Tanto al iniciar en el mundo del motociclismo, como a lo largo de la experiencia, una de las principales dudas y preocupaciones para los amantes de las dos ruedas es cómo adelantar los respectivos mantenimientos que además de garantizar el buen desempeño de las motos, les permita disfrutar por más años y más kilómetros de las mismas. Inquietudes en las que los mantenimientos tanto preventivos como correctivos son fundamentales y que van desde la revisión de los amortiguadores para motos hasta la adecuada calibración de las llantas y el cambio periódico del aceite.
En este artículo revisaremos varios de los principales aspectos que son indispensables para alargar la vida útil en una motocicleta, y en la que los hábitos del propietario juegan un papel determinante para prevenir daños graves y costosos que puedan afectar el disfrute del mundo de las dos ruedas.
Para empezar, es importante hablar del aceite del motor, que es sin duda el elemento que garantizará el buen desempeño en el corazón de la motocicleta. Dependiendo de la marca, el cambio del aceite debería hacerse cada 3 mil o 5 mil kilómetros, y su fin es garantizar la adecuada lubricación interna. Cuando no se adelanta en los tiempos recomendados, generará desgaste y podría generar daños por cuenta de la mala lubricación y la generación de partículas.
En este mismo aspecto, antes de iniciar la marcha, es importante esperar entre dos y tres minutos para que caliente la motocicleta, un tiempo prudente para que, específicamente, el aceite deje su lugar en el fondo del motor y lubrique todas sus partes internas.
Así mismo, en materia de mantenimiento, es necesario limpiar, ajustar y lubricar adecuadamente el kit de arrastre, consistente en la cadena, el piñón y el plato trasero, con el fin de evitar el desgaste prematuro y también posibles accidentes. Esta revisión debe hacerse cada 500 kilómetros e incluso más frecuentemente cuando el invierno y la lluvia se recrudecen.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta a la hora de velar por la duración y el funcionamiento óptimo de una motocicleta es la revisión periódica de los amortiguadores. Esto, además de incidir en la comodidad del piloto y el copiloto, influye en la seguridad y el control de la motocicleta por lo que una buena costumbre es analizar su estado y sus niveles de precarga.
Hablando de amortiguadores, cuando son asistidos por gas, es necesario adelantar una buena revisión de los niveles de compresión y del estado de los depósitos, esto para que permitan un buen funcionamiento y garanticen que no se presenten malos ratos o accidentes en medio de un desplazamiento a bordo de la moto.
Justamente, hablando de seguridad, el apartado de los frenos requiere un mantenimiento frecuente y exhaustivo, que va desde el cambio de pastillas y líquido de frenos hasta la revisión de guayas y discos, a fin de que funcionen perfectamente cuando se requiera.
Tal y como se mencionó al principio, la calibración de las llantas también hace parte de las revisiones que ayudan a alargar la durabilidad de las motocicletas. Esto puede variar dependiendo del uso, el terreno y el peso que deba sortear la moto, aspectos que sin embargo los fabricantes suelen incluir en sus manuales. Regularmente la llanta trasera debe tener una mayor presión de aire debido a que soporta el peso del piloto, el copiloto o el baúl, en algunos casos.
La revisión del sistema eléctrico es otro ítem que, por cuenta de las diversas conexiones, tiene como eje central a la batería, por lo que evitar la corrosión y velar por la buena colocación de los bornes es una buena forma de evitar averías y daños costosos.
Finalmente, y dependiendo de la motocicleta, es importante tener en cuenta otros aspectos como la limpieza y cambio de filtros, tanto de aire como de aceite, o también el mantenimiento del líquido refrigerante y otras grasas que ayudan a un mejor funcionamiento de la moto y sus componentes.