones y programas sugeridos se resaltan el establecimiento de sistemas de monitoreo conjunto y unificado, convenios de ciencia abierta y acceso a datos para investigaciones en la Amazonía, la creación de programas doctorales entre Universidades de la región que faciliten la colaboración académica y científica con estancias de investigación en diferentes países.  Asimismo, más allá de lograr tener la conferencia de la COP en la Amazonia, se propuso la creación de una conferencia científica anual sobre ecosistemas de bosques tropicales en la Amazonía que se convierta en el evento global de mayor encuentro de científicos y tomadores de decisiones de políticas públicas con impacto en la región.

Los esfuerzos científicos para lograr un mayor conocimiento de la situación actual y la visión prospectiva de escenarios deseables, requieren bases sólidas de voluntad política, consensos transnacionales, altas inversiones en Ciencia, Tecnología e Innovación para la Amazonía, así como una significativa participación y compromiso de equipos científicos transdisciplinarios para viabilizar misiones, programas y acciones de prevención y mitigación.

Para revertir el punto de no retorno del Amazonas ya no son suficientes esfuerzos aislados de un par de países, se requiere un esfuerzo regional e internacional que permita dinamizar el desarrollo de programas científicos y de innovación a largo plazo, en donde la Diplomacia Científica se torna necesaria y oportuna para asegurar la sostenibilidad del planeta para las generaciones venideras.

Por Susan Benavides,

Directora de Gestión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad de América