Avanza noche tras noche el Festival Iberoamericano de Teatro y en Bogotá es el tema del que más se habla. Obras para todos los gustos y bolsillos, pero sobretodo porque es un evento reconocido como patrimonio cultural y del que todos los ciudadanos se sienten parte desde hace 14 años.
Guillermo Hernández, gerente del Festival en entrevista con Confidencial Colombia habla sobre la financiación del Festival, lo que significa el patrocinio privado, el precio de la boletería, los desencuentros con la administración distrital.
Confidencial Colombia: Exactamente, ¿cómo se financia el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá –FITB-?
Guillermo Hernández: Digamos que este es el talón de Aquiles del Festival. El tema financiero es el más complejo. Fanny siempre sufría mucho por eso, porque el festival fue tomando unas dimensiones muy grandes y por eso se creó una corporación independiente al Teatro Nacional. ¿Cuáles son las fuentes hoy de recursos del festival? Uno, la plata del Estado, que es el 20%; la segunda son los patrocinadores. Yo creo que este año ha sido increíble, porque mucha más gente del sector privado se ha subido a la financiación del festival; y el 50% es la compra de la taquilla. Es un fenómeno en el mundo que un festival de este tamaño se sostenga el 50% de la boletería. Otros Festivales, como el de Edimburgo, o festivales similares como el Cervantino en México, casi todos son estatales. Este festival es el único que es privado.
C.C Este año, hay patrocinadores principales como El Tiempo, Claro ¿Ha salido bien eso?
G.H: Estamos probando una forma distinta de hacer gestión cultural. La gestión cultural siempre es un misterio, uno se pregunta ¿cómo lograr sostener estos emprendimientos culturales? El tema del contenido es el más importante en el festival. Si uno ve la parrilla de programación, tenemos una muestra que es, de verdad, el mejor teatro en cualquier parte del mundo. La gente está emocionada por la calidad del contenido, y hay que sostenerlo y eso exige hacer viable financieramente. Hicimos una alianza con El Tiempo, porque es un medio de comunicación muy importante. El Festival, creemos nosotros, no puede seguir estando solo. Este festival si algo lo caracteriza, es que es el evento con mejor patrocinio privado del país y yo creo que ese es un trabajo conjunto maravilloso.
C.C: ¿Los patrocinadores tienen injerencia en la selección de contenidos del FITB?
G.H: La Corporación es totalmente autónoma. Estamos buscando durante dos años, por todo el mundo, el mejor contenido que haya en las artes escénicas. La parrilla de este año nos llena de orgullo, porque es impecable. Lo que se trae es muy bueno. El contenido es algo que siempre ha tenido autonomía, además cuando la financiación viene del público, nos hace más libres porque el contenido es el que el público quiere.
C.C: ¿Cuál es el criterio de selección?
G.H: ¿Cuál ha sido el criterio desde Fanny que no lo hemos cambiado? ¡Traigamos lo mejor que nosotros consideremos, de las artes escénicas del mundo!, en esa medida, el contenido ha sido muy cuidado y ha sido independiente de cualquier interés, es sólo lo artístico lo que prima sobre el resto.
Hay un comité de curaduría que es independiente, a la cabeza está Ana Marta de Pizarro, que ha hecho este oficio desde hace muchos años y lo hace de una manera muy brillante. No es fácil programar un festival de 17 días, y no es fácil hacer una parrilla de programación que dé razón de lo que está pasando en las artes escénicas alrededor del mundo, y en eso creo que si lo hemos cuidado y sigue siendo el gran activo del festival.
C.C: ¿Cuál es el papel de la Alcaldía en la financiación del Festival? Se rumoraba que se encontraban divididos los amores y los odios en el Distrito por el apoyo económico al FITB del 2014.
G.H: En eso hay que ser un poco autocritico. La relación del Estado, tanto de la Nación como el Distrito, hacia los festivales no es clara. El Festival fue nombrado patrimonio cultural de la nación, lo reconoce la población y la ciudadanía, -el día del desfile, sacamos más de 800.000 personas y uno ve que sólo el FITB tiene esa capacidad de convocatoria que permite que la gente, alrededor de algo como el teatro salga masivamente. El Estado no ha tenido una política clara de qué quiere hacer con los festivales en general. Uno siente que en el FITB, la Alcaldía duda, no sabe cómo apoyarlo, cómo vincularlo. La relación del Festival con la ciudad es compleja. ¿Por qué? Porque los grandes escenarios y los parques donde nos vamos a presentar son del Distrito. El Festival fue creciendo y el Distrito se fue quedando en los recursos que aporta. Yo si reclamaría más apoyo del Estado, un apoyo más claro de las autoridades Distritales.
C.C: ¿Hablamos de esta administración Petro, o de todas las anteriores?
G.H: Cada alcalde como que duda, como que no sabe cómo coger el tema del Festival, cada Secretario de Cultura tiene una política diferente y eso lo hace sumamente complicado. Los permisos, la logística, policías, bomberos, todo estas de todas estas instituciones intervienen en el Festival. ¿Qué es lo que quiere de verdad señores Alcaldes, señores Administración distrital? ¿Qué quieren hacer con este Festival? Hoy es la cata de presentación más importante –yo creo- frente al mundo, de Bogotá. Uno viaja por el mundo y el Festival es reconocido por todo el mundo, y uno dice: “Bueno, Alcaldía, hagamos una política clara sobre esto, ¿Por qué no le da unos recursos claros, determinados, año a año? No sólo el recurso para hacer el Festival, sino para hacer toda la pre-producción y el ejercicio”.
