En proporción al precio de mercado, los costes medioambientales de la minería de la criptomoneda Bitcoin son más comparables a los daños de la producción de carne de vacuno que a los de la minería del oro.
Los autores de un análisis publicado en ‘Scientific Reports’ sugieren que, en lugar de considerarlo como un “oro digital”, el Bitcoin debería compararse con productos mucho más intensivos en energía, como la carne de vacuno, el gas natural y el petróleo crudo.
Benjamin Jones y sus colegas hicieron estimaciones económicas de los daños climáticos de la minería de Bitcoin entre enero de 2016 y diciembre de 2021 e informan de que en 2020 la minería de Bitcoin utilizó 75,4 teravatios hora al año (TWhyear-1), un uso de energía superior al de Austria (69,9 TWhyear-1) o Portugal (48,4 TWhyear-1).
Los autores evaluaron los daños climáticos de Bitcoin según tres criterios de sostenibilidad: si los daños climáticos estimados aumentan con el tiempo; si el precio de mercado de Bitcoin supera el coste económico de los daños climáticos; y cómo se comparan los daños climáticos por moneda extraída con los daños climáticos de otros sectores y materias primas.
Los autores compararon los daños climáticos de Bitcoin con los de otras industrias y productos como la generación de electricidad, el procesamiento de petróleo crudo, la producción agrícola de carne y la minería de metales preciosos. Los daños climáticos de Bitcoin se situaron en una media del 35% de su valor de mercado entre 2016 y 2021. Esto fue menos que los daños climáticos comparados con el valor de mercado de la electricidad producida por el gas natural (46%) y la gasolina producida a partir del petróleo crudo (41%), pero más que los de la producción de carne de vacuno (33%) y la minería de oro (4%).
Los autores concluyen que Bitcoin no cumple ninguno de los tres criterios clave de sostenibilidad con los que lo evaluaron, y que se requieren cambios significativos -incluida una posible regulación- para que la minería de Bitcoin sea sostenible.
Le puede interesar: James borrado en las canchas y activo en NFT’s
*Foto: Pexels