A cada Alcalde le tocan dos festivales, entonces en la primera, el Alcalde no sabe ni que es el Festival y en la segunda, apenas lo está entendiendo. Yo sí creo que hace falta una política pública respecto al FITB, creo que nunca lo hemos logrado y que cada administración es más complicada la cosa. Y pues sí, este año el apoyo ha sido difícil. El hecho de tener una Alcaldía con los problemas que todos conocemos, lo ha hecho más complicado.
C.C: Respecto a lo que menciona sobre los escenarios ¿Han tenido problemas para que les presten algunos de ellos?
G.H: El problema muy grave que no logramos resolver fue la Plaza de Toros. La Plaza de Toros era un escenario clave para el FITB. Es un espacio abierto, arquitectónicamente bellísimo y Bogotá no tiene infraestructura, la poquita que tiene además, la estamos cerrando y perdiendo.
Este Alcalde comenzó este conflicto con el mundo del toro. E independiente de que uno comparta o no, lo que terminó pasando es que la Plaza de Toros no es ni para los toros ni para la cultura. Hoy está abandonada. Tenemos un festival de 300.000 localidades, 80.000 eran de la Santamaría, y eso nos afecta directamente. ¿Cuál era el escenario que uno podía tener boletas baratas porque eran escenarios masivos? ¡En la Plaza de Toros! Estamos ahora en el Coliseo Cubierto el Campin, que es otro escenario del Distrito y está muy deteriorado. La administración dejó la Plaza cerrada, se acabó la plaza.
C.C: Por el inconveniente con la Plaza la Santamaría, la organización del FITB ¿debió excluir o dejar por fuera de la parrilla de programación algún espectáculo?
G.H: Teníamos una obra bellísima que es Bodas de Sangre […] y queríamos hacerla en la Plaza […] nos tocó pasarla al Coliseo Cubierto el Campin […] y pues tocó hacer todos los cambios técnicos y logísticos y pues irse al Coliseo… el Coliseo es un escenario que se puede adecuar pero no tiene la magia de la Plaza de Toros, que por supuesto nosotros vamos a hacer todo el esfuerzo porque tenga toda la magia en ese nuevo escenario, pero sí ha sido un poco complicado.
C.C: Teniendo en cuenta lo que nos mencionó sobre la financiación del FITB, usted cree que ¿la boletería sigue siendo costosa?
G.H: Hemos empezado a replantearnos muchas cosas. La universidad de los Andes nos hizo un estudio sobre el valor de las boletas en los pasados Festivales, comenzamos a ver que si queremos hacer esto más masivo, nos toca pensar: “sí, la mitad de nuestro ingreso es de boletas, pero también, nuestro interés es que nuevos públicos asistan”. Estudiantes por ejemplo, para el Coliseo y para algunas cosas, le vamos a dar 50% de descuento para que entren y no subimos sino que bajamos en casi en un 20% – 30% el valor de las boletas. Tenemos boletas desde $25.000 pesos para obras internacionales. La corporación es una fundación sin ánimo de lucro que lo que le interesa es hacer un muy buen festival y que acuda la mayor cantidad de gente. La universidad de los Andes también nos decía: “bajen un 30% las boletas y seguramente van a tener un mayor número de gente asistiendo a las salas”.
También está el otro extremo que es el tema de la cultura gratuita, si tú acostumbras al público a que por la cultura no se paga nada, es muy complejo, porque haces insostenible el tema cultural. En eso el Festival ha sido un abanderado diciendo: “oiga, cobremos, así sea poquito, pero cobremos”, porque la gente valora eso. De hecho el Festival lleva en sus salas 300.000 personas que eso para un festival es increíblemente grande.
C.C: El Festival va por la mitad. ¿ Cuál es el balance de afluencia de público?
G.H: Sí, yo he estado contento. Bogotá tiene cinco grandes teatros, -digo yo-, el Julio Mario, el Jorge Eliécer, el Colsubsidio, Bellas Artes, León de Greiff, teatros digo yo de más de 1.000 sillas, estamos viendo una ocupación increíble en esos teatros. El teatro colombiano le está yendo muy bien, aquí hablan mucho de una primavera teatral porque mucha gente joven haciendo teatro, y a unos precios que no pasan de más de $30.000 pesos la boleta.
C.C: A propósito, otro de los temas es el lugar que tiene en el Festival, el teatro colombiano.
G.H: Esa siempre es la pregunta, uno se pone a ver festivales como este alrededor del mundo y la participación de compañías del país donde se está haciendo es muy bajita, porque la vocación de estos festivales es mostrar teatro internacional. Por otro lado, Colombia no tiene un Festival de Teatro Nacional y esa carencia el sector la siente. Pero yo creo que hemos sido súper abiertos al teatro colombiano, creo que el Festival ha hecho que el publico colombiano comience a valorar su propio teatro. Fanny fue y es el Festival motor de la industria del entretenimiento en la ciudad. Fanny empezó a mostrar que había un muy buen teatro, una muy buena danza.
Este año tenemos más de 40 obras colombianas, las estamos presentando en sus mismas salas, la participación del teatro colombiano es grande, el Festival procura tener además VIA – Ventana Internacional de las Artes-, ahí el festival lo que propone es que productores del mundo vengan a ver esas obras, creo que esa es su labor. Siempre nos preguntamos si podríamos hacerlo mejor. Yo creo que ya lo estamos haciendo, pero, ¡se puede hacer mejor!.